[Terminado] Saludos al sol

18. Primero trata de ganar 10 metros

“El desafí o de cada equipo es construir un sentimiento de unidad, de dependencia, porque la pregunta por lo general no es lo bien que está cada persona, sino como trabajan juntas” – Vince Lombardi.


El dinámico dúo se sentó en un reservado del restaurante vietnamita de Bette, y comenzaron a repasar los acontecimientos del día. Después de acabar la clase de yoga en el South Central, volvieron un momento a casa de Tina y más tarde atravesaron caminando los 6 bloques que las separaban del pintoresco y familiar restaurante. Con la adrenalina alta, hablaban sin cesar, intercambiando besos suaves y abrazos a lo largo del camino.

Mientras comían un rollo de primavera, Bette jugueteando mojaba un trozo del suyo con salsa de cacahuete y Tina se reía y sacudía la cabeza asombrada. “Baby, le vas a dar a tus abdominales de acero un aspecto nuevo”.

“De verdad que tendrías que probarlo. Venga, pruébalo”.

“¿Y por qué debería probar algo que va a quemar mi lengua y todo lo demás, incluyendo mi estómago?”.

“Porque esto está riquísimo, y podrás decir que has probado algo nuevo hoy””, replicó Bette. “¿Y qué pasaría si no quiero probar algo nuevo? ¿Qué pasaría si prefiero quedarme con lo que ya conozco?”, preguntó Tina de broma. Bette sonrió mientras se pensaba una respuesta. “Bien T. ¿Qué pasaría si yo tuviera esa misma actitud?. No estaríamos aquí. Sólo seríamos compañeras de trabajo y vecinas amistosas, ¿no?”. Mirando profundamente a los ojos brillantes de la mujer que estaba a su lado, Bette confesó, “estoy muy contenta de haber probado algo diferente. Estoy muy contenta de haberlo intentado”.

Tina sonrió abiertamente ante esta confesión. “Eres adorable, Bette Porter, y tienes un punto de vista muy bueno. Tina se puso a condimentar con mucha cautela la parte que le quedaba del rollo de Primavera. Bette rió complaciente cuando lo hizo. Cuando los signos de aprobación aparecieron en la cara en la cara de Tina, la reina de caramelo apretó su puño persuasiva y levantó el brazo “¡Si!”. Tina levantó las cejas y rió. “Baby, esto está bastante bueno”, reconoció Tina sorprendida por la sabrosa combinación y lamiendo la salsa que le había quedado en la comisura de los labios. “¿Me darás un beso ahora, Bette?”. La respuesta fue casi inmediata. Un beso firme, poderoso fue depositado sobre los labios de Tina. “Mmmm T. me gusta mucho el sabor picante. Tina se vio sorprendida por la intensidad del afecto de Bette y se tomó unos segundos para responder. “¿Mejor que los melocotones, baby?”. “Ni mucho menos”, rió Bette.

Se sumergieron en un cómodo silencio, agradecidas de estar juntas en ese momento tan agradable. Agradecidas a que habían pasado un día entero sin malentendidos ni actitudes erróneas. Agradecidas a que no habían llorado, ni se habían perdido el respeto. Agradecidas, simplemente, la una a la otra.

“He disfrutado mucho hoy en tu clase Tina. La primera vez que me dijiste que enseñabas hip hop yoga, pensé que el sonido de la música urbana me distraería, y no me ayudaría a relajarme y alcanzar la forma. Me ha sorprendido agradablemente descubrir que no era así. En realidad ha resultado bastante refrescante. He ahí otro ejemplo de intentar cosas nuevas, baby”. Tina se rió y después se puso seria, “Tu forma es maravillosa Bette. Aunque me gustaría que te concentraras en la sesión de abdominales. Eso te ayudará a respirar mejor y tener mejor circulación”, declaró. “Bien, lo intentaré. Gracias, T.”.

“Tu cuerpo lo agradecerá”, añadió Tina.

“¿Tu cuerpo me lo agradecerá también”, preguntó Bette de manera seductora.

“Eso está hecho, baby”,replicó Tina sin fallar el golpe, “en realidad te agradezco que lo hayas preguntado, ya no puedo esperar más para darte mi gratitud, que se desborda. Fluye con abundancia, ¿lo sabes”.

“Si, cariño, lo sé”, se rieron las dos, conscientes de la calentura que les iba subiendo.

“¿Cariño?”

“¿Si, T.?”

“¿Qué estabas dibujando mientras le explicaba a los niños las posturas de la semana que viene?”.

“Aaahhh si, gracias por recordármelo. Tenía algunas ideas que flotaban en mi cabeza sobre algunas posibilidades para las paredes del centro. Iba a hablar contigo sobre ello más tarde, pero ya que lo has mencionado, dime lo que piensas. Bette sacó varias hojas de colores vistosos de su mochila azul marino de cuero, un regalo que le trajo Helena de su último viaje a Italia. A Bette le gustaba el tacto suave del cuero, y cuando abrió el fino bolso para buscar sus papeles, sintió un poco de tristeza. Contuvo sus pensamientos sobre el regalo y siguió hablando. “Pensaba que el vestíbulo largo de la entrada, la pared de atrás en la sala de descanso y la pared de la ventana queda al patio parecerían más grandes si hubiera murales en ellas. A medida que hablaba con calma y profesionalidad, Bette apilaba las páginas sobre la mesa.

Tina se quedó boquiabierta cuando escuchó a la mujer que estaba junta a ella y la vio sentirse viva como nunca lo había estadi antes. Bueno, en realidad había visto ese mismo tipo de entusiasmo cuando seleccionaban las herramientas de arte algunos de los cuales, por cierto, había usado para hacer aquellos bocetos. Pero Tina notó una mirada en los ojos de Bette que era diferente. Era una muestra de pasión pura. No de pasión sexual, sino de de pasión vital, de talento, de arte y de todas aquellas cosas que dan sentido a nuestra existencia. Tina no había visto nunca este tipo de deseo en Bette y temblaba suavemente mientras la observaba. El corazón le latía fuerte en el pecho, y la diosa del sol, impresionada, quería pedirle a todos que se acercaran para ver lo hermosa y vital que estaba Bette. Aunque no pudiera explicar por qué, la rubia enferma de amor sentía que de algún modo los testigos eran necesarios para presenciar este acontecimiento monumental. Pero ya que Bette hablaba así del asunto, y totalmente concentrada en los cambios que proponía a su novia, Tina pensó que era mejor seguir las explicaciones de Bette. Así que se sentó a su lado, haciendo un esfuerzo para no gritar de alegría.

Tina examinó las pinturas maravillosamente detalladas; todo lo que podía hacer era sonreir. “Baby, ¿cómo has podido hacer todo esto en tan poco tiempo?. Yo estuve enseñando las posturas en muy pocos minutos. Y parece que estos bocetos han sido hechos en varios días”, Tina estaba asombrada de lo que veían sus ojos.

“Tuve que hacerlos rápidamente para intentar capturar lo que visualizaba. Es una de esas cosas que tienes que hacer rápido o se van. Y no digo que se vayan en parte, digo que se vayan completamente”.

“Son simplemente fantásticos. Tienes mucho talento, Bette”.

Bette sonrió abiertamente, contenta con la aprobación de Tina. Las pinturas reflejaban imágenes cotidianas que Bette sólo había visto una vez, los niños de Tina en su clase, gente al azar en el centro, el sol, varias lunas, flores, árboles, agua, y palabras de esperanza mezclada con la gente, y símbolos. Uno de los que más asombraba a Tina era un signo circular enorme de paz, con un fondo amarillo brillante.

muchas gracias, anita!

(...volverás pronto?... ) te estaremos esperandooo...

thank million anita!!!

tibette

Es muy grato leer tus fics anita,

Muchas gracias anita, eres increíble !!!!

gracias anita

"Se sumergieron en un cómodo silencio, agradecidas de estar juntas en ese momento tan agradable. Agradecidas a que habían pasado un día entero sin malentendidos ni actitudes erróneas. Agradecidas a que no habían llorado, ni se habían perdido el respeto. Agradecidas, simplemente, la una a la otra."
que bonito
:arbolnavidad:

“Tina, estaba pensando que pintar esos murales podría ser mi contribución al centro. Es decir, si están de acuerdo los dirigentes. Sé que es un atrevimiento por mi parte decirte esto. El tiempo es la única cosa que no podemos recuperar, ¿verdad?. Entonces , si doy mi tiempo, será muy significativo tanto para el centro como para mi. Ah, ¿y sabes cuál es la mejor parte?”,preguntó Bette con excitación, “los murales serán un trabajo comunitario. Pintaré la base en cada pared y perfilaré el resto como imágenes blancas en un libro para que lo coloreen otros y lo completen. Así que los niños, y todo el personal puede contribuir y pintar”.

“Bette, me gustan muchísimo tus ideas”. Tina no podía permanecer sentada, estaba impaciente como un niño. “Bueno, cariño, necesito calmarme un momento”. Bette se rió porque sabía que si Tina tuviera un poco de espacio disponible, se pondría a hacer una postura de yoga más rápido de lo que alguien pudiera cantar “Om”. Ver a Bette tan bien la ponía contenta. “Estoy tan emocionada”, se rió tontamente Tina. Después de tomarse un minuto de tranquilidad para recuperar, la diosa del sol comenzó a hablar lentamente. “Me gustaría que conocieras a Oscar, que es el que gestiona el centro, y a un par de personas de la junta. Además de enseñarles estos bocetos, puedes traer tu cartera, para que vean otros tipos de trabajos que has hecho. Se habló hace unas semanas de localizar a alguien que diseñara y pintara el interior, pero no llegamos demasiado lejos”.

Bette era feliz viendo a Tina tan emocionada con ella. Sólo mirar la cara de Tina le tocaba el corazón. Había olvidado lo feliz que se sentía cuando recibía los ánimos y el apoyo de alguien a quien se quería. Echaba de menos tener a alguien especial para compartir sus ideas. La hacía sentir bien.

“Entonces, ¿Qué te parece si montamos una reunión la semana que viene para que enseñes a todo el mundo tus brillantes ideas?. Primero comprobaré cuando tienes citas con tus clientes. Sería bueno si podemos conseguir que las reuniones se hagan en el mismo día, así nos ahorramos hacer tantos viajes al centro”.

“Suena muy bien, Tina”, sonrió Bette con amor. Había notado que Tina había empleado la palabra nosotras cuando se refería a desplazarse al centro. Oír eso que su sonrisa se ampliara aún más.

Bette y Tina se besaron tierna y suavemente. Aunque estaban en un reservado del restaurante vietnamita favorito de Bette, estaban en su propio mundo. Apenas sus labios se tocaron, se quedaron encantados absorbiendo cada una la esencia de la otra. La respiración caliente removía sus emociones y despertaba los sentidos, inactivos hasta aquel momento. Las lenguas se encontraron y se reunieron. Bailaron juntas y rechazaron la tentación de competir en un duelo por el territorio. Intentaron terminar la conexión del beso, pero eran incapaces. Tina tenía su brazo alrededor del hombro de Bette, lo que le permitía acariciar con la punta de su dedo el pezón de Bette. Bette se estremeció suavemente reaccionando a los toques de Tina. Cada uno era más eléctrico que el anterior, aunque todos ellos eran poderosos. Bette comenzaba a dejarse caer en el olvido y tenía que terminar ese viaje antes de que comenzara si quería mantener su dignidad en su restaurante favorito. Cuando reunió la fuerza suficiente para separarse de Tina, finalmente recuperó la respiración y el sentido.

“Tina, ¿qué pasó con tus trenzas?. Las vi en la foto que estabas con los niños”, Bette se rió, “estabas muy linda. Observé que todo el mundo estaba radiante en la foto, es realmente encantador T.”.

“Esa foto es del año pasado, de un viaje a Disneyland. Fue uno de los mejores momentos de mi vida, Bette. Nunca lo olvidaré”. Los ojos de Tina brillaban mientras hablaba. El corazón de Bette sonrió. “Al principio del año escolar, los estudiantes firmaron un acuerdo que harían todo lo posible para alcanzar un promedio B o superior. Si se conseguía, habría un viaje financiado la mitad por el centro y la otra mitad por ellos. Bette nunca he visto tanta determinación para conseguir algo en toda mi vida. Enseñar a esos niños tan asustados. Aunque pensé que iban a volverme loca con su entusiasmo, y ya sabes como deseo la paz y la tranquilidad”. Tina se rió. “Desarrollamos un plan de negocio y reunieron su propio dinero por medio de un recaudador de fondos. Hicimos que ocurriera”.

“De todos modos, Sierra, una de las chicas jóvenes que ha estado conmigo desde el principio, trenzó mi pelo. Era mi compañera de habitación y nos quedamos toda la tarde haciendo cosas como pintarnos las uñas, mirar revistas de moda, hablar de chicos (aunque yo no tuviera mucho que decir en ese apartado), hablar de la imagen y de la vida en general. Me preguntó si podía hacerme una trenza y le dije que si. ¿Ves? Intenté hacer algo nuevo, cariño”, dijo Tina convincente.

“Eso es”, rió Bette.

“¿Necesitan algo más?”, preguntó un camarero tranquilo, hablando bajo y mirándolas fijamente.

“No. ¿Puedes traernos la cuenta, por favor?”, preguntó Tina, terminándose la sopa.

Bette miró a Tina a los ojos, preguntándose como hacer su siguiente pregunta sin parecer grosera.

“Bette, está bien. Pregunta lo que tienes en la mente”, dijo Tina mientras firmaba el recibo de la tarjeta de crédito sin levantar la vista. “Tina, Carmen o alguien más ha asistido a alguna de tus clases con los niños?”.

“No. Nunca invité a Carmen ni a nadie más a conocer a mis niños. Sólo a ti, Bette”. Bette miro con expectación a Tina, que siguió, “Soy muy exigente con ciertas cosas. Como mi habitación, por ejemplo. Sabes cuanto significa para mí mi refugio”. Tina se detuvo y se rió, “aunque a veces rompo mis propias reglas”. Bette se rió también. “Bueno, aunque pueda parecer difícil de creer, mi vida es similar, soy muy exigente con quien quiere conocerme, y creo que hay una parte demi que es insegura y vulnerable, una parte incapaz de alcanzar la forma y la perfección de una postura, la parte de mi que no puedo entregar a vivir porque he olvidado como se hace”.

joe anita k poko eskribes
a mi ste fic me la suda xo las tibetters tan de los nervios

anita muchas gracias por seguir, aunque haya gente que no le guste, está muy bien esta historia de Tina y Bette.

go anita go , espero la continuación.....

Hola Anita que alegrón me llevo cada vez q me encuentro un trocico nuevo de tu ff
(notese el tono de admiración y agradecimiento)
no podrías sorprendernos un poquico mas?
(ahora tono de zalamería)
cada menos tiempo
(llegamos al ruego)
un poco mas largos
(tono compugnido y brazos al cielo)

en fin
un beso
y mil gracias
matilde

joe matilde komo presionas
anita ace lo k puede

tess escribió:joe matilde komo presionas
anita ace lo k puede

eh muñeca¡¡¡
eres tú el fiel escudero de anita?

por que no nos han presentado

aquí un hermosísimo molino de viento
para servirle a usted y a anita
¡of course¡¡


dispuesta a
por los ff,
por su autora y
por todos sus lectores

(lo siento tess, hoy no pienso entrar en guerra contigo)
(pero mañana,
mañana será otro día....)

tess escribió:joe anita k poko eskribes
a mi ste fic me la suda xo las tibetters tan de los nervios

De los nervios es poco, tess. Pero no por el FF, mas bien por TLW6.

Asi q le tengo que dar las gracias a anita por sumergirnos en historias
mucho mas amenas, emocionantes, ingeniosas y apasionantes q las que
nos viene mal encajando IC.

Esperar por esperar...me quedo con esta espera.

“Mis chicos son muy especiales para mi. Conozco todas sus historias, y ellos saben mucho de mi. Confío en ellos y sé que ellos harían todo lo posible para ayudarme. Este es un sentimiento maldito, y lo guardo con todo mi cariño. Como no veía a Carmen ni a ninguna de las otras mujeres con las que he estado como algo serio, no compartí esa parte mía con ellas. Para mi, esto era una manera de atarme a alguna chica y no quería. Ya sabes que las mujeres siempre se impresionan por cualquier tipo de trabajo social. Así es como funciona, Carmen me pidió algunas veces venir conmigo, pero yo siempre decía que no. Al poco tiempo, dejó de preguntar”, dijo Tina de forma significativa.

Tina hizo una pausa para seguir comiendo. Desde que habían llegado, conversar era todo lo que habían hecho. A excepción de Tina, que había probado la salsa zesty en su rollito de primavera.

“Tina, ¿por qué eres tan impresionante?”.

Tina sólo pudo reírse de la belleza radiante que estaba sentada a unas pulgadas de su cara. Sus ojos examinaron detenidamente los detalles de los rasgos que tanto le gustaban. Bette sonrió, consciente del escrutinio bien intencionado de Tina. Mientras los ojos de Tina absorbían la visión encantadora que estaba junto a ella, sus dedos subían perezosos por el muslo de Bette.

“T. ¿qué estás haciendo?”.

“Gozo de tu compañía, ¿hay algún problema?”, preguntó Tina dulcemente mientras siguió con sus travesuras, hasta que su dedo estuvo cerca del lugar que añoraba ser tocado. Tina sintió el aliento de Bette y una risa perversa apareció en su cara. Comenzó a susurrar al oído de Bette, “parece que tu respiración falla, cariño. ¿Puedo ayudarte en algo?”, preguntó Tina, moviendo su dedo un milímetro más cerca para contestar a la llamada de Bette. Un quejido leve escapó de la mujer sin aliento cuando plantó su codo sobre la mesa y apoyó en la mano su cabeza tambaleante.

La rubia besó a su novia, que intentaba desesperadamente mantener la serenidad. La luz de Tina, la respiración caliente se posó por la oreja de Bette, dejando pequeños besos mágicos. “¿Sabes cuánto te quiero ahora mismo, Bette?”, susurró Tina, sintiendo su propia respiración inestable. Bette se perdía, y Tina se movía graciosamente, “Cariño, ¿sabes cuanto te deseo? ¿Cuánto deseo entrar dentro de ti”. Tina se rió calurosamente mientras su dedo se acercaba más a su objetivo. Los ojos de Bette se cerraron, imaginando lo que iba a pasar con anticipación. Tina disfrutaba con todo esto mucho más de lo que pudiera decir con palabras. Después de unos segundos observando las palpitaciones en el cuello de Bette y la subida y bajada rápida de su pecho, la pasión dominó a la reina del yoga, que siguió hablando, “Bette, no puedo dejar de pensar en ti. A veces tengo que obligar a mi mente a no pensar tanto. Es tan bueno tenerte en mi mente a todas horas, especialmente cuando pienso las cosas que me gustaría hacerte”.

“Ahora mismo te imagino encima de la mesa, sonriéndome, con las piernas abiertas de par en par. Y debo admitir que esta es la imagen más bella del mundo. Si estuvieras aquí así, me tomaría mi tiempo para admirar lo hermosa que eres. Admiro y aprecio tu belleza física, Bette. Te besaría muy lentamente y lamería tus muslos fuertes y atractivos, y no me dejaría ni una pulgada de tu piel. ¿Quieres que lo haga, cariño?”. Bette quería contestar, pero no podía.Tenía la boca abierta, pero nada salió de ella. Fue Tina quien respondió familiarmente. “Bette”. Tina sonrió, bajó la voz y preguntó con inocencia, “¿estás mojada, cariño?”. Un gemido salió de la boca de Bette. Tina se rió. “¿tengo que tomar esto como un si, Bette?”, preguntó Tina, sabiendo que en un segundo Bette encontraría la fuerza para abrir la boca y encontrar las palabras necesarias para negar la humedad que era evidente. “No, Tina, no estoy mojada”, jadeó Bette.

“Bette, no sé como lo haces, cariño. Dime, ¿cómo mantienes el control?.Te admiro mucho por esto”. Tina se rió. “Bueno, si me hicieras la misma pregunta, mi respuesta sería la contraria. ¿Ves?. Hay una mujer que me excita sólo pronunciando mi nombre. En realidad, me excita pronunciando sólo la primera letra de mi nombre. Y desde que me besó para desearme buenos días, la quiero. Yo estoy más que mojada por esa mujer”. Tina alternaba los susurros en la oreja de Bette con los besos en su cuello. “¿Ves, cariño?. Estoy muy caliente”.

“Joder, Tina”, refunfuño Bette, buscando el aire necesario.

“¿Alguna vez te ha pasado algo parecido a esto?”, Tina hizo una pausa antes de continuar. “Ah, perdona la pregunta, estoy segura que no. De todos modos,ahora mismo estoy muy incómoda porque mi corazón resuena y no puedo determinar por que, ni donde empieza ni donde acaba. Sin lugar a dudas, palpita fuerte, y si no lo paro…”

Tina se interrumpió otra vez debido al camarero-espía. “Aquí tienen unas mentas, chicas. Gracias por cenar con nosotros. Que tengáis una noche maravillosa”, recitó.

“Genial. ¿Nos vamos, cariño?”,preguntó Tina, feliz.

“¿He oído algo?”, pensó Bette. Miró a su alrededor, intentando comprender lo que pasaba.

“Uhmmm T. espera un minuto”, respondió Bette intentando recuperar su cerebro, “voy a ir a los servicios”.

Bette se inclinó sobre Tina y le dijo al oído. “Tina, recuerda nuestra pequeña discusión en el mercado. Tienes que asegurarte que estás lista para cenar cuando lleguemos a casa. Y lo que has imaginado de mi, que estaba abierta de piernas, ¿lo recuerdas Tina?”. “Si, lo recuerdo, cariño”, contestó Tina dulcemente. “Estoy contenta de que hayas pensado eso. De repente me ha entrado hambre otra vez, y ya sabes que disfruto mucho comiendo”. Colocó un beso sobre la mejilla de Tina. “Joder”, pensó Tina.