[Terminado] Saludos al sol

qué flipe,
llevo montón de tiempo entrando casi a diario en el foro y ni sabía de la existencia de este submundo del fic, que cosas...no es que no haya leído nunca, pero hace bastante que no leo fics porque sino abandonaba el mundo del papel, y ahora veo que desconozco por completo las complejidades de esto!

Anita, ahora me ha entrado curiosidad por la historia, a ver si pronto empiezo a leérmela, y aunque no pueda terminarla aquí, es indudable tu aportación.

Tina estaba petrificada en la entrada de la sencilla oficina y no podía creer lo que veían sus ojos. La visión la forzó a dar un paso atrás pero por el momento estaba lo suficientemente atontada como para poder moverse por si misma. Su cuerpo se deslizó por la pared como Wile E Coyote después de chocar con un camión de ACME. Había ido al museo para sorprender a Bette y ahora quería volver rápidamente al hotel. Estaba perpleja por lo que acababa de presenciar y no sabía que hacer. “Joder”, murmuró , “Qué estoy haciendo? ¿Qué demonios estoy haciendo?”. Minutos después Bette y Helena salían de la oficina. Ambas vieron que Tina estaba sentada fuera en el suelo.

“Hola, Helena”, dijo Tina con su voz más falsa. Helena no respondió.

“Bette, ¿puedo hablar contigo un segundo?”.

“Hel, te llamaré mañana”, y volviendo sus ojos furiosos a Tina, “No estoy segura que tengamos algo de que hablar, Tina”.

“¿Qué estás haciendo aquí, Tina?”, preguntó Helena echando humo. Estaba furiosa y quería respuestas. “Bette no ha mencionado a Tina en nuestra conversación, así que ¿por qué esta bruja está aquí en San Francisco, a la puerta de mi oficina?”, se preguntó Helena.

“Bette me dijo que se iba a encontrar contigo aquí y pasé a recogerla para irnos a la Expo juntas. Siento mucho haberos interrumpido. Tengo que irme ya”. No había forma de que pudiera mencionar algo sobre volver al hotel. Tina había vivido suficientes dramas en sus relaciones con mujeres como para no querer mostrar sus sentimientos porque una mujer besara a otra. Y aunque deseaba gritarle a Helena allí mismo, no podía hacerlo. “Bette, ¿puedo hablar contigo, por favor?” , suplicó Tina otra vez tratando de conservar la calma mientras caminaba con Bette por el vestíbulo del museo hacia la puerta principal.

Caminaron calle abajo en silencio. La visión del hotel surgió en la distancia. Bette estaba furiosa y necesitaba desesperadamente controlar sus sentimientos, pero no sabía si podría hacerlo. Estaba celosa por la relación de Tina con alguien a quien no conocía. También estaba dolida por su amiga íntima. Además no sabía como sus labios acabaron sobre los de Helena, pero le había gustado.

“¿De qué tenemos que hablar Tina?”, preguntó Bette con rabia y fuego en su mirada. Se detuvieron y se quedaron un rato en la acera gritándose.

“¿Qué me estás diciendo? ¿Crees que no tenemos nada de lo que hablar?. Yo diría que tenemos mucho de que hablar, Bette. Sé que Helena está enamorada de ti. Eso es obvio hasta para un ciego. ¿Por qué demonios la estabas besando?¿Estás enamorada de ella?”, gritó. “No me lo puedo creer”, comentaba Tina agitando la cabeza.

“¿Por qué te liaste con Darby si sabías que estaba casada?”.

La voz de Tina se suavizó,a la vez que la incredulidad la dominaba. “¿Qué? ¿Eso es lo que Helena te ha dicho? ¿Y la crees? ¿La creiste inmediatamente antes de preguntarme mi versión de la historia, Bette?”. La voz de Tina subía de Tina a medida que hablaba. Te dije la otra noche cuando estábamos en Mikado que te contaría sobre mi pasado todo lo que quisieras saber, sólo tenías que preguntar. Pero no me preguntaste Bette. Estoy muy alterada en este momento, así que después de decir esto me iré de aquí. No puedo respirar. Necesito respirar, joder”. Tina cogió aire y siguió, más bajo. “Escúchame y luego me iré, ¿de acuerdo?”. Tina intentaba calmarse pero estaba demasiado dolida. Ningún tipo de respiración iba a ayudarla ahora. Sus sentimientos se llevaban lo mejor de ella. Cerró los ojos, respiró y exhaló profundamente con un gemido lento y doloroso. Dirigió sus ojos a Bette y empezó a hablar tranquilamente.

Darby no era la niña dulce e inocente que Helena pensaba. Fue cliente habitual de mi clase de Hatha durante algún tiempo. Un día se presento después de clase y empezamos a hablar. Esto no era algo anormal, pues animaba a muchos estudiantes a hablar conmigo. Al día siguiente me envió un par de pantis con una nota que decía que qería conocerme mejor. ¿Qué demonios era aquella mierda?. No me gustaba Bette, porque ella estaba casada y además era demasiado atrevida. Demasiado caradura, demasiado pronto, Es cierto, yo era un monstruo, pero tenía mis normas. No acepté su propuesta y no se tomó demasiado bien mi rechazo. Ni siquiera me dijo que ella y Helena estaban juntas. Lo averigüé por una amiga de ella. De todos modos, Darby era implacable en sus esfuerzos. Me llamaba constantemente y se pasaba por el gimnasio antes y después de la clase para charlar. Le dije que esto tenía que acabar completamente. No íbamos a vernos más y tenía que dejar de ir al gimnasio para hablar conmigo. Estábamos sentadas fuera del gimnasio y tuvimos una discusión un día que Helena pasaba por allí con el coche. Empezó a gritar como una loca y me dijo que me alejara de Darby o me haría daño. Estaba tan cerca de mi cara cuando tuvo ese ataque de ira que la saliva que le salía de la boca me llegaba a mi. De verdad me hubiera gustado matarla, pero permanecí tranquila, sobre todo porque estaba en el trabajo. Darby me escribió una carta poco después pidiéndome perdón por sus actos. También expresaba sus sentimientos por mi. Todavía tengo la carta. A decir verdad, la tengo en el hotel, porque algo me decía que podría tener que defenderme a mi misma este fin de semana si te decidías a venir conmigo. La cuestión es, sé que tu y Helena sois muy amigas, pero pensaba que había algo especial entre nosotras, Bette”. Las lágrimas empezaron a caer de los ojos desilusionados de Tina. No intentó secarlas con un pañuelo. “Por alguna razón extraña pensaba que me darías el beneficio de la duda. Pero ¿sabes qué?. No importa. Me voy de aquí, no puedo respirar si tu estás cerca. Esta mierda de amor es para los pájaros”.

“Tina, espera”

“¿Para qué Bette?. ¿Para qué voy a esperar? ¿Para que me digas que estás enamorada de Helena?¿O para que me digas que no vi lo que vi?. A pesar de todo no le veo un final feliz. Tina se fue caminando, primero despacio y después a grandes pasos. Muy pronto se perdió de vista.

Anita, gracias por continuar este FF, me alegra un montón, espero impaciente el siguiente , una saludo, y gracias.

gracias anita

que bonito que interesante que que que que...

Gracias anita Hay que reconocer que este fic es de los mejores que he leido, y ahora se está poniendo muy interesante.

hola chicas

hola Anita

me alegra muchísimo que hayas decidido continuarlo
mil gracias
un beso

11. El que quita las penas.

Bette caminó sin rumbo durante una hora intentando que su cabeza y su corazón superaran los sentimientos del día. Cuando volvió a la habitación, encontró un sobre en su lado de la cama con el nombre de Tina. La cabeza de Bette comenzó a dar vueltas y quería saber si Tina estaba bien.

Querida Tina,

Siento mucho tantas cosas que no sé por donde comenzar. Te pido perdón por propasarme contigo de la manera que lo hice. He sido alumna tuya durante 8 meses y me he sentido atraída por ti desde mi primera clase. Cuando finalmente te conocí, me sentí tan feliz de poder hablar a la persona a la que admiraba en secreto, que no sabía que hacer.

Siento muchísimo no haberte dicho que estaba comprometida. Sabía que no querrías saber nada de mi si te lo hubiera dicho, así que decidí ocultar esa información. Helena es una mujer maravillosa y sé que tengo mucha suerte al tenerla a mi lado. Te estarás preguntando por que voy detrás de ti cuando tengo todo lo que quiero. Pues bien, aunque amo mucho a Helena, es de esas personas que trabajan excesivamente y siempre está muy ocupada. Muchas veces me siento muy sola y siento como si me hubieran dejado abandonada a mi suerte. No le he hablado sobre esto porque, sorprendentemente, no puedo. Está tan ocupada, y a veces trata a las personas como tareas o artículos de su lista de cosas que tiene que hacer, dejando poco tiempo para su vida cotidiana.

Tu, por otra parte, parecs moverte en el flujo y reflujo de la vida. Me miras al fondo de los ojos y eso me hace sentir muy valorada. Te he visto con otros estudiantes y siempre concentras tu atención en la persona a quien hablas. ¡Que suerte tendrá la que reciba tu amo. No sabía que algo tan simple como el contacto ocular podía causar que me apartara de mi relación. No lo soporto, sé que hay otros factores más importantes.

Soy consciente de que nunca tuviste en cuenta la idea de acostarte conmigo. Ciertamente, me hubiera gustado, Tina, pero esa era tu elección. Y aunque de ti he recibido poca atención, es más que la que he recibido en casa. No te equivoques. Quiero a mi esposa con todo mi corazón, sólo que está demasiado ocupada para verlo.

No te preocupes, respetaré tus deseos y no te perseguiré más. Sin embargo, continuaré soñando contigo. Todo el mundo se merece un poco de felicidad, ¿no crees?. Quererte me hace feliz. Aunque no quieras que lo haga. Cuidate. Darby.

Las lágrimas corrían por la cara preocupada de Bette. Bette dobló la carta y la volvió a colocar dentro del sobre. Perpleja, la sostuvo durante unos minutos en sus manos mientras pensaba lo que tenía que hacer. “Helena merece saber la verdad”, pensaba. “Tina, ¿Dónde estás cariño?. Tengo que encontrarla”, dijo en voz alta.

Hello Anita

no sabes como me alegro de leerte

me gusta este ff

(como soy un ave nocturna he llegado la primera)

un beso

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gracias anita

gracias anita x todo el curro!!!

Bette se sobresaltó por el fuerte clic de llave electrónica abriendo la puerta de la suite. Se había quedado dormida con la televisión encendida y media bolsa de oreos en su regazo. Estaba preocupada por Tina pero no quería porque sabía que necesitaba un poco de espacio. El reloj displayaba en rojo brillante la 1,30h. Tina fue al dormitorio directamente y cerró la puerta francesa silenciosamente. Bette se incorporó en el sofá y se frotó los ojos cansados. Se metió rápidamente un caramelo de menta en la boca y llamó a la puerta del dormitorio.

“¿Tina?”,preguntó Bette,esperando una respuesta.

“¿Si?”

¿Puedo entrar?”.

“Si”:

Bette respiró profundamente y abrió la puerta. Vio las mejillas rojas de Tina y las lágrimas corrieron por su cara sintiendo que se le rompía el corazón. Bette caminó hasta la cama y se sentó frente a la triste rubia. Tina estaba sentada con los hombros caídos en el sofá marrón en el que habían hecho el amor aquella mañana. Es decir, antes de que estallara todo el conflicto.

Bette miró a Tina a los ojos y comenzó a hablar con voz suave, controlada. “Tina, ¿por qué no me habías hablado hasta ahora de la situación de Darby?”.

Tina se tomó un minuto para recuperarse y contestó, “lo pensé pero no quise parecer…”. Estuvo a punto de mentir pero cambió de planes en mitad de la oración. “Bette, yo no sabía lo que Helena te había contado. Pensaba que si lo sacaba a relucir no me creerías porque sería diferente a la versión de Helena. Y como has demostrado hoy, tu lealtad está con Helena. No importa”.

Eso es cierto Tina. Tienes razón”. Las lágrimas comenzaron a bajar por la cara de Bette. Debería haberte dado el beneficio de la duda, pero en vez de eso saqué la peor conclusión que podía sacar, y ¿quieres saber por qué?.” Preguntó Bette entre sollozos. Estaba celosa, Tina. No porque Darby fuera la mujer de Helena, sino porque estaba enamorada de ti. Parecía como si tuviera que compartirte incluso antes de tenerte. Fijate lo jodido que es esto, ella ni siquiera está aquí para defenderse y la odio por quererte”, lloró Bette. “Lo siento Tina… pero esto es lo que siento”. Tina la miró y permaneció quieta mientras las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos. Se preguntó como iban a sobrevivir a esta relación si este era solo el principio.

Pronunciando las palabras muy lentamente, Bette dijo, “con tu permiso, me gustaría enseñar a Helena la carta de Darby. Se merece conocer la verdad, Tina. Quizás tu no querías herir los sentimientos de Hel pero creo que esto es muy importante. ¿Puedo enseñarle la carta?”.

“Claro”.

“La respuesta a tu pregunta de antes es no, no estoy enamorada de Helena. Sabes lo amiga mía que es. El beso de hoy era una mezcla de cosas. En parte curiosidad, en parte compasión, en parte ‘echo de menos a mi amiga’ y en parte ‘ahora que te he besado se que ya no será igual’”.

“Lo siento mucho Tina si te hice daño. Estoy sorprendida de mis propios actos

“¿Te gustó besarla, Bette?”

“¿Cómo?”,Bette no podía creer la audacia de Tina.

Tina lo repitió, acentuando cada palabra por si a Bette le costaba escucharla. Y en ese momento especial, le costaba.


Sin dudar replicó, “No, no me gustó besarla Tina.” Decir que si no era una opción. De hecho, Bette no estaba segura de lo que había sentido. ¿Tenía que besar a todas las mujeres que viera ahora? Después de 2 años de abstinencia había besado a dos mujeres en el mismo día. Increible. Aún estaba sorprendida por como sus labios habían acabado sobre los de Helena, cuando sólo unas horas antes estaban sobre los de Tina y querían quedarse allí toda la vida. El mundo de Bette se derrumbaba otra vez

“Yo estaba allí y parecía que te gustaba”, escupió Tina incapaz de contener sus emociones. “Te gustaba tanto que la seguiste besando. ¿Lo recuerdas Bette?”.

“También acabé el beso y me separé de ella. ¿Lo recuerdas Tina?”,dijo Bette, defendiéndose. En este momento no necesitaba a una Tina posesiva.

“¿Estabas caliente? ¿Te excitaba?”. Tina no esperaba respuestas, su voz subía de tono con cada palabra. “¿Te gustaría follártela? Seguramente piensas en ella cuando follas conmigo, ¿verdad?”.Bette intentó permanecer tranquila por todos los medios, el corazón le golpeaba fuerte en el pecho y la garganta se le secó. Tina presionaba en sus puntos flacos. La frescura de Bette se había quedado fuera, en la puerta, en el ascensor, fuera del hotel. “¿Sabes cual es la parte positiva, Bette?. Tina vaciló esperando una respuesta que sabía que no se iba a producir. “¡La parte positiva es que no tienes que mudarte porque ya VIVES CON ESA ZORRA!”.

“Para ya,Tina” gritó Bette.

“Ella puede tenerte Bette. Mi corazón está demasiado herido como para sobrellevar esto”. Tina sollozó, le faltaba el aire.

“No la quiero, Tina”, contestó Bette estoicamente.

Tina se levantó para coger un pañuelo de papel de una caja desordenada. El resultado final fue una multitud de tiras de papel suaves y rosadas hechas pedazos.”¡Joder!” gritó Tina, y volvió al lugar donde estaba sentada. Después de un minuto dijo “todo esto es nuevo para mi Bette; nunca he cuestionado mi habilidad para complacer a una mujer hasta ahora. Cuando te vi con Helena pensé que algo tenía que estar haciendo mal. ¡Ella tenía su jodida lengua en tu garganta!”, gritó Tina, “Qué mierda es eso?”.

Tina estaba orgullosa de ella misma y de sus numerosos talentos para complacer a las mujeres. Su atención meticulosa a los detalles y su personalidad carismática eran una combinación demasiado buena como para fallar. Aquellas afortunadas que habían recibido su atención permanecían cautivas durante mucho más tiempo que aquellos 15 min sublimes que les concedía. La reputación de Tina como magnífica amante era de verdad muy merecida.


Bette se sentó en el suelo frente a Tina, que estaba hundida en las profundidades del mullido sofá. Examinó a la mujer herida que estaba delante de ella. Mirando sus ojos hinchados, rojos, dijo con calma, “Tina, terminé el beso porque no quería que su lengua entrara en mi garganta. No me sentía a gusto. Y siento que vieras lo que hizo. Francamente, lamento haberla besado. Esto es nuevo para mi también Tina. No solo por sentirme atraída por una mujer, tu, sino por todos los sentimientos, fuertes y extraños, que estoy sintiendo.” Su tono comenzó a elevarse mientras sus ojos permanecían mirando a Tina. ¿Cómo puedo estar celosa de una muerta? ¿Y por qué me tratas con tanta frialdad cada vez que te miro?, y haga lo que haga, ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti? ¡Esto es una mierda jodidamente INQUIETANTE!, gritó Bette y se levantó. “La situación con Helena es algo que puedo entender. Fue un error y lo reconozco. Es algo que no volverá a pasar y espero que me creas. Lo que pasa entre tu y yo Tina es una locura. Estoy cansada. ¿Sabes qué?. Anoche fue increíble, nunca he tenido tantos orgasmos en mi vida y esta noche estamos aquí discutiendo de algo que viste que deseo que nunca hubiera pasado. Quiero a Helena como amiga, Tina, nada más. No estaba caliente, y no, no me la quiero follar. ¡Te amo Tina!. He intentado negarlo, pero está ahí y no se como tratar con ello. Me voy fuera a fumar y luego me acostaré. Tienes razón, esta mierda es para los pájaros”.

Bette cogió sus cigarillos y el encendedor antes de salir por la puerta y cerrarla violentamente detrás de ella.

Tina sabía que había llegado demasiado lejos. Estaba tan enfadada con la situación con Helena que la furia le había salido incontrolable y la había descargado sobre la persona a la que amaba. Querría no haber dicho aquellas palabras, recuperarlas, pero ya estaban fuera y habían hecho mucho daño.

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anita

Genial como siempre, muchas gracias anita.

El vestibulo del hotel estaba poco alumbrado y vacío, a excepción de una pareja de enamorados. Unas plantas verdes enormes destacaban sobre una gigantesca cascada interior. Se podía pensar fácilmente que estaban en un paraíso tropical en lugar de un vestíbulo. Muebles elegantes, iluminación a la moda e ilustraciones modernas daban la bienvenida a las visitas deforma pretenciosa, pero con los brazos abiertos. Cuando Bette salió del ascensor, caminó durante un rato. Sentía la cabeza a punto de estallar y el corazón también. Cansada de ese escenario con decoración perfecta, salió fuera y se dirigió al área de la piscina. No podía respirar ni en la puerta del vestíbulo. Bette abrió la enorme puerta de madera con una rejilla de hierro forjado, admirando su opulencia. Había multitud de tumbonas muy bien organizadas en filas interminables. Tres cascadas continuaban vertiendo agua incluso a estas horas tardías. Todo lo demás, ruidoso por las mañanas, ahora estaba tranquilo.

Bette se sentó al borde de la piscina y sumergió en el agua sus pies cansados. El agua tibia la calmaba cuando penetraba por los huecos de los dedos de sus pies.

Tina quiso ir en busca de la mujer a la que había herido. Ya había recorrido el vestíbulo, la parte de naturaleza exterior y la piscina cubierta y pensó inspeccionar un último lugar antes de regresar a la habitación. Si BEtte le empezaba a decir palabrotas, entonces lo dejaría estar. Tenía que tratar de decirle lo arrepentida que estaba. No podía creer lo venenosa que había sido.

Con los ojos velados, la apenada rubia abrió la gran e intimidante puerta de rejas. “Bette, lo siento, baby”. Tina caminaba despacio y vacilante, con los brazos caídos. Bette volvió la cabeza, miró las tempranas nubes matutinas que se movían rápidamente y admiró los pequeños anillos de humo en el aire templado.

Tina se sentó junto a Bette con los pies cruzados bajo el cuerpo. Aclarándose la garganta, que le dolía a causa de las lágrimas, empezó a hablar, “no pensé lo que dije de ti y Helena”. Las lágrimas continuaron fluyendo y la voz se le quebraba repetidamente. “Cuando os vi juntas, me sentí celosa e insegura. Pensaba que esos sentimientos los sentían otras personas, no yo. Ahora soy como la mayoría. Me he pasado horas vagando por la ciudad desde que salimos del museo, intentando callar la voz que sonaba en mi cabeza, intentando aliviar el dolor de mi corazón. Corrí hasta que me salieron ampollas en los pies, porque no había cambiado mis zapatos. Te quiero Bette. Te quiero. Y siento mucho que las cosas se torcieran. Es porque te quiero tanto que exploté. No sé que hacer ni como controlarlo. Nadie me dijo que el amor sería tan difícil. Tina se pasó las dos manos por el cuello pensativamente. “Me estoy volviendo loca. Espero que me perdones. Por favor, inténtalo. Vuelve a la habitación. Mi primer seminario es mañana por la tarde, y tengo que intentar dormir un poco antes. Buenas noches”. Bette no se molestó en mirar a Tina. Siguió fumando y mirando fijamente al vacío.

gracias anita