[Terminado] Saludos al sol
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Re: [Terminado] Saludos al sol
Ui, q clase de paseo van a tener estas dos
Gracias anita!!
Gracias anita!!
kamakaII- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Saludos al sol
gracias anita
lurdes beals- Un respeto, soy forera VIP
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Re: [Terminado] Saludos al sol
Es un trocito pequeño... pero prometo que este finde voy a publicar cada día, aunque sea poco trozo. Así pues estad atentas, fans de este fic
Tina volvió a sacar a la luz una faceta de Bette que había estado escondida durante mucho tiempo. Una faceta que ella creía que ya no existía. El lado divertido, aventurero, algo salvaje que Bette antes valoraba tanto de si misma. Bette se sentía tan a gusto con Tina que la seguiría a cualquier parte. Sus defensas se derrumbaban rápidamente cuando Tina estaba preocupada y ella sólo podía esperar a que las preocupaciones salieran de su cabeza.
“Vamos a entrar aquí”, dijo Tina cogiendo a Bette de la mano.
Entraron en una sala de conferencias pequeña, con parte del equipo audiovisual apilado en el suelo y sobre la mesa del conferenciante. Tina cerró la puerta y se quedó escuchando a unas cuantas personas que pasaban de largo llevando una conversación en voz muy alta. Bette encontró el interruptor y lo apretó.
“¿Para qué necesitas luz?”, se rio Tina.
“Porque así puedo verte Tee. Sabes que me gusta mirarte”, dijo Bette mirándola fijamente con lujuria. Tina se puso caliente sólo al oir esas palabras de la mujer que le gustaba. La agotada diosa del sol se mordió el labio para reprimir un gemido que estaba a punto de salir de su boca.
Bette abrazó a Tina fuertemente. “Estoy tan orgullosa de ti. Eres la inspiración de muchas personas y te adoro T. Toda esa gente venía a ti esperando conseguir un poco de tu divinidad. Eres increíble”.
Tina no dejó que Bette siguiera y selló sus labios con un largo y caluroso beso. Primero se besaron lentamente, y después más profundamente, aspirándose las lenguas, lamiéndose los labios, mordisqueándolos de vez en cuando y gimiendo suavemente. Rompiendo el beso para poder tomar aire, Bette sonrió mientras sus manos comenzaron a bajar por el cuerpo esbelto de Tina. “Tienes un cuerpo hermoso, Tina. Estaría haciendo esto todo el día. Estoy tan contenta de haberte conocido. Me has hecho reir otra vez”.
Bette arrastró a Tina con convicción hacia un pequeño sofá que estaba entre la larga mesa y la pared. Hizo que Tina se tendiera, con la cabeza apoyada sobre el apoyabrazos. No era momento para recrearse. Había trabajo que hacer y una lista larga. Bette introdujo las manos bajo la camiseta de Tina y las puso sobre ambos pechos. Sintió los firmes pezones de Tina y acercó su lengua hasta el izquierdo, rodeándolo y chupándolo mientras usaba sus dedos para acariciar el pezón derecho.
Tina iba a la deriva. Bette destacaba en todas las cosas que hacía. Nadie la había hecho sentir nunca de esta manera. Nunca. Bette la excitaba hasta lo más profundo de su ser. Y ella estaba encendida.
“Tina, ¿estás mojada?”, preguntó Bette en medio de un lametón al cuello de Tina.
Tina vaciló antes de contestar. La pregunta más simple de Bette la volvía loca. “Si”, respondió Tina bajito en medio de jadeos.
“Sabes como me gusta esto, ¿verdad?”. La voz de Bette sonó chillona mientras introducía la mano por la cintura elástica de los pantalones de Tina, se deslizaba entre las bragas de Tina y rodeaba su sexo con el dedo del medio. “Joder, Tina, que mojada estás”.
Tina comenzó a gemir y a empujar sus caderas ligeramente.
“Baby. Mierda. Tengo que probarte. Sabes tan bien””. Bette se lamió los labios y se dispuso a introducir la lengua por el sexo de Tina. Cuando lo hizo, estando todo mojado y pegajoso, sus labios provocaron sonidos que resonaron por todas partes.
La cara de Tina estaba contraída. Un leve vértigo comenzó a cosquillear en su estómago. “Oh, baby, si. Oh si, Bette. Oh”, gimió Tina.
“Tina, ¿puedo hacerte una pregunta, baby?”
Tina no contestó inmediatamente. No podía. Su mente no se lo permitía. Quería de alguna manera mantener el control. Después de lo que le parecieron unos minutos, jadeó un “Si” mientras esperaba la pregunta que sabía que la enviaría a la órbita.
“¿De quién es el conejito de Tina?”, preguntó Bette mientras introducía dos dedos bien entrenados en su sexo. Bette levantó las cejas expectante, moviendo los dedos dentro de ella. Quería una respuesta y la quería ahora. Bette se ganaba la confianza de Tina y cada vez estaban mejor juntas, esto era evidente en sus acciones, cada vez más seguras. Su necesidad de complacer a Tina era tan grande que no consideraba que fuera pan comido conseguirlo. Se había olvidado de la humedad que se había formado entre sus piernas. Merecía la pena ver a Tina retorcerse y temblar de éxtasis y saber que ella era la causante de ese comportamiento tan apasionado.
Tina gimió muy fuerte. “Mierda, baby, que bueno es esto…”
“No has contestado a mi pregunta, Tina”, susurró Bette a la vez que aumentaba el ritmo y añadía otro dedo.
“Oh, joder baby. Es tuyo”. Cuanto mas fuerte apretaba BEtte, más alto hablaba Tina. Casi sin aire gritó, “Te pertenece. Joder. Es todo tuyo”.
Tina seguía gimiendo, lo que provocó risas en BEtte. “Misión cumplida”, pensó.
“¿Soy buena, Tina?”, preguntó Bette con calma.
Tina volvió a sacar a la luz una faceta de Bette que había estado escondida durante mucho tiempo. Una faceta que ella creía que ya no existía. El lado divertido, aventurero, algo salvaje que Bette antes valoraba tanto de si misma. Bette se sentía tan a gusto con Tina que la seguiría a cualquier parte. Sus defensas se derrumbaban rápidamente cuando Tina estaba preocupada y ella sólo podía esperar a que las preocupaciones salieran de su cabeza.
“Vamos a entrar aquí”, dijo Tina cogiendo a Bette de la mano.
Entraron en una sala de conferencias pequeña, con parte del equipo audiovisual apilado en el suelo y sobre la mesa del conferenciante. Tina cerró la puerta y se quedó escuchando a unas cuantas personas que pasaban de largo llevando una conversación en voz muy alta. Bette encontró el interruptor y lo apretó.
“¿Para qué necesitas luz?”, se rio Tina.
“Porque así puedo verte Tee. Sabes que me gusta mirarte”, dijo Bette mirándola fijamente con lujuria. Tina se puso caliente sólo al oir esas palabras de la mujer que le gustaba. La agotada diosa del sol se mordió el labio para reprimir un gemido que estaba a punto de salir de su boca.
Bette abrazó a Tina fuertemente. “Estoy tan orgullosa de ti. Eres la inspiración de muchas personas y te adoro T. Toda esa gente venía a ti esperando conseguir un poco de tu divinidad. Eres increíble”.
Tina no dejó que Bette siguiera y selló sus labios con un largo y caluroso beso. Primero se besaron lentamente, y después más profundamente, aspirándose las lenguas, lamiéndose los labios, mordisqueándolos de vez en cuando y gimiendo suavemente. Rompiendo el beso para poder tomar aire, Bette sonrió mientras sus manos comenzaron a bajar por el cuerpo esbelto de Tina. “Tienes un cuerpo hermoso, Tina. Estaría haciendo esto todo el día. Estoy tan contenta de haberte conocido. Me has hecho reir otra vez”.
Bette arrastró a Tina con convicción hacia un pequeño sofá que estaba entre la larga mesa y la pared. Hizo que Tina se tendiera, con la cabeza apoyada sobre el apoyabrazos. No era momento para recrearse. Había trabajo que hacer y una lista larga. Bette introdujo las manos bajo la camiseta de Tina y las puso sobre ambos pechos. Sintió los firmes pezones de Tina y acercó su lengua hasta el izquierdo, rodeándolo y chupándolo mientras usaba sus dedos para acariciar el pezón derecho.
Tina iba a la deriva. Bette destacaba en todas las cosas que hacía. Nadie la había hecho sentir nunca de esta manera. Nunca. Bette la excitaba hasta lo más profundo de su ser. Y ella estaba encendida.
“Tina, ¿estás mojada?”, preguntó Bette en medio de un lametón al cuello de Tina.
Tina vaciló antes de contestar. La pregunta más simple de Bette la volvía loca. “Si”, respondió Tina bajito en medio de jadeos.
“Sabes como me gusta esto, ¿verdad?”. La voz de Bette sonó chillona mientras introducía la mano por la cintura elástica de los pantalones de Tina, se deslizaba entre las bragas de Tina y rodeaba su sexo con el dedo del medio. “Joder, Tina, que mojada estás”.
Tina comenzó a gemir y a empujar sus caderas ligeramente.
“Baby. Mierda. Tengo que probarte. Sabes tan bien””. Bette se lamió los labios y se dispuso a introducir la lengua por el sexo de Tina. Cuando lo hizo, estando todo mojado y pegajoso, sus labios provocaron sonidos que resonaron por todas partes.
La cara de Tina estaba contraída. Un leve vértigo comenzó a cosquillear en su estómago. “Oh, baby, si. Oh si, Bette. Oh”, gimió Tina.
“Tina, ¿puedo hacerte una pregunta, baby?”
Tina no contestó inmediatamente. No podía. Su mente no se lo permitía. Quería de alguna manera mantener el control. Después de lo que le parecieron unos minutos, jadeó un “Si” mientras esperaba la pregunta que sabía que la enviaría a la órbita.
“¿De quién es el conejito de Tina?”, preguntó Bette mientras introducía dos dedos bien entrenados en su sexo. Bette levantó las cejas expectante, moviendo los dedos dentro de ella. Quería una respuesta y la quería ahora. Bette se ganaba la confianza de Tina y cada vez estaban mejor juntas, esto era evidente en sus acciones, cada vez más seguras. Su necesidad de complacer a Tina era tan grande que no consideraba que fuera pan comido conseguirlo. Se había olvidado de la humedad que se había formado entre sus piernas. Merecía la pena ver a Tina retorcerse y temblar de éxtasis y saber que ella era la causante de ese comportamiento tan apasionado.
Tina gimió muy fuerte. “Mierda, baby, que bueno es esto…”
“No has contestado a mi pregunta, Tina”, susurró Bette a la vez que aumentaba el ritmo y añadía otro dedo.
“Oh, joder baby. Es tuyo”. Cuanto mas fuerte apretaba BEtte, más alto hablaba Tina. Casi sin aire gritó, “Te pertenece. Joder. Es todo tuyo”.
Tina seguía gimiendo, lo que provocó risas en BEtte. “Misión cumplida”, pensó.
“¿Soy buena, Tina?”, preguntó Bette con calma.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Saludos al sol
buf!
gracias anita!!
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kamakaII- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Saludos al sol
!Virgensantísima! ozú!
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(aquí falta un emo que sescorromoñe tooooo!!!!!!!!)
pondré éste a falta de palabras
gracias anita for you
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lurdes beals- Un respeto, soy forera VIP
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Re: [Terminado] Saludos al sol
dios que calor jeje
gracias anita...
ahora voy a por la medicacion...que cuando ese par se junta asi sea en un fanfic dios se mueve el piso
gracias anita...
ahora voy a por la medicacion...que cuando ese par se junta asi sea en un fanfic dios se mueve el piso
gabyco- Un respeto, soy forera VIP
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Personajes favoritos : Bette Porter - Tina kenard - Mas q un personaje una personalidad Jennifer Beals
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Re: [Terminado] Saludos al sol
Bette volvía loca a Tina, y lo sabía. Disfrutaba viendo a la mujer Casanova rendirse ante ella de buen grado.
“Demasiado buena, baby, si”, gimoteó Tina. Comenzaba a perder el control sobre su cuerpo y deslizaba las manos por encima de la cabeza de Bette por agarrarse a algo. Tenía que hacer algo para impedir que su cuerpo levitara. Se aferró fuertemente al brazo del sofá y se sintió segura. Su cuerpo no hacía caso a su mente, y todas las enseñanzas que había recibido no servían de nada.
Una charla ruidosa se podía oir al otro lado de la puerta, de un grupo de gente que andaba por allí. Parecían más bien asistentes, y no trabajadores del centro. El murmullo del taller de Tina también se podía oir. Bette tapó con su mano la boca de Tina para evitar sus gemidos ruidosos. “Tina, necesito que estés tranquila. ¿Puedes hacerlo por mi? Hay gente fuera, detrás de esa puerta. No nos gustaría que la famosa diosa del sol fuera sorprendida follando en una sala de conferencias de la exposición, ¿verdad?”. Tina gimió como respuesta. Bette mantuvo el ritmo con sus dedos y movió su pulgar al mojado clit de Tina.
Tina le parecía preciosa a Bette. El profundo jadeo, la piel sonrojada, el cabello despeinado, los ojos entreabiertos, las gotas de sudor, la piel de gallina, el gemido incontrolable, la boca abierta y el olor del deseo, causaban estragos en los sentidos de Bette. Tina lo sabía. Alargó la mano y entró simultáneamente dentro de Bette con dos, con tres dedos, mientras Bette mordía su propio brazo para evitarlo. El experto toque de Tina envió rápidamente a Bette a un viaje de dirección única, directo al otro mundo que frecuentaban. Cuando llegó, hizo una pausa y esperó a Tina, que indudablemente llegaría en el siguiente vuelo. No había mucho tiempo para seguir viajando, dadas las malas condiciones ambientales. Así que, rápidamente, volvieron a la tierra, a la Costa Oeste, a San Francisco, al centro Moscone, a la exposición de salud, a una sala de conferencias libre. Era aquí donde ellas habían robado unos minutos al mundo para estar juntas.
………………
Con paso apresurado y respiración dificultosa, Tina abandonó primero la sala y caminó por el vestíbulo. Estaba en las nubes por el cariño que había recibido de la mujer más maravillosa del mundo. Casi tropezó cuando vio quien estaba sentada en el pasillo y sus sentidos también se perturbaron como reacción a la visión de aquella mujer.
“Así pues, ¿ahora es Bette Porter la orgullosa dueña de tu conejito?”
“Hola Carmen. En realidad, lo soy. Gracias por preguntar, aunque no es asunto tuyo”, Bette sonrió con orgullo cuando se unió a ellas.
“Bien, de la manera que Tina gritaba, si es asunto mío”.
“Lo siento, aún no hemos perfeccionado suficientemente la supresión de nuestros gritos de pasión, pero estamos trabajando en ello. ¿En qué podemos ayudarte, Carmen?”.
“Tu no puedes ayudarme en nada, Bette”, dijo Carmen cruzando los pies y poniendo las manos en las caderas. “Tina, ¿puedo hablar contigo un minuto?”.
Tina miró a Bette y preguntó, “Baby, ¿te importa?”.
“¿También la llamas baby a ella? ¿Las palabras y los sentimientos no significan nada para ti, Tina?”
“No, no me importa en absoluto”, contestó Bette, comenzando a andar por delante de ellas, pero no demasiado lejos para el caso de que Carmen decidiera actuar como la loca que Bette creía que era. Bette estaba todavía al alcance de las voces, y actuaba como si hablara por su móvil en vez de escuchar la conversación.
“Tina, estoy pasando un momento muy duro por tu culpa”.
“Lo siento, de verdad. Pero tu comportamiento no va a conseguir nada, Carmen. Intento impedir esta situación poniendo distancia entre nosotras, pero parece que tu no lo respetas. Tu eras consciente de cuales eran las reglas cuando comenzamos a salir. En aquel tiempo yo era un espíritu libre, Carmen, y tu lo sabías. Me diste tu palabra de que podías superarlo. “Esto”, Tina señaló el suelo, “es el sitio donde lo estás superando, Carmen. Finalmente he encontrado a alguien con quien me gustaría instalarme, y no estaba planeado. “ El corazón de Bette sonrió cuando oyó a Tina decir eso. Bette entonces pensó, “¿Instalarse? ¿Con Tina?. Con quien sea. Todavía no es el momento”.
“Carmen, yo no pensaba herir tus sentimientos cuando rompí contigo. Yo estaba hecha un lío”, dijo Tina sacudiendo la cabeza con disgusto. “Voy a intentar una relación sana, comprometida. Yo predicaba el bienestar a muchas personas diariamente, pero no lo practicaba. Quiero hacerlo ahora”.
“Lo entiendo, ¿pero no puedes hacerlo conmigo, baby?”.
Bette echó una ojeada a Carmen, y luego a Tina.
“¿Por qué no volvemos a mi stand, a recoger mis cosas y nos vamos?”, sugirió Tina con sentido de urgencia, “cerrarán el edificio en unos minutos y no querréis que nos quedemos encerradas aquí”. Tina deseó no haber dicho esa última frase. Sabía que Bette tendría una respuesta simpática.
“Me gustaría quedarme encerrada aquí, sobre todo en la sala de conferencias,Tina”, contestó Bette con maldad mirando a Tina, y luego a Carmen. “Bette, tu no tenías que haber dicho eso”, pensó. “Si, tenía que decirlo”, se contradijo, y sonrió abiertamente. Quería hacerle saber a Carmen que estaba escuchando y que no tenía que presionar a Tina con cosas del pasado.
Cuando Bette pudo ver el stand de Tina, apretó el paso y recogió la estera de Tina, el bolso y el agua embotellada, después volvió donde estaba la mujer herida y la que la había herido y encontró a Carmen llorando.
“Carmen, sinceramente espero que las cosas se solucionen, pero como te dije por teléfono no hay ninguna necesidad de que tengamos contacto. Cuídate”, dijo alegremente mientras cogía la fuerte pero delicada mano de Bette, la llevó hasta sus labios y la besó.
“Demasiado buena, baby, si”, gimoteó Tina. Comenzaba a perder el control sobre su cuerpo y deslizaba las manos por encima de la cabeza de Bette por agarrarse a algo. Tenía que hacer algo para impedir que su cuerpo levitara. Se aferró fuertemente al brazo del sofá y se sintió segura. Su cuerpo no hacía caso a su mente, y todas las enseñanzas que había recibido no servían de nada.
Una charla ruidosa se podía oir al otro lado de la puerta, de un grupo de gente que andaba por allí. Parecían más bien asistentes, y no trabajadores del centro. El murmullo del taller de Tina también se podía oir. Bette tapó con su mano la boca de Tina para evitar sus gemidos ruidosos. “Tina, necesito que estés tranquila. ¿Puedes hacerlo por mi? Hay gente fuera, detrás de esa puerta. No nos gustaría que la famosa diosa del sol fuera sorprendida follando en una sala de conferencias de la exposición, ¿verdad?”. Tina gimió como respuesta. Bette mantuvo el ritmo con sus dedos y movió su pulgar al mojado clit de Tina.
Tina le parecía preciosa a Bette. El profundo jadeo, la piel sonrojada, el cabello despeinado, los ojos entreabiertos, las gotas de sudor, la piel de gallina, el gemido incontrolable, la boca abierta y el olor del deseo, causaban estragos en los sentidos de Bette. Tina lo sabía. Alargó la mano y entró simultáneamente dentro de Bette con dos, con tres dedos, mientras Bette mordía su propio brazo para evitarlo. El experto toque de Tina envió rápidamente a Bette a un viaje de dirección única, directo al otro mundo que frecuentaban. Cuando llegó, hizo una pausa y esperó a Tina, que indudablemente llegaría en el siguiente vuelo. No había mucho tiempo para seguir viajando, dadas las malas condiciones ambientales. Así que, rápidamente, volvieron a la tierra, a la Costa Oeste, a San Francisco, al centro Moscone, a la exposición de salud, a una sala de conferencias libre. Era aquí donde ellas habían robado unos minutos al mundo para estar juntas.
………………
Con paso apresurado y respiración dificultosa, Tina abandonó primero la sala y caminó por el vestíbulo. Estaba en las nubes por el cariño que había recibido de la mujer más maravillosa del mundo. Casi tropezó cuando vio quien estaba sentada en el pasillo y sus sentidos también se perturbaron como reacción a la visión de aquella mujer.
“Así pues, ¿ahora es Bette Porter la orgullosa dueña de tu conejito?”
“Hola Carmen. En realidad, lo soy. Gracias por preguntar, aunque no es asunto tuyo”, Bette sonrió con orgullo cuando se unió a ellas.
“Bien, de la manera que Tina gritaba, si es asunto mío”.
“Lo siento, aún no hemos perfeccionado suficientemente la supresión de nuestros gritos de pasión, pero estamos trabajando en ello. ¿En qué podemos ayudarte, Carmen?”.
“Tu no puedes ayudarme en nada, Bette”, dijo Carmen cruzando los pies y poniendo las manos en las caderas. “Tina, ¿puedo hablar contigo un minuto?”.
Tina miró a Bette y preguntó, “Baby, ¿te importa?”.
“¿También la llamas baby a ella? ¿Las palabras y los sentimientos no significan nada para ti, Tina?”
“No, no me importa en absoluto”, contestó Bette, comenzando a andar por delante de ellas, pero no demasiado lejos para el caso de que Carmen decidiera actuar como la loca que Bette creía que era. Bette estaba todavía al alcance de las voces, y actuaba como si hablara por su móvil en vez de escuchar la conversación.
“Tina, estoy pasando un momento muy duro por tu culpa”.
“Lo siento, de verdad. Pero tu comportamiento no va a conseguir nada, Carmen. Intento impedir esta situación poniendo distancia entre nosotras, pero parece que tu no lo respetas. Tu eras consciente de cuales eran las reglas cuando comenzamos a salir. En aquel tiempo yo era un espíritu libre, Carmen, y tu lo sabías. Me diste tu palabra de que podías superarlo. “Esto”, Tina señaló el suelo, “es el sitio donde lo estás superando, Carmen. Finalmente he encontrado a alguien con quien me gustaría instalarme, y no estaba planeado. “ El corazón de Bette sonrió cuando oyó a Tina decir eso. Bette entonces pensó, “¿Instalarse? ¿Con Tina?. Con quien sea. Todavía no es el momento”.
“Carmen, yo no pensaba herir tus sentimientos cuando rompí contigo. Yo estaba hecha un lío”, dijo Tina sacudiendo la cabeza con disgusto. “Voy a intentar una relación sana, comprometida. Yo predicaba el bienestar a muchas personas diariamente, pero no lo practicaba. Quiero hacerlo ahora”.
“Lo entiendo, ¿pero no puedes hacerlo conmigo, baby?”.
Bette echó una ojeada a Carmen, y luego a Tina.
“¿Por qué no volvemos a mi stand, a recoger mis cosas y nos vamos?”, sugirió Tina con sentido de urgencia, “cerrarán el edificio en unos minutos y no querréis que nos quedemos encerradas aquí”. Tina deseó no haber dicho esa última frase. Sabía que Bette tendría una respuesta simpática.
“Me gustaría quedarme encerrada aquí, sobre todo en la sala de conferencias,Tina”, contestó Bette con maldad mirando a Tina, y luego a Carmen. “Bette, tu no tenías que haber dicho eso”, pensó. “Si, tenía que decirlo”, se contradijo, y sonrió abiertamente. Quería hacerle saber a Carmen que estaba escuchando y que no tenía que presionar a Tina con cosas del pasado.
Cuando Bette pudo ver el stand de Tina, apretó el paso y recogió la estera de Tina, el bolso y el agua embotellada, después volvió donde estaba la mujer herida y la que la había herido y encontró a Carmen llorando.
“Carmen, sinceramente espero que las cosas se solucionen, pero como te dije por teléfono no hay ninguna necesidad de que tengamos contacto. Cuídate”, dijo alegremente mientras cogía la fuerte pero delicada mano de Bette, la llevó hasta sus labios y la besó.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Saludos al sol
uyuyuyuy Tina ,que rompecorazones pobre Carmen
gracias anita
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lurdes beals- Un respeto, soy forera VIP
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Re: [Terminado] Saludos al sol
Bueno hoy me he leído este fic enterito del tirón.
Así ke ya estoy al día.
Esto de llevar poco en el foro es lo ke tiene, ke hay ke escoger algún momento para ir poniendose al día con todo.
Así ke nada, a esperar el siguiente capi.
Muchas gracias a anita por su traducción!!
Así ke ya estoy al día.
Esto de llevar poco en el foro es lo ke tiene, ke hay ke escoger algún momento para ir poniendose al día con todo.
Así ke nada, a esperar el siguiente capi.
Muchas gracias a anita por su traducción!!
MaCri- Un respeto, soy forera VIP
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Capítulo 13
13. El esplendor cósmico, 2ª parte
Más que todas las palabras.
Bette estuvo de acuerdo en asistir a la sesión de yoga de la salida del sol de Tina a las 6 de la mañana siguiente. Por qué condescendió a participar en algo a una hora tan intempestiva nunca lo sabría. Debe ser el amor. Tina dejó el hotel a las 5 a.m. para llegar temprano a la exposición para preparar su clase. Bette luchó para despertarse a las 5,30 y en cuanto sonó la alarma del despertador, sonó el teléfono del hotel. ¡Despiértate! Es hora de saludar a tu cariño solar. “Bien T”, contestó la somnolienta voz de Bette.
Por la cantidad de actividades que había en el centro Moscone, no se sabía si sería un poco antes de las 6 de la mañana. La clase de Tina era una de las 10 sesiones de salida de sol y estaba abarrotada de gente. Cuando Bette firmaba como participante en la mesa del vestíbulo, un par delicadas manos le cubrió la cara. No tenía ganas de jugar a horas tan tempranas de la mañana, así que se dio la vuelta para encontrarse cara a cara con su contrincante. “Buenos días Hel”, dijo sin entusiasmo.
“Es divertido verte aquí tan temprano, Bette”.
“Si, lo sé. Nunca dejo de sorprenderme”, dijo Bette riendo. Hubo un silencio incómodo entre los dos. Bette no estaba de humor para discutir, y decidió tomar la vía agradable. “¿A qué clase asistes, Hel?”. “Entrenamiento básico”, sonrió Helena, “¿y tu?”.
“Saludos al sol”. “Ya lo veo. Estoy segura de que vas a disfrutar mucho”, dijo Helena cariñosa. Bette sabía que no era lo que pensaba. “Mañana regreso a LA Hel, ¿por qué no nos vemos antes de que me vaya?. Me gustaría aclarar las cosas”. Bette caminó junto a Helena, que se dirigía a su clase de “entrenamiento básico, para seguir hablando. “Francamente Bette, no creo que tengamos nada que aclarar. Sigo siendo la chica simpática que conoces”. “Si, lo sé, Hel”.
“Además, estoy muy ocupada hoy y mañana con unos objetos de exposición nuevo. Me han ofrecido un puesto a tiempo completo en el museo y estoy pensando seriamente en aceptarlo. Realmente, no hay ninguna necesidad de que vuelva a LA”.
Tina apareció en medio de las dos por arte de magia y dirigió sus ojos iracundos de Bette a Helena, para después volver otra vez a Bette. “¿Vienes a la clase, Bette?”, preguntó Tina con todo el veneno que pudo transmitir. Bette frunció los labios y Tina la miró inexpresivamente a cambio. No necesitaba los celos en este momento, así que decidió cabecear ligeramente como respuesta y devolver la atención a su compañera de habitación. “Hel, sé que estás muy ocupada, pero me gustaría hablar contigo después de nuestras clases”.
Tina estaba bastante fastidiada al ver lo íntimas que parecían Helena y Bette. Sabía que tenía que confiar en Bette, pero no podía si Helena estaba por medio. A diferencia de Bette, ella no había sido atacada por la versión zorra de Helena. Ella sólo conocía a la mujer potente y fuerte. “¿Qué demonios hace ella aquí, de todos modos?”, se preguntó Tina, sin apartarse deaquel lugar.
Como siempre, la enseñanza de Tina fue impecable y su clase fue asombrosa. Bette estaba todavía intimidada por la pasión que Tina tenía por el yoga. Formaba parte de ella. No había habido ninguna atención especial hacia Bette mientras Tina estaba con los estudiantes de su clase. Bette ni siquiera estaba segura de si había visto donde estaba sentada. Habiendo sido el objetivo del afecto ininterrumpido de Tina en los últimos días, ahora no le gustaba la ausencia repentina de todo aquello, y como una niña, puso mala cara. Se limpió el sudor de la frente, y vio a Helena que entraba en la sala y miraba a su alrededor. Bette se levantó despacio y se dirigió una vez más a su querida amiga. Tina estaba todavía hablando con aquellos que la admiraban. “Hel, ¿en serio piensas mudarte aquí?”.
“Si, en serio. Este descanso ha sido bueno para mi. No tienes idea de cómo se siente al estar enamorada de alguien que no lo sabe. Es muy duro”. “¿Y qué pasa con Lauren?”, preguntó Bette preocupada. “Lauren viene este fin de semana, pero si cojo el trabajo no sé que pasará. Probablemente nuestros caminos se separarán”.
Había un silencio incómodo entre ellas.
“Como te decía antes, soy una chica bastante agradable, así que no hay ninguna necesidad de explicar las cosas con detalle. Podría contar que el otro día tuviste sexo mientras me hablabas por teléfono desde tu habitación del hotel. Lo gracioso es que pensé que todos aquellos gemidos maravillosos y atractivos eran de alguna manera para mi y que tu estabas haciendo un juego sexual. Especialmente cuando de manera seductora dijiste que querías ir a algún lugar privado donde pudiéramos hablar. Que idiota fui. Pero después de nuestra conversación de ayer en la cafetería abrí los ojos”. Miró a su querida amiga a los ojos con mucha calma. “Si esto es lo que quieres respetaré tu decisión. Pero tengo que hacerte una pregunta.”
Bette carraspeó con fuerza intentando despejar el nudo que había hecho en su garganta. “Qué es Hel?”.
“¿La quieres, Bette?. ¿Quiero decir, es algo serio?”:
El corazón de Bette se rompió con la sinceridad de los ojos de Helena. “Si, me gusta mucho Hel”.
“Bien”, suspiró, “eso es bueno”, dijo Helena sonriendo y parpadeando con rapidez para intentar alejar las lágrimas. “Te deseo lo mejor, Bette. Volveré a casa dentro de una semana más o menos. Para entonces ya habré tomado una decisión sobre el trabajo. Cuidate”.
Helena se marchó, caminando lentamente por el vestíbulo. Sus hombros estaban hundidos por el peso de su amor por Bette.
Más que todas las palabras.
Bette estuvo de acuerdo en asistir a la sesión de yoga de la salida del sol de Tina a las 6 de la mañana siguiente. Por qué condescendió a participar en algo a una hora tan intempestiva nunca lo sabría. Debe ser el amor. Tina dejó el hotel a las 5 a.m. para llegar temprano a la exposición para preparar su clase. Bette luchó para despertarse a las 5,30 y en cuanto sonó la alarma del despertador, sonó el teléfono del hotel. ¡Despiértate! Es hora de saludar a tu cariño solar. “Bien T”, contestó la somnolienta voz de Bette.
Por la cantidad de actividades que había en el centro Moscone, no se sabía si sería un poco antes de las 6 de la mañana. La clase de Tina era una de las 10 sesiones de salida de sol y estaba abarrotada de gente. Cuando Bette firmaba como participante en la mesa del vestíbulo, un par delicadas manos le cubrió la cara. No tenía ganas de jugar a horas tan tempranas de la mañana, así que se dio la vuelta para encontrarse cara a cara con su contrincante. “Buenos días Hel”, dijo sin entusiasmo.
“Es divertido verte aquí tan temprano, Bette”.
“Si, lo sé. Nunca dejo de sorprenderme”, dijo Bette riendo. Hubo un silencio incómodo entre los dos. Bette no estaba de humor para discutir, y decidió tomar la vía agradable. “¿A qué clase asistes, Hel?”. “Entrenamiento básico”, sonrió Helena, “¿y tu?”.
“Saludos al sol”. “Ya lo veo. Estoy segura de que vas a disfrutar mucho”, dijo Helena cariñosa. Bette sabía que no era lo que pensaba. “Mañana regreso a LA Hel, ¿por qué no nos vemos antes de que me vaya?. Me gustaría aclarar las cosas”. Bette caminó junto a Helena, que se dirigía a su clase de “entrenamiento básico, para seguir hablando. “Francamente Bette, no creo que tengamos nada que aclarar. Sigo siendo la chica simpática que conoces”. “Si, lo sé, Hel”.
“Además, estoy muy ocupada hoy y mañana con unos objetos de exposición nuevo. Me han ofrecido un puesto a tiempo completo en el museo y estoy pensando seriamente en aceptarlo. Realmente, no hay ninguna necesidad de que vuelva a LA”.
Tina apareció en medio de las dos por arte de magia y dirigió sus ojos iracundos de Bette a Helena, para después volver otra vez a Bette. “¿Vienes a la clase, Bette?”, preguntó Tina con todo el veneno que pudo transmitir. Bette frunció los labios y Tina la miró inexpresivamente a cambio. No necesitaba los celos en este momento, así que decidió cabecear ligeramente como respuesta y devolver la atención a su compañera de habitación. “Hel, sé que estás muy ocupada, pero me gustaría hablar contigo después de nuestras clases”.
Tina estaba bastante fastidiada al ver lo íntimas que parecían Helena y Bette. Sabía que tenía que confiar en Bette, pero no podía si Helena estaba por medio. A diferencia de Bette, ella no había sido atacada por la versión zorra de Helena. Ella sólo conocía a la mujer potente y fuerte. “¿Qué demonios hace ella aquí, de todos modos?”, se preguntó Tina, sin apartarse deaquel lugar.
Como siempre, la enseñanza de Tina fue impecable y su clase fue asombrosa. Bette estaba todavía intimidada por la pasión que Tina tenía por el yoga. Formaba parte de ella. No había habido ninguna atención especial hacia Bette mientras Tina estaba con los estudiantes de su clase. Bette ni siquiera estaba segura de si había visto donde estaba sentada. Habiendo sido el objetivo del afecto ininterrumpido de Tina en los últimos días, ahora no le gustaba la ausencia repentina de todo aquello, y como una niña, puso mala cara. Se limpió el sudor de la frente, y vio a Helena que entraba en la sala y miraba a su alrededor. Bette se levantó despacio y se dirigió una vez más a su querida amiga. Tina estaba todavía hablando con aquellos que la admiraban. “Hel, ¿en serio piensas mudarte aquí?”.
“Si, en serio. Este descanso ha sido bueno para mi. No tienes idea de cómo se siente al estar enamorada de alguien que no lo sabe. Es muy duro”. “¿Y qué pasa con Lauren?”, preguntó Bette preocupada. “Lauren viene este fin de semana, pero si cojo el trabajo no sé que pasará. Probablemente nuestros caminos se separarán”.
Había un silencio incómodo entre ellas.
“Como te decía antes, soy una chica bastante agradable, así que no hay ninguna necesidad de explicar las cosas con detalle. Podría contar que el otro día tuviste sexo mientras me hablabas por teléfono desde tu habitación del hotel. Lo gracioso es que pensé que todos aquellos gemidos maravillosos y atractivos eran de alguna manera para mi y que tu estabas haciendo un juego sexual. Especialmente cuando de manera seductora dijiste que querías ir a algún lugar privado donde pudiéramos hablar. Que idiota fui. Pero después de nuestra conversación de ayer en la cafetería abrí los ojos”. Miró a su querida amiga a los ojos con mucha calma. “Si esto es lo que quieres respetaré tu decisión. Pero tengo que hacerte una pregunta.”
Bette carraspeó con fuerza intentando despejar el nudo que había hecho en su garganta. “Qué es Hel?”.
“¿La quieres, Bette?. ¿Quiero decir, es algo serio?”:
El corazón de Bette se rompió con la sinceridad de los ojos de Helena. “Si, me gusta mucho Hel”.
“Bien”, suspiró, “eso es bueno”, dijo Helena sonriendo y parpadeando con rapidez para intentar alejar las lágrimas. “Te deseo lo mejor, Bette. Volveré a casa dentro de una semana más o menos. Para entonces ya habré tomado una decisión sobre el trabajo. Cuidate”.
Helena se marchó, caminando lentamente por el vestíbulo. Sus hombros estaban hundidos por el peso de su amor por Bette.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Saludos al sol
Pobre Helenita!!!
Xo Tibette han de estar juntas .
gracias anita!!!
Xo Tibette han de estar juntas .
gracias anita!!!
kamakaII- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Saludos al sol
Helena que malos son los celos
sigue cuando puedas anita ,está genial
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lurdes beals- Un respeto, soy forera VIP
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Re: [Terminado] Saludos al sol
Bette volvió a la clase para encontrarla casi vacía, excepto unos cuantos compañeros que todavía estaban alrededor de Tina. Bette no podía imaginar lo que Helena sentía y no quería despreciar sus sentimientos. Por una parte, Bette era más feliz de lo que lo había sido en muchos años, y por otra estaba casi tan triste como el día que la abandonó su marido. Helena había sido su ayuda y su refugio y Bette, aunque involuntariamente, le había hecho daño. Sabía que su amistad había terminado. Esta era la consecuencia del rechazo de Bette a Helena.
Tina sabía que Bette estaba triste, así que terminó de hablar con los alumnos que quedaban y se dirigió a su amor dolorido.
Miró calurosamente a Bette mientras se subía la capucha de su camiseta de Zen. “Siento mucho no haber podido hacerte caso esta mañana. Mis defensas se elevaron cuando te vi con Helena. Me siento tan insegura cuando os veo juntas que me asusta”.
“No creo que tengas que preocuparte más de ella Tina”, dijo Bette mirando al suelo.
“Entonces le has hablado sobre nosotras?”, preguntó Tina.
“No tuve que hacerlo. Me oyó el otro día cuando hablaba con ella por teléfono mientras metías tu lengua dentro de mi”. Tina no respondió, pero sonrió internamente.
“Esto probablemente le hizo mucho daño. ¿Cómo pude ser tan estúpida?”, soltó Bette con repugnancia.
Tina iba a responder, pero decidió callarse. Por lo que a Tina concrnía, el karma cuidaba de Helena, pero ella no quería abandonar sus posibilidades con Bette. No era su culpa que Helena hubiera estado viviendo dos años con Bette sin hacer ningún movimiento. Le quería decir a Bette que Helena era la estúpida, no ella. Tina sabía que si los papeles se cambiaran y ella estuviera en el lugar de Helena, no dejaría escapar la posibilidad de que Bette quisiera estar con ella, y no con los demás. Ella vería a Tina Kennard por todas partes, “como hace ahora más o menos”, sonrió disimuladamente para sí misma. Helena había perdido su oportunidad. “transmite muy mala energía. Que idiota”, pensó Tina.
“¿Qué te parece si nos vamos fuera a respirar un poco de aire?. En realidad ya he acabado hoy, si quieres que visitemos la ciudad. Todavía es temprano. Dime que quieres hacer, y lo haremos”, dijo Tina sonriendo a Bette.
……………………………………..
La niebla se levantaba en el momento en que llegaban al embarcadero. Todavía hacía un poco de frío, así que se dejaron puestas las chaquetas. Bette estaba todo el rato callada y Tina no tenía la necesidad de iniciar una conversación. Disfrutaba escuchando los sonidos de la ciudad. Turistas, gente que iba a los restaurantes, gente apresurada comprando pan recién hecho… Tina estaba en el paraíso, comiéndose una barra de chocolate Ghirardelli y mirando furtivamente a la silenciosa persona que estaba a su lado. Se sentaron para ver los leones marinos en sus repisas durante un rato. Bette, molesta por los ruidos de los animales quiso marcharse nada más sentarse.
Continuaron andando en silencio, hasta que Tina se decidió a hablar. “Todo esto tiene que ser duro para Helena”, dijo comprensiva.
“Si. Piensa quedarse a vivir en San Francisco para siempre. Le han ofrecido un trabajo en el SFMOMA”.
“Eso debe haberte afectado mucho, Bette. Sé como estaría yo si te amara y tu no me correspondieras. No puedo ni imaginármelo. Siento mucho tu problema, pero soy tan feliz de que seas mía. No intento menospreciar a Helena. Es sólo que nunca pensé que alguna vez me sentiría así. Y me siento, y este sentimiento es verdadero. Y es tan bueno. Como en este momento, me siento tan bien. Incluso cuando estamos calladas, estoy bien estando contigo”.
Se sentaron en el Golden Gate Park, con la cabeza de Bette en el regazo de Tina. Tina miraba a su alrededor pensativamente, quería hacer una pregunta a Bette y no sabía como.
“¿Qué estás pensando Tina?”, preguntó Bette, notando que las mejillas de Tina se ponían rosadas.
“En ti”, contestó Tina mirando la cara perfecta de Bette. “¿Crees que tu y Helena seguiréis siendo amigas?”.
“No. Creo que nuestra amistad se ha acabado. Han pasado demasiadas cosas entre nosotras para seguir siendo amigas”.
“Bueno, ya sabes lo que dicen, que la gente entra en nuestra vida por alguna razón, ya sea por una temporada o por toda la vida. Tal vez ella sólo estaba ahí por una temporada”.
“¿Eso no te haría feliz Tina? Si ella estuviera ya fuera de mi vida”. Bette chasqueó los dedos con énfasis.
“Si me gustaría. Ya sabes lo que pienso sobre ella, no hay ninguna necesidad de mentir. Aunque estoy interesada en lo que te dijo”.
“Me dijo que follarías conmigo hasta que se me pusiera la cara azul y después te marcharías. Esta mañana me dijo que respetaba mi decisión de estar contigo si era lo que yo quería. Me preguntó si te amaba y le dije que sí”.
Tina preguntó, “Entonces, ¿qué es lo que piensas sobre lo que tu amiga te ha dicho?”.
“Pienso que está en un mundo de dolor y de pena, y que está celosa de ti. Pienso que tiene razón en que me follarás hasta que se me ponga la cara azul”. Bette se rió.
Tina se rió también. “Si, pero se equivoca en algunos puntos, no voy a marcharme. No voy a ir a ninguna parte sin ti, baby”.
“Eso espero. No puedo estar sin ti. Quiero estar contigo todo el tiempo, pero estoy asustada”.
“¿Qué es lo que te asusta baby?”.
“Confiar en alguien otra vez. Aunque no lo quiera, esta es una barrera muy grande en este momento”.
“Eso es comprensible Bette”.
“Me haces sentir muy especial, Tina, y te estoy muy agradecida por eso. Me has dicho que soy hermosa al menos un millón de veces”.
“Porque lo eres, Bette”.
“Hace muy poco pensaba que era muy fea. Tenía que ser muy fea para que mi marido me hubiera dejado de querer”.
“Mal pensado. Eres muy hermosa por dentro y por fuera”.
“De todos modos, al oírte decir tantas veces que soy hermosa y por la manera que concentras toda tu atención en mi, me he comenzado a sentir atractiva otra vez. Te quiero por muchas cosas Tina, pero sobre todo por la confianza en mi misma que me haces sentir. Ahora tengo ganas de levantarme por las mañanas y ver que día me espera. Tengo ganas de hablar contigo y verte. Darby tenía razón cuando hablaba del modo en que te centras en la gente cuando hablas con ellos. Nunca pensé que diría la palabra A otra vez a alguien, y menos a una mujer. Pero estás aquí y eres maravillosa.”
Tina jugaba con las líneas de la mano de Bette.
“Tina, ¿hablabas en serio cuando le decías a Carmen que querías instalarte conmigo?”.
“Si, lo decía en serio, BEtte. Mira, sé que esto es nuevo para nosotras y que las dos tenemos nuestro bagaje particular, pero esto no es ninguna excusa para arreglar mis noches. Quiero darte todo de mi, Bette. Ya tienes mi corazón, todo lo demás tiene menos importancia si lo comparamos con eso “, Tina se rió suavemente.
“Creo que aún no estoy preparada, Tina. Me gustaría darte lo mejor de mi, pero todavía intento entender en que consiste. Y seguramente no podré dar lo que no tengo”.
Tina sabía que Bette estaba triste, así que terminó de hablar con los alumnos que quedaban y se dirigió a su amor dolorido.
Miró calurosamente a Bette mientras se subía la capucha de su camiseta de Zen. “Siento mucho no haber podido hacerte caso esta mañana. Mis defensas se elevaron cuando te vi con Helena. Me siento tan insegura cuando os veo juntas que me asusta”.
“No creo que tengas que preocuparte más de ella Tina”, dijo Bette mirando al suelo.
“Entonces le has hablado sobre nosotras?”, preguntó Tina.
“No tuve que hacerlo. Me oyó el otro día cuando hablaba con ella por teléfono mientras metías tu lengua dentro de mi”. Tina no respondió, pero sonrió internamente.
“Esto probablemente le hizo mucho daño. ¿Cómo pude ser tan estúpida?”, soltó Bette con repugnancia.
Tina iba a responder, pero decidió callarse. Por lo que a Tina concrnía, el karma cuidaba de Helena, pero ella no quería abandonar sus posibilidades con Bette. No era su culpa que Helena hubiera estado viviendo dos años con Bette sin hacer ningún movimiento. Le quería decir a Bette que Helena era la estúpida, no ella. Tina sabía que si los papeles se cambiaran y ella estuviera en el lugar de Helena, no dejaría escapar la posibilidad de que Bette quisiera estar con ella, y no con los demás. Ella vería a Tina Kennard por todas partes, “como hace ahora más o menos”, sonrió disimuladamente para sí misma. Helena había perdido su oportunidad. “transmite muy mala energía. Que idiota”, pensó Tina.
“¿Qué te parece si nos vamos fuera a respirar un poco de aire?. En realidad ya he acabado hoy, si quieres que visitemos la ciudad. Todavía es temprano. Dime que quieres hacer, y lo haremos”, dijo Tina sonriendo a Bette.
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La niebla se levantaba en el momento en que llegaban al embarcadero. Todavía hacía un poco de frío, así que se dejaron puestas las chaquetas. Bette estaba todo el rato callada y Tina no tenía la necesidad de iniciar una conversación. Disfrutaba escuchando los sonidos de la ciudad. Turistas, gente que iba a los restaurantes, gente apresurada comprando pan recién hecho… Tina estaba en el paraíso, comiéndose una barra de chocolate Ghirardelli y mirando furtivamente a la silenciosa persona que estaba a su lado. Se sentaron para ver los leones marinos en sus repisas durante un rato. Bette, molesta por los ruidos de los animales quiso marcharse nada más sentarse.
Continuaron andando en silencio, hasta que Tina se decidió a hablar. “Todo esto tiene que ser duro para Helena”, dijo comprensiva.
“Si. Piensa quedarse a vivir en San Francisco para siempre. Le han ofrecido un trabajo en el SFMOMA”.
“Eso debe haberte afectado mucho, Bette. Sé como estaría yo si te amara y tu no me correspondieras. No puedo ni imaginármelo. Siento mucho tu problema, pero soy tan feliz de que seas mía. No intento menospreciar a Helena. Es sólo que nunca pensé que alguna vez me sentiría así. Y me siento, y este sentimiento es verdadero. Y es tan bueno. Como en este momento, me siento tan bien. Incluso cuando estamos calladas, estoy bien estando contigo”.
Se sentaron en el Golden Gate Park, con la cabeza de Bette en el regazo de Tina. Tina miraba a su alrededor pensativamente, quería hacer una pregunta a Bette y no sabía como.
“¿Qué estás pensando Tina?”, preguntó Bette, notando que las mejillas de Tina se ponían rosadas.
“En ti”, contestó Tina mirando la cara perfecta de Bette. “¿Crees que tu y Helena seguiréis siendo amigas?”.
“No. Creo que nuestra amistad se ha acabado. Han pasado demasiadas cosas entre nosotras para seguir siendo amigas”.
“Bueno, ya sabes lo que dicen, que la gente entra en nuestra vida por alguna razón, ya sea por una temporada o por toda la vida. Tal vez ella sólo estaba ahí por una temporada”.
“¿Eso no te haría feliz Tina? Si ella estuviera ya fuera de mi vida”. Bette chasqueó los dedos con énfasis.
“Si me gustaría. Ya sabes lo que pienso sobre ella, no hay ninguna necesidad de mentir. Aunque estoy interesada en lo que te dijo”.
“Me dijo que follarías conmigo hasta que se me pusiera la cara azul y después te marcharías. Esta mañana me dijo que respetaba mi decisión de estar contigo si era lo que yo quería. Me preguntó si te amaba y le dije que sí”.
Tina preguntó, “Entonces, ¿qué es lo que piensas sobre lo que tu amiga te ha dicho?”.
“Pienso que está en un mundo de dolor y de pena, y que está celosa de ti. Pienso que tiene razón en que me follarás hasta que se me ponga la cara azul”. Bette se rió.
Tina se rió también. “Si, pero se equivoca en algunos puntos, no voy a marcharme. No voy a ir a ninguna parte sin ti, baby”.
“Eso espero. No puedo estar sin ti. Quiero estar contigo todo el tiempo, pero estoy asustada”.
“¿Qué es lo que te asusta baby?”.
“Confiar en alguien otra vez. Aunque no lo quiera, esta es una barrera muy grande en este momento”.
“Eso es comprensible Bette”.
“Me haces sentir muy especial, Tina, y te estoy muy agradecida por eso. Me has dicho que soy hermosa al menos un millón de veces”.
“Porque lo eres, Bette”.
“Hace muy poco pensaba que era muy fea. Tenía que ser muy fea para que mi marido me hubiera dejado de querer”.
“Mal pensado. Eres muy hermosa por dentro y por fuera”.
“De todos modos, al oírte decir tantas veces que soy hermosa y por la manera que concentras toda tu atención en mi, me he comenzado a sentir atractiva otra vez. Te quiero por muchas cosas Tina, pero sobre todo por la confianza en mi misma que me haces sentir. Ahora tengo ganas de levantarme por las mañanas y ver que día me espera. Tengo ganas de hablar contigo y verte. Darby tenía razón cuando hablaba del modo en que te centras en la gente cuando hablas con ellos. Nunca pensé que diría la palabra A otra vez a alguien, y menos a una mujer. Pero estás aquí y eres maravillosa.”
Tina jugaba con las líneas de la mano de Bette.
“Tina, ¿hablabas en serio cuando le decías a Carmen que querías instalarte conmigo?”.
“Si, lo decía en serio, BEtte. Mira, sé que esto es nuevo para nosotras y que las dos tenemos nuestro bagaje particular, pero esto no es ninguna excusa para arreglar mis noches. Quiero darte todo de mi, Bette. Ya tienes mi corazón, todo lo demás tiene menos importancia si lo comparamos con eso “, Tina se rió suavemente.
“Creo que aún no estoy preparada, Tina. Me gustaría darte lo mejor de mi, pero todavía intento entender en que consiste. Y seguramente no podré dar lo que no tengo”.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Saludos al sol
que profundo ,que intenso ,que que que
gracias anita
gracias anita
lurdes beals- Un respeto, soy forera VIP
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Re: [Terminado] Saludos al sol
gracias anita!!
ojala en la 6º tuviese una conversacion asi estas dos
ojala en la 6º tuviese una conversacion asi estas dos
kamakaII- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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