[Terminado] Saludos al sol
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hola anita
ay anita, hace tanto que espero que vuelva bette a recoger a tina que me estoy haciendo vieja,
no quiero parecerte una desagradecida, pq no lo soy, y te agradezco el esfuerzo que haces para traducirnos la historia, pero..., estamos tan cerca del final...
imagino que estarás acabando exámenes y muy liada,
pero cuando puedas, podrías, please, seguir regalándonos trocitos de ff?
un beso
matilde
no quiero parecerte una desagradecida, pq no lo soy, y te agradezco el esfuerzo que haces para traducirnos la historia, pero..., estamos tan cerca del final...
imagino que estarás acabando exámenes y muy liada,
pero cuando puedas, podrías, please, seguir regalándonos trocitos de ff?
un beso
matilde
Invitado- Invitado
Re: [Terminado] Saludos al sol
matilde, anita ha estado enferma y aunque ya esta bastante mejor todavia esta un poco pachucha. Hablé ayer con ella y me lo contó. Y los exámenes los tendrá después de vacaciones.
Desgraciadamente, para tu información, el fic no está a punto de acabar, ni siquiera va por la mitad. Son 32 capítulos, más bien 33 porque el último tiene dos entregas. Así que mucha paciencia
Desgraciadamente, para tu información, el fic no está a punto de acabar, ni siquiera va por la mitad. Son 32 capítulos, más bien 33 porque el último tiene dos entregas. Así que mucha paciencia
Re: [Terminado] Saludos al sol
julia escribió:matilde, anita ha estado enferma y aunque ya esta bastante mejor todavia esta un poco pachucha. Hablé ayer con ella y me lo contó. Y los exámenes los tendrá después de vacaciones.
Desgraciadamente, para tu información, el fic no está a punto de acabar, ni siquiera va por la mitad. Son 32 capítulos, más bien 33 porque el último tiene dos entregas. Así que mucha paciencia
bueno, tendré paciencia,
dale un beso enorme y dile que espero que se mejore pronto,
un beso para tí tb Julita,
hablamos
matilde
p.d: te he contado que mi última adopción se llama Iulia?
Invitado- Invitado
Capítulo 16
Un poco, muy poquito para quitaros el mono. Mañana traduzco mas.
16. Háblame
Paul, el hombre anuncio del gimnasio, estaba celebrando su 31 cumpleaños en un nightclub nuevo llamado Caliente. Había invitado a la mitad de LA, y su novio Christian había invitado a la otra mitad. Christian estaba en la agenda de kas estrellas y conocía a todo el mundo que era alguien. Después de una rigurosa sesión Ashtanga con 4 clientes, Tina necesitaba salir de casa un rato. Estaba sorprendida de que Bette no la hubiera llamado para saber como estaba, pero de todos modos no le apetecía hablar con la mujer que ocupaba su corazón. Bette era inteligente y por tanto era totalmente consciente de la retirada repentina de Tina. Sabía que tenía que actuar con precaución o no hacer nada, y lo dejo para más tarde. Ninguna de las dos había intentado ponerse en contacto, aunque pensaran en la otra constantemente. Bette había estado entrenando con un instructor los dos últimos días, así que no había contactado con su novia que estaba aislada en su trabajo. Tina se puso un par de Levis descoloridos que se le ajustaron como amante, una camiseta negra que acentuaba sus negras botas camperas, esculpidas y brillantes, con un sol diminuto de oro encima de cada tobillo. Eran un regalo de cumpleaños de su abuelo, así que las guardaba cariñosamente. Cuando llegó al lugar indicado, la multitud se arremolinaba por todas partes. “Tal vez debería haberme quedado en casa”, pensó. Poniendo cara de falsa felicidad, se dio un paseo para charlar con los conocidos y se presentó a los que no conocía. Muchos ojos la siguieron cuando empezó a moverse por la sala como sólo ella sabía. Echaba de menos aquel tipo de atención y la consoló que no había perdido su capacidad de atraer a la gente. Muchas mujeres se acercaron a ella para desear a Paul feliz cumpleaños. Ella les sonreía, les hablaba brevemente, y seguía serpenteando. Percibió un leve aroma familiar. Un dulce y afrutado almizcle mezclado con la sexualidad de una mujer muy hermosa. Miró alrededor, entre la gente, pero no vio a la mujer que pensaba que podía emitirlo.
“Hey, señora ocupada!. Se te ve maravillosa”.
“Hey! A ti tampoco se te ve mal”.
“Me preguntaba si todavía estabas por aquí. Oí decir que te había mordido la serpiente del amor”
“Bien, ya sabes que lo intento algunas veces”, dijo Tina haciendo una demostración de lo que son unos dientes nacarados.
“¿Puedo traerte alguna bebida, monada?”
“Claro”, contestó Tina mientras se pasaba la lengua por los labios .
“¿Qué quieres? ¿zumo de zanahoria con un poco de lima?”, la guapa mujer sonrió con disimulo mientras sus ojos admiraban lentamente el cuerpo de Tina.
“No, esta noche quiero algo más duro. Zumo de arándano”, contestó Tina repasando el aún más lentamente el cuerpo de la mujer.
“Sprite no?”
“No, solo”, Tina le dirigió una sonrisa diabólica mientras sus ojos se posaron directamente en sus pezones.
16. Háblame
Paul, el hombre anuncio del gimnasio, estaba celebrando su 31 cumpleaños en un nightclub nuevo llamado Caliente. Había invitado a la mitad de LA, y su novio Christian había invitado a la otra mitad. Christian estaba en la agenda de kas estrellas y conocía a todo el mundo que era alguien. Después de una rigurosa sesión Ashtanga con 4 clientes, Tina necesitaba salir de casa un rato. Estaba sorprendida de que Bette no la hubiera llamado para saber como estaba, pero de todos modos no le apetecía hablar con la mujer que ocupaba su corazón. Bette era inteligente y por tanto era totalmente consciente de la retirada repentina de Tina. Sabía que tenía que actuar con precaución o no hacer nada, y lo dejo para más tarde. Ninguna de las dos había intentado ponerse en contacto, aunque pensaran en la otra constantemente. Bette había estado entrenando con un instructor los dos últimos días, así que no había contactado con su novia que estaba aislada en su trabajo. Tina se puso un par de Levis descoloridos que se le ajustaron como amante, una camiseta negra que acentuaba sus negras botas camperas, esculpidas y brillantes, con un sol diminuto de oro encima de cada tobillo. Eran un regalo de cumpleaños de su abuelo, así que las guardaba cariñosamente. Cuando llegó al lugar indicado, la multitud se arremolinaba por todas partes. “Tal vez debería haberme quedado en casa”, pensó. Poniendo cara de falsa felicidad, se dio un paseo para charlar con los conocidos y se presentó a los que no conocía. Muchos ojos la siguieron cuando empezó a moverse por la sala como sólo ella sabía. Echaba de menos aquel tipo de atención y la consoló que no había perdido su capacidad de atraer a la gente. Muchas mujeres se acercaron a ella para desear a Paul feliz cumpleaños. Ella les sonreía, les hablaba brevemente, y seguía serpenteando. Percibió un leve aroma familiar. Un dulce y afrutado almizcle mezclado con la sexualidad de una mujer muy hermosa. Miró alrededor, entre la gente, pero no vio a la mujer que pensaba que podía emitirlo.
“Hey, señora ocupada!. Se te ve maravillosa”.
“Hey! A ti tampoco se te ve mal”.
“Me preguntaba si todavía estabas por aquí. Oí decir que te había mordido la serpiente del amor”
“Bien, ya sabes que lo intento algunas veces”, dijo Tina haciendo una demostración de lo que son unos dientes nacarados.
“¿Puedo traerte alguna bebida, monada?”
“Claro”, contestó Tina mientras se pasaba la lengua por los labios .
“¿Qué quieres? ¿zumo de zanahoria con un poco de lima?”, la guapa mujer sonrió con disimulo mientras sus ojos admiraban lentamente el cuerpo de Tina.
“No, esta noche quiero algo más duro. Zumo de arándano”, contestó Tina repasando el aún más lentamente el cuerpo de la mujer.
“Sprite no?”
“No, solo”, Tina le dirigió una sonrisa diabólica mientras sus ojos se posaron directamente en sus pezones.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Fecha de inscripción : 06/03/2008
Re: [Terminado] Saludos al sol
Gracias anita!!
La impaciencia nos estaba matando!!!
Espero q estes mejor!!! Cuidate!
La impaciencia nos estaba matando!!!
Espero q estes mejor!!! Cuidate!
kamakaII- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Localización : Running with Jennifer around the world
Fecha de inscripción : 15/05/2008
Re: [Terminado] Saludos al sol
Bette contemplaba este intercambio desde una esquina poco alumbrada de la sala. Estuvo soportando la charla con algunos compañeros de trabajo mientras se tomaba su segundo vaso de whisky. Cuando Tina entró, Bette la vio inmediatamente y había seguido cada uno de sus movimientos meticulosamente. Sorprendentemente, Bette no estaba celosa de toda la atención que Tina atraía. Sabía que la confusa diosa del sol estaba totalmente cautivada por ella y estaba contenta siendo una simple observadora. Además, no quería asfixiar a Tina después de la impetuosidad de sus sentimientos de unos días antes. En la mente de Bette, el comportamiento de Tina en aquel momento era un indicador verdadero de lo que sentía; independientemente de su capacidad para reconocerlo.
Paul llegó por detrás de Bette y la sobresaltó cuando la tocó con la mano. “Pooorter, que bien se te ve. Cuidado. Si no haces nada con esa mano, se te va a caer el vaso”.
“No te preocupes, ya tengo cuidado”, contestó Bette, y tomó otro sorbo de su bebida. Christian no estaba demasiado lejos, algo más atrás que su novio. “Miss Thing, eres tan feroz como yo mismo”, soltó plantándole un beso modesto en la mejilla.
“Feliz cumpleaños Paul”, gritó Bette. “Gracias”, le devolvió el grito, mientras caminaba a trompicones detrás de Christian.
Tina estaba sentada en la mesa con la guapa mujer misteriosa mientras un enjambre de mujeres se acercaban a ella. La mujer misteriosa no parecía fijarse en esas mujeres en absoluto. Muchas besaban a Tina en la mejilla y charlaban con ella unos minutos totalmente cautivadas por su conversación. Esto era algo que ella dominaba desde hacía tiempo. A ella le importaban un carajo las necesidades de las mujeres que se le acercaban. Comenzó a preguntarles por lo que hacían ahora y por qué estaban allí. Algunas de sus camaradas intentaron besarla en los labios, pero ella giraba la cabeza a tiempo para que el beso aterrizara en la mejilla. “Tiene ese movimiento muy perfeccionado”, se rió Bette. “Maldición está muy buena”. El clit de Bette dio un tirón nervioso mientras estudiaba a su diosa del sol de los pies a la cabeza. Bette decidió sentarse en la mesa más cercana para seguir su observac ión. “Eh, Porter!. Parece que tu mujer ha vuelto a sus viejas costumbres. ¿Qué pasa?”, preguntó Katie, una profesora de step-aerobic borracha. Bette le dijo que fuera a por otra bebida y disfrutara de la fiesta, pero de verdad, Bette empezaba a preocuparse por las acciones de su supuesta novia. La misteriosa mujer se levantó y se puso detrás de la silla de Tina pasándole los brazos alrededor del cuello en un semi abrazo. Se inclinó hacia adelante, susurró algo al oído de Tina y la besó en la mejilla. Antes de alejarse, remontó con su dedo índice el cuello y los hombros de Tina. Tina terminó su zumo, jugó con el vaso un rato, sacó su lápiz de labios y se retocó los labios y se levantó de la mesa. Finalmente, caminó en dirección a la mujer misteriosa, provocando que muchos ojos la siguieran en su alegre y determinado contoneo.
Cuando Bette vio el paso confiado, sexy de Tina, sus ojos llamearon y la temperatura comenzó a elevarse. “Fácil, Porter”, se dijo a si misma mientras deslizaba los dedos por las perlas vistosas de su collar. Saltó precipitadamente cuando alguien a su espalda le tapó los ojos con las manos. ¿”Por qué la gente me fastidia siempre tapándome los ojos con las manos?, Mierda”, pensó. El olor inolvidable la saludó antes de que su dueño lo hiciera. “¿Eres tu, Amaro?”, se rio.
“Mucho mejor ahora”, sonrió satisfecho.
“¿Qué pasa? ¿ Tienes el pase de cocina esta noche?”.
“Tu lo conseguiste. Luiz y yo solo nos dejamos ver. Ya sabes. Nada de problemas”.
“Ya sabes la mala influencia que es, sería mejor que andaras con un señor”. Luiz era el chico malo de la familia, simpático pero un delincuente en el fondo, ninguna escuela podía con el. Lo echaron de Yale y volvió a casa a un reformatorio, comenzó a robar zapatos finos de cuero y monederos a los turistas en Brasil. Más tarde abrió una tienda de moda pintoresca en Rio que ahora llevaba su hermana. Convenció a su hermano Amaro para usar sus dos graduaciones en su beneficio, y abrió una tienda de moda chic en LA. Era lo mejor que los dos podían haber hecho. Su familia estaba muy orgullosa de su éxito, pero Amaro siguió sintiéndose responsable de su hermano mayor. Después de todo, fue Luiz quien le presentó a Bette en su segundo año de estudiante.
Amaro se rio estruendosamente, y se acercó a la silla de Bette percibiendo su frgancia. Bette vio a Paul repasando a Amaro al otro lado de la mesa y comenzó a reirse a carcajadas. Cuando los ojos de Paul se desviaron, encontraron los de Bette, sonrió abiertamente y se alejó.
“¿Qué es tan divertido?”
“Oh, nada”, se rio Bette tontamente, “Paul estaba mirando si tu le gustas para comnerte esta noche de cena”.
“Bueno, tu ya sabes algo que yo me comería”. Sus pensamientos se habían liberado con el alcohol, Amaro hizo todo lo posible por contenerse. “Mira, Bette, tengo que ir a buscar a mi hermanito. Cuidate, señora”. Se marchó deprisa, dejando que su olor le trajeran a Bette a bonitos recuerdos. Sonrió.
Llegó a los servicios con una sonrisa dibujada en su cara y el vaso en la mano. La belleza bronceada se había abierto paso entre la gente y vio que Carmen estaba cerca con alguna gente. Estaba intentando arreglarse en el pasillo cuando una puerta que se abría casi la golpeó.
“Perdóname, lo siento”, dijo con la sonrisa que le provocaban los pensamientos de Amaro aún en la cara.
“Que demonios haces aquí. De verdad, sabes como reir. Oh Dios mío, no olvidaré nunca este día. Bette Porter tiene una asquerosa preciosa sonrisa. Hola, sra. Porter, me alegra verte otra vez.” Alice extendió su delicada mano y Bette la apretó firmemente. Era obvio que la reportera chiflada estaba un poco achispada.
“Hola Alice, y gracias por el cumplido. Por favor, llámame Bette”, dijo amablemente.
“Joder”, exclamó Alice, “¿me vas a matar también con tu generosidad? Déjame ir a ver si nieva fuera, quédate aquí un segundo, vuelvo enseguida”.
Bette se divertía y disfrutaba disfrutaba de los elogios que recibía su sonrisa. Echaba de menos las risas alegres, y estaba contenta de haberse reencontrado con ellas de nuevo. Bette puso sus ojos en Alice y estaba cautivada con la alegría de la rubia.
“Alice, realmente tengo que utilizar el baño, Me gustaría hablar contigo, pero cuando haya terminado. ¿Te importa esperarme aquí?”
“De acuerdo. Te esperaré aquí. Ve, ve”, balbuceó Alice, “Por qué hablo así?”, se preguntó a sí misma.
De camino al baño, se encontró de frente a la mujer misteriosa que parecía una modelo. No hubo ninguna señal de reconocimiento de la una a la otra cuando se cruzaron. Bette tuvo el pensamiento de seguirla y abordarla para hacerle una o dos preguntas.
Paul llegó por detrás de Bette y la sobresaltó cuando la tocó con la mano. “Pooorter, que bien se te ve. Cuidado. Si no haces nada con esa mano, se te va a caer el vaso”.
“No te preocupes, ya tengo cuidado”, contestó Bette, y tomó otro sorbo de su bebida. Christian no estaba demasiado lejos, algo más atrás que su novio. “Miss Thing, eres tan feroz como yo mismo”, soltó plantándole un beso modesto en la mejilla.
“Feliz cumpleaños Paul”, gritó Bette. “Gracias”, le devolvió el grito, mientras caminaba a trompicones detrás de Christian.
Tina estaba sentada en la mesa con la guapa mujer misteriosa mientras un enjambre de mujeres se acercaban a ella. La mujer misteriosa no parecía fijarse en esas mujeres en absoluto. Muchas besaban a Tina en la mejilla y charlaban con ella unos minutos totalmente cautivadas por su conversación. Esto era algo que ella dominaba desde hacía tiempo. A ella le importaban un carajo las necesidades de las mujeres que se le acercaban. Comenzó a preguntarles por lo que hacían ahora y por qué estaban allí. Algunas de sus camaradas intentaron besarla en los labios, pero ella giraba la cabeza a tiempo para que el beso aterrizara en la mejilla. “Tiene ese movimiento muy perfeccionado”, se rió Bette. “Maldición está muy buena”. El clit de Bette dio un tirón nervioso mientras estudiaba a su diosa del sol de los pies a la cabeza. Bette decidió sentarse en la mesa más cercana para seguir su observac ión. “Eh, Porter!. Parece que tu mujer ha vuelto a sus viejas costumbres. ¿Qué pasa?”, preguntó Katie, una profesora de step-aerobic borracha. Bette le dijo que fuera a por otra bebida y disfrutara de la fiesta, pero de verdad, Bette empezaba a preocuparse por las acciones de su supuesta novia. La misteriosa mujer se levantó y se puso detrás de la silla de Tina pasándole los brazos alrededor del cuello en un semi abrazo. Se inclinó hacia adelante, susurró algo al oído de Tina y la besó en la mejilla. Antes de alejarse, remontó con su dedo índice el cuello y los hombros de Tina. Tina terminó su zumo, jugó con el vaso un rato, sacó su lápiz de labios y se retocó los labios y se levantó de la mesa. Finalmente, caminó en dirección a la mujer misteriosa, provocando que muchos ojos la siguieran en su alegre y determinado contoneo.
Cuando Bette vio el paso confiado, sexy de Tina, sus ojos llamearon y la temperatura comenzó a elevarse. “Fácil, Porter”, se dijo a si misma mientras deslizaba los dedos por las perlas vistosas de su collar. Saltó precipitadamente cuando alguien a su espalda le tapó los ojos con las manos. ¿”Por qué la gente me fastidia siempre tapándome los ojos con las manos?, Mierda”, pensó. El olor inolvidable la saludó antes de que su dueño lo hiciera. “¿Eres tu, Amaro?”, se rio.
“Mucho mejor ahora”, sonrió satisfecho.
“¿Qué pasa? ¿ Tienes el pase de cocina esta noche?”.
“Tu lo conseguiste. Luiz y yo solo nos dejamos ver. Ya sabes. Nada de problemas”.
“Ya sabes la mala influencia que es, sería mejor que andaras con un señor”. Luiz era el chico malo de la familia, simpático pero un delincuente en el fondo, ninguna escuela podía con el. Lo echaron de Yale y volvió a casa a un reformatorio, comenzó a robar zapatos finos de cuero y monederos a los turistas en Brasil. Más tarde abrió una tienda de moda pintoresca en Rio que ahora llevaba su hermana. Convenció a su hermano Amaro para usar sus dos graduaciones en su beneficio, y abrió una tienda de moda chic en LA. Era lo mejor que los dos podían haber hecho. Su familia estaba muy orgullosa de su éxito, pero Amaro siguió sintiéndose responsable de su hermano mayor. Después de todo, fue Luiz quien le presentó a Bette en su segundo año de estudiante.
Amaro se rio estruendosamente, y se acercó a la silla de Bette percibiendo su frgancia. Bette vio a Paul repasando a Amaro al otro lado de la mesa y comenzó a reirse a carcajadas. Cuando los ojos de Paul se desviaron, encontraron los de Bette, sonrió abiertamente y se alejó.
“¿Qué es tan divertido?”
“Oh, nada”, se rio Bette tontamente, “Paul estaba mirando si tu le gustas para comnerte esta noche de cena”.
“Bueno, tu ya sabes algo que yo me comería”. Sus pensamientos se habían liberado con el alcohol, Amaro hizo todo lo posible por contenerse. “Mira, Bette, tengo que ir a buscar a mi hermanito. Cuidate, señora”. Se marchó deprisa, dejando que su olor le trajeran a Bette a bonitos recuerdos. Sonrió.
Llegó a los servicios con una sonrisa dibujada en su cara y el vaso en la mano. La belleza bronceada se había abierto paso entre la gente y vio que Carmen estaba cerca con alguna gente. Estaba intentando arreglarse en el pasillo cuando una puerta que se abría casi la golpeó.
“Perdóname, lo siento”, dijo con la sonrisa que le provocaban los pensamientos de Amaro aún en la cara.
“Que demonios haces aquí. De verdad, sabes como reir. Oh Dios mío, no olvidaré nunca este día. Bette Porter tiene una asquerosa preciosa sonrisa. Hola, sra. Porter, me alegra verte otra vez.” Alice extendió su delicada mano y Bette la apretó firmemente. Era obvio que la reportera chiflada estaba un poco achispada.
“Hola Alice, y gracias por el cumplido. Por favor, llámame Bette”, dijo amablemente.
“Joder”, exclamó Alice, “¿me vas a matar también con tu generosidad? Déjame ir a ver si nieva fuera, quédate aquí un segundo, vuelvo enseguida”.
Bette se divertía y disfrutaba disfrutaba de los elogios que recibía su sonrisa. Echaba de menos las risas alegres, y estaba contenta de haberse reencontrado con ellas de nuevo. Bette puso sus ojos en Alice y estaba cautivada con la alegría de la rubia.
“Alice, realmente tengo que utilizar el baño, Me gustaría hablar contigo, pero cuando haya terminado. ¿Te importa esperarme aquí?”
“De acuerdo. Te esperaré aquí. Ve, ve”, balbuceó Alice, “Por qué hablo así?”, se preguntó a sí misma.
De camino al baño, se encontró de frente a la mujer misteriosa que parecía una modelo. No hubo ninguna señal de reconocimiento de la una a la otra cuando se cruzaron. Bette tuvo el pensamiento de seguirla y abordarla para hacerle una o dos preguntas.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Fecha de inscripción : 06/03/2008
hola anita
hola
imagino que andas mejor cuando te vemos por estos lares,
me alegro
Julia me dijo que andabas mala,
bueno, no es temporada de encamarse,
cuidate, que tenemos las fiestas encima
bueno, un beso
gracias por continuar el ff
y FELICES FIESTAS
imagino que andas mejor cuando te vemos por estos lares,
me alegro
Julia me dijo que andabas mala,
bueno, no es temporada de encamarse,
cuidate, que tenemos las fiestas encima
bueno, un beso
gracias por continuar el ff
y FELICES FIESTAS
Invitado- Invitado
Re: [Terminado] Saludos al sol
me alegro de que estés mejor ani
Feliz Navidad
wowwwwwwwwwwww!!!!!!!!!!que interesante se está ponieeeeeeeeeennnnndoooooooooo!!!!!!!!!!!
:arbolnavidad:
Feliz Navidad
wowwwwwwwwwwww!!!!!!!!!!que interesante se está ponieeeeeeeeeennnnndoooooooooo!!!!!!!!!!!
:arbolnavidad:
lurdes beals- Un respeto, soy forera VIP
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Personajes favoritos : bastante
Fecha de inscripción : 05/03/2008
Re: [Terminado] Saludos al sol
“Muy bien Alice, gracias por esperar”. Estaban en el amplio pasillo, en el que había poca gente, muy al contrario de lo que ocurría en las secciones principales del club. Tenían que hablar fuerte o acercarse para escucharse. Bette se apoyó contra la pared, Alice estaba delante de ella, lo suficientemente cerca para oírse la una a la otra. “Quería pedirte perdón Alice por comportarme tan mal contigo como me comporté el otro día en Mikado. Ya sabes, hablar de mi matrimonio y sacar los trapos sucios no me gusta nada”.
“No te preocupes Bette, lo entiendo. Sé lo pesada que soy, y probablemente lo merecía. No debía haberte pedido una segunda entrevista. ¿Es difícil?”.
“No, en absoluto”.
“Bette, tienes disponibilidad para nuevos clientes?”.
“Depende. ¿Cuáles son tus objetivos?”, Bette bebió un sorbo de su whisky escocés y miró detenidamente el cuerpo de Alice.
“Me haces sentir muy miserable Bette”. Alice estiró el borde de su camiseta, recolocándola, y rápidamente dirigió a Bette una sonrisa satisfecha, pero decepcionada. Bette casi escupe su bebida intentando controlar la risa. “Alice, parece que estás en forma, yo sólo evaluaba lo que podría hacer. Estábamos hablando de moldear tu cuerpo, ¿recuerdas señorita miserable?”.
“Ah, y aún tienes tiempo para ser graciosa.”
Se rieron juntas.
“En serio, me gustaría añadir más tono de músculo, definirlo un poco más”, dijo Alice insegura.
“Bien. Bien, ¿por qué no te pasas el jueves a las 10 de la mañana para hacer una evaluación inicial?”.
“¡Grrrr! ¡Eso es impresionante!”, Alice dudó un poco. “Bette, no te tomes esto de forma equivocada pero tu cuerpo es muy, muy sexy”, dijo aumentando el tono de voz a cada palabra, “apuesto a que haces un montón de ejercicio cada día”.
“Bastante, Alice”.
“¿Y frutas? ¿comida vegetariana?”.
“No, intento hacerlo lo mejor posible, pero no soy un ejemplo en eso”. Bette quería decirle que era más bien tabaco, alcohol y comida basura, pero decidió guardarse aquella información. Alice, como la mayoría de sus clientes, probablemente se decepcionaría si supiera que almorzaba una bolsa de patatas fritas.
“Bueno, pero tu cuerpo si que es un ejemplo”, admiró Alice.
Tina caminó apresuradamente delante de las dos mujeres que se reían disimuladamente porque estaban en una misión más importante.
Alice cogió su mano y besó a la rubia. “Eyyy, ¿a qué tanta prisa, Tina? ¿Te persiguen tus fans?”.
Tina sonrió suavemente. “Hola Alice, ¿cómo estás?”, preguntó mientras sus ojos escudriñaban metódicamente a la familiar mujer que se apoyaba en la pared. La reina del yoga, sorprendida, sintió como su corazón se aceleraba. Allí estaba Bette Porter en toda su gloria. La mujer más hermosa del mundo estaba de charlas y risas con Alice ‘no puede guardar un secreto’ Pieszecki. “¿Por qué lleva esa camiseta estrecha tan sexy? ¿Y con el collar que le regalé?”, Tina no podía moverse. “Y esos vaqueros, ¡Joder¡. Le vienen que ni pintados. Veo que sus pezones están erectos, están pidiendo que los bese. ¡Mierda!, voy a perder la cabeza. Cálmate Kennard”, se dijo a sí misma. Bette sentía el calor en la mirada de Tina, y sabía que eso la volvía loca. Disfrutaba de la reacción de la mujer que le prometió que no se marcharía, pero que necesitaba espacio. Cuando sus ojos se encontraron, Bette dijo, “hola Tina”.
“Joder”, dijo Tina casi sin aliento. Bette sonrió cuando vio la boca de Tina abrirse buscando aire. Tina estaba a su lado y Bette lo sabía. Deleitándose en su felicidad, Bette flotaba en su pequeña nube personal.
“Ey, baby”, fue todo lo que la diosa muda pudo refunfuñar mientras su mirada permanecía fija en la mujer que estaba ante ella. Alice estaba ocupada saludando y hablando con todo el mundo que pasaba por allí. No sabía que Tina no llamaba a todo el mundo baby y que su saludo a Bette era especial. No sabía el sentimiento que Bette Porter provocaba en Tina Kennard. No sabía el calor que las dos mujeres sintieron entre sus piernas cuando se vieron aquella noche. Tina simplemente se quedó sin habla ante la belleza de Bette. Comprendiendo esto, Bette decidió hacérselo más fácil.
“Alice, ha sido agradable hablar contigo. Nos vemos el jueves. Voy a dejaros, chicas. Hasta luego, Tina”.
Las dos mujeres se quedaron mirando a la atractiva mujer, que se dirigía a la sección central del club. “¡Ey Tina! Voy a comenzar a trabajar con Bette. Tal vez algún día seré tan sexy como ella, ¿qué piensas?”, preguntó Alice poniendo una postura cómica. Tina todavía intentaba recuperarse. “Uhm, genial, Al”.
“Ey Tina, ¿Cuándo voy a conocer a tu nueva novia? ¿Dónde está?”.
“”Está aquí, en alguna parte”, refunfuñó Tina, intentando recordar su propio nombre.
Bette volvió a su mesa riéndose de la reacción de su novia. Se volvió a aplicar el lápiz de labios y se decidió a charlar, hasta que Tina se decidiera a buscarla. Tenía claro que Tina aparecería en cualquier momento. Aunque antes de que esto pasara, Amaro apareció otra vez y le pidió un baile.
“Gracias, pero no, estoy esperando a alguien”, contestó Bette con seguridad. Amaro se rió y la besó en la mejilla, y después se marchó chascando los dedos al ritmo de la música. Tina se acercó a Bette.
“Ey, forastera”, saludó Tina, explorando el entorno antes de mirar directamente a los ojos de Bette.
“Hola”, contestó Bette.
“No esperaba verte aquí, Bette. ¿Puedo sentarme?”.
“Si, ya he visto que no esperabas verme. Siéntate”
La rubia se sentó junto a su novia, y ambas comenzaron a hablar al mismo tiempo. “¿Por qué no empiezas tu primero?”, dijo Tina.
“Vale. ¿Todavía estás alterada conmigo, Tina?”.
La voz de Tina se volvió más lenta y suave. “A decir verdad, Bette, creo que estoy más alterada conmigo misma. A veces te presiono demasiado, y te pido perdón por eso. Quiero hacer las cosas bien por ti, pero estoy confusa. Hemos ido muy rápido, no es que nome guste, pero a veces tengo que detenerme para coger un respiro”. Tina vaciló, antes de reencontrarse con su voz. “Bette, alguna vez has recibido algo o has experimentado algo que fuera tan increíble que esté más allá de lo que tu mente pueda imaginar”.
“Si, es lo que siento siempre cuando hago el amor contigo, Tina”, pensó Bette. Pero se abstuvo de compartir sus sentimientos. “Creo que sé de lo que estás hablando”.
“Bien, así es como siento por ti, Bette, eres lo más maravilloso”.
Tina fue interrumpida por una de las novatas. “Perdón Tina, quería decirte que finalmente conseguí perfeccionar mi postura. Me gustaría enseñártelo si tienes un minuto”.
“Hola, Lisa, ahora mismo estoy hablando con alguien. ¿Qué te parece si me enseñas la postura la semana que viene en la clase?”. Tina sonrió y volvió sus ojos hacia Bette.
“¿Cómo puedes hacer tantas cosas al mismo tiempo, Tina?”.
Tina se rió. “Realmente no lo sé”. La gente comenzaba a reunirse no demasiado lejos de la intensa pareja para cantar el cumpleaños feliz a Paul. Cada vez era más difícil oir algo con el estruendo de la muchedumbre. “Bette, te importa si nos vamos fuera para que podamos oírnos?•
“Creo que nosotras deberíamos cantar también el cumpleaños feliz, Tina. Después de todo esto es una fiesta de cumpleaños. Después si, podemos ir fuera”.
Viendo que Tina se ponía tensa , la belleza de caramelo quiso ayudar a relajarse a la rubia herida. “¿Puedo traerte una bebida, Tina?”. Tina se estremeció y miró a Bette socarronamente. Bette siempre se asombraba de que Tina fuera una chica muy buena o muy mala, no tenía un punto medio. Podía acostarse con la mitad de las mujeres de LA, pero miraba con el ceño fruncido una copa de vino. Bette estaba sorprendida de que hubiera bebido tanto champán en San Francisco durante la exposición de salud.
“No tiene que ser nada fuerte. ¿Una copa de vino?. Dicen que es bueno parael corazón”.
“Vale Bette, pero no vas a conseguir emborracharme para hacer lo que quieras conmigo”.
“Entendido baby. No necesito la ayuda del alcohol para eso”, replicó Bette, y le dirigió una sonrisa.
“No te preocupes Bette, lo entiendo. Sé lo pesada que soy, y probablemente lo merecía. No debía haberte pedido una segunda entrevista. ¿Es difícil?”.
“No, en absoluto”.
“Bette, tienes disponibilidad para nuevos clientes?”.
“Depende. ¿Cuáles son tus objetivos?”, Bette bebió un sorbo de su whisky escocés y miró detenidamente el cuerpo de Alice.
“Me haces sentir muy miserable Bette”. Alice estiró el borde de su camiseta, recolocándola, y rápidamente dirigió a Bette una sonrisa satisfecha, pero decepcionada. Bette casi escupe su bebida intentando controlar la risa. “Alice, parece que estás en forma, yo sólo evaluaba lo que podría hacer. Estábamos hablando de moldear tu cuerpo, ¿recuerdas señorita miserable?”.
“Ah, y aún tienes tiempo para ser graciosa.”
Se rieron juntas.
“En serio, me gustaría añadir más tono de músculo, definirlo un poco más”, dijo Alice insegura.
“Bien. Bien, ¿por qué no te pasas el jueves a las 10 de la mañana para hacer una evaluación inicial?”.
“¡Grrrr! ¡Eso es impresionante!”, Alice dudó un poco. “Bette, no te tomes esto de forma equivocada pero tu cuerpo es muy, muy sexy”, dijo aumentando el tono de voz a cada palabra, “apuesto a que haces un montón de ejercicio cada día”.
“Bastante, Alice”.
“¿Y frutas? ¿comida vegetariana?”.
“No, intento hacerlo lo mejor posible, pero no soy un ejemplo en eso”. Bette quería decirle que era más bien tabaco, alcohol y comida basura, pero decidió guardarse aquella información. Alice, como la mayoría de sus clientes, probablemente se decepcionaría si supiera que almorzaba una bolsa de patatas fritas.
“Bueno, pero tu cuerpo si que es un ejemplo”, admiró Alice.
Tina caminó apresuradamente delante de las dos mujeres que se reían disimuladamente porque estaban en una misión más importante.
Alice cogió su mano y besó a la rubia. “Eyyy, ¿a qué tanta prisa, Tina? ¿Te persiguen tus fans?”.
Tina sonrió suavemente. “Hola Alice, ¿cómo estás?”, preguntó mientras sus ojos escudriñaban metódicamente a la familiar mujer que se apoyaba en la pared. La reina del yoga, sorprendida, sintió como su corazón se aceleraba. Allí estaba Bette Porter en toda su gloria. La mujer más hermosa del mundo estaba de charlas y risas con Alice ‘no puede guardar un secreto’ Pieszecki. “¿Por qué lleva esa camiseta estrecha tan sexy? ¿Y con el collar que le regalé?”, Tina no podía moverse. “Y esos vaqueros, ¡Joder¡. Le vienen que ni pintados. Veo que sus pezones están erectos, están pidiendo que los bese. ¡Mierda!, voy a perder la cabeza. Cálmate Kennard”, se dijo a sí misma. Bette sentía el calor en la mirada de Tina, y sabía que eso la volvía loca. Disfrutaba de la reacción de la mujer que le prometió que no se marcharía, pero que necesitaba espacio. Cuando sus ojos se encontraron, Bette dijo, “hola Tina”.
“Joder”, dijo Tina casi sin aliento. Bette sonrió cuando vio la boca de Tina abrirse buscando aire. Tina estaba a su lado y Bette lo sabía. Deleitándose en su felicidad, Bette flotaba en su pequeña nube personal.
“Ey, baby”, fue todo lo que la diosa muda pudo refunfuñar mientras su mirada permanecía fija en la mujer que estaba ante ella. Alice estaba ocupada saludando y hablando con todo el mundo que pasaba por allí. No sabía que Tina no llamaba a todo el mundo baby y que su saludo a Bette era especial. No sabía el sentimiento que Bette Porter provocaba en Tina Kennard. No sabía el calor que las dos mujeres sintieron entre sus piernas cuando se vieron aquella noche. Tina simplemente se quedó sin habla ante la belleza de Bette. Comprendiendo esto, Bette decidió hacérselo más fácil.
“Alice, ha sido agradable hablar contigo. Nos vemos el jueves. Voy a dejaros, chicas. Hasta luego, Tina”.
Las dos mujeres se quedaron mirando a la atractiva mujer, que se dirigía a la sección central del club. “¡Ey Tina! Voy a comenzar a trabajar con Bette. Tal vez algún día seré tan sexy como ella, ¿qué piensas?”, preguntó Alice poniendo una postura cómica. Tina todavía intentaba recuperarse. “Uhm, genial, Al”.
“Ey Tina, ¿Cuándo voy a conocer a tu nueva novia? ¿Dónde está?”.
“”Está aquí, en alguna parte”, refunfuñó Tina, intentando recordar su propio nombre.
Bette volvió a su mesa riéndose de la reacción de su novia. Se volvió a aplicar el lápiz de labios y se decidió a charlar, hasta que Tina se decidiera a buscarla. Tenía claro que Tina aparecería en cualquier momento. Aunque antes de que esto pasara, Amaro apareció otra vez y le pidió un baile.
“Gracias, pero no, estoy esperando a alguien”, contestó Bette con seguridad. Amaro se rió y la besó en la mejilla, y después se marchó chascando los dedos al ritmo de la música. Tina se acercó a Bette.
“Ey, forastera”, saludó Tina, explorando el entorno antes de mirar directamente a los ojos de Bette.
“Hola”, contestó Bette.
“No esperaba verte aquí, Bette. ¿Puedo sentarme?”.
“Si, ya he visto que no esperabas verme. Siéntate”
La rubia se sentó junto a su novia, y ambas comenzaron a hablar al mismo tiempo. “¿Por qué no empiezas tu primero?”, dijo Tina.
“Vale. ¿Todavía estás alterada conmigo, Tina?”.
La voz de Tina se volvió más lenta y suave. “A decir verdad, Bette, creo que estoy más alterada conmigo misma. A veces te presiono demasiado, y te pido perdón por eso. Quiero hacer las cosas bien por ti, pero estoy confusa. Hemos ido muy rápido, no es que nome guste, pero a veces tengo que detenerme para coger un respiro”. Tina vaciló, antes de reencontrarse con su voz. “Bette, alguna vez has recibido algo o has experimentado algo que fuera tan increíble que esté más allá de lo que tu mente pueda imaginar”.
“Si, es lo que siento siempre cuando hago el amor contigo, Tina”, pensó Bette. Pero se abstuvo de compartir sus sentimientos. “Creo que sé de lo que estás hablando”.
“Bien, así es como siento por ti, Bette, eres lo más maravilloso”.
Tina fue interrumpida por una de las novatas. “Perdón Tina, quería decirte que finalmente conseguí perfeccionar mi postura. Me gustaría enseñártelo si tienes un minuto”.
“Hola, Lisa, ahora mismo estoy hablando con alguien. ¿Qué te parece si me enseñas la postura la semana que viene en la clase?”. Tina sonrió y volvió sus ojos hacia Bette.
“¿Cómo puedes hacer tantas cosas al mismo tiempo, Tina?”.
Tina se rió. “Realmente no lo sé”. La gente comenzaba a reunirse no demasiado lejos de la intensa pareja para cantar el cumpleaños feliz a Paul. Cada vez era más difícil oir algo con el estruendo de la muchedumbre. “Bette, te importa si nos vamos fuera para que podamos oírnos?•
“Creo que nosotras deberíamos cantar también el cumpleaños feliz, Tina. Después de todo esto es una fiesta de cumpleaños. Después si, podemos ir fuera”.
Viendo que Tina se ponía tensa , la belleza de caramelo quiso ayudar a relajarse a la rubia herida. “¿Puedo traerte una bebida, Tina?”. Tina se estremeció y miró a Bette socarronamente. Bette siempre se asombraba de que Tina fuera una chica muy buena o muy mala, no tenía un punto medio. Podía acostarse con la mitad de las mujeres de LA, pero miraba con el ceño fruncido una copa de vino. Bette estaba sorprendida de que hubiera bebido tanto champán en San Francisco durante la exposición de salud.
“No tiene que ser nada fuerte. ¿Una copa de vino?. Dicen que es bueno parael corazón”.
“Vale Bette, pero no vas a conseguir emborracharme para hacer lo que quieras conmigo”.
“Entendido baby. No necesito la ayuda del alcohol para eso”, replicó Bette, y le dirigió una sonrisa.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Fecha de inscripción : 06/03/2008
Re: [Terminado] Saludos al sol
Gracias anita admiro tu constancia con lo dificil que es traducir un fic, y tu sigues y sigues... no sé si te lo decimos bastante, pero seguro que las fans de este fic te lo agradecen de corazón yo la primera
Re: [Terminado] Saludos al sol
Me ha tocao ir de segundona, jajaja
las segundas gracias las mías,
que ganas tenía de leerte anita
gracias
besos
y feliz 2009,
a tí y a todas
las segundas gracias las mías,
que ganas tenía de leerte anita
gracias
besos
y feliz 2009,
a tí y a todas
Invitado- Invitado
Re: [Terminado] Saludos al sol
graciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas anita y feliz 2009
gabyco- Un respeto, soy forera VIP
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Personajes favoritos : Bette Porter - Tina kenard - Mas q un personaje una personalidad Jennifer Beals
Fecha de inscripción : 23/06/2008
Re: [Terminado] Saludos al sol
muchas gracias anita
lurdes beals- Un respeto, soy forera VIP
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Localización : EE.UU
Personajes favoritos : bastante
Fecha de inscripción : 05/03/2008
Re: [Terminado] Saludos al sol
!joder gabyco! que guapa estás!
lurdes beals- Un respeto, soy forera VIP
- Cantidad de envíos : 1375
Localización : EE.UU
Personajes favoritos : bastante
Fecha de inscripción : 05/03/2008
Re: [Terminado] Saludos al sol
A estas alturas Bette habrá seducido a la pobre Tina y la habrá abandonado a su suerte, embarazada de ocho meses...
o espera,
Anita,
no es así verdad,
Bette se queda con Tina,
a qué sí?
..........
ay, espero que pasen pronto los exámenes y puedas volver
en toda tu gloria
y traducirnos
un beso
matilde
o espera,
Anita,
no es así verdad,
Bette se queda con Tina,
a qué sí?
..........
ay, espero que pasen pronto los exámenes y puedas volver
en toda tu gloria
y traducirnos
un beso
matilde
Invitado- Invitado
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