[Terminado] Sólo esa chica
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO QUINCE: Definir el gusto
“Vas a la fiesta de Helena esta noche ¿correcto?” Bette preguntó, apareciendo de ninguna parte, sorprendiendo a Tina y Jenny que se encontraban platicando al lado del armario de la rubia.
Tina lanzó un suspiro de fastidio antes de dar vuelta alrededor para hacerle frente al líder de 4F. Ella y Jenny tenían una conversación discreta sobre la dichosa fiesta cuando Bette la interrumpió. Ella quería ir, quería realmente hacerlo, pero habían ciertas cosas que no trabajaban en su favor. Primero, había un problema por el vestido. Ella no tenía ninguno. Siendo una muchacha con un presupuesto muy apretado, no tenía una cosa decente para usar en la fiesta - aparte de un vestido viejo que se parecía al queso suizo por la cantidad de agujeros que tenía. Y para ser absolutamente honesta, no quería realmente exponerse asistiendo a ese lugar y sentirse incómoda cuando los poderosos snobs lujosamente vestidos escudriñaran su guardarropa menos-que-deslumbrante. En segundo lugar, tenía que trabajar hoy después de la escuela. Acababa de conseguir el trabajo y no deseaba comprometerlo por asistir a una fiesta. Asi que con eso en mente, miró a Bette y dio su respuesta. “No.” dijo simplemente.
“¿Porqué no?” Bette gimoteó como una niña, su cara caía de la decepción.
“Porque no tiene ninguna ropa y ella tiene que trabajar esta noche.” Jenny intervino y contestó por Tina. La rubia le echo una mirada fulminante. Una Jenny apenada encogió los hombros en su mejor amiga en señal de disculpa.
“¿Quién eres tu?” Bette levantó una ceja, finalmente notando la presencia de la pequeña muchacha al lado de Tina.
Jenny quiso rodar sus ojos, pero paró a última hora antes de hacer eso. “Jennifer Schecter.” Dijo lentamente, mirando la cara de Bette para ver si su nombre significaba algo dentro de la mente de la joven Porter. No lo hizo. Entonces con un suspiro grande, continuó. “He sido tu compañera de clase por cuatro años, bien no desde que cambiaste de grupo de todos modos.” Ella masculló, intentando suprimir la incredulidad en su voz. Encontraba difícil de creer que Bette Porter incluso no la reconociera. Hubieron incluso épocas durante sus cuatro años como compañeras de clase que eran compañeras de asiento - sin mencionar compañeras de equipo en gimnasia.
“Oh.” Dijo Bette, genuinamente sorprendida de saber que esa chica había estado con ella en el 4-A. Nunca realmente le había puesto alguna atención a sus compañeras de clase anteriores - por lo que a ella se refería, la única gente que le importaba en la escuela eran sus tres amigas. “Bueno. Me da gusto finalmente conocerte.” Dijo a Jenny antes de dar vuelta rápidamente de nuevo a Tina. “¿Donde trabajas?”
“En el planeta en Hollywood del oeste.” Tina contestó distraidamente, cerrando su armario.
“El planeta.” Bette mordió su labio, intentando difícilmente recordar donde había oído ese nombre antes. Sonaba terriblemente familiar. “¡Oh!” Ella exclamó feliz algunos momentos más adelante. “¿Es el que es administrado por Marina Ferrer?” Preguntó.
“Sí.” Tina contestó simplemente. “¿Conoces a Marina?” Ella levantó una ceja sorprendida. Vaya esto es ciertamente un mundo pequeño, pensó.
“Bingo.” Bette hizo muecas orgullosa. Siendo hijas de los magnates de negocios más grandes del mundo, las preparaban ya para seguir los pasos de sus padres. La parte de su entrenamiento emprendedor era encontrar buenas inversiones por sí mismas. Bette invertía en propiedades inmobiliarias y venta de autos, Alicia estaba en centros vacacionales y financiaba pequeñas películas , Sam metía su dinero en restaurantes, y Shane. Bette sonrió, la vieja y querida Shane se centraba en bares y clubs nocturnos. Y si su memoria le funcionaba correctamente, recordó a Shane hablando de una reciente inversión en Hollywood del oeste. Marina, una exestudiante de Redwind, se había acercado a Shane y le había echo su oferta de negocios dos meses atrás - el producto final de la reunión fue que la joven inversionista poseía la mayor parte del establecimiento. Su amiga había examinado ya el bar/ café nuevamente abierto, y en los últimos días había estado invitando a sus amigas que la alcanzaran allí para el desayuno. Desde que el desayuno con 4F exigía generalmente faltar a las primeras horas de clase, Bette no había aceptado la invitación de Shane todavía. No quería faltar un solo minuto de estar al lado de su compañera de asiento - Tina.
“Hey.” Tina agitó una mano delante de la cara de Bette cuando observó que la morena tenía su mente en otro lado .
“Sí.” Bette se encajó a presión para salir su pequeño ensueño. Miró a Tina y destelló la famosa sonrisa Porter en la rubia. “Vas a la fiesta.” Continuó con una firme determinación en su voz.
Tina surcó su frente, sacudiendo su cabeza en la obstinadaheredera . “No puedo.”
Bette no hizo caso de eso. “Puedes.” Reafirmó. “Claro que si.”
Tina suspiró, moviendo una mano cansada a través de su pelo.¿ Por qué no pueden estos babosos aceptar nunca un no como respuesta? Cada niño rico en esta escuela parece tener una aversión hacia esa palabra. “Siento que no pueda ser tan despreocupada como ustedes. No puedo hacer cualquier cosa que me guste sin pensar en las repercusiones.” Encogió los hombros. Ella intentaba ayudar a su papá financieramente, aunque de una pequeña manera, por su trabajo por horas como camarera. No le mportaba que tanto admirara a Helena Peabody y deseara ver a Sam en la fiesta, el pensar en sus apuros para conseguir una buena vestimenta y el exceso de trabajo de su padre compensaban esas sensaciones.
“No insistiría tanto en que fueras si supiera que iba a ser malo para ti.” Bette dijo sinceramente, su voz daba vuelta raramente en suave y apacible. “No te preocupes por nada, yo me encargaré de todo.” Ella sonrió mientras miraba en esos ojos pardos que la miraban dudosa. “No te arrepentirás, lo prometo.” Susurró antes de dar vuelta alrededor y de irse. “¡Te veré en homeroom!” Ella gritó sobre su hombro. Sin perder tiempo, pescó su teléfono de su monedero y presionó el botón dos del dial de velocidad. Llevó un rato para que la otra persona en la línea respondiera. “¡Shane! Necesito que hagas algo por mí.” Dijo en el receptor a su amiga que sonaba soñolienta.
Tina y Jenny miraron a Bette marcharse con expresiones mezcladas. Tina usaba una expresión de perplejidad mientras Jenny tenía la diversión escrita en toda su cara.
“¿Has visto eso?” Jenny levantó una ceja, señalando un dedo entre Tina y Bette.
Tina frunció el ceño. “¿He visto qué?” Preguntó.
Jenny sonrió, divirtiéndose a costillas de su mejor amiga. “¿Que Bette Porter tiene una cosa por ti?” Ella levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo, sus ojos brillaban traviesos.
“¡¡No!!” Tina protestó violentamente, sacudiendo su cabeza rubia vigorosamente a los lados. ¡Eso es absurdo!
Jenny frunció sus labios y sonrió pícaramente. “Pienso que si.”
“Mira.” Tina movió una mano a través de su pelo, intentando controlar el rubor de sus mejillas. “Ella solo está siendo agradable porque está intentando reparar toda la mierda que me ha despachado. Eso es todo.” Ella dijo, intentando convencer a Jenny - y a ella misma también. Todas las burlas y tomadura de pelo eran apenas inocentes ¿correcto?
“Sí correcto.” Jenny sonrió, totalmente escéptica. Joder esto es ciertamente más interesante que cuando veía a Bette y Tina peleando, pensó.
Antes de que la rubia pudiera decir más en su defensa, la campana de la mañana sonó y rompió su conversación. Tina dejó escapar un enorme respiro, aliviada por la interrupción.
“Mira. Me tengo que ir.” Tina señaló hacia su sala de clase con el pulgar, lista para irse. “¡Bye Jenny!” Gritó sobre su hombro, haciendo una escapada precipitada.
“¡Bye Tina!” Jenny sonrió y sacudió su cabeza. Si su intuición estaba en lo correcto, entonces la atracción que ella percibía no era unilateral. A pesar de sus demandas de que sus días eran infernales debido a Bette, Tina se miraba recientemente como si gozara realmente de asistir a la escuela. De hecho, podría hasta afirmar que Tina parecía deseosa de asistir a sus clases desde que cierta morena se hizo su compañera de asiento.
---------------------------------
Tina se incorporó al homeroom apenas cuando Bette terminaba su llamada con Shane. La morena sonreía brillantemente en ella el tiempo entero en que caminó hacia su escritorio.
“Problema del planeta solucionado.” Bette proclamó con aire satisfecho cuando Tina se sentó.
“¿Qué? ¿Cómo?” Tina preguntó confundida mientras dejaba su bolsa de piel en el piso.
“Acabo de hablar con el dueño.” Bette meneó su frente hacia arriba y hacia abajo, orgullosa de si.
“¡Mierda!” Tina exclamó asustada. “Por favor dime que todavía tengo mi trabajo.” Ella gimió un poco preocupada, temiendo que Bette hubiera hecho algo que comprometiera su trabajo. ¿Ella amenazó a su jefe o utilizó sus influencias alrededor?
“No te preocupes Kennard. Shane posee ese lugar.” Bette indicó simplemente y sonrió. “Todavía te pagarán y todavía tienes tu trabajo malo.” Ella arrugó su nariz al pensar en el trabajo de Tina como camarera. “Aunque porqué insistes en servir mesas y todo eso. Podrías conseguir un mejor trabajo. Quiero decir, ¿porqué trabajas allí cuando puedes trabajar para mí?” Bette sonrió, lista para comenzar la ronda acostumbrada de tomadas de pelo.
“¿Qué?” Tina surcó su frente, inquieta con respecto a la morena al lado de ella. Se sintió ruborizarse mientras recordaba las palabras de Jenny. Es solo una burla inocente. Burla inocente.Intentó repetirse a si misma.
Bette vio la cara enrojecida de Tina y decidió empujar su suerte aún mas. “Quiero decir, la paga es extremadamente buena y las recompensas.” Ella entrecerró sus ojos mientras avanzaba a poquitos más cerca a la cara de Tina. “..son simplemente sorprendentes. Incluso bloquearían tu mente.” Ella guiñó.
“¡Vete a la mierda Porter!” Tina silbó, empujando lejos a la sonriente morena. Su cara ahora estaba tan roja como un tomate.
Bette sacó su monedero de su bolso y sacó una tarjeta. “Aquí está mi tarjeta.” Ella colocó el papel en el escritorio de Tina, intentando mantener su cara tan seria como fuera posible. “…piensa en eso.” Ella levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo mientras Tina le daba una mirada sucia.
---------------------------------
Cinco minutos. Tina miraba para arriba en el reloj de pared que hacía tictac y frunció el ceño. El receso acababa de terminar y habían pasado cinco minutos desde que las clases comenzaran. Dio vuelta lentamente a su cabeza y miró el sitio vacío al lado de ella. Extraño, pensó y arrugó su frente preocupada, Porter debería de estar aquí ahora. En los últimos pocos días, se había acostumbrado a ver a la morena al lado de ella durante la clase. Y el líder todopoderoso de 4F contra lo acostumbrado, estaba siempre a tiempo, incluso llegaba a clase antes que ella.
Tina reclinó la barbilla en su mano a medida que continuaba mirando fijamente la silla vacía de Bette. A esta hora, Porter ya estaría irritando todo el infierno dentro de mi, sonrió anhelante y sacudió suavemente su cabeza. La morena estaría susurrando cosas necias a ella y lanzando comentarios al azar de vez en cuando. La desesperaba a veces pero.
Tina suspiró mientras miraba el reloj otra vez. Seis minutos. Han sido seis minutos sin Bette Porter ahora, y Tina se encontró inmediatamente sintiéndose inmensamente aburrida y sola.
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“Aquí.” Bette soltó un puñado de bolsas de papel encima de la mesa de la biblioteca en la que Tina estudiaba. La rubia levantó la vista de su cuaderno y arrugó su frente, examinando los bolsos que fueron descargados sin ninguna ceremonia encima de sus libros. Eran todos de almacenes de diseñador. Gucci, Versace, Dior, Vera Wang, Valentino, Dolce y Gabbana, y otras marcas de fábrica de lujo que ella no podía incluso pronunciar.
“¿Qué son ésos?” Tina señaló a los bolsos con su lápiz.
Bette la miraba como si le hubiera crecido otra cabeza. “Bolsos de compras, tonta.” Dijo juguetonamente con una expresión de “babas” en su cara.
Tina rodó sus ojos y cruzó sus brazos en su pecho. “Sé que son bolsos de compras eres idiota. Solo estoy preguntando qué están haciendo encima de mis materiales de estudio.” Tina replicó, odiaba ser llamada tonta. Especialmente al lado de una idiota como Bette Porter. “¿Porqué tan solo no te vas a la mierda Porter?” Ella dijo, sintiendose un poco malhumorada. Era hora del almuerzo y tenía hambre, pero tenían un examen importante esa tarde por el cual estaba metida de lleno en los estudios.
“Pensé que serías un poco agradable con alguien que te ha traido algunos regalos.” Bette contestó helada mientras la irritación comenzaba a filtrarse en su interior. Ella había salido de la escuela durante el descanso para ir al centro comercial y comprar vestidos para Tina. Normalmente nunca hacía sus propias compras del guardarropa, ella tenía a Raúl, su comprador personal para ese trabajo. Pero puesto que Raúl nunca había visto a Tina, Bette no le confiaba la tarea importante de comprar a la rubia un vestido. Ella, por otra parte, confiaba en su buen gusto para encontrar algo que le quedara bien a la chica. Asi que decidió hacer ese agotador trabajo y fue al almacén personalmente. Después de ese trabajo tan extenuante, tenía la ligera esperanza de que la rubia apreciara sus esfuerzos. Una sonrisa habría aliviado enormemente la fatiga de la morena. Ver la cara irritada de Tina lastimaron un poco sus sentimientos. “Un simple “gracias” por tu pequeño detalle es tan difícil de decirlo ?” La voz de Bette se hacía más fuerte con cada palabra, ganando algunas miradas curiosas de los otros estudiantes que estudiaban dentro de la biblioteca. El genio infame de Porter comenzaba a levantar su fea cabeza.
Tina suspiró, ella no estaba de humor para tener una discusión con Bette ahora, especialmente dentro de este lugar. Éste era uno de los pocos lugares en donde podía estudiar realmente sin interrupciones, bien, es decir hasta que su camino se cruzara con 4F, y no querías que se lo prohibieran debido a algunas bolsas de papel. Frotó sus sienes y forzó una sonrisa amable en la irritada morena que se paraba delante de ella. “Gracias por los bolsos, y lo que esté dentro de ellos.” No pudo dejar de decir. “Me alegra que pensaras en mi.” Tina sonrió.
“De nada Kennard.” Bette sonrió dulce, no haciendo caso del sarcasmo en la voz de Tina. Y tan repentinamente como llegó, su cólera desapareció para ser substituida por el entusiasmo casi infantil. “Abrelos.” Ella empujó los bolsos más cerca hacia la rubia.
Tina miró a escondidas el interior de uno de los bolsos y vio que parecía un surtido de vestidos finos. Bien, eran ropas de diseñador costosas, no había la menor duda. Se sintió repentinamente culpable de haber sido tan dura con Bette. Todo eso era demasiado para ella, esos regalos. Tan tentadores como eran, posiblemente no podría aceptarlos. “No puedo aceptar realmente esta ropa, Porter.” Levantó la vista hacia la morena, que miraba fijamente en ella con una expresión ilegible en su cara.
“Si puedes. Ahora no tienes una excusa para faltar a la fiesta más adelante.” Bette contestó, continuando su estudio de la cara de Tina, que encontraba siempre ser completamente fascinante. “Y para comenzar no es como si tuvieras mucha ropa decente que usar,” ella encogió sus hombros indiferente. “Solo piensa en esto como si estuviera dando una ayuda a los pobres.” Ella bromeó, no obstante fue una pésima idea.
Tina frunció el ceño, mirando a Bette hacia arriba y hacia abajo con repugnancia. “Por favor.” La miró con los ojos brillantes y continuó, “no quiero ser tu caso de caridad de mierda.” Ella dobló sus brazos en su pecho.
Bette entendió su colosal error mientras miraba abajo en la furibunda rubia delante de ella. ¡Oh jodete gran Porter de mierda! Se regañó. Ella fue quizá demasiado lejos con la tomadura de pelo esta vez. Tosió, intentando encontrar una manera de dar marcha atrás ya que no deseaba que Tina estuviera enojada con ella otra vez. No ahora, no cuando estaban tan cerca de ser amigas. “Yo, lo siento” Manejó tartamuderar. Por segunda vez en esa semana, Bette se tragó su orgullo.
¿La gran Bette Porter se disculpa de nuevo? Tina levantó una ceja mientras miraba a la morena delante de ella. Bette miraba abajo sus pies nerviosa e inquieta con las llaves del coche dentro de su bolsillo delantero. Ella se miraba… linda, incluso adorable. Tina sacudió su cabeza violentamente tan pronto como se diera cuenta de lo que pensaba. Aunque por una cierta razón extraña, la cólera inmensa que sentía hace un rato comenzó a disiparse. Ella lo culpó al hecho de que de nuevo, Bette hizo algo totalmente fuera de carácter, e incluso algo sincero. Pero, si Tina hubiera tenido tiempo de examinarse realmente a si misma, descubriría que durante los últimos pocos días, nunca podía permanecer realmente enojada con Bette durante mucho tiempo, no importando lo mucho que fuera un asno pomposo a veces. Tina tosió un poco, el sonido que hizo que la morena levantara la vista. “Bien, disculpa aceptada.” Ella dijo, doblando su cabeza abajo e intentando volver a sus notas.
“¿Que dices?” Bette preguntó mas confiada por el comportamiento tranquilo de Tina. Ella contaba con un golpeo verbal. “¿Estamos bien otra vez Kennard?” Preguntó, aún un poco insegura.
“Sí.” Tina contestó simplemente a medida que continuaba marcando ciertas palabras y frases en su cuaderno.
Bette soltó un suspiro de alivio antes de caminar lentamente alrededor de la mesa y acercarse más a Tina. “Sobre la ropa.” Dijo una vez que estaba directamente detrás de la silla de Tina. “Si no te vienen.” Bette puso sus manos en el hombro de la rubia y se inclinó abajo, su cara algunas pulgadas del oído izquierdo de Tina. “…entonces pierde peso.” Ella bromeó, retrasándose por un minuto antes de alejarse negándose a afrontar a la estupefacta rubia.
Una Tina con las mejillas enrojecidas miró fijamente la forma majestuosa de cierta joven Porter mientras se dirigía a la salida de la biblioteca. Inconscientemente frotó su oído izquierdo con su mano, estremeciéndose un poco mientras recordaba la caliente sensación zumbante de la respiración caliente de Bette en su oído. Un asno tan arrogante, pensó cuando recuperó la cordura después de algunos minutos, su cara enrojecida brillaba y una pequeña sonrisa divertida jugaba en sus labios.
“Vas a la fiesta de Helena esta noche ¿correcto?” Bette preguntó, apareciendo de ninguna parte, sorprendiendo a Tina y Jenny que se encontraban platicando al lado del armario de la rubia.
Tina lanzó un suspiro de fastidio antes de dar vuelta alrededor para hacerle frente al líder de 4F. Ella y Jenny tenían una conversación discreta sobre la dichosa fiesta cuando Bette la interrumpió. Ella quería ir, quería realmente hacerlo, pero habían ciertas cosas que no trabajaban en su favor. Primero, había un problema por el vestido. Ella no tenía ninguno. Siendo una muchacha con un presupuesto muy apretado, no tenía una cosa decente para usar en la fiesta - aparte de un vestido viejo que se parecía al queso suizo por la cantidad de agujeros que tenía. Y para ser absolutamente honesta, no quería realmente exponerse asistiendo a ese lugar y sentirse incómoda cuando los poderosos snobs lujosamente vestidos escudriñaran su guardarropa menos-que-deslumbrante. En segundo lugar, tenía que trabajar hoy después de la escuela. Acababa de conseguir el trabajo y no deseaba comprometerlo por asistir a una fiesta. Asi que con eso en mente, miró a Bette y dio su respuesta. “No.” dijo simplemente.
“¿Porqué no?” Bette gimoteó como una niña, su cara caía de la decepción.
“Porque no tiene ninguna ropa y ella tiene que trabajar esta noche.” Jenny intervino y contestó por Tina. La rubia le echo una mirada fulminante. Una Jenny apenada encogió los hombros en su mejor amiga en señal de disculpa.
“¿Quién eres tu?” Bette levantó una ceja, finalmente notando la presencia de la pequeña muchacha al lado de Tina.
Jenny quiso rodar sus ojos, pero paró a última hora antes de hacer eso. “Jennifer Schecter.” Dijo lentamente, mirando la cara de Bette para ver si su nombre significaba algo dentro de la mente de la joven Porter. No lo hizo. Entonces con un suspiro grande, continuó. “He sido tu compañera de clase por cuatro años, bien no desde que cambiaste de grupo de todos modos.” Ella masculló, intentando suprimir la incredulidad en su voz. Encontraba difícil de creer que Bette Porter incluso no la reconociera. Hubieron incluso épocas durante sus cuatro años como compañeras de clase que eran compañeras de asiento - sin mencionar compañeras de equipo en gimnasia.
“Oh.” Dijo Bette, genuinamente sorprendida de saber que esa chica había estado con ella en el 4-A. Nunca realmente le había puesto alguna atención a sus compañeras de clase anteriores - por lo que a ella se refería, la única gente que le importaba en la escuela eran sus tres amigas. “Bueno. Me da gusto finalmente conocerte.” Dijo a Jenny antes de dar vuelta rápidamente de nuevo a Tina. “¿Donde trabajas?”
“En el planeta en Hollywood del oeste.” Tina contestó distraidamente, cerrando su armario.
“El planeta.” Bette mordió su labio, intentando difícilmente recordar donde había oído ese nombre antes. Sonaba terriblemente familiar. “¡Oh!” Ella exclamó feliz algunos momentos más adelante. “¿Es el que es administrado por Marina Ferrer?” Preguntó.
“Sí.” Tina contestó simplemente. “¿Conoces a Marina?” Ella levantó una ceja sorprendida. Vaya esto es ciertamente un mundo pequeño, pensó.
“Bingo.” Bette hizo muecas orgullosa. Siendo hijas de los magnates de negocios más grandes del mundo, las preparaban ya para seguir los pasos de sus padres. La parte de su entrenamiento emprendedor era encontrar buenas inversiones por sí mismas. Bette invertía en propiedades inmobiliarias y venta de autos, Alicia estaba en centros vacacionales y financiaba pequeñas películas , Sam metía su dinero en restaurantes, y Shane. Bette sonrió, la vieja y querida Shane se centraba en bares y clubs nocturnos. Y si su memoria le funcionaba correctamente, recordó a Shane hablando de una reciente inversión en Hollywood del oeste. Marina, una exestudiante de Redwind, se había acercado a Shane y le había echo su oferta de negocios dos meses atrás - el producto final de la reunión fue que la joven inversionista poseía la mayor parte del establecimiento. Su amiga había examinado ya el bar/ café nuevamente abierto, y en los últimos días había estado invitando a sus amigas que la alcanzaran allí para el desayuno. Desde que el desayuno con 4F exigía generalmente faltar a las primeras horas de clase, Bette no había aceptado la invitación de Shane todavía. No quería faltar un solo minuto de estar al lado de su compañera de asiento - Tina.
“Hey.” Tina agitó una mano delante de la cara de Bette cuando observó que la morena tenía su mente en otro lado .
“Sí.” Bette se encajó a presión para salir su pequeño ensueño. Miró a Tina y destelló la famosa sonrisa Porter en la rubia. “Vas a la fiesta.” Continuó con una firme determinación en su voz.
Tina surcó su frente, sacudiendo su cabeza en la obstinadaheredera . “No puedo.”
Bette no hizo caso de eso. “Puedes.” Reafirmó. “Claro que si.”
Tina suspiró, moviendo una mano cansada a través de su pelo.¿ Por qué no pueden estos babosos aceptar nunca un no como respuesta? Cada niño rico en esta escuela parece tener una aversión hacia esa palabra. “Siento que no pueda ser tan despreocupada como ustedes. No puedo hacer cualquier cosa que me guste sin pensar en las repercusiones.” Encogió los hombros. Ella intentaba ayudar a su papá financieramente, aunque de una pequeña manera, por su trabajo por horas como camarera. No le mportaba que tanto admirara a Helena Peabody y deseara ver a Sam en la fiesta, el pensar en sus apuros para conseguir una buena vestimenta y el exceso de trabajo de su padre compensaban esas sensaciones.
“No insistiría tanto en que fueras si supiera que iba a ser malo para ti.” Bette dijo sinceramente, su voz daba vuelta raramente en suave y apacible. “No te preocupes por nada, yo me encargaré de todo.” Ella sonrió mientras miraba en esos ojos pardos que la miraban dudosa. “No te arrepentirás, lo prometo.” Susurró antes de dar vuelta alrededor y de irse. “¡Te veré en homeroom!” Ella gritó sobre su hombro. Sin perder tiempo, pescó su teléfono de su monedero y presionó el botón dos del dial de velocidad. Llevó un rato para que la otra persona en la línea respondiera. “¡Shane! Necesito que hagas algo por mí.” Dijo en el receptor a su amiga que sonaba soñolienta.
Tina y Jenny miraron a Bette marcharse con expresiones mezcladas. Tina usaba una expresión de perplejidad mientras Jenny tenía la diversión escrita en toda su cara.
“¿Has visto eso?” Jenny levantó una ceja, señalando un dedo entre Tina y Bette.
Tina frunció el ceño. “¿He visto qué?” Preguntó.
Jenny sonrió, divirtiéndose a costillas de su mejor amiga. “¿Que Bette Porter tiene una cosa por ti?” Ella levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo, sus ojos brillaban traviesos.
“¡¡No!!” Tina protestó violentamente, sacudiendo su cabeza rubia vigorosamente a los lados. ¡Eso es absurdo!
Jenny frunció sus labios y sonrió pícaramente. “Pienso que si.”
“Mira.” Tina movió una mano a través de su pelo, intentando controlar el rubor de sus mejillas. “Ella solo está siendo agradable porque está intentando reparar toda la mierda que me ha despachado. Eso es todo.” Ella dijo, intentando convencer a Jenny - y a ella misma también. Todas las burlas y tomadura de pelo eran apenas inocentes ¿correcto?
“Sí correcto.” Jenny sonrió, totalmente escéptica. Joder esto es ciertamente más interesante que cuando veía a Bette y Tina peleando, pensó.
Antes de que la rubia pudiera decir más en su defensa, la campana de la mañana sonó y rompió su conversación. Tina dejó escapar un enorme respiro, aliviada por la interrupción.
“Mira. Me tengo que ir.” Tina señaló hacia su sala de clase con el pulgar, lista para irse. “¡Bye Jenny!” Gritó sobre su hombro, haciendo una escapada precipitada.
“¡Bye Tina!” Jenny sonrió y sacudió su cabeza. Si su intuición estaba en lo correcto, entonces la atracción que ella percibía no era unilateral. A pesar de sus demandas de que sus días eran infernales debido a Bette, Tina se miraba recientemente como si gozara realmente de asistir a la escuela. De hecho, podría hasta afirmar que Tina parecía deseosa de asistir a sus clases desde que cierta morena se hizo su compañera de asiento.
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Tina se incorporó al homeroom apenas cuando Bette terminaba su llamada con Shane. La morena sonreía brillantemente en ella el tiempo entero en que caminó hacia su escritorio.
“Problema del planeta solucionado.” Bette proclamó con aire satisfecho cuando Tina se sentó.
“¿Qué? ¿Cómo?” Tina preguntó confundida mientras dejaba su bolsa de piel en el piso.
“Acabo de hablar con el dueño.” Bette meneó su frente hacia arriba y hacia abajo, orgullosa de si.
“¡Mierda!” Tina exclamó asustada. “Por favor dime que todavía tengo mi trabajo.” Ella gimió un poco preocupada, temiendo que Bette hubiera hecho algo que comprometiera su trabajo. ¿Ella amenazó a su jefe o utilizó sus influencias alrededor?
“No te preocupes Kennard. Shane posee ese lugar.” Bette indicó simplemente y sonrió. “Todavía te pagarán y todavía tienes tu trabajo malo.” Ella arrugó su nariz al pensar en el trabajo de Tina como camarera. “Aunque porqué insistes en servir mesas y todo eso. Podrías conseguir un mejor trabajo. Quiero decir, ¿porqué trabajas allí cuando puedes trabajar para mí?” Bette sonrió, lista para comenzar la ronda acostumbrada de tomadas de pelo.
“¿Qué?” Tina surcó su frente, inquieta con respecto a la morena al lado de ella. Se sintió ruborizarse mientras recordaba las palabras de Jenny. Es solo una burla inocente. Burla inocente.Intentó repetirse a si misma.
Bette vio la cara enrojecida de Tina y decidió empujar su suerte aún mas. “Quiero decir, la paga es extremadamente buena y las recompensas.” Ella entrecerró sus ojos mientras avanzaba a poquitos más cerca a la cara de Tina. “..son simplemente sorprendentes. Incluso bloquearían tu mente.” Ella guiñó.
“¡Vete a la mierda Porter!” Tina silbó, empujando lejos a la sonriente morena. Su cara ahora estaba tan roja como un tomate.
Bette sacó su monedero de su bolso y sacó una tarjeta. “Aquí está mi tarjeta.” Ella colocó el papel en el escritorio de Tina, intentando mantener su cara tan seria como fuera posible. “…piensa en eso.” Ella levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo mientras Tina le daba una mirada sucia.
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Cinco minutos. Tina miraba para arriba en el reloj de pared que hacía tictac y frunció el ceño. El receso acababa de terminar y habían pasado cinco minutos desde que las clases comenzaran. Dio vuelta lentamente a su cabeza y miró el sitio vacío al lado de ella. Extraño, pensó y arrugó su frente preocupada, Porter debería de estar aquí ahora. En los últimos pocos días, se había acostumbrado a ver a la morena al lado de ella durante la clase. Y el líder todopoderoso de 4F contra lo acostumbrado, estaba siempre a tiempo, incluso llegaba a clase antes que ella.
Tina reclinó la barbilla en su mano a medida que continuaba mirando fijamente la silla vacía de Bette. A esta hora, Porter ya estaría irritando todo el infierno dentro de mi, sonrió anhelante y sacudió suavemente su cabeza. La morena estaría susurrando cosas necias a ella y lanzando comentarios al azar de vez en cuando. La desesperaba a veces pero.
Tina suspiró mientras miraba el reloj otra vez. Seis minutos. Han sido seis minutos sin Bette Porter ahora, y Tina se encontró inmediatamente sintiéndose inmensamente aburrida y sola.
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“Aquí.” Bette soltó un puñado de bolsas de papel encima de la mesa de la biblioteca en la que Tina estudiaba. La rubia levantó la vista de su cuaderno y arrugó su frente, examinando los bolsos que fueron descargados sin ninguna ceremonia encima de sus libros. Eran todos de almacenes de diseñador. Gucci, Versace, Dior, Vera Wang, Valentino, Dolce y Gabbana, y otras marcas de fábrica de lujo que ella no podía incluso pronunciar.
“¿Qué son ésos?” Tina señaló a los bolsos con su lápiz.
Bette la miraba como si le hubiera crecido otra cabeza. “Bolsos de compras, tonta.” Dijo juguetonamente con una expresión de “babas” en su cara.
Tina rodó sus ojos y cruzó sus brazos en su pecho. “Sé que son bolsos de compras eres idiota. Solo estoy preguntando qué están haciendo encima de mis materiales de estudio.” Tina replicó, odiaba ser llamada tonta. Especialmente al lado de una idiota como Bette Porter. “¿Porqué tan solo no te vas a la mierda Porter?” Ella dijo, sintiendose un poco malhumorada. Era hora del almuerzo y tenía hambre, pero tenían un examen importante esa tarde por el cual estaba metida de lleno en los estudios.
“Pensé que serías un poco agradable con alguien que te ha traido algunos regalos.” Bette contestó helada mientras la irritación comenzaba a filtrarse en su interior. Ella había salido de la escuela durante el descanso para ir al centro comercial y comprar vestidos para Tina. Normalmente nunca hacía sus propias compras del guardarropa, ella tenía a Raúl, su comprador personal para ese trabajo. Pero puesto que Raúl nunca había visto a Tina, Bette no le confiaba la tarea importante de comprar a la rubia un vestido. Ella, por otra parte, confiaba en su buen gusto para encontrar algo que le quedara bien a la chica. Asi que decidió hacer ese agotador trabajo y fue al almacén personalmente. Después de ese trabajo tan extenuante, tenía la ligera esperanza de que la rubia apreciara sus esfuerzos. Una sonrisa habría aliviado enormemente la fatiga de la morena. Ver la cara irritada de Tina lastimaron un poco sus sentimientos. “Un simple “gracias” por tu pequeño detalle es tan difícil de decirlo ?” La voz de Bette se hacía más fuerte con cada palabra, ganando algunas miradas curiosas de los otros estudiantes que estudiaban dentro de la biblioteca. El genio infame de Porter comenzaba a levantar su fea cabeza.
Tina suspiró, ella no estaba de humor para tener una discusión con Bette ahora, especialmente dentro de este lugar. Éste era uno de los pocos lugares en donde podía estudiar realmente sin interrupciones, bien, es decir hasta que su camino se cruzara con 4F, y no querías que se lo prohibieran debido a algunas bolsas de papel. Frotó sus sienes y forzó una sonrisa amable en la irritada morena que se paraba delante de ella. “Gracias por los bolsos, y lo que esté dentro de ellos.” No pudo dejar de decir. “Me alegra que pensaras en mi.” Tina sonrió.
“De nada Kennard.” Bette sonrió dulce, no haciendo caso del sarcasmo en la voz de Tina. Y tan repentinamente como llegó, su cólera desapareció para ser substituida por el entusiasmo casi infantil. “Abrelos.” Ella empujó los bolsos más cerca hacia la rubia.
Tina miró a escondidas el interior de uno de los bolsos y vio que parecía un surtido de vestidos finos. Bien, eran ropas de diseñador costosas, no había la menor duda. Se sintió repentinamente culpable de haber sido tan dura con Bette. Todo eso era demasiado para ella, esos regalos. Tan tentadores como eran, posiblemente no podría aceptarlos. “No puedo aceptar realmente esta ropa, Porter.” Levantó la vista hacia la morena, que miraba fijamente en ella con una expresión ilegible en su cara.
“Si puedes. Ahora no tienes una excusa para faltar a la fiesta más adelante.” Bette contestó, continuando su estudio de la cara de Tina, que encontraba siempre ser completamente fascinante. “Y para comenzar no es como si tuvieras mucha ropa decente que usar,” ella encogió sus hombros indiferente. “Solo piensa en esto como si estuviera dando una ayuda a los pobres.” Ella bromeó, no obstante fue una pésima idea.
Tina frunció el ceño, mirando a Bette hacia arriba y hacia abajo con repugnancia. “Por favor.” La miró con los ojos brillantes y continuó, “no quiero ser tu caso de caridad de mierda.” Ella dobló sus brazos en su pecho.
Bette entendió su colosal error mientras miraba abajo en la furibunda rubia delante de ella. ¡Oh jodete gran Porter de mierda! Se regañó. Ella fue quizá demasiado lejos con la tomadura de pelo esta vez. Tosió, intentando encontrar una manera de dar marcha atrás ya que no deseaba que Tina estuviera enojada con ella otra vez. No ahora, no cuando estaban tan cerca de ser amigas. “Yo, lo siento” Manejó tartamuderar. Por segunda vez en esa semana, Bette se tragó su orgullo.
¿La gran Bette Porter se disculpa de nuevo? Tina levantó una ceja mientras miraba a la morena delante de ella. Bette miraba abajo sus pies nerviosa e inquieta con las llaves del coche dentro de su bolsillo delantero. Ella se miraba… linda, incluso adorable. Tina sacudió su cabeza violentamente tan pronto como se diera cuenta de lo que pensaba. Aunque por una cierta razón extraña, la cólera inmensa que sentía hace un rato comenzó a disiparse. Ella lo culpó al hecho de que de nuevo, Bette hizo algo totalmente fuera de carácter, e incluso algo sincero. Pero, si Tina hubiera tenido tiempo de examinarse realmente a si misma, descubriría que durante los últimos pocos días, nunca podía permanecer realmente enojada con Bette durante mucho tiempo, no importando lo mucho que fuera un asno pomposo a veces. Tina tosió un poco, el sonido que hizo que la morena levantara la vista. “Bien, disculpa aceptada.” Ella dijo, doblando su cabeza abajo e intentando volver a sus notas.
“¿Que dices?” Bette preguntó mas confiada por el comportamiento tranquilo de Tina. Ella contaba con un golpeo verbal. “¿Estamos bien otra vez Kennard?” Preguntó, aún un poco insegura.
“Sí.” Tina contestó simplemente a medida que continuaba marcando ciertas palabras y frases en su cuaderno.
Bette soltó un suspiro de alivio antes de caminar lentamente alrededor de la mesa y acercarse más a Tina. “Sobre la ropa.” Dijo una vez que estaba directamente detrás de la silla de Tina. “Si no te vienen.” Bette puso sus manos en el hombro de la rubia y se inclinó abajo, su cara algunas pulgadas del oído izquierdo de Tina. “…entonces pierde peso.” Ella bromeó, retrasándose por un minuto antes de alejarse negándose a afrontar a la estupefacta rubia.
Una Tina con las mejillas enrojecidas miró fijamente la forma majestuosa de cierta joven Porter mientras se dirigía a la salida de la biblioteca. Inconscientemente frotó su oído izquierdo con su mano, estremeciéndose un poco mientras recordaba la caliente sensación zumbante de la respiración caliente de Bette en su oído. Un asno tan arrogante, pensó cuando recuperó la cordura después de algunos minutos, su cara enrojecida brillaba y una pequeña sonrisa divertida jugaba en sus labios.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO DIECISÉIS: Una oportunidad
3:15 P.M.
Tina Kennard salía del edificio principal de la academia de Redwind cuando encontró un Porche plateado esperandola. “Kennard.” Shane salió del asiento de conductor del coche y se quitó los lentes estilo aviador de sus ojos.
“¿Sí.?” Tina contestó lentamente, un poco cuidadosa de otro miembro de 4F que se acercaba a ella.
“Creo que no nos hemos presentado formalmente.” Alicia emergió del lado del pasajero del coche de Shane. Caminó alrededor del vehículo y se colocó al lado de su amiga. “Soy Alicia.” Ella amplió su mano y sacudió las manos con Tina. “Y esta es.” Señaló un pulgar en la morena delgada al lado de ella.
“Shane.” La infame jugadora dio un cabeceo leve y agitó una mano de una manera fresca.
Tina destellaba una sonrisa insegura mientras miraba a las dos delante de ella. “Soy.”
“Tina Kennard.” Las dos contestaron al unísono, cortando a la rubia. “Ya lo sabemos.” Ambas sonrieron.
“Uhh.” Tina masculló muda, quedándose sin habla. Ella miraba hacia adelante y hacia atrás entre las dos muchachas por algunos momentos, perdiendo la capacidad de pronunciar una sola palabra. Las dos miembros de 4F la miraban haciendo gestos similares y con ojos maliciosos que de alguna manera la hacían sentir más nerviosa.
“Vas a la fiesta de Helena ¿correcto?” Alicia preguntó e inclinó su cuerpo hacia Shane, apoyando su codo en el hombro de la morena.
“U , sí. Creo.” Tina movió su cabeza lentamente mientras la sensación de inquietud se mantenía dentro de ella.
"Bueno.” Shane hizo muecas.
Sin ninguna advertencia y tomando a Tina por sorpresa, Alicia agarró los bolsos de compras de sus manos y los colocó dentro en la parte posterior del coche. “Espera” ella intentó oponerse pero fué cortada puntualmente por Shane que caminaba detrás de ella y la empujó hacia el asiento trasero de su Porsche SUV.
“Entra.” Shane abrió la puerta y dirigió a la rubia hacia dentro.
“Q-espera.” Tina intentó protestar pero fué cortada de nuevo por la puerta del coche que se cerraba de golpe en su cara. “¿Q-qué?” Ella preguntó temerosa. Como un mecanismo, Alicia y Shane entraron en el coche exactamente al mismo tiempo.
Shane trabó las puertas del coche y miró a su amiga al lado de ella con una mueca de entendimiento. Alicia respondió con un cabeceo y un guiño. Moviéndose en sincronía, miraron a la temblorosa rubia detrás de ellas y sonrieron. “Relajate.” Dijeron al mismo tiempo. Y con eso, Shane encendió el coche y lo sacó de la calzada de la escuela.
Una Tina desamparada podía solamente observar afuera el paisaje de paso y suspirar. Creo que acabo de ser secuestrada por los gemelos maravilla, gimió internamente.
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4:20 P.M.
Dentro de la casa de Shane en el Chateau Marmont, una acción relampagueante tenía lugar - y giraba todo alrededor de una rubia abrumada. Un equipo de estilistas famosos y de artistas del maquillaje trabajaban obsesionados en la cara y el pelo de Tina mientras Shane y Alicia daban instrucciones por las líneas laterales.
“Para arriba.”
“Abajo.”
“Para arriba.”
“Abajo.”
“Para arriba.”
“¡Abajo Alicia!” Shane gritó molesta, señalando en el pelo de Tina. “Colocalo abajo Matteo.” Ella dio instrucciones al estilista principal de Tina. “Se mira mucho mejor.” Dijo mientras daba vuelta hacia su amiga al lado de ella.
“Tch. muy bien.” Alicia accedió. “Abajo será.” Ella agitó su mano desdeñosa. Dejando a Shane sola vigilando a Tina, dio vuelta alrededor y caminó a la esquina del cuarto en donde toda la ropa fue colocada. Ella había sacado todos los vestidos de Tina de sus bolsos respectivos y los había arreglado en un estante. Una criada estaba planchando la ropa a vapor mientras Alicia los examinaba uno por uno.
“Alicia, querida.” Ángel, el artista del maquillaje, llamó a su cliente preferido mientras se colocaba y examinaba su enorme caja de cosméticos. “Necesito saber qué vestido usará así puedo saber qué color utilizar en ella.”
“Está bien. Dame algunos minutos.” Alicia dijo mientras tomaba un vestido escotado por la espalda blanco de Gucci del estante y lo miraba de cerca. “Hey Shaney.” Se lo puso para que su amiga lo viera.
“No.” Shane contestó rápidamente tan pronto como viera el vestido. “Después.” Ella dio vuelta alrededor y volvió a supervisar el pelo de Tina.
“¿Qué sobre este?” Alicia preguntó, soportando un Vera Wang rojo con un escote al frente y una estupenda abertura larga al lado. Ella meneó su frente y sonrió en Shane. “Apuesto que sabes lo que Porter pensaba cuando compró esta cosa.” Ella se rió entre dientes en voz alta, abrazando la evidencia de los pensamientos sucios de Bette cerca de su cuerpo. La morena comenzó a reirse también. Cuando su risa murió , Shane giró un dedo para indicar a la rubia que buscara un nuevo vestido.
“Está bien.” Alicia frunció sus labios, mirando a través del estante una vez más. Su líder compró muchos vestidos agradables, haciéndo difícil elegir solo uno. Después de algunos minutos, emitió un grito de asombro muy audible. “¡Hija de...!” Dijo sin aliento, sacando un vestido del estante. Maldición, salivó ante la vista. ¡Quería ese vestido para si misma!
Shane oyó el arrebato emocionado de su amiga y volteó a verla. Observó el vestido sin tirantes hermoso, de Dolce Gabana color turquesa y movió su cabeza en la aprobación. “Es nuestro vestido.” Ella sonrió en Alicia.
“Definitivamente.” Alicia hizo muecas, abrazando el vestido cerca de su cuerpo y girando alrededor. “Ángel. Este es.” Dijo al maquillista.
Oyéndolas por casualidad, Tina miró en el espejo y observó el vestido que estaría usando esa tarde. “Wow.” Susurró en el temor, admirando la vista fascinada, sintió escalofríos y sus vellos erizarse, no podía creer absolutamente que ella sería la que estaría usando esa pieza maravillosa. Era algo que verías normalmente en las famosas estrellas de cine durante premiers grandes o entregas de premios de renombre. Y por un momento, Tina se sintió indigna. Ella no era nadie. ¿Qué derecho tenía de usar ese vestido esta noche?
Siempre perspicaz, Shane sintió el cambio repentino en el humor de su huésped. Mirando atenta a Tina, se percató del miedo y la inquietud que cruzaron las facciones de la rubia y le sonrió de modo tranquilizador. “Ese vestido hermoso parece que fue hecho apenas para ti.” Ella sonrió, acariciando a la muchacha en el hombro. Ésa es probablemente la razón por la que Bette lo compró. “Apenas para ti.”
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6:00 P.M.
“Srta. Bette, ella no está aquí.” Un hombre joven guapo que usaba traje hablaba en su teléfono celular. Él caminó fuera del complejo de apartamentos y observó las ventanas del tercer piso.
“¡¿Qué?!” Bette gritó en el receptor, haciendo retrocer a la persona al otro lado de la línea. “¿Estás seguro James?” Ella mordió la punta de su pulgar ansiosamente, estableciendo el paso alrededor de su espacioso dormitorio en bata. Su pelo y maquillaje estaban listos, la única cosa que faltaba era ponerse el vestido. La fiesta de Helena estaba programada para comenzar a las seis, pero acostumbrando llegar mas tarde, los miembros de 4F decidieron llegar a las siete, aunque fueran las responsables en primer lugar de la organización de la fiesta.
“Sí Srta.” James contestó. “He estado aquí parado desde hace dos horas, y no hay ninguna señal de ella.” Le dijo, mirando alrededor de la calle. Miraba cuidadosamente en el surtido de gentes miserables dispersas alrededor, este lugar era patético.
“¿Revisaste arriba?” Bette preguntó. “Está quizá dentro de su apartamento.” Estaba tentada en mover su mano a través de su reciente peinado sintiéndose de pronto nerviosa y agitada. Había enviado a James, su ayudante personal, a la casa de Tina para recoger a la rubia y llevarla a la fiesta. No quería que Tina tomara un taxi o un autobús al lugar, temiendo que en el camino pudiera ser acosada por algún individuo.
“Sí, acabo de preguntar al propietario y al padre y su hija no ha regresado a casa desde esta mañana.” James contestó, enviando el corazón de su joven jefa como plomo a su estómago.
“Mierda.” Bette maldijo, cerrándo los ojos frustrada y pellizcando el puente de su nariz. “James está bien, regresa a casa.” Ella suspiró, desmoronándose en su sofá, perdiendo la energía para seguir parada.
“Enseguida Srta. Bette.” James terminó la llamada y se incorporó al asiento del pasajero del coche, diciéndole al chofer que se dirigieran a casa
Bette chascó su teléfono cerrandolo y lo lanzó al lado de ella en el sofá. ¿Dónde puedes estar Kennard? Dio masajes a sus sienes que palpitaban. La joven heredera respiró fuertemente y se inclinó detrás, sintiendose asustada y decepcionada ante la perspectiva de que Tina no acudiera a la fiesta.
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6:45 P.M.
“Siento si te tomamos por sorpresa hace algunas horas.” Shane dijo sinceramente, finalmente disculpándose por emboscar y secuestrar a Tina durante todo ese tiempo. Le habrían preguntado si quería ir con ellas, solo que tenían demasiado miedo de que les dijera que no y se escurriera. La rehén rubia miraba hacia fuera por la ventana mientras circulaban través de las calles congestionadas de Los Ángeles. Ahora estaban en camino a la mansión Peabody, esta vez en la limousina de Shane.
“Está bien. Creo.” Tina encogió los hombros . “Les dijo. u . ¿Porter les dijo que hicieran esto?” Preguntó lentamente, dando vuelta para mirar a los dos miembros de 4F. Sabía que este grupo famoso de las cuatro herederas actuaban como unidad, así que no le sorprendería si Bette tenía algo que ver con las acciones de sus amigas.
“Nope.” Alicia sacudió su cabeza al lado, tirando abajo la asunción de Tina con apenas una palabra. “Ella no sabe nada.” Sonrió ocultamente. Sabiendo como trabajaba la mente de Bette, Alicia tenía un presentimiento de que su Alfa líder ya había planeado algo para Tina desde antes. Estaba segura que sus acciones impetuosas de esa tarde habían arruinado los planes bien elaborados de Porter.
“Que es extremadamente malo puesto que a Bette le gusta hacer bien las cosas.” Shane agregó con una mueca. “Estamos tan tan muertas.” Ella rió, señalando a su amiga y agarrándola por los hombros para sacudir un poco a Alicia.
“Estamos.” Alicia cabeceó seriamente antes de explotar en una mueca enorme.
“¿Entonces porqué lo hicieron?” Tina preguntó curiosa mientras comenzaba también a sonreír.
Shane contestó sonriendo. “Quisimos sorprender a Bette y de cierta manera. uh. ayudarle un poco.”
“¿Ayuda? ¿De qué manera?” Tina preguntó confundida. ¿Cómo podía el secuestro ayudar posiblemente a Porter?
Alicia miró silenciosamente a la rubia antes de hablar , eligiendo sus palabras cuidadosamente. “Conoces a Bette, no es una mala persona.” Dijo lentamente.
Tina rió un poco de esto. “He estado oyendo mucho de eso esta semana.” Ella sonrió, recordando a Helena y a Sam que decían exactamente la misma cosa.
“Porque es la verdad.” Shane contestó seriamente, entrando en la conversación. “Sabes, Bette no es el tipo de persona que abiertamente te demostraría los buenos rasgos - el lado suave de su personalidad y de su naturaleza bondadosa.” Ella explicó. “..pero parece hacer mucho de eso últimamente.” Continuó, pensativa.
Alicia movió su cabeza en el acuerdo. Los cambios que observaban en su líder eran asombrosos - y la transformación sucedía en un breve periodo de tiempo también. “Y se está haciendo realmente una mejor persona.” Ella agregó. “Ninguna pretension, ningún engaño, la que se ha estado demostrando a ti últimamente es la verdadera.”
Tina miraba hacia fuera la ventana, intentando absorber lo que Alicia y Shane acababan de compartir. “¿Porqué me dicen esto?” Preguntó suavemente, mirando los otros coches al lado de ellas.
“Para ayudar a Bette.” Shane contestó, repitiendo su declaración anterior. “Ella lo está intentando con todas sus fuerzas y solo queremos cerciorarnos de que sus esfuerzos no sean inútiles.” Continuó. Ella y Alicia sentían que Tina todavía abrigaba dudas sobre Bette, que la hacía desatender y no apreciar las acciones de su amiga para esa tarde. Asi que decidieron hacer algo sobre eso.
.
“¿Todo esto es solo para ayudar a Bette y a mi para que seamos amigas?” Tina preguntó sorprendida, mirando detrás a Shane y Alicia.
Alicia sonrió brillantemente. “Eso y algo más.” Ella guiñó un ojo, haciendo ruborizarse profundamente a Tina.
“Por favor, solo dale una oportunidad. No la descartes ¿De acuerdo?” Shane siguió y preguntó a Tina suavemente.
Tina mordió su labio más bajo. Ahora eran las mejores amigas de bette no sólo Jenny, que también hacían alusión sobre los sentimientos de Porter hacia ella. Bien, Bette era realmente agradable últimamente, por su propia manera por supuesto, pero de todos modos igualmente agradable. Y tanto como quisiera negarlo, Tina se dio cuenta que la morena se hacía querer inmensamente. Bette era todo un carácter, ella mantenía la diversión en las cosas y era interesante todo el tiempo. Y debido a ella, Tina comenzaba a descubrir que era posible estar irritada y extremadamente feliz y estar sumamente divertida al mismo tiempo. Bette Porter y su ego enorme tenían ese efecto extraño en ella. Entonces… ¿debía darle a Porter una oportunidad.? Ella miraba abajo en sus manos. No lastimaría ¿correcto? Tina levantó la vista y sonrió genuinamente en Shane y Alicia. “Está bien.” Susurró suavemente, ganando una mueca de alegría de las dos.
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7:15 P.M.
“¿Está ella aquí?” Uns Bette sin aliento preguntó a Helena tan pronto como estallara a través de las puertas principales de la mansión de Peabody.
“Bien hola a ti también querida.” Helena rió, saludando a una Bette turbada con un beso en la mejilla. Observó divertida como su joven amiga miraba frenéticamente alrededor del lugar, claramente en busca de alguien. Bette incluso no la miraba a los ojos, Helena hizo muecas.
“¿Está ella aquí?” Bette preguntó otra vez a medida que sus ojos continuaban danzando alrededor del cuarto.
“¿Por “ella”, presumo que estás hablando de Tina Kennard?” Helena sonrió con conocimiento, arqueando una ceja.
“¿A quién otra estaría buscando?” Bette contestó distraidamente, caminando hacia el pequeño balcón que estaba en la sala de estar grande en donde la mayor parte de las huéspedes se mezclaban.
“¿A nosotras quizá?” Sam rió, alcanzando a Helena y Bette.
“No te adules.” Bette se burló, continuando su búsqueda. Su corazón comenzaba a latir más rápidamente cada vez que veía una mujer con el pelo rubio, pero sus esperanzas se estrellaban tan pronto como daban vuelta alrededor y veía sus caras. “Maldición.” Maldijo debajo de su respiración. “¿Donde estás?” Susurró desesperadamente, su ansiedad aumentaba por minutos.
“Ya están aquí.” Helena contestó, caminando de regreso hacia las nuevas invitadas.
“Se tardaron bastante tiempo chicas.” Sam sonrió en sus amigas, siguiendo de cerca a Helena.
Una Bette nerviosa dio vuelta lentamente alrededor, apoyándose para una decepción enorme en caso de que Helena y Sam estuvieran jugándole una mala broma. Sus miedos eran infundados, lo descubrió en menos de un segundo más adelante. Tan pronto como sus ojos aterrizaran en las tres figuras que entraban en la mansión, sintió su boca secarse y un nudo dentro de su garganta. Y por primera vez en un rato muy pero muy largo ocurrió que Bette Porter, la persona que tenía siempre algo que decir se quedara sin habla. Su mente estaba en blanco mientras luchaba por asimilar todo sobre la rubia que caminaba tímida entre Alicia y Shane. Sus ojos viajaron de la cara hermosa de Tina a sus zapatos. Cerró sus puños, mirando en el pelo suave que fluía debajo de los hombros de Tina conteniendo el impulso de saltar encima de la rubia y de mover su mano a través de su cabello liso. Miró el vestido que Tina eligió usar para la fiesta y sonrió abrobando. Bette se felicitó mentalmente por comprar ese vestido sin tirantes de Dolce. Le quedaba muy bien y acentuaba sus curvas, aún más, la sonrisa de Bette se hacía incluso más ancha al observar que mostraba una cantidad decente de escote. Permanecía arraigada en su punto, mirando a sus amigas saludarse unas a otras e intercambiar los cumplidos. Ella no podía hablar, así que moverse era inadmisible también.
“Shane, Tina y Alicia.” Helena dio a cada muchacha un pequeño abrazo, dándoles la dentro de su hogar. “Pasen.” Ella se retiró un paso e indicó para que entraran. “Las estábamos esperando.” Ella hizo muecas traviesa, arqueando una ceja y cabeceando discreta hacia Bette.
“Estoy segura.” Alicia rió, mirando en la forma congelada de su líder mientras permanecía parada. Bette miraba a Tina como si la rubia fuera un espécimen raro que necesitaba ser estudiado cuidadosamente. Y si su boca se abriera un poco mas, Alicia estaba segura que las babas saldrían de ahí.
“¡Hey Sammy!” Shane dio a la muchacha un pequeño saludo. “¡Hey Bette!” Ella saludó a la morena. Hizo muecas divertida cuando su amiga deslumbrada incluso no reconoció su saludo - ni su presencia.
Notando el largo silencio de Bette, Sam miró de nuevo a su mejor amiga y luchó contra el impulso de sacudir su cabeza en desaprobación. Pararte como una completa imbécil delante de la muchacha que te gusta no es la manera de impresionarla, internamente regañó a la morena. Aunque era malvado, Bette necesitaba a veces un empuje grande para que reaccionara. Y empuje, eso será apenas lo que haré, sonrió Sam picaramente. “Hola Tina.” Sam caminó delante de la tímida rubia. “Te ves hermosa.” Hizo muecas, inclinándose adelante para besar a Tina en la mejilla.
Eso despertó a la poderosa Bette Porter en un instante. Encontrando una fuerza desconocida, se lanzó repentinamente adelante y agarró la parte posterior del vestido de Sam, dando un tirón a su mejor amiga lejos antes de que pudiera incluso besar a Tina. “Hola Shane, Alicia, Kennard.” Ella sonrió, rechazando abandonar su apretón de muerte en el vestido de Sam. “Me da gusto verlas chicas.” Sonrió dulce a las tres. “La fiesta comienza a llenarse de invitados, ¿porqué no entran y conviven con los demás?” Miró a Alicia y Shane sonriente.
“¡Sí jefe!” Captando la indirecta, una Shane obediente y Alicia contestaron al mismo tiempo, dando vuelta para dejar a sus amigas solas. Agitaron un adiós silencioso en Tina antes de desaparecer en la sala de estar.
“Sammy, lo siento, creo que no te he saludado todavía.” Bette sonrió en su mejor amiga, inclinándose más cerca para medio abrazarla. “Lo estás haciendo otra vez compinche.” Susurró amenazadora tan pronto como sus labios estuvieran cerca del oído de Sam. “Quince pies. Ten eso presente.” Gruñó antes de soltarla, una sonrisa transparente se dibujaba en su cara.
Sam sonrió internamente, viendo lo bien que su pequeña trampa había funcionado. Buena suerte Bette, hizo muecas y alcanzó la mano de Helena, no lo estropees. “Bien, voy a llevar a la mujer de la noche a su público que la espera.” Ella dijo, comenzando a llevar a Helena lejos de Bette y Tina. “Las veremos más adelante chicas.” Dijo despidiéndose de las dos.
“Gracias por venir Tina.” Helena dijo sobre su hombro a medida que Sam continuaba llevándola lejos. “¿Y Bette?” Miró a la morena y sonrió traviesa. “Quisiera que la escoltaras alrededor en toda la noche. ¿Podrías hacerlo?” Ella guiñó en la muchacha antes de dar vuelta.
“Es un placer. ” Bette hizo muecas de oído a oído, más que feliz de cumplir su tarea.
Tan pronto como Sam y Helena se perdieran en la distancia, Bette dio vuelta a Tina y sonrió. Una sonrisa que reflejaba su felicidad, alivio y nerviosismo. “Hey.” Dijo suavemente. “Estoy realmente alegre de que pudieras venir.”
“Bien, no tenía ninguna otra opción ¿no crees?” Tina arqueó una ceja, sus labios demostraban una indirecta de sonrisa. “Alguien fue muy persistente.” Dijo en falsa seriedad.
“Pensé que no vendrías.” Bette miraba abajo en sus pies. “Me asustaste y me pusiste nerviosa.” Admitió en una pequeña voz. Había estado mirando adelante a esta fiesta durante toda la semana, todo porque estaría cierta rubia. Si Tina no hubiera aparecido, estaba segura que pasaría la noche entera bebiendo como una tonta en la barra. Levantó la vista otra vez y encontró un par de ojos pardos. “Te ves bien.” Sonrió tímida. “Realmente realmente bien.” Agregó.
Tina tragó saliva difícilmente al escuchar las palabras de la morena, comenzando a sentir su cara más caliente. ¿Se estaba ruborizando? “Tu no te ves mal.” Intentó decir inafectada, sus ojos barrían a Bette. Mierda, te ves espectacular, dijo para si dejando que su mente parara temporalmente de censurar sus pensamientos. La heredera usaba un vestido escotado de Roberto Cavalli que demostraba su atractivo cuerpo entonado y sus piernas de asesinato. Bette usaba el vestido con tanta confianza que ese factor aumentaba grandemente su sensualidad. Bette Porter podría parar literalmente el tráfico.
“Bien, ¿entramos Kennard?” Bette ofreció un brazo a Tina, caminando a la derecha en modo de acompañamiento.
Tina sonrió mientras caminaba adelante y aceptando la oferta de Bette envolviendo su brazo alrededor de la morena. “Vamos, Porter.”
Una Bette sorprendida y confundida levantó una ceja en Tina. Esperaba que la rubia golpeara con fuerza su brazo lejos tan pronto como lo hubiera ofrecido. “¿Porqué no me empujas lejos?” Preguntó, genuinamente intrigada.
“Te estoy dando una oportunidad.” Tina explicó encogiéndose de hombros y sonrió en Bette. No hagas que me arrepienta de eso, advirtió a la morena dentro de su cabeza.
“¿Qué?” Bette surcó su frente. “¿Una oportunidad?” Preguntó, sintiéndose ahora enormemente confundida.
“Sí.” Tina contestó simplemente. “Ahora vamos porque tengo hambre y tengo sed. Y si vas a escoltarme alrededor de esta fiesta, debes alimentarme primero.” Dijo seriamente. Ella estaba más allá de muerta de hambre y no había tenido tiempo de comer cualquier cosa por su secuestro en casa de Shane.
“Entonces te alimentaré.” Bette sonrió mientras comenzaba a llevar a Tina abajo de las escaleras hacia la fiesta. “Lo prometo, haré todo lo que esté en mis manos para cerciorarme de que quedes satisfecha.” Hizo muecas en la rubia, sacando una pequeña risa de la muchacha.
La fiesta en casa de Helena Peabody acababa de comenzar y sin saberlo las dos anteriores enemigas y ahora semi-amigas podría pasar cualquier cosa.
3:15 P.M.
Tina Kennard salía del edificio principal de la academia de Redwind cuando encontró un Porche plateado esperandola. “Kennard.” Shane salió del asiento de conductor del coche y se quitó los lentes estilo aviador de sus ojos.
“¿Sí.?” Tina contestó lentamente, un poco cuidadosa de otro miembro de 4F que se acercaba a ella.
“Creo que no nos hemos presentado formalmente.” Alicia emergió del lado del pasajero del coche de Shane. Caminó alrededor del vehículo y se colocó al lado de su amiga. “Soy Alicia.” Ella amplió su mano y sacudió las manos con Tina. “Y esta es.” Señaló un pulgar en la morena delgada al lado de ella.
“Shane.” La infame jugadora dio un cabeceo leve y agitó una mano de una manera fresca.
Tina destellaba una sonrisa insegura mientras miraba a las dos delante de ella. “Soy.”
“Tina Kennard.” Las dos contestaron al unísono, cortando a la rubia. “Ya lo sabemos.” Ambas sonrieron.
“Uhh.” Tina masculló muda, quedándose sin habla. Ella miraba hacia adelante y hacia atrás entre las dos muchachas por algunos momentos, perdiendo la capacidad de pronunciar una sola palabra. Las dos miembros de 4F la miraban haciendo gestos similares y con ojos maliciosos que de alguna manera la hacían sentir más nerviosa.
“Vas a la fiesta de Helena ¿correcto?” Alicia preguntó e inclinó su cuerpo hacia Shane, apoyando su codo en el hombro de la morena.
“U , sí. Creo.” Tina movió su cabeza lentamente mientras la sensación de inquietud se mantenía dentro de ella.
"Bueno.” Shane hizo muecas.
Sin ninguna advertencia y tomando a Tina por sorpresa, Alicia agarró los bolsos de compras de sus manos y los colocó dentro en la parte posterior del coche. “Espera” ella intentó oponerse pero fué cortada puntualmente por Shane que caminaba detrás de ella y la empujó hacia el asiento trasero de su Porsche SUV.
“Entra.” Shane abrió la puerta y dirigió a la rubia hacia dentro.
“Q-espera.” Tina intentó protestar pero fué cortada de nuevo por la puerta del coche que se cerraba de golpe en su cara. “¿Q-qué?” Ella preguntó temerosa. Como un mecanismo, Alicia y Shane entraron en el coche exactamente al mismo tiempo.
Shane trabó las puertas del coche y miró a su amiga al lado de ella con una mueca de entendimiento. Alicia respondió con un cabeceo y un guiño. Moviéndose en sincronía, miraron a la temblorosa rubia detrás de ellas y sonrieron. “Relajate.” Dijeron al mismo tiempo. Y con eso, Shane encendió el coche y lo sacó de la calzada de la escuela.
Una Tina desamparada podía solamente observar afuera el paisaje de paso y suspirar. Creo que acabo de ser secuestrada por los gemelos maravilla, gimió internamente.
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4:20 P.M.
Dentro de la casa de Shane en el Chateau Marmont, una acción relampagueante tenía lugar - y giraba todo alrededor de una rubia abrumada. Un equipo de estilistas famosos y de artistas del maquillaje trabajaban obsesionados en la cara y el pelo de Tina mientras Shane y Alicia daban instrucciones por las líneas laterales.
“Para arriba.”
“Abajo.”
“Para arriba.”
“Abajo.”
“Para arriba.”
“¡Abajo Alicia!” Shane gritó molesta, señalando en el pelo de Tina. “Colocalo abajo Matteo.” Ella dio instrucciones al estilista principal de Tina. “Se mira mucho mejor.” Dijo mientras daba vuelta hacia su amiga al lado de ella.
“Tch. muy bien.” Alicia accedió. “Abajo será.” Ella agitó su mano desdeñosa. Dejando a Shane sola vigilando a Tina, dio vuelta alrededor y caminó a la esquina del cuarto en donde toda la ropa fue colocada. Ella había sacado todos los vestidos de Tina de sus bolsos respectivos y los había arreglado en un estante. Una criada estaba planchando la ropa a vapor mientras Alicia los examinaba uno por uno.
“Alicia, querida.” Ángel, el artista del maquillaje, llamó a su cliente preferido mientras se colocaba y examinaba su enorme caja de cosméticos. “Necesito saber qué vestido usará así puedo saber qué color utilizar en ella.”
“Está bien. Dame algunos minutos.” Alicia dijo mientras tomaba un vestido escotado por la espalda blanco de Gucci del estante y lo miraba de cerca. “Hey Shaney.” Se lo puso para que su amiga lo viera.
“No.” Shane contestó rápidamente tan pronto como viera el vestido. “Después.” Ella dio vuelta alrededor y volvió a supervisar el pelo de Tina.
“¿Qué sobre este?” Alicia preguntó, soportando un Vera Wang rojo con un escote al frente y una estupenda abertura larga al lado. Ella meneó su frente y sonrió en Shane. “Apuesto que sabes lo que Porter pensaba cuando compró esta cosa.” Ella se rió entre dientes en voz alta, abrazando la evidencia de los pensamientos sucios de Bette cerca de su cuerpo. La morena comenzó a reirse también. Cuando su risa murió , Shane giró un dedo para indicar a la rubia que buscara un nuevo vestido.
“Está bien.” Alicia frunció sus labios, mirando a través del estante una vez más. Su líder compró muchos vestidos agradables, haciéndo difícil elegir solo uno. Después de algunos minutos, emitió un grito de asombro muy audible. “¡Hija de...!” Dijo sin aliento, sacando un vestido del estante. Maldición, salivó ante la vista. ¡Quería ese vestido para si misma!
Shane oyó el arrebato emocionado de su amiga y volteó a verla. Observó el vestido sin tirantes hermoso, de Dolce Gabana color turquesa y movió su cabeza en la aprobación. “Es nuestro vestido.” Ella sonrió en Alicia.
“Definitivamente.” Alicia hizo muecas, abrazando el vestido cerca de su cuerpo y girando alrededor. “Ángel. Este es.” Dijo al maquillista.
Oyéndolas por casualidad, Tina miró en el espejo y observó el vestido que estaría usando esa tarde. “Wow.” Susurró en el temor, admirando la vista fascinada, sintió escalofríos y sus vellos erizarse, no podía creer absolutamente que ella sería la que estaría usando esa pieza maravillosa. Era algo que verías normalmente en las famosas estrellas de cine durante premiers grandes o entregas de premios de renombre. Y por un momento, Tina se sintió indigna. Ella no era nadie. ¿Qué derecho tenía de usar ese vestido esta noche?
Siempre perspicaz, Shane sintió el cambio repentino en el humor de su huésped. Mirando atenta a Tina, se percató del miedo y la inquietud que cruzaron las facciones de la rubia y le sonrió de modo tranquilizador. “Ese vestido hermoso parece que fue hecho apenas para ti.” Ella sonrió, acariciando a la muchacha en el hombro. Ésa es probablemente la razón por la que Bette lo compró. “Apenas para ti.”
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6:00 P.M.
“Srta. Bette, ella no está aquí.” Un hombre joven guapo que usaba traje hablaba en su teléfono celular. Él caminó fuera del complejo de apartamentos y observó las ventanas del tercer piso.
“¡¿Qué?!” Bette gritó en el receptor, haciendo retrocer a la persona al otro lado de la línea. “¿Estás seguro James?” Ella mordió la punta de su pulgar ansiosamente, estableciendo el paso alrededor de su espacioso dormitorio en bata. Su pelo y maquillaje estaban listos, la única cosa que faltaba era ponerse el vestido. La fiesta de Helena estaba programada para comenzar a las seis, pero acostumbrando llegar mas tarde, los miembros de 4F decidieron llegar a las siete, aunque fueran las responsables en primer lugar de la organización de la fiesta.
“Sí Srta.” James contestó. “He estado aquí parado desde hace dos horas, y no hay ninguna señal de ella.” Le dijo, mirando alrededor de la calle. Miraba cuidadosamente en el surtido de gentes miserables dispersas alrededor, este lugar era patético.
“¿Revisaste arriba?” Bette preguntó. “Está quizá dentro de su apartamento.” Estaba tentada en mover su mano a través de su reciente peinado sintiéndose de pronto nerviosa y agitada. Había enviado a James, su ayudante personal, a la casa de Tina para recoger a la rubia y llevarla a la fiesta. No quería que Tina tomara un taxi o un autobús al lugar, temiendo que en el camino pudiera ser acosada por algún individuo.
“Sí, acabo de preguntar al propietario y al padre y su hija no ha regresado a casa desde esta mañana.” James contestó, enviando el corazón de su joven jefa como plomo a su estómago.
“Mierda.” Bette maldijo, cerrándo los ojos frustrada y pellizcando el puente de su nariz. “James está bien, regresa a casa.” Ella suspiró, desmoronándose en su sofá, perdiendo la energía para seguir parada.
“Enseguida Srta. Bette.” James terminó la llamada y se incorporó al asiento del pasajero del coche, diciéndole al chofer que se dirigieran a casa
Bette chascó su teléfono cerrandolo y lo lanzó al lado de ella en el sofá. ¿Dónde puedes estar Kennard? Dio masajes a sus sienes que palpitaban. La joven heredera respiró fuertemente y se inclinó detrás, sintiendose asustada y decepcionada ante la perspectiva de que Tina no acudiera a la fiesta.
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6:45 P.M.
“Siento si te tomamos por sorpresa hace algunas horas.” Shane dijo sinceramente, finalmente disculpándose por emboscar y secuestrar a Tina durante todo ese tiempo. Le habrían preguntado si quería ir con ellas, solo que tenían demasiado miedo de que les dijera que no y se escurriera. La rehén rubia miraba hacia fuera por la ventana mientras circulaban través de las calles congestionadas de Los Ángeles. Ahora estaban en camino a la mansión Peabody, esta vez en la limousina de Shane.
“Está bien. Creo.” Tina encogió los hombros . “Les dijo. u . ¿Porter les dijo que hicieran esto?” Preguntó lentamente, dando vuelta para mirar a los dos miembros de 4F. Sabía que este grupo famoso de las cuatro herederas actuaban como unidad, así que no le sorprendería si Bette tenía algo que ver con las acciones de sus amigas.
“Nope.” Alicia sacudió su cabeza al lado, tirando abajo la asunción de Tina con apenas una palabra. “Ella no sabe nada.” Sonrió ocultamente. Sabiendo como trabajaba la mente de Bette, Alicia tenía un presentimiento de que su Alfa líder ya había planeado algo para Tina desde antes. Estaba segura que sus acciones impetuosas de esa tarde habían arruinado los planes bien elaborados de Porter.
“Que es extremadamente malo puesto que a Bette le gusta hacer bien las cosas.” Shane agregó con una mueca. “Estamos tan tan muertas.” Ella rió, señalando a su amiga y agarrándola por los hombros para sacudir un poco a Alicia.
“Estamos.” Alicia cabeceó seriamente antes de explotar en una mueca enorme.
“¿Entonces porqué lo hicieron?” Tina preguntó curiosa mientras comenzaba también a sonreír.
Shane contestó sonriendo. “Quisimos sorprender a Bette y de cierta manera. uh. ayudarle un poco.”
“¿Ayuda? ¿De qué manera?” Tina preguntó confundida. ¿Cómo podía el secuestro ayudar posiblemente a Porter?
Alicia miró silenciosamente a la rubia antes de hablar , eligiendo sus palabras cuidadosamente. “Conoces a Bette, no es una mala persona.” Dijo lentamente.
Tina rió un poco de esto. “He estado oyendo mucho de eso esta semana.” Ella sonrió, recordando a Helena y a Sam que decían exactamente la misma cosa.
“Porque es la verdad.” Shane contestó seriamente, entrando en la conversación. “Sabes, Bette no es el tipo de persona que abiertamente te demostraría los buenos rasgos - el lado suave de su personalidad y de su naturaleza bondadosa.” Ella explicó. “..pero parece hacer mucho de eso últimamente.” Continuó, pensativa.
Alicia movió su cabeza en el acuerdo. Los cambios que observaban en su líder eran asombrosos - y la transformación sucedía en un breve periodo de tiempo también. “Y se está haciendo realmente una mejor persona.” Ella agregó. “Ninguna pretension, ningún engaño, la que se ha estado demostrando a ti últimamente es la verdadera.”
Tina miraba hacia fuera la ventana, intentando absorber lo que Alicia y Shane acababan de compartir. “¿Porqué me dicen esto?” Preguntó suavemente, mirando los otros coches al lado de ellas.
“Para ayudar a Bette.” Shane contestó, repitiendo su declaración anterior. “Ella lo está intentando con todas sus fuerzas y solo queremos cerciorarnos de que sus esfuerzos no sean inútiles.” Continuó. Ella y Alicia sentían que Tina todavía abrigaba dudas sobre Bette, que la hacía desatender y no apreciar las acciones de su amiga para esa tarde. Asi que decidieron hacer algo sobre eso.
.
“¿Todo esto es solo para ayudar a Bette y a mi para que seamos amigas?” Tina preguntó sorprendida, mirando detrás a Shane y Alicia.
Alicia sonrió brillantemente. “Eso y algo más.” Ella guiñó un ojo, haciendo ruborizarse profundamente a Tina.
“Por favor, solo dale una oportunidad. No la descartes ¿De acuerdo?” Shane siguió y preguntó a Tina suavemente.
Tina mordió su labio más bajo. Ahora eran las mejores amigas de bette no sólo Jenny, que también hacían alusión sobre los sentimientos de Porter hacia ella. Bien, Bette era realmente agradable últimamente, por su propia manera por supuesto, pero de todos modos igualmente agradable. Y tanto como quisiera negarlo, Tina se dio cuenta que la morena se hacía querer inmensamente. Bette era todo un carácter, ella mantenía la diversión en las cosas y era interesante todo el tiempo. Y debido a ella, Tina comenzaba a descubrir que era posible estar irritada y extremadamente feliz y estar sumamente divertida al mismo tiempo. Bette Porter y su ego enorme tenían ese efecto extraño en ella. Entonces… ¿debía darle a Porter una oportunidad.? Ella miraba abajo en sus manos. No lastimaría ¿correcto? Tina levantó la vista y sonrió genuinamente en Shane y Alicia. “Está bien.” Susurró suavemente, ganando una mueca de alegría de las dos.
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7:15 P.M.
“¿Está ella aquí?” Uns Bette sin aliento preguntó a Helena tan pronto como estallara a través de las puertas principales de la mansión de Peabody.
“Bien hola a ti también querida.” Helena rió, saludando a una Bette turbada con un beso en la mejilla. Observó divertida como su joven amiga miraba frenéticamente alrededor del lugar, claramente en busca de alguien. Bette incluso no la miraba a los ojos, Helena hizo muecas.
“¿Está ella aquí?” Bette preguntó otra vez a medida que sus ojos continuaban danzando alrededor del cuarto.
“¿Por “ella”, presumo que estás hablando de Tina Kennard?” Helena sonrió con conocimiento, arqueando una ceja.
“¿A quién otra estaría buscando?” Bette contestó distraidamente, caminando hacia el pequeño balcón que estaba en la sala de estar grande en donde la mayor parte de las huéspedes se mezclaban.
“¿A nosotras quizá?” Sam rió, alcanzando a Helena y Bette.
“No te adules.” Bette se burló, continuando su búsqueda. Su corazón comenzaba a latir más rápidamente cada vez que veía una mujer con el pelo rubio, pero sus esperanzas se estrellaban tan pronto como daban vuelta alrededor y veía sus caras. “Maldición.” Maldijo debajo de su respiración. “¿Donde estás?” Susurró desesperadamente, su ansiedad aumentaba por minutos.
“Ya están aquí.” Helena contestó, caminando de regreso hacia las nuevas invitadas.
“Se tardaron bastante tiempo chicas.” Sam sonrió en sus amigas, siguiendo de cerca a Helena.
Una Bette nerviosa dio vuelta lentamente alrededor, apoyándose para una decepción enorme en caso de que Helena y Sam estuvieran jugándole una mala broma. Sus miedos eran infundados, lo descubrió en menos de un segundo más adelante. Tan pronto como sus ojos aterrizaran en las tres figuras que entraban en la mansión, sintió su boca secarse y un nudo dentro de su garganta. Y por primera vez en un rato muy pero muy largo ocurrió que Bette Porter, la persona que tenía siempre algo que decir se quedara sin habla. Su mente estaba en blanco mientras luchaba por asimilar todo sobre la rubia que caminaba tímida entre Alicia y Shane. Sus ojos viajaron de la cara hermosa de Tina a sus zapatos. Cerró sus puños, mirando en el pelo suave que fluía debajo de los hombros de Tina conteniendo el impulso de saltar encima de la rubia y de mover su mano a través de su cabello liso. Miró el vestido que Tina eligió usar para la fiesta y sonrió abrobando. Bette se felicitó mentalmente por comprar ese vestido sin tirantes de Dolce. Le quedaba muy bien y acentuaba sus curvas, aún más, la sonrisa de Bette se hacía incluso más ancha al observar que mostraba una cantidad decente de escote. Permanecía arraigada en su punto, mirando a sus amigas saludarse unas a otras e intercambiar los cumplidos. Ella no podía hablar, así que moverse era inadmisible también.
“Shane, Tina y Alicia.” Helena dio a cada muchacha un pequeño abrazo, dándoles la dentro de su hogar. “Pasen.” Ella se retiró un paso e indicó para que entraran. “Las estábamos esperando.” Ella hizo muecas traviesa, arqueando una ceja y cabeceando discreta hacia Bette.
“Estoy segura.” Alicia rió, mirando en la forma congelada de su líder mientras permanecía parada. Bette miraba a Tina como si la rubia fuera un espécimen raro que necesitaba ser estudiado cuidadosamente. Y si su boca se abriera un poco mas, Alicia estaba segura que las babas saldrían de ahí.
“¡Hey Sammy!” Shane dio a la muchacha un pequeño saludo. “¡Hey Bette!” Ella saludó a la morena. Hizo muecas divertida cuando su amiga deslumbrada incluso no reconoció su saludo - ni su presencia.
Notando el largo silencio de Bette, Sam miró de nuevo a su mejor amiga y luchó contra el impulso de sacudir su cabeza en desaprobación. Pararte como una completa imbécil delante de la muchacha que te gusta no es la manera de impresionarla, internamente regañó a la morena. Aunque era malvado, Bette necesitaba a veces un empuje grande para que reaccionara. Y empuje, eso será apenas lo que haré, sonrió Sam picaramente. “Hola Tina.” Sam caminó delante de la tímida rubia. “Te ves hermosa.” Hizo muecas, inclinándose adelante para besar a Tina en la mejilla.
Eso despertó a la poderosa Bette Porter en un instante. Encontrando una fuerza desconocida, se lanzó repentinamente adelante y agarró la parte posterior del vestido de Sam, dando un tirón a su mejor amiga lejos antes de que pudiera incluso besar a Tina. “Hola Shane, Alicia, Kennard.” Ella sonrió, rechazando abandonar su apretón de muerte en el vestido de Sam. “Me da gusto verlas chicas.” Sonrió dulce a las tres. “La fiesta comienza a llenarse de invitados, ¿porqué no entran y conviven con los demás?” Miró a Alicia y Shane sonriente.
“¡Sí jefe!” Captando la indirecta, una Shane obediente y Alicia contestaron al mismo tiempo, dando vuelta para dejar a sus amigas solas. Agitaron un adiós silencioso en Tina antes de desaparecer en la sala de estar.
“Sammy, lo siento, creo que no te he saludado todavía.” Bette sonrió en su mejor amiga, inclinándose más cerca para medio abrazarla. “Lo estás haciendo otra vez compinche.” Susurró amenazadora tan pronto como sus labios estuvieran cerca del oído de Sam. “Quince pies. Ten eso presente.” Gruñó antes de soltarla, una sonrisa transparente se dibujaba en su cara.
Sam sonrió internamente, viendo lo bien que su pequeña trampa había funcionado. Buena suerte Bette, hizo muecas y alcanzó la mano de Helena, no lo estropees. “Bien, voy a llevar a la mujer de la noche a su público que la espera.” Ella dijo, comenzando a llevar a Helena lejos de Bette y Tina. “Las veremos más adelante chicas.” Dijo despidiéndose de las dos.
“Gracias por venir Tina.” Helena dijo sobre su hombro a medida que Sam continuaba llevándola lejos. “¿Y Bette?” Miró a la morena y sonrió traviesa. “Quisiera que la escoltaras alrededor en toda la noche. ¿Podrías hacerlo?” Ella guiñó en la muchacha antes de dar vuelta.
“Es un placer. ” Bette hizo muecas de oído a oído, más que feliz de cumplir su tarea.
Tan pronto como Sam y Helena se perdieran en la distancia, Bette dio vuelta a Tina y sonrió. Una sonrisa que reflejaba su felicidad, alivio y nerviosismo. “Hey.” Dijo suavemente. “Estoy realmente alegre de que pudieras venir.”
“Bien, no tenía ninguna otra opción ¿no crees?” Tina arqueó una ceja, sus labios demostraban una indirecta de sonrisa. “Alguien fue muy persistente.” Dijo en falsa seriedad.
“Pensé que no vendrías.” Bette miraba abajo en sus pies. “Me asustaste y me pusiste nerviosa.” Admitió en una pequeña voz. Había estado mirando adelante a esta fiesta durante toda la semana, todo porque estaría cierta rubia. Si Tina no hubiera aparecido, estaba segura que pasaría la noche entera bebiendo como una tonta en la barra. Levantó la vista otra vez y encontró un par de ojos pardos. “Te ves bien.” Sonrió tímida. “Realmente realmente bien.” Agregó.
Tina tragó saliva difícilmente al escuchar las palabras de la morena, comenzando a sentir su cara más caliente. ¿Se estaba ruborizando? “Tu no te ves mal.” Intentó decir inafectada, sus ojos barrían a Bette. Mierda, te ves espectacular, dijo para si dejando que su mente parara temporalmente de censurar sus pensamientos. La heredera usaba un vestido escotado de Roberto Cavalli que demostraba su atractivo cuerpo entonado y sus piernas de asesinato. Bette usaba el vestido con tanta confianza que ese factor aumentaba grandemente su sensualidad. Bette Porter podría parar literalmente el tráfico.
“Bien, ¿entramos Kennard?” Bette ofreció un brazo a Tina, caminando a la derecha en modo de acompañamiento.
Tina sonrió mientras caminaba adelante y aceptando la oferta de Bette envolviendo su brazo alrededor de la morena. “Vamos, Porter.”
Una Bette sorprendida y confundida levantó una ceja en Tina. Esperaba que la rubia golpeara con fuerza su brazo lejos tan pronto como lo hubiera ofrecido. “¿Porqué no me empujas lejos?” Preguntó, genuinamente intrigada.
“Te estoy dando una oportunidad.” Tina explicó encogiéndose de hombros y sonrió en Bette. No hagas que me arrepienta de eso, advirtió a la morena dentro de su cabeza.
“¿Qué?” Bette surcó su frente. “¿Una oportunidad?” Preguntó, sintiéndose ahora enormemente confundida.
“Sí.” Tina contestó simplemente. “Ahora vamos porque tengo hambre y tengo sed. Y si vas a escoltarme alrededor de esta fiesta, debes alimentarme primero.” Dijo seriamente. Ella estaba más allá de muerta de hambre y no había tenido tiempo de comer cualquier cosa por su secuestro en casa de Shane.
“Entonces te alimentaré.” Bette sonrió mientras comenzaba a llevar a Tina abajo de las escaleras hacia la fiesta. “Lo prometo, haré todo lo que esté en mis manos para cerciorarme de que quedes satisfecha.” Hizo muecas en la rubia, sacando una pequeña risa de la muchacha.
La fiesta en casa de Helena Peabody acababa de comenzar y sin saberlo las dos anteriores enemigas y ahora semi-amigas podría pasar cualquier cosa.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
Capítulo 17: Cena y baile
-Mierda santa Kennard…
-M ??
-Comes como un hombre…
-Mmbbmlmmleemmbff…
-Qué?
-Digo…-se echó hacia atrás- que tengo hambre.
-No bromeas…
-Que es esto? Está bueno.
-Foie gras
-Qué es eso?
-Hígado de pato.
-Ah. Y esto?
-Scargot.
-Qué?
-Caracoles.
-Oh…ya veo.
-Quieres saber lo que son los demás?
-No, mejor no.
-Por qué?
-El conocimiento arruina el placer. Dímelo cuando acabe de comer.
-Vale.
-Mmmmm…este pollo está….muyyyyyyy buenoooooooooo
-U …en realidad son ancas de rana.
-…
-Qué?
-Maldición.
-Lo siento…
-Está bien…solo…cállate mientras tanto ok?
-Ok
- - - - - - - - - - - -
-Bette está realmente pendiente de ella…-comentó Helena pensativamente , observando la interacción entre Bette y Tina mientras cenaban en un área aislada del comedor. Bette apenas se concentraba en la comida que tenía en el plato , estaba demasiado ocupada mirando a la rubia que tenia a su lado , con una sonrisa boba dibujada en la cara permanentemente.
-No tienes ni idea…- dijo Shane dándole la razón , asintiendo y bebiendo unos sorbos de su copa de vino.
-Estoy encantada de que las cosas estén funcionando-sonrió Helena.- Parece muy feliz-añadió , mirando a Bette que se reía a carcajadas por el aspecto que tenía el pescado ahumado de Tina , mientras esta comía felizmente de todos los platos que había en la mesa. La rubia comía tan entusiasmada dejando de lado todos los modales y maneras que se debía tener en la mesa. Lo que a Helena la sorprendía era que a Porter, que normalmente estaba tensa y era una snob , parecía no preocuparle en absoluto. En realidad , miraba divertida como Tina devoraba los alimentos con auténtico frenesí.
-Tina parece hambrienta. Muy , muy hambrienta.- dijo Sam despacio ,estudiando a la rubia con los ojos muy abiertos. Aunque habían pasado un par de recreos en el balcón del tercer piso , nunca había visto antes comer a Tina. Esta noche estaba siendo testigo por primera vez , estaba muda de la sorpresa. Normalmente comía así? Se rascó la cabeza pensativa.
-Creo que es culpa de Shane y mía. Hemos sido malas hospedadoras…-Alice se rió suavemente , girándose hacia Sam. La morena no podía dejar de mirar a su nueva amiga, encantada y cautivada por el valor de Tina sobre la mesa.- La hemos tenido secuestrada para lo del cambio de imagen durante unas horas y se nos ha olvidado darle de comer a nuestro rehén.- explicó encogiéndose de hombros.
-Y ahora que recuerdo…-Shane frunció la frente , acariciándose pensativa la barbilla.- creo que Bette se la encontró estudiando en la biblioteca durante la hora de la comida. Entonces es probable que la última vez ha comida ha sido en el desayuno.- añadió. Sus amigas cabecearon con entendimiento , ahora comprendían por qué la rubia tenía tanta hambre.
-Bueno eso lo explica todo- Helena se calmó.
-Woah!!- exclamaron las cuatro a la vez cuando Tina casi se ahoga con un trozo de pavo. Una asustada Bette , que no conocía la maniobra de Heimlich , le daba a Tina con furia en la espalda con expresión preocupada. Agradecida , logró desalojar el pedazo que le obstruía la tráquea de Tina con una fuerte palmada en la espalda. Todas suspiraron de alivio mientras miraban como Bette le daba a Tina un vaso de agua. La rubia se bebió el vaso entero de un trago.
-Wow…!!- dijeron todas al ver a Tina volver a comer como si nada hubiese pasado.
Helena se rió un poco y sacudió la cabeza hacia los lados.
-Esta Tina , es realmente interesante…- se rió tontamente.
-Única en su especie…-dijo Sam , compartiendo la risa de Helena.
Shane y Alice cabecearon de acuerdo con las afirmaciones de sus amigas.
- - - - - -
-Whew…- Tina sonrió satisfecha mientras se echaba hacia atrás en su silla. Acababa de terminar de meter el contenido del plato en su estómago.- Todo estaba muyyyyyy bueno- se frotó la barriga con felicidad.
Bette soltó una pequeña carcajada.
-Me alegro de que finalmente te hayas saciado-sonrió- Pensaba que nunca estarías llena. Tienes un pozo sin fondo por estómago , Kennard…-dijo tomándole el pelo a la rubia , que le dio un empujón.
-Cállate Porter- Tina se rió. Se dio cuenta de que el plato de Bette estaba intacto y frunció el ceño- Apenas has comido…- dijo a modo de reproche mientras miraba a la morena con preocupación.
Bette se encogió.
-No es que tuviera hambre de comida- sonrió , inclinando la cabeza y encontró la mirada preocupada de Tina. – Ya ves , mi mente y mi cuerpo querían que yo tomara otra cosa…-levantó las cejas sugestivamente.
Tina sintió que se ponía roja, entonces rápidamente tosió y miró hacia abajo con la intención de ocultar su rubor.
-Acabo de comer Porter. No hagas que vomite.- logró decir muy seria , esforzándose por bloquear los avances de Bette. Solía salir bastante bien de las bromas. Bette bromeaba y Tina bloqueaba y juguetonamente derribaba las declaraciones de la morena con alguna observación ingeniosa o con otra broma. Pero desde que la fiesta había empezado , cada encontraba mas difícil enfrentarse a los comentarios de Bette sin ruborizarse. El saber que detrás de las burlas “inocentes” y la coquetería había algo mas, marcaba la diferencia.
-Yo mala- Bette sonrió. Miró alrededor a la gente de la fiesta y vio que había una mezcla entre caras familiares y totales desconocidos.- Bueno ahora que ya has comido , que quieres hacer?-preguntó , la rubia había seguido su ejemplo y ahora también miraba alrededor.- Bailar? Beber? Socializar? – se dio la vuelta hacia Tina y esperó la respuesta.
Tina miró hacia la pista de baile y vio a Sam y Helena que estaban bailando lento.
-Baile…-dijo suavemente sin pensarlo mucho.
Aunque se sintiera un poco triste ante esa visión , la verdad es que también se sentía feliz por Sam y Helena. En algún lugar profundo de su interior quería que ellas dos terminaran juntas , las dos eran buenas personas y merecían ser felices incluso si ello significaba que tenía que dejar de lado sus sentimientos hacia Sam. Hacen muy buena pareja , se dijo a sí misma.
-Lo hacen- le contestó Bette a Tina , mirando también a sus amigas. Sin saber que la rubia había pensado en alto- Pero nosotras también…- añadió con cuidado , girando la cabeza y mirando a Tina- Nos unimos?- se levantó y extendió una mano hacia la rubia.
Tina sonrió a Bette antes de cogerle la manos con las suyas. No tenia ningún sentido que siguiera torturándose con algo que probablemente nunca sucedería. Esta noche , se iba a divertir. Y la morena que la sonreía y le cogía de la mano le daba la oportunidad de hacerlo. Se levantó y se estiró el vestido antes de que Bette empezara a conducirla entre la gente. La tarea no fue difícil ya que la mayor parte de los invitados se apartaban cuando veían a Bette acercarse. No está de decir , que las dos provocaban que unas cuantas cabezas se giraran a su paso. Un puñado de ojos celosos miraron con envidia como Bette cogía a la tímida rubia entre sus brazos y juntas comenzaban a moverse con la música.
-Te parece bien esto?-preguntó Bette un poco nerviosa mientras ponía las manos en la parte baja de la espalda de Tina.
Tina suspiró cuando sintió que la morena tiraba de sus cuerpos acercándolos.
-Sí…supongo…-dijo rodeando con los brazos el cuello de Bette.- Solamente espero que no me toques el culo…-advirtió con una risa.
-Maldición- Bette sacudió la cabeza y sonrió maliciosamente , ganándose un codazo de Tina.
Bette se inclinó mas hacia la rubia y cerró los ojos. Discretamente , inhaló profundamente y percibió el olor de la rubia.
-Hueles bien…-susurró jadeando un poco mientras el olor de Tina la embriagaba.-Me gusta tu perfume-sonrió.
Era un olor agradable que cosquilleaba en su nariz y Bette tenia la sensación de ser una polilla alrededor de una llama. Tina rió un poco al oir esto.
-No llevo ninguno…-dijo en voz baja.Bette se retiró y la miró curiosamente.- Tus amigas se olvidaron regarme con alguno de aquellos caros perfumes después de la discusión que mantuvieron sobre cual usar.-rodó los ojos y se rió.
-Entonces es natural?- preguntó Bette ,levantando las cejas sorprendida cuando Tina asintió.-Wow-dijo con absoluta admiración. Sonrió mientras se acercaba a Tina otra vez , presionando un lado de su cara contra la de la rubia. –Me encanta…-le susurró a Tina en el oido , dándose el placer de oler otra vez el perfume de la rubia.
Los murmullos crecían alrededor de ellas mientras lo invitados especulaban acerca de la identidad de la bonita rubia que tenia toda la atención de Porter. “Era hija de un magnate de los negocios?” “ De una estrella de cine?” “ De un político?” Los niños de las familias consideradas como el “viejo dinero” se mofaron , no reconocían a la rubia como una de sus filas , de esta forma llegaron a la conclusión que provenia de “nuevos ricos”. A pesar de los sentimientos negativos que levantaba Tina debido a los celos ,todo el mundo sabía que era la mujer mas poderosa de la fiesta. ¿Por qué? Porque tenía el control total de Bette Porter. Y entonces las almas celosas solo podían torturarse mirándolas bailar , mientras ellas estaban totalmente ajenas a los ojos verdes que seguían sus movimientos.
-Mierda santa Kennard…
-M ??
-Comes como un hombre…
-Mmbbmlmmleemmbff…
-Qué?
-Digo…-se echó hacia atrás- que tengo hambre.
-No bromeas…
-Que es esto? Está bueno.
-Foie gras
-Qué es eso?
-Hígado de pato.
-Ah. Y esto?
-Scargot.
-Qué?
-Caracoles.
-Oh…ya veo.
-Quieres saber lo que son los demás?
-No, mejor no.
-Por qué?
-El conocimiento arruina el placer. Dímelo cuando acabe de comer.
-Vale.
-Mmmmm…este pollo está….muyyyyyyy buenoooooooooo
-U …en realidad son ancas de rana.
-…
-Qué?
-Maldición.
-Lo siento…
-Está bien…solo…cállate mientras tanto ok?
-Ok
- - - - - - - - - - - -
-Bette está realmente pendiente de ella…-comentó Helena pensativamente , observando la interacción entre Bette y Tina mientras cenaban en un área aislada del comedor. Bette apenas se concentraba en la comida que tenía en el plato , estaba demasiado ocupada mirando a la rubia que tenia a su lado , con una sonrisa boba dibujada en la cara permanentemente.
-No tienes ni idea…- dijo Shane dándole la razón , asintiendo y bebiendo unos sorbos de su copa de vino.
-Estoy encantada de que las cosas estén funcionando-sonrió Helena.- Parece muy feliz-añadió , mirando a Bette que se reía a carcajadas por el aspecto que tenía el pescado ahumado de Tina , mientras esta comía felizmente de todos los platos que había en la mesa. La rubia comía tan entusiasmada dejando de lado todos los modales y maneras que se debía tener en la mesa. Lo que a Helena la sorprendía era que a Porter, que normalmente estaba tensa y era una snob , parecía no preocuparle en absoluto. En realidad , miraba divertida como Tina devoraba los alimentos con auténtico frenesí.
-Tina parece hambrienta. Muy , muy hambrienta.- dijo Sam despacio ,estudiando a la rubia con los ojos muy abiertos. Aunque habían pasado un par de recreos en el balcón del tercer piso , nunca había visto antes comer a Tina. Esta noche estaba siendo testigo por primera vez , estaba muda de la sorpresa. Normalmente comía así? Se rascó la cabeza pensativa.
-Creo que es culpa de Shane y mía. Hemos sido malas hospedadoras…-Alice se rió suavemente , girándose hacia Sam. La morena no podía dejar de mirar a su nueva amiga, encantada y cautivada por el valor de Tina sobre la mesa.- La hemos tenido secuestrada para lo del cambio de imagen durante unas horas y se nos ha olvidado darle de comer a nuestro rehén.- explicó encogiéndose de hombros.
-Y ahora que recuerdo…-Shane frunció la frente , acariciándose pensativa la barbilla.- creo que Bette se la encontró estudiando en la biblioteca durante la hora de la comida. Entonces es probable que la última vez ha comida ha sido en el desayuno.- añadió. Sus amigas cabecearon con entendimiento , ahora comprendían por qué la rubia tenía tanta hambre.
-Bueno eso lo explica todo- Helena se calmó.
-Woah!!- exclamaron las cuatro a la vez cuando Tina casi se ahoga con un trozo de pavo. Una asustada Bette , que no conocía la maniobra de Heimlich , le daba a Tina con furia en la espalda con expresión preocupada. Agradecida , logró desalojar el pedazo que le obstruía la tráquea de Tina con una fuerte palmada en la espalda. Todas suspiraron de alivio mientras miraban como Bette le daba a Tina un vaso de agua. La rubia se bebió el vaso entero de un trago.
-Wow…!!- dijeron todas al ver a Tina volver a comer como si nada hubiese pasado.
Helena se rió un poco y sacudió la cabeza hacia los lados.
-Esta Tina , es realmente interesante…- se rió tontamente.
-Única en su especie…-dijo Sam , compartiendo la risa de Helena.
Shane y Alice cabecearon de acuerdo con las afirmaciones de sus amigas.
- - - - - -
-Whew…- Tina sonrió satisfecha mientras se echaba hacia atrás en su silla. Acababa de terminar de meter el contenido del plato en su estómago.- Todo estaba muyyyyyy bueno- se frotó la barriga con felicidad.
Bette soltó una pequeña carcajada.
-Me alegro de que finalmente te hayas saciado-sonrió- Pensaba que nunca estarías llena. Tienes un pozo sin fondo por estómago , Kennard…-dijo tomándole el pelo a la rubia , que le dio un empujón.
-Cállate Porter- Tina se rió. Se dio cuenta de que el plato de Bette estaba intacto y frunció el ceño- Apenas has comido…- dijo a modo de reproche mientras miraba a la morena con preocupación.
Bette se encogió.
-No es que tuviera hambre de comida- sonrió , inclinando la cabeza y encontró la mirada preocupada de Tina. – Ya ves , mi mente y mi cuerpo querían que yo tomara otra cosa…-levantó las cejas sugestivamente.
Tina sintió que se ponía roja, entonces rápidamente tosió y miró hacia abajo con la intención de ocultar su rubor.
-Acabo de comer Porter. No hagas que vomite.- logró decir muy seria , esforzándose por bloquear los avances de Bette. Solía salir bastante bien de las bromas. Bette bromeaba y Tina bloqueaba y juguetonamente derribaba las declaraciones de la morena con alguna observación ingeniosa o con otra broma. Pero desde que la fiesta había empezado , cada encontraba mas difícil enfrentarse a los comentarios de Bette sin ruborizarse. El saber que detrás de las burlas “inocentes” y la coquetería había algo mas, marcaba la diferencia.
-Yo mala- Bette sonrió. Miró alrededor a la gente de la fiesta y vio que había una mezcla entre caras familiares y totales desconocidos.- Bueno ahora que ya has comido , que quieres hacer?-preguntó , la rubia había seguido su ejemplo y ahora también miraba alrededor.- Bailar? Beber? Socializar? – se dio la vuelta hacia Tina y esperó la respuesta.
Tina miró hacia la pista de baile y vio a Sam y Helena que estaban bailando lento.
-Baile…-dijo suavemente sin pensarlo mucho.
Aunque se sintiera un poco triste ante esa visión , la verdad es que también se sentía feliz por Sam y Helena. En algún lugar profundo de su interior quería que ellas dos terminaran juntas , las dos eran buenas personas y merecían ser felices incluso si ello significaba que tenía que dejar de lado sus sentimientos hacia Sam. Hacen muy buena pareja , se dijo a sí misma.
-Lo hacen- le contestó Bette a Tina , mirando también a sus amigas. Sin saber que la rubia había pensado en alto- Pero nosotras también…- añadió con cuidado , girando la cabeza y mirando a Tina- Nos unimos?- se levantó y extendió una mano hacia la rubia.
Tina sonrió a Bette antes de cogerle la manos con las suyas. No tenia ningún sentido que siguiera torturándose con algo que probablemente nunca sucedería. Esta noche , se iba a divertir. Y la morena que la sonreía y le cogía de la mano le daba la oportunidad de hacerlo. Se levantó y se estiró el vestido antes de que Bette empezara a conducirla entre la gente. La tarea no fue difícil ya que la mayor parte de los invitados se apartaban cuando veían a Bette acercarse. No está de decir , que las dos provocaban que unas cuantas cabezas se giraran a su paso. Un puñado de ojos celosos miraron con envidia como Bette cogía a la tímida rubia entre sus brazos y juntas comenzaban a moverse con la música.
-Te parece bien esto?-preguntó Bette un poco nerviosa mientras ponía las manos en la parte baja de la espalda de Tina.
Tina suspiró cuando sintió que la morena tiraba de sus cuerpos acercándolos.
-Sí…supongo…-dijo rodeando con los brazos el cuello de Bette.- Solamente espero que no me toques el culo…-advirtió con una risa.
-Maldición- Bette sacudió la cabeza y sonrió maliciosamente , ganándose un codazo de Tina.
Bette se inclinó mas hacia la rubia y cerró los ojos. Discretamente , inhaló profundamente y percibió el olor de la rubia.
-Hueles bien…-susurró jadeando un poco mientras el olor de Tina la embriagaba.-Me gusta tu perfume-sonrió.
Era un olor agradable que cosquilleaba en su nariz y Bette tenia la sensación de ser una polilla alrededor de una llama. Tina rió un poco al oir esto.
-No llevo ninguno…-dijo en voz baja.Bette se retiró y la miró curiosamente.- Tus amigas se olvidaron regarme con alguno de aquellos caros perfumes después de la discusión que mantuvieron sobre cual usar.-rodó los ojos y se rió.
-Entonces es natural?- preguntó Bette ,levantando las cejas sorprendida cuando Tina asintió.-Wow-dijo con absoluta admiración. Sonrió mientras se acercaba a Tina otra vez , presionando un lado de su cara contra la de la rubia. –Me encanta…-le susurró a Tina en el oido , dándose el placer de oler otra vez el perfume de la rubia.
Los murmullos crecían alrededor de ellas mientras lo invitados especulaban acerca de la identidad de la bonita rubia que tenia toda la atención de Porter. “Era hija de un magnate de los negocios?” “ De una estrella de cine?” “ De un político?” Los niños de las familias consideradas como el “viejo dinero” se mofaron , no reconocían a la rubia como una de sus filas , de esta forma llegaron a la conclusión que provenia de “nuevos ricos”. A pesar de los sentimientos negativos que levantaba Tina debido a los celos ,todo el mundo sabía que era la mujer mas poderosa de la fiesta. ¿Por qué? Porque tenía el control total de Bette Porter. Y entonces las almas celosas solo podían torturarse mirándolas bailar , mientras ellas estaban totalmente ajenas a los ojos verdes que seguían sus movimientos.
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO DIECIOCHO: Ojos en mí
“Bien, mira eso.” Alicia dio un pequeño codazo a Shane mientras miraba a Bette y a Tina. Ella se había estado ligando con la modelo más nueva de ropa interior de Calvin Klein en el bar sin fijarse en el baile lento de las dos a una distancia cercana.
“¿Qué?” Shane contestó distraidamente mientras su postre actual de la semana exigía su atención completa. Ella se liberó de los brazos de su morena pechugona y miró a Alicia al lado de ella.
“Allí.” Alicia inclinó su cabeza hacia la pista de baile.
Viendo a la pareja bailar, Shane sonrió y movió su cabeza en aprobación. “Bien Bette.” Ella felicitó a su amiga por un trabajo bien- hecho. Compartió una mueca con Alicia antes de dar vuelta de nuevo a su novia, reasumiendo su intercambio coqueto.
“¿Que te pasa?” Alicia levantó una ceja en Shane. “¿No estás más interesada en observarla?” Pinchó a su amiga.
“Nope.” Shane sacudió su cabeza y procedió a jalar a su novia más cerca de ella. “Dejalas solas Al. Es bastante malo que cada uno en este sitio las esté mirando.” Masculló, refiriendose a las miradas fijas curiosas que Bette y Tina recibían de cada uno en la fiesta.
Alicia finalmente notó qué Shane hablaba y frunció el ceño. “Porqué son unas putas chismosas.” Exclamó airadamente. Según sus caras y lenguaje corporal, ella podía decir que estaban prácticamente comiéndose a Tina.
Shane se rió de la reacción de la rubia. ¿Cómo era aquel refrán que decia: ¿el comal le dijo a la olla? Pensó mientras Alice miraba a su alrededor cómo todo el mundo devoraba con la vista a Bette y Tina. “¿Te ves a ti Al?” Se rio Shane
“Callate.” Alicia dijo fuerte. Sintiendose enormemente molesta. Irritada llamó la atención del voyeurista más cercano e indicó para que la muchacha se acercara. “¿Janice Mitchell correcto?” Le preguntó, reconociendo a la adolescente como la hija de los subordinados de su padre. Sonrió cuando la muchacha movió su cabeza afirmativamente. “¿Sabes jugar a pasar el mensaje? Alicia preguntó.
“U . sí.” Janice contestó lentamente muy desconcertada . Era la primera vez que hablaba con la famosa Alicia Pieszecki de 4F y le día que la rubia le preguntara acerca de un pequeño juego estúpido. “¿Porqué lo preguntas?”Siguió.
“Solo quisiera que pasaras un pequeño mensaje por mí.” Alicia sonrió dulce a la muchacha. “¿Piensas que puedes hacer eso?”
Oyendo por casualidad la conversación, Shane gimió en alta voz y miró inquisitivamente a su amiga. “Para Al.” Sacudió su cabeza en reproche apartándose de los brazos de su novia. Dio vuelta a Janice y envió a la muchacha a su lugar con una disculpa. Cuando la muchacha estaba fuera de su vista, Shane miró de nuevo a su amiga y la reprendió. “¿Qué ibas a hacer? ¿Pedirles a todos los que están en este lugar que miren para otro lado?” Ella levantó una ceja en Alicia.
“Sí. ¿Tienes un problema con eso Shaney?” Alicia cruzó sus brazos desafiandola. En tu opinión, no había nada de malo con lanzar tu poder alrededor de vez en cuando - especialmente en una situación como esta. ¡Porter no necesita ahora que otra gente le cause más drama, caramba! Alicia pensó airadamente, sintiendose protectora de su amiga.
“Lo hago realmente pero.” Shane miró detrás. “Ésta no es tu fiesta Alicia. Es de Helena. Incluso no intentes crear una escena.” Ella amonestó a la rubia. “Solo vas a arruinarla para cada uno.” Shane agregó. “Si Bette se sintiera incomoda por toda la atención, sabes que ella ya habría hecho algo.” Ella encogió los hombros mientras su novia comenzaba a arrastrarla lejos a un lugar más privado.
“Bien.” Alicia se enfurruñó, aplacándose por la discusión con su mejor amiga. Ella odiaba cuando Shane tenía razón. Oh bien, por lo menos una de nosotras es sensible,pensó. Bette la habría despellejado viva si su pequeña acción interrumpía su tiempo de baile con Kennard. Con un suspiro ahogado, reasumió su conversación interrumpida con su juguete a estrenar mientras la música lenta iba disminuyendo y era substituida por los sonidos animados del salón de baile.
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“¿Donde aprendiste a bailar tango?”
“¿EH ? ¿Porqué lo preguntas?”
“¡Ow! Porque quiero demandar a quienquiera que te enseñó.”
“¡Callate Porter!”
“No puedo sentir mis deditos.”
“Oh no es nada bebe grande .”
“¡Ow!”
“Awwww upps, disculpa.”
“¿Haces esto a propósito?”
“Nope.”
“¡Ow!"
“Pero eso si lo fue.”
“Gozas torturándome, ¿no es así?”
“Sí. es divertido.”
“¡Ow!”
“¿Ves? Me hace feliz.”
“Me alegra que la estés gozando. ¿Pero piensas que les puedes dar a mis pies un descanso ahora?”
“Por descanso, ¿quieres decir una fractura? Seguro, pienso que puedo hacer eso.”
“¿Owwwwww!”
“¿Eso funcionó?”
“Esto es muy divertido para ti ¿heh? Bien, qué te parece esto.”
“¡Aaaaaaaaaaaa!”
“¿Te gustó eso?”
“¡Te dije que no agarraras mis nalgas!”
“Bien es divertido y me hace feliz también.”
“¿Realmente y ahora?”
“¡Ow!”
“Bonitos pies.”
“¡Aaaaaaaaaaaa!”
“Bonito trasero.”
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“¿Qué se supone que están haciendo?” Sam preguntó, mirando a la pareja que bailaba algunos pies lejos de ella y de Helena. Aunque estaba perdida en la sensación maravillosa del baile con la joven Peabody , su atención fue desviada por los gañidos de dolor y de sorpresa que venían de sus dos amigas. Ella dio vuelta a su derecha a tiempo de ver a Tina pisar fuerte en el pie derecho de Bette mientras que su mejor amiga contorsionaba su cara en agonía.
“Ligandose.” Helena contestó simplemente, sus ojos centelleaban divertidos. Ella se rió de la vista de Tina que intentaba sin éxito menear su culo para liberarse de las manos de Bette. Las acciones de la rubia servían solamente para hacer que la mano de la trigueña la apretara mas fuerte. Bette literalmente daba a Tina un apapacho agradable.
“¿Así es como le llamas?” Sam sacudió su cabeza y rió cuando oyeron otro coro de “Ow” y de “Aaaaaaaa” que venían de las dos. “Se mira doloroso.” Agregó con una mueca.
“…y-muy-divertido.” Helena meneó sus cejas y sonrió. “¿Quieres intentar?” Ella guiñó en Sam.
Sam se rió entre dientes y sacudió su cabeza. “No gracias.” Dijo antes de girarse repentinamente y de sumergirse en el abrazo de Helena. “Podría pensar en otras maneras de ligarme contigo.” Ella sonrió ante la mirada sorprendida en la cara de su compañera de baile.
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“Whew.” Tina exhaló en alta voz mientras aterrizaba en uno de los bancos al lado de la enorme fuente. Ella y Bette salieron al extenso jardín después de que terminaran de bailar , si se le pudiera incluso llamar asi. Las dos necesitaban un poco de aire fresco después del ejercicio. “¿Quieres algo de ?” Preguntó a la morena al lado de ella después de algunos minutos, mirando a Bette que daba masajes a sus pies adoloridosr.
“Sí.” Bette movió su cabeza. “Agua por favor.” Dijo casi sin aliento. Habría sido una buena acompañante y hubiera ido a conseguir las bebidas para las dos ella misma pero sus pies gritaron en protesta y la retuvieron. Su pequeño juego cobraba realmente su peaje en sus pobres dedos del pie.
“Está bien, esperame aquí.” Tina se empujó hacia arriba para levantarse del banco. “No te muevas.” Hizo muecas amenazantes en Bette.
“Como si pudiera.” Bette rodó sus ojos y sonrió. “No puedo incluso levantarme, aún menos caminar.” Gritó mientras la rubia se alejaba.
Mientras Tina hacía su viaje a la barra, comenzó a notar todas las miradas fijas curiosas que le lanzaban. Ella se estremeció un poco, recordando repentinamente el tiempo en que estaba marcada con tarjeta roja. Odiaba esta sensación de ser observada - toda la atención indeseada la hizo sentir inquieta e incómoda. Ella suponía correctamente que todo esto era debido al hecho de que había estado con Bette Porter durante toda la noche. No era un secreto que la mayor parte de las mujeres y los hombres en esa fiesta tenían una cosa por la morena. Les atraían la belleza, las riquezas y el poder que la heredera poseía. Estaban fuertemente atraídos por las cosas que ella representaba, no por la clase de persona que era. Y por un momento, Tina se sintió triste por Bette. Porter terminaría probablemente con alguna persona de ese lugar, pensó, alguien que la amaría solamente por las cosas superficiales que ella tenía.
Exhaló un suspiro de alivio cuando finalmente alcanzó la barra, porque significaba solamente que saldría de este lugar y regresaría al jardín muy pronto. Quería realmente - y necesitaba - un descanso lejos de los ojos que la enjuiciaban. “Dos aguas frías por favor.” Dijo al barman. El individuo sirvió rápidamente el agua burbujeante de Fiuggi en dos vasos y se los dio a la rubia con una sonrisa enorme. Había mucha gente que competía por las bebidas en la barra pero él eligió servirle a Tina primero – reconociendo a la rubia como huésped especial de la Srta. Porter.
“¡Gracias!” Tina sonrió agradecida y dio vuelta lentamente alrededor para irse, procurando no derramar las bebidas. Estaba a punto de irse cuando una pequeña mujer apareció de ninguna parte y bloqueó su trayectoria. “Disculpame.” Ella dio un paso al lado para poder seguir su camino. Levantó sus cejas sorprendida cuando la mujer se movió junto con ella y bloqueó su camino de nuevo.
“Hola, creo que no nos hemos presentado. Soy Jodie Lerner.” La mujer sonrió arrogante y se presentó a Tina, actuando como si esperara que la rubia reconociera quién era ella dando a propósito su nombre. “¿Y tu eres?” Ella levantó una ceja, barriendo evidentemente a Tina de arriba a abajo y de nuevo hacia arriba.
Tina se quedó momentáneamente estupefacta y sin habla, tomada por sorpresa por la audacia y rudeza de la mujer ante ella. Pero siendo supuestamente “una mala hierba obstinada” como lo era, se irguió recta y sacó el pecho - igualando la postura de esa persona Jodie. Ella no estaba dispuesta a ser pisoteada por ninguno de estos snobs ricos. La poderosa Bette Porter había declinado ya ante ella, así que esta mujer desagradable delante de ella no tenía ninguna posibilidad de lucha. “Tina Kennard.” Dijo con confianza. Estaba alegre de sostener los vasos en sus manos, no quería tocar a la perra cuando hicieran el acostumbrado saludo de manos.
“¿Kennard huh?” Jodie sonrió arrogante. “No he oído tu nombre antes. ¿Nueva en la ciudad?” Levantó una ceja. Ella tenía una atracción por Bette desde que podía recordar. No eran amigas pero se conocian desde hace años porque su papá era uno de los ejecutivos de la división de seguros del grupo de compañías Porter. Durante tanto tiempo, le había confortado saber que la evasiva Bette no parecía engancharse seriamente con cualquier persona. Le daba esperanza de que un día ella tendría quizá una oportunidad con la caliente morena. Así que le encolerizaba enormemente darse cuenta que ella estaba totalmente encantada por una rubia que parecía haber salido de ninguna parte. El hecho de que Bette pareciera estar más que violentamente enamorada de la rubia la desquiciaba aún más.
“No.” Tina sacudió su cabeza al lado. “He estado aquí por casi cuatro años ahora.” Contestó simplemente.
“¿Realmente?” Jodie dobló sus brazos a través de su pecho. “Y puedo preguntar, ¿a qué se dedica tu familia?”
“Vinos y entierros.” Dijo Tina secamente. No estaba avergonzada de que su padre trabajara en un viñedo e hiciera un cierto trabajo por horas cada fin de semana en una funeraria. Ambos eran trabajos decentes, les daba el alimento para su mesa y un techo sobre sus cabezas.
“¿Oh realmente?” Jodie se burló. “¿Posees un viñedo y una cadena de funerarias?” Dijo con falsa diversión.
“Nope.” Tina sonrió airadamente, odiando el tono burlón de la muchacha. “Mi papá trabaja en un viñedo y una funeraria.” Dijo orgullosa.
Jodie levantó sus cejas ante la nueva información divulgada. Esta muchacha delante de ella, aunque estuviera arreglada y vestida elegantemente, no era nada más que una chica común y corriente jugando a la cenicienta. Podía pensar solamente en una razón por la que la rubia estaba incluso aquí en la fiesta y nada menos que con Bette Porter entre toda la gente. “Asi que, entonces no eres nada más que una trepadora social.” Jodie dijo con desprecio.
“Sí. mi única meta en la vida es engrosar sus filas casandome con alguien rico, teniendo tres o cuatro bebés , divorciándome después de algunos años, consiguiendo buenas utilidades y re-casandome con alguien rico otra vez.” Tina dijo sarcástica y rodó sus ojos molesta. “Ahora si me disculpas, pienso que he perdido bastante tiempo contigo.” Dijo acentuado sus palabras con un movimiento de hombros.
“Quédate aquí.” Jodie dijo a través de los dientes cerrados fuertemente mientras detenía a Tina agarrándola del brazo. “¿Qué no sabes que es una grosería negarse a afrontar a la gente? Aún no he terminado contigo.” Ella agarró a la rubia incluso más fuerte, haciendo a Tina casi derramar la bebida que sostenía.
“Sueltame b” Tina comenzó a oponerse antes de que alguien la cortara agarrando uno de los vasos en sus manos y derramando su contenido en la cabeza de Jodie.
Completamente en shock y escurriendo agua Jodie soltó el brazo de Tina tan pronto como viera a un miembro muy enojado de 4F delante de ella. Alicia echaba un ojo en Tina cuando la vio dirigirse al bar. Cuando vio a Jodie, la loca admiradora que acechaba siempre a Bette durante las fiestas, salió de la esquina en que estaba y discretamente se acercó y escuchó detras de las puertas su conversación. Una vez que Jodie agredió físicamente a Tina, Alicia se acercó inmediatamente e intervino.
“Whoops... eso fue un poco torpe.” Alicia dijo inocente, aunque sus ojos lanzaban dagas en dirección de Jodie. La gente alrededor de ellas se congeló asombrados, atestiguando la vuelta de los acontecimientos. “Hola Jodie.” Dijo simplemente. “pienso que es mejor que te vayas a tu casa a cambiarte o lo que sea.” Alicia entrecerró sus ojos. Shane le había advertido que no hiciera ninguna escena así que intentaba lo mejor posible manejar la situación sin llamar demasiado la atención en ella y Jodie. Tratarían correctamente con esta estúpida perra mañana.
“¡¿Qué está pasando?!” Una voz ruidosa resonó detrás de ellas. Dieron vuelta todos alrededor para ver a Bette cojear hacia ellas, haciendo muecas mientras sus pies palpitaban de dolor.
Imagino que esa cosa de no armar una escena acaba de salir volando por la ventana, Alicia encogió los hombros. Oh bien, entonces aquí vamos, suspiró mientras Bette la miraba esperando una explicación. “Aquí la psicotica Jodie insultó a Kennard y la llamó una trepadora social. También la tomó del brazo muy fuerte.” Ella resumió lo que acababa de ocurrir. “Siendo un poco torpe descargué accidentalmente el agua del vaso de Tina a la cabeza de Jodie.” Terminó sin inmutarse. Por apenas un efímero segundo, se sintió mal por Jodie mientras miraba como la cara de Bette se tornaba lívida. No había duda que iba a responder como si el acto lo hubiera hecho personalmente contra ella.
“Bette.” Jodie intentó alcanzar a la morena inútilmente, el líder de 4F la miraba con desdén puro.
Bette tragó saliva e intentó normalizar su respiración. Alcanzó automáticamente la mano de Tina y dirigió suavemente a la rubia para protegerla detrás de ella. Tina se movió lentamente en silencio, percatandose del hecho de que probablemente Bette iba a explotar pronto. La mirada en su cara le era muy familiar - la asustaba y excitaba al mismo tiempo. Bette no soltó ningún segundo la mano de Tina a medida que continuaba mirando fijamente a la mujer de mirada-culpable delante de ella.
Bette exhaló profundamente y sorprendió a cada uno cuando habló a Jodie tranquilamente, como si no hubiera sucedido ningún inconveniente. “Jodie.” Ella sonrió dulce en la pequeña mujer, pero si uno mirara de cerca, verían que las orillas de los labios de Bette se crispaban realmente.
“¿Y-yes?” Jodie contestó vacilante, el miedo comenzaba a envolver sus sentidos.
“Quiero ofrecerte mis felicitaciones.” Bette sonrió brillantemente e inclinó su cabeza al lado, no rompiendo el contacto visual con la muchacha.
“¿P-por-qué?” Jodie preguntó temblando, temiendo las siguientes palabras de Bette.
“Creo que tu padre va a ser transferido a una de las oficinas internacionales. Si tengo razón, es en alguna parte lejana.” Bette frotó ligeramente su barbilla en concentración profunda. “¿África, quizá?”
“¡¿Qué?!” Jodie exclamó sorprendida. “No he oído hablar de eso.” Ella sacudió su cabeza vehementemente a los lados.
“Por supuesto que no.” Bette sonrió y encogió los hombros. “Acabo de decidir sobre la transferencia alrededor de hace un minuto.” Ella sonrio malvada mientras Jodie visiblemente palidecía. La mujer atónita dio vuelta lentamente alrededor y se fue caminando mecánicamente, topándose con la gente mientras caminaba hacia la salida.
Bette sonrió arrogante ante la vista. “¡Espero que te gusten los safaris y las bermudas de color caqui!” Gritó. Miró alrededor de ella y notó toda la atención que había atraído. “El show ha terminado.” Dijo a la muchedumbre de espectadores, entrecerrando sus ojos molesta. La gente entendió la indirecta y miró rápidamente hacia otro lado. Dio vuelta a Alicia al lado de ella y sonrió sinceramente. “Muchas gracias Al.” Articuló suavemente después de que su amiga guiñara en ella y se fuera. “¿Estás bien?” Preguntó delicadamente mientras daba vuelta alrededor para hacer frente a Tina. Exhaló aliviada cuando la rubia moviò su cabeza afirmativamente. “Lo siento tanto por esto.” Ella susurró.
Tina sonrió en Bette y sacudió su cabeza divertida. “¿Ahora te estás disculpando por las acciones de otra gente también?” Miró abajo rápidamente sus manos entrelazadas antes de que encontrara la mirada de la morena otra vez. “¿Estás intentando compensar todos esos años en que no has dicho lo siento?” Tina bromeó, intentando aligerar la situación.
“Eso parece.” Bette rió un poco antes de ponerse rápidamente seria de nuevo. “Hey.” Ella susurró suavemente.
“¿Qué?” Tina preguntó un poco distraida, disfrutando de la sensación relajante causada por el movimiento apacible del pulgar de Bette sobre el dorso de su mano
“Espero.” Bette miraba abajo sus manos. “Espero que no pienses que soy una prepotente debido a la forma en que traté a Jodie.” Dijo suavemente, su voz denotaba rastros del miedo que la había envuelto repentinamente. De nuevo, ella había utilizado su poder de ejercer venganza en la gente que la ha había lastimado. Y después de toda la charla que había tenido sobre ser una mejor persona, se encontraba repentinamente volviendo a sus formas tiranizantes. Sus acciones sobre los profesores y otros estudiantes eran una cosa, pero realmente hacer algo que afectaría las vidas de una familia entera era algo completamente diferente. Ella no sabía cómo reaccionaría Tina a todo esto, dudaba si la rubia podía entender sus intenciones detrás de este acto como lo que era – una reacción –respuesta- de defensa hacia alguien que lastimaba a la persona que más le importaba. “Lo siento si fui demasiado lejos con su castigo, su papá es inocente de todo.” Pero ella lo merecía realmente, una voz minúscula gritaba dentro de su cabeza. Había hecho uso de toda su fuerza de voluntad para evitar hacer polvo a Jodi. Sus pies le lastimaban y su vestido estaba un poco apretado pero habría golpeado el culo de esa perra con el pie en un instante.
“¿Transferirás realmente a su papá al África?” Tina preguntó lentamente. No había captado completamente lo que implicaba la acción de Bette hasta que no le fue precisado . Pensó que estaba tan entretenida con la sensación maravillosa de poner a esa desagradable mujer en su lugar apropiado que olvidó ver lo que representaba la venganza de Bette para la familia entera de Jodie.
“Estoy comenzando a reconsiderarlo.” Bette levantó la vista para encontrar la mirada de Tina. “Él es un individuo bueno, trabajador. Pero recibí noticias de mi padre de que él pensaba en transferirlo a otra rama.” Ella mordió su labio inferior. “¿No estás decepcionada de mí?” Le preguntó temerosa.
“No.” Tina contestó sinceramente. A decir verdad, ella se sentía especial finalmente al considerar las longitudes a las que Bette estaba dispuesta a ir solo por ella - no importando lo drásticas que fueran sus acciones a veces. “Solo por curiosidad ¿A dónde vas a transferir a su papá?” Preguntó después de algunos segundos.
“No lo sé, quizá en alguna parte del país que esté tan lejos de nosotras como sea posible.” Bette finalmente sonrió. “¿Alguna sugerencia?”
“Maine está muy lejos de California.” Tina levantó sus cejas sugestiva.
“Entonces Maine será.” Bette sonrió, alegre de que el problema no tuviera mayores consecuencias.
“¿Agua?” Tina ofreció, sosteniendo el vaso en su otra mano.
“No gracias.” Bette sacudió su cabeza al lado. Tomó suavemente el vaso de la rubia y lo colocó en la bandeja de un mesero de paso. Jaló la mano de Tina que todavía sostenía y se dirigió hacia la sala de baile semi-concurrida.
“¿Otra vez?” Tina levantó una ceja. “¿Qué sobre tus pies?” Preguntó, viendo cómo Bette continuaba cojeando un poco.
“Sobreviviré.” Bette encogió los hombros cuando finalmente alcanzaron el centro de la pista. “Tan solo quiero otro baile contigo antes de que termine la noche.” Ella sonrió, poniendo sus manos en la espalda de Tina y cautelosamente juntando sus cuerpos.
“¿Estás segura que no lamentarás esto?” Tina rió cuando la banda comenzó a tocar un vals.
“Estoy segura.” Bette sonrió con confianza.
“Si tu lo dices.” Tina hizo muecas mientras comenzaban a sacudirse alrededor. “¿Hey Porter?”
“¿Sí Kennard?”
“Esto es para ti.”
“¡Owww!”
“¡Heh! Lo siento, no podía resistirme.”
“Kennard.”
“¿Yep?”
“Debido a éso, mis manos van a cerrarse como tenazas en tu trasero por el resto de este baile.”
“Tu no te. ¡¡¡Aaaaaaaaaa!!!”
“Bien, mira eso.” Alicia dio un pequeño codazo a Shane mientras miraba a Bette y a Tina. Ella se había estado ligando con la modelo más nueva de ropa interior de Calvin Klein en el bar sin fijarse en el baile lento de las dos a una distancia cercana.
“¿Qué?” Shane contestó distraidamente mientras su postre actual de la semana exigía su atención completa. Ella se liberó de los brazos de su morena pechugona y miró a Alicia al lado de ella.
“Allí.” Alicia inclinó su cabeza hacia la pista de baile.
Viendo a la pareja bailar, Shane sonrió y movió su cabeza en aprobación. “Bien Bette.” Ella felicitó a su amiga por un trabajo bien- hecho. Compartió una mueca con Alicia antes de dar vuelta de nuevo a su novia, reasumiendo su intercambio coqueto.
“¿Que te pasa?” Alicia levantó una ceja en Shane. “¿No estás más interesada en observarla?” Pinchó a su amiga.
“Nope.” Shane sacudió su cabeza y procedió a jalar a su novia más cerca de ella. “Dejalas solas Al. Es bastante malo que cada uno en este sitio las esté mirando.” Masculló, refiriendose a las miradas fijas curiosas que Bette y Tina recibían de cada uno en la fiesta.
Alicia finalmente notó qué Shane hablaba y frunció el ceño. “Porqué son unas putas chismosas.” Exclamó airadamente. Según sus caras y lenguaje corporal, ella podía decir que estaban prácticamente comiéndose a Tina.
Shane se rió de la reacción de la rubia. ¿Cómo era aquel refrán que decia: ¿el comal le dijo a la olla? Pensó mientras Alice miraba a su alrededor cómo todo el mundo devoraba con la vista a Bette y Tina. “¿Te ves a ti Al?” Se rio Shane
“Callate.” Alicia dijo fuerte. Sintiendose enormemente molesta. Irritada llamó la atención del voyeurista más cercano e indicó para que la muchacha se acercara. “¿Janice Mitchell correcto?” Le preguntó, reconociendo a la adolescente como la hija de los subordinados de su padre. Sonrió cuando la muchacha movió su cabeza afirmativamente. “¿Sabes jugar a pasar el mensaje? Alicia preguntó.
“U . sí.” Janice contestó lentamente muy desconcertada . Era la primera vez que hablaba con la famosa Alicia Pieszecki de 4F y le día que la rubia le preguntara acerca de un pequeño juego estúpido. “¿Porqué lo preguntas?”Siguió.
“Solo quisiera que pasaras un pequeño mensaje por mí.” Alicia sonrió dulce a la muchacha. “¿Piensas que puedes hacer eso?”
Oyendo por casualidad la conversación, Shane gimió en alta voz y miró inquisitivamente a su amiga. “Para Al.” Sacudió su cabeza en reproche apartándose de los brazos de su novia. Dio vuelta a Janice y envió a la muchacha a su lugar con una disculpa. Cuando la muchacha estaba fuera de su vista, Shane miró de nuevo a su amiga y la reprendió. “¿Qué ibas a hacer? ¿Pedirles a todos los que están en este lugar que miren para otro lado?” Ella levantó una ceja en Alicia.
“Sí. ¿Tienes un problema con eso Shaney?” Alicia cruzó sus brazos desafiandola. En tu opinión, no había nada de malo con lanzar tu poder alrededor de vez en cuando - especialmente en una situación como esta. ¡Porter no necesita ahora que otra gente le cause más drama, caramba! Alicia pensó airadamente, sintiendose protectora de su amiga.
“Lo hago realmente pero.” Shane miró detrás. “Ésta no es tu fiesta Alicia. Es de Helena. Incluso no intentes crear una escena.” Ella amonestó a la rubia. “Solo vas a arruinarla para cada uno.” Shane agregó. “Si Bette se sintiera incomoda por toda la atención, sabes que ella ya habría hecho algo.” Ella encogió los hombros mientras su novia comenzaba a arrastrarla lejos a un lugar más privado.
“Bien.” Alicia se enfurruñó, aplacándose por la discusión con su mejor amiga. Ella odiaba cuando Shane tenía razón. Oh bien, por lo menos una de nosotras es sensible,pensó. Bette la habría despellejado viva si su pequeña acción interrumpía su tiempo de baile con Kennard. Con un suspiro ahogado, reasumió su conversación interrumpida con su juguete a estrenar mientras la música lenta iba disminuyendo y era substituida por los sonidos animados del salón de baile.
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“¿Donde aprendiste a bailar tango?”
“¿EH ? ¿Porqué lo preguntas?”
“¡Ow! Porque quiero demandar a quienquiera que te enseñó.”
“¡Callate Porter!”
“No puedo sentir mis deditos.”
“Oh no es nada bebe grande .”
“¡Ow!”
“Awwww upps, disculpa.”
“¿Haces esto a propósito?”
“Nope.”
“¡Ow!"
“Pero eso si lo fue.”
“Gozas torturándome, ¿no es así?”
“Sí. es divertido.”
“¡Ow!”
“¿Ves? Me hace feliz.”
“Me alegra que la estés gozando. ¿Pero piensas que les puedes dar a mis pies un descanso ahora?”
“Por descanso, ¿quieres decir una fractura? Seguro, pienso que puedo hacer eso.”
“¿Owwwwww!”
“¿Eso funcionó?”
“Esto es muy divertido para ti ¿heh? Bien, qué te parece esto.”
“¡Aaaaaaaaaaaa!”
“¿Te gustó eso?”
“¡Te dije que no agarraras mis nalgas!”
“Bien es divertido y me hace feliz también.”
“¿Realmente y ahora?”
“¡Ow!”
“Bonitos pies.”
“¡Aaaaaaaaaaaa!”
“Bonito trasero.”
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“¿Qué se supone que están haciendo?” Sam preguntó, mirando a la pareja que bailaba algunos pies lejos de ella y de Helena. Aunque estaba perdida en la sensación maravillosa del baile con la joven Peabody , su atención fue desviada por los gañidos de dolor y de sorpresa que venían de sus dos amigas. Ella dio vuelta a su derecha a tiempo de ver a Tina pisar fuerte en el pie derecho de Bette mientras que su mejor amiga contorsionaba su cara en agonía.
“Ligandose.” Helena contestó simplemente, sus ojos centelleaban divertidos. Ella se rió de la vista de Tina que intentaba sin éxito menear su culo para liberarse de las manos de Bette. Las acciones de la rubia servían solamente para hacer que la mano de la trigueña la apretara mas fuerte. Bette literalmente daba a Tina un apapacho agradable.
“¿Así es como le llamas?” Sam sacudió su cabeza y rió cuando oyeron otro coro de “Ow” y de “Aaaaaaaa” que venían de las dos. “Se mira doloroso.” Agregó con una mueca.
“…y-muy-divertido.” Helena meneó sus cejas y sonrió. “¿Quieres intentar?” Ella guiñó en Sam.
Sam se rió entre dientes y sacudió su cabeza. “No gracias.” Dijo antes de girarse repentinamente y de sumergirse en el abrazo de Helena. “Podría pensar en otras maneras de ligarme contigo.” Ella sonrió ante la mirada sorprendida en la cara de su compañera de baile.
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“Whew.” Tina exhaló en alta voz mientras aterrizaba en uno de los bancos al lado de la enorme fuente. Ella y Bette salieron al extenso jardín después de que terminaran de bailar , si se le pudiera incluso llamar asi. Las dos necesitaban un poco de aire fresco después del ejercicio. “¿Quieres algo de ?” Preguntó a la morena al lado de ella después de algunos minutos, mirando a Bette que daba masajes a sus pies adoloridosr.
“Sí.” Bette movió su cabeza. “Agua por favor.” Dijo casi sin aliento. Habría sido una buena acompañante y hubiera ido a conseguir las bebidas para las dos ella misma pero sus pies gritaron en protesta y la retuvieron. Su pequeño juego cobraba realmente su peaje en sus pobres dedos del pie.
“Está bien, esperame aquí.” Tina se empujó hacia arriba para levantarse del banco. “No te muevas.” Hizo muecas amenazantes en Bette.
“Como si pudiera.” Bette rodó sus ojos y sonrió. “No puedo incluso levantarme, aún menos caminar.” Gritó mientras la rubia se alejaba.
Mientras Tina hacía su viaje a la barra, comenzó a notar todas las miradas fijas curiosas que le lanzaban. Ella se estremeció un poco, recordando repentinamente el tiempo en que estaba marcada con tarjeta roja. Odiaba esta sensación de ser observada - toda la atención indeseada la hizo sentir inquieta e incómoda. Ella suponía correctamente que todo esto era debido al hecho de que había estado con Bette Porter durante toda la noche. No era un secreto que la mayor parte de las mujeres y los hombres en esa fiesta tenían una cosa por la morena. Les atraían la belleza, las riquezas y el poder que la heredera poseía. Estaban fuertemente atraídos por las cosas que ella representaba, no por la clase de persona que era. Y por un momento, Tina se sintió triste por Bette. Porter terminaría probablemente con alguna persona de ese lugar, pensó, alguien que la amaría solamente por las cosas superficiales que ella tenía.
Exhaló un suspiro de alivio cuando finalmente alcanzó la barra, porque significaba solamente que saldría de este lugar y regresaría al jardín muy pronto. Quería realmente - y necesitaba - un descanso lejos de los ojos que la enjuiciaban. “Dos aguas frías por favor.” Dijo al barman. El individuo sirvió rápidamente el agua burbujeante de Fiuggi en dos vasos y se los dio a la rubia con una sonrisa enorme. Había mucha gente que competía por las bebidas en la barra pero él eligió servirle a Tina primero – reconociendo a la rubia como huésped especial de la Srta. Porter.
“¡Gracias!” Tina sonrió agradecida y dio vuelta lentamente alrededor para irse, procurando no derramar las bebidas. Estaba a punto de irse cuando una pequeña mujer apareció de ninguna parte y bloqueó su trayectoria. “Disculpame.” Ella dio un paso al lado para poder seguir su camino. Levantó sus cejas sorprendida cuando la mujer se movió junto con ella y bloqueó su camino de nuevo.
“Hola, creo que no nos hemos presentado. Soy Jodie Lerner.” La mujer sonrió arrogante y se presentó a Tina, actuando como si esperara que la rubia reconociera quién era ella dando a propósito su nombre. “¿Y tu eres?” Ella levantó una ceja, barriendo evidentemente a Tina de arriba a abajo y de nuevo hacia arriba.
Tina se quedó momentáneamente estupefacta y sin habla, tomada por sorpresa por la audacia y rudeza de la mujer ante ella. Pero siendo supuestamente “una mala hierba obstinada” como lo era, se irguió recta y sacó el pecho - igualando la postura de esa persona Jodie. Ella no estaba dispuesta a ser pisoteada por ninguno de estos snobs ricos. La poderosa Bette Porter había declinado ya ante ella, así que esta mujer desagradable delante de ella no tenía ninguna posibilidad de lucha. “Tina Kennard.” Dijo con confianza. Estaba alegre de sostener los vasos en sus manos, no quería tocar a la perra cuando hicieran el acostumbrado saludo de manos.
“¿Kennard huh?” Jodie sonrió arrogante. “No he oído tu nombre antes. ¿Nueva en la ciudad?” Levantó una ceja. Ella tenía una atracción por Bette desde que podía recordar. No eran amigas pero se conocian desde hace años porque su papá era uno de los ejecutivos de la división de seguros del grupo de compañías Porter. Durante tanto tiempo, le había confortado saber que la evasiva Bette no parecía engancharse seriamente con cualquier persona. Le daba esperanza de que un día ella tendría quizá una oportunidad con la caliente morena. Así que le encolerizaba enormemente darse cuenta que ella estaba totalmente encantada por una rubia que parecía haber salido de ninguna parte. El hecho de que Bette pareciera estar más que violentamente enamorada de la rubia la desquiciaba aún más.
“No.” Tina sacudió su cabeza al lado. “He estado aquí por casi cuatro años ahora.” Contestó simplemente.
“¿Realmente?” Jodie dobló sus brazos a través de su pecho. “Y puedo preguntar, ¿a qué se dedica tu familia?”
“Vinos y entierros.” Dijo Tina secamente. No estaba avergonzada de que su padre trabajara en un viñedo e hiciera un cierto trabajo por horas cada fin de semana en una funeraria. Ambos eran trabajos decentes, les daba el alimento para su mesa y un techo sobre sus cabezas.
“¿Oh realmente?” Jodie se burló. “¿Posees un viñedo y una cadena de funerarias?” Dijo con falsa diversión.
“Nope.” Tina sonrió airadamente, odiando el tono burlón de la muchacha. “Mi papá trabaja en un viñedo y una funeraria.” Dijo orgullosa.
Jodie levantó sus cejas ante la nueva información divulgada. Esta muchacha delante de ella, aunque estuviera arreglada y vestida elegantemente, no era nada más que una chica común y corriente jugando a la cenicienta. Podía pensar solamente en una razón por la que la rubia estaba incluso aquí en la fiesta y nada menos que con Bette Porter entre toda la gente. “Asi que, entonces no eres nada más que una trepadora social.” Jodie dijo con desprecio.
“Sí. mi única meta en la vida es engrosar sus filas casandome con alguien rico, teniendo tres o cuatro bebés , divorciándome después de algunos años, consiguiendo buenas utilidades y re-casandome con alguien rico otra vez.” Tina dijo sarcástica y rodó sus ojos molesta. “Ahora si me disculpas, pienso que he perdido bastante tiempo contigo.” Dijo acentuado sus palabras con un movimiento de hombros.
“Quédate aquí.” Jodie dijo a través de los dientes cerrados fuertemente mientras detenía a Tina agarrándola del brazo. “¿Qué no sabes que es una grosería negarse a afrontar a la gente? Aún no he terminado contigo.” Ella agarró a la rubia incluso más fuerte, haciendo a Tina casi derramar la bebida que sostenía.
“Sueltame b” Tina comenzó a oponerse antes de que alguien la cortara agarrando uno de los vasos en sus manos y derramando su contenido en la cabeza de Jodie.
Completamente en shock y escurriendo agua Jodie soltó el brazo de Tina tan pronto como viera a un miembro muy enojado de 4F delante de ella. Alicia echaba un ojo en Tina cuando la vio dirigirse al bar. Cuando vio a Jodie, la loca admiradora que acechaba siempre a Bette durante las fiestas, salió de la esquina en que estaba y discretamente se acercó y escuchó detras de las puertas su conversación. Una vez que Jodie agredió físicamente a Tina, Alicia se acercó inmediatamente e intervino.
“Whoops... eso fue un poco torpe.” Alicia dijo inocente, aunque sus ojos lanzaban dagas en dirección de Jodie. La gente alrededor de ellas se congeló asombrados, atestiguando la vuelta de los acontecimientos. “Hola Jodie.” Dijo simplemente. “pienso que es mejor que te vayas a tu casa a cambiarte o lo que sea.” Alicia entrecerró sus ojos. Shane le había advertido que no hiciera ninguna escena así que intentaba lo mejor posible manejar la situación sin llamar demasiado la atención en ella y Jodie. Tratarían correctamente con esta estúpida perra mañana.
“¡¿Qué está pasando?!” Una voz ruidosa resonó detrás de ellas. Dieron vuelta todos alrededor para ver a Bette cojear hacia ellas, haciendo muecas mientras sus pies palpitaban de dolor.
Imagino que esa cosa de no armar una escena acaba de salir volando por la ventana, Alicia encogió los hombros. Oh bien, entonces aquí vamos, suspiró mientras Bette la miraba esperando una explicación. “Aquí la psicotica Jodie insultó a Kennard y la llamó una trepadora social. También la tomó del brazo muy fuerte.” Ella resumió lo que acababa de ocurrir. “Siendo un poco torpe descargué accidentalmente el agua del vaso de Tina a la cabeza de Jodie.” Terminó sin inmutarse. Por apenas un efímero segundo, se sintió mal por Jodie mientras miraba como la cara de Bette se tornaba lívida. No había duda que iba a responder como si el acto lo hubiera hecho personalmente contra ella.
“Bette.” Jodie intentó alcanzar a la morena inútilmente, el líder de 4F la miraba con desdén puro.
Bette tragó saliva e intentó normalizar su respiración. Alcanzó automáticamente la mano de Tina y dirigió suavemente a la rubia para protegerla detrás de ella. Tina se movió lentamente en silencio, percatandose del hecho de que probablemente Bette iba a explotar pronto. La mirada en su cara le era muy familiar - la asustaba y excitaba al mismo tiempo. Bette no soltó ningún segundo la mano de Tina a medida que continuaba mirando fijamente a la mujer de mirada-culpable delante de ella.
Bette exhaló profundamente y sorprendió a cada uno cuando habló a Jodie tranquilamente, como si no hubiera sucedido ningún inconveniente. “Jodie.” Ella sonrió dulce en la pequeña mujer, pero si uno mirara de cerca, verían que las orillas de los labios de Bette se crispaban realmente.
“¿Y-yes?” Jodie contestó vacilante, el miedo comenzaba a envolver sus sentidos.
“Quiero ofrecerte mis felicitaciones.” Bette sonrió brillantemente e inclinó su cabeza al lado, no rompiendo el contacto visual con la muchacha.
“¿P-por-qué?” Jodie preguntó temblando, temiendo las siguientes palabras de Bette.
“Creo que tu padre va a ser transferido a una de las oficinas internacionales. Si tengo razón, es en alguna parte lejana.” Bette frotó ligeramente su barbilla en concentración profunda. “¿África, quizá?”
“¡¿Qué?!” Jodie exclamó sorprendida. “No he oído hablar de eso.” Ella sacudió su cabeza vehementemente a los lados.
“Por supuesto que no.” Bette sonrió y encogió los hombros. “Acabo de decidir sobre la transferencia alrededor de hace un minuto.” Ella sonrio malvada mientras Jodie visiblemente palidecía. La mujer atónita dio vuelta lentamente alrededor y se fue caminando mecánicamente, topándose con la gente mientras caminaba hacia la salida.
Bette sonrió arrogante ante la vista. “¡Espero que te gusten los safaris y las bermudas de color caqui!” Gritó. Miró alrededor de ella y notó toda la atención que había atraído. “El show ha terminado.” Dijo a la muchedumbre de espectadores, entrecerrando sus ojos molesta. La gente entendió la indirecta y miró rápidamente hacia otro lado. Dio vuelta a Alicia al lado de ella y sonrió sinceramente. “Muchas gracias Al.” Articuló suavemente después de que su amiga guiñara en ella y se fuera. “¿Estás bien?” Preguntó delicadamente mientras daba vuelta alrededor para hacer frente a Tina. Exhaló aliviada cuando la rubia moviò su cabeza afirmativamente. “Lo siento tanto por esto.” Ella susurró.
Tina sonrió en Bette y sacudió su cabeza divertida. “¿Ahora te estás disculpando por las acciones de otra gente también?” Miró abajo rápidamente sus manos entrelazadas antes de que encontrara la mirada de la morena otra vez. “¿Estás intentando compensar todos esos años en que no has dicho lo siento?” Tina bromeó, intentando aligerar la situación.
“Eso parece.” Bette rió un poco antes de ponerse rápidamente seria de nuevo. “Hey.” Ella susurró suavemente.
“¿Qué?” Tina preguntó un poco distraida, disfrutando de la sensación relajante causada por el movimiento apacible del pulgar de Bette sobre el dorso de su mano
“Espero.” Bette miraba abajo sus manos. “Espero que no pienses que soy una prepotente debido a la forma en que traté a Jodie.” Dijo suavemente, su voz denotaba rastros del miedo que la había envuelto repentinamente. De nuevo, ella había utilizado su poder de ejercer venganza en la gente que la ha había lastimado. Y después de toda la charla que había tenido sobre ser una mejor persona, se encontraba repentinamente volviendo a sus formas tiranizantes. Sus acciones sobre los profesores y otros estudiantes eran una cosa, pero realmente hacer algo que afectaría las vidas de una familia entera era algo completamente diferente. Ella no sabía cómo reaccionaría Tina a todo esto, dudaba si la rubia podía entender sus intenciones detrás de este acto como lo que era – una reacción –respuesta- de defensa hacia alguien que lastimaba a la persona que más le importaba. “Lo siento si fui demasiado lejos con su castigo, su papá es inocente de todo.” Pero ella lo merecía realmente, una voz minúscula gritaba dentro de su cabeza. Había hecho uso de toda su fuerza de voluntad para evitar hacer polvo a Jodi. Sus pies le lastimaban y su vestido estaba un poco apretado pero habría golpeado el culo de esa perra con el pie en un instante.
“¿Transferirás realmente a su papá al África?” Tina preguntó lentamente. No había captado completamente lo que implicaba la acción de Bette hasta que no le fue precisado . Pensó que estaba tan entretenida con la sensación maravillosa de poner a esa desagradable mujer en su lugar apropiado que olvidó ver lo que representaba la venganza de Bette para la familia entera de Jodie.
“Estoy comenzando a reconsiderarlo.” Bette levantó la vista para encontrar la mirada de Tina. “Él es un individuo bueno, trabajador. Pero recibí noticias de mi padre de que él pensaba en transferirlo a otra rama.” Ella mordió su labio inferior. “¿No estás decepcionada de mí?” Le preguntó temerosa.
“No.” Tina contestó sinceramente. A decir verdad, ella se sentía especial finalmente al considerar las longitudes a las que Bette estaba dispuesta a ir solo por ella - no importando lo drásticas que fueran sus acciones a veces. “Solo por curiosidad ¿A dónde vas a transferir a su papá?” Preguntó después de algunos segundos.
“No lo sé, quizá en alguna parte del país que esté tan lejos de nosotras como sea posible.” Bette finalmente sonrió. “¿Alguna sugerencia?”
“Maine está muy lejos de California.” Tina levantó sus cejas sugestiva.
“Entonces Maine será.” Bette sonrió, alegre de que el problema no tuviera mayores consecuencias.
“¿Agua?” Tina ofreció, sosteniendo el vaso en su otra mano.
“No gracias.” Bette sacudió su cabeza al lado. Tomó suavemente el vaso de la rubia y lo colocó en la bandeja de un mesero de paso. Jaló la mano de Tina que todavía sostenía y se dirigió hacia la sala de baile semi-concurrida.
“¿Otra vez?” Tina levantó una ceja. “¿Qué sobre tus pies?” Preguntó, viendo cómo Bette continuaba cojeando un poco.
“Sobreviviré.” Bette encogió los hombros cuando finalmente alcanzaron el centro de la pista. “Tan solo quiero otro baile contigo antes de que termine la noche.” Ella sonrió, poniendo sus manos en la espalda de Tina y cautelosamente juntando sus cuerpos.
“¿Estás segura que no lamentarás esto?” Tina rió cuando la banda comenzó a tocar un vals.
“Estoy segura.” Bette sonrió con confianza.
“Si tu lo dices.” Tina hizo muecas mientras comenzaban a sacudirse alrededor. “¿Hey Porter?”
“¿Sí Kennard?”
“Esto es para ti.”
“¡Owww!”
“¡Heh! Lo siento, no podía resistirme.”
“Kennard.”
“¿Yep?”
“Debido a éso, mis manos van a cerrarse como tenazas en tu trasero por el resto de este baile.”
“Tu no te. ¡¡¡Aaaaaaaaaa!!!”
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO DIECINUEVE: Depredador y presa
“Entonces.”
“¿EH ?”
“Entonces.”
“¿Entonces qué?”
“¿Entonces qué sucedió?”
“¿Qué sucedió cuando?”
“Para de jugar al mudo conmigo Porter.”
“No lo hago. Deja de estar dando vueltas Alicia.”
“Bien. Si quieres preguntas claras, iré directo al punto. ¿Qué sucedió entre tu y Kennard anoche?”
“¿Anoche?”
“Sí, anoche. Después de que salieron de la fiesta.”
“Oh, nada.”
“¿Nada? No Te creo.”
“Solo la llevé a su casa Al.”
“¿Que es eso? ¿Ningun beso de despedida o cualquier cosa?”
“Nope.”
“¿No incluso un abrazo?”
“Negativo.”
“¿Pero porqué.? No me digas que te estás volviendo lenta Porter.”
“¿Lenta? Por favor. Durante la fiesta. Logré tomar su mano para bailar con ella y agarré su trasero. Éso es progreso. Abundante para una noche Al”
“Sí sí, ahora eres un un poco-delicada. ¿Pero ningún beso? Eso es patético.”
“No lo es. Kennard y yo somos casi--amigas, Alicia. No puedo simplemente saltar y besarla como tu esperas.”
“¿Solamente que quieres correcto?”
“Por supuesto que quiero.”
“¿Entonces qué estás esperando?”
“¿Qué quieres decir?”
“Tienes un pie en la puerta Porter. ¿Porqué no lo llevas a otro nivel y le pides una cita?”
“¿Una cita? ¿Una cita amistosa?”
“Eso es estúpido. Una cita de cita.”
“Oh. U . De acuerdo.”
“Excelente. Ahora todo lo que tienes que hacer es ir y preguntarle.”
“Muy bien.”
“Buena suerte.”
“U . Al.”
“¿Sí?”
“¿Cómo le haces tu para hacer eso?”
“¿Hacer que?”
“Pedirle a alguien una cita.”
“¡¿Whaaaatttt?! Estás bromeando ¿verdad?”
“No.”
“¡Oh puta madre.!”
---------------------------------
En el interior de las habitaciones personales de Bette Porter, los miembros de 4F se sentaban alrededor de la mesa de caoba cuadrada llena de comida. Eran las diez de la mañana y las cuatro amigas de la niñez tenían su desayuno tradicional del sábado. Desde el punto de vista de un extraño, parecía apenas otra reunión típica entre las cuatro, las amigas disfrutaban de la compañía de cada una mientras compartían una buena comida. Lo que hacía a la reunión muy peculiar era el hecho de que las adolescentes normalmente camorristas y bromistas estaban envueltas totalmente en un silencio misterioso y denso. Nadie pronunciaba una palabra, pero sus ojos discretamente bailaban alrededor de las otras figuras que se sentaban al lado de ellas como si todas esperaran que alguien pronunciara una palabra y rompiera la paz. Habían transcurrido ya diez minutos incómodos ahora y no pasó mucho antes de que un alma valiente finalmente se atreviera a hablar.
“¿Nunca?” Shane se inclinó adelante contra la mesa y miró a Bette con Alicia y Sam siguiendo de cerca sus acciones. Las tres amigas miraron fijamente como Bette se sumergía mas profundamente dentro de su silla.
Bette tragó saliva mientras sus ojos seguían pegados a su regazo. Para ser tan temprano por la mañana, tenían exquisitos platillos con que deleitarse pero eso era algo de lo que ella no se daba cuenta y no gozaba. Sacudió su cabeza suavemente al lado para contestar a la pregunta de Shane, ganando un estribillo de suspiros de sus amigas en respuesta.
“No lo puedo creer.” Sam murmuró discreta, rascándose su cabeza. “Sé que has tenido tu parte con muchas chicas.” Ella surcó su frente, mirando a su mejor amiga confundida.
“Sabes que.” Alicia susurró lentamente cuando un pensamiento amaneció en ella. “Ella no… correcto.” Miró a Bette comprensiva. “Nunca antes le has pedido a una chica que salga contigo.” Exclamó un poco incrédula. Fue entonces que Alicia comprendió que Bette nunca había tenido una cita en su vida entera. Seguro, ha tenido chicas antes. pero nunca salía con ellas. La mayor parte de las mujeres con las que Bette Porter se enganchaba eran flirts de apenas una noche, ligaba al azar con alguna chica iban a algún sitio a seguir la fiesta y regresaba a casa después de una noche de borrachera. Considerando esto, Alicia ni siquiera sabía el nombre de esas mujeres, y tenía la sensación de que Bette tampoco lo sabía. El único nombre que Bette Porter parecía haber recordado de memoria era el de Tina Kennard.
Shane surcó su frente. “Bien ahora que pienso en eso, creo que estás en lo correcto Al.” Ella miraba a la rubia asombrada. Bette no falsificaba ingenuidad, ella realmente no tenía la menor idea de cómo pedirle a Kennard una cita, pensó sorprendida.
Bette finalmente levantó la vista y encontró la mirada de sus amigas. “¿Qué debo hacer?” Susurró desamparadamente. Alicia tenía razón, era hora de llevar las cosas con Kennard a otro nivel. ¿pero cómo infiernos iba a hacer eso sin tener la idea más débil en cómo cortejar correctamente a una muchacha, aún menos cómo pedirle una cita en primer lugar?
Sam y Alicia miraron a Shane al mismo tiempo. Si había alguna persona que podría darle a Bette el mejor consejo sobre cómo conquistar a una chica , era la misma casanova. Shane entendió la indirecta y frotó ligeramente su barbilla pensando. Tenía que darle a su amiga una estrategia deferente de lo que acostumbraba. Bette y Kennard pertenecían totalmente a una clase diferente, eran enemigas convertidas a semi-amigas, asi que su táctica acostumbrada y métodos de seducción no parecían apropiados para las dos. Desafortunadamente para Bette sin embargo, el cerebro deficiente de cafeína de Shane pudo subir solamente con una analogía. “Un depredador y su presa.” Shane entrecerró sus ojos en Bette.
“¿Qué?” Bette frunció el ceño confundida. Alicia y Sam miraban a Shane extrañadas también.
“¿Fue lo mejor con lo que pudiste salir Casanova?” Alicia levantó una ceja en Shane.
Shane miró a la rubia firmemente antes de volver su atención a Bette. “Kennard.” Ella comenzó. “..no es una presa típica.” Ella sacudió su cabeza al lado. “Ella es como una gacela, es inteligente e intuitiva, una vez que siente al depredador estar al acecho, ella se para rápidamente y corre en la dirección opuesta.” Ella se inclinó más cerca a Bette mientras la morena luchaba por captar su línea de pensamiento. “Tu tienes que ser el leopardo, Bette. Un depredador ágil y cauteloso que se mueve felinamente y piensa rápidamente en sus pasos.”
Sam levantó una ceja en Shane mientras la morena se encogía de hombros. “¿Qué? Me gusta mirar el canal del National Geographic.” Ella miró a Bette otra vez y continuó dándole sus palabras de sabiduría inspirada en los preciosos animales. “ Bette tu tienes que ser el depredador inteligente y cauteloso. Circundar a Kennard y mirar cada movimiento. Cuando menos lo espere, salta y toma a tu presa. El elemento sorpresa es de gran importancia en el éxito de tu pequeña caza.” Ella agregó seriamente.
“¿Ataque repentino?” Bette miraba a Shane confundida. “¿Me estás diciendo que salte sobre Kennard?” Preguntó incrédula.
“No. No.” Shane sacudió su cabeza al lado. “Cuando digo ataque repentino, significa que le pidas una cita.” Ella indicó simplemente.
“Okaaay.” Bette mordió su labio. “Entonces, ¿qué le digo?” Preguntó un poco insegura.
“Se directa. Ve directa al punto.” Shane encogió. “Oh, y más importante, ten confianza y solo dale la orden, no le des ninguna posibilidad de decir que no .” agregó con toda seriedad.
“Solo esperemos que tu consejo no salte en la cara de Porter, Yoda.” Alicia rodó sus ojos en Shane. Ahora pensaba que no había sido quizá una buena idea tener a Shane dándole “orientación” de su pre-cita a Bette.
Shane se deslumbró en Alicia mientras sorbía en su café. “¿Piensas que puedes hacerlo mejor.Tu-no-has-tenido-una-cita-en-semanas Pieszecki ?” Ella respondió mientras Alicia entrecerraba sus ojos y se preparó para un ataque verbal.
Mientras Alicia y Shane discutian, Sam observaba la mirada asustada de su mejor amiga y le dio un pequeño codazo suavemente. “Entonces.” Sam sonrió en Bette mientras levantaba sus cejas hacia arriba y hacia abajo. “¿Piensas que estás lista para ir por tu primera cita?” Ella hizo muecas pícaramente en la morena.
“Sí.” Bette movió su cabeza afirmativamente. “Creo que lo estoy.” Sonrió un poco nerviosa mientras las mariposas revoloteaban dentro de su estómago.
---------------------------------
Alguna vez durante la tarde, Tina Kennard se miraba muy ocupada y cansada saltando de mesa en mesa mientras tomaba las órdenes y hacía juegos malabares con su bandeja. Era una hora muy concurrida en el café y bar del planeta en Hollywood del oeste. Estaba tan preocupada con hacer correctamente su trabajo que no notó un par de ojos que le seguían cada movimiento. Bette se ocultaba detrás de un periódico en una mesa en la esquina, mirando a la rubia tan discretamente como era posible. Cuando ella menos lo espere, salta y agarra a tu presa. Las palabras de Shane se repitían alrededor de su cabeza cuando vio a Tina finalmente tomar un respiro detrás del mostrador. Cautelosamente dobló su periódico y lo colocó en la mesa. Con movimientos medidos, se levantó lentamente y caminó en dirección de su presa. Su corazón latía pesadamente en voz alta dentro de su pecho cuando dio una vuelta cautelosa, cuidándose de evitar la línea de visión de la rubia. El elemento sorpresa es de gran importancia. Ella entrecerró sus ojos, repitiendo las palabras de Shane en su memoria. Cuando estuvo tan solo a unos pies lejos de Tina, Bette Porter el depredador se estabilizó y exhaló tan silenciosa como le era posible. “Soy un inteligente y cauteloso, leopardo que va directa a su presa, segura y decidida.” Bette susurró para si algunas veces, intentando convencerse. Cuando vio a Tina llenar su bandeja con nuevas tazas de café, saltó sobre su presa .
“¡Kennard!” Bette exclamó, poniendo una mano en el hombro de Tina. Sorprendida en el contacto repentino, Tina saltó en su piel y casi tiró la bandeja que llenaba.
“¡Mierda!” Tina gritó, volteándose inmediatamente para hacer frente a la intrusa que gritaba. “¡Porter!” Furiosa, miró la figura levemente nerviosa de Bette delante de ella.
Es ahora o nunca, Bette cerró sus puños mientras inhalaba una cantidad razonable de aire dentro de sus pulmones. “Mañana por la mañana a las once en la entrada del embarcadero de Santa Mónica. Está allí.” Exhaló mas tranquila. Segura y decidida, movió su cabeza una vez aprobando su acción. Antes de que Tina pudiera incluso reaccionar, dio vuelta rápidamente alrededor y - no obstante un poco mecánicamente – se dirigió enérgicamente hacia la entrada del café. Tan pronto como traspasara las puertas del planeta, Bette cayó abajo en una de las sillas de afuera y reclinó su cabeza en sus manos. “¡Mierda! Eso fue agotador.” Murmuró bajo su débil respiración - exhalando aliviada debido al agotamiento emocional y mental que sentía.
Dentro del planeta, una Tina en shock estaba clavada en el piso mirando fijamente la puerta en donde Bette desapareció. “¿Qué fue eso?” Ella se preguntó confundida mientras jugaba de nuevo dentro de su cabeza lo que la trigueña le había dicho . Tina surcó su frente mientras comtemplaba lo qua acababa de suceder. ¿Qué hizo?. ¿Bette Porter le pidió una lucha, o, le acaba de pedir una cita? ¡¿?!
“Entonces.”
“¿EH ?”
“Entonces.”
“¿Entonces qué?”
“¿Entonces qué sucedió?”
“¿Qué sucedió cuando?”
“Para de jugar al mudo conmigo Porter.”
“No lo hago. Deja de estar dando vueltas Alicia.”
“Bien. Si quieres preguntas claras, iré directo al punto. ¿Qué sucedió entre tu y Kennard anoche?”
“¿Anoche?”
“Sí, anoche. Después de que salieron de la fiesta.”
“Oh, nada.”
“¿Nada? No Te creo.”
“Solo la llevé a su casa Al.”
“¿Que es eso? ¿Ningun beso de despedida o cualquier cosa?”
“Nope.”
“¿No incluso un abrazo?”
“Negativo.”
“¿Pero porqué.? No me digas que te estás volviendo lenta Porter.”
“¿Lenta? Por favor. Durante la fiesta. Logré tomar su mano para bailar con ella y agarré su trasero. Éso es progreso. Abundante para una noche Al”
“Sí sí, ahora eres un un poco-delicada. ¿Pero ningún beso? Eso es patético.”
“No lo es. Kennard y yo somos casi--amigas, Alicia. No puedo simplemente saltar y besarla como tu esperas.”
“¿Solamente que quieres correcto?”
“Por supuesto que quiero.”
“¿Entonces qué estás esperando?”
“¿Qué quieres decir?”
“Tienes un pie en la puerta Porter. ¿Porqué no lo llevas a otro nivel y le pides una cita?”
“¿Una cita? ¿Una cita amistosa?”
“Eso es estúpido. Una cita de cita.”
“Oh. U . De acuerdo.”
“Excelente. Ahora todo lo que tienes que hacer es ir y preguntarle.”
“Muy bien.”
“Buena suerte.”
“U . Al.”
“¿Sí?”
“¿Cómo le haces tu para hacer eso?”
“¿Hacer que?”
“Pedirle a alguien una cita.”
“¡¿Whaaaatttt?! Estás bromeando ¿verdad?”
“No.”
“¡Oh puta madre.!”
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En el interior de las habitaciones personales de Bette Porter, los miembros de 4F se sentaban alrededor de la mesa de caoba cuadrada llena de comida. Eran las diez de la mañana y las cuatro amigas de la niñez tenían su desayuno tradicional del sábado. Desde el punto de vista de un extraño, parecía apenas otra reunión típica entre las cuatro, las amigas disfrutaban de la compañía de cada una mientras compartían una buena comida. Lo que hacía a la reunión muy peculiar era el hecho de que las adolescentes normalmente camorristas y bromistas estaban envueltas totalmente en un silencio misterioso y denso. Nadie pronunciaba una palabra, pero sus ojos discretamente bailaban alrededor de las otras figuras que se sentaban al lado de ellas como si todas esperaran que alguien pronunciara una palabra y rompiera la paz. Habían transcurrido ya diez minutos incómodos ahora y no pasó mucho antes de que un alma valiente finalmente se atreviera a hablar.
“¿Nunca?” Shane se inclinó adelante contra la mesa y miró a Bette con Alicia y Sam siguiendo de cerca sus acciones. Las tres amigas miraron fijamente como Bette se sumergía mas profundamente dentro de su silla.
Bette tragó saliva mientras sus ojos seguían pegados a su regazo. Para ser tan temprano por la mañana, tenían exquisitos platillos con que deleitarse pero eso era algo de lo que ella no se daba cuenta y no gozaba. Sacudió su cabeza suavemente al lado para contestar a la pregunta de Shane, ganando un estribillo de suspiros de sus amigas en respuesta.
“No lo puedo creer.” Sam murmuró discreta, rascándose su cabeza. “Sé que has tenido tu parte con muchas chicas.” Ella surcó su frente, mirando a su mejor amiga confundida.
“Sabes que.” Alicia susurró lentamente cuando un pensamiento amaneció en ella. “Ella no… correcto.” Miró a Bette comprensiva. “Nunca antes le has pedido a una chica que salga contigo.” Exclamó un poco incrédula. Fue entonces que Alicia comprendió que Bette nunca había tenido una cita en su vida entera. Seguro, ha tenido chicas antes. pero nunca salía con ellas. La mayor parte de las mujeres con las que Bette Porter se enganchaba eran flirts de apenas una noche, ligaba al azar con alguna chica iban a algún sitio a seguir la fiesta y regresaba a casa después de una noche de borrachera. Considerando esto, Alicia ni siquiera sabía el nombre de esas mujeres, y tenía la sensación de que Bette tampoco lo sabía. El único nombre que Bette Porter parecía haber recordado de memoria era el de Tina Kennard.
Shane surcó su frente. “Bien ahora que pienso en eso, creo que estás en lo correcto Al.” Ella miraba a la rubia asombrada. Bette no falsificaba ingenuidad, ella realmente no tenía la menor idea de cómo pedirle a Kennard una cita, pensó sorprendida.
Bette finalmente levantó la vista y encontró la mirada de sus amigas. “¿Qué debo hacer?” Susurró desamparadamente. Alicia tenía razón, era hora de llevar las cosas con Kennard a otro nivel. ¿pero cómo infiernos iba a hacer eso sin tener la idea más débil en cómo cortejar correctamente a una muchacha, aún menos cómo pedirle una cita en primer lugar?
Sam y Alicia miraron a Shane al mismo tiempo. Si había alguna persona que podría darle a Bette el mejor consejo sobre cómo conquistar a una chica , era la misma casanova. Shane entendió la indirecta y frotó ligeramente su barbilla pensando. Tenía que darle a su amiga una estrategia deferente de lo que acostumbraba. Bette y Kennard pertenecían totalmente a una clase diferente, eran enemigas convertidas a semi-amigas, asi que su táctica acostumbrada y métodos de seducción no parecían apropiados para las dos. Desafortunadamente para Bette sin embargo, el cerebro deficiente de cafeína de Shane pudo subir solamente con una analogía. “Un depredador y su presa.” Shane entrecerró sus ojos en Bette.
“¿Qué?” Bette frunció el ceño confundida. Alicia y Sam miraban a Shane extrañadas también.
“¿Fue lo mejor con lo que pudiste salir Casanova?” Alicia levantó una ceja en Shane.
Shane miró a la rubia firmemente antes de volver su atención a Bette. “Kennard.” Ella comenzó. “..no es una presa típica.” Ella sacudió su cabeza al lado. “Ella es como una gacela, es inteligente e intuitiva, una vez que siente al depredador estar al acecho, ella se para rápidamente y corre en la dirección opuesta.” Ella se inclinó más cerca a Bette mientras la morena luchaba por captar su línea de pensamiento. “Tu tienes que ser el leopardo, Bette. Un depredador ágil y cauteloso que se mueve felinamente y piensa rápidamente en sus pasos.”
Sam levantó una ceja en Shane mientras la morena se encogía de hombros. “¿Qué? Me gusta mirar el canal del National Geographic.” Ella miró a Bette otra vez y continuó dándole sus palabras de sabiduría inspirada en los preciosos animales. “ Bette tu tienes que ser el depredador inteligente y cauteloso. Circundar a Kennard y mirar cada movimiento. Cuando menos lo espere, salta y toma a tu presa. El elemento sorpresa es de gran importancia en el éxito de tu pequeña caza.” Ella agregó seriamente.
“¿Ataque repentino?” Bette miraba a Shane confundida. “¿Me estás diciendo que salte sobre Kennard?” Preguntó incrédula.
“No. No.” Shane sacudió su cabeza al lado. “Cuando digo ataque repentino, significa que le pidas una cita.” Ella indicó simplemente.
“Okaaay.” Bette mordió su labio. “Entonces, ¿qué le digo?” Preguntó un poco insegura.
“Se directa. Ve directa al punto.” Shane encogió. “Oh, y más importante, ten confianza y solo dale la orden, no le des ninguna posibilidad de decir que no .” agregó con toda seriedad.
“Solo esperemos que tu consejo no salte en la cara de Porter, Yoda.” Alicia rodó sus ojos en Shane. Ahora pensaba que no había sido quizá una buena idea tener a Shane dándole “orientación” de su pre-cita a Bette.
Shane se deslumbró en Alicia mientras sorbía en su café. “¿Piensas que puedes hacerlo mejor.Tu-no-has-tenido-una-cita-en-semanas Pieszecki ?” Ella respondió mientras Alicia entrecerraba sus ojos y se preparó para un ataque verbal.
Mientras Alicia y Shane discutian, Sam observaba la mirada asustada de su mejor amiga y le dio un pequeño codazo suavemente. “Entonces.” Sam sonrió en Bette mientras levantaba sus cejas hacia arriba y hacia abajo. “¿Piensas que estás lista para ir por tu primera cita?” Ella hizo muecas pícaramente en la morena.
“Sí.” Bette movió su cabeza afirmativamente. “Creo que lo estoy.” Sonrió un poco nerviosa mientras las mariposas revoloteaban dentro de su estómago.
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Alguna vez durante la tarde, Tina Kennard se miraba muy ocupada y cansada saltando de mesa en mesa mientras tomaba las órdenes y hacía juegos malabares con su bandeja. Era una hora muy concurrida en el café y bar del planeta en Hollywood del oeste. Estaba tan preocupada con hacer correctamente su trabajo que no notó un par de ojos que le seguían cada movimiento. Bette se ocultaba detrás de un periódico en una mesa en la esquina, mirando a la rubia tan discretamente como era posible. Cuando ella menos lo espere, salta y agarra a tu presa. Las palabras de Shane se repitían alrededor de su cabeza cuando vio a Tina finalmente tomar un respiro detrás del mostrador. Cautelosamente dobló su periódico y lo colocó en la mesa. Con movimientos medidos, se levantó lentamente y caminó en dirección de su presa. Su corazón latía pesadamente en voz alta dentro de su pecho cuando dio una vuelta cautelosa, cuidándose de evitar la línea de visión de la rubia. El elemento sorpresa es de gran importancia. Ella entrecerró sus ojos, repitiendo las palabras de Shane en su memoria. Cuando estuvo tan solo a unos pies lejos de Tina, Bette Porter el depredador se estabilizó y exhaló tan silenciosa como le era posible. “Soy un inteligente y cauteloso, leopardo que va directa a su presa, segura y decidida.” Bette susurró para si algunas veces, intentando convencerse. Cuando vio a Tina llenar su bandeja con nuevas tazas de café, saltó sobre su presa .
“¡Kennard!” Bette exclamó, poniendo una mano en el hombro de Tina. Sorprendida en el contacto repentino, Tina saltó en su piel y casi tiró la bandeja que llenaba.
“¡Mierda!” Tina gritó, volteándose inmediatamente para hacer frente a la intrusa que gritaba. “¡Porter!” Furiosa, miró la figura levemente nerviosa de Bette delante de ella.
Es ahora o nunca, Bette cerró sus puños mientras inhalaba una cantidad razonable de aire dentro de sus pulmones. “Mañana por la mañana a las once en la entrada del embarcadero de Santa Mónica. Está allí.” Exhaló mas tranquila. Segura y decidida, movió su cabeza una vez aprobando su acción. Antes de que Tina pudiera incluso reaccionar, dio vuelta rápidamente alrededor y - no obstante un poco mecánicamente – se dirigió enérgicamente hacia la entrada del café. Tan pronto como traspasara las puertas del planeta, Bette cayó abajo en una de las sillas de afuera y reclinó su cabeza en sus manos. “¡Mierda! Eso fue agotador.” Murmuró bajo su débil respiración - exhalando aliviada debido al agotamiento emocional y mental que sentía.
Dentro del planeta, una Tina en shock estaba clavada en el piso mirando fijamente la puerta en donde Bette desapareció. “¿Qué fue eso?” Ella se preguntó confundida mientras jugaba de nuevo dentro de su cabeza lo que la trigueña le había dicho . Tina surcó su frente mientras comtemplaba lo qua acababa de suceder. ¿Qué hizo?. ¿Bette Porter le pidió una lucha, o, le acaba de pedir una cita? ¡¿?!
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO VEINTE: Primer primera cita
7:55. Apartamento de Kennard .
Tina despertó con los sonidos de sirenas fuera de su ventana. Gimió mientras remetía su cabeza debajo de su almohadilla. “Dios, tan temprano por la mañana.” Se quejó mientras escuchaba el sonido inequívoco de vidrios rotos y a los policías gritar calle abajo. Habría aterrorizado a cualquier persona normal despertar con tal ruido, pero no a Tina Kennard, ella había logrado acostumbrarse absolutamente a despertar al caos y al escándalo. Probablemente Lee o alguno de sus amigos otra vez, suspiró mientras jalaba de la almohadilla más cerca a su cabeza. Incapaz de excluir los sonidos, Tina lanzó a regañadientes la almohadilla en el pie de la cama y se empujó para sentarse. Hizo muecas cuando vio su reflejo en el pequeño espejo encima de su mesa de estudio. Parezco una mierda, gimoteó dentro de su cabeza mientras intentaba domesticar su pelo rubio ingobernable. Tocó sus ojos con sus dedos, pensando que vio bolsos debajo de ellos. Aunque la atención de las mesas de ayer la habían agotado, no pudo cansarse lo suficiente para dormir bien en la noche. Su mente seguía funcionando y jugando de nuevo con lo que había sucedido durante la tarde. Y por enésima vez desde ayer por la noche, reflexionaba si la heredera le había pedido una lucha o una cita. La pregunta colgaba sobre su cabeza e hizo que su frente palpitara. Pero muy en su interior ella sabía que la morena le pedía esto último. Pero siendo tan obstinada como nunca, Tina seguía estando un poco en la negación. “Maldita Porter.” Irritada masculló mientras pivoteaba sus piernas al lado y se levantaba de la cama. Cuando traspasó los límites de su cuarto, observó a su padre en el comedor tomando café y leyendo el periódico.
“¡Buenos días cariño!”
“¡Buenos días papá!”
“Te levantaste temprano.”
“Creo que no hay nada como despertar con el sonido del fuego y el olor a polvora quemada por la mañana.”
“Absolutamente.”
“¿Quién fue esta vez?”
“Oh el de siempre. Lee Stevens y su cuadrilla otra vez.”
“Lo sabía.”
“Sé, los niños locos. ¿Crepas?”
“¡Seguro!”
Violencia, pequeña charla y crepas, era el comienzo de otro domingo más por la mañana adentro del hogar de Kennard.
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8:30. Residencia Porter.
En otro lado de la ciudad (el mejor, el más exclusivo), Bette Porter despertó con los sonidos calmantes de las cuatro estaciones de Vivaldi mientras fluía fuera de los altavoces que estaban incorporados a las paredes del dormitorio. Un minuto más adelante, un golpe suave se escuchó antes de que las puertas dobles de su dormitorio se abrieran. “Srta. Bette buenos días.” Sonja, su camarera, la saludó cuando entró en el dormitorio de Bette y jaló para abrir las cortinas gruesas que cubrían las ventanas para dejar entrar el sol brillante.
Bette estiró sus brazos y quitó la máscara de sus ojos. “¡Buenos días Sonja!” Ella exclamó alegre mientras lanzaba la máscara de los ojos al lado. La mujer mayor podía mirar solamente a su joven ama con sorpresa cuando la adolescente normalmente gruñóna sonreía brillantemente en ella.
“¿Está usted bien Srta.?” Sonja preguntó preocupada mientras miraba a la joven. Bette Porter no era una persona que se levantara temprano. Ella había estado despertando a la joven heredera desde que Bette tenía cinco y la encontraba siempre con gritos enojados de protesta cuando lo hacía. Ella atribuía todo el pelo blanco en su cabeza a todos los años en que había cuidado de la adolescente. Pero tanto como la joven morena la agotaba con su juventud y energía, ella se encontró cuidando en verdad de la niña Bette, pues aún con todos sus caprichos, no era difícil de amar.
“Sonja mejor que bien. Me siento excelente, magnífica, espléndida, brillante.” Bette exclamó feliz mientras lanzaba emocionada las sabanas lejos de ella y saltaba de su cama queen-size. “Me estoy sintiendo aluci-nan-temente-fantás-tica!!” Dijo vertiginosamente cuando saltó encima a la ventana y miraba hacia fuera el jardín de abajo. “¡Es un día hermoso hoy!” Dijo con una mueca grande en su cara. Sonja surcó su frente, observando las nubes oscuras en el horizonte. Era apenas lo que normalmente llamaríamos un buen día. Después de algunos minutos de observar el paisaje, Bette saltó hacia el cuarto de baño para sus rituales de belleza de la mañana, silbando una canción feliz a lo largo de su camino.
Sonja levantó una ceja mientras miraba a su joven ama desaparecer dentro del cuarto de baño. Algo no está correcto, ella rascó su cabeza. Después de algunos golpes, se agarró su pecho preocupada cuando oyó el sonido chillón del canto desafinado de Bette del otro lado de la puerta del cuarto de baño. “Querido dios.” Susurró. ¿Debía llamar al Sr. Porter o a un doctor? Pensó genuinamente preocupada por el bienestar de Bette mientras oía a la morena hacer su propia interpretación de las tortugas: tan felices juntas.
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9:55. Embarcadero de Santa Mónica.
Bette salió de su juguetito más nuevo, un automóvil descapotable rojo 1963 jaguar XK-E, y caminó hacia la entrada del embarcadero mientras giraba las llaves del coche alrededor de sus dedos y tarareaba día hermoso de U2. Dos niños de de cinco pasaron corriendo y guiñaron traviesamente en ella. Con un pequeño paso en su caminata, Bette alcanzó su destino y saltó para alcanzar un letrero que colgaba de un poste. “¡Cuenta!” Susurró bajo su respiración mientras aterrizaba en sus pies. Mientras se enderezaba, miró abajo en su ropa y meneó sus cejas - encantada de lo que vio. Le tardó casi una hora elegir el equipo correcto para este día especial. Quería algo agradable y ocasional pero elegante y pulcro al mismo tiempo. Después de intentar diversas combinaciones, finalmente se vistió con una blanca blanca y con túnica gris de Marc Jacobs, pantalones capri de dril de algodón y zapatos negros. Acentuó su equipo con lentes deportivos, un collar de plata y un bolso negro simple de Prada. Se puso apenas la cantidad correcta de maquillaje y aplacó su pelo marrón rizado con una cola de caballo. “Pareciendo excepcionalmente buena como siempre Porter.” Ella sonrió, felicitándose por pasar los mayores niveles que se había fijado sobre si misma para esa cita. Miró abajo en su reloj tapizado de diamantes y sonrió. Había llegado temprano, más que temprano pero a ella no le importaba realmente. Se sentía nerviosa en su residencia así que decidió irse tan pronto como acabara de prepararse para la cita.
Caminó hacia el pasamanos de madera y se inclinó adelante mientras miraba la rueda de Ferris en la distancia. Nunca había montado en una antes, siempre lo había deseado pero su padre nunca permitió que ella montara una. El decía siempre algo sobre lo insegura que era y lo inadecuado que era para que una Porter disfrutara de tal entretenimiento frívolo diseñado para las masas. Joder que bien se ve, sonrió internamente cuando la rueda grande comenzó a girar alrededor. Estaba decidida a montar esa cosa con Kennard hoy. No le importaba si todos los tornillos y pernos se aflojaran y la rueda de Ferris se cayera en el Océano Pacífico. Mientras estuviera con Kennard, estaría bien con cualquier cosa. Sonrió un poco torpe, imaginándose a las dos sentadas de lado a lado mientras admiraban la vista impresionante desde el punto más alto. Quizá podría fingir tener miedo a las alturas, frotó sus manos con entusiasmo infantil mientras comenzaba a hacer planes detallados en cómo podría conseguir agarrar la mano de Kennard.
Eran solamente las 10:15 de la mañana y Bette Porter estaba más que lista para que su primer, primera cita con Kennard comenzara. Todo estaba listo, ahora todo lo que tendría que hacer era esperar a que su cita llegara. Paciencia. Se dijo mientras respiraba adentro y hacia fuera a la manera del zen. Sonrió de oído a oído mientras miraba alrededor de ella a la gente que caminaba cerca. Muy pronto cierta rubia estaría en camino. Muy pronto.
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12:32 P.M. Apartamento de Kennard.
Tina masticó en un pequeño pedazo de zanahoria mientras miraba fijamente el reloj montado en la pared. Era más de una hora y treinta minutos tarde para esa “cosa” que tenía con Bette hoy. Doce minutos antes de las once, estaba bañada y vestida ya para salir. Usaba pantalones vaqueros azul marino, una blusa roja y su par preferido de tenis. Observando la obscuridad fuera de su ventana, decidió usar una chaqueta negra sobre su blusa en caso de que lloviera. Pero antes de que pudiera poner un pie afuera de su apartamento, su cabeza y su corazón entraron en un pequeño debate acalorado. Su cabeza le pedía quedarse en casa y olvidar a Bette Porter y sus maneras exigentes mientras su corazón le gritaba que solo considerara lo que tenía la morena en el almacén para ella. Al final, dejó que su terquedad ganara la batalla, así su cabeza ganó sobre su corazón. Porter sobreviviría incluso si ella no fuera. De todas formas, no estaba incluso segura de que Bette apareciera. Quizá todo fue una broma o algo, su cabeza intentó convencer a su corazón pesado.
Oh bien, pensó, estoy segura que a estas horas Porter se debió haber ido a casa ya. La heredera de mal genio no permanecería seguramente en ese lugar por más de diez minutos después de la hora programada de la reunión, Tina encogió los hombros. Tan pronto como hubiera despejado la poca comida que tenía en su plato, se levantó lentamente de la mesa del comedor y se dirigió hacia el fregadero de la cocina con los platos a disposición. Comió su almuerzo sola ya que su papá se había ido ya para la funeraria hacía algunas horas. Cuando terminó de lavar los platos, Tina se dirigió al sofá y se acomodó para una siesta. Ella estaba ya fuera de sus sentidos cuando el teléfono sonó e interrumpió su progreso en la tierra de los sueños. Gimió mientras alcanzaba el teléfono inalámbrico que se reclinaba encima de la mesa de centro.
“¿Hola?” Masculló mientras sus ojos seguían cerrados.
“Lo sabía.” El llamador suspiró en el receptor mientras confirmaba sus miedos.
“¿Huh?” Tina surcó su frente confundida. “¿Quién es?” Preguntó, aún un poco soñolienta.
“Soy Sam.” El llamador contestó llano.
“¿Sam?” Los ojos de Tina se abrieron inmediatamente de un tirón mientras se incorporaba en el sofá. “¿Cómo conseguiste mi número?” Preguntó casi sin aliento, tomada totalmente por sorpresa. Primero Bette Porter, ahora era Sam Makavejev que llamaba al teléfono de su casa.
“Tengo mis maneras.” Sam contestó. “De todos modos, ¿qué estás haciendo en casa?” Suspiró un poco frustrada.
“U . ¿tomando una siesta?” Tina contestó mansa.
“¿Porqué no estás en Santa Mónica?” Sam fue directa al punto.
“¿Qué hay en Santa Mónica?” Tina preguntó inocente.
“Tu cita.” Dijo Sam inexpresiva.
Era entonces una cita, pensó Tina. Bien, no fué mi culpa que Porter fuera tan vaga sobre ella. “No estaba segura si Porter me llamaba allí para discutir o algo.” Dijo lentamente.
“¿Pelearon después de la fiesta?” Sam preguntó.
“No.” Tina contestó verazmente. Realmente, Porter fue muy dulce cuando insistió en llevarla a su hogar, diciendo algo sobre lo peligroso que era que las chicas jóvenes hermosas montaran un taxi solas en medio de la noche.
“¿Entonces porqué pensaste que quería encontrarte para una lucha esta mañana?” Sam suspiró. Tenía la sensación de que algo similar iba a suceder. Bette estaba muy positiva sobre su cita anoche, pero ella tenía esa ligera intuición de que quizá su mejor amiga no logró transmitirle bien el mensaje a Tina. Ella no habló con Bette hoy sino que se decidió y llamó a Tina a su apartamento para comprobar si se había ido para encontrar a su mejor amiga. Cuando la rubia había contestado al teléfono después de algunos timbres, el estómago de Sam cayó a plomo mientras se sentía mal repentinamente por Bette. Ella sabía todo lo emocionada que estaba su amiga por su cita con Tina y le dolía saber que su mejor amiga había sido plantada.
“Bien Porter no me preguntó, ella me ordenó que fuera a Santa Mónica. ¿Supuestamente qué podía pensar? Así no es como le pides a una chica una cita.” Tina se defendió. Si Bette hubiera sido clara sobre eso y le hubiera preguntado en vez de ordenarle ir, ella habría estado quizá más dispuesta a ir a una cita con la morena.
“Me disculpo en nombre de mi mejor amiga.” Sam contestó sinceramente. “Mis amigas y yo somos las culpables por dar un mal consejo. Pero tienes que entender, nunca se lo ha pedido a nadie antes. Ella es absolutamente nueva en esta cosa de las citas.” Le explicó. Para ser absolutamente honestas, Bette era completamente nueva en todo lo que había experimentado en estos últimos días.
“¿En serio?” Tina levantó una ceja. Ella se había imaginado siempre que Bette Porter era una conquistadora y salía con muchas chicas desde que golpeara la pubertad.
“Sí.” Sam movió su cabeza. “Tu ibas a ser su primera cita.” Ella agregó. Primera cita, primer amor, la lista de primeras veces originales era sin fin.
Tina miró el reloj de nuevo mientras leía: las 1:07 P.M. “Yo. Entonces creo que es demasiado tarde para la cita.” Ella suspiró, ahora se sentía un poco mal por haber dejado plantada a Bette. Buen trabajo, su corazón regañó a su cerebro.
“¿Qué quieres decir con que es demasiado tarde?” La voz de Sam goteó con incredulidad.
“Ya pasaron más de dos horas Sam. Porter debe haberse ido a casa ya.” Tina dijo mientras se levantaba del sofá y establecía el paso alrededor de la sala de estar.
“Tina.” Sam suspiró. “has estado conviviendo con Bette en estos últimos días. Deberías haber sabido seguramente dónde está ahora.” Amonestó suavemente a la rubia. “No importa qué tanto la empujes lejos, ella nunca ha renunciado a ti.” Exhaló un profundo respiro antes de continuar. “¿Entonces, qué hace que pienses que hará eso ahora?” Sam preguntó lentamente y esperó en silencio la respuesta de Tina.
“Sam.” Tina dijo tambaleante después de algunos segundos.
“¿Sí?” Sam susurró.
“Me tengo que ir.” Dijo Tina sin aliento mientras caminaba hacia la ventana y veía las gotas de agua caer del cielo. Miraba culpable la lluvia caer mientras las palabras de Sam la golpeaban duramente.
“Está bien.” Sam suspiró aliviada. “Hey Tina.” Dijo con una sonrisa.
“¿Sí?” Tina susurró.
“Buena suerte.” Sam hizo muecas mientras cerraba su telefono y terminaba la llamada. Su mejor amiga tendría quizá su primer, primera cita después de todo.
Tina miró fuera de la ventana por última vez y caminó hacia la puerta del apartamento. Lanzó el teléfono en el sofá mientras pasaba por ahí y tomó un paraguas del armario antes de lanzarse a la puerta y de explotar corriendo hacia las escaleras.
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2:00 P.M. Santa Mónica.
Las pocas gotas de agua dieron vuelta rápidamente en un aguacero. Tina hizo muecas mientras miraba la lluvia que azotaba a través de las ventanas del autobús en el que iba. “Aprisa, aprisa.” Susurró para si cuando el autobús hizo una parada completa de nuevo,el tráfico comenzaba a acumularse. Presionó su frente al vidrio y bizqueó sus ojos mientras intentaba ver donde estaban. Vio la rueda de Ferris rodar en la distancia y supo que estaba algunas cuadras lejos de su destino. Estiró su cuello para ver qué sucedía al frente y frunció el ceño cuando vio lo duro que estaba el tráfico. “Mierda.” Dijo a través de los dientes cerrados fuertemente mientras se levantaba de su asiento y caminaba hacia la puerta del autobús. El conductor intentó protestar cuando le preguntó si podía abrir la puerta pero el fulgor de muerte que tiró en su dirección hizo que él cambiara su mente.
“Gracias.” Tina movió su cabeza mientras abría su paraguas y saltaba en la acera. El paraguas la protegió apenas contra la lluvia mientras el viento traía el agua a su cara y cuerpo. Tan incómoda como se sentía, desatendió el frío mientras corría hacia el embarcadero. Le tomó toda su agilidad y equilibrio para no resbalar por el suelo mojado. Con cada paso que daba, la culpabilidad que sentía internamente solo aumentaba. Esto servía solamente para hacerla correr más rápido.
Cuando alcanzó el embarcadero, observó un coche clásico deportivo de mirada costoso estacionado cerca y concluyó correctamente que era Bette. Ella debe estar aquí, pensó mientras daba vuelta a su cabeza en todas direcciones en busca de la morena. “¿Donde estás?” Susurró para si mientras miraba a la gente en el embarcadero que corría para protegerse de la lluvia.
Después de un minuto de búsqueda frenética, dio vuelta a un poste de luz próximo y paró absolutamente sus pasos. Su respiración se estrangulaba dentro de su garganta pues miraba a la muchacha que reconoció ser una tal Bette Porter. La morena estaba agachada abajo en el pavimento con sus brazos envolviendo sus rodillas en un abrazo apretado. Su cuerpo tembraba fuertemente mientras la lluvia mojaba su cuerpo de la cabeza a los pies. “Oh mi dios.” Tina susurró mientras admitía la vista. Ella me esperó realmente, su corazón golpeó dentro de su pecho. Porter estúpida, pensó airadamente mientras sentía la humedad comenzar a acumularse en la esquina de sus ojos. Caminó hacia la morena y paró cuando estaba apenas a unos pies delante de ella.
Bette miró para arriba cuando sintió repentinamente la ausencia de lluvia. “Kennard.” Susurró un poco débil mientras miraba a Tina delante de ella sosteniendo un paraguas. “Tu.” Sorprendió a la rubia cuando se levantó repentinamente y estuvo cara a cara con Tina. “Tu.” Dijo de nuevo, esta vez con más fuerza en su voz.
Tina caminó hacia atrás un poco cuando vio la mirada seria en la cara de Bette. Retrocedió cuando vio la mano de la morena venir hacia ella, cerró los ojos mientras anticipaba el golpe que venía en camino. Abrió los ojos con sorpresa y gimió cuando sintió repentinamente la mano de Bette jalarla hacia ella. Antes de que lo supiera, la morena la envolvió en un abrazo apretado. El paraguas voló de su mano, exponiéndolas a la lluvia.
“Tu.” Bette comenzó de nuevo. “Tu. Viniste.” Lloriqueó mientras enterraba su cabeza en el hombro de Tina. La rubia solo pudo mover su cabeza en choque. “Estaba tan preocupada.” La morena continuó mientras se aferraba a Tina más fuerte. “Pensé. Pensé que no vendrías.” Tragó saliva con dificultad. Ella no dejó el embarcadero incluso cuando comenzó a l r" porque se aferraba a la esperanza de que Tina aparecería. Quería estar allí cuando ella llegara, sin importarle lo tarde que fuera. No quería perder la oportunidad en caso de que la rubia llegara y ella no estuviera allí.
“Porter estúpida.” Dijo Tina cuándo finalmente encontró su voz. “Debiste haber regresado a casa.” Dijo mientras sentía a Bette temblar. Llevó sus brazos alrededor de la cintura de Bette y tiró de ella más cerca mientras la culpabilidad y el dolor que sentía la carcomían por dentro. “No debiste haber esperado a alguien como yo. No soy digna de tanto apuro.” Sacudió su cabeza porque las lágrimas amenazaban por caer. Ahora reconocía lo egoísta que había sido actuando de esa manera.
“Calla Kennard.” Bette rió un poco temblorosa mientras su voz comenzaba a demostrar el frío que sentía. “Soy la persona que va a decidir quién vale todo el apuro para mí.” Dijo a través del rechinido de sus dientes mientras buscaba encontrarse con los ojos de la rubia. “Entonces Kennard.” Habló suavemente mientras sonreía en la rubia.
“¿Qué?” Tina preguntó mientras miraba la cara de Bette que goteaba a raudales.
“¿Saldrás por favor conmigo a una cita?” Bette sonrió. Ella calculó durante el tiempo entero en que había estado esperando que había algo mal con su acercamiento anterior. Quizá la seguridad y el ordenar no funcionaba demasiado bien con Tina. Entonces decidió intentarlo de nuevo, esta vez optando por el método cortés.
Tina sonrió mientras miraba a la morena delante de ella. Creo que algunas personas cambian realmente, pensó mientras se rompía libremente de los brazos de Bette y tomaba la mano de la morena. “Me encantaría.” Dijo comenzando a llevar a una Bette sonriente lejos mientras corrían ya para guarecerse en el sitio mas próximo.
Y así, la primera cita de Bette Porter y Tina Kennard finalmente comenzó.
7:55. Apartamento de Kennard .
Tina despertó con los sonidos de sirenas fuera de su ventana. Gimió mientras remetía su cabeza debajo de su almohadilla. “Dios, tan temprano por la mañana.” Se quejó mientras escuchaba el sonido inequívoco de vidrios rotos y a los policías gritar calle abajo. Habría aterrorizado a cualquier persona normal despertar con tal ruido, pero no a Tina Kennard, ella había logrado acostumbrarse absolutamente a despertar al caos y al escándalo. Probablemente Lee o alguno de sus amigos otra vez, suspiró mientras jalaba de la almohadilla más cerca a su cabeza. Incapaz de excluir los sonidos, Tina lanzó a regañadientes la almohadilla en el pie de la cama y se empujó para sentarse. Hizo muecas cuando vio su reflejo en el pequeño espejo encima de su mesa de estudio. Parezco una mierda, gimoteó dentro de su cabeza mientras intentaba domesticar su pelo rubio ingobernable. Tocó sus ojos con sus dedos, pensando que vio bolsos debajo de ellos. Aunque la atención de las mesas de ayer la habían agotado, no pudo cansarse lo suficiente para dormir bien en la noche. Su mente seguía funcionando y jugando de nuevo con lo que había sucedido durante la tarde. Y por enésima vez desde ayer por la noche, reflexionaba si la heredera le había pedido una lucha o una cita. La pregunta colgaba sobre su cabeza e hizo que su frente palpitara. Pero muy en su interior ella sabía que la morena le pedía esto último. Pero siendo tan obstinada como nunca, Tina seguía estando un poco en la negación. “Maldita Porter.” Irritada masculló mientras pivoteaba sus piernas al lado y se levantaba de la cama. Cuando traspasó los límites de su cuarto, observó a su padre en el comedor tomando café y leyendo el periódico.
“¡Buenos días cariño!”
“¡Buenos días papá!”
“Te levantaste temprano.”
“Creo que no hay nada como despertar con el sonido del fuego y el olor a polvora quemada por la mañana.”
“Absolutamente.”
“¿Quién fue esta vez?”
“Oh el de siempre. Lee Stevens y su cuadrilla otra vez.”
“Lo sabía.”
“Sé, los niños locos. ¿Crepas?”
“¡Seguro!”
Violencia, pequeña charla y crepas, era el comienzo de otro domingo más por la mañana adentro del hogar de Kennard.
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8:30. Residencia Porter.
En otro lado de la ciudad (el mejor, el más exclusivo), Bette Porter despertó con los sonidos calmantes de las cuatro estaciones de Vivaldi mientras fluía fuera de los altavoces que estaban incorporados a las paredes del dormitorio. Un minuto más adelante, un golpe suave se escuchó antes de que las puertas dobles de su dormitorio se abrieran. “Srta. Bette buenos días.” Sonja, su camarera, la saludó cuando entró en el dormitorio de Bette y jaló para abrir las cortinas gruesas que cubrían las ventanas para dejar entrar el sol brillante.
Bette estiró sus brazos y quitó la máscara de sus ojos. “¡Buenos días Sonja!” Ella exclamó alegre mientras lanzaba la máscara de los ojos al lado. La mujer mayor podía mirar solamente a su joven ama con sorpresa cuando la adolescente normalmente gruñóna sonreía brillantemente en ella.
“¿Está usted bien Srta.?” Sonja preguntó preocupada mientras miraba a la joven. Bette Porter no era una persona que se levantara temprano. Ella había estado despertando a la joven heredera desde que Bette tenía cinco y la encontraba siempre con gritos enojados de protesta cuando lo hacía. Ella atribuía todo el pelo blanco en su cabeza a todos los años en que había cuidado de la adolescente. Pero tanto como la joven morena la agotaba con su juventud y energía, ella se encontró cuidando en verdad de la niña Bette, pues aún con todos sus caprichos, no era difícil de amar.
“Sonja mejor que bien. Me siento excelente, magnífica, espléndida, brillante.” Bette exclamó feliz mientras lanzaba emocionada las sabanas lejos de ella y saltaba de su cama queen-size. “Me estoy sintiendo aluci-nan-temente-fantás-tica!!” Dijo vertiginosamente cuando saltó encima a la ventana y miraba hacia fuera el jardín de abajo. “¡Es un día hermoso hoy!” Dijo con una mueca grande en su cara. Sonja surcó su frente, observando las nubes oscuras en el horizonte. Era apenas lo que normalmente llamaríamos un buen día. Después de algunos minutos de observar el paisaje, Bette saltó hacia el cuarto de baño para sus rituales de belleza de la mañana, silbando una canción feliz a lo largo de su camino.
Sonja levantó una ceja mientras miraba a su joven ama desaparecer dentro del cuarto de baño. Algo no está correcto, ella rascó su cabeza. Después de algunos golpes, se agarró su pecho preocupada cuando oyó el sonido chillón del canto desafinado de Bette del otro lado de la puerta del cuarto de baño. “Querido dios.” Susurró. ¿Debía llamar al Sr. Porter o a un doctor? Pensó genuinamente preocupada por el bienestar de Bette mientras oía a la morena hacer su propia interpretación de las tortugas: tan felices juntas.
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9:55. Embarcadero de Santa Mónica.
Bette salió de su juguetito más nuevo, un automóvil descapotable rojo 1963 jaguar XK-E, y caminó hacia la entrada del embarcadero mientras giraba las llaves del coche alrededor de sus dedos y tarareaba día hermoso de U2. Dos niños de de cinco pasaron corriendo y guiñaron traviesamente en ella. Con un pequeño paso en su caminata, Bette alcanzó su destino y saltó para alcanzar un letrero que colgaba de un poste. “¡Cuenta!” Susurró bajo su respiración mientras aterrizaba en sus pies. Mientras se enderezaba, miró abajo en su ropa y meneó sus cejas - encantada de lo que vio. Le tardó casi una hora elegir el equipo correcto para este día especial. Quería algo agradable y ocasional pero elegante y pulcro al mismo tiempo. Después de intentar diversas combinaciones, finalmente se vistió con una blanca blanca y con túnica gris de Marc Jacobs, pantalones capri de dril de algodón y zapatos negros. Acentuó su equipo con lentes deportivos, un collar de plata y un bolso negro simple de Prada. Se puso apenas la cantidad correcta de maquillaje y aplacó su pelo marrón rizado con una cola de caballo. “Pareciendo excepcionalmente buena como siempre Porter.” Ella sonrió, felicitándose por pasar los mayores niveles que se había fijado sobre si misma para esa cita. Miró abajo en su reloj tapizado de diamantes y sonrió. Había llegado temprano, más que temprano pero a ella no le importaba realmente. Se sentía nerviosa en su residencia así que decidió irse tan pronto como acabara de prepararse para la cita.
Caminó hacia el pasamanos de madera y se inclinó adelante mientras miraba la rueda de Ferris en la distancia. Nunca había montado en una antes, siempre lo había deseado pero su padre nunca permitió que ella montara una. El decía siempre algo sobre lo insegura que era y lo inadecuado que era para que una Porter disfrutara de tal entretenimiento frívolo diseñado para las masas. Joder que bien se ve, sonrió internamente cuando la rueda grande comenzó a girar alrededor. Estaba decidida a montar esa cosa con Kennard hoy. No le importaba si todos los tornillos y pernos se aflojaran y la rueda de Ferris se cayera en el Océano Pacífico. Mientras estuviera con Kennard, estaría bien con cualquier cosa. Sonrió un poco torpe, imaginándose a las dos sentadas de lado a lado mientras admiraban la vista impresionante desde el punto más alto. Quizá podría fingir tener miedo a las alturas, frotó sus manos con entusiasmo infantil mientras comenzaba a hacer planes detallados en cómo podría conseguir agarrar la mano de Kennard.
Eran solamente las 10:15 de la mañana y Bette Porter estaba más que lista para que su primer, primera cita con Kennard comenzara. Todo estaba listo, ahora todo lo que tendría que hacer era esperar a que su cita llegara. Paciencia. Se dijo mientras respiraba adentro y hacia fuera a la manera del zen. Sonrió de oído a oído mientras miraba alrededor de ella a la gente que caminaba cerca. Muy pronto cierta rubia estaría en camino. Muy pronto.
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12:32 P.M. Apartamento de Kennard.
Tina masticó en un pequeño pedazo de zanahoria mientras miraba fijamente el reloj montado en la pared. Era más de una hora y treinta minutos tarde para esa “cosa” que tenía con Bette hoy. Doce minutos antes de las once, estaba bañada y vestida ya para salir. Usaba pantalones vaqueros azul marino, una blusa roja y su par preferido de tenis. Observando la obscuridad fuera de su ventana, decidió usar una chaqueta negra sobre su blusa en caso de que lloviera. Pero antes de que pudiera poner un pie afuera de su apartamento, su cabeza y su corazón entraron en un pequeño debate acalorado. Su cabeza le pedía quedarse en casa y olvidar a Bette Porter y sus maneras exigentes mientras su corazón le gritaba que solo considerara lo que tenía la morena en el almacén para ella. Al final, dejó que su terquedad ganara la batalla, así su cabeza ganó sobre su corazón. Porter sobreviviría incluso si ella no fuera. De todas formas, no estaba incluso segura de que Bette apareciera. Quizá todo fue una broma o algo, su cabeza intentó convencer a su corazón pesado.
Oh bien, pensó, estoy segura que a estas horas Porter se debió haber ido a casa ya. La heredera de mal genio no permanecería seguramente en ese lugar por más de diez minutos después de la hora programada de la reunión, Tina encogió los hombros. Tan pronto como hubiera despejado la poca comida que tenía en su plato, se levantó lentamente de la mesa del comedor y se dirigió hacia el fregadero de la cocina con los platos a disposición. Comió su almuerzo sola ya que su papá se había ido ya para la funeraria hacía algunas horas. Cuando terminó de lavar los platos, Tina se dirigió al sofá y se acomodó para una siesta. Ella estaba ya fuera de sus sentidos cuando el teléfono sonó e interrumpió su progreso en la tierra de los sueños. Gimió mientras alcanzaba el teléfono inalámbrico que se reclinaba encima de la mesa de centro.
“¿Hola?” Masculló mientras sus ojos seguían cerrados.
“Lo sabía.” El llamador suspiró en el receptor mientras confirmaba sus miedos.
“¿Huh?” Tina surcó su frente confundida. “¿Quién es?” Preguntó, aún un poco soñolienta.
“Soy Sam.” El llamador contestó llano.
“¿Sam?” Los ojos de Tina se abrieron inmediatamente de un tirón mientras se incorporaba en el sofá. “¿Cómo conseguiste mi número?” Preguntó casi sin aliento, tomada totalmente por sorpresa. Primero Bette Porter, ahora era Sam Makavejev que llamaba al teléfono de su casa.
“Tengo mis maneras.” Sam contestó. “De todos modos, ¿qué estás haciendo en casa?” Suspiró un poco frustrada.
“U . ¿tomando una siesta?” Tina contestó mansa.
“¿Porqué no estás en Santa Mónica?” Sam fue directa al punto.
“¿Qué hay en Santa Mónica?” Tina preguntó inocente.
“Tu cita.” Dijo Sam inexpresiva.
Era entonces una cita, pensó Tina. Bien, no fué mi culpa que Porter fuera tan vaga sobre ella. “No estaba segura si Porter me llamaba allí para discutir o algo.” Dijo lentamente.
“¿Pelearon después de la fiesta?” Sam preguntó.
“No.” Tina contestó verazmente. Realmente, Porter fue muy dulce cuando insistió en llevarla a su hogar, diciendo algo sobre lo peligroso que era que las chicas jóvenes hermosas montaran un taxi solas en medio de la noche.
“¿Entonces porqué pensaste que quería encontrarte para una lucha esta mañana?” Sam suspiró. Tenía la sensación de que algo similar iba a suceder. Bette estaba muy positiva sobre su cita anoche, pero ella tenía esa ligera intuición de que quizá su mejor amiga no logró transmitirle bien el mensaje a Tina. Ella no habló con Bette hoy sino que se decidió y llamó a Tina a su apartamento para comprobar si se había ido para encontrar a su mejor amiga. Cuando la rubia había contestado al teléfono después de algunos timbres, el estómago de Sam cayó a plomo mientras se sentía mal repentinamente por Bette. Ella sabía todo lo emocionada que estaba su amiga por su cita con Tina y le dolía saber que su mejor amiga había sido plantada.
“Bien Porter no me preguntó, ella me ordenó que fuera a Santa Mónica. ¿Supuestamente qué podía pensar? Así no es como le pides a una chica una cita.” Tina se defendió. Si Bette hubiera sido clara sobre eso y le hubiera preguntado en vez de ordenarle ir, ella habría estado quizá más dispuesta a ir a una cita con la morena.
“Me disculpo en nombre de mi mejor amiga.” Sam contestó sinceramente. “Mis amigas y yo somos las culpables por dar un mal consejo. Pero tienes que entender, nunca se lo ha pedido a nadie antes. Ella es absolutamente nueva en esta cosa de las citas.” Le explicó. Para ser absolutamente honestas, Bette era completamente nueva en todo lo que había experimentado en estos últimos días.
“¿En serio?” Tina levantó una ceja. Ella se había imaginado siempre que Bette Porter era una conquistadora y salía con muchas chicas desde que golpeara la pubertad.
“Sí.” Sam movió su cabeza. “Tu ibas a ser su primera cita.” Ella agregó. Primera cita, primer amor, la lista de primeras veces originales era sin fin.
Tina miró el reloj de nuevo mientras leía: las 1:07 P.M. “Yo. Entonces creo que es demasiado tarde para la cita.” Ella suspiró, ahora se sentía un poco mal por haber dejado plantada a Bette. Buen trabajo, su corazón regañó a su cerebro.
“¿Qué quieres decir con que es demasiado tarde?” La voz de Sam goteó con incredulidad.
“Ya pasaron más de dos horas Sam. Porter debe haberse ido a casa ya.” Tina dijo mientras se levantaba del sofá y establecía el paso alrededor de la sala de estar.
“Tina.” Sam suspiró. “has estado conviviendo con Bette en estos últimos días. Deberías haber sabido seguramente dónde está ahora.” Amonestó suavemente a la rubia. “No importa qué tanto la empujes lejos, ella nunca ha renunciado a ti.” Exhaló un profundo respiro antes de continuar. “¿Entonces, qué hace que pienses que hará eso ahora?” Sam preguntó lentamente y esperó en silencio la respuesta de Tina.
“Sam.” Tina dijo tambaleante después de algunos segundos.
“¿Sí?” Sam susurró.
“Me tengo que ir.” Dijo Tina sin aliento mientras caminaba hacia la ventana y veía las gotas de agua caer del cielo. Miraba culpable la lluvia caer mientras las palabras de Sam la golpeaban duramente.
“Está bien.” Sam suspiró aliviada. “Hey Tina.” Dijo con una sonrisa.
“¿Sí?” Tina susurró.
“Buena suerte.” Sam hizo muecas mientras cerraba su telefono y terminaba la llamada. Su mejor amiga tendría quizá su primer, primera cita después de todo.
Tina miró fuera de la ventana por última vez y caminó hacia la puerta del apartamento. Lanzó el teléfono en el sofá mientras pasaba por ahí y tomó un paraguas del armario antes de lanzarse a la puerta y de explotar corriendo hacia las escaleras.
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2:00 P.M. Santa Mónica.
Las pocas gotas de agua dieron vuelta rápidamente en un aguacero. Tina hizo muecas mientras miraba la lluvia que azotaba a través de las ventanas del autobús en el que iba. “Aprisa, aprisa.” Susurró para si cuando el autobús hizo una parada completa de nuevo,el tráfico comenzaba a acumularse. Presionó su frente al vidrio y bizqueó sus ojos mientras intentaba ver donde estaban. Vio la rueda de Ferris rodar en la distancia y supo que estaba algunas cuadras lejos de su destino. Estiró su cuello para ver qué sucedía al frente y frunció el ceño cuando vio lo duro que estaba el tráfico. “Mierda.” Dijo a través de los dientes cerrados fuertemente mientras se levantaba de su asiento y caminaba hacia la puerta del autobús. El conductor intentó protestar cuando le preguntó si podía abrir la puerta pero el fulgor de muerte que tiró en su dirección hizo que él cambiara su mente.
“Gracias.” Tina movió su cabeza mientras abría su paraguas y saltaba en la acera. El paraguas la protegió apenas contra la lluvia mientras el viento traía el agua a su cara y cuerpo. Tan incómoda como se sentía, desatendió el frío mientras corría hacia el embarcadero. Le tomó toda su agilidad y equilibrio para no resbalar por el suelo mojado. Con cada paso que daba, la culpabilidad que sentía internamente solo aumentaba. Esto servía solamente para hacerla correr más rápido.
Cuando alcanzó el embarcadero, observó un coche clásico deportivo de mirada costoso estacionado cerca y concluyó correctamente que era Bette. Ella debe estar aquí, pensó mientras daba vuelta a su cabeza en todas direcciones en busca de la morena. “¿Donde estás?” Susurró para si mientras miraba a la gente en el embarcadero que corría para protegerse de la lluvia.
Después de un minuto de búsqueda frenética, dio vuelta a un poste de luz próximo y paró absolutamente sus pasos. Su respiración se estrangulaba dentro de su garganta pues miraba a la muchacha que reconoció ser una tal Bette Porter. La morena estaba agachada abajo en el pavimento con sus brazos envolviendo sus rodillas en un abrazo apretado. Su cuerpo tembraba fuertemente mientras la lluvia mojaba su cuerpo de la cabeza a los pies. “Oh mi dios.” Tina susurró mientras admitía la vista. Ella me esperó realmente, su corazón golpeó dentro de su pecho. Porter estúpida, pensó airadamente mientras sentía la humedad comenzar a acumularse en la esquina de sus ojos. Caminó hacia la morena y paró cuando estaba apenas a unos pies delante de ella.
Bette miró para arriba cuando sintió repentinamente la ausencia de lluvia. “Kennard.” Susurró un poco débil mientras miraba a Tina delante de ella sosteniendo un paraguas. “Tu.” Sorprendió a la rubia cuando se levantó repentinamente y estuvo cara a cara con Tina. “Tu.” Dijo de nuevo, esta vez con más fuerza en su voz.
Tina caminó hacia atrás un poco cuando vio la mirada seria en la cara de Bette. Retrocedió cuando vio la mano de la morena venir hacia ella, cerró los ojos mientras anticipaba el golpe que venía en camino. Abrió los ojos con sorpresa y gimió cuando sintió repentinamente la mano de Bette jalarla hacia ella. Antes de que lo supiera, la morena la envolvió en un abrazo apretado. El paraguas voló de su mano, exponiéndolas a la lluvia.
“Tu.” Bette comenzó de nuevo. “Tu. Viniste.” Lloriqueó mientras enterraba su cabeza en el hombro de Tina. La rubia solo pudo mover su cabeza en choque. “Estaba tan preocupada.” La morena continuó mientras se aferraba a Tina más fuerte. “Pensé. Pensé que no vendrías.” Tragó saliva con dificultad. Ella no dejó el embarcadero incluso cuando comenzó a l r" porque se aferraba a la esperanza de que Tina aparecería. Quería estar allí cuando ella llegara, sin importarle lo tarde que fuera. No quería perder la oportunidad en caso de que la rubia llegara y ella no estuviera allí.
“Porter estúpida.” Dijo Tina cuándo finalmente encontró su voz. “Debiste haber regresado a casa.” Dijo mientras sentía a Bette temblar. Llevó sus brazos alrededor de la cintura de Bette y tiró de ella más cerca mientras la culpabilidad y el dolor que sentía la carcomían por dentro. “No debiste haber esperado a alguien como yo. No soy digna de tanto apuro.” Sacudió su cabeza porque las lágrimas amenazaban por caer. Ahora reconocía lo egoísta que había sido actuando de esa manera.
“Calla Kennard.” Bette rió un poco temblorosa mientras su voz comenzaba a demostrar el frío que sentía. “Soy la persona que va a decidir quién vale todo el apuro para mí.” Dijo a través del rechinido de sus dientes mientras buscaba encontrarse con los ojos de la rubia. “Entonces Kennard.” Habló suavemente mientras sonreía en la rubia.
“¿Qué?” Tina preguntó mientras miraba la cara de Bette que goteaba a raudales.
“¿Saldrás por favor conmigo a una cita?” Bette sonrió. Ella calculó durante el tiempo entero en que había estado esperando que había algo mal con su acercamiento anterior. Quizá la seguridad y el ordenar no funcionaba demasiado bien con Tina. Entonces decidió intentarlo de nuevo, esta vez optando por el método cortés.
Tina sonrió mientras miraba a la morena delante de ella. Creo que algunas personas cambian realmente, pensó mientras se rompía libremente de los brazos de Bette y tomaba la mano de la morena. “Me encantaría.” Dijo comenzando a llevar a una Bette sonriente lejos mientras corrían ya para guarecerse en el sitio mas próximo.
Y así, la primera cita de Bette Porter y Tina Kennard finalmente comenzó.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO 21: Realmente me tienes colgado
"I don't like you
But I you
Seems that I'm always
Thinkin' of you
Oh, you treat me badly
I you madly
You've really got a hold on me
You really got a hold on me"
“Smokey Robinson, Motown”
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“¿Estás bien?”
“Y-yeah.”
“No, no es así. Estás temblando.”
“Y-yo-est-estoy bien. V-v es?”
“Para de fingir Porter. Aquí.”
“Nnnnoooooooo. TK-guarrda –ttu- ccchaquet.”
“Tienes frío, tu la necesitas más.”
“¡NO! n-no la quiero y-ttu - puedes-enfermar.”
“Ya estoy mojada.”
“…”
“¿De qué te ríes?”
“…”
“¡Oh Fuck Porter! Saca tu mente de ese canal.”
“…”
“¡¿Qué?!”
“P-por –qqqque –tte-enojas. T-tambien-yyyo-esstoy-mmojadda.”
“Limpia esa mueca malvada de tu cara. Eres insoportable ¿sabías eso?”
“Yo-l-lo-siento, nn-no-pppuedo-evitarlo.”
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“Pienso que está parando.” Dijo Tina mientras sacaba la mano de la cubierta intentando sentir las gotas de lluvia bajar del cielo. Sonrió mientras sentía apenas el agua en su palma.
“Bien.” Bette respiró un suspiro de alivio mientras miraba para arriba el cielo y vio las nubes oscuras comenzar a dispersarse, permitiendo que los rayos de la luz del sol finalmente se filtraran. Frotó sus brazos desnudos con sus manos intentando calentarse. Ya no se sacudía tanto como hacía algunos minutos pero todavía sentía un poco de frío. Miró abajo su ropa e hizo muecas, comenzaba a lamentar lo que estaba usando ahora. Si solamente hubiera incorporado una chaqueta en su equipo, no se sentiría quizá tan mal como ahora. Maldición me he de ver hecha una mierda, maldijo mentalmente.
Tina miró a Bette a tiempo para coger el pequeño ceño fruncido en su cara mientras miraba abajo en su ropa mojada. “No te preocupes, todavía luces bonita.” Dijo sinceramente, adivinando apenas lo que pensaba la morena. Sabía que Bette Porter era más que un poco vanidosa, así que no era muy raro que hubiera puesto tanto esfuerzo en lo que iba a usar para su primera cita. Ella podía imaginarse el nivel de frustración que Bette sentía al ver lo que probablemente había preparado tan meticulosamente arruinado por los elementos de la naturaleza.
“¿Solo bonita?” Bette echó un vistazo de lado en Tina mientras levantaba una ceja. Necesitaba un alza de su ego y un elogio de Tina Kennard para compensar la decepción que sentía con su aspecto actual.
Tina sacudió su cabeza y se rió de la tentativa de la morena de pescar algunos elogios. Muy bien, pensó, solo porque me siento responsable de que estés mojada por la lluvia. Además estoy de buen humor, sonrió. “Caliente. Atractiva. Magnífica. Hermosa.” Tina levantó un dedo con cada descripción, frotando ligeramente su barbilla con su otra mano. “¿Hizo falta cualquier cosa.?” Dijo en falsa concentración. Viendo la mirada divertida en la cara de Bette, continuó. “Oh, y la blusa mojada se te ve muy bien.” Agregó con un guiño y una risa.
“Gracias por decir la verdad.” Bette hizo muecas, necesitaba realmente eso. “Dime…. Sobre mi look mojado.” Mordió su labio mientras encontraba los ojos de la rubia.
“¿Qué sobre él?” Tina preguntó, inclinando su cabeza al lado y levantando una ceja.
“¿Te gira?” Bette sonrió, levantando sus cejas sugestiva.
“No empujes tu suerte Porter.” Tina entrecerró sus ojos y golpeó con fuerza juguetonamente a Bette en el brazo.
Bette encogió sus hombros. “Lo siento, no me pude resistir.” Hizo muecas mientras caminaba unos pasos.
Tina sacudió su cabeza al lado y rodó sus ojos. “De todos modos, ¿qué hacemos ahora?” Preguntó mientras seguía a la morena.
“¡Quiero montar la rueda de Ferris!” Bette exclamó alegre mientras giraba alrededor para ver de frente a Tina. La lluvia no quitó su deseo de montar la rueda que se veía a lo lejos, sirvió solamente para aumentar más su deseo.
“No pienso que la abran otra vez todavía.” Dijo Tina mirando la rueda, aparecía haber cesado su operación debido a la lluvia. La abrirán probablemente otra vez después de una hora o más,pensó. Miró detrás a la morena delante de ella y surcó su frente cuando vio la decepción grabada claramente en la cara de Bette. “¿Porqué?” Preguntó cuándo oyó a Bette que maldecía en voz baja. ¿Qué hay de especial en una rueda de Ferris? Ella la había montado un par de veces antes cuando era niña y en su opinión, no había nada de excitante alrededor.
“Quiero realmente montar la rueda de Ferris.” Bette gimoteó como una niño que era privada de un almacén de juguetes. ¡Mierda, tenía tantos planes! Sollozó dentro de su cabeza. Sí, podrían agarrarse de las manos incluso antes de que iniciara el paseo, así podría tachar eso de su lista de planes. Pero Bette también había soñado absolutamente con algunos esquemas que implicaban tales resultados como sostener a Tina cerca de ella, jugar con el pelo rubio suave con sus dedos y un beso o dos en la mejilla, o en alguna otra parte si era extraordinariamente afortunada.
“Estoy segura que estará abierta después de algunas horas.” Tina intentó mantener una cara seria mientras tranquilizaba a la heredera de mirada apenada. Creo que olvidé agregar la palabra “linda” cuando froté ligeramente su ego hace un rato, musitó mientras sus pensamientos funcionaron sin filtro por su cerebro generalmente a la defensiva. “Podríamos montarla quizá durante la noche .” Agregó con una sonrisa.
“¿En la noche?” Bette susurró, pareciendo distante. Noche, la luna, las estrellas, luces de la ciudad, en la cima, visión excelente, sola con Kennard. Sonrió cuando su mente procesó las gratificaciones de montar la rueda de Ferris durante la obscuridad. Un paseo tan romántico también, su mente gritó en júbilo, ¡es perfecto! “Está bien.” Asintió su cabeza vigorosamente mientras destellaba su sonrisa de veinte mil megavatios.
“Entonces es un trato.” Tina rió nerviosamente mientras Bette agitaba feliz sus pies. El entusiasmo de Porter era contagioso y ella comenzaba a sentirlo también. “¿Entonces dónde ahora?” Preguntó. Fue entonces que un sonido ruidoso y estrujante fue oído por las dos. y mucho para la diversión de Tina y la verguenza de Bette, el sonido no fue causado por el trueno.
“¿No has comido?” Tina levantó una ceja mientras Bette dio vuelta a rojo. La morena agarraba su panza, intentando en vano suprimir el sonido de sus tripas que era emitido de dentro.
“No.” Bette dijo suavemente cuando su estómago complementó su respuesta con otro gruñido ruidoso. “Supuestamente te iba a llevar a uno de los restaurantes en el embarcadero para el almuerzo.” Admitió.
Tina suspiró mientras la culpabilidad se instalaba de nuevo sobre su cuerpo. Puesto que era su culpa, a fuerzas tenía que hacer algo para remediarlo y descargar un poco su conciencia. “Vamos por un buen emparedado y café. Serás mi invitada.” Declaró con confianza, no dando ningún margen para que Bette protestara.
Bette estudió la expresión en la cara de Tina y concluyó que la rubia era seria sobre su oferta. Tenía la sensación que ofendería a Tina si la rechazaba. Entonces contra su mejor juicio, respiró profundamente y se tragó su orgullo Porter dejando que su cita pagara su comida.”Está bien”. Asintió y suspiró aceptando.
“Bueno.” Tina sonrió, feliz de que la morena no empezara una discusión. Apenas cuando su cita comenzó a irse hacia la entrada del embarcadero, Tina pegó la mano dentro de su bolsillo delantero y pescó su dinero. “Mierda.” Maldijo en voz baja cuando contó qué solo traía los restos de su semana. $8.10 despreciables. ¿Cómo demonios podría comprar alimento en ese lugar? Ella se aterró mientras observaba los restaurantes que se veìan costosos situados en el embarcadero. Ahora lamentaba haber sido tan orgullosa en cuanto a proponer una cosa tal como pagar su alimento ¡y nada menos que a Bette Porter de toda la gente!!!! Oh dios, Tina gimió, no iba a oír el final de esto. Tenía que pensar en algo ¡y ayunar! “¡H-hey!” Gritó mientras corría tras de Bette.
“¿Huh?” Bette levantó una ceja cuando sintió a Tina tomar su brazo poderosamente y arrastrarla en dirección opuesta. “Los restaurantes están allá.” Ella señaló al embarcadero mientras la rubia la jalaba hacia el otro lado.
“No vamos a comer allí.” Tina señaló mientras acarreaba a Bette hacia el otro lado de la calle. “Conozco un restaurante cerca de este lugar.” Dijo mientras finalmente abandonaba su apretón en el brazo de Bette después de que hubieran cruzado al otro lado. “El alimento allí es grande y el café es delicioso.” Y lo mejor de todo, los precios son muy baratos, agregó dentro de su cabeza. Podría pagar fácilmente dos tazas de café y un par de emparedados de ese lugar.
“¿Estás segura que es bueno?” Bette cruzó sus brazos. “Tengo gustos delicados tu sabes.” Dijo simplemente.
Tina rodó sus ojos. Creo que hay ciertas cosas que nunca cambian, sacudió su cabeza. “Vas a ser mi invitada. Asi que no tienes ninguna opinión sobre donde comemos Porter.” Se rió moviéndose en dirección del restaurante.
“¡Tengo un sistema digestivo sensible también!” Bette gritó después de la rubia. No oyendo ninguna respuesta de su cita, suspiró mientras caminaba apresuradamente detrás de Tina. “Bien.” Ella se quejó mientras luchaba por seguir el mismo paso de la rubia. “Solo espero que me consientas un poco cuando me enferme.” Masculló bajo su respiración.
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“¿Aquí?”
“Yep. ¿Porqué?”
“¿Estás bromeando verdad?”
“No. El restaurante está en el sexto piso.”
“No pienso que quiera entrar allí.”
“¿Porqué no?”
“Este lugar hace que tu edificio de departamentos parezca un hotel de cuatro estrellas.”
“¡Oh no seas tan tonta!”
“¡No lo soy! Este edificio parece que salió de un episodio de la zona crepuscular.”
“¡No es cierto!”
“¡Claro que si! ¿estás ciega o algo?”
“¡Cállate Porter!”
“¡¡Aaaaaaaaaaaa!!”
“¡¿Qué?!”
“Hay una cucaracha gigante cerca de la entrada.”
“¡Tu bebé grande! Es apenas un insecto. Aquí.”
*Cruuuuuunch*
“¡¡Eeeeeeeeeeeeeeeekkkkkkkkkkkkkk!!”
“¿Qué? Está muerta ahora, ¿ves?”
“¡Esa es una gran mierda Kennard!”
“¡Oh para ya de chillar Porter!”
“¡¡No estoy entrando allí. No voy. No voy. No voy!!”
“Bien, si te gusta el lugar o no, vamos a comer aquí. El restaurante tiene buena comida y precios baratos.”
“No estás bromeando sobre la parte de lo barato.”
“¿Quieres continuar esta cita o no?”
“Claro.”
“Entonces comportate y vamos.”
“…”
“¿Qué?”
“Tch. muy bien.”
Y con el final de su pequeña lucha, Bette Porter y Tina Kennard entraron en el edificio más deprimente y tenebroso en toda Santa Mónica. Tan pronto como las puertas de cristal sucias se cerraran detrás de ellas, un papel rojo de mirada siniestra voló y aterrizó en un charco de agua en el pavimento. Un adolescente en su bici pasó encima de él y leyó el aviso en letras negrilla grandes: ¡NO ENTRAR! EDIFICIO PROGRAMADO PARA DEMOLICIÓN.
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“¿Qué piso es otra vez?” Bette preguntó tan pronto como entraran en el elevador de aspecto terrible. Ella arrugó su nariz y estornudó un poco, el polvo del interior irritó las ventanas de su nariz.
“Seis.” Tina contestó mientras la morena presionaba el botón correspondiente.
“Joder, tienes que estar bromeando.” Bette rió mientras leía la pequeña tira de papel con el nombre del restaurante al lado del número seis. “¿Emparedados de pan Pitt?” Miró a Tina y sonrió.
“Eso es ingenioso.” Tina replicó intentando defender su opción de restaurante, había olvidado momentáneamente que el lugar tenía un nombre divertido.
Bette sacudió su cabeza divertida. “Solo espero que el alimento allí sea mejor de lo que s--” Fue todo lo que pudo decir antes de ser cortada por el elevador que hacía ruidos divertidos y dejó de moverse por completo.
“¿Qué mierda?!” Las dos exclamaron al unísono mientras las luces del elevador se apagaron y la luz de emergencia se encendía.
“¡¡¡¡¡Heeelllllpppppppp!!!!” Tina golpeó en las puertas del elevador con sus puños mientras Bette establecía el paso alrededor del pequeño espacio y sacó su teléfono celular de su monedero.
“Mierda.” Bette maldijo en la pequeña pantalla mientras indicaba su inhabilidad de conseguir una señal. “Kennard, mi teléfono no tiene señal. ¿Puedes revisar el tuyo?” Preguntó mientras daba vuelta hacia la rubia que ahora furiosa presionaba el botón de llamada de emergencia.
"U .” Tina comenzó. “No tengo uno.” Dijo avergonzada mientras se apresuraba a abrir la caja de emergencia. “¿Qué?” Frunció el ceño, agarrando el teléfono de emergencia rojo con la cuerda cortada. “Maldito.” Maldijo mientras lanzaba el teléfono al piso.
“Mierda.” Bette frotó su cara con sus manos agitada. “Calma, todo va a estar bien.” Cantó repetidamente para si mientras probaba incluso su respiración.
“Alguien va a encontrarnos ¿correcto?” Tina preguntó con una voz muy suave mientras miraba fijamente el piso. Intentaba difícilmente no aterrarse, estaba ya bastante asustada. Se reclinó detrás sobre la pared del elevador y resbaló hacia el piso. “Sí, alguien tiene que encontrarnos.” Movió su cabeza mientras intentaba convencerse y confortarse.
Bette suspiró mientras caminaba hacia Tina y se sentó al lado de ella. “Kennard.” Dijo lentamente.
“¿Q-qué?” Tina preguntó con su voz casi en shock. El miedo comenzaba a apoderarse de ella.
“Estoy.” Bette comenzó mientras observaba las manos de Tina sacudirse en su regazo. “Te estoy culpando por esto.” Ella indicó mientras entrecerraba sus ojos en Tina.
“¡¿Qué?!” Tina gritó incrédula. ¿Colgaban cinco pisos arriba en el aire y todo lo que Porter podía pensar era a quién echarle la culpa? “¿Piensas que planeé que esto sucediera?” Preguntó airadamente a través de sus dientes cerrados fuertemente. “¡Jodete Porter! Si voy a morir hoy, mi pesar más grande es que tengo que compartir mi última respiración en la tierra contigo!” Cerró de golpe el puño contra el piso, haciendo que el elevador se moviera un poco. Tina respiró profundamente intentando aplacarse, estaba realmente furiosa. Dio vuelta para mirar a Bette otra vez con el ceño más fruncido cuando vio a la morena observarla con una expresión curiosa en su cara.
“¿Trabajó?” Bette preguntó reservada mientras Tina la observaba aún con ira.
“¿Qué cosa trabajo?” Tina gritó, sus ojos daban vuelta en pequeñas rajas.
"Ya no estás asustada?” Bette susurro lentamente. Se había preocupado cuando vio lo asustada que estaba Tina hacía un rato, así que dijo algo que sabía que seguramente haría enojar a Tina. Sintió que la rubia sabía manejar la cólera mejor que el miedo. Así que intentó entonces substituir el miedo por la cólera. No optó por el humor, sentía que si hacía bromas sobre su situación solamente pondría a Tina más nerviosa a largo plazo.
Tina surcó su frente mientras miraba a la morena al lado de ella. ¿Asustada? No más, gritó dentro de su cabeza, y es todo gracias a ti. “No tengo tiempo para estar asustada cuando tengo a alguien como tu a mi lado enfureciéndome.” Contestó airadamente.
“Bueno.” Bette sonrió genuinamente, ganando una mirada extraña y completamente confusa de Tina. “También prefiero la cólera al temor.” Dijo mientras buscaba dentro de su monedero y pescó un pedazo de caramelo desde adentro. “¿Quieres uno?” Le ofreció a la rubia.
“No gracias.” Tina contestó a medida que continuaba mirando fijamente a Bette. estudiándola de cerca. La morena ahora desempaquetaba el pedazo de caramelo y lo hacía estallar dentro de su boca. ¿Porter acaba de hacerme enojar a propósito? Se preguntó confundida. ¿Porqué haría eso? Se rascó su cabeza pensando. Algo sobre la cólera que es mejor que el miedo. Tina surcó su frente. Puso una mano en su pecho para sentir sus latidos del corazón. Comenzaba a normalizarse otra vez. Y ya no se sentía realmente asustada. Era como si la cólera que sintió hace un rato alejara los pensamientos de miedo dentro de su cabeza. Y por eso, se sentía un poco mejor. Miró a Bette otra vez mientras la comprensión se filtraba dentro de su cerebro. La cólera que sentía también comenzó a disiparse. “Hey Porter.” Dio un pequeño codazo a la morena suavemente.
“¿Huh?” Bette preguntó mientras jugaba con la envoltura del caramelo dentro de su mano.
“¿Puedo tener uno?” Tina indicó al caramelo dentro de la boca de Bette.
“¿Quieres compartir?” Bette levantó una ceja haciendo muecas pìcaras en Tina, la rubia rodó sus ojos en respuesta. “Solo estoy bromeando.” Bette metió la mano dentro de su monedero de nuevo y sacó otro pedazo de caramelo. “Aquí.”
“Gracias.” Tina sonrió mientras desempaquetaba el caramelo y lo empujaba dentro de su boca. No era quizá tan malo estar atrapada en un elevador con Porter después de todo.
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“Necesitamos aire.” Bette dijo, aventándose con su mano.
Tina movió su cabeza en el acuerdo. “Sí.” Dijo sin aliento. “Hace calor.” Suspiró.
“No es solo debido al calor.” Bette sacudió su cabeza al lado. Sacó un pañuelo de su bolso y limpió su frente con el. “Puede ser que no tengamos mucho oxígeno aquí.” Sacó otro pañuelo y lo dio a Tina. Ahora habían estado atrapadas dentro del elevador por tres horas. Y no se miraba que pudiera llegar alguna ayuda pronto.
“Gracias.” Tina dijo mientras limpiaba también su cara con el pañuelo. “¿Cómo supones que podríamos conseguir que entrara aire dentro de este cuarto?” Preguntó a la morena al lado de ella.
Bette miró para arriba el techo y sonrió un poco. “Tengo una idea.” Dijo mientras se levantaba del piso y se colocaba. “Necesitamos abrir esta rejilla.” Señaló a la pequeña rejilla de mantenimiento en el techo. Levantó sus brazos y saltó, pero apenas podía empujarla hacia arriba. Hizo frente a Tina otra vez y extendió su mano. “Levantate.” Le dijo a la rubia.
Tina tomó la mano de Bette y se levantó rápidamente. “¿Qué tengo que hacer?” Preguntó mientras miraba a la heredera agacharse delante de ella.
“Sientate en mis hombros.” Bette pidió suavemente, golpeando ligeramente sus hombros con sus manos. “Vamos.”
“¡¿Qué?!” Tina gritó incrédula mientras su cara se enrojecía y empezaba a brillar. “¡No voy a hacer eso!” Dijo en protesta.
“¿Por qué? ¿Tienes tu período hoy?” Bette levantó una ceja mientras miraba a la rubia.
“No.” Tina contestó lentamente. Estaba segura que su cara emparejaba el color rojo de su blusa ahora.
“Entonces no tienes ninguna excusa.” Bette contestó simplemente. “Ahora sientate.” Ordenó mientras se acercaba poco a poco a la rubia.
“Oh dios.” Tina gimió mientras levantaba lentamente sus piernas sobre los hombros de Bette y colocaba su cuerpo encima de la morena. Bette se sostenía firmememente sobre sus piernas mientras Tina se acomodaba.
“Uno. dos. tres.” Bette contó y se levantó lentamente junto con Tina. “Solo empuja para abrirla.” Dijo, colocándose debajo de la rejilla.
“Esta bien.” Tina dijo mientras colocaba sus dos en el revestimiento de madera de acero. Gruñó mientras empujaba hacia arriba la rejilla con todas sus fuerzaa. Después de algunos segundos, sintió un movimiento. Intentando más fuerte, la levantó y la empujó hasta abrirla. “¡Siii!” Sonrió triunfante mientras sentía la brisa leve venir fuera del elevador.
“¡Buen trabajo!” Bette felicitó a la rubia mientras Tina aplaudía sus manos en la victoria. Lo hicieron. Fue entonces que finalmente la joven Porter tuvo tiempo para disfrutar de la posición única en la que estaban. “Hey Kennard.” Levantó su cabeza para mirar arriba a la rubia.
“¿Qué?” Tina preguntó mientras miraba abajo para encontrar la mirada de Bette.
“¡Puedo sentir el calor de tu entrepierna!” Bette sonrió, sus ojos marrón bailaban alrededor en júbilo. Apenas un poco de broma no lastimará, rió dentro de su cabeza.
“¡Porqué eres tan poco…!” Tina gritó y meneó sus piernas para librarse del apretón de Bette. La acción hizo solamente perder el equilibrio a la morena y muy pronto, Tina cayó encima de una desafortunada Porter.
“Owwwwwwwwwwwwww.” Bette gimió mientras Tina rodó su cuerpo lejos de ella. Agarró su estómago firmemente mientras palpitaba en protesta.
“Que te sirva de lección perv.” Tina hizo muecas. “Oh, y gracias por amortiguar mi caída.” Rió mientras empujaba ligeramente a Bette lejos con sus pies. La morena lloriqueó y gimió mientras rodaba sobre ella misma. Tina sacudió su cabeza mientras volvía a su posición anterior sentada sobre la pared del elevador. Después de algunos minutos, frunció el ceño al darse cuenta que Porter no se movía. ¿Está muerta? Pensó un poco preocupada. “Hey Porter.” Dio un pequeño codazo a la morena con sus pies. Emitió un suspiro de alivio cuando oyó escapar un gemido de los labios de Bette.
“Kennard.” Bette respiró débil hacia fuera mientras levantaba lentamente su cuerpo para arriba con sus brazos y miraba a Tina con los ojos esmaltados.
“¿Q-qué?” Tina preguntó un poco nerviosa. La expresión en la cara de Bette la asustaba . Era como si un depredador estuviera a punto de saltar sobre su presa.
Bette empujó su cuerpo adelante y puso sus manos en el piso mientras comenzaba a arrastrarse hacia Tina. “Kennard.” Susurró ronca mientras avanzaba a poquitos más cerca a la rubia.
“P-porter. q-qué h-puñetas es y-tu d-que haces?” Tina preguntó mientras se movía hacia atrás más cerca hacia la pared. Bette ahora asomaba encima de sus piernas. Ella podía sentir el calor emanar del cuerpo de la morena mientras cerraba la distancia entre ellas. Antes de que lo supiera, la cara de Bette estaba apenas a un par de pulgadas de su cara. La respiración caliente de la morena cosquilleó sus labios mientras los párpados de Bette se inclinaban hasta encontrar sus ojos.
“Kennard.” Bette dijo una vez más mientras Tina la miraba fijamente con los ojos abiertos en shock. Tragó difícilmente mientras la morena cerraba el boquete entre ellas.
“¡Violación! ¡Violación!” Tina gritó cuando sintió el rostro de Bette en su cuello - el cuerpo de la morena aterrizó encima de ella. Y con todas sus fuerzas, Tina empujó a Bette lejos de su cuerpo. La morena aterrizó en el piso con un ruido sordo.
“¿Porter?” Tina levantó una ceja mientras veía el cuerpo de Bette tirado en el piso con su pecho levantandose rápido hacia arriba y hacia abajo. Finalmente notó que sus dientes rechinaban y los granos de sudor corrían en la frente de la morena. Miró que Bette temblaba mientras intentaba débilmente abrir los ojos. “¿Porter?” Dijo en voz alta de nuevo mientras avanzaba poco a poco más cerca. Colocó su mano en la frente de Bette y sintió su temperatura. “Oh mi dios te estás consumiendo.” Dijo preocupada mientras se quitaba la chaqueta de su cuerpo y la colocaba sobre Bette. Parecía que la lluvia y el agotamiento cobraban su peaje en la heredera, la caída fue la gota que derramó el vaso.
“Bolso.” Bette susurró mientras luchaba por mirar a la rubia en su estado de debilidad.
“¿Bolso?” dijo Tina mientras se volteaba y tomó el monedero de Bette. Lo abrió y esculcó adentro. Esto debe ser a lo que te estás refiriendo, pensó mientras sacaba un pequeño paquete de Tylenol. “Debes consumirlo mucho.” Rió un poco mientras sacaba una píldora. “Aquí.” Levantó la cabeza de Bette y la reclinó en su regazo. Colocó la píldora sobre la boca levemente abierta de la muchacha y la puso adentro para que la morena la tragara.
“Gracias.” Bette sonrió en gratitud antes de que cerrara los ojos. Poco después se quedó dormida.
Tina estudió la cara dormida de Bette y sonrió. “No pareces el líder poderoso y de gran fama de 4F ahora.” Rió un poco mientras colocaba una mano en el pelo de Bette. Se mira así de vulnerable e inofensiva, pensó mientras jugaba suavemente con los rizos de la cabeza de Bette, hasta ahora de ser el matón grande que eres, o eras, o puedes ser a veces. Sacudió su cabeza mientras recordaba los acontecimientos de las semanas anteriores. Si alguien le hubiera dicho hace una semana que estaría en una cita con su enemigo mortal e incluso terminaría acunando su cabeza en su regazo mientras dormía. estaba segura que habría estallado en carcajadas y habría declarado que eso sería imposible. “Solamente que miranos ahora.” Tina susurró para si mientras miraba abajo en la cara de Bette. Debe tener un sueño agradable, pensó cuando vio los labios de Bette curvarse para arriba en su sueño.
Tina se aferró a Bette por algunas horas más hasta que el sueño amenazara con superarla también. Cautelosamente levantó la cabeza de Bette de su regazo y la puso encima de su bolso negro. Puso su cuerpo abajo un par de pulgadas lejos de la morena y utilizó su brazo como almohadilla para su cabeza. Parece que tendremos que esperar hasta mañana para que alguien nos saque de aquí, pensó mientras miraba su reloj. Ahora eran las nueve de la noche. Papá debe de estar muy preocupado, suspiró.
Tina cambió de puesto su posición a menudo debido a la dureza implacable del piso. Más, hacía realmente frío dentro del elevador. Miró hacia su derecha la forma dormida de la heredera todopoderosa Porter. Por lo menos estás caliente, pensó vehementemente mientras miraba su chaqueta cubriendo a la morena. Levantó su mano y sintió suavemente la temperatura de Bette otra vez. Exhaló un suspiro de alivio cuando observó que la fiebre se había ido. Tina tembló ligeramente mientras sentía una frialdad repentina. Se acomodó más cerca de Bette y levantó la chaqueta levemente para cubrir su cuerpo también. Sintiendose un poco cómoda en su nueva posición, finalmente se quedó dormida.
Alguna vez durante la noche, los dos cuerpos se acercaron más y se entrelazaron. La cabeza de Tina ahora se basaba sobre el brazo confortable de Bette y su pierna sobre las caderas de la morena. El brazo libre de Bette envolvió a Tina más cerca a su cuerpo mientras la mano de la rubia reposaba sobre su pecho.
Un movimiento leve de Tina después hizo alguna vez a la morena recuperar el sentido por algunos segundos. Bette, aún en su estado soñoliento, vio la cara de Tina a pulgadas de la suya. Sonrió mientras se inclinaba más cerca y puso un beso casto en los labios de Tina. “Buenas noches Kennard.” Susurró antes de perderse nuevamente en su sueño.
“Buenas noches Porter.” Tina masculló en su sueño mientras enterraba su cara más profunda en el cuello de la morena.
Con sus miembros entrelazados se quedaron acostadas de esa manera hasta que algunos hombres de demolición las encontraron a las seis de la mañana del día siguiente.
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"Baby
I don't want you
But I need you
Don't wanna kiss you
But I need to
Oh, you do me wrong now
My is strong now
You've really got a hold on me
You really got a hold on me
Baby
I you and all I want you to do
Is just
Hold me
Hold me
Hold me
Hold me
Tighter
Tighter
You really got a hold on me
You really got a hold on me"
You've Really Got A Hold On Me by Smokey Robinson and The Miracles
"I don't like you
But I you
Seems that I'm always
Thinkin' of you
Oh, you treat me badly
I you madly
You've really got a hold on me
You really got a hold on me"
“Smokey Robinson, Motown”
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“¿Estás bien?”
“Y-yeah.”
“No, no es así. Estás temblando.”
“Y-yo-est-estoy bien. V-v es?”
“Para de fingir Porter. Aquí.”
“Nnnnoooooooo. TK-guarrda –ttu- ccchaquet.”
“Tienes frío, tu la necesitas más.”
“¡NO! n-no la quiero y-ttu - puedes-enfermar.”
“Ya estoy mojada.”
“…”
“¿De qué te ríes?”
“…”
“¡Oh Fuck Porter! Saca tu mente de ese canal.”
“…”
“¡¿Qué?!”
“P-por –qqqque –tte-enojas. T-tambien-yyyo-esstoy-mmojadda.”
“Limpia esa mueca malvada de tu cara. Eres insoportable ¿sabías eso?”
“Yo-l-lo-siento, nn-no-pppuedo-evitarlo.”
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“Pienso que está parando.” Dijo Tina mientras sacaba la mano de la cubierta intentando sentir las gotas de lluvia bajar del cielo. Sonrió mientras sentía apenas el agua en su palma.
“Bien.” Bette respiró un suspiro de alivio mientras miraba para arriba el cielo y vio las nubes oscuras comenzar a dispersarse, permitiendo que los rayos de la luz del sol finalmente se filtraran. Frotó sus brazos desnudos con sus manos intentando calentarse. Ya no se sacudía tanto como hacía algunos minutos pero todavía sentía un poco de frío. Miró abajo su ropa e hizo muecas, comenzaba a lamentar lo que estaba usando ahora. Si solamente hubiera incorporado una chaqueta en su equipo, no se sentiría quizá tan mal como ahora. Maldición me he de ver hecha una mierda, maldijo mentalmente.
Tina miró a Bette a tiempo para coger el pequeño ceño fruncido en su cara mientras miraba abajo en su ropa mojada. “No te preocupes, todavía luces bonita.” Dijo sinceramente, adivinando apenas lo que pensaba la morena. Sabía que Bette Porter era más que un poco vanidosa, así que no era muy raro que hubiera puesto tanto esfuerzo en lo que iba a usar para su primera cita. Ella podía imaginarse el nivel de frustración que Bette sentía al ver lo que probablemente había preparado tan meticulosamente arruinado por los elementos de la naturaleza.
“¿Solo bonita?” Bette echó un vistazo de lado en Tina mientras levantaba una ceja. Necesitaba un alza de su ego y un elogio de Tina Kennard para compensar la decepción que sentía con su aspecto actual.
Tina sacudió su cabeza y se rió de la tentativa de la morena de pescar algunos elogios. Muy bien, pensó, solo porque me siento responsable de que estés mojada por la lluvia. Además estoy de buen humor, sonrió. “Caliente. Atractiva. Magnífica. Hermosa.” Tina levantó un dedo con cada descripción, frotando ligeramente su barbilla con su otra mano. “¿Hizo falta cualquier cosa.?” Dijo en falsa concentración. Viendo la mirada divertida en la cara de Bette, continuó. “Oh, y la blusa mojada se te ve muy bien.” Agregó con un guiño y una risa.
“Gracias por decir la verdad.” Bette hizo muecas, necesitaba realmente eso. “Dime…. Sobre mi look mojado.” Mordió su labio mientras encontraba los ojos de la rubia.
“¿Qué sobre él?” Tina preguntó, inclinando su cabeza al lado y levantando una ceja.
“¿Te gira?” Bette sonrió, levantando sus cejas sugestiva.
“No empujes tu suerte Porter.” Tina entrecerró sus ojos y golpeó con fuerza juguetonamente a Bette en el brazo.
Bette encogió sus hombros. “Lo siento, no me pude resistir.” Hizo muecas mientras caminaba unos pasos.
Tina sacudió su cabeza al lado y rodó sus ojos. “De todos modos, ¿qué hacemos ahora?” Preguntó mientras seguía a la morena.
“¡Quiero montar la rueda de Ferris!” Bette exclamó alegre mientras giraba alrededor para ver de frente a Tina. La lluvia no quitó su deseo de montar la rueda que se veía a lo lejos, sirvió solamente para aumentar más su deseo.
“No pienso que la abran otra vez todavía.” Dijo Tina mirando la rueda, aparecía haber cesado su operación debido a la lluvia. La abrirán probablemente otra vez después de una hora o más,pensó. Miró detrás a la morena delante de ella y surcó su frente cuando vio la decepción grabada claramente en la cara de Bette. “¿Porqué?” Preguntó cuándo oyó a Bette que maldecía en voz baja. ¿Qué hay de especial en una rueda de Ferris? Ella la había montado un par de veces antes cuando era niña y en su opinión, no había nada de excitante alrededor.
“Quiero realmente montar la rueda de Ferris.” Bette gimoteó como una niño que era privada de un almacén de juguetes. ¡Mierda, tenía tantos planes! Sollozó dentro de su cabeza. Sí, podrían agarrarse de las manos incluso antes de que iniciara el paseo, así podría tachar eso de su lista de planes. Pero Bette también había soñado absolutamente con algunos esquemas que implicaban tales resultados como sostener a Tina cerca de ella, jugar con el pelo rubio suave con sus dedos y un beso o dos en la mejilla, o en alguna otra parte si era extraordinariamente afortunada.
“Estoy segura que estará abierta después de algunas horas.” Tina intentó mantener una cara seria mientras tranquilizaba a la heredera de mirada apenada. Creo que olvidé agregar la palabra “linda” cuando froté ligeramente su ego hace un rato, musitó mientras sus pensamientos funcionaron sin filtro por su cerebro generalmente a la defensiva. “Podríamos montarla quizá durante la noche .” Agregó con una sonrisa.
“¿En la noche?” Bette susurró, pareciendo distante. Noche, la luna, las estrellas, luces de la ciudad, en la cima, visión excelente, sola con Kennard. Sonrió cuando su mente procesó las gratificaciones de montar la rueda de Ferris durante la obscuridad. Un paseo tan romántico también, su mente gritó en júbilo, ¡es perfecto! “Está bien.” Asintió su cabeza vigorosamente mientras destellaba su sonrisa de veinte mil megavatios.
“Entonces es un trato.” Tina rió nerviosamente mientras Bette agitaba feliz sus pies. El entusiasmo de Porter era contagioso y ella comenzaba a sentirlo también. “¿Entonces dónde ahora?” Preguntó. Fue entonces que un sonido ruidoso y estrujante fue oído por las dos. y mucho para la diversión de Tina y la verguenza de Bette, el sonido no fue causado por el trueno.
“¿No has comido?” Tina levantó una ceja mientras Bette dio vuelta a rojo. La morena agarraba su panza, intentando en vano suprimir el sonido de sus tripas que era emitido de dentro.
“No.” Bette dijo suavemente cuando su estómago complementó su respuesta con otro gruñido ruidoso. “Supuestamente te iba a llevar a uno de los restaurantes en el embarcadero para el almuerzo.” Admitió.
Tina suspiró mientras la culpabilidad se instalaba de nuevo sobre su cuerpo. Puesto que era su culpa, a fuerzas tenía que hacer algo para remediarlo y descargar un poco su conciencia. “Vamos por un buen emparedado y café. Serás mi invitada.” Declaró con confianza, no dando ningún margen para que Bette protestara.
Bette estudió la expresión en la cara de Tina y concluyó que la rubia era seria sobre su oferta. Tenía la sensación que ofendería a Tina si la rechazaba. Entonces contra su mejor juicio, respiró profundamente y se tragó su orgullo Porter dejando que su cita pagara su comida.”Está bien”. Asintió y suspiró aceptando.
“Bueno.” Tina sonrió, feliz de que la morena no empezara una discusión. Apenas cuando su cita comenzó a irse hacia la entrada del embarcadero, Tina pegó la mano dentro de su bolsillo delantero y pescó su dinero. “Mierda.” Maldijo en voz baja cuando contó qué solo traía los restos de su semana. $8.10 despreciables. ¿Cómo demonios podría comprar alimento en ese lugar? Ella se aterró mientras observaba los restaurantes que se veìan costosos situados en el embarcadero. Ahora lamentaba haber sido tan orgullosa en cuanto a proponer una cosa tal como pagar su alimento ¡y nada menos que a Bette Porter de toda la gente!!!! Oh dios, Tina gimió, no iba a oír el final de esto. Tenía que pensar en algo ¡y ayunar! “¡H-hey!” Gritó mientras corría tras de Bette.
“¿Huh?” Bette levantó una ceja cuando sintió a Tina tomar su brazo poderosamente y arrastrarla en dirección opuesta. “Los restaurantes están allá.” Ella señaló al embarcadero mientras la rubia la jalaba hacia el otro lado.
“No vamos a comer allí.” Tina señaló mientras acarreaba a Bette hacia el otro lado de la calle. “Conozco un restaurante cerca de este lugar.” Dijo mientras finalmente abandonaba su apretón en el brazo de Bette después de que hubieran cruzado al otro lado. “El alimento allí es grande y el café es delicioso.” Y lo mejor de todo, los precios son muy baratos, agregó dentro de su cabeza. Podría pagar fácilmente dos tazas de café y un par de emparedados de ese lugar.
“¿Estás segura que es bueno?” Bette cruzó sus brazos. “Tengo gustos delicados tu sabes.” Dijo simplemente.
Tina rodó sus ojos. Creo que hay ciertas cosas que nunca cambian, sacudió su cabeza. “Vas a ser mi invitada. Asi que no tienes ninguna opinión sobre donde comemos Porter.” Se rió moviéndose en dirección del restaurante.
“¡Tengo un sistema digestivo sensible también!” Bette gritó después de la rubia. No oyendo ninguna respuesta de su cita, suspiró mientras caminaba apresuradamente detrás de Tina. “Bien.” Ella se quejó mientras luchaba por seguir el mismo paso de la rubia. “Solo espero que me consientas un poco cuando me enferme.” Masculló bajo su respiración.
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“¿Aquí?”
“Yep. ¿Porqué?”
“¿Estás bromeando verdad?”
“No. El restaurante está en el sexto piso.”
“No pienso que quiera entrar allí.”
“¿Porqué no?”
“Este lugar hace que tu edificio de departamentos parezca un hotel de cuatro estrellas.”
“¡Oh no seas tan tonta!”
“¡No lo soy! Este edificio parece que salió de un episodio de la zona crepuscular.”
“¡No es cierto!”
“¡Claro que si! ¿estás ciega o algo?”
“¡Cállate Porter!”
“¡¡Aaaaaaaaaaaa!!”
“¡¿Qué?!”
“Hay una cucaracha gigante cerca de la entrada.”
“¡Tu bebé grande! Es apenas un insecto. Aquí.”
*Cruuuuuunch*
“¡¡Eeeeeeeeeeeeeeeekkkkkkkkkkkkkk!!”
“¿Qué? Está muerta ahora, ¿ves?”
“¡Esa es una gran mierda Kennard!”
“¡Oh para ya de chillar Porter!”
“¡¡No estoy entrando allí. No voy. No voy. No voy!!”
“Bien, si te gusta el lugar o no, vamos a comer aquí. El restaurante tiene buena comida y precios baratos.”
“No estás bromeando sobre la parte de lo barato.”
“¿Quieres continuar esta cita o no?”
“Claro.”
“Entonces comportate y vamos.”
“…”
“¿Qué?”
“Tch. muy bien.”
Y con el final de su pequeña lucha, Bette Porter y Tina Kennard entraron en el edificio más deprimente y tenebroso en toda Santa Mónica. Tan pronto como las puertas de cristal sucias se cerraran detrás de ellas, un papel rojo de mirada siniestra voló y aterrizó en un charco de agua en el pavimento. Un adolescente en su bici pasó encima de él y leyó el aviso en letras negrilla grandes: ¡NO ENTRAR! EDIFICIO PROGRAMADO PARA DEMOLICIÓN.
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“¿Qué piso es otra vez?” Bette preguntó tan pronto como entraran en el elevador de aspecto terrible. Ella arrugó su nariz y estornudó un poco, el polvo del interior irritó las ventanas de su nariz.
“Seis.” Tina contestó mientras la morena presionaba el botón correspondiente.
“Joder, tienes que estar bromeando.” Bette rió mientras leía la pequeña tira de papel con el nombre del restaurante al lado del número seis. “¿Emparedados de pan Pitt?” Miró a Tina y sonrió.
“Eso es ingenioso.” Tina replicó intentando defender su opción de restaurante, había olvidado momentáneamente que el lugar tenía un nombre divertido.
Bette sacudió su cabeza divertida. “Solo espero que el alimento allí sea mejor de lo que s--” Fue todo lo que pudo decir antes de ser cortada por el elevador que hacía ruidos divertidos y dejó de moverse por completo.
“¿Qué mierda?!” Las dos exclamaron al unísono mientras las luces del elevador se apagaron y la luz de emergencia se encendía.
“¡¡¡¡¡Heeelllllpppppppp!!!!” Tina golpeó en las puertas del elevador con sus puños mientras Bette establecía el paso alrededor del pequeño espacio y sacó su teléfono celular de su monedero.
“Mierda.” Bette maldijo en la pequeña pantalla mientras indicaba su inhabilidad de conseguir una señal. “Kennard, mi teléfono no tiene señal. ¿Puedes revisar el tuyo?” Preguntó mientras daba vuelta hacia la rubia que ahora furiosa presionaba el botón de llamada de emergencia.
"U .” Tina comenzó. “No tengo uno.” Dijo avergonzada mientras se apresuraba a abrir la caja de emergencia. “¿Qué?” Frunció el ceño, agarrando el teléfono de emergencia rojo con la cuerda cortada. “Maldito.” Maldijo mientras lanzaba el teléfono al piso.
“Mierda.” Bette frotó su cara con sus manos agitada. “Calma, todo va a estar bien.” Cantó repetidamente para si mientras probaba incluso su respiración.
“Alguien va a encontrarnos ¿correcto?” Tina preguntó con una voz muy suave mientras miraba fijamente el piso. Intentaba difícilmente no aterrarse, estaba ya bastante asustada. Se reclinó detrás sobre la pared del elevador y resbaló hacia el piso. “Sí, alguien tiene que encontrarnos.” Movió su cabeza mientras intentaba convencerse y confortarse.
Bette suspiró mientras caminaba hacia Tina y se sentó al lado de ella. “Kennard.” Dijo lentamente.
“¿Q-qué?” Tina preguntó con su voz casi en shock. El miedo comenzaba a apoderarse de ella.
“Estoy.” Bette comenzó mientras observaba las manos de Tina sacudirse en su regazo. “Te estoy culpando por esto.” Ella indicó mientras entrecerraba sus ojos en Tina.
“¡¿Qué?!” Tina gritó incrédula. ¿Colgaban cinco pisos arriba en el aire y todo lo que Porter podía pensar era a quién echarle la culpa? “¿Piensas que planeé que esto sucediera?” Preguntó airadamente a través de sus dientes cerrados fuertemente. “¡Jodete Porter! Si voy a morir hoy, mi pesar más grande es que tengo que compartir mi última respiración en la tierra contigo!” Cerró de golpe el puño contra el piso, haciendo que el elevador se moviera un poco. Tina respiró profundamente intentando aplacarse, estaba realmente furiosa. Dio vuelta para mirar a Bette otra vez con el ceño más fruncido cuando vio a la morena observarla con una expresión curiosa en su cara.
“¿Trabajó?” Bette preguntó reservada mientras Tina la observaba aún con ira.
“¿Qué cosa trabajo?” Tina gritó, sus ojos daban vuelta en pequeñas rajas.
"Ya no estás asustada?” Bette susurro lentamente. Se había preocupado cuando vio lo asustada que estaba Tina hacía un rato, así que dijo algo que sabía que seguramente haría enojar a Tina. Sintió que la rubia sabía manejar la cólera mejor que el miedo. Así que intentó entonces substituir el miedo por la cólera. No optó por el humor, sentía que si hacía bromas sobre su situación solamente pondría a Tina más nerviosa a largo plazo.
Tina surcó su frente mientras miraba a la morena al lado de ella. ¿Asustada? No más, gritó dentro de su cabeza, y es todo gracias a ti. “No tengo tiempo para estar asustada cuando tengo a alguien como tu a mi lado enfureciéndome.” Contestó airadamente.
“Bueno.” Bette sonrió genuinamente, ganando una mirada extraña y completamente confusa de Tina. “También prefiero la cólera al temor.” Dijo mientras buscaba dentro de su monedero y pescó un pedazo de caramelo desde adentro. “¿Quieres uno?” Le ofreció a la rubia.
“No gracias.” Tina contestó a medida que continuaba mirando fijamente a Bette. estudiándola de cerca. La morena ahora desempaquetaba el pedazo de caramelo y lo hacía estallar dentro de su boca. ¿Porter acaba de hacerme enojar a propósito? Se preguntó confundida. ¿Porqué haría eso? Se rascó su cabeza pensando. Algo sobre la cólera que es mejor que el miedo. Tina surcó su frente. Puso una mano en su pecho para sentir sus latidos del corazón. Comenzaba a normalizarse otra vez. Y ya no se sentía realmente asustada. Era como si la cólera que sintió hace un rato alejara los pensamientos de miedo dentro de su cabeza. Y por eso, se sentía un poco mejor. Miró a Bette otra vez mientras la comprensión se filtraba dentro de su cerebro. La cólera que sentía también comenzó a disiparse. “Hey Porter.” Dio un pequeño codazo a la morena suavemente.
“¿Huh?” Bette preguntó mientras jugaba con la envoltura del caramelo dentro de su mano.
“¿Puedo tener uno?” Tina indicó al caramelo dentro de la boca de Bette.
“¿Quieres compartir?” Bette levantó una ceja haciendo muecas pìcaras en Tina, la rubia rodó sus ojos en respuesta. “Solo estoy bromeando.” Bette metió la mano dentro de su monedero de nuevo y sacó otro pedazo de caramelo. “Aquí.”
“Gracias.” Tina sonrió mientras desempaquetaba el caramelo y lo empujaba dentro de su boca. No era quizá tan malo estar atrapada en un elevador con Porter después de todo.
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“Necesitamos aire.” Bette dijo, aventándose con su mano.
Tina movió su cabeza en el acuerdo. “Sí.” Dijo sin aliento. “Hace calor.” Suspiró.
“No es solo debido al calor.” Bette sacudió su cabeza al lado. Sacó un pañuelo de su bolso y limpió su frente con el. “Puede ser que no tengamos mucho oxígeno aquí.” Sacó otro pañuelo y lo dio a Tina. Ahora habían estado atrapadas dentro del elevador por tres horas. Y no se miraba que pudiera llegar alguna ayuda pronto.
“Gracias.” Tina dijo mientras limpiaba también su cara con el pañuelo. “¿Cómo supones que podríamos conseguir que entrara aire dentro de este cuarto?” Preguntó a la morena al lado de ella.
Bette miró para arriba el techo y sonrió un poco. “Tengo una idea.” Dijo mientras se levantaba del piso y se colocaba. “Necesitamos abrir esta rejilla.” Señaló a la pequeña rejilla de mantenimiento en el techo. Levantó sus brazos y saltó, pero apenas podía empujarla hacia arriba. Hizo frente a Tina otra vez y extendió su mano. “Levantate.” Le dijo a la rubia.
Tina tomó la mano de Bette y se levantó rápidamente. “¿Qué tengo que hacer?” Preguntó mientras miraba a la heredera agacharse delante de ella.
“Sientate en mis hombros.” Bette pidió suavemente, golpeando ligeramente sus hombros con sus manos. “Vamos.”
“¡¿Qué?!” Tina gritó incrédula mientras su cara se enrojecía y empezaba a brillar. “¡No voy a hacer eso!” Dijo en protesta.
“¿Por qué? ¿Tienes tu período hoy?” Bette levantó una ceja mientras miraba a la rubia.
“No.” Tina contestó lentamente. Estaba segura que su cara emparejaba el color rojo de su blusa ahora.
“Entonces no tienes ninguna excusa.” Bette contestó simplemente. “Ahora sientate.” Ordenó mientras se acercaba poco a poco a la rubia.
“Oh dios.” Tina gimió mientras levantaba lentamente sus piernas sobre los hombros de Bette y colocaba su cuerpo encima de la morena. Bette se sostenía firmememente sobre sus piernas mientras Tina se acomodaba.
“Uno. dos. tres.” Bette contó y se levantó lentamente junto con Tina. “Solo empuja para abrirla.” Dijo, colocándose debajo de la rejilla.
“Esta bien.” Tina dijo mientras colocaba sus dos en el revestimiento de madera de acero. Gruñó mientras empujaba hacia arriba la rejilla con todas sus fuerzaa. Después de algunos segundos, sintió un movimiento. Intentando más fuerte, la levantó y la empujó hasta abrirla. “¡Siii!” Sonrió triunfante mientras sentía la brisa leve venir fuera del elevador.
“¡Buen trabajo!” Bette felicitó a la rubia mientras Tina aplaudía sus manos en la victoria. Lo hicieron. Fue entonces que finalmente la joven Porter tuvo tiempo para disfrutar de la posición única en la que estaban. “Hey Kennard.” Levantó su cabeza para mirar arriba a la rubia.
“¿Qué?” Tina preguntó mientras miraba abajo para encontrar la mirada de Bette.
“¡Puedo sentir el calor de tu entrepierna!” Bette sonrió, sus ojos marrón bailaban alrededor en júbilo. Apenas un poco de broma no lastimará, rió dentro de su cabeza.
“¡Porqué eres tan poco…!” Tina gritó y meneó sus piernas para librarse del apretón de Bette. La acción hizo solamente perder el equilibrio a la morena y muy pronto, Tina cayó encima de una desafortunada Porter.
“Owwwwwwwwwwwwww.” Bette gimió mientras Tina rodó su cuerpo lejos de ella. Agarró su estómago firmemente mientras palpitaba en protesta.
“Que te sirva de lección perv.” Tina hizo muecas. “Oh, y gracias por amortiguar mi caída.” Rió mientras empujaba ligeramente a Bette lejos con sus pies. La morena lloriqueó y gimió mientras rodaba sobre ella misma. Tina sacudió su cabeza mientras volvía a su posición anterior sentada sobre la pared del elevador. Después de algunos minutos, frunció el ceño al darse cuenta que Porter no se movía. ¿Está muerta? Pensó un poco preocupada. “Hey Porter.” Dio un pequeño codazo a la morena con sus pies. Emitió un suspiro de alivio cuando oyó escapar un gemido de los labios de Bette.
“Kennard.” Bette respiró débil hacia fuera mientras levantaba lentamente su cuerpo para arriba con sus brazos y miraba a Tina con los ojos esmaltados.
“¿Q-qué?” Tina preguntó un poco nerviosa. La expresión en la cara de Bette la asustaba . Era como si un depredador estuviera a punto de saltar sobre su presa.
Bette empujó su cuerpo adelante y puso sus manos en el piso mientras comenzaba a arrastrarse hacia Tina. “Kennard.” Susurró ronca mientras avanzaba a poquitos más cerca a la rubia.
“P-porter. q-qué h-puñetas es y-tu d-que haces?” Tina preguntó mientras se movía hacia atrás más cerca hacia la pared. Bette ahora asomaba encima de sus piernas. Ella podía sentir el calor emanar del cuerpo de la morena mientras cerraba la distancia entre ellas. Antes de que lo supiera, la cara de Bette estaba apenas a un par de pulgadas de su cara. La respiración caliente de la morena cosquilleó sus labios mientras los párpados de Bette se inclinaban hasta encontrar sus ojos.
“Kennard.” Bette dijo una vez más mientras Tina la miraba fijamente con los ojos abiertos en shock. Tragó difícilmente mientras la morena cerraba el boquete entre ellas.
“¡Violación! ¡Violación!” Tina gritó cuando sintió el rostro de Bette en su cuello - el cuerpo de la morena aterrizó encima de ella. Y con todas sus fuerzas, Tina empujó a Bette lejos de su cuerpo. La morena aterrizó en el piso con un ruido sordo.
“¿Porter?” Tina levantó una ceja mientras veía el cuerpo de Bette tirado en el piso con su pecho levantandose rápido hacia arriba y hacia abajo. Finalmente notó que sus dientes rechinaban y los granos de sudor corrían en la frente de la morena. Miró que Bette temblaba mientras intentaba débilmente abrir los ojos. “¿Porter?” Dijo en voz alta de nuevo mientras avanzaba poco a poco más cerca. Colocó su mano en la frente de Bette y sintió su temperatura. “Oh mi dios te estás consumiendo.” Dijo preocupada mientras se quitaba la chaqueta de su cuerpo y la colocaba sobre Bette. Parecía que la lluvia y el agotamiento cobraban su peaje en la heredera, la caída fue la gota que derramó el vaso.
“Bolso.” Bette susurró mientras luchaba por mirar a la rubia en su estado de debilidad.
“¿Bolso?” dijo Tina mientras se volteaba y tomó el monedero de Bette. Lo abrió y esculcó adentro. Esto debe ser a lo que te estás refiriendo, pensó mientras sacaba un pequeño paquete de Tylenol. “Debes consumirlo mucho.” Rió un poco mientras sacaba una píldora. “Aquí.” Levantó la cabeza de Bette y la reclinó en su regazo. Colocó la píldora sobre la boca levemente abierta de la muchacha y la puso adentro para que la morena la tragara.
“Gracias.” Bette sonrió en gratitud antes de que cerrara los ojos. Poco después se quedó dormida.
Tina estudió la cara dormida de Bette y sonrió. “No pareces el líder poderoso y de gran fama de 4F ahora.” Rió un poco mientras colocaba una mano en el pelo de Bette. Se mira así de vulnerable e inofensiva, pensó mientras jugaba suavemente con los rizos de la cabeza de Bette, hasta ahora de ser el matón grande que eres, o eras, o puedes ser a veces. Sacudió su cabeza mientras recordaba los acontecimientos de las semanas anteriores. Si alguien le hubiera dicho hace una semana que estaría en una cita con su enemigo mortal e incluso terminaría acunando su cabeza en su regazo mientras dormía. estaba segura que habría estallado en carcajadas y habría declarado que eso sería imposible. “Solamente que miranos ahora.” Tina susurró para si mientras miraba abajo en la cara de Bette. Debe tener un sueño agradable, pensó cuando vio los labios de Bette curvarse para arriba en su sueño.
Tina se aferró a Bette por algunas horas más hasta que el sueño amenazara con superarla también. Cautelosamente levantó la cabeza de Bette de su regazo y la puso encima de su bolso negro. Puso su cuerpo abajo un par de pulgadas lejos de la morena y utilizó su brazo como almohadilla para su cabeza. Parece que tendremos que esperar hasta mañana para que alguien nos saque de aquí, pensó mientras miraba su reloj. Ahora eran las nueve de la noche. Papá debe de estar muy preocupado, suspiró.
Tina cambió de puesto su posición a menudo debido a la dureza implacable del piso. Más, hacía realmente frío dentro del elevador. Miró hacia su derecha la forma dormida de la heredera todopoderosa Porter. Por lo menos estás caliente, pensó vehementemente mientras miraba su chaqueta cubriendo a la morena. Levantó su mano y sintió suavemente la temperatura de Bette otra vez. Exhaló un suspiro de alivio cuando observó que la fiebre se había ido. Tina tembló ligeramente mientras sentía una frialdad repentina. Se acomodó más cerca de Bette y levantó la chaqueta levemente para cubrir su cuerpo también. Sintiendose un poco cómoda en su nueva posición, finalmente se quedó dormida.
Alguna vez durante la noche, los dos cuerpos se acercaron más y se entrelazaron. La cabeza de Tina ahora se basaba sobre el brazo confortable de Bette y su pierna sobre las caderas de la morena. El brazo libre de Bette envolvió a Tina más cerca a su cuerpo mientras la mano de la rubia reposaba sobre su pecho.
Un movimiento leve de Tina después hizo alguna vez a la morena recuperar el sentido por algunos segundos. Bette, aún en su estado soñoliento, vio la cara de Tina a pulgadas de la suya. Sonrió mientras se inclinaba más cerca y puso un beso casto en los labios de Tina. “Buenas noches Kennard.” Susurró antes de perderse nuevamente en su sueño.
“Buenas noches Porter.” Tina masculló en su sueño mientras enterraba su cara más profunda en el cuello de la morena.
Con sus miembros entrelazados se quedaron acostadas de esa manera hasta que algunos hombres de demolición las encontraron a las seis de la mañana del día siguiente.
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"Baby
I don't want you
But I need you
Don't wanna kiss you
But I need to
Oh, you do me wrong now
My is strong now
You've really got a hold on me
You really got a hold on me
Baby
I you and all I want you to do
Is just
Hold me
Hold me
Hold me
Hold me
Tighter
Tighter
You really got a hold on me
You really got a hold on me"
You've Really Got A Hold On Me by Smokey Robinson and The Miracles
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Fecha de inscripción : 06/03/2008
Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO VEINTIDÓS: Un nuevo amor
"The morning will come
In the press of every kiss
With your head upon my chest
Where I will annoy you
With every waking breath
Until you decide to wake up.."
“¡Despierten!” Una voz estruendosa resonó dentro del elevador, despertando a Bette Porter y a Tina Kennard de su pacífico sueño. Las dos adolescentes levantaron sus cabezas mareadas a medida que continuaban en brazos de cada una, ajenas a su proximidad, perdidas en la sensación caliente del otro abrazo.
“¿Qué?” Bette murmuró soñolienta cuando parpadeaba sus ojos rápidamente, intentando ajustarse a la luz brillante que venía fuera de las puertas nuevamente abiertas del elevador.
“Ustedes dos no deberían estar aquí.” Un hombre de mirada desaliñada regañó a las muchachas mientras un cigarrillo colgaba peligrosamente de su boca. “Es una buena cosa que revisaramos el elevador antes de que tiráramos este lugar.” Él se quejó mientras levantaba su maletin y lo reclinaba en su hombro. “¿No vieron el aviso de demolición en la entrada?” Dijo irritado mientras aspiraba en su palillo de la muerte.
“¿Demolición?” Tina frotó sus ojos mientras su cerebro cansado intentaba hacerle frente a las noticias. Mientras intentaba incorporarse, finalmente notó el brazo lanzado como una honda sobre su cuerpo y sintió su pierna izquierda enredada con la derecha de otra persona - ese alguien era Bette. Eso la despertó inmediatamente. “Porter.” Silbó bajo su respiración mientras intentaba moverse libremente de los miembros de la muchacha. Estaba sudando de la verguenza al ser cogida en una posición tan torpe y comprometedora.
“¿EH ?” Bette masculló soñolienta, su sistema todavía estaba en el proceso lento de arrancar. “Oof.” Gimió mientras Tina la empujaba lejos de su cuerpo. Fue entonces que finalmente se percató que ésa almohadilla suave que abrazaba no hace un segundo era cierta Tina Kennard. Y como la rubia al lado de ella, el conocimiento le despertó los sentidos inmediatamente y se incorporó repentinamente. “¿Qué hora es?” Miró hacia arriba al hombre rechoncho en la puerta a medida que él continuaba soplando en su cigarrillo, en su deslumbramiento ella olvidó que usaba un reloj en su muñeca.
“¡Hey Fred!” Él gritó a un hombre alto, delgado a un par de pies detrás de él mientras exhalaba el humo a través de su boca y ventanas de la nariz. “¿Qué hora es?” Preguntó mientras las dos muchachas se levantaban del piso.
“¡Seis quince!” Fred contestó sobre su hombro antes de que hiciera pivotar su morral contra la pared. “Veo que despertaste ya a las bellezas durmientes Lenny.” Él sonrió, dando vuelta alrededor y mirando a las dos adolescentes. “¿Saben que hay un motel abajo de la calle correcto?” Él bromeó, haciendo ruborizarse profundamente a las adolescentes.
“¡NO!” Tina sacudió su cabeza violentamente al lado. Deben pensar que somos un par de adolescentes calientes, pensó haciendo gestos. “Somos solo amigas.” Intentó explicar.
“..en una cita. Quién al parecer acaban de dormir juntas.” Bette agregó con una sonrisa enorme. Ella miraba a Tina con las cejas levantadas. ¿Qué? Es la verdad, encogió los hombros mientras Tina la miraba con reproche.
“Las bromas de siempre.” Lenny sacudió su cabeza al lado, no haciendo caso de las protestas de Tina. “Buscando aventuras espeluznantes todo el tiempo.” Él se quejó mientras caminaba a la pared enfrente de Fred y soltaba su morral cerca. “Sexo en un edificio que están a punto de demoler.” Sacudió su cabeza en desaprobación.
“Hey señor, no es realmente lo que usted piensa.” Bette exclamó airadamente mientras Tina se doblaba hacia abajo para recolectar sus cosas. “Si tuviera sexo con Kennard, me habría cerciorado de que estuvieramos en un sitio mucho mejor que” antes de que pudiera incluso acabar su discusión con el hombre, sintió repentinamente una mano agarrarla por el dobladillo de su blusa y arrastrarla hacia la escalera. “Qué” gruñó sorprendida.
“¡Gracias por dejarnos salir!” Tina gritó mientras jalaba a una Bette renuente junto con ella.
Tan pronto como bajaran cinco pisos y salieran del edificio, Tina y Bette soltaron la respiración que contenían. “Mierda.” Bette maldijo mientras se doblaba abajo y se agarraba sus rodillas. ¡Eso fue algo infernalmente alucinante! La experiencia era como un cruce entre una pesadilla y un sueño hermoso. Con todo tanto como se sentía feliz y aliviada de que la dura prueba hubiera terminado, no podía dejar de sentirse triste al mismo tiempo. Desafortunadamente para ella sin embargo, su mente parecía haber censurado un acontecimiento importante que sucedió tarde en la noche. Cierto beso fue llevado al último rincón de la mente de Bette después de que su cerebro cansado la despidiera con el sueño. “¿Estás bien?” Levantó la vista y vió a Tina frotando su nuca, intentando aflojar sus músculos tensos.
“Sí. Creo.” Dijo Tina mientras encontraba la mirada de Bette antes de rápidamente parecer ausente y de evitar sus ojos. Su mente destellaba repentinamente la imagen de sus cuerpos entrelazados juntos dentro del elevador, haciéndola ruborizarse. “Mierda.” Maldijo bajo su respiración, sintiendo el golpe furioso de su corazón dentro de su pecho. No sabía qué causó el aumento repentino en su ritmo cardíaco ¿era la verguenza de haber sido sorprendida en la posición en que estaban adentro o era debido al recuerdo de tener a la trigueña tan cerca? Debe ser debido a lo anterior, debe ser debido a lo anterior, intentó convencerse.
“¿Qué está mal?” Bette se enderezó nuevamente y frunció el ceño cuando vio la mirada en la cara de Tina. Era como si la rubia tuviera una lucha interna, una que al final Tina parecía haber perdido.
“U , nada. Estaba pensando que mi papá debe estar de la preocupación ahora.” Tina mintió, viendo desde la esquina de sus ojos que Bette caminaba más cerca a ella y llenaba el vacío entre ambas. Estaba tan cerca de ella, podía percibir el olor florido de su perfume. Pero a pesar de la proximidad de la otra, todavía no la consideraba cualquier cosa excepto como su compañera. Bien esto es torpe, pensaba Tina, sintiendose más que tímida ante la presencia de la morena.
“Tienes razón.” Bette dijo seriamente, atribuyendo la sensación palpable de nerviosismo e inquietud emitidos por la rubia como efecto del pensamiento de su padre. “Tu papá debe buscarte.” Agregó. La última cosa que quería hacer era meter a Tina en apuros. Eso pondría seguramente un apagador a cualquier progreso que hicieran. “Vamos, te llevaré a casa.” Dijo mientras agarraba a una Tina sorprendida por la mano y tiraba de ella. Se apresuró jalando a la rubia en dirección de su coche estacionado un par de calles lejos. Tendrían bastante tiempo de hablar y de ocuparse de los acontecimientos de anoche más adelante.
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El planeta.
“Mierda santa. Porter ¡despacio, bájale!” Alicia gritó mientras veía que Bette se atragantaba literalmente con el alimento. Nunca jamás había visto, en todos sus años como amigas, a Bette Porter comer con tanta desesperación.
No satisfecha con limpiar el alimento en su plato, Bette se inclinó adelante y robó algunos pedazos de carne y de frutas de sus amigas. Los clientes próximos levantaron sus cejas mientras discretamente miraban a la famosa heredera comer como si no hubiera un mañana. Por primera vez, Bette finalmente acompañaba a sus tres amigas para el desayuno dentro del planeta. Cuando llegó a casa temprano esa mañana, había descubierto que Alicia le había dejado una docena de mensajes invitandola a que las alcanzara para el desayuno. La rubia había dicho algo sobre el final de su amistad si ella no aparecía. Una tal Alicia Pieszecki quería saber todos los detalles. Concluyendo que Tina iba a llegar tarde a la escuela esa mañana, acordó encontrarse con sus amigas. No había ningún punto en llegar temprano si su único propósito para asistir no estaba allí.
“Parece que alguien aumentó considerablemente su apetito.” Sam sonrió divertida mientras cuidaba su taza de café dentro de sus manos. Ella asumió que su cita había salido bien. Después de todo, la mueca de mierda-consumista que Bette usó cuando entró en el café hablaba volúmenes.
“No tienes ninguna idea.” Bette masculló mientras masticaba una cantidad sana de alimento dentro de su boca.
Sam rió un poco, la vista le recordaba una escena similar hace algunas noches. “Me recuerdas a Tina durante la fiesta de Helena.” Dijo antes de que tomara algo de su café.
Bette sonrió anhelante en la memoria, haciendo el jarabe de la crepa gotear abajo de su barbilla. “Pienso que ahora entiendo cómo se sentía de hambrienta.” Masculló antes de tragar difícilmente.
“Hablando de Kennard, ¿qué hicideron ustedes dos anoche?” Alicia levantó una ceja, observando a Bette limpiar su boca con una servilleta cuando finalmente acabó su comida - y la de sus amigas. “Intenté llamarte aproximadamente a medianoche pero no obtuve ninguna respuesta de tu celular.” Ella dobló sus brazos a través de su pecho. “E incluso te llamó a casa y Sonja dijo que no estabas de regreso todavía. ¿Te quieres explicar Porter?” Ella miraba a su amiga sospechosa. Bette bebió simplemente su agua y actuaba como si nada estuviera incorrecto.
“Joder, dejala en paz Al. ¿Quién eres tu, su vigilante personal?” Shane rodó sus ojos en la rubia mientras la miraba a escondidas detrás de su periódico. Alicia se deslumbró en ella antes de volver su atención a Bette.
“¿Entonces?” Alicia se inclinó adelante y entrecerró sus ojos, por lo menos intentando asustarla. “Porter desembucha.” Ella pidió a su líder.
“¿Kennard y yo?” Bette bostezó y estiró sus brazos hacia fuera. “Acabamos durmiendo juntas eso es todo.” Agregó simplemente, intentando actuar indiferente sobre eso para vacilar a la rubia.
“¡¡Fuuucckk!!” Alicia gritó mientras Sam arrojaba su café en su cara. Parecía que el pequeño comentario de Bette tenía un efecto en sus otras amigas también.
Olvidando su postura contra chismear, Shane desechó rápidamente su periódico al lado y se inclinó adelante. “¡¿Durmieron juntas?!” Preguntó a Bette, sus ojos casi salían de sus órbitas.
“¿Qué dijiste sobre dejar a Bette en paz?” Alicia rodó sus ojos en Shane mientras limpiaba su cara con una servilleta. Sam podía mirar solamente hacia adelante y hacia atrás entre sus amigas en choque.
Shane no hizo caso de la rubia y repitió su pregunta. “¿Tu y Kennard durmieron juntas anoche?”
“Yep.” Bette movió su cabeza hacia arriba y hacia abajo con una sonrisa torpe enyesada en su cara, recordando la sensación maravillosa de despertar en los brazos de Tina. “Se sentía taaaaaan bien.” Suspiró soñadora, dándose un abrazo.
“Wowww.” Shane susurró en el asombro, ¡su querida pequeña Bette se movió rápidamente! Quiso gritar y abrazar a su amiga firmemente con su pecho hinchado de orgullo. ¡Se sentía como una mamá orgullosa! Era apenas hace algunos días cuando enseñaban a la morena los detalles sobre las citas, y ahora su pequeña estudiante progresó en las Grandes Ligas.
“Nunca me imaginé que Tina dormiría con alguien en la primera cita.” Sam surcó su frente confundida mientras dejaba su taza de café casi vacía lentamente abajo en la mesa, la mayor parte de su contenido había volado ya encima de la cara y cuerpo de Alicia. El sexo en la primera cita parecía un poco fácil. y Tina no parecía una mujer de esas, nope, en absoluto. Y aún más, ¿la rubia no tenía todavía algunas reservas sobre Bette? Tan feliz como estaba por su mejor amiga, todavía encontraba la idea absolutamente increíble.
Bette se encogió de hombros. “Ella no parecía tener ninguna naúsea sobre eso.” Dijo verazmente. ¿Quiénes eran ellas para quejarse cuando era una buena historia flotando en el aire?
“¿Donde?” Sam preguntó curiosa.
“Dentro de un elevador.” Bette contestó con una mueca en su cara y una mirada lejana en sus ojos. Hablando del elevador, ella había ordenado a James comprarlo antes de que el edificio fuera demolido. Le pidió que fuera restaurado a su gloria anterior y colocado en exhibición en alguna parte de los cuartos de almacenaje en su residencia. Quería una conmemoración de su primera noche junto a Tina.
“¿Elevador?” Sam repitió, comprobando si había oído correctamente. Esperaba oír el nombre de un hotel o alguna otra parte, cualquiera, un poco agradable y privado. Rogó silenciosamente que el elevador no tuviera cámaras de seguridad. No quería a otra heredera encabezar los títulos con un escándalo sexual especialmente no su mejor amiga.
“Yep. En el piso realmente.” Bette sonrió en la memoria.
Alicia hizo una cara. “¿No es un poco antihigiénico?” Ella arrugó su nariz en repugnancia.
“No teníamos mucha opción.” Bette frotó la parte posterior de su cuello, todavía sintiendose un poco adolorida por dormir en el duro piso.
“Sexo en un elevador, éso es ingenioso Bette.” Shane sonrió, levantando sus cejas hacia arriba y hacia abajo. Había tenido sexo en muchos lugares raros, diferentes antes. pero nunca dentro de un elevador. Quizá más adelante, Shane sonrió internamente mientras la inspiración la golpeaba.
“¿Sexo?” Bette se rió de sus amigas mientras se levantaba de la mesa. “¿Quién dijo cualquier cosa sobre sexo? Solo dormimos.” Sacudió su cabeza e hizo muecas mientras caminaba hacia las puertas del planeta. “¡Ustedes chicas tienen mentes sucias!” Gritó sobre su hombro.
“¡¿Qué putas?!” dijo Alicia ruidosamente mientras miraba a su líder incrédula. “Me siento engañada.” Ella se quejó mientras Sam y Shane movían sus cabezas en el acuerdo.
“¡¡¡Porter!!!” Gritaron todas en la figura alegre de su amiga mientras Bette levantaba una mano y se despedía de ellas sin voltear. ¿Sexo en un elevador? Bette sonrió mientras sacudía su cabeza, no es una mala idea, quizá alguna vez en el futuro.
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Academia de Redwind
Fue alguna vez después de que el receso terminara y los estudiantes volvieran a sus salas de clase que una rubia entró en las cuatro paredes de la academia de Redwind y caminó alrededor de los pasillos en una forma muy cautelosa. Doblaba las esquinas y se deslizaba a través de los pasillos tan silenciosa como le era posible mientras hacía su viaje hacia su destino, la sala de clase 4-B. Mientras se acercaba a su blanco, se escondió detrás de un carro de la limpieza y examinó sus alrededores. Mantenía un ojo de aguila hacia los estudiantes, lo más específicamente posible en cierta heredera trigueña impetuosa y engreída que llevaba por nombre Bette Porter. Estaba tan preocupada con la tarea actual que no pudo notar a la pequeña mujer colocarse detrás de ella. Hasta que por supuesto escuchó el...
“¡Hey!” Jenny Schecter saludó a su mejor amiga con una palmada en la espalda.
“¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh!!!” Tina saltó para arriba en choque y tropezó un poco mientras se giraba rápidamente alrededor para hacer frente a su huésped incómoda. “Mierda.” Murmuró bajo su respiración mientras sostenía su pecho e intentaba normalizar su respiración.
Jenny miraba a la rubia divertida y levantó una ceja. “¿Qué demonios estás haciendo deslizándote sigilosamente por los pasillos?” Ella dobló sus brazos en su pecho. Se había excusado de la clase para asistir a una entrevista programada con su asesor para su futura carrera cuando se topó con la vista peculiar de su mejor amiga que se ocultaba detrás del carro de la limpieza.
“¡Jesucristo Jenny! Me asustaste.” Tina exhaló en voz alta mientras caminaba hacia la pared y se inclinaba en ella. “Acabo de llegar e intentaba evitar el monitor del pasillo.” Mintió, por segunda vez en ese día.
Jenny se colocaba delante de Tina y miraba a su mejor amiga curiosa. Algo era diferente con la rubia y no podía dejar de poner su dedo en él. “Hey.” Comenzó, recordando algo importante. “¿Donde estabas anoche?”
“¿Huh?” Tina se exaltó repentinamente. “¿P-porqué lo preguntas?” Preguntó un poco nerviosa, explotando en sudor.
Jenny captó el nerviosismo de su amiga pero decidió no hacer caso de él por el momento. Tenía la sensación de que todo sería explicado en un rato. “Tu papá me llamó anoche. Te andaba buscando.” Le informó. Ken estaba a punto de perder su genio ayer por la noche cuando la llamó preguntando por Tina. No pudo darle ninguna información sobre el paradero de su amiga, y era verdad, puesto que Tina no le había comentado sobre algún plan que tuviera durante el fin de semana. “¿Entonces donde estabas?” Continuó.
Tina suspiró y frotó su cara con sus manos. “Estaba en una cita.” Vacilante admitió.
“¿Una cita?” Jenny levantó una ceja. “¿Con quién?”
Tina miró alrededor de ella antes de contestar. “Bette Porter.” Ella se inclinó adelante y susurró a Jenny.
"¿Bette Porter?!” Jenny gritó en sorpresa. Tina cubrió rápidamente su boca grande y le advirtió amenazadoramente para que bajara la voz. Una vez que cabeceó en la respuesta afirmativa, la rubia quitó su mano. “¿Bette Porter?” Repitió una vez más, esta vez en una voz suave. Joder eso explica mucho, pensó dentro de su cabeza.
“Sí.” Tina movió su cabeza y exhaló.
“Lo sabía.” Jenny sonrió con conocimiento en Tina. “Te dije que le gustabas.” Ella levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo. “Y puesto que saliste a una cita con ella, significa probablemente que también te gusta ella.” Jenny sonrió. ¡Ah, amaba cuando su intuición era correcta!
“¡No es asi!” Tina silbó en defensa de si, pero terminó pareciendo culpable como el infierno.
Jenny hizo muecas mientras miraba el rojo torneado de Tina. “Dejate de decir eso a ti misma Tina.” Sacudió su cabeza y sonrió. “De todos modos, ¿a que hora regresaste a casa después de la cita?” Le preguntó. La cita debía haberse prolongado hasta la medianoche o mas para que el papá de Tina la llamara tan tarde.
“Esta mañana.” Tina contestó avergonzada mientras frotaba la parte posterior de su cuello con su mano. “¡Solamente que no es lo que piensas!” Agregó rápidamente cuando vio la mirada en la cara de Jenny. “Nos quedamos atrapadas dentro del elevador de ese maldito edificio cuando íbamos a comer. Salimos hasta esta mañana.” Intentó explicar mientras Jenny la miraba con los ojos anchos.
“¿Te quedaste atrapada en un elevador con Bette Porter toda la noche?” Jenny dijo sin aliento mientras intentaba absorber la información. “¿Algo sucedió entre ustedes dos?” Preguntó, intrigada totalmente.
“No.” Tina sacudió su cabeza al lado. Respiró inmediatamente mientras recordaba repentinamente la sensación de Bette en sus brazos. “Por supuesto que no.” Tragó saliva mientras sus ojos iban a sus pies.
“Okaay.” Jenny entrecerró sus ojos. Sabía que había algo que Tina no compartía. Bien, lo que fuera, era probablemente la razón por la que Tina caminaba furtivamente alrededor del vestíbulo hace un rato. “¿Qué es lo que realmente estás intentando evitar? El monitor del pasillo o Bette Porter?” Ella levantó una ceja. Tina cambió de puesto nerviosa en sus pies.
“Ambos.” Tina contestó.
Jenny se rió de esto. “¿Sabes que tendrías más suerte de evitar el monitor del pasillo que a Bette Porter, correcto?” Sacudió su cabeza mientras sonreía. “Porter es tu compañera de asiento. Evitarla es en vano.” Precisó.
“Lo sé. Solamente no quería entrar en la sala de clase al mismo tiempo que ella. La gente puede hablar.” Tina admitió. De camino a la escuela, amaneció repentinamente en ella que Bette podía esperarla en la entrada y caminar con ella hacia la sala de clase. No estaba realmente lista para ir “en público” sobre su cita con Bette. El molino de chismes batía ya hacia fuera bastantes cosas sobre ella incluso sin saber de su cita reciente. Más, ella no quería admitirlo a Jenny, pero el motivo real por el que actuaba así de extraño era porque no sabía si estaba lista para hacerle frente a Porter todavía. Todo estaba tan fresco - y comprensiblemente torpe, por lo menos al final.
“La gente va realmente a hablar Tina. No puedes evitar eso.” Jenny sonrió. “Especialmente ahora que saliste con la abeja reina.” Agregó suavemente.
“Lo sé.” Tina suspiró en la aceptación. Si le gustaba o no, ella tendría que hacerle frente a Porter hoy. Acababa de intentar retrasar lo inevitable. Todavía no podía atreverse a mirar a Bette en la cara. El despertar de una manera tan cercana a la morena la desconcertaba de más de una manera.
“Espera. ¿Cómo te fue esta mañana? Con tu papá, quiero decir.” Jenny preguntó, dirigiendo la conversación lejos de Bette momentáneamente.
“Fue sangriento.” Tina suspiró mientras recordaba los acontecimientos en casa. “Me castigó por un mes. Tengo que estar en casa diariamente a las seis, bien excepto cuando tenga que trabajar.” Mordió su labio más bajo en la frustración.
“¿Te gritó o alguna cosa de esas?” Jenny se preocupó. Ella conocía al padre de Tina como un hombre tan bueno y apacible, una persona incapaz de demostrar cólera.
“Nope. Pero desearía que lo hubiera hecho.” Dijo Tina un poco triste. “Él no estaba enojado en absoluto.” Sacudió su cabeza mientras recordaba cuando entró al apartamento para encontrar a su papá sentándose ansiosamente por la puerta. Él corrió hasta ella y la envolvió en un abrazo desesperado.
“¿Realmente?” Jenny levantó una ceja.
“Sí, solo lloraba y lloraba. Lloraba como un pequeño niño.” Tina suspiró. Y para ella, eso era peor que si su papá se hubiera enojado con ella. Se sentía aún más mal y culpable ahora por haberlo preocupado tanto. “Hey Jen.” Dijo mientras movía su cabeza hacia la puerta de su sala de clase en la distancia. “Pienso que necesito realmente entrar ahora.” Dijo mientras observaba la hora en su reloj.
“Oh, seguro.” Jenny sonrió mientras comenzaba a caminar al revés. “¿Nos vemos después de la escuela?” Le preguntó antes de dar vuelta alrededor y de dirigirse hacia la escalera.
“¡Bien. Te veré más adelante!” Tina sonrió antes de caminar hacia su sala de clase. No más caminar furtivamente ya, dijo dentro de su cabeza. Se estabilizó antes de que abriera la puerta. Tan pronto como entró, vio inmediatamente a su compañera de asiento y torturadora que la miraba con la sonrisa más grande del mundo. “Mierda.” Tina murmuró bajo su respiración mientras miraba rápidamente en la dirección opuesta. Esto va a ser duro, gimió.
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"Kennard.”
“¿Qué?”
“¿Estás enojada conmigo?”
“No.”
“¿Me estás evitando?”
“No es así. Estoy hablando contigo ahora.”
“¿Entonces porqué no me miras?”
“Estoy escuchando la clase.”
“¿De pronto te sientes tímida?”
“No, dejame sola Porter.”
“Vamos, se un poco agradable con alguien con la que acabas de pasar la noche.”
“¡Shhhhhhh. Baja tu voz!”
“¿Por qué? ¿Qué hay de malo en que hayamos dormido juntas?”
“La gente puede tener la idea incorrecta.”
“¿Y? ¿A quién le importa si piensan que tuvimos sexo?”
“…”
“¿Qué?”
“…”
“Oh. Disculpame por un segundo.” … “¿qué mierdas están mirando?! ¡¿Y quién les dijo perras que estén escuchando lo que hablamos?!”
“…”
“¿Ves Kennard? Todos están mirando lejos. No les importa realmente que hayamos dormido juntas.”
“…”
“¿H ?”
“Asno.”
“Hehehe.”
“¡¿Qué?!”
“Logré que me miraras.”
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“¿Todavía tienes una cosa por ella?” Jenny preguntó mientras se sentaba al lado de Tina en una de las mesas dentro del planeta. Ella había atestiguado apenas cómo la rubia se congeló cuando caminaron adentro y miró a Sam Makavejev y Helena Peabody que tenían una conversación discreta en uno de los reservados en la esquina. Tina nunca le dijo sobre su poca atracción, pero Jenny podía coger en ella todas las miradas de anhelo que su amiga le tiraba al miembro reservado de 4F cuando pasaba cerca en la escuela. Al ser escritora, Jenny era buena en la observación de esas cosas alrededor de ella.
“¿Qué? ¿Quién?” Tina fingió ignorancia, intentando actuar inocente.
Jenny no oiría nada de ella así que la miró fijamente.
Tina suspiró. Sabía en ese momento que acababa de ser cogida, allí no había realmente ninguna salida a eso. “Sé que no va a suceder.” Finalmente admitió.
“Entonces dejala ir.” Jenny dijo seriamente. “Para de esperar algo imposible. ¿Cuál es el punto en lastimarse por algo que no está destinado para ser?” Dijo mientras abría el menú y leía la selección de alimentos cuidadosamente.
“Eso creo.” Tina suspiró en el acuerdo. Sam Makavejev era apenas un sueño. Un hermoso sueño inalcanzable. ¿Quién era ella para esperar algo más?
“¿Sabes lo que necesitas?” Jenny levantó una ceja mientras miraba a la rubia sobre la tapa del menú.
“¿H ?” Tina preguntó, jugando con los envases de sal y de pimienta distraidamente.
“Un nuevo amor.” Jenny contestó simplemente.
“¡¿Qué?!” Tina frunció el ceño mientras miraba para arriba a su mejor amiga.
“Un nuevo amor para aliviar el dolor causado por el viejo.” Jenny contestó mientras sus ojos danzaban hacia Sam y Helena en la distancia.
“Que sugieres.” Tina levantó sus cejas mientras Jenny la miraba con conocimiento.
“Bette Porter.” Jenny sonrió.
“¡De ninguna manera!” Tina sacudió su cabeza violentamente al lado. ¿Bette Porter como su nuevo amor? Seguramente tenía que haber alguien más ¿o no? “Porter me vuelve loca.” Ella bufó en la irritación.
Jenny sonrió y se inclinó adelante mientras colocaba el menú abajo en la mesa. “¿Tu muchacha ideal que está allá te vuelve loca?” Preguntó mientras cabeceaba hacia Sam.
“¡No, por supuesto que no!” Tina contestó rápidamente. Jenny rió y se inclinó en su silla con una mueca en su cara.
“Entonces ella no es digna de ti.” Jenny contestó simplemente. Miró mientras sus palabras golpeaban la marca prevista dentro de su mejor amiga. Ella podía ver que lo que acababa de decir era tomado en consideración por la rubia.
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Tina frunció el ceño mientras se colocaba fuera de la puerta de su apartamento. Esto es extraño, pensó cuando oyó risas venir desde adentro. Nunca antes habían tenido visitas, bueno, aparte de la lectora de palmas irritante de al lado de la unidad que tenía una cosa por su papá. Pescó la llave de su bolsillo y la insertó en el ojo de la cerradura. La torció lentamente tratando de hacer la cantidad mínima de ruido como fuera posible. Cuando la puerta se abrió, empleó la misma cantidad de cuidado para sacar la llave. Después empujó la puerta silenciosamente para cerrarla, ella se congeló en choque cuando miró a escondidas adentro y comprobó quién era su huésped.
Allí, dentro de la sala de estar, tomando café y riendo con su padre no era nadie más que la mismísima Bette Porter. Tina se había quedado allí parada boquiabierta por un minuto hasta que su padre finalmente notó su presencia.
“¡Hola cariño!” Ken saludó a su hija alegre. “¡Mira quién está aquí!” Él sonrió cuando señaló emocionado en la morena a su derecha.
“¡Hey Kenna. Tina!” Bette se detuvo mientras sonreía de oreja a oreja. “¿Sorprendida?” Ella se rió de la expresión de shock en la cara de la rubia.
“Quu-e” Tina miraba entre su padre y Bette. “¿Qué?” Finalmente manejó decir. “¿Qué haces aquí?” Ella tragó difícilmente.
“Christina Kennard.” Ken dijo en cólera falsa. “¿Porqué no me dijiste que estabas con Bette Porter anoche?” Dijo mientras cruzaba sus brazos en su pecho.
“Bien. Y.yo. nosotras.” Tina tardamudeó mientras su cerebro luchaba para pensar en una explicación decente. Ella le había dicho a su papá esa mañana que la razón por la que no volvió a casa era porque se había quedado atrapada dentro de un elevador toda la noche - por supuesto que no incluyó la parte de Bette que estaba allí con ella.
“Es una buena cosa que Bette haya venido aquí a explicarme.” Ken dijo mientras golpeaba ligeramente a la morena en el hombro. Bette sonrió con aire satisfecho mientras movía su cabeza hacia arriba y hacia abajo.
“¿Huh?” Tina surcó su frente mientras miraba a los dos. ¿Qué le dijiste Porter? Gritó dentro de su cabeza.
Ken exhaló en voz alta mientras miraba a Tina con orgullo. “Mi hija. Es un héroe.” Émitió en Tina.
“¿Quuuué??” ahora Tina estaba más allá de confundida. ¿Cómo se hizo ella un héroe?
Bette se rió internamente del estado de confusión de Tina. Despejó su garganta en un esfuerzo de aligerar un poco la mente de la rubia. “Le platiqué a tu papá cómo me salvaste de un grupo sombrío de hombres anoche.” Dijo en su mejor voz dramática. “Su hija defendió mi honor y preservó mi inocencia y pureza.” Ella miraba a Ken y tiró de la cara más patética que jamás había puesto. Y para su diversión, trabajó realmente. Ken se miraba como si quisiera llorar. Estaba tan orgulloso de su niña por un hecho tan admirable y valiente. Bette decidió entonces empujar un poco más lejos. “Es debido a mi deuda eterna de gratitud a su hija por lo que he venido aquí a pedir su perdón.” Dijo mientras miraba abajo en el piso y levantó suavemente su cabeza para arriba otra vez. Actuación dramática de libro de texto. Estilo Porter.
“¿Qué? ¿Porqué?” Ken se inclinó adelante mientras escuchaba cada palabra de Bette. El encanto de Porter definitivamente le consiguió el gancho, la línea y el plomo.
“Fue mi culpa por la que su hija no pudo llegar ayer por la noche a casa.” Bette miraba a Ken tristemente. “Estaba tan preocupada por demostrarle mi agradecimiento que insistí en invitarla a comer.” Ella sacudió su cabeza al lado mientras miraba abajo en sus manos. “Fui la responsable de llevar a Tina a ese edificio con el elevador descompuesto.” Ella cubrió su boca y lloriqueó. Dios Porter, pensó, te mereces un premio por esto. “Lo siento tanto Sr. Kennard.” Exclamó dramáticamente mientras doblaba su cabeza abajo en falsa vergüenza.
“Ya, ya.” Dijo Ken mientras ponía una mano confortante en el hombro de Bette. “No tienes que disculparte.” Dijo sinceramente. “Estoy feliz de que ambas estén sanas y salvas.” Él sonrió en Bette y su hija.
Tina mordió los interiores de sus mejillas para evitar reir estrepìtosamente mientras miraba la escena revelarse. ¿Quién sabía que Porter era absolutamente la reina del drama? Pensó divertida.
Ella vio a su padre que le indicaba que se acercara a ellos y así lo hizo. “¿Sí papá?” Preguntó mientras se colocaba ante él.
“Ya no estás castigada.” Dijo Ken con una sonrisa. “Si solamente me hubieras dicho la verdad antes, no te habría castigado.” Se levantó y colocó un brazo en el hombro de Tina. “Te habrías ahorrado mucho apuro, kiddo.” La abrazó un poco más cerca de él. “Espera ¿puedes ir a la cocina y preparar más café cariño?” Preguntó mientras observaba ahora la taza vacía de Bette en la mesa.
“ Seguro Papá.” Tina sonrió en él antes de echarle a Bette una mirada. La morena le sonrío pícara desde su lugar en el sofá.
“¿Oh Bette?” dijo Ken cuando dió vuelta de nuevo a su huésped, la morena levantó rápidamente la vista. “¿Puedes hacerme un favor?” Le preguntó mientras sonreía en Bette.
“Cualquier cosa Sr. Kennard.” Bette puso una mano en su pecho. Cualquier cosa para mi futuro suegro, pensó jubilosa.
“Mi hija.” Ken dijo en una voz suave mientras cabeceaba hacia la cocina. “..es una chiquilla realmente buena. Pero no tiene muchos amigos aquí en LA.” Suspiró mientras miraba abajo en su regazo. “Sé que ella ha sido muy tímida y solitaria.” Agregó. “Que es por lo que estoy agradecido de que tenga a Jenny en su vida. Y no puedo decirte como estoy de feliz de que haya encontrado a otra amiga en ti también.” Él sonrió mientras miraba para arriba y encontraba la mirada de Bette. “Sé que esto es demasiado pedir pero ¿puedes continuar ocupándote de mi pequeña princesa Bette?” Le pidió sinceramente. “Solo pienso que es sano que ella tenga gente como tu en su vida.” Agregó con una sonrisa leve.
Bette tuvo que sonreír con las palabras de Kenneth Kennard. Si solamente él supiera cuánto significaba escuchar esas cosas de él. Era como si él pronunciara las palabras más mágicas del mundo. “Puede estar completamente seguro de que cuidaré muy bien de ella Sr.” Contestó honestamente. “Lo prometo.” Con todo mi corazón, sonrió.
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“Wow.” Dijo Bette mientras caminaba hacia fuera del edificio de viviendas de Tina. “Fue mi primera vez dentro de la casa de un hombre pobre.” Miraba a la rubia detrás de ella. “Tu casa entera es tan grande como mi armario de zapatos.” Dijo con genuino asombro.
Tina rodó sus ojos mientras miraba a la morena. “¿Apenas tu armario de zapatos?” Ella sacudió su cabeza. ¿Y entonces qué tan grande sería el armario de la ropa? Se preguntó.
“Sí.” Bette se encogió de hombros. Realmente, creo que mi armario de zapatos es un poco más grande, pensó. “¿Solamente que sabes algo?” Preguntó mientras Tina se acercaba a pocos pasos.
“¿Qué?” Tina preguntó, anticipando otro insulto referente a cómo de pequeño era su apartamento. Sabía que Bette no quería insultarla, sino que a veces venía naturalmente a la morena.
“Tu casa me gusta más que la mía.” Bette declaró, tomando totalmente por sorpresa a la rubia. “No sé, pero parece, cálida, ¿sabes?” Ella sonrió en Tina. Era realmente verdad. El pequeño apartamento de Tina tenía el calor que la mansión enorme de Bette carecía. Era un hogar. considerando que el domicilio de Bette era apenas una casa.
Tina tuvo que sonreír por las palabras de Bette. pero también se sintió un poco triste por la morena. Podía sentir el anhelo en la voz de Porter mientras hablaba. Solo sabía que Bette quería la clase de hogar que ella tenía. “¿Quieres dar una caminata?” Preguntó a la morena mientras daba vuelta alrededor para hacerle frente a Bette.
“Seguro.” Bette sonrió cuando tomó su lugar al lado de la rubia y comenzaron su pequeña caminata alrededor de la vecindad asustadiza de Tina. Después de algunos minutos de silencio, Bette finalmente habló en voz alta. “Hey Kennard.” Susurró.
“¿Sí?” Tina contestó mientras golpeaba un pequeño guijarro con el pie en la acera.
“Finalmente fue agradable conocer a tu papá.” Dijo Bette sinceramente. “Me gusta.” Sonrió. Era un cambio tan agradable ver a un padre que amaba abiertamente a su hija. Los abrazos, las palabras cariñosas, el beso en la frente. Tina era muy afortunada. Melvin Porter estaba en contra de tales exhibiciones de afecto.
“Él es grande. Me da gusto que te causara una buena impresión.” Tina sonrió de oído a oído. “Hey Porter ¿qué hizo que decidieras conocer a mi papá?” Preguntó curiosa.
“Acababa de pensar que era hora de conocer a mi futuro suegro.” Bette hizo muecas mientras Tina rodaba sus ojos. “Tu sabes, después de que dormimos juntas y todo.” Bromeó, no obstante mitad-seria.
“¡Deja de decir eso como si hubiéramos tenido sexo!” Tina amonestó a la morena.
“¿Quieres decir que no lo hicimos?” Bette bromeó, levantando una ceja. “¡Es broma! ¡Es broma!” Ella rió mientras Tina comenzaba a golpearla con fuerza en el brazo un par de veces.
Después de algunos minutos más solo de caminar y de hablar, la pareja decidió dirigirse de nuevo en dirección del apartamento de Tina puesto que el sol comenzaba a meterse. Innecesario decir, Bette estaba feliz de que Tina podía finalmente hablar ahora cara a cara con ella otra vez. Había estado un poco más que preocupada cuando la rubia parecía no poder mirarla a los ojos en todo el dia en la escuela. Finalmente dió un suspiro de alivio cuando el hielo que Tina había fijado entre ellas finalmente se derritió.
“Anoche fué definitivamente memorable.” Bette sonrió cuando dieron vuelta a la esquina en la calle de Tina. “Pero, no pudimos incluso compartir una comida o montar en la rueda de Ferris.” Suspiró. “Y sabes que.”
“¿Qué?” Tina preguntó, robando un vistazo oblicuo en Bette.
“Pienso que me debes otra cita.” Bette miraba a Tina esperanzadamente con una sonrisa.
Tina rió un poco de esto. “Bien. Creo que si.”
Bette hizo muecas de oído a oído y miró abajo en sus pies mientras el entusiasmo y la felicidad atravesaban sus venas. “Grande.” Suspiró, totalmente emocionada. Tendría otra cita con Kennard. Otra oportunidad de hacer buenas memorias. Ella no se había sentido asi de eufórica desde entonces, desde que. Bette surcó su frente mientras recordaba repentinamente algo muy importante. La memoria preciosa destellaba en su mente tan viva, no habría podido ser una jugarreta de su imaginación o parte de un sueño hermoso. Era verdadero, tenía que ser verdadero. Ella lo sentía, y lo sabía. “Hey Kennard.” Susurró mientras retrasaba su paso.
“¿Qué?” Tina preguntó a medida que continuaba caminando, un poco olvidadiza al hecho de que la morena ahora se retrasara detrás de ella.
“Creo que hice algo anoche.” Bette comenzó mientras paraba sus pasos. “Solo que no creo que lo recuerdes.” Agregó. La rubia notó repentinamente que caminaba ya sola y paró también.
“¿Realmente? ¿Qué hiciste?” Tina volvió e hizo frente a la morena detrás de ella. Caminó un par de pasos hacia Bette e inclinó su cabeza al lado en anticipación de las palabras siguientes de la morena. “¿Me estuviste toqueteando durante mi sueño?” Bromeó.
“Nope.” Bette sonrió y sacudió suavemente su cabeza. Pienso que mejor que eso, hizo una danza feliz dentro de su cabeza.
“¿No? Me sorprendes.” Tina se rió entre dientes. No le daría realmente una sacudida eléctrica si Bette hubiera hecho uno o dos movimientos. Después de todas las clases de tomadura de pelo y de insinuacíones que la morena le hacía, medio lo esperaba.
“Sin embargo fue algo muy digno. Pienso que te gustó lo que hice.” Bette encogió los hombros e hizo muecas picaramente.
“¿Huh? ¿Qué hace que digas eso?” Tina levantó una ceja mientras cambiaba de puesto su peso a partir de un pie a otro.
“No te defendiste.” Bette susurró suavemente, sus ojos bailaban alrededor en júbilo.
Tina surcó su frente mientras miraba a la morena delante de ella. Comenzaba a sentir algo peculiar, las mariposas en su estómago cuando la palabras de Bette la ponían levemente nerviosa. “¿Qué hiciste Porter?” Preguntó un poco sin aliento y apoyando la respuesta de Bette.
“Ésto.” Bette sonrió mientras tomaba la mano de Tina y la jalaba más cerca. Tan pronto como sintiera el cuerpo de la rubia cerca, se inclinó adelante y capturó los labios suaves de Tina en los propios. El beso era apacible, dulce y lleno de promesas de cosas por venir. Sus interiores se derritieron prácticamente mientras juraba que podía sentir que Tina respondía a ese beso. Después de un minuto o de dos, Bette se separó y sonrió mientras miraba la expresión estupefacta en la cara de Tina. “Buenas noches Kennard.” Susurró antes de que diera vuelta alrededor y caminara hacia su limusina en la distancia.
“Mierda.” Tina susurró bajo su respiración mientras miraba a Bette entrar en la limusina. Recorrió suavemente un dedo sobre sus labios y suspiró. ¿Un nuevo amor, huh? No pudo evitar la mueca torpe que se formó en su cara mientras volteaba y caminaba hacia la entrada del edificio. Con una mano asomando sobre la perilla, dio vuelta lentamente a su cabeza para mirar el coche que se perdía en la distancia. “Buenas noches Porter.” Susurró antes de abrir la puerta y entrar.
"The morning will come
In the press of every kiss
With your head upon my chest
Where I will annoy you
With every waking breath
Until you decide to wake up.."
“¡Despierten!” Una voz estruendosa resonó dentro del elevador, despertando a Bette Porter y a Tina Kennard de su pacífico sueño. Las dos adolescentes levantaron sus cabezas mareadas a medida que continuaban en brazos de cada una, ajenas a su proximidad, perdidas en la sensación caliente del otro abrazo.
“¿Qué?” Bette murmuró soñolienta cuando parpadeaba sus ojos rápidamente, intentando ajustarse a la luz brillante que venía fuera de las puertas nuevamente abiertas del elevador.
“Ustedes dos no deberían estar aquí.” Un hombre de mirada desaliñada regañó a las muchachas mientras un cigarrillo colgaba peligrosamente de su boca. “Es una buena cosa que revisaramos el elevador antes de que tiráramos este lugar.” Él se quejó mientras levantaba su maletin y lo reclinaba en su hombro. “¿No vieron el aviso de demolición en la entrada?” Dijo irritado mientras aspiraba en su palillo de la muerte.
“¿Demolición?” Tina frotó sus ojos mientras su cerebro cansado intentaba hacerle frente a las noticias. Mientras intentaba incorporarse, finalmente notó el brazo lanzado como una honda sobre su cuerpo y sintió su pierna izquierda enredada con la derecha de otra persona - ese alguien era Bette. Eso la despertó inmediatamente. “Porter.” Silbó bajo su respiración mientras intentaba moverse libremente de los miembros de la muchacha. Estaba sudando de la verguenza al ser cogida en una posición tan torpe y comprometedora.
“¿EH ?” Bette masculló soñolienta, su sistema todavía estaba en el proceso lento de arrancar. “Oof.” Gimió mientras Tina la empujaba lejos de su cuerpo. Fue entonces que finalmente se percató que ésa almohadilla suave que abrazaba no hace un segundo era cierta Tina Kennard. Y como la rubia al lado de ella, el conocimiento le despertó los sentidos inmediatamente y se incorporó repentinamente. “¿Qué hora es?” Miró hacia arriba al hombre rechoncho en la puerta a medida que él continuaba soplando en su cigarrillo, en su deslumbramiento ella olvidó que usaba un reloj en su muñeca.
“¡Hey Fred!” Él gritó a un hombre alto, delgado a un par de pies detrás de él mientras exhalaba el humo a través de su boca y ventanas de la nariz. “¿Qué hora es?” Preguntó mientras las dos muchachas se levantaban del piso.
“¡Seis quince!” Fred contestó sobre su hombro antes de que hiciera pivotar su morral contra la pared. “Veo que despertaste ya a las bellezas durmientes Lenny.” Él sonrió, dando vuelta alrededor y mirando a las dos adolescentes. “¿Saben que hay un motel abajo de la calle correcto?” Él bromeó, haciendo ruborizarse profundamente a las adolescentes.
“¡NO!” Tina sacudió su cabeza violentamente al lado. Deben pensar que somos un par de adolescentes calientes, pensó haciendo gestos. “Somos solo amigas.” Intentó explicar.
“..en una cita. Quién al parecer acaban de dormir juntas.” Bette agregó con una sonrisa enorme. Ella miraba a Tina con las cejas levantadas. ¿Qué? Es la verdad, encogió los hombros mientras Tina la miraba con reproche.
“Las bromas de siempre.” Lenny sacudió su cabeza al lado, no haciendo caso de las protestas de Tina. “Buscando aventuras espeluznantes todo el tiempo.” Él se quejó mientras caminaba a la pared enfrente de Fred y soltaba su morral cerca. “Sexo en un edificio que están a punto de demoler.” Sacudió su cabeza en desaprobación.
“Hey señor, no es realmente lo que usted piensa.” Bette exclamó airadamente mientras Tina se doblaba hacia abajo para recolectar sus cosas. “Si tuviera sexo con Kennard, me habría cerciorado de que estuvieramos en un sitio mucho mejor que” antes de que pudiera incluso acabar su discusión con el hombre, sintió repentinamente una mano agarrarla por el dobladillo de su blusa y arrastrarla hacia la escalera. “Qué” gruñó sorprendida.
“¡Gracias por dejarnos salir!” Tina gritó mientras jalaba a una Bette renuente junto con ella.
Tan pronto como bajaran cinco pisos y salieran del edificio, Tina y Bette soltaron la respiración que contenían. “Mierda.” Bette maldijo mientras se doblaba abajo y se agarraba sus rodillas. ¡Eso fue algo infernalmente alucinante! La experiencia era como un cruce entre una pesadilla y un sueño hermoso. Con todo tanto como se sentía feliz y aliviada de que la dura prueba hubiera terminado, no podía dejar de sentirse triste al mismo tiempo. Desafortunadamente para ella sin embargo, su mente parecía haber censurado un acontecimiento importante que sucedió tarde en la noche. Cierto beso fue llevado al último rincón de la mente de Bette después de que su cerebro cansado la despidiera con el sueño. “¿Estás bien?” Levantó la vista y vió a Tina frotando su nuca, intentando aflojar sus músculos tensos.
“Sí. Creo.” Dijo Tina mientras encontraba la mirada de Bette antes de rápidamente parecer ausente y de evitar sus ojos. Su mente destellaba repentinamente la imagen de sus cuerpos entrelazados juntos dentro del elevador, haciéndola ruborizarse. “Mierda.” Maldijo bajo su respiración, sintiendo el golpe furioso de su corazón dentro de su pecho. No sabía qué causó el aumento repentino en su ritmo cardíaco ¿era la verguenza de haber sido sorprendida en la posición en que estaban adentro o era debido al recuerdo de tener a la trigueña tan cerca? Debe ser debido a lo anterior, debe ser debido a lo anterior, intentó convencerse.
“¿Qué está mal?” Bette se enderezó nuevamente y frunció el ceño cuando vio la mirada en la cara de Tina. Era como si la rubia tuviera una lucha interna, una que al final Tina parecía haber perdido.
“U , nada. Estaba pensando que mi papá debe estar de la preocupación ahora.” Tina mintió, viendo desde la esquina de sus ojos que Bette caminaba más cerca a ella y llenaba el vacío entre ambas. Estaba tan cerca de ella, podía percibir el olor florido de su perfume. Pero a pesar de la proximidad de la otra, todavía no la consideraba cualquier cosa excepto como su compañera. Bien esto es torpe, pensaba Tina, sintiendose más que tímida ante la presencia de la morena.
“Tienes razón.” Bette dijo seriamente, atribuyendo la sensación palpable de nerviosismo e inquietud emitidos por la rubia como efecto del pensamiento de su padre. “Tu papá debe buscarte.” Agregó. La última cosa que quería hacer era meter a Tina en apuros. Eso pondría seguramente un apagador a cualquier progreso que hicieran. “Vamos, te llevaré a casa.” Dijo mientras agarraba a una Tina sorprendida por la mano y tiraba de ella. Se apresuró jalando a la rubia en dirección de su coche estacionado un par de calles lejos. Tendrían bastante tiempo de hablar y de ocuparse de los acontecimientos de anoche más adelante.
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El planeta.
“Mierda santa. Porter ¡despacio, bájale!” Alicia gritó mientras veía que Bette se atragantaba literalmente con el alimento. Nunca jamás había visto, en todos sus años como amigas, a Bette Porter comer con tanta desesperación.
No satisfecha con limpiar el alimento en su plato, Bette se inclinó adelante y robó algunos pedazos de carne y de frutas de sus amigas. Los clientes próximos levantaron sus cejas mientras discretamente miraban a la famosa heredera comer como si no hubiera un mañana. Por primera vez, Bette finalmente acompañaba a sus tres amigas para el desayuno dentro del planeta. Cuando llegó a casa temprano esa mañana, había descubierto que Alicia le había dejado una docena de mensajes invitandola a que las alcanzara para el desayuno. La rubia había dicho algo sobre el final de su amistad si ella no aparecía. Una tal Alicia Pieszecki quería saber todos los detalles. Concluyendo que Tina iba a llegar tarde a la escuela esa mañana, acordó encontrarse con sus amigas. No había ningún punto en llegar temprano si su único propósito para asistir no estaba allí.
“Parece que alguien aumentó considerablemente su apetito.” Sam sonrió divertida mientras cuidaba su taza de café dentro de sus manos. Ella asumió que su cita había salido bien. Después de todo, la mueca de mierda-consumista que Bette usó cuando entró en el café hablaba volúmenes.
“No tienes ninguna idea.” Bette masculló mientras masticaba una cantidad sana de alimento dentro de su boca.
Sam rió un poco, la vista le recordaba una escena similar hace algunas noches. “Me recuerdas a Tina durante la fiesta de Helena.” Dijo antes de que tomara algo de su café.
Bette sonrió anhelante en la memoria, haciendo el jarabe de la crepa gotear abajo de su barbilla. “Pienso que ahora entiendo cómo se sentía de hambrienta.” Masculló antes de tragar difícilmente.
“Hablando de Kennard, ¿qué hicideron ustedes dos anoche?” Alicia levantó una ceja, observando a Bette limpiar su boca con una servilleta cuando finalmente acabó su comida - y la de sus amigas. “Intenté llamarte aproximadamente a medianoche pero no obtuve ninguna respuesta de tu celular.” Ella dobló sus brazos a través de su pecho. “E incluso te llamó a casa y Sonja dijo que no estabas de regreso todavía. ¿Te quieres explicar Porter?” Ella miraba a su amiga sospechosa. Bette bebió simplemente su agua y actuaba como si nada estuviera incorrecto.
“Joder, dejala en paz Al. ¿Quién eres tu, su vigilante personal?” Shane rodó sus ojos en la rubia mientras la miraba a escondidas detrás de su periódico. Alicia se deslumbró en ella antes de volver su atención a Bette.
“¿Entonces?” Alicia se inclinó adelante y entrecerró sus ojos, por lo menos intentando asustarla. “Porter desembucha.” Ella pidió a su líder.
“¿Kennard y yo?” Bette bostezó y estiró sus brazos hacia fuera. “Acabamos durmiendo juntas eso es todo.” Agregó simplemente, intentando actuar indiferente sobre eso para vacilar a la rubia.
“¡¡Fuuucckk!!” Alicia gritó mientras Sam arrojaba su café en su cara. Parecía que el pequeño comentario de Bette tenía un efecto en sus otras amigas también.
Olvidando su postura contra chismear, Shane desechó rápidamente su periódico al lado y se inclinó adelante. “¡¿Durmieron juntas?!” Preguntó a Bette, sus ojos casi salían de sus órbitas.
“¿Qué dijiste sobre dejar a Bette en paz?” Alicia rodó sus ojos en Shane mientras limpiaba su cara con una servilleta. Sam podía mirar solamente hacia adelante y hacia atrás entre sus amigas en choque.
Shane no hizo caso de la rubia y repitió su pregunta. “¿Tu y Kennard durmieron juntas anoche?”
“Yep.” Bette movió su cabeza hacia arriba y hacia abajo con una sonrisa torpe enyesada en su cara, recordando la sensación maravillosa de despertar en los brazos de Tina. “Se sentía taaaaaan bien.” Suspiró soñadora, dándose un abrazo.
“Wowww.” Shane susurró en el asombro, ¡su querida pequeña Bette se movió rápidamente! Quiso gritar y abrazar a su amiga firmemente con su pecho hinchado de orgullo. ¡Se sentía como una mamá orgullosa! Era apenas hace algunos días cuando enseñaban a la morena los detalles sobre las citas, y ahora su pequeña estudiante progresó en las Grandes Ligas.
“Nunca me imaginé que Tina dormiría con alguien en la primera cita.” Sam surcó su frente confundida mientras dejaba su taza de café casi vacía lentamente abajo en la mesa, la mayor parte de su contenido había volado ya encima de la cara y cuerpo de Alicia. El sexo en la primera cita parecía un poco fácil. y Tina no parecía una mujer de esas, nope, en absoluto. Y aún más, ¿la rubia no tenía todavía algunas reservas sobre Bette? Tan feliz como estaba por su mejor amiga, todavía encontraba la idea absolutamente increíble.
Bette se encogió de hombros. “Ella no parecía tener ninguna naúsea sobre eso.” Dijo verazmente. ¿Quiénes eran ellas para quejarse cuando era una buena historia flotando en el aire?
“¿Donde?” Sam preguntó curiosa.
“Dentro de un elevador.” Bette contestó con una mueca en su cara y una mirada lejana en sus ojos. Hablando del elevador, ella había ordenado a James comprarlo antes de que el edificio fuera demolido. Le pidió que fuera restaurado a su gloria anterior y colocado en exhibición en alguna parte de los cuartos de almacenaje en su residencia. Quería una conmemoración de su primera noche junto a Tina.
“¿Elevador?” Sam repitió, comprobando si había oído correctamente. Esperaba oír el nombre de un hotel o alguna otra parte, cualquiera, un poco agradable y privado. Rogó silenciosamente que el elevador no tuviera cámaras de seguridad. No quería a otra heredera encabezar los títulos con un escándalo sexual especialmente no su mejor amiga.
“Yep. En el piso realmente.” Bette sonrió en la memoria.
Alicia hizo una cara. “¿No es un poco antihigiénico?” Ella arrugó su nariz en repugnancia.
“No teníamos mucha opción.” Bette frotó la parte posterior de su cuello, todavía sintiendose un poco adolorida por dormir en el duro piso.
“Sexo en un elevador, éso es ingenioso Bette.” Shane sonrió, levantando sus cejas hacia arriba y hacia abajo. Había tenido sexo en muchos lugares raros, diferentes antes. pero nunca dentro de un elevador. Quizá más adelante, Shane sonrió internamente mientras la inspiración la golpeaba.
“¿Sexo?” Bette se rió de sus amigas mientras se levantaba de la mesa. “¿Quién dijo cualquier cosa sobre sexo? Solo dormimos.” Sacudió su cabeza e hizo muecas mientras caminaba hacia las puertas del planeta. “¡Ustedes chicas tienen mentes sucias!” Gritó sobre su hombro.
“¡¿Qué putas?!” dijo Alicia ruidosamente mientras miraba a su líder incrédula. “Me siento engañada.” Ella se quejó mientras Sam y Shane movían sus cabezas en el acuerdo.
“¡¡¡Porter!!!” Gritaron todas en la figura alegre de su amiga mientras Bette levantaba una mano y se despedía de ellas sin voltear. ¿Sexo en un elevador? Bette sonrió mientras sacudía su cabeza, no es una mala idea, quizá alguna vez en el futuro.
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Academia de Redwind
Fue alguna vez después de que el receso terminara y los estudiantes volvieran a sus salas de clase que una rubia entró en las cuatro paredes de la academia de Redwind y caminó alrededor de los pasillos en una forma muy cautelosa. Doblaba las esquinas y se deslizaba a través de los pasillos tan silenciosa como le era posible mientras hacía su viaje hacia su destino, la sala de clase 4-B. Mientras se acercaba a su blanco, se escondió detrás de un carro de la limpieza y examinó sus alrededores. Mantenía un ojo de aguila hacia los estudiantes, lo más específicamente posible en cierta heredera trigueña impetuosa y engreída que llevaba por nombre Bette Porter. Estaba tan preocupada con la tarea actual que no pudo notar a la pequeña mujer colocarse detrás de ella. Hasta que por supuesto escuchó el...
“¡Hey!” Jenny Schecter saludó a su mejor amiga con una palmada en la espalda.
“¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh!!!” Tina saltó para arriba en choque y tropezó un poco mientras se giraba rápidamente alrededor para hacer frente a su huésped incómoda. “Mierda.” Murmuró bajo su respiración mientras sostenía su pecho e intentaba normalizar su respiración.
Jenny miraba a la rubia divertida y levantó una ceja. “¿Qué demonios estás haciendo deslizándote sigilosamente por los pasillos?” Ella dobló sus brazos en su pecho. Se había excusado de la clase para asistir a una entrevista programada con su asesor para su futura carrera cuando se topó con la vista peculiar de su mejor amiga que se ocultaba detrás del carro de la limpieza.
“¡Jesucristo Jenny! Me asustaste.” Tina exhaló en voz alta mientras caminaba hacia la pared y se inclinaba en ella. “Acabo de llegar e intentaba evitar el monitor del pasillo.” Mintió, por segunda vez en ese día.
Jenny se colocaba delante de Tina y miraba a su mejor amiga curiosa. Algo era diferente con la rubia y no podía dejar de poner su dedo en él. “Hey.” Comenzó, recordando algo importante. “¿Donde estabas anoche?”
“¿Huh?” Tina se exaltó repentinamente. “¿P-porqué lo preguntas?” Preguntó un poco nerviosa, explotando en sudor.
Jenny captó el nerviosismo de su amiga pero decidió no hacer caso de él por el momento. Tenía la sensación de que todo sería explicado en un rato. “Tu papá me llamó anoche. Te andaba buscando.” Le informó. Ken estaba a punto de perder su genio ayer por la noche cuando la llamó preguntando por Tina. No pudo darle ninguna información sobre el paradero de su amiga, y era verdad, puesto que Tina no le había comentado sobre algún plan que tuviera durante el fin de semana. “¿Entonces donde estabas?” Continuó.
Tina suspiró y frotó su cara con sus manos. “Estaba en una cita.” Vacilante admitió.
“¿Una cita?” Jenny levantó una ceja. “¿Con quién?”
Tina miró alrededor de ella antes de contestar. “Bette Porter.” Ella se inclinó adelante y susurró a Jenny.
"¿Bette Porter?!” Jenny gritó en sorpresa. Tina cubrió rápidamente su boca grande y le advirtió amenazadoramente para que bajara la voz. Una vez que cabeceó en la respuesta afirmativa, la rubia quitó su mano. “¿Bette Porter?” Repitió una vez más, esta vez en una voz suave. Joder eso explica mucho, pensó dentro de su cabeza.
“Sí.” Tina movió su cabeza y exhaló.
“Lo sabía.” Jenny sonrió con conocimiento en Tina. “Te dije que le gustabas.” Ella levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo. “Y puesto que saliste a una cita con ella, significa probablemente que también te gusta ella.” Jenny sonrió. ¡Ah, amaba cuando su intuición era correcta!
“¡No es asi!” Tina silbó en defensa de si, pero terminó pareciendo culpable como el infierno.
Jenny hizo muecas mientras miraba el rojo torneado de Tina. “Dejate de decir eso a ti misma Tina.” Sacudió su cabeza y sonrió. “De todos modos, ¿a que hora regresaste a casa después de la cita?” Le preguntó. La cita debía haberse prolongado hasta la medianoche o mas para que el papá de Tina la llamara tan tarde.
“Esta mañana.” Tina contestó avergonzada mientras frotaba la parte posterior de su cuello con su mano. “¡Solamente que no es lo que piensas!” Agregó rápidamente cuando vio la mirada en la cara de Jenny. “Nos quedamos atrapadas dentro del elevador de ese maldito edificio cuando íbamos a comer. Salimos hasta esta mañana.” Intentó explicar mientras Jenny la miraba con los ojos anchos.
“¿Te quedaste atrapada en un elevador con Bette Porter toda la noche?” Jenny dijo sin aliento mientras intentaba absorber la información. “¿Algo sucedió entre ustedes dos?” Preguntó, intrigada totalmente.
“No.” Tina sacudió su cabeza al lado. Respiró inmediatamente mientras recordaba repentinamente la sensación de Bette en sus brazos. “Por supuesto que no.” Tragó saliva mientras sus ojos iban a sus pies.
“Okaay.” Jenny entrecerró sus ojos. Sabía que había algo que Tina no compartía. Bien, lo que fuera, era probablemente la razón por la que Tina caminaba furtivamente alrededor del vestíbulo hace un rato. “¿Qué es lo que realmente estás intentando evitar? El monitor del pasillo o Bette Porter?” Ella levantó una ceja. Tina cambió de puesto nerviosa en sus pies.
“Ambos.” Tina contestó.
Jenny se rió de esto. “¿Sabes que tendrías más suerte de evitar el monitor del pasillo que a Bette Porter, correcto?” Sacudió su cabeza mientras sonreía. “Porter es tu compañera de asiento. Evitarla es en vano.” Precisó.
“Lo sé. Solamente no quería entrar en la sala de clase al mismo tiempo que ella. La gente puede hablar.” Tina admitió. De camino a la escuela, amaneció repentinamente en ella que Bette podía esperarla en la entrada y caminar con ella hacia la sala de clase. No estaba realmente lista para ir “en público” sobre su cita con Bette. El molino de chismes batía ya hacia fuera bastantes cosas sobre ella incluso sin saber de su cita reciente. Más, ella no quería admitirlo a Jenny, pero el motivo real por el que actuaba así de extraño era porque no sabía si estaba lista para hacerle frente a Porter todavía. Todo estaba tan fresco - y comprensiblemente torpe, por lo menos al final.
“La gente va realmente a hablar Tina. No puedes evitar eso.” Jenny sonrió. “Especialmente ahora que saliste con la abeja reina.” Agregó suavemente.
“Lo sé.” Tina suspiró en la aceptación. Si le gustaba o no, ella tendría que hacerle frente a Porter hoy. Acababa de intentar retrasar lo inevitable. Todavía no podía atreverse a mirar a Bette en la cara. El despertar de una manera tan cercana a la morena la desconcertaba de más de una manera.
“Espera. ¿Cómo te fue esta mañana? Con tu papá, quiero decir.” Jenny preguntó, dirigiendo la conversación lejos de Bette momentáneamente.
“Fue sangriento.” Tina suspiró mientras recordaba los acontecimientos en casa. “Me castigó por un mes. Tengo que estar en casa diariamente a las seis, bien excepto cuando tenga que trabajar.” Mordió su labio más bajo en la frustración.
“¿Te gritó o alguna cosa de esas?” Jenny se preocupó. Ella conocía al padre de Tina como un hombre tan bueno y apacible, una persona incapaz de demostrar cólera.
“Nope. Pero desearía que lo hubiera hecho.” Dijo Tina un poco triste. “Él no estaba enojado en absoluto.” Sacudió su cabeza mientras recordaba cuando entró al apartamento para encontrar a su papá sentándose ansiosamente por la puerta. Él corrió hasta ella y la envolvió en un abrazo desesperado.
“¿Realmente?” Jenny levantó una ceja.
“Sí, solo lloraba y lloraba. Lloraba como un pequeño niño.” Tina suspiró. Y para ella, eso era peor que si su papá se hubiera enojado con ella. Se sentía aún más mal y culpable ahora por haberlo preocupado tanto. “Hey Jen.” Dijo mientras movía su cabeza hacia la puerta de su sala de clase en la distancia. “Pienso que necesito realmente entrar ahora.” Dijo mientras observaba la hora en su reloj.
“Oh, seguro.” Jenny sonrió mientras comenzaba a caminar al revés. “¿Nos vemos después de la escuela?” Le preguntó antes de dar vuelta alrededor y de dirigirse hacia la escalera.
“¡Bien. Te veré más adelante!” Tina sonrió antes de caminar hacia su sala de clase. No más caminar furtivamente ya, dijo dentro de su cabeza. Se estabilizó antes de que abriera la puerta. Tan pronto como entró, vio inmediatamente a su compañera de asiento y torturadora que la miraba con la sonrisa más grande del mundo. “Mierda.” Tina murmuró bajo su respiración mientras miraba rápidamente en la dirección opuesta. Esto va a ser duro, gimió.
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"Kennard.”
“¿Qué?”
“¿Estás enojada conmigo?”
“No.”
“¿Me estás evitando?”
“No es así. Estoy hablando contigo ahora.”
“¿Entonces porqué no me miras?”
“Estoy escuchando la clase.”
“¿De pronto te sientes tímida?”
“No, dejame sola Porter.”
“Vamos, se un poco agradable con alguien con la que acabas de pasar la noche.”
“¡Shhhhhhh. Baja tu voz!”
“¿Por qué? ¿Qué hay de malo en que hayamos dormido juntas?”
“La gente puede tener la idea incorrecta.”
“¿Y? ¿A quién le importa si piensan que tuvimos sexo?”
“…”
“¿Qué?”
“…”
“Oh. Disculpame por un segundo.” … “¿qué mierdas están mirando?! ¡¿Y quién les dijo perras que estén escuchando lo que hablamos?!”
“…”
“¿Ves Kennard? Todos están mirando lejos. No les importa realmente que hayamos dormido juntas.”
“…”
“¿H ?”
“Asno.”
“Hehehe.”
“¡¿Qué?!”
“Logré que me miraras.”
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“¿Todavía tienes una cosa por ella?” Jenny preguntó mientras se sentaba al lado de Tina en una de las mesas dentro del planeta. Ella había atestiguado apenas cómo la rubia se congeló cuando caminaron adentro y miró a Sam Makavejev y Helena Peabody que tenían una conversación discreta en uno de los reservados en la esquina. Tina nunca le dijo sobre su poca atracción, pero Jenny podía coger en ella todas las miradas de anhelo que su amiga le tiraba al miembro reservado de 4F cuando pasaba cerca en la escuela. Al ser escritora, Jenny era buena en la observación de esas cosas alrededor de ella.
“¿Qué? ¿Quién?” Tina fingió ignorancia, intentando actuar inocente.
Jenny no oiría nada de ella así que la miró fijamente.
Tina suspiró. Sabía en ese momento que acababa de ser cogida, allí no había realmente ninguna salida a eso. “Sé que no va a suceder.” Finalmente admitió.
“Entonces dejala ir.” Jenny dijo seriamente. “Para de esperar algo imposible. ¿Cuál es el punto en lastimarse por algo que no está destinado para ser?” Dijo mientras abría el menú y leía la selección de alimentos cuidadosamente.
“Eso creo.” Tina suspiró en el acuerdo. Sam Makavejev era apenas un sueño. Un hermoso sueño inalcanzable. ¿Quién era ella para esperar algo más?
“¿Sabes lo que necesitas?” Jenny levantó una ceja mientras miraba a la rubia sobre la tapa del menú.
“¿H ?” Tina preguntó, jugando con los envases de sal y de pimienta distraidamente.
“Un nuevo amor.” Jenny contestó simplemente.
“¡¿Qué?!” Tina frunció el ceño mientras miraba para arriba a su mejor amiga.
“Un nuevo amor para aliviar el dolor causado por el viejo.” Jenny contestó mientras sus ojos danzaban hacia Sam y Helena en la distancia.
“Que sugieres.” Tina levantó sus cejas mientras Jenny la miraba con conocimiento.
“Bette Porter.” Jenny sonrió.
“¡De ninguna manera!” Tina sacudió su cabeza violentamente al lado. ¿Bette Porter como su nuevo amor? Seguramente tenía que haber alguien más ¿o no? “Porter me vuelve loca.” Ella bufó en la irritación.
Jenny sonrió y se inclinó adelante mientras colocaba el menú abajo en la mesa. “¿Tu muchacha ideal que está allá te vuelve loca?” Preguntó mientras cabeceaba hacia Sam.
“¡No, por supuesto que no!” Tina contestó rápidamente. Jenny rió y se inclinó en su silla con una mueca en su cara.
“Entonces ella no es digna de ti.” Jenny contestó simplemente. Miró mientras sus palabras golpeaban la marca prevista dentro de su mejor amiga. Ella podía ver que lo que acababa de decir era tomado en consideración por la rubia.
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Tina frunció el ceño mientras se colocaba fuera de la puerta de su apartamento. Esto es extraño, pensó cuando oyó risas venir desde adentro. Nunca antes habían tenido visitas, bueno, aparte de la lectora de palmas irritante de al lado de la unidad que tenía una cosa por su papá. Pescó la llave de su bolsillo y la insertó en el ojo de la cerradura. La torció lentamente tratando de hacer la cantidad mínima de ruido como fuera posible. Cuando la puerta se abrió, empleó la misma cantidad de cuidado para sacar la llave. Después empujó la puerta silenciosamente para cerrarla, ella se congeló en choque cuando miró a escondidas adentro y comprobó quién era su huésped.
Allí, dentro de la sala de estar, tomando café y riendo con su padre no era nadie más que la mismísima Bette Porter. Tina se había quedado allí parada boquiabierta por un minuto hasta que su padre finalmente notó su presencia.
“¡Hola cariño!” Ken saludó a su hija alegre. “¡Mira quién está aquí!” Él sonrió cuando señaló emocionado en la morena a su derecha.
“¡Hey Kenna. Tina!” Bette se detuvo mientras sonreía de oreja a oreja. “¿Sorprendida?” Ella se rió de la expresión de shock en la cara de la rubia.
“Quu-e” Tina miraba entre su padre y Bette. “¿Qué?” Finalmente manejó decir. “¿Qué haces aquí?” Ella tragó difícilmente.
“Christina Kennard.” Ken dijo en cólera falsa. “¿Porqué no me dijiste que estabas con Bette Porter anoche?” Dijo mientras cruzaba sus brazos en su pecho.
“Bien. Y.yo. nosotras.” Tina tardamudeó mientras su cerebro luchaba para pensar en una explicación decente. Ella le había dicho a su papá esa mañana que la razón por la que no volvió a casa era porque se había quedado atrapada dentro de un elevador toda la noche - por supuesto que no incluyó la parte de Bette que estaba allí con ella.
“Es una buena cosa que Bette haya venido aquí a explicarme.” Ken dijo mientras golpeaba ligeramente a la morena en el hombro. Bette sonrió con aire satisfecho mientras movía su cabeza hacia arriba y hacia abajo.
“¿Huh?” Tina surcó su frente mientras miraba a los dos. ¿Qué le dijiste Porter? Gritó dentro de su cabeza.
Ken exhaló en voz alta mientras miraba a Tina con orgullo. “Mi hija. Es un héroe.” Émitió en Tina.
“¿Quuuué??” ahora Tina estaba más allá de confundida. ¿Cómo se hizo ella un héroe?
Bette se rió internamente del estado de confusión de Tina. Despejó su garganta en un esfuerzo de aligerar un poco la mente de la rubia. “Le platiqué a tu papá cómo me salvaste de un grupo sombrío de hombres anoche.” Dijo en su mejor voz dramática. “Su hija defendió mi honor y preservó mi inocencia y pureza.” Ella miraba a Ken y tiró de la cara más patética que jamás había puesto. Y para su diversión, trabajó realmente. Ken se miraba como si quisiera llorar. Estaba tan orgulloso de su niña por un hecho tan admirable y valiente. Bette decidió entonces empujar un poco más lejos. “Es debido a mi deuda eterna de gratitud a su hija por lo que he venido aquí a pedir su perdón.” Dijo mientras miraba abajo en el piso y levantó suavemente su cabeza para arriba otra vez. Actuación dramática de libro de texto. Estilo Porter.
“¿Qué? ¿Porqué?” Ken se inclinó adelante mientras escuchaba cada palabra de Bette. El encanto de Porter definitivamente le consiguió el gancho, la línea y el plomo.
“Fue mi culpa por la que su hija no pudo llegar ayer por la noche a casa.” Bette miraba a Ken tristemente. “Estaba tan preocupada por demostrarle mi agradecimiento que insistí en invitarla a comer.” Ella sacudió su cabeza al lado mientras miraba abajo en sus manos. “Fui la responsable de llevar a Tina a ese edificio con el elevador descompuesto.” Ella cubrió su boca y lloriqueó. Dios Porter, pensó, te mereces un premio por esto. “Lo siento tanto Sr. Kennard.” Exclamó dramáticamente mientras doblaba su cabeza abajo en falsa vergüenza.
“Ya, ya.” Dijo Ken mientras ponía una mano confortante en el hombro de Bette. “No tienes que disculparte.” Dijo sinceramente. “Estoy feliz de que ambas estén sanas y salvas.” Él sonrió en Bette y su hija.
Tina mordió los interiores de sus mejillas para evitar reir estrepìtosamente mientras miraba la escena revelarse. ¿Quién sabía que Porter era absolutamente la reina del drama? Pensó divertida.
Ella vio a su padre que le indicaba que se acercara a ellos y así lo hizo. “¿Sí papá?” Preguntó mientras se colocaba ante él.
“Ya no estás castigada.” Dijo Ken con una sonrisa. “Si solamente me hubieras dicho la verdad antes, no te habría castigado.” Se levantó y colocó un brazo en el hombro de Tina. “Te habrías ahorrado mucho apuro, kiddo.” La abrazó un poco más cerca de él. “Espera ¿puedes ir a la cocina y preparar más café cariño?” Preguntó mientras observaba ahora la taza vacía de Bette en la mesa.
“ Seguro Papá.” Tina sonrió en él antes de echarle a Bette una mirada. La morena le sonrío pícara desde su lugar en el sofá.
“¿Oh Bette?” dijo Ken cuando dió vuelta de nuevo a su huésped, la morena levantó rápidamente la vista. “¿Puedes hacerme un favor?” Le preguntó mientras sonreía en Bette.
“Cualquier cosa Sr. Kennard.” Bette puso una mano en su pecho. Cualquier cosa para mi futuro suegro, pensó jubilosa.
“Mi hija.” Ken dijo en una voz suave mientras cabeceaba hacia la cocina. “..es una chiquilla realmente buena. Pero no tiene muchos amigos aquí en LA.” Suspiró mientras miraba abajo en su regazo. “Sé que ella ha sido muy tímida y solitaria.” Agregó. “Que es por lo que estoy agradecido de que tenga a Jenny en su vida. Y no puedo decirte como estoy de feliz de que haya encontrado a otra amiga en ti también.” Él sonrió mientras miraba para arriba y encontraba la mirada de Bette. “Sé que esto es demasiado pedir pero ¿puedes continuar ocupándote de mi pequeña princesa Bette?” Le pidió sinceramente. “Solo pienso que es sano que ella tenga gente como tu en su vida.” Agregó con una sonrisa leve.
Bette tuvo que sonreír con las palabras de Kenneth Kennard. Si solamente él supiera cuánto significaba escuchar esas cosas de él. Era como si él pronunciara las palabras más mágicas del mundo. “Puede estar completamente seguro de que cuidaré muy bien de ella Sr.” Contestó honestamente. “Lo prometo.” Con todo mi corazón, sonrió.
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“Wow.” Dijo Bette mientras caminaba hacia fuera del edificio de viviendas de Tina. “Fue mi primera vez dentro de la casa de un hombre pobre.” Miraba a la rubia detrás de ella. “Tu casa entera es tan grande como mi armario de zapatos.” Dijo con genuino asombro.
Tina rodó sus ojos mientras miraba a la morena. “¿Apenas tu armario de zapatos?” Ella sacudió su cabeza. ¿Y entonces qué tan grande sería el armario de la ropa? Se preguntó.
“Sí.” Bette se encogió de hombros. Realmente, creo que mi armario de zapatos es un poco más grande, pensó. “¿Solamente que sabes algo?” Preguntó mientras Tina se acercaba a pocos pasos.
“¿Qué?” Tina preguntó, anticipando otro insulto referente a cómo de pequeño era su apartamento. Sabía que Bette no quería insultarla, sino que a veces venía naturalmente a la morena.
“Tu casa me gusta más que la mía.” Bette declaró, tomando totalmente por sorpresa a la rubia. “No sé, pero parece, cálida, ¿sabes?” Ella sonrió en Tina. Era realmente verdad. El pequeño apartamento de Tina tenía el calor que la mansión enorme de Bette carecía. Era un hogar. considerando que el domicilio de Bette era apenas una casa.
Tina tuvo que sonreír por las palabras de Bette. pero también se sintió un poco triste por la morena. Podía sentir el anhelo en la voz de Porter mientras hablaba. Solo sabía que Bette quería la clase de hogar que ella tenía. “¿Quieres dar una caminata?” Preguntó a la morena mientras daba vuelta alrededor para hacerle frente a Bette.
“Seguro.” Bette sonrió cuando tomó su lugar al lado de la rubia y comenzaron su pequeña caminata alrededor de la vecindad asustadiza de Tina. Después de algunos minutos de silencio, Bette finalmente habló en voz alta. “Hey Kennard.” Susurró.
“¿Sí?” Tina contestó mientras golpeaba un pequeño guijarro con el pie en la acera.
“Finalmente fue agradable conocer a tu papá.” Dijo Bette sinceramente. “Me gusta.” Sonrió. Era un cambio tan agradable ver a un padre que amaba abiertamente a su hija. Los abrazos, las palabras cariñosas, el beso en la frente. Tina era muy afortunada. Melvin Porter estaba en contra de tales exhibiciones de afecto.
“Él es grande. Me da gusto que te causara una buena impresión.” Tina sonrió de oído a oído. “Hey Porter ¿qué hizo que decidieras conocer a mi papá?” Preguntó curiosa.
“Acababa de pensar que era hora de conocer a mi futuro suegro.” Bette hizo muecas mientras Tina rodaba sus ojos. “Tu sabes, después de que dormimos juntas y todo.” Bromeó, no obstante mitad-seria.
“¡Deja de decir eso como si hubiéramos tenido sexo!” Tina amonestó a la morena.
“¿Quieres decir que no lo hicimos?” Bette bromeó, levantando una ceja. “¡Es broma! ¡Es broma!” Ella rió mientras Tina comenzaba a golpearla con fuerza en el brazo un par de veces.
Después de algunos minutos más solo de caminar y de hablar, la pareja decidió dirigirse de nuevo en dirección del apartamento de Tina puesto que el sol comenzaba a meterse. Innecesario decir, Bette estaba feliz de que Tina podía finalmente hablar ahora cara a cara con ella otra vez. Había estado un poco más que preocupada cuando la rubia parecía no poder mirarla a los ojos en todo el dia en la escuela. Finalmente dió un suspiro de alivio cuando el hielo que Tina había fijado entre ellas finalmente se derritió.
“Anoche fué definitivamente memorable.” Bette sonrió cuando dieron vuelta a la esquina en la calle de Tina. “Pero, no pudimos incluso compartir una comida o montar en la rueda de Ferris.” Suspiró. “Y sabes que.”
“¿Qué?” Tina preguntó, robando un vistazo oblicuo en Bette.
“Pienso que me debes otra cita.” Bette miraba a Tina esperanzadamente con una sonrisa.
Tina rió un poco de esto. “Bien. Creo que si.”
Bette hizo muecas de oído a oído y miró abajo en sus pies mientras el entusiasmo y la felicidad atravesaban sus venas. “Grande.” Suspiró, totalmente emocionada. Tendría otra cita con Kennard. Otra oportunidad de hacer buenas memorias. Ella no se había sentido asi de eufórica desde entonces, desde que. Bette surcó su frente mientras recordaba repentinamente algo muy importante. La memoria preciosa destellaba en su mente tan viva, no habría podido ser una jugarreta de su imaginación o parte de un sueño hermoso. Era verdadero, tenía que ser verdadero. Ella lo sentía, y lo sabía. “Hey Kennard.” Susurró mientras retrasaba su paso.
“¿Qué?” Tina preguntó a medida que continuaba caminando, un poco olvidadiza al hecho de que la morena ahora se retrasara detrás de ella.
“Creo que hice algo anoche.” Bette comenzó mientras paraba sus pasos. “Solo que no creo que lo recuerdes.” Agregó. La rubia notó repentinamente que caminaba ya sola y paró también.
“¿Realmente? ¿Qué hiciste?” Tina volvió e hizo frente a la morena detrás de ella. Caminó un par de pasos hacia Bette e inclinó su cabeza al lado en anticipación de las palabras siguientes de la morena. “¿Me estuviste toqueteando durante mi sueño?” Bromeó.
“Nope.” Bette sonrió y sacudió suavemente su cabeza. Pienso que mejor que eso, hizo una danza feliz dentro de su cabeza.
“¿No? Me sorprendes.” Tina se rió entre dientes. No le daría realmente una sacudida eléctrica si Bette hubiera hecho uno o dos movimientos. Después de todas las clases de tomadura de pelo y de insinuacíones que la morena le hacía, medio lo esperaba.
“Sin embargo fue algo muy digno. Pienso que te gustó lo que hice.” Bette encogió los hombros e hizo muecas picaramente.
“¿Huh? ¿Qué hace que digas eso?” Tina levantó una ceja mientras cambiaba de puesto su peso a partir de un pie a otro.
“No te defendiste.” Bette susurró suavemente, sus ojos bailaban alrededor en júbilo.
Tina surcó su frente mientras miraba a la morena delante de ella. Comenzaba a sentir algo peculiar, las mariposas en su estómago cuando la palabras de Bette la ponían levemente nerviosa. “¿Qué hiciste Porter?” Preguntó un poco sin aliento y apoyando la respuesta de Bette.
“Ésto.” Bette sonrió mientras tomaba la mano de Tina y la jalaba más cerca. Tan pronto como sintiera el cuerpo de la rubia cerca, se inclinó adelante y capturó los labios suaves de Tina en los propios. El beso era apacible, dulce y lleno de promesas de cosas por venir. Sus interiores se derritieron prácticamente mientras juraba que podía sentir que Tina respondía a ese beso. Después de un minuto o de dos, Bette se separó y sonrió mientras miraba la expresión estupefacta en la cara de Tina. “Buenas noches Kennard.” Susurró antes de que diera vuelta alrededor y caminara hacia su limusina en la distancia.
“Mierda.” Tina susurró bajo su respiración mientras miraba a Bette entrar en la limusina. Recorrió suavemente un dedo sobre sus labios y suspiró. ¿Un nuevo amor, huh? No pudo evitar la mueca torpe que se formó en su cara mientras volteaba y caminaba hacia la entrada del edificio. Con una mano asomando sobre la perilla, dio vuelta lentamente a su cabeza para mirar el coche que se perdía en la distancia. “Buenas noches Porter.” Susurró antes de abrir la puerta y entrar.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Fecha de inscripción : 06/03/2008
Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO VEINTITRÉS: Poesía
MARTES. 8:10. Edificio de viviendas de Tina Kennard.
“Ahora voy. ¡Papá Bye!” Una rubia gritó despidiéndose mientras cerraba de golpe la puerta de su apartamento. Un pequeño suspiro se escapó de sus labios cuando su mente volvió a los acontecimientos de ayer por la noche por enésima vez. De nuevo a Bette Porter. De nuevo a ese beso. Es solo un beso ¿correcto? Se preguntó mientras bajaba el tramo de escalones familiares. ¿Pero qué fue lo que Louie Armstrong dijo una vez? Oh correcto, un beso sigue siendo un beso. Y por mas que lo intentara, Tina no podía negar eso. Tanto como su cerebro quería pensar de otra manera, ella sabía la verdad. Bette podía haber iniciado el beso, pero ella era también culpable porque había respondido al beso de la morena. Y tanto como le dolía admitirlo, le había gustado realmente, al punto de jugarlo de nuevo repetidas veces dentro de su cabeza. Y eso no hizo nada mas que meterla en un conflicto mayor . ¿Bette Porter como su nuevo amor? Suspiró mientras alcanzaba la salida. Su mente intentaba rechazar la idea, pero su corazón se encargaba de decirle y hacerle sentir lo correcto que era.
¿Me pregunto cómo cambiará la dinámica de nuestra relación? Reflexionaba mientras abría la puerta principal. Lo que nunca se imaginó fue que su pregunta sería contestada tan pronto como caminara fuera de su edificio. El aire salió momentáneamente de sus pulmones mientras sus ojos bailaron alrededor de la imagen de una heredera engreída que se inclinaba detrás contra su coche estacionado en la acera.
“`¡Buenos dias Kennard!”
“¿Qué estás haciendo aquí?”
“Woww. Un saludo agradable.”
“Lo siento. Porter buenos dias. ¿Qué tal eso?”
“Mucho mejor.”
“Bien. Asi que ¿Qué estás haciendo aquí tan temprano por la mañana?”
“He venido a recogerte.”
“¿Porqué?”
“Porque podríamos ir juntas a la escuela, ¡tonta!”
“¿Realmente ahora? ¿Qué hace que pienses que iré contigo?”
“¿Porque soy irrestible?”
“¡Hah! No te adules.”
“¿Porque estoy desbordando encanto?”
“Infierno No.”
“¿Porque estoy diciendo por favor?”
“…”
“Por favor Kennard.”
“…”
“Por favor.”
“…”
“Por favor. Te lo ruego.”
“Dios. Muy bien.”
“¡Yay!”
“Limpia esa mueca de tu cara.”
“No puedo. Es demasiado duro.”
“Intenta.”
“Ayudame.”
“¿Cómo?”
“Dame un beso.”
“…”
“Estoy esperando.”
“Puedes quedarte con esa cara.”
Toda la fuerza de voluntad de Tina Kennard fue probada seriamente mientras se incorporaba al lado del pasajero del coche deportivo rojo de Bette. Le tomó casi toda la cantidad de serenidad de su cuerpo abstenerse de reir por el atrevimiento de Bette. ¡Oh! ¿y sobre su pregunta sobre la dinámica de su relación? Parece como si todo estuviera igual, apenas la tomadura de pelo y el ligarse comenzaban a adquirir una vida propia.
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MIÉRCOLES. 12:50 P.M. Academia de Redwind, vestíbulo de la primera planta.
Bette hizo absolutamente malabares cuando corrió repentinamente fuera de la cafetería y se dirigió en dirección del edificio principal de la escuela. Los cuerpos volaron y las cosas se estrellaron en tierra mientras chocaba con los estudiantes confiados a lo largo de su camino. Nunca antes había considerado el caos que dejaba a su paso, ella estaba en una misión y no tenía tiempo que perder. A pesar de resbalarse y golpearse algunas veces mientras corría a través del vestíbulo nuevamente encerado de la primera planta, no hizo caso del dolor embotado que sentía y continuó en su camino. Respiró pesadamente mientras azotaba su cabeza alrededor en busca de alguien. La hora del almuerzo casi había terminado y el vestíbulo comenzaba a llenarse de estudiantes de nuevo. Su corazón latió furiosamente dentro de su pecho cuando vio un flash del pelo rubio familiar en su visión periférica. Suspiró. Finalmente, la encontró. Dio vuelta a su cabeza a la derecha y vio a Tina viniendo de la clínica.
“¡Kennard!”
“¿Hm? Oh hola portero.”
“¿Qué sucedió? Oí que te trajeron a la enfermería.”
“Oh, nada serio. Me caí en las escaleras y me golpee un poco la cabeza.”
“¡¡¿Qquuuéé?!! ¡¿Cómo demonios eso no es serio?!”
“Todo lo que conseguí fue este pequeño chichón en la cabeza, ¿ves?
“¡Mierda santa!”
“Calmate Porter. Incluso no lastima mucho.”
“Ven aquí.”
“H-hey! Q-qué - que haces???”
“Besando tu metida de pata, supuestamente hace que te sientas mejor.”
“¡Sueltame Porter! ¡La gente está mirando!”
“¿A quién le importa? Dejalas mirar fijamente. Esa será la única cosa que puedan hacer.”
“Esto es embarazoso, deja de abrazarme.”
“Solo quiero sostenerte durante algún tiempo. Sabes me tenías preocupada.”
"Está bien. Pero solamente por un minuto más.”
“De acuerdo.”
“U . Hey Porter.”
“¿Sí?”
“Me gusta tu champú, huele como la fresa. Y.” - -sniff sniff- “.Me gusta tu loción también. De vainilla ¿correcto?”
“¿Kennard?”
“¿H ?”
“¿Tienes hambre no es así?”
“¿Es obvio?”
“Sí.”
“ El comentario de la fresa y la vainilla me descubrieron?”
“Mucho.”
“Maldición. No pude comer el almuerzo.”
“No te preocupes, te conseguiré una ensalada de la cafetería.”
“¿Realmente? No tienes que hacer eso sabes.”
“Insisto.”
“Gracias.”
“U . Sé que tienes hambre y que estás más allá de tu límite , ¿pero puedo por favor sostenerte solo un poco más?”
“Bien, pero solo porque me estás comprando el almuerzo.”
“Gracias.”
“Porter.”
“¿H ?”
“Quita tu mano de mi trasero.”
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JUEVES. 10:10.
Distraída, Tina golpeaba ligeramente sus dedos en su escritorio mientras sus ojos permanecían clavados en el reloj montado en la pared. Surcó su frente en la concentración mientras miraba cada pequeño movimiento de las manecillas. ¿Dónde coño estás? Preguntó en la frustración mientras echaba un vistazo momentáneamente al lado en la silla vacía al lado de ella. La voz ruidosa del profesor que venía del frente de la sala de clase se decoloró en el fondo mientras sus oídos escuchaban atentos el sonido suave del “tic-tac” del reloj. ¿Qué habían dicho alguna vez sobre la ausencia que hace que el corazón se encariñe más? Suspiró, la verdad de esas palabras ahora la golpeaban como una tonelada de ladrillos.
Ahora era jueves. Cuatro días después de su primera cita, tres días después de su primer beso, dos días después de su primera llegada en Redwind juntas y un día después de su primera exhibición pública de afecto en la escuela. Y ahora, en el día en que supuestamente tendrían su primera comida juntas dentro de la cafetería, Bette no se encontraba por ninguna parte. Habían pasado solamente quince minutos después del receso y la vista de la silla fría, vacía al lado de Tina la irritaba al extremo. Después de todo, ¿no había sido la morena la que insistió tanto ayer por la noche para que compartieran una comida juntas en la escuela hoy?
Tina hizo su rabieta mientras miraba abajo en la bolsa de papel marrón cerca de su pie. No podía creer que se había despertado realmente temprano esa mañana para preparar los waffles de plátano. Oh bien, entonces rodó sus ojos, más alimento para mí, pensó. Intentó minimizar el hecho de que ella las hiciera porque un pequeño pájaro llamado Alicia Pieszecki le dijo de manera muy confidencial que era la comida preferida del desayuno de Bette.
Es mejor que tengas una buena excusa Porter, advirtió a la morena dentro de su cabeza mientras cerraba sus puños en cólera. Cuando Bette no estaba en el salón a la hora del homeroom, Tina no estaba realmente preocupada. La morena probablemente se había quedado dormida sin sentir su alarma, después de todo, se habían desvelado bastante, bromeando y discutiendo una con la otra por el teléfono. Pero cuando el primer período terminó y la segunda clase comenzó, la rubia finalmente se encontraba ansiosa. No era como si Bette olvidara tan fácilmente una promesa que le había hecho. ¿Algo le sucedió? El estómago de Tina comenzó repentinamente a hacer flip-flop cuando su mente pasó a través de varios panoramas mórbidos. No. No. Tina sacudió su cabeza violentamente al lado. debo pensar en cosas agradables.Suspiró cuando su cerebro comenzó a jugar de nuevo con los acontecimientos de los últimos días. Joder, esto no está ayudando ciertamente, gimió dentro de su cabeza. Las memorias sirvieron solamente para empujar su preocupación incluso a mayores alturas. ¿Dónde estás Porter? Su mente gritó en señal de socorro.
Y como si para contestar a la llamada de la rubia, la puerta de la sala de clase se abrió repentinamente para revelar la presencia de una cansada, pero a la vez feliz morena. Sonrió brillantemente cuando sus ojos enfocaron automáticamente a una persona que se veía enojada pero a la vez aliviada: Tina. No hizo caso de las miradas sorprendidas de su profesor y de sus otros compañeros de clase mientras caminaba alegre hacia su lugar al lado de la rubia. “Hey.” Saludó a su compañera de asiento tan pronto como su culo tocara la silla. “Siento haber llegado tarde.” Susurró casi sin aliento mientras colocaba su bolso en el piso. Vio la expresión cruzada en la cara de Tina y decidió que una explicación estaba en orden. “Tuve que conducir a San Diego para esto.” Dijo mientras colocaba una pequeña caja blanca en el escritorio de Tina. “Hay una panadería allí que tiene el mejor danés de arándano en toda California.” Sonrió mientras señalaba en la caja. Sabía que cuando Tina le dijo la noche anterior que anhelaba un cierto danés de arándano ella tenía que ira conseguir alguno para la rubia. Antonio, su cocinero principal, le había dado un tip, le dijo que había descubierto una pequeña panadería pintoresca que era absolutamente famosa por eso. Aunque dejara su casa a una hora temprana esa mañana, un congestionamiento vehicular inesperado causado por un accidente en la autopista sin peaje le hizo descarrilar sus planes casi perfectos. Mientras manejaba detrás de los otros coches, en medio del tráfico, lamentó repentinamente no haber llevado su propio chofer. Cansada como estaba, emitió un suspiro de alivio cuando por fin llegó a Redwind con algunos minutos de sobra antes del receso.
Tina miró fijamente la caja por algunos buenos segundos antes de que explotara en una sonrisa. ¿Cómo podría permanecer enojada ahora con Bette? Sacudió su cabeza levemente mientras miraba a escondidas adentro, la vista del alimento exquisito la saludó e hizo su boca salivar. “Wow.” Respiró feliz anticipándose al banquete.
Bette hizo muecas de oído a oído mientras observaba la mirada en la cara de Tina. “Estoy alegre de que te guste.” Susurró, la fatiga que sentía se derretía lejos al ser recompensada con la sonrisa más hermosa que jamás había visto. Ella gozaba realmente de esto, hacer estas cosas desinteresadas para otras. La hacía feliz más allá de las palabras. Sacudió su cabeza al recordar a la vieja Bette Porter egoísta y egocéntrica. Si solamente hubiera conocido antes la satisfacción que se sentía al hacer a otra gente feliz, quizá entonces, las cosas en su vida habrían sido de alguna manera mejor.
“Gracias.” Tina sonrió mientras cautelosamente colocaba la caja con el danés dentro de su bolsa de papel marrón. Era dulce que Bette hiciera esta cosa para ella. Era un gesto simple que hablaba volúmenes. Le asombró que la morena la escuchara realmente anoche. Ella recordaba apenas hablar de su antojo por los dulces cuando hablaban del receso. Miró a su compañera de asiento y sonrió un poco. Con cada día que pasaba, Porter parecía hacer algo que la tomaba totalmente por sorpresa. Conjeturo que hay realmente más en ti de lo que se ve, pensó. Comenzaba a lamentar el abrigar tales diagonales injustas hacia Bette por los últimos cuatro años. Creo que nunca conoces realmente a una persona hasta que pasas tiempo con ella, musitó.
“¿Notaron mi ausencia?” Bette rompió el ensueño de Tina mientras cabeceaba hacia el profesor que daba una conferencia en frente.
Tina surcó su frente cuando pensó en la pregunta de Bette. No lo sabía realmente, había estado distraída toda la clase puesto que estaba preocupada esperando a Bette. “Yo. No creo, todo está bien.” Contestó débil encogiéndose de hombros .
“Oh. Muy bien.” Bette dijo mientras estiraba un poco sus brazos . Miró a su compañera de asiento y entrecerró sus ojos con travesura. Habían algunos minutos de sobra hasta el descanso y quiso pasar el tiempo con un poco de ligue. “Hey Kennard.” Comenzó mientras la rubia levantaba una ceja en ella, como lo hacía generalmente. “¿Me extrañaste?” Sonrió mientras guiñaba un ojo.
Tina sonrió burlona mientras continuaba el juego, ahora ya estaba acostumbrada a este pequeño juego. “No. No lo hice lo más definitivamente posible.” Mintió a través de sus dientes. “Incluso no noté que no estabas aquí.” Dijo mientras sus ojos traicionaban sus sensaciones verdaderas.
Bette se inclinó adelante y trajo su cara más cerca a la rubia. “Que es demasiado malo porque te extrañé.” Susurró seria y honestamente.
Tina centelló mientras daba vuelta a una cortina muy agradable del rojo. Nada como una declaración honesta para coger totalmente a una persona a la defensiva y dejarla sin habla.
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“Para arriba aquí.” Dijo Bette mientras caminaba hacia la segunda planta de la cafetería. “Es más privado.” Sonrió mientras tomaba a Tina por la mano y la dirigía hacia las escaleras.
“Nunca he estado aquí antes.” Tina miraba alrededor mientras alcanzaban el final de las escaleras. Volteó y observó el comedor abajo mientras se inclinaba adelante en la repisa de madera. Ahora se sentía extraña mirando hacia abajo ya que por casi cuatro años ella miraba siempre para arriba a este balcón a partir de una de las mesas de abajo. De alguna manera se sentía un poco surrealista. Ahora sabía como era para Bette y 4F cuando miraban abajo en los estudiantes desde su lugar de arriba. Las privilegiadas de la escuela tenían realmente una vista excelente de sus subordinados.
“Sentémonos allá.” Bette señaló a la mesa vacía adornada con cuatro sillas muy confortables. No tenías que ser un increíble científico para saber que estaba reservado para 4F.
Tina miraba encima a donde la morena señalaba y lentamente la siguió hacia la mesa. Bette se sentó en su silla acostumbrada y Tina surcó su frente un poco cuando la morena le señaló que se sentara al lado de ella. no tenía la menor idea que le pedía que se sentara en la silla de Sam.¡ Ah, la ironía!, Tina sonrió mientras caminó en la otra dirección y se sentó en la silla de Shane, que estaba directamente enfrente de Bette. La morena frunció el ceño ante la distancia inaceptable entre ellas y se levantó. Caminó alrededor de la mesa y se derrumbó abajo al lado de Tina en el asiento de Alicia.
“Así es mejor si vamos a compartir el alimento.” Bette encogió los hombros mientras Tina la miraba divertida. La morena acercó su silla más hacia la rubia mientras Tina comenzaba a sacar el contenido de su bolsa de papel marrón y lo puso encima de la mesa.
“Aquí.” Tina empujó el envase con las galletas de plátano hacia Bette, intentando lo mejor que podía mantener una cara seria e inocente. Fingió estar ocupada sacando los cubiertos y poniendo algunos pedazos del danés de arándano en un plato mientras robaba vistazos en la morena al lado de ella.
“Wow.” Bette exclamó sorprendida cuando finalmente quitó la tapa del envase y vio su contenido. “¿Tu sabías?” Miró a Tina asombrada señalando en las galletas.
“¿Qué?” Tina jugó inocente.
“¡Amo los waffles de plátano!” Bette sonrió de oído a oído mientras su boca comenzaba a salivar.
“¿Oh realmente?” Tina fingió sorpresa. Muy en el fondo, estaba realmente feliz de la reacción que había consequido. Parece que mis esfuerzos no fueron en vano después de todo, pensó divertida.
“¡Sí!” Bette frotó sus manos con felicidad. “Ésta es una coincidencia tan agradable. ¡Gracias Kennard!” Hizo muecas como una niña.
“De nada.” Tina se encogió indiferente mientras ocultaba su sonrisa detrás de un vaso de jugo de naranja.
“¡Comamos!” Bette aplaudió su mano una vez antes de que se lanzara en los waffles y apuñalara una porción grande con su tenedor. Cerró los ojos mientras colocaba un pedazo enorme dentro de su boca. “EstoEsRealmenteBueno.” Masculló mientras masticaba codiciosa.
“Por supuesto. Yo lo hice.” Tina sonrió mientras mordía en un pedazo de danés. Ahora era su turno para gemir de placer pues el sabor rico del arándano estalló dentro de su boca. “Mmmmm…” Suspiró feliz. Porter no bromeaba cuando dijo que éste era el mejor danés de arándano de California.
“¿Es así como hacen foreplay?” Alicia rió cuando ella y los otros miembros de F4 caminaban hacia Bette y Tina, las dos estaban tan ocupadas emitiendo los sonidos de placer mientras comían que no las oyeron subir las escaleras. “Siento como si estuviera mirando pornografía suave.” Hizo muecas mientras miraba las caras de las dos que estaban perdidas en éxtasis puro.
“Vete a la mierda Al.” Bette se deslumbró en su amiga. “¿Qué se supone que están haciendo aquí chicas?” Señaló su tenedor en ellas y entrecerró sus ojos. Recordaba haberles dado instrucciones terminantes a las tres de que no debían ser interrumpidas durante el receso.
"Oh pasamos cerca para conseguir un poco de café y saludarlas.” Shane explicó. Bien, la verdad era que Alicia quería comprobar como estaban las dos. Una Alicia curiosa era muy peligrosa a dirigir así que Shane y Sam decidieron contra su mejor juicio acompañar a su chismosa amiga. En vez del espionaje en Bette y de Tina desde abajo, como era el plan original de Alicia, las dos pudieron convencerla de acercarse unos momentos para saludarlas. Era menos aventurado de esa manera.
“¡Entonces, hola!” Sam agitó rápidamente su mano antes de darle a Alicia una mirada seria. “Ahora vayamos a conseguir el café.” Dijo moviendo su cabeza hacia las escaleras.
“O o, waffles de plátano.” Alicia no hizo caso de Sam y señaló en el alimento delante de Bette. “Bien.” Ella levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo mientras guiñaba con complicidad en Tina. Sonrió mientras finalmente descubría lo que quería realmente saber. Estaba realmente curiosa por saber si Tina había seguido el pequeño consejo que le dió el otro día, porque si lo había hecho, Alicia iba a tomarlo como muestra de que a la rubia también le importaba su amiga. De cierta manera, era como una pequeña prueba para Alicia. Una pequeña prueba que Tina Kennard pasó con excelentes notas.
“¿Quieren algo chicas?” Tina preguntó a las tres muchachas que se colocaban delante de su mesa mientras señalaba en el danés y las galletas.
“¡No gracias!” Las tres contestaron al unísono viendo a Bette deslumbrarse en ellas mientras ponía sus brazos protegiendo el envase de galletas. Tina estaba totalmente ajena a la exposición de avaricia de la morena pues estaba demasiado ocupada mirando para arriba a los otros miembros de 4F.
“Ahora mejor nos vamos a conseguir nuestro café.” Shane sonrió, agarrando la blusa de Alicia por detrás y jalando a su amiga. “¡Bye chicas!” Agitó su mano mientras Sam y Alicia hacían lo mismo.
“Adiós.” Bette entrecerró sus ojos en sus amigas antes de volver a su comida. Cuando las tres marionetas finalmente se fueron, dio vuelta a Tina y ofreció un pedazo de waffle en su tenedor. “¿Quieres?” Preguntó mientras sostenía el tenedor un par de pulgadas lejos de los labios de la rubia.
“Nope. Estoy bien.” Tina contestó mientras agarraba su danés. Bette encogió los hombros y comió lo que le ofrecía.
“Hey Kennard.” Bette pidió la atención de Tina después de algunos minutos de silencio relativo.
“¿H ?” Tina preguntó mientras se lamía el remanente del arándano en sus dedos. Bette estaba fascinada con la vista.
“¿Puedes darme una probadita?” Bette susurró distraidamente, mirando los dedos limpios de Tina. Maldición, ella envidiaba los arándanos ahora mismo.
“Seguro.” Tina cogió una pequeña porción de su danés y la trajo cerca de Bette. “Aquí va.” Dijo antes de que mirara lejos por un minuto para pedir al mesero un vaso de agua. Esperaba que Bette tomara el danés de sus manos para una mordida rápida, la sorpresa la cogió definitivamente cuando sintió la boca caliente de la morena envolviendo sus dedos. “Qué--” Volteó su cabeza inmediatamente al lado mientras miraba fijamente a Bette en choque. La morena la miraba pícaramente mientras masticaba su alimento.
“Delicioso.” Bette hizo muecas de oído a oído mientras movía una ceja en Tina.
“Perv.” Tina dio una palmada a Bette en el brazo y sacudió su cabeza en incredulidad. Miró lejos cuando sintió sus mejillas el consumirse de nuevo. Porter maldita.
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De regreso dentro de la sala de clase, Bette y Tina se sentaban de lado a lado en silencio mientras el viejo profesor de literatura hablaba enfrente. Por una vez, la morena no intentó distraer a su compañera de asiento. Bette escuchaba atenta mientras el profesor daba las introducciones y las instrucciones necesarias sobre la actividad oral que estaba programada para ese período. Fueron dadas unas tareas ayer para recitar un pedazo corto de literatura que era especial para ellas. Podía estar bajo la forma de poema, lírica, canción, o cualquier cosa. La mayor parte de sus compañeros de clase optaron por los poemas clásicos de amor, los sonetos dramáticos y los versos apasionados y pasaban al frente mientras los otros luchaban por contener la risa.
Bette miraba a Tina mientras el profesor anunciaba los nombres de la gente próxima a recitar. “Hey Kennard.” Dio un pequeño codazo a la rubia que parecía nerviosa.
“¿Qué?” Tina preguntó a medida que continuaba mirando fijamente el trozo de papel en sus manos. Respiraba irregularmente, aterrándose mientras luchaba por memorizar las palabras.
“¿Cuál es tu parte?” preguntó Bette, intentando leer el papel en las manos de Tina. Ella no podía explicarse porque el papel se sacudía bajo el tacto de la rubia.
“Quien alguna vez amó, un amor a primera vista? por Christopher Marlowe.” Tina contestó con la frente surcada mientras intentaba concentrarse en la tarea actual. Las palabras nadaban delante de sus ojos mientras el nerviosismo comenzaba a envolver todo su ser.
“Oh. Un poema.” Bette reclinó la barbilla en su mano y echó un vistazo de lado en Tina. Frunció el ceño un poco mientras observaba lo asustada que estaba su compañera de asiento . Terminará probablemente haciendo el ridículo delante de todos si esto continúa, sacudió su cabeza levemente.
“¿Porqué cuál es el tuyo?” Preguntó a Tina distraidamente. Jesucristo Kennard, se amonestó , ¡contrólate!
“Una canción.” Bette encogió los hombros. “Una canción de niños realmente.” Agregó con una sonrisa.
Tina frunció el ceño mientras levantaba momentáneamente la vista de su poema. “¿Una canción de niños?” Levantó una ceja. Esperaba que la morena recitara una parte difícil, un clásico de Shakespeare u otro gran autor para impresionarla. Nunca se le ocurrió que Bette Porter pudiera elegir algo tan simple como una canción de niños.
“Yep.” Bette sonrió con confianza. “Mirame.” Dijo con aire satisfecho mientras levantaba su mano para llamar la atención del profesor.
“¿Sí Srta. Porter?” El hombre maduro le preguntó cuando miró a la morena.
“Quiero ir después.” Dijo Bette mientras las otras muchachas en el salón comenzaron a murmurar con entusiasmo.
“Como usted quiera.” El profesor sonrió. “El piso es suyo.” Le dijo señalando la plataforma de enfrente.
Bette se deslizó al frente mientras sus compañeras de clase disfrutaban de su participación anticipadamente. Mientras se colocaba en la plataforma, sopló con confianza su pecho hacia fuera y despejó su garganta. El cuarto estaba en silencio mientras cada uno la esperaba para hablar. Bette guiñó en Tina antes de que comenzara a recitar las primeras líneas. No estaba en absoluto nerviosa puesto que sabía ese pedazo de memoria. Mientras crecía, ésa era la canción favorita de ella y Shane. Y con un profundo respiro, comenzó.
“Amo el pequeño gatito,
Su pelaje es tan caliente;
Y si no la lastimo,
Ella no me hará ningún daño.
No tiraré entonces de su cola,
Ni la alejaré;
Pero el gatito y yo
Jugaremos muy suavemente.
Acariciaré al pequeño gatito,
Y entonces ella ronroneará;
Y demostrara así sus gracias por
Mi amabilidad a ella.
No pellizcaré sus oídos,
Ni pisaré en sus patas;
A fin de no provocarla
¡Para utilizar sus garras conmigo!
Ella se sentará a mi lado,
Y le daré un poco de alimento;
Y el gatito me amará
Porque soy buena.”
Habían grillos dentro del cuarto cuando Bette acabó de recitar su parte. Se rió internamente mientras miraba las caras sorprendidas de sus compañeros de clase. Tina también la miraba como si le hubiera crecido una cabeza adicional. La rubia levantó una ceja en ella mientras luchaba por mantener una cara seria.
“Gracias Srta. Porter, eso fue… interesante.” El profesor dijo lentamente. En todos sus años de enseñaza de la literatura, nunca había oído a una estudiante recitar un pedazo tan maduro con insinuacíon sexual. “Usted, uh, puede ahora tomar su asiento.” Dijo mientras señalaba para que Bette volviera a su silla.
“Realmente.” Dijo Bette mientras cruzaba sus brazos a través de su pecho. “No era mi pedazo.” Admitió con una sonrisa boba. Los estudiantes comenzaron a susurrar el uno al otro confundidos mientras Bette reía un poco al frente. “Recité solamente eso de modo que algunas almas nerviosas aquí adentro pudieran relajarse un poco.” Miró a Tina y encogió los hombros. Tina podía solamente sacudir su cabeza divertida mientras el pequeño trabajo de Bette funcionaba, se había podido relajar un poco y ahora pensaba claramente. Tina guiñó a Bette en gratitud mientras la morena miraba al profesor de nuevo. “Si puedo, quisiera recitar mi pedazo verdadero.” Dijo mientras miraba hacia él por el permiso. “Sigue siendo una canción de niños.” Dijo mientras lo veía cabecear. “Es un pedazo muy simple, pero hay belleza y verdad en la simplicidad. Elegí esta canción porque dice mucho sobre lo que ha estado sucediendo en mi vida en estos últimos días.” Explicó un poco tímida. Exhaló profundamente mientras se preparaba de nuevo. Miraba a Tina directa a los ojos mientras le recitaba las líneas.
Conociéndote,
Conociéndololo todo sobre ti.
Empezándome a gustar,
Empezando a esperar que te guste.
Empezándote a conocer, a mi manera, pero bien.
Eres, justo, ideal para mí.
Conociéndote,
Empezando a sentirme libre y en paz,
Cuando tú estás a mi lado,
saber lo qué decir,
no te has dado cuenta,
que de repente todo tiene luz y color,
por todas las cosas nuevas y bellas,
que aprendo de ti,
día tras día.
Terminó de recitar y escuchó el sonido de un aplauso estruendoso. Algunos estudiantes tararearon realmente la canción en sus asientos. Bette sonrió de oído a oído mientras caminaba de regreso hacia su silla. “Era para ti.” Dijo suavemente a Tina cuando la rubia la miró con una sonrisa.
Pienso que el pedazo era aplicable a ti también, Tina pensó mientras Bette se acomodaba en su silla y movía una mano a través de su pelo negro rizado. Sacudió suavemente su cabeza y sonrió mientras levantaba su mano en el aire. “Quisiera recitar mi pedazo también.” Dijo mientras el profesor la miraba. Viendo una señal positiva del hombre, Tina se levantó con confianza. Antes de que caminara al frente, dobló su cuerpo levemente hacia Bette y susurró. “Pienso que te gustará mi pedazo.” Dijo con un guiño y una sonrisa.
Gustarle era una subestimación, porque a través de un poema simple, Tina finalmente emparejó el nivel de Bette de honradez y entró en términos con las sensaciones que intentaba difícilmente suprimir. Innecesario decir, a Bette Porter no solo le gustó, sino que lo amó.
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No está en nuestro poder amar u odiar,
la voluntad es desestimada por el destino
cuando dos almas se desnudan comienza el camino
Deseamos amar, el otro ganar;
y a esa persona por kien especialmente nos preocupamos
como dos lingotes de oro
La razón no hay persona que la conozca,
nuestros ojos censuran lo ke contemplamos
Donde ambos nos preguntamos, el amor es escaso
Quien alguna vez amó, un amor a primera visto
MARTES. 8:10. Edificio de viviendas de Tina Kennard.
“Ahora voy. ¡Papá Bye!” Una rubia gritó despidiéndose mientras cerraba de golpe la puerta de su apartamento. Un pequeño suspiro se escapó de sus labios cuando su mente volvió a los acontecimientos de ayer por la noche por enésima vez. De nuevo a Bette Porter. De nuevo a ese beso. Es solo un beso ¿correcto? Se preguntó mientras bajaba el tramo de escalones familiares. ¿Pero qué fue lo que Louie Armstrong dijo una vez? Oh correcto, un beso sigue siendo un beso. Y por mas que lo intentara, Tina no podía negar eso. Tanto como su cerebro quería pensar de otra manera, ella sabía la verdad. Bette podía haber iniciado el beso, pero ella era también culpable porque había respondido al beso de la morena. Y tanto como le dolía admitirlo, le había gustado realmente, al punto de jugarlo de nuevo repetidas veces dentro de su cabeza. Y eso no hizo nada mas que meterla en un conflicto mayor . ¿Bette Porter como su nuevo amor? Suspiró mientras alcanzaba la salida. Su mente intentaba rechazar la idea, pero su corazón se encargaba de decirle y hacerle sentir lo correcto que era.
¿Me pregunto cómo cambiará la dinámica de nuestra relación? Reflexionaba mientras abría la puerta principal. Lo que nunca se imaginó fue que su pregunta sería contestada tan pronto como caminara fuera de su edificio. El aire salió momentáneamente de sus pulmones mientras sus ojos bailaron alrededor de la imagen de una heredera engreída que se inclinaba detrás contra su coche estacionado en la acera.
“`¡Buenos dias Kennard!”
“¿Qué estás haciendo aquí?”
“Woww. Un saludo agradable.”
“Lo siento. Porter buenos dias. ¿Qué tal eso?”
“Mucho mejor.”
“Bien. Asi que ¿Qué estás haciendo aquí tan temprano por la mañana?”
“He venido a recogerte.”
“¿Porqué?”
“Porque podríamos ir juntas a la escuela, ¡tonta!”
“¿Realmente ahora? ¿Qué hace que pienses que iré contigo?”
“¿Porque soy irrestible?”
“¡Hah! No te adules.”
“¿Porque estoy desbordando encanto?”
“Infierno No.”
“¿Porque estoy diciendo por favor?”
“…”
“Por favor Kennard.”
“…”
“Por favor.”
“…”
“Por favor. Te lo ruego.”
“Dios. Muy bien.”
“¡Yay!”
“Limpia esa mueca de tu cara.”
“No puedo. Es demasiado duro.”
“Intenta.”
“Ayudame.”
“¿Cómo?”
“Dame un beso.”
“…”
“Estoy esperando.”
“Puedes quedarte con esa cara.”
Toda la fuerza de voluntad de Tina Kennard fue probada seriamente mientras se incorporaba al lado del pasajero del coche deportivo rojo de Bette. Le tomó casi toda la cantidad de serenidad de su cuerpo abstenerse de reir por el atrevimiento de Bette. ¡Oh! ¿y sobre su pregunta sobre la dinámica de su relación? Parece como si todo estuviera igual, apenas la tomadura de pelo y el ligarse comenzaban a adquirir una vida propia.
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MIÉRCOLES. 12:50 P.M. Academia de Redwind, vestíbulo de la primera planta.
Bette hizo absolutamente malabares cuando corrió repentinamente fuera de la cafetería y se dirigió en dirección del edificio principal de la escuela. Los cuerpos volaron y las cosas se estrellaron en tierra mientras chocaba con los estudiantes confiados a lo largo de su camino. Nunca antes había considerado el caos que dejaba a su paso, ella estaba en una misión y no tenía tiempo que perder. A pesar de resbalarse y golpearse algunas veces mientras corría a través del vestíbulo nuevamente encerado de la primera planta, no hizo caso del dolor embotado que sentía y continuó en su camino. Respiró pesadamente mientras azotaba su cabeza alrededor en busca de alguien. La hora del almuerzo casi había terminado y el vestíbulo comenzaba a llenarse de estudiantes de nuevo. Su corazón latió furiosamente dentro de su pecho cuando vio un flash del pelo rubio familiar en su visión periférica. Suspiró. Finalmente, la encontró. Dio vuelta a su cabeza a la derecha y vio a Tina viniendo de la clínica.
“¡Kennard!”
“¿Hm? Oh hola portero.”
“¿Qué sucedió? Oí que te trajeron a la enfermería.”
“Oh, nada serio. Me caí en las escaleras y me golpee un poco la cabeza.”
“¡¡¿Qquuuéé?!! ¡¿Cómo demonios eso no es serio?!”
“Todo lo que conseguí fue este pequeño chichón en la cabeza, ¿ves?
“¡Mierda santa!”
“Calmate Porter. Incluso no lastima mucho.”
“Ven aquí.”
“H-hey! Q-qué - que haces???”
“Besando tu metida de pata, supuestamente hace que te sientas mejor.”
“¡Sueltame Porter! ¡La gente está mirando!”
“¿A quién le importa? Dejalas mirar fijamente. Esa será la única cosa que puedan hacer.”
“Esto es embarazoso, deja de abrazarme.”
“Solo quiero sostenerte durante algún tiempo. Sabes me tenías preocupada.”
"Está bien. Pero solamente por un minuto más.”
“De acuerdo.”
“U . Hey Porter.”
“¿Sí?”
“Me gusta tu champú, huele como la fresa. Y.” - -sniff sniff- “.Me gusta tu loción también. De vainilla ¿correcto?”
“¿Kennard?”
“¿H ?”
“¿Tienes hambre no es así?”
“¿Es obvio?”
“Sí.”
“ El comentario de la fresa y la vainilla me descubrieron?”
“Mucho.”
“Maldición. No pude comer el almuerzo.”
“No te preocupes, te conseguiré una ensalada de la cafetería.”
“¿Realmente? No tienes que hacer eso sabes.”
“Insisto.”
“Gracias.”
“U . Sé que tienes hambre y que estás más allá de tu límite , ¿pero puedo por favor sostenerte solo un poco más?”
“Bien, pero solo porque me estás comprando el almuerzo.”
“Gracias.”
“Porter.”
“¿H ?”
“Quita tu mano de mi trasero.”
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JUEVES. 10:10.
Distraída, Tina golpeaba ligeramente sus dedos en su escritorio mientras sus ojos permanecían clavados en el reloj montado en la pared. Surcó su frente en la concentración mientras miraba cada pequeño movimiento de las manecillas. ¿Dónde coño estás? Preguntó en la frustración mientras echaba un vistazo momentáneamente al lado en la silla vacía al lado de ella. La voz ruidosa del profesor que venía del frente de la sala de clase se decoloró en el fondo mientras sus oídos escuchaban atentos el sonido suave del “tic-tac” del reloj. ¿Qué habían dicho alguna vez sobre la ausencia que hace que el corazón se encariñe más? Suspiró, la verdad de esas palabras ahora la golpeaban como una tonelada de ladrillos.
Ahora era jueves. Cuatro días después de su primera cita, tres días después de su primer beso, dos días después de su primera llegada en Redwind juntas y un día después de su primera exhibición pública de afecto en la escuela. Y ahora, en el día en que supuestamente tendrían su primera comida juntas dentro de la cafetería, Bette no se encontraba por ninguna parte. Habían pasado solamente quince minutos después del receso y la vista de la silla fría, vacía al lado de Tina la irritaba al extremo. Después de todo, ¿no había sido la morena la que insistió tanto ayer por la noche para que compartieran una comida juntas en la escuela hoy?
Tina hizo su rabieta mientras miraba abajo en la bolsa de papel marrón cerca de su pie. No podía creer que se había despertado realmente temprano esa mañana para preparar los waffles de plátano. Oh bien, entonces rodó sus ojos, más alimento para mí, pensó. Intentó minimizar el hecho de que ella las hiciera porque un pequeño pájaro llamado Alicia Pieszecki le dijo de manera muy confidencial que era la comida preferida del desayuno de Bette.
Es mejor que tengas una buena excusa Porter, advirtió a la morena dentro de su cabeza mientras cerraba sus puños en cólera. Cuando Bette no estaba en el salón a la hora del homeroom, Tina no estaba realmente preocupada. La morena probablemente se había quedado dormida sin sentir su alarma, después de todo, se habían desvelado bastante, bromeando y discutiendo una con la otra por el teléfono. Pero cuando el primer período terminó y la segunda clase comenzó, la rubia finalmente se encontraba ansiosa. No era como si Bette olvidara tan fácilmente una promesa que le había hecho. ¿Algo le sucedió? El estómago de Tina comenzó repentinamente a hacer flip-flop cuando su mente pasó a través de varios panoramas mórbidos. No. No. Tina sacudió su cabeza violentamente al lado. debo pensar en cosas agradables.Suspiró cuando su cerebro comenzó a jugar de nuevo con los acontecimientos de los últimos días. Joder, esto no está ayudando ciertamente, gimió dentro de su cabeza. Las memorias sirvieron solamente para empujar su preocupación incluso a mayores alturas. ¿Dónde estás Porter? Su mente gritó en señal de socorro.
Y como si para contestar a la llamada de la rubia, la puerta de la sala de clase se abrió repentinamente para revelar la presencia de una cansada, pero a la vez feliz morena. Sonrió brillantemente cuando sus ojos enfocaron automáticamente a una persona que se veía enojada pero a la vez aliviada: Tina. No hizo caso de las miradas sorprendidas de su profesor y de sus otros compañeros de clase mientras caminaba alegre hacia su lugar al lado de la rubia. “Hey.” Saludó a su compañera de asiento tan pronto como su culo tocara la silla. “Siento haber llegado tarde.” Susurró casi sin aliento mientras colocaba su bolso en el piso. Vio la expresión cruzada en la cara de Tina y decidió que una explicación estaba en orden. “Tuve que conducir a San Diego para esto.” Dijo mientras colocaba una pequeña caja blanca en el escritorio de Tina. “Hay una panadería allí que tiene el mejor danés de arándano en toda California.” Sonrió mientras señalaba en la caja. Sabía que cuando Tina le dijo la noche anterior que anhelaba un cierto danés de arándano ella tenía que ira conseguir alguno para la rubia. Antonio, su cocinero principal, le había dado un tip, le dijo que había descubierto una pequeña panadería pintoresca que era absolutamente famosa por eso. Aunque dejara su casa a una hora temprana esa mañana, un congestionamiento vehicular inesperado causado por un accidente en la autopista sin peaje le hizo descarrilar sus planes casi perfectos. Mientras manejaba detrás de los otros coches, en medio del tráfico, lamentó repentinamente no haber llevado su propio chofer. Cansada como estaba, emitió un suspiro de alivio cuando por fin llegó a Redwind con algunos minutos de sobra antes del receso.
Tina miró fijamente la caja por algunos buenos segundos antes de que explotara en una sonrisa. ¿Cómo podría permanecer enojada ahora con Bette? Sacudió su cabeza levemente mientras miraba a escondidas adentro, la vista del alimento exquisito la saludó e hizo su boca salivar. “Wow.” Respiró feliz anticipándose al banquete.
Bette hizo muecas de oído a oído mientras observaba la mirada en la cara de Tina. “Estoy alegre de que te guste.” Susurró, la fatiga que sentía se derretía lejos al ser recompensada con la sonrisa más hermosa que jamás había visto. Ella gozaba realmente de esto, hacer estas cosas desinteresadas para otras. La hacía feliz más allá de las palabras. Sacudió su cabeza al recordar a la vieja Bette Porter egoísta y egocéntrica. Si solamente hubiera conocido antes la satisfacción que se sentía al hacer a otra gente feliz, quizá entonces, las cosas en su vida habrían sido de alguna manera mejor.
“Gracias.” Tina sonrió mientras cautelosamente colocaba la caja con el danés dentro de su bolsa de papel marrón. Era dulce que Bette hiciera esta cosa para ella. Era un gesto simple que hablaba volúmenes. Le asombró que la morena la escuchara realmente anoche. Ella recordaba apenas hablar de su antojo por los dulces cuando hablaban del receso. Miró a su compañera de asiento y sonrió un poco. Con cada día que pasaba, Porter parecía hacer algo que la tomaba totalmente por sorpresa. Conjeturo que hay realmente más en ti de lo que se ve, pensó. Comenzaba a lamentar el abrigar tales diagonales injustas hacia Bette por los últimos cuatro años. Creo que nunca conoces realmente a una persona hasta que pasas tiempo con ella, musitó.
“¿Notaron mi ausencia?” Bette rompió el ensueño de Tina mientras cabeceaba hacia el profesor que daba una conferencia en frente.
Tina surcó su frente cuando pensó en la pregunta de Bette. No lo sabía realmente, había estado distraída toda la clase puesto que estaba preocupada esperando a Bette. “Yo. No creo, todo está bien.” Contestó débil encogiéndose de hombros .
“Oh. Muy bien.” Bette dijo mientras estiraba un poco sus brazos . Miró a su compañera de asiento y entrecerró sus ojos con travesura. Habían algunos minutos de sobra hasta el descanso y quiso pasar el tiempo con un poco de ligue. “Hey Kennard.” Comenzó mientras la rubia levantaba una ceja en ella, como lo hacía generalmente. “¿Me extrañaste?” Sonrió mientras guiñaba un ojo.
Tina sonrió burlona mientras continuaba el juego, ahora ya estaba acostumbrada a este pequeño juego. “No. No lo hice lo más definitivamente posible.” Mintió a través de sus dientes. “Incluso no noté que no estabas aquí.” Dijo mientras sus ojos traicionaban sus sensaciones verdaderas.
Bette se inclinó adelante y trajo su cara más cerca a la rubia. “Que es demasiado malo porque te extrañé.” Susurró seria y honestamente.
Tina centelló mientras daba vuelta a una cortina muy agradable del rojo. Nada como una declaración honesta para coger totalmente a una persona a la defensiva y dejarla sin habla.
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“Para arriba aquí.” Dijo Bette mientras caminaba hacia la segunda planta de la cafetería. “Es más privado.” Sonrió mientras tomaba a Tina por la mano y la dirigía hacia las escaleras.
“Nunca he estado aquí antes.” Tina miraba alrededor mientras alcanzaban el final de las escaleras. Volteó y observó el comedor abajo mientras se inclinaba adelante en la repisa de madera. Ahora se sentía extraña mirando hacia abajo ya que por casi cuatro años ella miraba siempre para arriba a este balcón a partir de una de las mesas de abajo. De alguna manera se sentía un poco surrealista. Ahora sabía como era para Bette y 4F cuando miraban abajo en los estudiantes desde su lugar de arriba. Las privilegiadas de la escuela tenían realmente una vista excelente de sus subordinados.
“Sentémonos allá.” Bette señaló a la mesa vacía adornada con cuatro sillas muy confortables. No tenías que ser un increíble científico para saber que estaba reservado para 4F.
Tina miraba encima a donde la morena señalaba y lentamente la siguió hacia la mesa. Bette se sentó en su silla acostumbrada y Tina surcó su frente un poco cuando la morena le señaló que se sentara al lado de ella. no tenía la menor idea que le pedía que se sentara en la silla de Sam.¡ Ah, la ironía!, Tina sonrió mientras caminó en la otra dirección y se sentó en la silla de Shane, que estaba directamente enfrente de Bette. La morena frunció el ceño ante la distancia inaceptable entre ellas y se levantó. Caminó alrededor de la mesa y se derrumbó abajo al lado de Tina en el asiento de Alicia.
“Así es mejor si vamos a compartir el alimento.” Bette encogió los hombros mientras Tina la miraba divertida. La morena acercó su silla más hacia la rubia mientras Tina comenzaba a sacar el contenido de su bolsa de papel marrón y lo puso encima de la mesa.
“Aquí.” Tina empujó el envase con las galletas de plátano hacia Bette, intentando lo mejor que podía mantener una cara seria e inocente. Fingió estar ocupada sacando los cubiertos y poniendo algunos pedazos del danés de arándano en un plato mientras robaba vistazos en la morena al lado de ella.
“Wow.” Bette exclamó sorprendida cuando finalmente quitó la tapa del envase y vio su contenido. “¿Tu sabías?” Miró a Tina asombrada señalando en las galletas.
“¿Qué?” Tina jugó inocente.
“¡Amo los waffles de plátano!” Bette sonrió de oído a oído mientras su boca comenzaba a salivar.
“¿Oh realmente?” Tina fingió sorpresa. Muy en el fondo, estaba realmente feliz de la reacción que había consequido. Parece que mis esfuerzos no fueron en vano después de todo, pensó divertida.
“¡Sí!” Bette frotó sus manos con felicidad. “Ésta es una coincidencia tan agradable. ¡Gracias Kennard!” Hizo muecas como una niña.
“De nada.” Tina se encogió indiferente mientras ocultaba su sonrisa detrás de un vaso de jugo de naranja.
“¡Comamos!” Bette aplaudió su mano una vez antes de que se lanzara en los waffles y apuñalara una porción grande con su tenedor. Cerró los ojos mientras colocaba un pedazo enorme dentro de su boca. “EstoEsRealmenteBueno.” Masculló mientras masticaba codiciosa.
“Por supuesto. Yo lo hice.” Tina sonrió mientras mordía en un pedazo de danés. Ahora era su turno para gemir de placer pues el sabor rico del arándano estalló dentro de su boca. “Mmmmm…” Suspiró feliz. Porter no bromeaba cuando dijo que éste era el mejor danés de arándano de California.
“¿Es así como hacen foreplay?” Alicia rió cuando ella y los otros miembros de F4 caminaban hacia Bette y Tina, las dos estaban tan ocupadas emitiendo los sonidos de placer mientras comían que no las oyeron subir las escaleras. “Siento como si estuviera mirando pornografía suave.” Hizo muecas mientras miraba las caras de las dos que estaban perdidas en éxtasis puro.
“Vete a la mierda Al.” Bette se deslumbró en su amiga. “¿Qué se supone que están haciendo aquí chicas?” Señaló su tenedor en ellas y entrecerró sus ojos. Recordaba haberles dado instrucciones terminantes a las tres de que no debían ser interrumpidas durante el receso.
"Oh pasamos cerca para conseguir un poco de café y saludarlas.” Shane explicó. Bien, la verdad era que Alicia quería comprobar como estaban las dos. Una Alicia curiosa era muy peligrosa a dirigir así que Shane y Sam decidieron contra su mejor juicio acompañar a su chismosa amiga. En vez del espionaje en Bette y de Tina desde abajo, como era el plan original de Alicia, las dos pudieron convencerla de acercarse unos momentos para saludarlas. Era menos aventurado de esa manera.
“¡Entonces, hola!” Sam agitó rápidamente su mano antes de darle a Alicia una mirada seria. “Ahora vayamos a conseguir el café.” Dijo moviendo su cabeza hacia las escaleras.
“O o, waffles de plátano.” Alicia no hizo caso de Sam y señaló en el alimento delante de Bette. “Bien.” Ella levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo mientras guiñaba con complicidad en Tina. Sonrió mientras finalmente descubría lo que quería realmente saber. Estaba realmente curiosa por saber si Tina había seguido el pequeño consejo que le dió el otro día, porque si lo había hecho, Alicia iba a tomarlo como muestra de que a la rubia también le importaba su amiga. De cierta manera, era como una pequeña prueba para Alicia. Una pequeña prueba que Tina Kennard pasó con excelentes notas.
“¿Quieren algo chicas?” Tina preguntó a las tres muchachas que se colocaban delante de su mesa mientras señalaba en el danés y las galletas.
“¡No gracias!” Las tres contestaron al unísono viendo a Bette deslumbrarse en ellas mientras ponía sus brazos protegiendo el envase de galletas. Tina estaba totalmente ajena a la exposición de avaricia de la morena pues estaba demasiado ocupada mirando para arriba a los otros miembros de 4F.
“Ahora mejor nos vamos a conseguir nuestro café.” Shane sonrió, agarrando la blusa de Alicia por detrás y jalando a su amiga. “¡Bye chicas!” Agitó su mano mientras Sam y Alicia hacían lo mismo.
“Adiós.” Bette entrecerró sus ojos en sus amigas antes de volver a su comida. Cuando las tres marionetas finalmente se fueron, dio vuelta a Tina y ofreció un pedazo de waffle en su tenedor. “¿Quieres?” Preguntó mientras sostenía el tenedor un par de pulgadas lejos de los labios de la rubia.
“Nope. Estoy bien.” Tina contestó mientras agarraba su danés. Bette encogió los hombros y comió lo que le ofrecía.
“Hey Kennard.” Bette pidió la atención de Tina después de algunos minutos de silencio relativo.
“¿H ?” Tina preguntó mientras se lamía el remanente del arándano en sus dedos. Bette estaba fascinada con la vista.
“¿Puedes darme una probadita?” Bette susurró distraidamente, mirando los dedos limpios de Tina. Maldición, ella envidiaba los arándanos ahora mismo.
“Seguro.” Tina cogió una pequeña porción de su danés y la trajo cerca de Bette. “Aquí va.” Dijo antes de que mirara lejos por un minuto para pedir al mesero un vaso de agua. Esperaba que Bette tomara el danés de sus manos para una mordida rápida, la sorpresa la cogió definitivamente cuando sintió la boca caliente de la morena envolviendo sus dedos. “Qué--” Volteó su cabeza inmediatamente al lado mientras miraba fijamente a Bette en choque. La morena la miraba pícaramente mientras masticaba su alimento.
“Delicioso.” Bette hizo muecas de oído a oído mientras movía una ceja en Tina.
“Perv.” Tina dio una palmada a Bette en el brazo y sacudió su cabeza en incredulidad. Miró lejos cuando sintió sus mejillas el consumirse de nuevo. Porter maldita.
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De regreso dentro de la sala de clase, Bette y Tina se sentaban de lado a lado en silencio mientras el viejo profesor de literatura hablaba enfrente. Por una vez, la morena no intentó distraer a su compañera de asiento. Bette escuchaba atenta mientras el profesor daba las introducciones y las instrucciones necesarias sobre la actividad oral que estaba programada para ese período. Fueron dadas unas tareas ayer para recitar un pedazo corto de literatura que era especial para ellas. Podía estar bajo la forma de poema, lírica, canción, o cualquier cosa. La mayor parte de sus compañeros de clase optaron por los poemas clásicos de amor, los sonetos dramáticos y los versos apasionados y pasaban al frente mientras los otros luchaban por contener la risa.
Bette miraba a Tina mientras el profesor anunciaba los nombres de la gente próxima a recitar. “Hey Kennard.” Dio un pequeño codazo a la rubia que parecía nerviosa.
“¿Qué?” Tina preguntó a medida que continuaba mirando fijamente el trozo de papel en sus manos. Respiraba irregularmente, aterrándose mientras luchaba por memorizar las palabras.
“¿Cuál es tu parte?” preguntó Bette, intentando leer el papel en las manos de Tina. Ella no podía explicarse porque el papel se sacudía bajo el tacto de la rubia.
“Quien alguna vez amó, un amor a primera vista? por Christopher Marlowe.” Tina contestó con la frente surcada mientras intentaba concentrarse en la tarea actual. Las palabras nadaban delante de sus ojos mientras el nerviosismo comenzaba a envolver todo su ser.
“Oh. Un poema.” Bette reclinó la barbilla en su mano y echó un vistazo de lado en Tina. Frunció el ceño un poco mientras observaba lo asustada que estaba su compañera de asiento . Terminará probablemente haciendo el ridículo delante de todos si esto continúa, sacudió su cabeza levemente.
“¿Porqué cuál es el tuyo?” Preguntó a Tina distraidamente. Jesucristo Kennard, se amonestó , ¡contrólate!
“Una canción.” Bette encogió los hombros. “Una canción de niños realmente.” Agregó con una sonrisa.
Tina frunció el ceño mientras levantaba momentáneamente la vista de su poema. “¿Una canción de niños?” Levantó una ceja. Esperaba que la morena recitara una parte difícil, un clásico de Shakespeare u otro gran autor para impresionarla. Nunca se le ocurrió que Bette Porter pudiera elegir algo tan simple como una canción de niños.
“Yep.” Bette sonrió con confianza. “Mirame.” Dijo con aire satisfecho mientras levantaba su mano para llamar la atención del profesor.
“¿Sí Srta. Porter?” El hombre maduro le preguntó cuando miró a la morena.
“Quiero ir después.” Dijo Bette mientras las otras muchachas en el salón comenzaron a murmurar con entusiasmo.
“Como usted quiera.” El profesor sonrió. “El piso es suyo.” Le dijo señalando la plataforma de enfrente.
Bette se deslizó al frente mientras sus compañeras de clase disfrutaban de su participación anticipadamente. Mientras se colocaba en la plataforma, sopló con confianza su pecho hacia fuera y despejó su garganta. El cuarto estaba en silencio mientras cada uno la esperaba para hablar. Bette guiñó en Tina antes de que comenzara a recitar las primeras líneas. No estaba en absoluto nerviosa puesto que sabía ese pedazo de memoria. Mientras crecía, ésa era la canción favorita de ella y Shane. Y con un profundo respiro, comenzó.
“Amo el pequeño gatito,
Su pelaje es tan caliente;
Y si no la lastimo,
Ella no me hará ningún daño.
No tiraré entonces de su cola,
Ni la alejaré;
Pero el gatito y yo
Jugaremos muy suavemente.
Acariciaré al pequeño gatito,
Y entonces ella ronroneará;
Y demostrara así sus gracias por
Mi amabilidad a ella.
No pellizcaré sus oídos,
Ni pisaré en sus patas;
A fin de no provocarla
¡Para utilizar sus garras conmigo!
Ella se sentará a mi lado,
Y le daré un poco de alimento;
Y el gatito me amará
Porque soy buena.”
Habían grillos dentro del cuarto cuando Bette acabó de recitar su parte. Se rió internamente mientras miraba las caras sorprendidas de sus compañeros de clase. Tina también la miraba como si le hubiera crecido una cabeza adicional. La rubia levantó una ceja en ella mientras luchaba por mantener una cara seria.
“Gracias Srta. Porter, eso fue… interesante.” El profesor dijo lentamente. En todos sus años de enseñaza de la literatura, nunca había oído a una estudiante recitar un pedazo tan maduro con insinuacíon sexual. “Usted, uh, puede ahora tomar su asiento.” Dijo mientras señalaba para que Bette volviera a su silla.
“Realmente.” Dijo Bette mientras cruzaba sus brazos a través de su pecho. “No era mi pedazo.” Admitió con una sonrisa boba. Los estudiantes comenzaron a susurrar el uno al otro confundidos mientras Bette reía un poco al frente. “Recité solamente eso de modo que algunas almas nerviosas aquí adentro pudieran relajarse un poco.” Miró a Tina y encogió los hombros. Tina podía solamente sacudir su cabeza divertida mientras el pequeño trabajo de Bette funcionaba, se había podido relajar un poco y ahora pensaba claramente. Tina guiñó a Bette en gratitud mientras la morena miraba al profesor de nuevo. “Si puedo, quisiera recitar mi pedazo verdadero.” Dijo mientras miraba hacia él por el permiso. “Sigue siendo una canción de niños.” Dijo mientras lo veía cabecear. “Es un pedazo muy simple, pero hay belleza y verdad en la simplicidad. Elegí esta canción porque dice mucho sobre lo que ha estado sucediendo en mi vida en estos últimos días.” Explicó un poco tímida. Exhaló profundamente mientras se preparaba de nuevo. Miraba a Tina directa a los ojos mientras le recitaba las líneas.
Conociéndote,
Conociéndololo todo sobre ti.
Empezándome a gustar,
Empezando a esperar que te guste.
Empezándote a conocer, a mi manera, pero bien.
Eres, justo, ideal para mí.
Conociéndote,
Empezando a sentirme libre y en paz,
Cuando tú estás a mi lado,
saber lo qué decir,
no te has dado cuenta,
que de repente todo tiene luz y color,
por todas las cosas nuevas y bellas,
que aprendo de ti,
día tras día.
Terminó de recitar y escuchó el sonido de un aplauso estruendoso. Algunos estudiantes tararearon realmente la canción en sus asientos. Bette sonrió de oído a oído mientras caminaba de regreso hacia su silla. “Era para ti.” Dijo suavemente a Tina cuando la rubia la miró con una sonrisa.
Pienso que el pedazo era aplicable a ti también, Tina pensó mientras Bette se acomodaba en su silla y movía una mano a través de su pelo negro rizado. Sacudió suavemente su cabeza y sonrió mientras levantaba su mano en el aire. “Quisiera recitar mi pedazo también.” Dijo mientras el profesor la miraba. Viendo una señal positiva del hombre, Tina se levantó con confianza. Antes de que caminara al frente, dobló su cuerpo levemente hacia Bette y susurró. “Pienso que te gustará mi pedazo.” Dijo con un guiño y una sonrisa.
Gustarle era una subestimación, porque a través de un poema simple, Tina finalmente emparejó el nivel de Bette de honradez y entró en términos con las sensaciones que intentaba difícilmente suprimir. Innecesario decir, a Bette Porter no solo le gustó, sino que lo amó.
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No está en nuestro poder amar u odiar,
la voluntad es desestimada por el destino
cuando dos almas se desnudan comienza el camino
Deseamos amar, el otro ganar;
y a esa persona por kien especialmente nos preocupamos
como dos lingotes de oro
La razón no hay persona que la conozca,
nuestros ojos censuran lo ke contemplamos
Donde ambos nos preguntamos, el amor es escaso
Quien alguna vez amó, un amor a primera visto
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Fecha de inscripción : 06/03/2008
Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO VEINTICUATRO: Hey celos
Viernes por la tarde.
“Hey Porter.”
“¿Yep?”
“Puedo preguntarte algo.”
“Seguro. Dime.”
“¿Porqué cuando me acerco a Sam para hablar con ella, corre en la dirección opuesta y masculla algo sobre mantenerse a quince pies lejos?”
“Yo no sé. Sam es extraña.”
“…”
“¿Qué?”
“¿Tienes algo que ver con eso?”
“¿Yo?”
“Sí. Tu.”
“Nope. Pero Helena lo hizo quizá.”
“Sí. Correcto.”
“Hey Kennard.”
“¿H ?”
“¿A ti te gusta Sam?”
“Sí. Ella es agradable.”
“Quiero decir, ¿te gusta te gusta Sam?”
“¡¿Quuééééé?! Uhm. Digo. ¿qué hace que me digas eso Porter?”
“Nada. Yo apenas. Yo. Veo la manera en que la miras a veces.”
“No sé de lo que estás hablando. Sam es mi amiga. Somos solo amigas.”
“Eso no ha parado a nadie antes.”
“¿Qué?”
“Tu sabes que.. está bien. Olvida incluso que te pregunté.”
“Bueno.”
“…”
“¿Qué? Puedo ver que estás muriendo por decir algo.”
“Apenas en caso de que no lo sepas. Sam ronca como un tren de carga, llora porque mira películas dramáticas en Hallmark, pone la salsa de tomate en sus galletas, deja la ropa descaradamente alrededor como una serpiente que cambia su piel, usa esas bandas tontos, ronca como una ametralladora en su sueño…”
"…”
“… erupta como un hombre, ríe como un caballo, suda como un cerdo. especialmente debajo de los brazos, se limpia la nariz en público, ama las canciones aburridas y sosas pop, y es una fan grande de armario de Hannah Montana y de High School Musical .”
“…”
“¿Qué? Solo te estoy diciendo.”
“Ella es tu mejor amiga.”
“Lo es. y la amo por esos caprichos. Yo solo. Pienso que debes saber esas cosas también, y espero que no lo aceptes como yo.”
“¿Qué quisiste decir?”
“Nada.”
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Sábado por la tarde.
Ser cortés, paciente y no olvidar sonreír. Ésas eran la instrucciones terminantes de Marina Ferrer a su personal en el planeta. Específicamente a los que atendían las mesas y trabajaban detrás del mostrador. Aunque relativamente era una nueva jugadora en la escena de los restaurantes/ bar, el planeta ganaba rápidamente clientes leales en la ciudad. Construía una reputación de tener un café delicioso y comidas exquisitas con tan solo el precio correcto. Pero Marina sabía que ésto no era suficiente si querían longevidad en el negocio. La competencia era feroz en Hollywood del oeste, y si querían permanecer en el juego, aparte proveer a sus clientes de los productos más que buenos, tenían que ofrecer un servicio de calidad también.
Por primera vez desde que comenzó a trabajar por horas en el planeta, confiaban en Tina finalmente con la tarea importante de tomar las órdenes en el mostrador para llevar. No era realmente un trabajo atractivo, sino que era una responsabilidad grande que exigía un trabajo duro. Después de todo, colocarse en las líneas de frente y tomar todas las ordenes nunca era una hazaña fácil considerando que el mostrador para llevar estaba plagado con los clientes más exigentes y más impacientes del mundo. Eran sobre todo gente con prisa. y hacían bien en dejarles saber que querían un servicio rápido y de calidad.
Así pues, después de convocar toda la paciencia que podría reunir y enyesando una sonrisa en su cara adolescente, Tina la intensificó e hizo frente airosamente a los torturadores que esperaban.
“Bienvenido al planeta, ¿puedo tomar su orden?” Cortésmente preguntó a la mujer de negocios finamente vestida al frente de la fila.
La mujer cerró de golpe su monedero en el mostrador mientras paraba de hablar momentáneamente en su teléfono móvil. “Un emparedado de pavo, dos pastas con pollo, un pastel de queso de Oreo, dos Pepsis de dieta y un helado de moka.” Dijo rápidamente antes de reasumir la conversación que tenía en su celular. Tina estaba a mitad de introducir las órdenes en la computadora cuando la mujer habló repentinamente. “Oh, cancela el emparedado de pavo. Hazme uno de atún en lugar de ese.” Dijo mientras Tina anulaba posteriormente la primera orden y comenzó a hacer de nuevo la captura otra vez. “¡Espera!” La mujer dijo otra vez mientras tapaba el auricular de su teléfono. “Cambié mi mente. Quiero el pavo después de todo.” Dijo antes de que quitara su mano y comenzó a hablar en su teléfono una vez más.
Tina mantuvo la sonrisa en su cara mientras cambiaba la órden de atún al pavo. Rogó silenciosamente porque la mujer no cambiara su mente otra vez cuando su dedo golpeó ligeramente el botón de confirmación. “Usted pidió un emparedado de pavo, dos pastas con pollo, un pastel de queso de Oreo, dos Pepsis de dieta y un helado de moka. El total es--” Dijo momentos antes de que la mujer agitara una mano y paró.
“Quita el pastel de queso de Oreo. Hazme una crema batida de chocolate en su lugar.” La mujer dijo mientras cerraba de golpe su teléfono celular. “Oh. y hazlo por favor rápidamente. Tengo prisa.” Le dijo como si Tina tuviera la culpa y le dio la tarjeta de crédito.
“Sí señora. Enseguida.” Tina sonrió mientras luchaba contra el impulso de rodar sus ojos en la mujer. Antes de que caminara al lado opuesto a preparar algunas de las órdenes, echó un vistazo en la fila y vio las caras impacientes de algunos de los clientes. Ésta va a ser una tarde larga, sofocó un gemido.
“¡Hey Kennard!” Una voz familiar gritó detrás de ella.
Una tarde muy muy larga, Tina se corrigió.
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Nunca habían visto a Bette Porter en un restaurante de alimentos de preparación rápida. No era solo porque ella pegaba la nariz en todo el alimento grasiento, los refrescos gaseosos y el diseño interior de lujo. Nope, porque la razón más grande era que nunca tenía la paciencia de esperar en la línea. Y aunque ella intentara en tan poco tiempo cambiar su personalidad, ese era uno de los rasgos que definían su carácter y que encontraba difícil de cambiar. Entonces al llegar al planeta y ver la cola larga en el mostrador para llevar, la heredera sumamente impaciente cortó la línea y se dirigió al frente – con toda la ira de los otros clientes.
“¡Hey Kennard!” Ella gritó alegre a la única razón por la que estaba en el planeta en un sábado por la tarde. La muchacha que saludaba volvía lentamente de colocar un emparedado dentro de la tostadora del horno y entrecerró sus ojos en ella.
“Porter.” Tina Kennard dijo helada mientras cruzaba sus brazos en su pecho. Recordaba haberle advertido ayer por la noche a la trigueña que no la visitara en el trabajo hoy. No era porque no quería ver a Bette, sino que después del fiasco de ayer, pensó que era mejor para ambas si la heredera no aparecía en el trabajo. Bette la había seguido al planeta después de la escuela ayer y Tina pronto se encontró en la misericordia de la necesidad de la morena de estar cerca de ella todo el tiempo. Bette estuvo ordenando y ordenando alimentos y bebidas solo para que Tina pudiera llegar a su mesa tan a menudo como fuera posible. La morena terminó con un malestar estomacal, una cuenta grande y bastantes platos y vasos para llenar dos mesas rectangulares. “¿Qué haces aquí?” Dijo a través de los dientes cerrados fuertemente mientras caminaba hacia el contador.
“Consiguiendo café.” Bette contestó inocente. Bien, era la verdad a medias. Ella estaba allí para conseguir café y ver a Tina. No iba a admitir que una razón compensaba grandemente la otra, sentía ya que la rubia lo sabía.
“¿Realmente?” Los ojos de Tina eran dagas sobre Bette. “Entonces compórtate y vete a formar a la fila.” Le ordenó severa, ganando un estribillo de “yeahs” de los clientes enfadados detrás de Bette. La morena azotó rápidamente su cabeza hacia atrás y se deslumbró en ellos. La gente paró inmediatamente sus protestas cuando finalmente consiguieron una buena mirada de la grosera morena y la reconocieron, después de todo, Bette Porter y su genio eran absolutamente notorios en Los Ángeles.
La cara de Bette se ablandó considerablemente tan pronto como diera vuelta de nuevo para mirar a Tina. “Está bien.” Sonrió y dijo sin ninguna discusión adicional. Tomó totalmente por sorpresa a la rubia cuando obediente siguió su orden y fue silenciosamente detrás al final de la línea. Para entonces, Bette finalmente sabía mejor que nadie lo que significaba cruzarse con una Tina irritada. Sabía que era perjudicial a su caso. Asi que los próximos minutos, se paró en la fila y esperó su turno como todos mientras probaba los límites de su paciencia. Cuando finalmente fue su turno, le hizo frente a una Tina menos enojada y sonrió. “Hey.” La saludó de nuevo.
"Qué piensas que ha--” Tina dijo agudamente pero fue cortada por el sonido de alguien que despejaba su garganta por detrás. Movió su cabeza para ver a Marina Ferrer mirándola de una manera amonestadora. Tina sonrió avergonzada mientras articulaba un lo siento a su jefe. Parece que esta será mi última vez en el contador para llevar, gimió dentro de su cabeza. Dio vuelta alrededor para hacer frente a Bette y tragó antes de que repitiera su saludo. “Bienvenida al planeta.” Sonrió dulce mientras miraba a la morena fijamente. “¿Puedo tomar su orden?” Preguntó dándole a Bette el más breve fulgor.
“Tomaré un café grande mezclado con helado de vainilla. Decaf sin crema batida.” Bette dijo con una sonrisa, no haciendo caso total de las miradas enojadas que Tina le daba. Después de que pagara su orden, esperó de nuevo pacientemente al lado por su café.
“Aquí va.” Tina dijo mientras cerraba de golpe el envase de plástico en el mostrador después de algunos minutos. “Gracias por venir al planeta. Ven por favor otra vez.” Dijo a través de sus quijadas apretadas. Se sentía más que un poco molesta por el hecho de que Marina ordenó a uno de sus compañeros de trabajo ya tomar su lugar en el mostrador.
“¡Gracias!” Bette sonrió. “Solamente que no me estoy yendo realmente.” Admitió mientras colocaba un popote dentro de la taza plástica.
“¿Entonces porqué te formaste en el mostrador para llevar?” Tina surcó su frente confundida.
“Porque estás aquí.” Bette contestó simplemente.
Tina levantó sus cejas en la morena. “Solo quieres una oportunidad para distraerme de mi trabajo.” Dijo acusadora.
“No. Solo quería hablar contigo durante algún tiempo antes de que me sentara allá.” Bette señaló a la mesa vacía en la esquina más lejana del cuarto. “… y me apartaré de tu camino por el resto de tu turno.” Sonrió mientras Tina le daba una servilleta.
Tina finalmente esbozó una pequeña sonrisa mientras miraba a la morena en el otro lado del mostrador. “¿Realmente ahora?” Preguntó en la incredulidad. ¿Bette Porter intentando comportarse para las próximas 5 horas? Altamente inimaginable, musitó. La morena respondió simplemente encogiendo sus hombros mientras comenzaba a alejarse del mostrador.
“Oh, y acabo de querer decirte esto.” Bette dio vuelta alrededor y caminó algunos pasos al revés. “.. me hace feliz saber que pienses que mi presencia es una pequeña distracción.” Guiñó y sonrió antes de que cambiara de puesto su cuerpo una vez más y se fue en la dirección de su mesa.
Tina rió suavemente y sacudió su cabeza. ¿Solo una pequeña distracción.? Apenas la verdad, pensó mientras robaba un vistazo en la morena mientras y preparaba otra orden. Era apenas una de las primeras miradas robadas que tiraría en dirección de Bette por el resto de su turno.
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Con solamente dos horas más para terminar, Tina miró brevemente arriba de las mesas y echó un vistazo en la morena que se sentaba reservada en la esquina. Increiblemente Bette realmente había cumplido su promesa. Durante las últimas tres horas, había permanecido fuera del camino de Tina y se mantuvo tranquila el tiempo entero. Solo había pedido su segundo café helado pues estaba concentrada en su PSP. Bette miraría a Tina de vez en cuando, pero con excepción de éso, no hizo nada por llamar la atención de la rubia.
Debe tener hambre, pensó Tina al observar la ausencia de cena en la mesa de Bette. Decidió entonces recompensar a la morena por sus esfuerzos compartiendo con ella la deliciosa cena que los empleados recibían de la cocina. No se dio cuenta que ya miraba fijamente a Bette hasta que vió a la trigueña levantar la vista y encontrar su mirada. Sonrieron la una a la otra antes de que Tina se dirigiera a la cocina para preparar el premio de Bette.
Pocos minutos más tarde, una Tina relativamente alegre salió de las puertas dobles de la cocina con un plato de ensalada de Cobb en su mano para tropezar solamente con una vista interesante. Su sonrisa dejó inmediatamente sus labios mientras entrecerraba sus ojos en la escena que la saludó. “Pero qué poca….” Susurró airadamente mientras miraba fijamente a Bette en la distancia.
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“Hola Bette.” Una voz dulce la saludó, interrumpiendo la soledad de la morena. La heredera detuvo brevemente su juego y miró para arriba para encontrar los ojos sonrientes de una rubia que le pareció familiar.
“Sí?” Bette preguntó lentamente mientras miraba a la muchacha robusta vestida llamativamente de arriba a abajo. Sabía que se había encontrado con la muchacha antes, pero no sabía cuando, cómo o porqué. Atormentó a su cerebro en busca de un nombre pero no se sorprendió mucho al darse cuenta que no podía recordar cuál era. Con una mirada en las chicas ella sabía quién era olvidable. Ella no era probablemente importante, pensó. “¿Qué quieres?” Preguntó un poco irritada.
“Bette.” La muchacha dijo divertida. Ella sigue siendo igual que siempre, pensó mientras colocaba sus manos en la mesa y se inclinaba hacia adelante. “Pensé que le podrías dar una pequeña a una vieja amiga.” Ronroneó cuando sumergió su cuerpo más abajo, dandole a Bette una vista agradable de su pecho que amenazaba estallar fuera de sus prendas. Viendo la mirada en blanco en la cara de la morena, entrecerró sus ojos un poco mientras se enderezaba hacia arriba y puso las manos en sus caderas. “Soy yo bebé.” Dijo con una sonrisa boba atractiva. “Nadia.” Levantó sus cejas de una manera que indicaba que pensaba que la morena debía haberla recordado ahora. Después de todo, ¿no habían tenido el jugueteo más inolvidable dentro de la limo de Bette apenas algunos meses atrás? Seguro fue una cosa de una noche y más cuando un poco de alcohol fue consumido de antemano, pero estaba segura que el encuentro fue bastante especial. Ella no lo había olvidado desde entonces, y estaba muy segura que Bette Porter tampoco. La morena estaba apenas en la negación sobre sus sensaciones o algo así. Sí, éso era probablemente por lo que ella nunca le contestó las llamadas.
“¿Nadia?” Bette frunció el ceño mientras miraba a la rubia. Finalmente la recordó. Era uno esos encuentros que lamentas grandemente después de una noche de alcohol y excesos. ¿Qué estaba pensando? Ella se regañó. Muchacha, debía haber estado perdida realmente esa noche incluso para darle a esa chica que se miraba extremadamente inútil y chocante una oportunidad. “¿Puedes hacerme un favor muy grande?” Inclinó su cabeza al lado y sonrió.
“Cualquier cosa para ti.” Nadia levantó una ceja y sonrió. “¿Qué quieres querida?” Preguntó mientras se inclinaba en la mesa una vez más.
“Ven aquí.” Bette levantó un dedo e indicó para que la rubia se acercara más a su cara. Nadia obedeció feliz y se inclinó adelante hasta que su cara estuvo a algunas pulgadas de la morena.
“¿Qué?” La voz de Nadia goteó en la anticipación del placer.
“Puedes.” Bette comenzó mientras reclinaba la barbilla en su mano. “..moverte tan lejos de mi mesa como sea posible?” Acabó su petición mientras levantaba su ceja arrogante. “Tus boobs artificiales realzadas con silicón están bloqueando la luz que viene a mi lugar. Eso, junto con tu figura robusta, están lanzando sombras irritantes sobre mi PSP.” Arrugó su nariz en repugnancia. “¿Así que puedes irte lejos por favor ?” Sonrió de una manera burlona mientras la muchacha la miraba en choque y avergonzada.
Bette estaba tan absorta en tirar la tentativa patética de Nadia de ligarse con ella que no pudo notar un par de ojos pardos enojados que las miraban desde algunos pies lejos. Un plato de ensalada de Cobb fue derechito al bote de basura mientras Tina caminaba lejos en una rabieta.
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“Hey.”
“…”
“Hey.”
“…”
“Hey, para.”
“…”
“¡Kennard!”
“¡¿Qué?!”
“¿Adónde vas? Dejé estacionado mi coche allá.”
“¿Y? La parada del autobús está hacia este lado.”
“¿El autobús? ¿Pensé que iba a llevarte a tu casa?”
“Bien pensaste mal. Estoy montando el autobús.”
“¿Qué? ¿Estás enojada conmigo o algo?”
“…”
“¿Hice alguna cosa mal?”
“…”
“Creo que me comporté bastante bien hoy.”
“Tss.”
“¿Qué? ¿Qué hice ahora?”
“Dejame sola Porter. ¿Porqué no vas a molestar a alguna otra?”
“¿Huh?”
“Apuesto que a esa chica tuya que se mira vulgar le encantaría un paseo a su casa.”
“¿Vulgar? ¿Te refieres a Nadia?”
“¿Así que la conoces? Se ven muy bien juntas. Dos cabezas de chorlito hacen una pareja agradable.”
“Vamos, esa muchacha no era nada. Solo estaba molestandome hace un rato.”
“¿Realmente? ¡Bien no parecías protestar mucho cuando mirabas fijamente sus pechos!”
Los ojos de Bette brillaron mientras miraba fijamente a Tina. “Estás.” Señaló un dedo en la rubia. “..¿celosa?” Agregó la última parte con una expresión divertida en su cara.
“¡No. Demonios!” Tina gritó violentamente mientras pisaba fuerte más lejos de Bette. ¿Celosa? ¿Por qué puñetas estaría celosa de ver a Bette ligando con una rubia hermosa, piernas largas con las boobs grandes? Miró abajo en su pecho menos bendecido con respecto a esa muchacha Nadia y siguió con su rabieta.
“Kennard.” Bette dijo en voz alta mientras caminaba más rápido hacia Tina. Nunca se había dado cuenta que Kennard era también del tipo celoso. Sus amigas la definieron siempre como la persona que era mas propensa a pelear por los celos. Sin embargo no le molestaba que Tina fuera celosa, de hecho, se encontraba absolutamente girada por eso. “Hey Kennard.” Dijo mientras colocaba una mano en el hombro de la rubia.
“¡¿Qué?!” Tina gritó mientras daba vuelta alrededor para hacer frente a Bette. Casi pierde el equilibrio cuando entuvo literalmente cara a cara con la heredera, la cara de la morena estaba apenas algunas pulgadas lejos de la propia. “¿Qq-qué?” Preguntó de nuevo, esta vez casi sin aliento mientras Bette miraba en sus ojos con una intensidad reservada mientras avanzaba a poquitos lentamente más cerca y más cerca. Tina contuvo su respiración tan pronto como sintiera que las puntas de sus narices se encontraban. La mirada de Bette nunca dudó.
“Tus ojos.” Bette susurró suavemente, cosquilleando los labios de Tina con su respiración caliente. “.es, están verdes de celos.” Bromeó un poco antes de que cerrara el boquete entre ellas y capturara los labios de invitación de Tina en los propios. Sintió el suspiro rubio ante el contacto y tomó esto como muestra de empujar un poco más profundo. Puso una mano en la parte posterior de la cabeza de Tina y tiró de ella más cerca. Sintiendo la parte de los labios de la rubia levemente abierta, aprovechó la oportunidad y pidió el permiso para entrar suavemente moviendo su lengua a lo largo del labio superior de Tina. Era su vuelta a gemir tan pronto como sintiera la lengua de Tina brevemente encontrar la propia para decir que el acceso era concedido. Con mucho entusiasmo, sondeó la boca de la rubia y sonrió un poco mientras Tina hacía la misma cosa con ella. Las dos muchachas luchaban literalmente con sus lenguas por algunos buenos minutos en el centro de una acera en Hollywood del oeste. Muy pronto, la necesidad del aire superó su deseo de prolongar el beso y se rompieron renuentes lejos de cada una. Esa era una manera bastante agradable de terminar una discusión, las dos suspiraron internamente.
Bette reclinó la frente contra Tina y sonrió picaramente al ver los granos de sudor en la cara de la rubia. “Eres tan caliente cuando estás celosa.” Susurró burlona mientras Tina juguetónamente pellizcaba su mejilla duramente en venganza. “¡Ow!” Bette rió a pesar de tener la mejilla en su mano palpitando de dolor.
“¡No estoy celosa!” Tina se opuso a la demanda de la morena mientras se rompía libremente de su contacto. De nuevo, sintió que lo que había dicho se contradecía. Sus interiores todavía hervían un poco con cólera al recordar la manera en que la rubia pechugona ligaba desvergonzadamente con Bette.
Bette se rió de la postura defensiva de la rubia. “Es agradable que lo estés.” Admitió con una sonrisa. No podría explicar realmente la felicidad que sentía al saber que a Tina le importaba bastante para sentirse celosa cuando otras mujeres se acercaban a ella. La hizo sentir especial, la hizo sentirse querida. Pero tanto como quería tomar el sol en esta sensación maravillosa, sabía que tenía que despejar algunas cosas con Tina primero. Sabía que la había extrañado y necesitado gravemente ayer cuando tuvieron la pequeña discusión sobre Sam. Había necesitado el reaseguro de Tina. De alguna manera necesitaba saber que a Tina le importaba más ella que su mejor amiga. Habría tranquilizado grandemente su temperamento celoso fácilmente. Y no quería que la rubia sufriera de la manera en que ella lo hizo anoche así que estaba dedidida a despejar el aire y poner el ejemplo. “Hey Kennard.” Despejó su garganta para llamar la atención de Tina.
“¿H ?” Tina preguntó distraidamente mientras jugaba con el dobladillo de su camisa. No podía volver en si para mirar a Bette. Una gama de emociones todavía corría locamente dentro de su cuerpo. Sentía celos debido a esa mujer - Nadia, furiosa con Bette por entretenerla un poco, vergüenza por haber mencionado en voz alta sus celos, y, euforia ante la sensación de haber tenido su primer beso formal con la morena. Pero más que eso, no podía mirar para arriba porque también se sentía un poco asustada, sabía que Bette Porter podía ver claramente a través de su fachada y saber apenas lo que sentía con una mirada en sus ojos. A pesar de sus personalidades , sabía que era realmente la morena la que tenía mas facilidad para demostrar sus sentimientos y hablar de sus emociones. Bette era más valerosa que ella en ese departamento.
Bette caminó más cerca a Tina y levantó suavemente su barbilla de modo que sus ojos pudieran encontrarse. “Hey.” Susurró suavemente mientras los ojos de Tina todavía rechazaban mirarla. Con cierto pinchar apacible, finalmente tuvo éxito en la atracción de la mirada de Tina en la propia. “Solo quiero que sepas que nunca vas a tener una razón para estar celosa.” Le sonrió genuinamente.
“Suenas tan segura.” Tina levantó una ceja en la morena. ¿Cómo podía estar tan segura de éso? Pensó incrédula. Solamente hay centenares de mujeres hermosas en Los Ángeles que estan más que queriendo lanzarse en la misericordia de Bette. ¿Qué era ella comparada con las demás?
“Lo estoy.” Bette contestó sinceramente cuando se aferró a la mirada de Tina. “No tienes que estar celosa sobre otras muchachas porque tu eres la única que siempre aprobaré.” Dijo lentamente.
“¿Qué?” Tina surcó su frente confundida. ¿Aprobar? ¿A qué se refiere?
“Tu eres la única persona que es bastante buena para la gran Bette Porter.” Bette explicó con una sonrisa. “Tina Kennard es la única muchacha que mi corazón aprobará siempre .” Agregó suavemente mientras levantaba su mano y acomodaba un filamento flojo del pelo detrás del oído de Tina. Y era la verdad absoluta, ella sabía en lo mas profundo de su alma que ninguna otra persona en el mundo podría cumplir nunca sus mayores niveles. Nadie más en el mundo tenía el mérito de obtener todo el amor que estaba dispuesta a demostrar y a dar. Ninguna otra solo Tina Kennard. “Que te hace un poco afortunada.” Hizo muecas mientras levantaba sus cejas picaramente.
“Asno.” Tina rodó sus ojos mientras reía suavemente. “Eres tan llena de ti Porter.” Sacudió su cabeza y empujó suavemente a Bette lejos. Pero tanto como intentaba negarselo a la morena, las palabras de Bette realmente la golpearon con fuerza y la hicieron sentir feliz más allá de las palabras.
“Sin embargo apuesto a que no lo aceptarías de ninguna otra forma.” Bette levantó una ceja engreída mientras hacía muecas en Tina.
Correcto maldita, Tina pensó mientras sacudía su cabeza. “Eres tan ilusa.” Ella rió y rodó juguetónamente sus ojos.
“Quizá.” Bette sonrió mientras encogía sus hombros. “Volvamos a mi coche. Te llevaré a tu casa.” Dijo mientras tomaba suavemente la mano de Tina en la suya y la jaló ligeramente comenzando a alejarse.
“No.” Tina sacudió su cabeza y se colocó en tierra. Sonrió al ver la mirada confusa que Bette le dió. “Es solo que no quiero ir a casa todavía.” Explicó mientras Bette comenzaba a acercarse.
“¿A donde quieres ir?” Bette preguntó mientras inclinaba su cabeza al lado. Se sentía un poco aliviada de que su tiempo juntas se prolongara aunque fuera solo un poco mas.
“A alguna parte a comer.” Tina contestó con una sonrisa segura. “Sé que tienes hambre.” Levantó una ceja cuando señaló en la panza de Bette.
“¿Realmente ahora? ¿Y cómo sabes eso?” Bette entrecerró sus ojos. En verdad, su estómago comenzaba ya a protestar de hambre desde que habían salido del planeta hace algunos minutos.
“Porque puedo ver el hambre en tus ojos. y puedo oír el rugido de tu panza.” Tina repitió las palabras de cierta morena de algunos días antes.
“Creo que esas líneas me suenan familiares.” Bette rió mientras comenzaba suavemente a llevar a Tina hacia su auto estacionado algunas cuadras lejos.
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“Hey Kennard.”
“¿Qué?”
“Yo pago nuestra cena, ¿está bien?”
“Ok.”
“Bueno.”
“¿Donde quieres comer?”
“Bien. Conozco este restaurante en Santa Mónica que sirve muy buen alimento y un café maravilloso y los precios son relativamente baratos.”
“¿Realmente? Eso suena vagamente familiar. Puede ser en el interior de un edificio abandonado con un elevador descompuesto?”
“Eso creo.”
“Entonces vayamos.”
“Grande. Toma.”
“¿Qué hago con esto?”
“Llama a tu papá. Puede ser que llegues a casa tarde.”
“Haha. Qué correcta Porter. Dejemos la broma a un lado, ¿a donde vamos realmente?”
“¿Sabes que? Dondequiera está bien conmigo. Solo nombra un restaurante.”
“Taco Bell.”
“…”
“¿Qué? Dijiste dondequiera.”
“Tch. Muy bien.”
“Espera. Acabo de cambiar mi mente. Vayamos a McDonalds en lugar de ese.”
“…”
“¿Qué?”
“Nunca voy a dejarte elegir donde comemos otra vez.”
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Grupo de compañías Porter, oficinas principales. Torres de MVP, New York City.
Una figura solitaria vestida impecablemente en un traje gris salió de un Mercedes negro y caminó enérgicamente hacia la entrada del edificio. Las cabezas se movían hacia ella y los pequeños saludos fueron dados mientras pasaba por la multiplicidad de empleados que estaban alrededor de la planta. Sonrió brevemente en cada uno antes de desaparecer en uno de los elevadores principales. Dejó salir un respiro cuando se encontró a solas en el . Sacó una tarjeta dorada del bolsillo de su camisa y la metió en el escáner del panel de control. Un sonido suave se escuchó seguido por un pequeño “whoosh” mientras un pequeño compartimiento se abría y revelaba un explorador táctil. Colocó cuatro dedos en la pantalla y esperó algunos segundos a que la luz roja diera vuelta a verde. Una vez que lo hizo, vio su cara y credenciales destellar en la pequeña pantalla y sintió inmediatamente al elevador llevarla al piso superior de la torre. Tan pronto como saliera, cinco guardias de seguridad enormes con trajes similares negros y bluetooth en el oído la saludaron. Todavía se paró y levantó sus brazos al lado mientras un hombre la revisaba para cerciorarse de que no trajera armas u objetos punzocortantes. No viendo ninguno, el guardia movió su cabeza y gruñó, dándole la señal de entrar en la sala de espera. Una vez adentro, sonrió en el recepcionista principal, que entonces tocó un botón para avisarle inmediatamente a su jefe.
Ella caminó hacia la puerta gruesa de roble y golpeó suavemente en ella tres veces. Al escuchar una voz fuerte, severa que gritaba desde el interior, torció la perilla y entró a la oficina más grande del edificio entero.
“Buenas tardes señor, estoy aquí para darle el informe con respecto a las actualizaciones de las operaciones en la costa oeste.”
“Muy bien. Ponlas en mi escritorio.”
“Sí sir.”
“¿Hay algo más Joyce?”
“Solo una cosa mas Sr. Porter . Sarah del departamento de comunicaciones quiere que le pregunte si está volando el siguiente fin de semana a Los Ángeles.”
“¿Porqué? Hay algún acontecimiento programado para mí allí?”
“Creo que es el décimo octavo cumpleaños de su hija señor.”
“¿Tan pronto?”
“Sí señor.”
“Ya veo. ¿Pero no están también programadas las reuniones con el grupo de SNX la próxima semana?”
“Sí señor. La reunión está programada para el sábado. Los ejecutivos están volando a Nueva York de Sydney el próximo jueves.”
“Entonces, entonces no es posible.”
“¿Señor?”
“No volveré a casa. Se necesitan negociar los contratos ahora, estoy seguro que Elizabeth lo entenderá.”
“Sí señor.”
“Joyce.”
“¿Señor?”
“Solo enviale un nuevo juguete por mí. Quizá uno de esos coches clásicos que le gusta tanto restaurar.”
“Está bien, señor.”
“Hablando de mi hija. ¿Hay alguna pequeña travesura en la que mi muchacha haya estado implicada en estos últimos días? ¿Cualquier cosa de la que deba estar conciente?”
“Bien según mis fuentes, La Srita. Bette se ha comportado muy bien últimamente. Ha sido diligente en la asistencia a clases y ha estado llegando a casa temprano durante los días escolares. Creo que no ha ido a los bares a los que iban cada noche, diferente a como lo hacía antes.”
“¿Cómo puede ser?”
“Parece ser que ha estado invirtiendo más su tiempo con una compañera de clases. La cual presenta un buen comportamiento.”
“¿Quién?”
“Cierta Christina Kennard, señor.”
“¿Kennard? Nunca he oído hablar de ese apellido antes. ¿Son los nuevos jugadores en la industria?”
“Creo que no señor. De lo que he recolectado, la muchacha es muy pobre.”
“¿Pobres?”
“Sí señor.”
“No sabía que mi hija estaba haciendo trabajos de caridad. Debe ser una de ésas cosas que pasan .”
“Realmente no pienso que sea así señor.”
“¿Qué?”
“Ella parece ser bastante seria sobre la muchacha.”
“¿A qué te refieres?”
“Yo. No sé, señor.”
“¿Joyce.?”
“¿Sí señor?”
“Mueve el SNX a la costa oeste. Estoy volando de regreso a LA después de todo.”
Viernes por la tarde.
“Hey Porter.”
“¿Yep?”
“Puedo preguntarte algo.”
“Seguro. Dime.”
“¿Porqué cuando me acerco a Sam para hablar con ella, corre en la dirección opuesta y masculla algo sobre mantenerse a quince pies lejos?”
“Yo no sé. Sam es extraña.”
“…”
“¿Qué?”
“¿Tienes algo que ver con eso?”
“¿Yo?”
“Sí. Tu.”
“Nope. Pero Helena lo hizo quizá.”
“Sí. Correcto.”
“Hey Kennard.”
“¿H ?”
“¿A ti te gusta Sam?”
“Sí. Ella es agradable.”
“Quiero decir, ¿te gusta te gusta Sam?”
“¡¿Quuééééé?! Uhm. Digo. ¿qué hace que me digas eso Porter?”
“Nada. Yo apenas. Yo. Veo la manera en que la miras a veces.”
“No sé de lo que estás hablando. Sam es mi amiga. Somos solo amigas.”
“Eso no ha parado a nadie antes.”
“¿Qué?”
“Tu sabes que.. está bien. Olvida incluso que te pregunté.”
“Bueno.”
“…”
“¿Qué? Puedo ver que estás muriendo por decir algo.”
“Apenas en caso de que no lo sepas. Sam ronca como un tren de carga, llora porque mira películas dramáticas en Hallmark, pone la salsa de tomate en sus galletas, deja la ropa descaradamente alrededor como una serpiente que cambia su piel, usa esas bandas tontos, ronca como una ametralladora en su sueño…”
"…”
“… erupta como un hombre, ríe como un caballo, suda como un cerdo. especialmente debajo de los brazos, se limpia la nariz en público, ama las canciones aburridas y sosas pop, y es una fan grande de armario de Hannah Montana y de High School Musical .”
“…”
“¿Qué? Solo te estoy diciendo.”
“Ella es tu mejor amiga.”
“Lo es. y la amo por esos caprichos. Yo solo. Pienso que debes saber esas cosas también, y espero que no lo aceptes como yo.”
“¿Qué quisiste decir?”
“Nada.”
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Sábado por la tarde.
Ser cortés, paciente y no olvidar sonreír. Ésas eran la instrucciones terminantes de Marina Ferrer a su personal en el planeta. Específicamente a los que atendían las mesas y trabajaban detrás del mostrador. Aunque relativamente era una nueva jugadora en la escena de los restaurantes/ bar, el planeta ganaba rápidamente clientes leales en la ciudad. Construía una reputación de tener un café delicioso y comidas exquisitas con tan solo el precio correcto. Pero Marina sabía que ésto no era suficiente si querían longevidad en el negocio. La competencia era feroz en Hollywood del oeste, y si querían permanecer en el juego, aparte proveer a sus clientes de los productos más que buenos, tenían que ofrecer un servicio de calidad también.
Por primera vez desde que comenzó a trabajar por horas en el planeta, confiaban en Tina finalmente con la tarea importante de tomar las órdenes en el mostrador para llevar. No era realmente un trabajo atractivo, sino que era una responsabilidad grande que exigía un trabajo duro. Después de todo, colocarse en las líneas de frente y tomar todas las ordenes nunca era una hazaña fácil considerando que el mostrador para llevar estaba plagado con los clientes más exigentes y más impacientes del mundo. Eran sobre todo gente con prisa. y hacían bien en dejarles saber que querían un servicio rápido y de calidad.
Así pues, después de convocar toda la paciencia que podría reunir y enyesando una sonrisa en su cara adolescente, Tina la intensificó e hizo frente airosamente a los torturadores que esperaban.
“Bienvenido al planeta, ¿puedo tomar su orden?” Cortésmente preguntó a la mujer de negocios finamente vestida al frente de la fila.
La mujer cerró de golpe su monedero en el mostrador mientras paraba de hablar momentáneamente en su teléfono móvil. “Un emparedado de pavo, dos pastas con pollo, un pastel de queso de Oreo, dos Pepsis de dieta y un helado de moka.” Dijo rápidamente antes de reasumir la conversación que tenía en su celular. Tina estaba a mitad de introducir las órdenes en la computadora cuando la mujer habló repentinamente. “Oh, cancela el emparedado de pavo. Hazme uno de atún en lugar de ese.” Dijo mientras Tina anulaba posteriormente la primera orden y comenzó a hacer de nuevo la captura otra vez. “¡Espera!” La mujer dijo otra vez mientras tapaba el auricular de su teléfono. “Cambié mi mente. Quiero el pavo después de todo.” Dijo antes de que quitara su mano y comenzó a hablar en su teléfono una vez más.
Tina mantuvo la sonrisa en su cara mientras cambiaba la órden de atún al pavo. Rogó silenciosamente porque la mujer no cambiara su mente otra vez cuando su dedo golpeó ligeramente el botón de confirmación. “Usted pidió un emparedado de pavo, dos pastas con pollo, un pastel de queso de Oreo, dos Pepsis de dieta y un helado de moka. El total es--” Dijo momentos antes de que la mujer agitara una mano y paró.
“Quita el pastel de queso de Oreo. Hazme una crema batida de chocolate en su lugar.” La mujer dijo mientras cerraba de golpe su teléfono celular. “Oh. y hazlo por favor rápidamente. Tengo prisa.” Le dijo como si Tina tuviera la culpa y le dio la tarjeta de crédito.
“Sí señora. Enseguida.” Tina sonrió mientras luchaba contra el impulso de rodar sus ojos en la mujer. Antes de que caminara al lado opuesto a preparar algunas de las órdenes, echó un vistazo en la fila y vio las caras impacientes de algunos de los clientes. Ésta va a ser una tarde larga, sofocó un gemido.
“¡Hey Kennard!” Una voz familiar gritó detrás de ella.
Una tarde muy muy larga, Tina se corrigió.
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Nunca habían visto a Bette Porter en un restaurante de alimentos de preparación rápida. No era solo porque ella pegaba la nariz en todo el alimento grasiento, los refrescos gaseosos y el diseño interior de lujo. Nope, porque la razón más grande era que nunca tenía la paciencia de esperar en la línea. Y aunque ella intentara en tan poco tiempo cambiar su personalidad, ese era uno de los rasgos que definían su carácter y que encontraba difícil de cambiar. Entonces al llegar al planeta y ver la cola larga en el mostrador para llevar, la heredera sumamente impaciente cortó la línea y se dirigió al frente – con toda la ira de los otros clientes.
“¡Hey Kennard!” Ella gritó alegre a la única razón por la que estaba en el planeta en un sábado por la tarde. La muchacha que saludaba volvía lentamente de colocar un emparedado dentro de la tostadora del horno y entrecerró sus ojos en ella.
“Porter.” Tina Kennard dijo helada mientras cruzaba sus brazos en su pecho. Recordaba haberle advertido ayer por la noche a la trigueña que no la visitara en el trabajo hoy. No era porque no quería ver a Bette, sino que después del fiasco de ayer, pensó que era mejor para ambas si la heredera no aparecía en el trabajo. Bette la había seguido al planeta después de la escuela ayer y Tina pronto se encontró en la misericordia de la necesidad de la morena de estar cerca de ella todo el tiempo. Bette estuvo ordenando y ordenando alimentos y bebidas solo para que Tina pudiera llegar a su mesa tan a menudo como fuera posible. La morena terminó con un malestar estomacal, una cuenta grande y bastantes platos y vasos para llenar dos mesas rectangulares. “¿Qué haces aquí?” Dijo a través de los dientes cerrados fuertemente mientras caminaba hacia el contador.
“Consiguiendo café.” Bette contestó inocente. Bien, era la verdad a medias. Ella estaba allí para conseguir café y ver a Tina. No iba a admitir que una razón compensaba grandemente la otra, sentía ya que la rubia lo sabía.
“¿Realmente?” Los ojos de Tina eran dagas sobre Bette. “Entonces compórtate y vete a formar a la fila.” Le ordenó severa, ganando un estribillo de “yeahs” de los clientes enfadados detrás de Bette. La morena azotó rápidamente su cabeza hacia atrás y se deslumbró en ellos. La gente paró inmediatamente sus protestas cuando finalmente consiguieron una buena mirada de la grosera morena y la reconocieron, después de todo, Bette Porter y su genio eran absolutamente notorios en Los Ángeles.
La cara de Bette se ablandó considerablemente tan pronto como diera vuelta de nuevo para mirar a Tina. “Está bien.” Sonrió y dijo sin ninguna discusión adicional. Tomó totalmente por sorpresa a la rubia cuando obediente siguió su orden y fue silenciosamente detrás al final de la línea. Para entonces, Bette finalmente sabía mejor que nadie lo que significaba cruzarse con una Tina irritada. Sabía que era perjudicial a su caso. Asi que los próximos minutos, se paró en la fila y esperó su turno como todos mientras probaba los límites de su paciencia. Cuando finalmente fue su turno, le hizo frente a una Tina menos enojada y sonrió. “Hey.” La saludó de nuevo.
"Qué piensas que ha--” Tina dijo agudamente pero fue cortada por el sonido de alguien que despejaba su garganta por detrás. Movió su cabeza para ver a Marina Ferrer mirándola de una manera amonestadora. Tina sonrió avergonzada mientras articulaba un lo siento a su jefe. Parece que esta será mi última vez en el contador para llevar, gimió dentro de su cabeza. Dio vuelta alrededor para hacer frente a Bette y tragó antes de que repitiera su saludo. “Bienvenida al planeta.” Sonrió dulce mientras miraba a la morena fijamente. “¿Puedo tomar su orden?” Preguntó dándole a Bette el más breve fulgor.
“Tomaré un café grande mezclado con helado de vainilla. Decaf sin crema batida.” Bette dijo con una sonrisa, no haciendo caso total de las miradas enojadas que Tina le daba. Después de que pagara su orden, esperó de nuevo pacientemente al lado por su café.
“Aquí va.” Tina dijo mientras cerraba de golpe el envase de plástico en el mostrador después de algunos minutos. “Gracias por venir al planeta. Ven por favor otra vez.” Dijo a través de sus quijadas apretadas. Se sentía más que un poco molesta por el hecho de que Marina ordenó a uno de sus compañeros de trabajo ya tomar su lugar en el mostrador.
“¡Gracias!” Bette sonrió. “Solamente que no me estoy yendo realmente.” Admitió mientras colocaba un popote dentro de la taza plástica.
“¿Entonces porqué te formaste en el mostrador para llevar?” Tina surcó su frente confundida.
“Porque estás aquí.” Bette contestó simplemente.
Tina levantó sus cejas en la morena. “Solo quieres una oportunidad para distraerme de mi trabajo.” Dijo acusadora.
“No. Solo quería hablar contigo durante algún tiempo antes de que me sentara allá.” Bette señaló a la mesa vacía en la esquina más lejana del cuarto. “… y me apartaré de tu camino por el resto de tu turno.” Sonrió mientras Tina le daba una servilleta.
Tina finalmente esbozó una pequeña sonrisa mientras miraba a la morena en el otro lado del mostrador. “¿Realmente ahora?” Preguntó en la incredulidad. ¿Bette Porter intentando comportarse para las próximas 5 horas? Altamente inimaginable, musitó. La morena respondió simplemente encogiendo sus hombros mientras comenzaba a alejarse del mostrador.
“Oh, y acabo de querer decirte esto.” Bette dio vuelta alrededor y caminó algunos pasos al revés. “.. me hace feliz saber que pienses que mi presencia es una pequeña distracción.” Guiñó y sonrió antes de que cambiara de puesto su cuerpo una vez más y se fue en la dirección de su mesa.
Tina rió suavemente y sacudió su cabeza. ¿Solo una pequeña distracción.? Apenas la verdad, pensó mientras robaba un vistazo en la morena mientras y preparaba otra orden. Era apenas una de las primeras miradas robadas que tiraría en dirección de Bette por el resto de su turno.
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Con solamente dos horas más para terminar, Tina miró brevemente arriba de las mesas y echó un vistazo en la morena que se sentaba reservada en la esquina. Increiblemente Bette realmente había cumplido su promesa. Durante las últimas tres horas, había permanecido fuera del camino de Tina y se mantuvo tranquila el tiempo entero. Solo había pedido su segundo café helado pues estaba concentrada en su PSP. Bette miraría a Tina de vez en cuando, pero con excepción de éso, no hizo nada por llamar la atención de la rubia.
Debe tener hambre, pensó Tina al observar la ausencia de cena en la mesa de Bette. Decidió entonces recompensar a la morena por sus esfuerzos compartiendo con ella la deliciosa cena que los empleados recibían de la cocina. No se dio cuenta que ya miraba fijamente a Bette hasta que vió a la trigueña levantar la vista y encontrar su mirada. Sonrieron la una a la otra antes de que Tina se dirigiera a la cocina para preparar el premio de Bette.
Pocos minutos más tarde, una Tina relativamente alegre salió de las puertas dobles de la cocina con un plato de ensalada de Cobb en su mano para tropezar solamente con una vista interesante. Su sonrisa dejó inmediatamente sus labios mientras entrecerraba sus ojos en la escena que la saludó. “Pero qué poca….” Susurró airadamente mientras miraba fijamente a Bette en la distancia.
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“Hola Bette.” Una voz dulce la saludó, interrumpiendo la soledad de la morena. La heredera detuvo brevemente su juego y miró para arriba para encontrar los ojos sonrientes de una rubia que le pareció familiar.
“Sí?” Bette preguntó lentamente mientras miraba a la muchacha robusta vestida llamativamente de arriba a abajo. Sabía que se había encontrado con la muchacha antes, pero no sabía cuando, cómo o porqué. Atormentó a su cerebro en busca de un nombre pero no se sorprendió mucho al darse cuenta que no podía recordar cuál era. Con una mirada en las chicas ella sabía quién era olvidable. Ella no era probablemente importante, pensó. “¿Qué quieres?” Preguntó un poco irritada.
“Bette.” La muchacha dijo divertida. Ella sigue siendo igual que siempre, pensó mientras colocaba sus manos en la mesa y se inclinaba hacia adelante. “Pensé que le podrías dar una pequeña a una vieja amiga.” Ronroneó cuando sumergió su cuerpo más abajo, dandole a Bette una vista agradable de su pecho que amenazaba estallar fuera de sus prendas. Viendo la mirada en blanco en la cara de la morena, entrecerró sus ojos un poco mientras se enderezaba hacia arriba y puso las manos en sus caderas. “Soy yo bebé.” Dijo con una sonrisa boba atractiva. “Nadia.” Levantó sus cejas de una manera que indicaba que pensaba que la morena debía haberla recordado ahora. Después de todo, ¿no habían tenido el jugueteo más inolvidable dentro de la limo de Bette apenas algunos meses atrás? Seguro fue una cosa de una noche y más cuando un poco de alcohol fue consumido de antemano, pero estaba segura que el encuentro fue bastante especial. Ella no lo había olvidado desde entonces, y estaba muy segura que Bette Porter tampoco. La morena estaba apenas en la negación sobre sus sensaciones o algo así. Sí, éso era probablemente por lo que ella nunca le contestó las llamadas.
“¿Nadia?” Bette frunció el ceño mientras miraba a la rubia. Finalmente la recordó. Era uno esos encuentros que lamentas grandemente después de una noche de alcohol y excesos. ¿Qué estaba pensando? Ella se regañó. Muchacha, debía haber estado perdida realmente esa noche incluso para darle a esa chica que se miraba extremadamente inútil y chocante una oportunidad. “¿Puedes hacerme un favor muy grande?” Inclinó su cabeza al lado y sonrió.
“Cualquier cosa para ti.” Nadia levantó una ceja y sonrió. “¿Qué quieres querida?” Preguntó mientras se inclinaba en la mesa una vez más.
“Ven aquí.” Bette levantó un dedo e indicó para que la rubia se acercara más a su cara. Nadia obedeció feliz y se inclinó adelante hasta que su cara estuvo a algunas pulgadas de la morena.
“¿Qué?” La voz de Nadia goteó en la anticipación del placer.
“Puedes.” Bette comenzó mientras reclinaba la barbilla en su mano. “..moverte tan lejos de mi mesa como sea posible?” Acabó su petición mientras levantaba su ceja arrogante. “Tus boobs artificiales realzadas con silicón están bloqueando la luz que viene a mi lugar. Eso, junto con tu figura robusta, están lanzando sombras irritantes sobre mi PSP.” Arrugó su nariz en repugnancia. “¿Así que puedes irte lejos por favor ?” Sonrió de una manera burlona mientras la muchacha la miraba en choque y avergonzada.
Bette estaba tan absorta en tirar la tentativa patética de Nadia de ligarse con ella que no pudo notar un par de ojos pardos enojados que las miraban desde algunos pies lejos. Un plato de ensalada de Cobb fue derechito al bote de basura mientras Tina caminaba lejos en una rabieta.
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“Hey.”
“…”
“Hey.”
“…”
“Hey, para.”
“…”
“¡Kennard!”
“¡¿Qué?!”
“¿Adónde vas? Dejé estacionado mi coche allá.”
“¿Y? La parada del autobús está hacia este lado.”
“¿El autobús? ¿Pensé que iba a llevarte a tu casa?”
“Bien pensaste mal. Estoy montando el autobús.”
“¿Qué? ¿Estás enojada conmigo o algo?”
“…”
“¿Hice alguna cosa mal?”
“…”
“Creo que me comporté bastante bien hoy.”
“Tss.”
“¿Qué? ¿Qué hice ahora?”
“Dejame sola Porter. ¿Porqué no vas a molestar a alguna otra?”
“¿Huh?”
“Apuesto que a esa chica tuya que se mira vulgar le encantaría un paseo a su casa.”
“¿Vulgar? ¿Te refieres a Nadia?”
“¿Así que la conoces? Se ven muy bien juntas. Dos cabezas de chorlito hacen una pareja agradable.”
“Vamos, esa muchacha no era nada. Solo estaba molestandome hace un rato.”
“¿Realmente? ¡Bien no parecías protestar mucho cuando mirabas fijamente sus pechos!”
Los ojos de Bette brillaron mientras miraba fijamente a Tina. “Estás.” Señaló un dedo en la rubia. “..¿celosa?” Agregó la última parte con una expresión divertida en su cara.
“¡No. Demonios!” Tina gritó violentamente mientras pisaba fuerte más lejos de Bette. ¿Celosa? ¿Por qué puñetas estaría celosa de ver a Bette ligando con una rubia hermosa, piernas largas con las boobs grandes? Miró abajo en su pecho menos bendecido con respecto a esa muchacha Nadia y siguió con su rabieta.
“Kennard.” Bette dijo en voz alta mientras caminaba más rápido hacia Tina. Nunca se había dado cuenta que Kennard era también del tipo celoso. Sus amigas la definieron siempre como la persona que era mas propensa a pelear por los celos. Sin embargo no le molestaba que Tina fuera celosa, de hecho, se encontraba absolutamente girada por eso. “Hey Kennard.” Dijo mientras colocaba una mano en el hombro de la rubia.
“¡¿Qué?!” Tina gritó mientras daba vuelta alrededor para hacer frente a Bette. Casi pierde el equilibrio cuando entuvo literalmente cara a cara con la heredera, la cara de la morena estaba apenas algunas pulgadas lejos de la propia. “¿Qq-qué?” Preguntó de nuevo, esta vez casi sin aliento mientras Bette miraba en sus ojos con una intensidad reservada mientras avanzaba a poquitos lentamente más cerca y más cerca. Tina contuvo su respiración tan pronto como sintiera que las puntas de sus narices se encontraban. La mirada de Bette nunca dudó.
“Tus ojos.” Bette susurró suavemente, cosquilleando los labios de Tina con su respiración caliente. “.es, están verdes de celos.” Bromeó un poco antes de que cerrara el boquete entre ellas y capturara los labios de invitación de Tina en los propios. Sintió el suspiro rubio ante el contacto y tomó esto como muestra de empujar un poco más profundo. Puso una mano en la parte posterior de la cabeza de Tina y tiró de ella más cerca. Sintiendo la parte de los labios de la rubia levemente abierta, aprovechó la oportunidad y pidió el permiso para entrar suavemente moviendo su lengua a lo largo del labio superior de Tina. Era su vuelta a gemir tan pronto como sintiera la lengua de Tina brevemente encontrar la propia para decir que el acceso era concedido. Con mucho entusiasmo, sondeó la boca de la rubia y sonrió un poco mientras Tina hacía la misma cosa con ella. Las dos muchachas luchaban literalmente con sus lenguas por algunos buenos minutos en el centro de una acera en Hollywood del oeste. Muy pronto, la necesidad del aire superó su deseo de prolongar el beso y se rompieron renuentes lejos de cada una. Esa era una manera bastante agradable de terminar una discusión, las dos suspiraron internamente.
Bette reclinó la frente contra Tina y sonrió picaramente al ver los granos de sudor en la cara de la rubia. “Eres tan caliente cuando estás celosa.” Susurró burlona mientras Tina juguetónamente pellizcaba su mejilla duramente en venganza. “¡Ow!” Bette rió a pesar de tener la mejilla en su mano palpitando de dolor.
“¡No estoy celosa!” Tina se opuso a la demanda de la morena mientras se rompía libremente de su contacto. De nuevo, sintió que lo que había dicho se contradecía. Sus interiores todavía hervían un poco con cólera al recordar la manera en que la rubia pechugona ligaba desvergonzadamente con Bette.
Bette se rió de la postura defensiva de la rubia. “Es agradable que lo estés.” Admitió con una sonrisa. No podría explicar realmente la felicidad que sentía al saber que a Tina le importaba bastante para sentirse celosa cuando otras mujeres se acercaban a ella. La hizo sentir especial, la hizo sentirse querida. Pero tanto como quería tomar el sol en esta sensación maravillosa, sabía que tenía que despejar algunas cosas con Tina primero. Sabía que la había extrañado y necesitado gravemente ayer cuando tuvieron la pequeña discusión sobre Sam. Había necesitado el reaseguro de Tina. De alguna manera necesitaba saber que a Tina le importaba más ella que su mejor amiga. Habría tranquilizado grandemente su temperamento celoso fácilmente. Y no quería que la rubia sufriera de la manera en que ella lo hizo anoche así que estaba dedidida a despejar el aire y poner el ejemplo. “Hey Kennard.” Despejó su garganta para llamar la atención de Tina.
“¿H ?” Tina preguntó distraidamente mientras jugaba con el dobladillo de su camisa. No podía volver en si para mirar a Bette. Una gama de emociones todavía corría locamente dentro de su cuerpo. Sentía celos debido a esa mujer - Nadia, furiosa con Bette por entretenerla un poco, vergüenza por haber mencionado en voz alta sus celos, y, euforia ante la sensación de haber tenido su primer beso formal con la morena. Pero más que eso, no podía mirar para arriba porque también se sentía un poco asustada, sabía que Bette Porter podía ver claramente a través de su fachada y saber apenas lo que sentía con una mirada en sus ojos. A pesar de sus personalidades , sabía que era realmente la morena la que tenía mas facilidad para demostrar sus sentimientos y hablar de sus emociones. Bette era más valerosa que ella en ese departamento.
Bette caminó más cerca a Tina y levantó suavemente su barbilla de modo que sus ojos pudieran encontrarse. “Hey.” Susurró suavemente mientras los ojos de Tina todavía rechazaban mirarla. Con cierto pinchar apacible, finalmente tuvo éxito en la atracción de la mirada de Tina en la propia. “Solo quiero que sepas que nunca vas a tener una razón para estar celosa.” Le sonrió genuinamente.
“Suenas tan segura.” Tina levantó una ceja en la morena. ¿Cómo podía estar tan segura de éso? Pensó incrédula. Solamente hay centenares de mujeres hermosas en Los Ángeles que estan más que queriendo lanzarse en la misericordia de Bette. ¿Qué era ella comparada con las demás?
“Lo estoy.” Bette contestó sinceramente cuando se aferró a la mirada de Tina. “No tienes que estar celosa sobre otras muchachas porque tu eres la única que siempre aprobaré.” Dijo lentamente.
“¿Qué?” Tina surcó su frente confundida. ¿Aprobar? ¿A qué se refiere?
“Tu eres la única persona que es bastante buena para la gran Bette Porter.” Bette explicó con una sonrisa. “Tina Kennard es la única muchacha que mi corazón aprobará siempre .” Agregó suavemente mientras levantaba su mano y acomodaba un filamento flojo del pelo detrás del oído de Tina. Y era la verdad absoluta, ella sabía en lo mas profundo de su alma que ninguna otra persona en el mundo podría cumplir nunca sus mayores niveles. Nadie más en el mundo tenía el mérito de obtener todo el amor que estaba dispuesta a demostrar y a dar. Ninguna otra solo Tina Kennard. “Que te hace un poco afortunada.” Hizo muecas mientras levantaba sus cejas picaramente.
“Asno.” Tina rodó sus ojos mientras reía suavemente. “Eres tan llena de ti Porter.” Sacudió su cabeza y empujó suavemente a Bette lejos. Pero tanto como intentaba negarselo a la morena, las palabras de Bette realmente la golpearon con fuerza y la hicieron sentir feliz más allá de las palabras.
“Sin embargo apuesto a que no lo aceptarías de ninguna otra forma.” Bette levantó una ceja engreída mientras hacía muecas en Tina.
Correcto maldita, Tina pensó mientras sacudía su cabeza. “Eres tan ilusa.” Ella rió y rodó juguetónamente sus ojos.
“Quizá.” Bette sonrió mientras encogía sus hombros. “Volvamos a mi coche. Te llevaré a tu casa.” Dijo mientras tomaba suavemente la mano de Tina en la suya y la jaló ligeramente comenzando a alejarse.
“No.” Tina sacudió su cabeza y se colocó en tierra. Sonrió al ver la mirada confusa que Bette le dió. “Es solo que no quiero ir a casa todavía.” Explicó mientras Bette comenzaba a acercarse.
“¿A donde quieres ir?” Bette preguntó mientras inclinaba su cabeza al lado. Se sentía un poco aliviada de que su tiempo juntas se prolongara aunque fuera solo un poco mas.
“A alguna parte a comer.” Tina contestó con una sonrisa segura. “Sé que tienes hambre.” Levantó una ceja cuando señaló en la panza de Bette.
“¿Realmente ahora? ¿Y cómo sabes eso?” Bette entrecerró sus ojos. En verdad, su estómago comenzaba ya a protestar de hambre desde que habían salido del planeta hace algunos minutos.
“Porque puedo ver el hambre en tus ojos. y puedo oír el rugido de tu panza.” Tina repitió las palabras de cierta morena de algunos días antes.
“Creo que esas líneas me suenan familiares.” Bette rió mientras comenzaba suavemente a llevar a Tina hacia su auto estacionado algunas cuadras lejos.
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“Hey Kennard.”
“¿Qué?”
“Yo pago nuestra cena, ¿está bien?”
“Ok.”
“Bueno.”
“¿Donde quieres comer?”
“Bien. Conozco este restaurante en Santa Mónica que sirve muy buen alimento y un café maravilloso y los precios son relativamente baratos.”
“¿Realmente? Eso suena vagamente familiar. Puede ser en el interior de un edificio abandonado con un elevador descompuesto?”
“Eso creo.”
“Entonces vayamos.”
“Grande. Toma.”
“¿Qué hago con esto?”
“Llama a tu papá. Puede ser que llegues a casa tarde.”
“Haha. Qué correcta Porter. Dejemos la broma a un lado, ¿a donde vamos realmente?”
“¿Sabes que? Dondequiera está bien conmigo. Solo nombra un restaurante.”
“Taco Bell.”
“…”
“¿Qué? Dijiste dondequiera.”
“Tch. Muy bien.”
“Espera. Acabo de cambiar mi mente. Vayamos a McDonalds en lugar de ese.”
“…”
“¿Qué?”
“Nunca voy a dejarte elegir donde comemos otra vez.”
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Grupo de compañías Porter, oficinas principales. Torres de MVP, New York City.
Una figura solitaria vestida impecablemente en un traje gris salió de un Mercedes negro y caminó enérgicamente hacia la entrada del edificio. Las cabezas se movían hacia ella y los pequeños saludos fueron dados mientras pasaba por la multiplicidad de empleados que estaban alrededor de la planta. Sonrió brevemente en cada uno antes de desaparecer en uno de los elevadores principales. Dejó salir un respiro cuando se encontró a solas en el . Sacó una tarjeta dorada del bolsillo de su camisa y la metió en el escáner del panel de control. Un sonido suave se escuchó seguido por un pequeño “whoosh” mientras un pequeño compartimiento se abría y revelaba un explorador táctil. Colocó cuatro dedos en la pantalla y esperó algunos segundos a que la luz roja diera vuelta a verde. Una vez que lo hizo, vio su cara y credenciales destellar en la pequeña pantalla y sintió inmediatamente al elevador llevarla al piso superior de la torre. Tan pronto como saliera, cinco guardias de seguridad enormes con trajes similares negros y bluetooth en el oído la saludaron. Todavía se paró y levantó sus brazos al lado mientras un hombre la revisaba para cerciorarse de que no trajera armas u objetos punzocortantes. No viendo ninguno, el guardia movió su cabeza y gruñó, dándole la señal de entrar en la sala de espera. Una vez adentro, sonrió en el recepcionista principal, que entonces tocó un botón para avisarle inmediatamente a su jefe.
Ella caminó hacia la puerta gruesa de roble y golpeó suavemente en ella tres veces. Al escuchar una voz fuerte, severa que gritaba desde el interior, torció la perilla y entró a la oficina más grande del edificio entero.
“Buenas tardes señor, estoy aquí para darle el informe con respecto a las actualizaciones de las operaciones en la costa oeste.”
“Muy bien. Ponlas en mi escritorio.”
“Sí sir.”
“¿Hay algo más Joyce?”
“Solo una cosa mas Sr. Porter . Sarah del departamento de comunicaciones quiere que le pregunte si está volando el siguiente fin de semana a Los Ángeles.”
“¿Porqué? Hay algún acontecimiento programado para mí allí?”
“Creo que es el décimo octavo cumpleaños de su hija señor.”
“¿Tan pronto?”
“Sí señor.”
“Ya veo. ¿Pero no están también programadas las reuniones con el grupo de SNX la próxima semana?”
“Sí señor. La reunión está programada para el sábado. Los ejecutivos están volando a Nueva York de Sydney el próximo jueves.”
“Entonces, entonces no es posible.”
“¿Señor?”
“No volveré a casa. Se necesitan negociar los contratos ahora, estoy seguro que Elizabeth lo entenderá.”
“Sí señor.”
“Joyce.”
“¿Señor?”
“Solo enviale un nuevo juguete por mí. Quizá uno de esos coches clásicos que le gusta tanto restaurar.”
“Está bien, señor.”
“Hablando de mi hija. ¿Hay alguna pequeña travesura en la que mi muchacha haya estado implicada en estos últimos días? ¿Cualquier cosa de la que deba estar conciente?”
“Bien según mis fuentes, La Srita. Bette se ha comportado muy bien últimamente. Ha sido diligente en la asistencia a clases y ha estado llegando a casa temprano durante los días escolares. Creo que no ha ido a los bares a los que iban cada noche, diferente a como lo hacía antes.”
“¿Cómo puede ser?”
“Parece ser que ha estado invirtiendo más su tiempo con una compañera de clases. La cual presenta un buen comportamiento.”
“¿Quién?”
“Cierta Christina Kennard, señor.”
“¿Kennard? Nunca he oído hablar de ese apellido antes. ¿Son los nuevos jugadores en la industria?”
“Creo que no señor. De lo que he recolectado, la muchacha es muy pobre.”
“¿Pobres?”
“Sí señor.”
“No sabía que mi hija estaba haciendo trabajos de caridad. Debe ser una de ésas cosas que pasan .”
“Realmente no pienso que sea así señor.”
“¿Qué?”
“Ella parece ser bastante seria sobre la muchacha.”
“¿A qué te refieres?”
“Yo. No sé, señor.”
“¿Joyce.?”
“¿Sí señor?”
“Mueve el SNX a la costa oeste. Estoy volando de regreso a LA después de todo.”
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Fecha de inscripción : 06/03/2008
Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO VEINTICINCO: La reina
“Estás cordialmente invitada para que asistas a una tarde especial de cocteles, cena y baile por la celebración del 18º. Cumpleaños de Elizabeth Jan Porter este 20 de abril en los Jardines Japoneses, Mansión Porter Hollywood Hills CA."
“¿Qué le das a la persona que lo tiene todo?”
Tina Kennard se preguntó por décima vez mientras miraba fijamente la simple, pero a la vez elegante invitación roja en sus manos. Suspiró mientras la respuesta la eludía de nuevo. Se encontraba totalmente perdida y frustrada con cada minuto que pasaba.
Levantó lentamente el papel perfumado a su nariz e inhaló profundamente. Olía como ella, sonrió. El olor era muy fuerte al principio, bastante penetrante para hacer que arrugaras tu nariz y te marearas un poco, pero después de algunos momentos, crece en ti, y pronto te encuentras gozando del olor y totalmente perdida en la fragancia. Apenas como ella, apenas como Bette. Exhaló profundamente mientras retiraba el papel de su cara y lo detuvo una vez más para leer su contenido. Una sonrisa se arrastró a sus labios mientras miraba la escritura familiar en la parte inferior de la invitación. Fuera de los centenares de invitaciones enviadas para la fiesta de cumpleaños de Bette Porter, el décimo octavo, ella recibió la única que tenía una nota personalizada en la parte inferior. Podría oír realmente la voz de la morena mientras leía las oraciones una y otra vez.
No olvides darme algo aceptable ¿Si?. Pienso que sabes lo que en verdad deseo… - BP
Si pudieras venir usando el Vera Wang rojo (el que tiene ese escote hermoso y la abertura al lado) ese que te compré para la fiesta de Helena, sería realmente, realmente agradable también.
Tina rió un poco mientras leía la última petición de Bette. Típico de Porter , sacudió su cabeza divertida. Pienso que sabes lo que en verdad deseo. Las palabras nadaron alrededor de su cabeza mientras su mente se enfocaba de nuevo en el regalo. ¿Cómo puede decir eso? Incluso no tengo la idea más vaga de lo que quiere, suspiró.Porter debía haber intentado ser la misma presuntuosa de siempre y haber pedido algo insano fuera de su presupuesto, Tina musitó, si lo hubiera hecho entonces no estaría quizá tan ansiosa por el regalo. Cinco días más para el sábado - y no era el suficiente tiempo para que pensara y se preparara para eso correctamente, sacudió su cabeza.
Tina suspiró mientras cambiaba su posición respecto a la cama y se reclinó sobre su lado. Agarró la invitación firmemente contra su pecho mientras su cabeza cavaba en lo mas profundo de su almohadilla. “¿Qué le das a una chica que lo tiene todo?” Masculló para si mientras cerraba los ojos y se sumergía en un sueño incierto.
Si solamente leyera entre líneas la nota de Bette, o aún buscado la verdad dentro de si, entonces quizá se daría cuenta que al parecer no estaba tan lejos de la respuesta. Ella tenía ya lo que Bette deseaba, la única cosa que necesitaba era abrirse completamente a la morena. Era fácil, todo lo que tenía que hacer era ser honesta consigo misma , dejar ir todos sus miedos. y entregar su corazón.
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“¿Qué quieres para tu cumpleaños?”
“¿H ?” Bette miró para arriba a Sam mientras jugaban un partido de ajedrez dentro del ático de Alicia. “No sé.” Contestó distraidamente mientras movía a uno de sus alfiles clavando a la reina de su opositor. “Sorprendeme.” Encogió los hombros y se inclinó detrás en su silla, esperando a que Sam hiciera su movimiento.
“¿Quieres que salga de un pastel gigante usando escasa ropa interior?” Alicia preguntó dando vuelta al periódico mientras se acomodaba en el sofá. “¿O podría usar quizá uno de ésos trajes de dominatrix de cuero con un látigo?” Levantó un brazo e hizo un movimiento de azotar el látigo.
Shane tosió inmediatamente, mirando aterrada al miembro de su familia. “Pienso que hablo en nombre de Bette y de todas sus huéspedes cuando digo DEMONIOS DE NINGUNA MANERA Alicia.” Rodó sus ojos y rió. Alicia tomó represalias lanzando una almohadilla en ella.
“Gracias Shane.” Bette sonrió antes de emitir un gemido cuando dio vuelta y vio que Sam comía uno de sus peones con un caballo. “Maldición” Maldijo para si, un poco enojada por su carencia de previsión. Debía haberlo visto venir. Ahora debido a su descuido, dejaron a su rey expuesto y colocado en una posición vulnerable.
“Wow, bien, genial.” Sam presumía, levantando sus cejas hacia arriba y hacia abajo. “Parece que finalmente voy a batir a la invicta Bette Porter en un juego de ajedrez.” Sonrió triunfante, no obstante un poco prematuramente, pues Bette ocultó con éxito a su rey del ataque de Sam en un movimiento rápido y astuto.
“Oh por favor, no te hagas ilusiones Sammy.” Bette movió su cabeza al lado y sonrió, crisis evitada. Algunos momentos más adelante, rió internamente cuando Sam realizó un movimiento gravemente ejecutado, obviamente, su amiga no lo había pensado mucho. “¿Ahora porqué puñetas haces eso?” Sacudió su cabeza al lado y chascó su lengua a manera de mofa, imitando a Sam. “Acabas de quedarte abierta de par en par.” Dijo señalando en la dirección del rey indefenso de Sam.
Sam levantó sus brazos y puso sus manos detrás de su cabeza mientras se inclinaba detrás contra su silla. “No estás viendo el cuadro grande.” Sonrió mientras sus ojos señalaban hacia una de las torres que estaba en el lado de Bette del tablero. Guiñó su ojo e hizo muecas amplias cuando su mejor amiga finalmente notó lo que intentaba precisar. La reina de Bette iba a ser la muerta siguiente si no la movía pronto. “¿Ahora qué tenemos aquí? Mira como tomaré a tu reina.” Sam sonrió y levantó una ceja en broma, sus palabras llevaban adrede un significado doble. Ella sabía a quién consideraba su mejor amiga como su reina en vida real. Y armada con el conocimiento de cuánto se ponía celosa cuando se trataba de Tina, no pudo resistirse de picar y bromear un poco con la morena. Consideralo un poco como reembolso por todas las veces que has hecho de mi vida un infierno cuando me bates en ajedrez, Sam hizo muecas maliciosa. La pequeña contracción nerviosa que vio en la cara de su mejor amiga le dijo que la morena captó su pequeño mensaje ruidoso y claro. Por un minuto, todo quedó silencioso pues Bette entrecerró sus ojos y miraba fijamente el tablero de ajedrez. Ésta no fué quizá tan buena idea, Sam tragó saliva. Ahora estaba bajo la impresión de que el juego saldría literalmente volando por la ventana en cualquier momento pronto. Pero después de algunos golpes en su barbilla, Bette levantó la vista con una expresión ilegible en su cara y habló a través de sus quijadas apretadas.
“Ve si puedes.” Bette desafió a su mejor amiga, mirando a Sam inflexible. Sin romper el contacto visual, levantó uno de sus alfiles y lo movió algunos cuadros. Sonrió arrogante en la expresión estupefacta en la cara de Sam cuando su mejor amiga se inclinó rápidamente adelante en la mesa y miró fijamente en el tablero. “Jaque mate.” Orgullosa levantó una ceja antes de levantarse de su silla. Sam simplemente levantó la vista y suspiró en la dimisión mientras colocaba a su rey abajo en un acto de entrega.
“Maldición.” Sam maldijo, sacudiendo su cabeza en incredulidad. “Tu ganas.” Suspiró mientras frotaba la parte posterior de su cuello. Oh bien, se sentía absurda por incluso creer por un segundo que iba a batir a Bette en el ajedrez, una de las muchas cosas en las cuales su mejor amiga sobresalía.
“¿Había cualquier duda?” Bette susurró a medida que continuaba mirando abajo en el juego de ajedrez con un pequeño ceño fruncido, mirando pero no realmente viendo pues su mente parecía un poco preocupada. Sam comenzaba a comprender que ahora no hablaba del juego. “Nunca perderé.” Bette habló fuerte después de un minuto mientras agarraba su pieza de ajedrez blanca de la reina y la giró alrededor de sus dedos antes de meterla dentro de su bolsillo. “No contigo, no con cualquier persona.” Dijo seria y airadamente antes de salir fuera de la propiedad de Alicia en una rabieta.
Shane y Alicia miraron la salida precipitada de Bette con una expresión confusa en sus caras. Su líder incluso no dijo adiós. “¿Qué fue lo que pasó?” Dieron vuelta a Sam para una explicación.
“Pienso que golpee un nervio.” La muchacha suspiró.
“¿Kennard?” Dijo Shane presintiendolo. Si había algo que accionaría esa clase de reacción en Bette, sabía que tenía algo que ver con cierta rubia.
Alicia suspiró mientras Sam cabeceaba en la respuesta afirmativa y les contó cómo había vacilado a Bette con el pequeño comentario estúpido que hizo sobre tomar a su “reina” lejos de ella. “¿En qué estabas pensando?” Alicia sacudió su cabeza al lado mientras reprendía a la morena. Eso fue realmente una cosa muy mala a decir - algo que se esperaba que saliera de alguien tan falto de tacto como ella - y no de Sam. “Tu, de entre toda la gente, no debiste haberle dicho algo similar a Porter.” Cruzó sus brazos en su pecho. Durante los último pocos días, habían llegado a atestiguar la inseguridad de Bette que venía a nuevas alturas, y sabía que todo hervía alrededor de los celos que su líder sentía sobre la proximidad de Sam y de Tina.
Shane movió su cabeza en el acuerdo. “Tanto como me duele decir esto, pero Alicia tiene razón.” Encogió los hombros mientras Sam suspiraba y miraba abajo en sus pies. “Sabes como es ella cuando se trata de Kennard.” Agregó, fomentando el viaje de culpabilidad de su amiga.
“Sé.” Sam movió su cabeza en la dimisión. “Me disculparé, loprometo.” Ella levantó su mano derecha y juró. Ahora, comenzaba a sentirse realmente mal por haber vacilado a Bette sobre Tina, sabiendo completamente que era una cuestión muy sensible para su mejor amiga. Creo que me disculparé cuando se haya calmado un poco, pensó mientras empujaba algunas de los piezas de ajedrez restantes alrededor.
“Es mejor.” Alicia advirtió.
Y con esas palabras, la pequeña discusión fue resuelta entre las tres amigas. No fue sino hasta una hora más adelante, cuando gozaban de un pequeño bocado de medianoche, que Alicia trajo a colación el asunto de Bette y de Tina de nuevo.
“Bette realmente va en serio sobre Kennard.” Alicia compartió su observación mientras mordía distraída en una galleta. El grado de sensaciones que su amiga comenzaba a demostrar por Tina la había cogido por sorpresa principalmente por los diversos cambios en Bette. Nunca había pensado que vería el día en que la infantil y altamente inmadura Porter crecería y maduraría.
"Sí.” Sam movió su cabeza en el acuerdo. Bette era una persona muy apasionada. Cuando estaba en algo, daba el 110% de si en ello. Asi que no le sorprendia realmente a Sam que su mejor amiga cayera enamorada de una manera similar. “Que es por lo que estoy un poco preocupada por Tina.” Admitió pensativa.
“¿Porqué?” Shane surcó su frente confundida. Esperaba que Sam se sintiera feliz por su mejor amiga, no preocupada por Tina. “Sabes que Bette no haría cualquier cosa para lastimarla.” Ahora los días de etiqueta rojas habían quedado atrás.
“Lo sé.” Sam contestó rápidamente. “Sé que Bette no hará cualquier cosa para dañar aTina.” Dijo seriamente mientras miraba las caras curisas de sus amigas. “Solamente que no puedo decir la misma cosa sobre tío Lucas.” Ella explicó mientras las dos movían lentamente sus cabezas en la comprensión. Tío Lucas, corto para Lucifer, el diablo. Padre de Bette. Melvin Porter.
“¿Va a regresar a casa para la fiesta?” Una Alicia melancólica movió una mano a través de su pelo. Sam estaba en lo correcto, debían estar preocupadas. Pero no solo por Kennard, sino por Bette también. No había discusión en cuanto a lo que haría el gran MVP por el “bienestar” de su hija. El hombre tenía la tendencia a ser descaradamente cruel, él era una versión exagerada de su hija antes de que Tina entrara en su vida y la cambiara.
“No sé.” Sam encogió sus hombros. “Quizá si, quizá no.” Exhaló en voz alta. “Sabemos como es. Le prohíbe a Dios que el cumpleaños de su hija coincida con una reunión o algo del Consejo.” Rodó sus ojos. Seguro, todos sus padres estaban ocupados con el negocio familiar y raramente los veían, pero nadie era peor que el padre de Bette en cuanto al cuidado de su hija. Bette era afortunada si podía ver a su papá por más de dos semanas al año. La única vez que él haría un esfuerzo por hablarle a su niña era cuando quería ordenarle hacer algo o regañarla por alguna fechoría, e incluso entonces, él ordenaría a veces a su ayudante personal pasar el mensaje a Bette por él.
“Chicas, saben que debemos estar preparadas, cueste lo que cueste, si él aparece o no, ¿correcto?” Shane se inclinó adelante y miró a sus amigas seriamente. La “cosa” que sucedía entre Bette y Tina todavía estaba en sus etapas tempranas y tambaleante, y esas dos necesitarían de toda la ayuda que pudieran conseguir para que su relación indefinida pudiera sobrevivir. Todos los pleitos y celos no eran nada comparados a la amenaza que representaba Melvin Porter. Es demasiado pronto para que esas dos hagan frente a su primer obstáculo grande, Shane pensó tristemente. “Entonces.” Miró hacia adelante y hacia atrás entre Sam y Alicia. “¿Están conmigo?”
“Absolutamente.” Sam y Alicia movieron sus cabezas seriamente mientras unían sus manos en el centro de la mesa e hicieron su pequeño pacto. Melvin Porter estaba aniquilado, 4F - sin su líder - se preparaba para la guerra.
Y por eso, durante una noche de domingo en Los Ángeles, Bette y Tina ganaron sin saberlo, la protección de tres muy leales, poderosas y ricas ángeles de la guarda.
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Bette sentía el frío aire de la noche mientras se sentaba en la repisa de su balcón y miraba fijamente el cielo. Después de conducir alrededor de la ciudad sin objetivo por algunas buenas horas, volvió sola a su residencia con su mente todavía zumbando y no estaba tan cansada como esperaba que estaría. Asi que en vez de cambiarse de ropa y meterse en cama para intentar descansar, fue directa al balcón y acabó sentándose ahí completamente sola. Sus pensamientos eran bastantes como compañía.
Era apenas una broma, se dijo repetidamente. ¿Por qué se sentía tan afectada con una pequeña broma de Sam? No era como si su mejor amiga fuera seria sobre ella. Ella estaba enamorada de otra mujer después de todo. Suspiró cuando su mente fue hacia Helena. Había deseado siempre que la morena superara sus barreras y se reuniera con Sam, pero recientemente, veía muy difícil que eso sucediera. Atala por favor para siempre, pidió dentro de su mente, sacala de nuestro camino - sacala como amenaza entre Kennard y yo.
Ah, Tina Kennard.
Ella competiría alegre por su amor con cualquier persona en el mundo. pero la lastimaría y mataría realmente mucho si tuviera que ser Sam. si tuviera que ser su mejor amiga. “¡Fuck!.” Maldijo bajo su respiración y frotó la parte posterior de su cuello en la frustración. Estaba asustada de Sam, finalmente reconoció que esto era verdad. Sentía que sus miedos con respecto a las sensaciones de Tina por su mejor amiga no estaban sin base. No estaba ciega ni era idiota, lo había visto y lo sentía también. Y maldición, no era solo su inseguridad la que le jugaba una mala broma. Seguro, ella y Tina se habían besado, agarrado de la mano y habían salido, pero una persona podría hacer eso sin tener mayores sentimientos por la persona con la que lo hace. “Esto apesta.” Masculló para si, ese pensamiento acababa de hacerla sentir incluso peor. Ella le importaba a Tina, estaba segura de éso. ¿Pero cuánto? No lo sabía. Y eso era lo que en verdad la mataba. ¿Quién superaba a quién en el corazón de Tina - Bette o Sam?
Aunque los celos de Tina sobre Nadia calmaron un poco sus miedos, la broma simple de Sam esta tarde acababa de traer todo de vuelta. ¿Qué si su mejor amiga se cansara de esperar a Helena y renunciara a ella y decidiera perseguir a Tina? ¿Qué entonces? ¿Qué le sucedería? Tina me dejaría probablemente como una patata caliente, gimió dentro de su cabeza. Después de todo, ¿las chicas no terminaban siempre eligiendo al buen chico aunque juegan y se ligan desvergonzadamente con el chico malo? “Jodete Sam.” Susurró airadamente mientras cerraba sus puños en su regazo. No intentes siquiera atreverte a meterte entre nosotras advirtió a su mejor amiga dentro de su cabeza. Por favor, terminó rasgada por la angustia.
Mira como tomaré a tu reina.
Las palabras de Sam se repitieron dentro de su cabeza y tuvo que recurrir a darse una palmada en la cara con sus manos en un esfuerzo por hacer que parara. Esas palabras me frecuentarán probablemente en mi sueño también, suspiró internamente. Su frente se arrugó cuando sintió algo dentro de sus pantalones vaqueros después de que derribara el dorso de su mano sobre su regazo. Sus facciones se suavizaron considerablemente cuando sintió el pequeño bulto en su bolsillo, reconociendo apenas lo que era. “Olvidé que estabas aquí adentro.” Sonrió cuando sacó la pieza de ajedrez de marfil desde adentro y la detuvo, examinándola bajo la luz suave de la luna.
“Hola Kennard.” Sonrió brillantemente mientras se dirigía a la pieza de ajedrez de la reina. No sabía porqué, pero solo hablando con algo que representaba a Tina la hizo sentir un poquito mejor. Asi que con la ausencia de otra persona alrededor de ella, continuó su pequeña conversación con la reina inanimada minúscula. “Te extrañé hoy.” Suspiró mientras traía la pieza más cerca a su cara y la estudió. “Si no me hubieran ordenado atender a esa barbacoa aburrida de la compañía, quizá hubieramos podido tener nuestra segunda cita oficial esta tarde.” Dijo amargamente, poniendo cautelosamente la pieza de ajedrez al lado de ella en la repisa. “Quiero verte realmente.” Gimoteó después de algunos minutos de silencio. Pero es demasiado tarde ahora, pensó tristemente, probablemente ya estás durmiendo.
“Hey Kennard.” Susurró, mirando abajo la pieza al lado de ella. “Sé que es un poco egoísta, pero no dejaré que cualquier persona te lleve lejos de mí, ¿de acuerdo?” Dijo mientras mordía lentamente su labio. “Era serio cuando te dije que eres la única chica que aprobará mi corazón.” Tomó la pieza en su mano y la levantó delante de su cara. “No olvides nunca eso.” Sonrió cuando hizo pivotear suavemente sus piernas alrededor de la repisa y saltó del balcón. Entró a su dormitorio y cerró las puertas dobles detrás de ella. Se dirigió hacia su mesa de noche y puso cuidadosamente la pieza de ajedrez de la reina encima. “Esperame.” Susurró antes de caminar hacia el cuarto de baño, cambiarse y de hacer su rutina nocturna de belleza. Cuando emergió pocos minutos más tarde, una Bette de mirada fresca saltó en la cama y apagó las luces con una palmada. Alcanzó la pieza de ajedrez y la besó cariñosamente antes de dejarla en la mesa. “Buenas noches Kennard.” Bostezó mientras se acomodaba. Por favor, dejame ser el ideal de ella en vez de Sam, rogó mientras su mente se perdía en el sueño.
Alguien parecía haber escuchado sus rezos de esa noche, pero no de la manera que esperaba. Mientras dormía, Bette soñaba que Tina la dejaba por Sam. Se arrastró, lloró, rogó, sobornó, hizo todo, pero Kennard todavía la dejaba. Innecesario decir, que despertó después de algunas horas para descubrir que lloraba en la vida real también. No pudo volver a dormirse después de eso, así que cuando Sonja entró a su dormitorio a despertarla para la escuela, su cara estaba toda turbia y sus ojos estaban hinchados por la carencia del sueño y todo el llanto que derramó durante su semi-sueño. Decir que Sonja se sorprendió cuando la vio es una subestimación. Su vieja camarera podía ocultar apenas su horror mientras jadeaba audiblemente en la vista de su joven ama. “Srta. Bette.” Fue todo lo que la criada pudo decir mientras la heredera la miraba fijamente con los ojos que se asemejaban a rajas debido a la hinchazón. Le tardó a Bette casi una hora dentro del cuarto de baño intentar encubrir lo que hizo ese sueño a su cara, pero vamos, esos cosméticos costosos no pudieron hacer milagros.
Y sin más remedio, inventó una historia sobre una nueva alergia imaginaria que acababa de descubrir anoche. Algo sobre el material de sus nuevas almohadillas que eran demasiado para que su piel sensible soportara. Tenía la esperanza de que sus amigas, especialmente Alicia, no preguntaran demasiado sobre él. La última cosa que quería era darle a Sam la satisfacción de saber cuánto le había afectado su pequeña broma.
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“Buenos dias.”
“Buenos días Por--”
“…”
“Wow.”
“¿H ?”
“Te ves hecha una mierda.”
“Porqué, gracias Kennard. Te ves bien también.”
“¿Qué te sucedió?”
“Nada.”
“¿Nada? ¿Entonces te arrastraste de la cama pareciendo muerta por ninguna razón evidente?”
“No me veo tan mal.”
“¿Te miraste en el espejo esta mañana?”
“Sí.”
“¿Y?”
“Todavía me miro mejor que la mayoría de la gente en sus buenos días.”
“Bien, es verdad, pero.”
“¿Pero qué?”
“Es solo que no estoy acostumbrada a verte tan, tan.”
“¿Que me mire tan cansada?”
“Fea.”
“Ouch.”
“Está bien. “Fea” es quizá demasiado áspero. Uhm. ¿Qué sobre extraña, fuera de lo común?”
“¿Estoy realmente tan horrible y poco atractiva esta mañana?”
“No realmente, pero tus ojos.”
“¿Qué sobre ellos?”
“Me recuerdan los ojos de Quasimodo.”
“…”
“Tu sabes, del jorobado de Notre Dame, individuo grande, cara desfigurada.”
“¡Sé quién es Quasimodo!”
“De acuerdo, está bien. ¡Carambas!, solo me recuerdas a él debido a la manera en que son tan grandes e hinchados.”
“Bien gracias por mencionar la semejanza. No puedo decirte todo lo adulada que me siento.”
“Solo estoy diciendo.”
“Tu silencio habría sido mejor.”
“Bueno.”
“…”
“…”
“…”
“Hey Porter.”
“¿H ?”
“¿Puedes ver realmente con tus ojos todos chiquitos e hinchados como los traes?”
“…”
“Lo siento, solo preguntaba.”
“…”
“¿Qué significa esa mirada? ¿Tienes algún tic o algo parecido?”
“No.”
“¿Entonces qué?”
“Intentaba rodar mis ojos en ti.”
“… Realmente? Vaya que salió un poco extraño. Intenta otra vez.”
“…”
“Hahaha, otra vez. Intenta otra vez.”
“…”
“¡Otra vez!”
“…”
“Heeeeeh. Más!”
“…”
“¡Esta bien! Para, Para, para.”
“¿H ?”
“Ahora estás comenzando a asustarme.”
“…”
“¿Qué?”
“Creo que me estás vacilando.”
“Correcto chica.”
“Fuck.”
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“¡Miren quienes están aquí!” Alicia gritó con la fuerza de sus pulmones mientras Bette y Tina subían las escaleras y caminaban hacia su mesa acostumbrada. “¡La hinchada y la rubia!” Rió mientras Bette entrecerraba sus ojos en ella, o apenas la miraba, puesto que los ojos de la morena eran ya como rajas sin mucho esfuerzo.
“Mierda santa.” Shane exclamó mientras dejaba lentamente su taza de café en la mesa. “¿Qué le sucedió a tu cara Bette?” Señaló a su amiga mientras su líder se derrumbaba en su silla un poco irritada.
“Alergias.” Dijo de mal humor mientras cruzaba sus brazos en su pecho. Si sus ojos estuvieran en su estado normal, estaba segura que pulverizaría a sus amigas con una mirada cargada ahora. Desafortunadamente para ella sin embargo, intentar abrir los ojos era muy difícil, asi que el deslumbrarse estaba definitivamente fuera de la ecuación.
“¿Realmente?” Alicia preguntó escéptica mientras levantaba una ceja. Si su suposición era correcta, alguien había estado llorando toda la noche. ¿Alergias? Un poco sospechoso, pensó.
“Sí.” Dijo Bette a través de los dientes cerrados fuertemente. “Me siento bastante mal ya con mis ojos hinchados. Asi que dejame en paz Alicia.” Ella advirtió a su amiga con una voz que goteó con amenazas tácitas.
“Si tu lo dices entonces estás hinchada.” Alicia bromeó mientras mordía su manzana.
“Aww, no la llames hinchada.” Dijo Tina mientras acariciaba ligeramente el pelo de Bette. La morena sonrió brillantemente en esto, sintiendose feliz de que Tina la defendiera. No es hinchada exactamente, Tina se rió internamente de ella. Miró nuevamente a Alicia y sonrió. “Ella prefiere ser llamada Quasimodo.” Dijo deliberadamente mientras las otras, a excepción de Sam, comenzaron a reírse de Bette.
“Vayanse a la mierda.” Bette maldijo bajo su respiración mientras se reclinaba detrás contra su silla.
El receso continuó con la burla juguetona que circundaba la mesa entre Tina, Alicia y Shane mientras Sam y Bette se miraban en silencio. Tanto como Bette evitaba mirar a su mejor amiga, Sam estaba exactamente enfrente de ella y continuaba echando vistazos en la morena de vez en cuando. Finalmente, después de algunos minutos más de bailar los ojos alrededor, Sam finalmente agarró el brazo de Bette en señal de entrega.
“Hey.” Sam susurró mientras se inclinaba más hacia su mejor amiga. Bette se tensó visiblemente mientras miraba hacia otro lado.
“¿Qué?” Bette preguntó agudamente mientras miraba a Sam airadamente. La conversación continuó alrededor de la mesa mientras sus amigas seguían estando ajenas a la tensión que había entre las dos.
“Lo siento mucho compinche.” Dijo Sam sinceramente mientras daba un apretón ligero al brazo de Bette. Con su otra mano, sacó lentamente un pequeño objeto de su bolsillo. “Aquí.” Dijo mientras colocaba una pieza de ajedrez negra en la mesa - era la otra reina del juego de ayer. “Calculé que la reina estaría un poco sola sin su otra mitad.” Encogió los hombros. Viendo el ceño fruncido formarse en la cara de Bette, explicó rápidamente. “Eres tu. Esa reina eres tu. No yo, nunca voy a ser yo.” Agregó. “Nunca cruzaré esa línea.” Dijo seria. “Incluso no más bromas. He aprendido mi lección.” Sonrió cuando vio que la cara de Bette comenzaba a suavizarse.
“¿Lo prometes?” Preguntó Bette vacilante mientras miraba a su mejor amiga con miedo en sus ojos marrones.
“Lo prometo.” Sam cabeceó, levantando su mano en un puño y poniendo encima su meñique. “¿Quieres jurar con el meñique?” Hizo muecas cuando Bette se burló de su idea infantil. “¿Qué tal si escupimos en nuestras palmas y sacudimos las manos?” Levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo, ganando una pequeña risa de la morena.
“Qué sobre esto en lugar de eso.” Dijo Bette mientras levantaba su mano derecha y la alzaba en un puño. Sam pescó la indirecta y juntas realizaron el apretón de manos secreto que las dos habían estado haciendo desde que tenían seis. “Mucho mejor.” Bette sonrió mientras terminaban el apretón de manos con los cinco en alto. Dios, que era una carga en mi pecho, emitió un suspiro de alivio. Por lo menos ahora tenía la promesa de Sam a la cual aferrarse. La única cosa que le preocupaba alrededor eran los sentimientos de Tina por las dos. Sonrió mientras miraba la pieza de ajedrez en la mesa. “Hey.” Exclamó repentinamente recordando algo. Sacó la pieza blanca de la reina de su bolsillo delantero y la puso al lado de la que estaba en la mesa.
“Se ven bien juntas.” Sam movió su cabeza en la aprobación y sonrió. Puso un brazo alrededor de los hombros de Bette y sacudió a su mejor amiga levemente, las dos compartieron una risa. La paz estaba de vuelta y el equilibrio fue restaurado.
El resto de las muchachas en su mesa finalmente tomaron el aviso de los recientes desarrollos entre las dos y pararon su conversación. Shane y Alicia sonrieron en la vista mientras Tina miraba a Bette y a Sam indiferente, que era normal puesto que ella no estaba enterada de su pequeño pleito en primer lugar.
“¿Todo está bien?” Shane levantó sus cejas a las dos. Las dos morenas sonrieron simplemente en respuesta. “Bien.” Shane sonrió mientras tomaba un sorbo de su café.
Alicia también sonreía antes de que algo atrajera su atención y contuviera por segundos su respiración. “Esperen un minuto.” Sus ojos se entrecerraron como rayas. “¿Son ésas de mi juego de ajedrez?” Se enfurruñó mientras señalaba en las dos piezas de ajedrez en la mesa. Bette y Sam encogieron los hombros inocentes. “¿Porqué…? ¡pequeñas ladronas.!” Alicia exclamó mientras lanzaba juguetónamente bolas de servilletas en su dirección. Las dos mejores amigos rieron ruidosamente mientras el proyectil fallaba por una milla. “¡Ladronas! ¡Son unas ladronas! Diganme ya.” Alicia masculló dramáticamente, sacudiendo su cabeza al lado.
“Te conseguiremos un nuevo juego de ajedrez Al.” Sam rodó sus ojos haciendo muecas en la reacción de Alicia. No era como si la rubia no pudiera comprar uno nuevo ella misma.
“Está muy bien.” Alicia se quejó, quería solamente una oportunidad de sobrereaccionar un poco. “Mientras ustedes finalmente estén bien.” Encogió los hombros después de algunos momentos.
“¿Porqué?” Tina preguntó curiosa mirando a Bette y a Sam confundida. “¿Se pelearon o algo?” Preguntó, los miembros de 4F comenzaron a compartir miradas alrededor de la mesa.
“Se podría decir que algo asi.” Alicia contestó cuidadosa después de algunos segundos.
“¿Porqué se pelearon?” Tina no podía evitar que la curiosidad alzara su cabeza. Miró alrededor de la mesa, esperando una explicación a partir de una de las cuatro. Todo lo que consiguió fueron reacciones mezcladas. Bette encogió los hombros, Sam miró lejos, Alicia mordió su lengua y Shane sonrió. Finalmente, Tina entendió. “Oh.” Fué la única palabra que salió de sus labios cuando su cara dió vuelta a roja de la verguenza. Volvió al plato delante de ella y siguió con su comida mientras esperaba ansiosamente que la campana del receso sonara.
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Con cuarenta y cinco minutos para que la clase de química terminara, el equipo de Bette Porter y Tina Kennard había hecho un gran esfuerzo para terminar con el experimento que se les había encomendado terminando su tarea mas pronto que el resto de sus compañeros de clase. Lograron esta pequeña hazaña incluso en medio de la inhabilidad óptica de menor importancia de Bette y de la inhabilidad de Tina de parar de vacilar a la morena sobre él de vez en cuando. Sin embargo, siendo las primeras en terminar, tuvieron que esperar a que cada uno acabara. Pero no importaba, significaba que tendrían más tiempo para descansar.
“Si hace que te sientas un poco mejor, tus ojos están comenzando a mirarse un poquito normal otra vez.” Tina Kennard susurró a la figura caída de Bette contra su mesa de laboratorio. Desde que el receso terminara y la clase de química comenzara, su compañera contra su costumbre había estado silenciosa y bien-portada. No se defendió cuando la vaciló y su burla juguetona acostumbrada se había ido. Innecesario decir, Tina comenzó a extrañarla. Ahora aquí estaba, sentándose en su taburete aparentemente perdida en sus pensamientos. Todavía debe estar un poco presionada por su aspecto, encogió los hombros intentando juguetónamente una reacción de la morena pinchándola un par de veces con la parte posterior de su pluma. Incluso no retrocedió, miró a Bette extrañada. ¿Qué está mal contigo Porter? Entrecerró sus ojos al ver la mirada lejana en la cara de su compañera. Tardó quince minutos más de silencio antes de que Bette se forzara a volver a la realidad y se decidiera a hablarle.
“Hey Kennard.”
“¿Sí?”
“Hipotéticamente, si a una persona que te importa le gusta una persona diferente, ¿qué haces?” preguntó Bette con una voz baja mientras miraba para arriba a la rubia.
“¿Qué?”
“¿Lucharías o dejarías que la persona se fuera?” Bette continuó, dando vuelta a su cuerpo al lado para hacer frente a Tina.
“No sé.” Tina contestó lentamente mientras su mente iba a su atracción ideal por Sam. Sí, ella todavía tenía un punto suave por Sam, pero sabía que no era igual que antes. La persona al lado de ella había jugado un papel principal en ese cambio dentro de ella. “Dejarla ir, creo.” Encogió los hombros mientras miraba para arriba la cara de Bette. Surcó su frente cuando vio la tristeza grabada claramente en las facciones de la morena.¿ Ella se alteró por mi respuesta? Se preguntó confundida. Solo era una pequeña charla inocente, ¿correcto?
“No creo que pueda hacer eso.” Bette susurró mientras se daba vuelta lentamente y dejaba caer su cuerpo en su mesa de nuevo. “No me gusta.” Masculló bajo su respiración. ¿Dejar ir a Tina? No pensaba que tuviera el valor para hacer eso. No, no cuando sabía que había solamente una delgada oportunidad no existente de que Tina y Sam anduvieran, algo que seguramente nunca sucedería.
“¿Pero no es un poco egoísta? Si te importa realmente esa persona entonces debes pensar en ella primero.” Tina razonó en voz alta. “Poner su felicidad sobre la tuya.” Agregó encogiendo los hombros.
Eso afirmaba la respuesta anterior y antes de que pudiera detenerse, dejó salir los pensamientos que revoloteaban dentro de su cabeza. “A Sam le gusta Helena.” Dijo Bette rápidamente y miró a Tina. “¿Entonces vas a dejarla ir?” Preguntó con una ceja levantada.
“¿Huh?” Tina exclamó mientras la pregunta repentina de Bette la tomaba definitivamente por sorpresa. ¿De dónde viene esto? Se preguntó confundida. ¿Es todo esto lo que la incomodaba esta vez?
“Tu me gustas.” Bette confesó, aunque sentía que la rubia sabía ya sobre eso. “Solamente que a ti te gusta Sam.” Siguió mientras miraba fijamente a Tina que estaba boquiabierta. “Entonces.” Tragó difícilmente antes de continuar su pregunta. “..debo dejarte ir?” Preguntó temerosa.
Tina miró estupefacta a Bette mientras la morena la miraba con una mezcla de tristeza y frustración en su cara. “¿Q-qué?” Dijo anonadada, sintiendo una forma de terrón en su garganta.
“¿Quieres que te deje ir?” Bette suspiró. Podía decir que la rubia luchaba con sus emociones, ya es hora, las cartas están sobre la mesa, pensó Bette. Ella necesitaba esto, necesitaba saber qué era lo que Tina quería, qué era lo que sentía. Todas las dudas, todos los miedos comenzaban a conducirla sobre el borde, Sam, Tina, Helena, Bette, su relación era como un tiovivo de emociones y del amor no correspondido.
¿Debo dejarte ir? Tina cerró los ojos mientras esas palabras retumbaban alrededor de su cabeza. ¿Debía permitir que Bette la dejara ir y salir de su vida? Bette Porter, la chica que la volvía loca, que la irritaba al extremo, quién era tan llena de si, el matón rimbombante. el asno arrogante, la gran tonta, el palo de golf obstinado.
Tu me gustas. Pero a ti te gusta Sam. ¿Quieres que te deje ir? Bette Porter, la muchacha que cambió por ella, quien hizo las cosas correctas, que la esperó bajo la lluvia, quien le trajo el alimento cuando tenía hambre, quién la hacía reir con toda la tomadura de pelo, quién acababa de recitar una canción sucia para relajarla, la que la habia hecho enojar solo para calmarla, quien tiranizó a la gente que le había hecho daño, quien comió excesivamente y solo para estar cerca de ella, quien condujo a San Diego para satisfacer sus antojos. quién se preocupaba tanto de su salud y bienestar, la salvó de ser castigada, quién la sostuvo con tanto cuidado, quien la miraba con adoración infantil, y que la besó con gentileza y pasión.
Su compañera de clase, su compañera de asiento, su compañera, su amiga, su compañera y cita constante. Esa Bette Porter, la persona que acababa de hacerle una pregunta fuerte con una mirada desgarradora en su cara. ¿Quisieras que te dejara ir?
“No.” Tina Kennard abrió lentamente sus ojos y miró a Bette decidida. “No quiero.” Contestó sinceramente. Tanto como Porter la enfurecía, comenzaba a comprender que necesitaba a la morena en su vida también. No solo para el compañerismo, tenía una sensación un poco más profunda que ésa por Bette. Era solo que, ella no estaba completamente lista todavía para aceptarlo totalmente .
Bette lanzó la respiración que no sabía que sostenía cuando oyó las palabras de Tina. Una pequeña sonrisa honró sus labios mientras miraba a Tina. La tranquilidad se estrellaba en su cuerpo, enviando olas de felicidad que atravesaban sus venas. “¿Qué sobre Sam?” Preguntó después de algunos momentos. No podía disfrutar completamente todavía. Estaba la duda persistente de lo que podía sentir Tina por Sam colgando sobre sus cabezas.
Tina encogió sus hombros. “Me gustó durante tanto tiempo.” Tina suspiró confesando finalmente . Su mano se movió inmediatamente hacia la mano de Bette agarrándola suavemente cuando vio la manera en que la morena hizo una mueca de dolor ante la confirmación verbal de sus sensaciones por Sam. “Pero.” Mordió su labio antes de continuar. “Ultimamente no he estado sintiéndolo mucho.” Admitió mientras miraba sus manos entrelazadas. “Y puede ser que no lo creas pero. Estoy realmente en curso de dejarla ir.” Tragó difícilmente mientras encontraba los ojos de Bette. Todas las veces en que la morena la sorprendió mirando diferente a Sam. Esas fueron solo las veces en que Tina pensaba en todas las memorias cariñosas y conversaciones agradables que compartieron en el balcón del tercer piso. Tu sabes, ese fenómeno extraño cuando estás a punto de continuar adelante y dejar atrás algo que significó mucho para ti antes, como si recordaras repentinamente los buenos tiempos y pensaras apenas cómo las cosas habrían resultado si las circunstancias fueran diferentes? Bien eso era apenas lo que significaba para Tina. Y cuando más recordaba el pasado, más convencida estaba de que las cosas no estaban destinadas para ser y que ella y Sam estaban mejor como amigas. Desafortunadamente, Bette parecía haber visto cosas diferentes y haber compuesto sus propias conclusiones sobre lo que sentía ella sobre su mejor amiga. Sin embargo Tina no podía culparla , porque ella era la persona que carecía seriamente en el departamento de la honradez en su relación indefinida .
“¿Vas a dejarla ir?” Bette susurró mientras frotaba su pulgar sobre el dorso de la mano de Tina. Entonces. Sam era el pasado y ella podría muy bien ser el futuro. Pensó cuando su cuerpo comenzó a llenarse de esperanza.
Tina tuvo que sonreír en esto. “Estoy llegando allí.” Levantó su mano y amplió su pulgar y dedo índice y los puso juntos. “Estoy así de cerca.” Encogió los hombros mientras Bette suspiró en alta voz al lado de ella. Se miraron una a la otra y sonrieron tímidas, ambas enteradas de cuánta verdad había sido compartida entre las dos.Esto fué definitivamente una mejora importante, pensaron ambas. Y por alguna razón, hizo que el aire entre las dos fuera más ligero, como si un peso enorme fuera quitado de sus hombros. La verdad, en este caso, era definitivamente una cosa que las liberaba a ambas. Y acabaron sentandose allí, disfrutando de la compañía de cada una, disfrutando de la paz.
Después de algunos minutos más de silencio cómodo sentadas al lado de cada una y tomadas de las manos, la campana que señalaba el final de la clase de química finalmente sonó. Ambas se levantaron cautelosamente de sus taburetes mientras seguían a sus compañeras de clase fuera del laboratorio en un paso pausado. No interrumpieron su contacto a través de su caminata de nuevo a su sala de clase - con Tina finalmente comenzando a dejar ir sus reservas con respecto a la demostración física de su proximidad en la escuela.
“¿Hey Kennard?” Dijo Bette lentamente cuando la distancia entre ellas y sus compañeros de clase comenzó a ampliarse considerablemente. Echó un vistazo al lado e hizo frente a los ojos curiosos de Tina deteniendo su paso. “Esperaré, lo sabes.” Dijo suavemente mientras miraba abajo en el piso por un momento antes de ver a Tina de nuevo. “Esperaré hasta que logres resolver tus sentimientos por Sam.” Explicó un poco más cuando vio la mirada confusa en la cara de Tina. “Esperaré un poco impaciente porque así es apenas cómo soy. Pienso que lo sabes.” Sonrió a pesar de si. “Solamente que me tragaré mi orgullo y me armaré de paciencia. Espero eso.” Exhaló un poco en voz alta mientras movía una mano a través de su pelo marrón rizado. “..te darás cuenta de eso, tu sabes, y espero quizá, que realmente te guste yo mucho mas de lo que te gustó mi mejor amiga.” Sonrió genuinamente en Tina cuando la rubia contestó su sonrisa. “Después de todo, yo me veo mejor.” No pudo evitar agregar a su comentario un poco de broma.
Tina se rió de la morena, ah. Bette Porter y su ego. “¿Incluso con los ojos hinchados?”
“Especialmente con los ojos hinchados.” Bette sonrió mientras levantaba sus cejas hacia arriba y hacia abajo. “No hay nada más caliente que Bette Porter con los ojos soñadores.” Susurró atractivamente a la rubia mientras Tina reía más ruidosamente divertida. “Grita a seducción.” Intentó guiñar pero desgraciadamente falló.
“¿Cómo le llamas?¿Ojos atractivos?” Tina hizo muecas mientras cubría juguetonamente los ojos de la morena con su mano.
“Sí.” Bette rió mientras llevaba las manos de la rubia lejos de sus ojos y comenzaba a separarse de Tina.
“Hey Porter.” Dijo Tina después de algunos minutos mientras reasumían su viaje de nuevo a la sala de clase. Entrecerró sus ojos maliciosa e hizo muecas en la morena.
“¿H ?”
“Rueda tus ojos para mí.”
“Tienes que estar bromeando. ¿Piensas que voy a caer otra vez?”
“Por favor.”
“… claro que no Kennard.”
“Por favor, me haría feliz.”
“¿Bastante feliz de dar algo a cambio?”
“¿Qué tienes en mente?”
“Un beso.”
“¿Un beso?”
“Sí.”
“H . Muy bien. Pero solamente en la mejilla.”
“Ambas mejillas.”
“¿Ambas? Muy bien. ¿Es un trato?”
“Es un trato.”
“De acuerdo entonces rueda tus ojos Porter.”
“…”
“Hahahaha… otra vez!”
“…”
“Otra vez.”
“…”
“Hehehe. Mas.”
“…”
“Más.”
“…”
“Hahaha. una vez más.”
“… u Kennard.”
“¿Sí?”
“Me estoy mareando.”
“¿Quieres esos besos?”
“Yep.”
“Entonces calla y hazlo mejor.”
@_@
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“¡Sr. Kennard buenas noches!”
“Oh, ¿te marchas ya Bette? ¿Estás segura que no quieres quedarte para la cena?”
“Sí, necesito realmente llegar a casa y trabajar en unos papeles. Pero gracias por la invitación Sr. Kennard .”
“Por favor, ya te dije, llamame Ken.”
“¿Puedo llamarte papá en vez de eso?”
“¿Perdón?”
“Nada. Solo te decía adiós, Ken.”
“Oh está bien. Hey, por favor vete con cuidado. No conduzcas demasiado rápido.”
“Tendré eso presente. Gracias otra vez por el café. Adiós.”
“¡Adiós!”
Bette cerró la puerta del apartamento de Tina y de Ken Kennard y suspiró feliz. “Ya lo dije una vez y lo dire otra vez. Me gusta realmente tu papá Kennard.” Sonrió en la rubia que se inclinaba detrás contra el vestíbulo.
“Me alegra que te agrade.” Tina sonrió mientras comenzaba a caminar hacia la escalera con Bette siguiéndola de cerca. Cuando Bette llevó a Tina a su casa de la escuela, su papá las vio desde la ventana de la sala de estar e hizo señas para que la morena subiera por un café. Bette Porter obedeció más que feliz la petición de su papá. Y lo que iba a ser solo algunos minutos de charla sobre una taza de café se convirtió en una cosa de cuatro horas cuando Bette y su papá enlazaron y hablaron como viejos amigos. Su pasión compartida por los coches y la adoración mutua por Tina se convirtieron en los dos asuntos principales de su conversación. Innecesario decir, Tina se colocó en las líneas laterales mientras miraba la charla animada de los dos. A pesar de la sensación de no ser tomada en cuenta, tuvo que sonreír ante la dicha pura en la cara de Porter. Podías decir que ella no la falsificaba, estaba pasando realmente un gran rato. Es más, su papá estaba violentamente encantado también.
“No sabía que un padre pudiera ser tan.” Bette mordió su labio inferior pensativa mientras buscaba las palabras correctas. “..cariñoso y adorable.” Sonrió brillantemente mientras bajaban las escaleras.
Tina surcó su frente en las palabras de Bette. ¿Qué tan malo era el padre de Bette para que dijera esas cosas? Comenzaba a sentir que la morena estaba privada de amor y atención en su casa. “¿No es así tu papá?” Preguntó.
“¿Melvin Porter?” Bette se burlo. “Papá no es exactamente el padre del año. Puede ser un individuo elegante y un hombre de negocios excelente, pero es totalmente inepto cuando se trata de educar a un niño.” Encogió sus hombros.
“¿Entonces hay escasez de vinculación entre padre e hija?” Tina levantó una ceja mientras caminaban sobre el pasillo de la segunda planta.
“¿Escasez?” Bette rió. “Más bién una ausencia completa de ella.” Dijo con una indirecta de amargura en su voz. En la mente cerrada de Melvin Porter, el ser un buen padre exigía solamente darle a su niña un buen futuro. Él creía que hacía un buen trabajo mientras pudiera darle a su hija todas las cosas materiales que deseara. De esa manera, él podía justificar todo el tiempo invertido en el trabajo y extensión de su imperio. Intentaba literalmente comprar el amor con el dinero, pensaba que darle todo a su hija era más que bastante para compensar su ausencia. Pero no lo era. Lo que su hija necesitaba realmente era una figura de padre verdadera, no un individuo que actuaba más bién frío, como un papá de azúcar.
“Debe haber sido tremendo.” Dijo Tina pensando en cómo podía sentirse la morena. Creciendo con un padre tan maravilloso como Ken, no podía imaginarse lo que debía haber sido para Bette haberse privado de su padre.
“No realmente.” Bette encogió los hombros. “Me acostumbré a eso.” Dijo mientras saltaba los dos últimos peldaños de las escaleras. “Y no estuve sola porque tenía siempre a Sammy, Al y Shane para hacerme compañía.” Sonrió mientras caminaban hacia la entrada del edificio de Tina. Cuando la rubia estaba a punto de abrir la puerta, Bette la alcanzó y puso una mano en el brazo de Tina para pararla.
“¿Qué?” Tina levantó una ceja mientras miraba a Bette al lado de ella.
“Creo que me debes un beso.” Bette sonrió. “Dos besos, de hecho.” levantó dos dedos. “Asi que.” Hizo muecas mientras golpeaba ligeramente en su mejilla con un dedo. “Estoy esperando.”
Tina rió mientras sacudía su cabeza levemente. Había pensado que Bette había olvidado todo sobre su pequeño trato de esa mañana. “Bien.” Dijo cuando dio vuelta hacia la morena y cerró lentamente la distancia entre ellas.
“Espera un minuto.” Bette puso su mano para pararla en el momento en que Tina estaba a punto de inclinarse para el beso.
“¿Qué?” Tina frunció el ceño levemente mientras se alejaba un poco.
“¿Ninguna mordida de acuerdo?” Bette advirtió mientras agitaba su dedo índice en Tina. La rubia respondió riendo y movió su cabeza. “¿Lo prometes?” Bette sonrió.
“Lo prometo.” Tina hizo muecas mientras comenzaba a inclinarse hacia la morena una vez más. Una vez que estuvo solamente a algunas pulgadas de la cara de Bette, sus párpados comenzaron a inclinarse abajo mientras el perfume de Bette le impregnaba los sentidos. Sonrió un poco mientras recordaba el mismo olor intoxicante venir de la invitación de cumpleaños de la morena. Cumpliendo su promesa, guardó sus dientes para si mientras depositaba un beso suave en la mejilla derecha de Bette. Recordando que había prometido dos besos, se retiró levemente para dar el mismo tratamiento a la otra mejilla de la morena. Mientras se inclinaba, la vio, vio el movimiento rápido de la cabeza de Bette. Pero fue demasiado tarde para retirarse, y antes de que lo supiera, sus labios habían aterrizado en los labios que esperaban de la morena. El beso se retrasó por un minuto antes de que se retirara totalmente. “Porter lista.” Dijo seca y rodó sus ojos mientras Bette la miraba con una mueca que casi rasgaba su cara. Maldición, tiró de uno sobre mí otra vez. Tina sacudió su cabeza y sonrió cuando caminó hacia la puerta y la abrió.
“Hey.” Dijo Bette cuando estaba a punto de dirigirse hacia la puerta. “Aquí.” Sacó la pieza de ajedrez negra que Sam le dio durante el receso y la entregó a una Tina muy confundida.
“¿La pieza de ajedrez de Alicia?” Tina levantó una ceja mientras estudiaba la pieza de la reina negra en sus manos. Recordaba que era una de las dos que Alicia demandaba haber sido robada por Sam y Bette. Era una pieza agradable, costosa, la cara de la reina fue tallada absolutamente sin defectos a través del marfil.
“Soy yo.” Bette sonrió ampliamente. “Tu me guardas. Yo te guardo.” Le dijo mientras sacaba la pieza blanca y se la mostraba a Tina.
“¿Ahora somos piezas de ajedrez?” Tina preguntó divertida.
“Sí. Por lo menos ahora tendrás algo que te recordará a mí por todas partes a donde vayas, y podrías incluso hablar con ella también cuando no esté allí.” Sonrió a medida que Tina continuaba examinando la pieza de “Bette” con una expresión pasmada en su cara. “Es mágica sabes.” Bette agregó con un guiño.
“¿Mágica?” Tina levantó sus cejas mientras miraba a Bette al lado de ella.
“Sí, tiene energías curativas mágicas.” Bette susurró misteriosa mientras hacía una demostración de mirar sospechosamente alrededor de ella asegurándose de que nadie mas escuchara. “Si hablas con ella cuando estés triste o sola, hará que te sientas mejor. Lleva tu dolor lejos.” Dijo en una voz baja. “Lo sé porque la probé conmigo ésta anoche” Dijo mientras sacudía “la pieza de Tina” delante de la cara de la rubia.
“¿Realmente?” Tina se rió de los numeritos de Bette. “Entonces mejor la guardo en la caja fuerte.” Dijo con seriedad falsa mientras cautelosamente ponía la pieza de ajedrez dentro del bolsillo delantero de sus bermudas blancas.
“O .” Bette entrecerró sus ojos y se dobló hacia abajo. “Eres afortunada.” Susurró a la pieza de ajedrez de “Bette” dentro de las bermudas de Tina. “Logras estar muy cerca de la entrepierna de Kennard!” Rió cuando la rubia la golpeó con fuerza en la cabeza.
“Asno.” Tina rodó sus ojos.
Bette rió mientras caminaba hacia la puerta de salida. “Bye Kennard.” Agitó la mano mientras caminaba hacia su coche deportivo que estaba estacionado algunos pies lejos.
“Adiós.” Tina contestó mientras miraba a la morena entrar en su coche y encender el motor.
“Oh. y a propósito.” Bette gritó mientras bajaba la ventana. “¡Todavía me debes un beso en la mejilla!” Sonrió maliciosa quitando el freno de mano e incorporándose a la calle.
Tina solo pudo sacudir su cabeza y rodar sus ojos mientras miraba el coche rojo perderse en la distancia. “Tiró definitivamente de uno sobre mí.” Murmuró para si mientras frotaba ligeramente la pieza de ajedrez dentro de su bolsillo.
“Estás cordialmente invitada para que asistas a una tarde especial de cocteles, cena y baile por la celebración del 18º. Cumpleaños de Elizabeth Jan Porter este 20 de abril en los Jardines Japoneses, Mansión Porter Hollywood Hills CA."
“¿Qué le das a la persona que lo tiene todo?”
Tina Kennard se preguntó por décima vez mientras miraba fijamente la simple, pero a la vez elegante invitación roja en sus manos. Suspiró mientras la respuesta la eludía de nuevo. Se encontraba totalmente perdida y frustrada con cada minuto que pasaba.
Levantó lentamente el papel perfumado a su nariz e inhaló profundamente. Olía como ella, sonrió. El olor era muy fuerte al principio, bastante penetrante para hacer que arrugaras tu nariz y te marearas un poco, pero después de algunos momentos, crece en ti, y pronto te encuentras gozando del olor y totalmente perdida en la fragancia. Apenas como ella, apenas como Bette. Exhaló profundamente mientras retiraba el papel de su cara y lo detuvo una vez más para leer su contenido. Una sonrisa se arrastró a sus labios mientras miraba la escritura familiar en la parte inferior de la invitación. Fuera de los centenares de invitaciones enviadas para la fiesta de cumpleaños de Bette Porter, el décimo octavo, ella recibió la única que tenía una nota personalizada en la parte inferior. Podría oír realmente la voz de la morena mientras leía las oraciones una y otra vez.
No olvides darme algo aceptable ¿Si?. Pienso que sabes lo que en verdad deseo… - BP
Si pudieras venir usando el Vera Wang rojo (el que tiene ese escote hermoso y la abertura al lado) ese que te compré para la fiesta de Helena, sería realmente, realmente agradable también.
Tina rió un poco mientras leía la última petición de Bette. Típico de Porter , sacudió su cabeza divertida. Pienso que sabes lo que en verdad deseo. Las palabras nadaron alrededor de su cabeza mientras su mente se enfocaba de nuevo en el regalo. ¿Cómo puede decir eso? Incluso no tengo la idea más vaga de lo que quiere, suspiró.Porter debía haber intentado ser la misma presuntuosa de siempre y haber pedido algo insano fuera de su presupuesto, Tina musitó, si lo hubiera hecho entonces no estaría quizá tan ansiosa por el regalo. Cinco días más para el sábado - y no era el suficiente tiempo para que pensara y se preparara para eso correctamente, sacudió su cabeza.
Tina suspiró mientras cambiaba su posición respecto a la cama y se reclinó sobre su lado. Agarró la invitación firmemente contra su pecho mientras su cabeza cavaba en lo mas profundo de su almohadilla. “¿Qué le das a una chica que lo tiene todo?” Masculló para si mientras cerraba los ojos y se sumergía en un sueño incierto.
Si solamente leyera entre líneas la nota de Bette, o aún buscado la verdad dentro de si, entonces quizá se daría cuenta que al parecer no estaba tan lejos de la respuesta. Ella tenía ya lo que Bette deseaba, la única cosa que necesitaba era abrirse completamente a la morena. Era fácil, todo lo que tenía que hacer era ser honesta consigo misma , dejar ir todos sus miedos. y entregar su corazón.
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“¿Qué quieres para tu cumpleaños?”
“¿H ?” Bette miró para arriba a Sam mientras jugaban un partido de ajedrez dentro del ático de Alicia. “No sé.” Contestó distraidamente mientras movía a uno de sus alfiles clavando a la reina de su opositor. “Sorprendeme.” Encogió los hombros y se inclinó detrás en su silla, esperando a que Sam hiciera su movimiento.
“¿Quieres que salga de un pastel gigante usando escasa ropa interior?” Alicia preguntó dando vuelta al periódico mientras se acomodaba en el sofá. “¿O podría usar quizá uno de ésos trajes de dominatrix de cuero con un látigo?” Levantó un brazo e hizo un movimiento de azotar el látigo.
Shane tosió inmediatamente, mirando aterrada al miembro de su familia. “Pienso que hablo en nombre de Bette y de todas sus huéspedes cuando digo DEMONIOS DE NINGUNA MANERA Alicia.” Rodó sus ojos y rió. Alicia tomó represalias lanzando una almohadilla en ella.
“Gracias Shane.” Bette sonrió antes de emitir un gemido cuando dio vuelta y vio que Sam comía uno de sus peones con un caballo. “Maldición” Maldijo para si, un poco enojada por su carencia de previsión. Debía haberlo visto venir. Ahora debido a su descuido, dejaron a su rey expuesto y colocado en una posición vulnerable.
“Wow, bien, genial.” Sam presumía, levantando sus cejas hacia arriba y hacia abajo. “Parece que finalmente voy a batir a la invicta Bette Porter en un juego de ajedrez.” Sonrió triunfante, no obstante un poco prematuramente, pues Bette ocultó con éxito a su rey del ataque de Sam en un movimiento rápido y astuto.
“Oh por favor, no te hagas ilusiones Sammy.” Bette movió su cabeza al lado y sonrió, crisis evitada. Algunos momentos más adelante, rió internamente cuando Sam realizó un movimiento gravemente ejecutado, obviamente, su amiga no lo había pensado mucho. “¿Ahora porqué puñetas haces eso?” Sacudió su cabeza al lado y chascó su lengua a manera de mofa, imitando a Sam. “Acabas de quedarte abierta de par en par.” Dijo señalando en la dirección del rey indefenso de Sam.
Sam levantó sus brazos y puso sus manos detrás de su cabeza mientras se inclinaba detrás contra su silla. “No estás viendo el cuadro grande.” Sonrió mientras sus ojos señalaban hacia una de las torres que estaba en el lado de Bette del tablero. Guiñó su ojo e hizo muecas amplias cuando su mejor amiga finalmente notó lo que intentaba precisar. La reina de Bette iba a ser la muerta siguiente si no la movía pronto. “¿Ahora qué tenemos aquí? Mira como tomaré a tu reina.” Sam sonrió y levantó una ceja en broma, sus palabras llevaban adrede un significado doble. Ella sabía a quién consideraba su mejor amiga como su reina en vida real. Y armada con el conocimiento de cuánto se ponía celosa cuando se trataba de Tina, no pudo resistirse de picar y bromear un poco con la morena. Consideralo un poco como reembolso por todas las veces que has hecho de mi vida un infierno cuando me bates en ajedrez, Sam hizo muecas maliciosa. La pequeña contracción nerviosa que vio en la cara de su mejor amiga le dijo que la morena captó su pequeño mensaje ruidoso y claro. Por un minuto, todo quedó silencioso pues Bette entrecerró sus ojos y miraba fijamente el tablero de ajedrez. Ésta no fué quizá tan buena idea, Sam tragó saliva. Ahora estaba bajo la impresión de que el juego saldría literalmente volando por la ventana en cualquier momento pronto. Pero después de algunos golpes en su barbilla, Bette levantó la vista con una expresión ilegible en su cara y habló a través de sus quijadas apretadas.
“Ve si puedes.” Bette desafió a su mejor amiga, mirando a Sam inflexible. Sin romper el contacto visual, levantó uno de sus alfiles y lo movió algunos cuadros. Sonrió arrogante en la expresión estupefacta en la cara de Sam cuando su mejor amiga se inclinó rápidamente adelante en la mesa y miró fijamente en el tablero. “Jaque mate.” Orgullosa levantó una ceja antes de levantarse de su silla. Sam simplemente levantó la vista y suspiró en la dimisión mientras colocaba a su rey abajo en un acto de entrega.
“Maldición.” Sam maldijo, sacudiendo su cabeza en incredulidad. “Tu ganas.” Suspiró mientras frotaba la parte posterior de su cuello. Oh bien, se sentía absurda por incluso creer por un segundo que iba a batir a Bette en el ajedrez, una de las muchas cosas en las cuales su mejor amiga sobresalía.
“¿Había cualquier duda?” Bette susurró a medida que continuaba mirando abajo en el juego de ajedrez con un pequeño ceño fruncido, mirando pero no realmente viendo pues su mente parecía un poco preocupada. Sam comenzaba a comprender que ahora no hablaba del juego. “Nunca perderé.” Bette habló fuerte después de un minuto mientras agarraba su pieza de ajedrez blanca de la reina y la giró alrededor de sus dedos antes de meterla dentro de su bolsillo. “No contigo, no con cualquier persona.” Dijo seria y airadamente antes de salir fuera de la propiedad de Alicia en una rabieta.
Shane y Alicia miraron la salida precipitada de Bette con una expresión confusa en sus caras. Su líder incluso no dijo adiós. “¿Qué fue lo que pasó?” Dieron vuelta a Sam para una explicación.
“Pienso que golpee un nervio.” La muchacha suspiró.
“¿Kennard?” Dijo Shane presintiendolo. Si había algo que accionaría esa clase de reacción en Bette, sabía que tenía algo que ver con cierta rubia.
Alicia suspiró mientras Sam cabeceaba en la respuesta afirmativa y les contó cómo había vacilado a Bette con el pequeño comentario estúpido que hizo sobre tomar a su “reina” lejos de ella. “¿En qué estabas pensando?” Alicia sacudió su cabeza al lado mientras reprendía a la morena. Eso fue realmente una cosa muy mala a decir - algo que se esperaba que saliera de alguien tan falto de tacto como ella - y no de Sam. “Tu, de entre toda la gente, no debiste haberle dicho algo similar a Porter.” Cruzó sus brazos en su pecho. Durante los último pocos días, habían llegado a atestiguar la inseguridad de Bette que venía a nuevas alturas, y sabía que todo hervía alrededor de los celos que su líder sentía sobre la proximidad de Sam y de Tina.
Shane movió su cabeza en el acuerdo. “Tanto como me duele decir esto, pero Alicia tiene razón.” Encogió los hombros mientras Sam suspiraba y miraba abajo en sus pies. “Sabes como es ella cuando se trata de Kennard.” Agregó, fomentando el viaje de culpabilidad de su amiga.
“Sé.” Sam movió su cabeza en la dimisión. “Me disculparé, loprometo.” Ella levantó su mano derecha y juró. Ahora, comenzaba a sentirse realmente mal por haber vacilado a Bette sobre Tina, sabiendo completamente que era una cuestión muy sensible para su mejor amiga. Creo que me disculparé cuando se haya calmado un poco, pensó mientras empujaba algunas de los piezas de ajedrez restantes alrededor.
“Es mejor.” Alicia advirtió.
Y con esas palabras, la pequeña discusión fue resuelta entre las tres amigas. No fue sino hasta una hora más adelante, cuando gozaban de un pequeño bocado de medianoche, que Alicia trajo a colación el asunto de Bette y de Tina de nuevo.
“Bette realmente va en serio sobre Kennard.” Alicia compartió su observación mientras mordía distraída en una galleta. El grado de sensaciones que su amiga comenzaba a demostrar por Tina la había cogido por sorpresa principalmente por los diversos cambios en Bette. Nunca había pensado que vería el día en que la infantil y altamente inmadura Porter crecería y maduraría.
"Sí.” Sam movió su cabeza en el acuerdo. Bette era una persona muy apasionada. Cuando estaba en algo, daba el 110% de si en ello. Asi que no le sorprendia realmente a Sam que su mejor amiga cayera enamorada de una manera similar. “Que es por lo que estoy un poco preocupada por Tina.” Admitió pensativa.
“¿Porqué?” Shane surcó su frente confundida. Esperaba que Sam se sintiera feliz por su mejor amiga, no preocupada por Tina. “Sabes que Bette no haría cualquier cosa para lastimarla.” Ahora los días de etiqueta rojas habían quedado atrás.
“Lo sé.” Sam contestó rápidamente. “Sé que Bette no hará cualquier cosa para dañar aTina.” Dijo seriamente mientras miraba las caras curisas de sus amigas. “Solamente que no puedo decir la misma cosa sobre tío Lucas.” Ella explicó mientras las dos movían lentamente sus cabezas en la comprensión. Tío Lucas, corto para Lucifer, el diablo. Padre de Bette. Melvin Porter.
“¿Va a regresar a casa para la fiesta?” Una Alicia melancólica movió una mano a través de su pelo. Sam estaba en lo correcto, debían estar preocupadas. Pero no solo por Kennard, sino por Bette también. No había discusión en cuanto a lo que haría el gran MVP por el “bienestar” de su hija. El hombre tenía la tendencia a ser descaradamente cruel, él era una versión exagerada de su hija antes de que Tina entrara en su vida y la cambiara.
“No sé.” Sam encogió sus hombros. “Quizá si, quizá no.” Exhaló en voz alta. “Sabemos como es. Le prohíbe a Dios que el cumpleaños de su hija coincida con una reunión o algo del Consejo.” Rodó sus ojos. Seguro, todos sus padres estaban ocupados con el negocio familiar y raramente los veían, pero nadie era peor que el padre de Bette en cuanto al cuidado de su hija. Bette era afortunada si podía ver a su papá por más de dos semanas al año. La única vez que él haría un esfuerzo por hablarle a su niña era cuando quería ordenarle hacer algo o regañarla por alguna fechoría, e incluso entonces, él ordenaría a veces a su ayudante personal pasar el mensaje a Bette por él.
“Chicas, saben que debemos estar preparadas, cueste lo que cueste, si él aparece o no, ¿correcto?” Shane se inclinó adelante y miró a sus amigas seriamente. La “cosa” que sucedía entre Bette y Tina todavía estaba en sus etapas tempranas y tambaleante, y esas dos necesitarían de toda la ayuda que pudieran conseguir para que su relación indefinida pudiera sobrevivir. Todos los pleitos y celos no eran nada comparados a la amenaza que representaba Melvin Porter. Es demasiado pronto para que esas dos hagan frente a su primer obstáculo grande, Shane pensó tristemente. “Entonces.” Miró hacia adelante y hacia atrás entre Sam y Alicia. “¿Están conmigo?”
“Absolutamente.” Sam y Alicia movieron sus cabezas seriamente mientras unían sus manos en el centro de la mesa e hicieron su pequeño pacto. Melvin Porter estaba aniquilado, 4F - sin su líder - se preparaba para la guerra.
Y por eso, durante una noche de domingo en Los Ángeles, Bette y Tina ganaron sin saberlo, la protección de tres muy leales, poderosas y ricas ángeles de la guarda.
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Bette sentía el frío aire de la noche mientras se sentaba en la repisa de su balcón y miraba fijamente el cielo. Después de conducir alrededor de la ciudad sin objetivo por algunas buenas horas, volvió sola a su residencia con su mente todavía zumbando y no estaba tan cansada como esperaba que estaría. Asi que en vez de cambiarse de ropa y meterse en cama para intentar descansar, fue directa al balcón y acabó sentándose ahí completamente sola. Sus pensamientos eran bastantes como compañía.
Era apenas una broma, se dijo repetidamente. ¿Por qué se sentía tan afectada con una pequeña broma de Sam? No era como si su mejor amiga fuera seria sobre ella. Ella estaba enamorada de otra mujer después de todo. Suspiró cuando su mente fue hacia Helena. Había deseado siempre que la morena superara sus barreras y se reuniera con Sam, pero recientemente, veía muy difícil que eso sucediera. Atala por favor para siempre, pidió dentro de su mente, sacala de nuestro camino - sacala como amenaza entre Kennard y yo.
Ah, Tina Kennard.
Ella competiría alegre por su amor con cualquier persona en el mundo. pero la lastimaría y mataría realmente mucho si tuviera que ser Sam. si tuviera que ser su mejor amiga. “¡Fuck!.” Maldijo bajo su respiración y frotó la parte posterior de su cuello en la frustración. Estaba asustada de Sam, finalmente reconoció que esto era verdad. Sentía que sus miedos con respecto a las sensaciones de Tina por su mejor amiga no estaban sin base. No estaba ciega ni era idiota, lo había visto y lo sentía también. Y maldición, no era solo su inseguridad la que le jugaba una mala broma. Seguro, ella y Tina se habían besado, agarrado de la mano y habían salido, pero una persona podría hacer eso sin tener mayores sentimientos por la persona con la que lo hace. “Esto apesta.” Masculló para si, ese pensamiento acababa de hacerla sentir incluso peor. Ella le importaba a Tina, estaba segura de éso. ¿Pero cuánto? No lo sabía. Y eso era lo que en verdad la mataba. ¿Quién superaba a quién en el corazón de Tina - Bette o Sam?
Aunque los celos de Tina sobre Nadia calmaron un poco sus miedos, la broma simple de Sam esta tarde acababa de traer todo de vuelta. ¿Qué si su mejor amiga se cansara de esperar a Helena y renunciara a ella y decidiera perseguir a Tina? ¿Qué entonces? ¿Qué le sucedería? Tina me dejaría probablemente como una patata caliente, gimió dentro de su cabeza. Después de todo, ¿las chicas no terminaban siempre eligiendo al buen chico aunque juegan y se ligan desvergonzadamente con el chico malo? “Jodete Sam.” Susurró airadamente mientras cerraba sus puños en su regazo. No intentes siquiera atreverte a meterte entre nosotras advirtió a su mejor amiga dentro de su cabeza. Por favor, terminó rasgada por la angustia.
Mira como tomaré a tu reina.
Las palabras de Sam se repitieron dentro de su cabeza y tuvo que recurrir a darse una palmada en la cara con sus manos en un esfuerzo por hacer que parara. Esas palabras me frecuentarán probablemente en mi sueño también, suspiró internamente. Su frente se arrugó cuando sintió algo dentro de sus pantalones vaqueros después de que derribara el dorso de su mano sobre su regazo. Sus facciones se suavizaron considerablemente cuando sintió el pequeño bulto en su bolsillo, reconociendo apenas lo que era. “Olvidé que estabas aquí adentro.” Sonrió cuando sacó la pieza de ajedrez de marfil desde adentro y la detuvo, examinándola bajo la luz suave de la luna.
“Hola Kennard.” Sonrió brillantemente mientras se dirigía a la pieza de ajedrez de la reina. No sabía porqué, pero solo hablando con algo que representaba a Tina la hizo sentir un poquito mejor. Asi que con la ausencia de otra persona alrededor de ella, continuó su pequeña conversación con la reina inanimada minúscula. “Te extrañé hoy.” Suspiró mientras traía la pieza más cerca a su cara y la estudió. “Si no me hubieran ordenado atender a esa barbacoa aburrida de la compañía, quizá hubieramos podido tener nuestra segunda cita oficial esta tarde.” Dijo amargamente, poniendo cautelosamente la pieza de ajedrez al lado de ella en la repisa. “Quiero verte realmente.” Gimoteó después de algunos minutos de silencio. Pero es demasiado tarde ahora, pensó tristemente, probablemente ya estás durmiendo.
“Hey Kennard.” Susurró, mirando abajo la pieza al lado de ella. “Sé que es un poco egoísta, pero no dejaré que cualquier persona te lleve lejos de mí, ¿de acuerdo?” Dijo mientras mordía lentamente su labio. “Era serio cuando te dije que eres la única chica que aprobará mi corazón.” Tomó la pieza en su mano y la levantó delante de su cara. “No olvides nunca eso.” Sonrió cuando hizo pivotear suavemente sus piernas alrededor de la repisa y saltó del balcón. Entró a su dormitorio y cerró las puertas dobles detrás de ella. Se dirigió hacia su mesa de noche y puso cuidadosamente la pieza de ajedrez de la reina encima. “Esperame.” Susurró antes de caminar hacia el cuarto de baño, cambiarse y de hacer su rutina nocturna de belleza. Cuando emergió pocos minutos más tarde, una Bette de mirada fresca saltó en la cama y apagó las luces con una palmada. Alcanzó la pieza de ajedrez y la besó cariñosamente antes de dejarla en la mesa. “Buenas noches Kennard.” Bostezó mientras se acomodaba. Por favor, dejame ser el ideal de ella en vez de Sam, rogó mientras su mente se perdía en el sueño.
Alguien parecía haber escuchado sus rezos de esa noche, pero no de la manera que esperaba. Mientras dormía, Bette soñaba que Tina la dejaba por Sam. Se arrastró, lloró, rogó, sobornó, hizo todo, pero Kennard todavía la dejaba. Innecesario decir, que despertó después de algunas horas para descubrir que lloraba en la vida real también. No pudo volver a dormirse después de eso, así que cuando Sonja entró a su dormitorio a despertarla para la escuela, su cara estaba toda turbia y sus ojos estaban hinchados por la carencia del sueño y todo el llanto que derramó durante su semi-sueño. Decir que Sonja se sorprendió cuando la vio es una subestimación. Su vieja camarera podía ocultar apenas su horror mientras jadeaba audiblemente en la vista de su joven ama. “Srta. Bette.” Fue todo lo que la criada pudo decir mientras la heredera la miraba fijamente con los ojos que se asemejaban a rajas debido a la hinchazón. Le tardó a Bette casi una hora dentro del cuarto de baño intentar encubrir lo que hizo ese sueño a su cara, pero vamos, esos cosméticos costosos no pudieron hacer milagros.
Y sin más remedio, inventó una historia sobre una nueva alergia imaginaria que acababa de descubrir anoche. Algo sobre el material de sus nuevas almohadillas que eran demasiado para que su piel sensible soportara. Tenía la esperanza de que sus amigas, especialmente Alicia, no preguntaran demasiado sobre él. La última cosa que quería era darle a Sam la satisfacción de saber cuánto le había afectado su pequeña broma.
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“Buenos dias.”
“Buenos días Por--”
“…”
“Wow.”
“¿H ?”
“Te ves hecha una mierda.”
“Porqué, gracias Kennard. Te ves bien también.”
“¿Qué te sucedió?”
“Nada.”
“¿Nada? ¿Entonces te arrastraste de la cama pareciendo muerta por ninguna razón evidente?”
“No me veo tan mal.”
“¿Te miraste en el espejo esta mañana?”
“Sí.”
“¿Y?”
“Todavía me miro mejor que la mayoría de la gente en sus buenos días.”
“Bien, es verdad, pero.”
“¿Pero qué?”
“Es solo que no estoy acostumbrada a verte tan, tan.”
“¿Que me mire tan cansada?”
“Fea.”
“Ouch.”
“Está bien. “Fea” es quizá demasiado áspero. Uhm. ¿Qué sobre extraña, fuera de lo común?”
“¿Estoy realmente tan horrible y poco atractiva esta mañana?”
“No realmente, pero tus ojos.”
“¿Qué sobre ellos?”
“Me recuerdan los ojos de Quasimodo.”
“…”
“Tu sabes, del jorobado de Notre Dame, individuo grande, cara desfigurada.”
“¡Sé quién es Quasimodo!”
“De acuerdo, está bien. ¡Carambas!, solo me recuerdas a él debido a la manera en que son tan grandes e hinchados.”
“Bien gracias por mencionar la semejanza. No puedo decirte todo lo adulada que me siento.”
“Solo estoy diciendo.”
“Tu silencio habría sido mejor.”
“Bueno.”
“…”
“…”
“…”
“Hey Porter.”
“¿H ?”
“¿Puedes ver realmente con tus ojos todos chiquitos e hinchados como los traes?”
“…”
“Lo siento, solo preguntaba.”
“…”
“¿Qué significa esa mirada? ¿Tienes algún tic o algo parecido?”
“No.”
“¿Entonces qué?”
“Intentaba rodar mis ojos en ti.”
“… Realmente? Vaya que salió un poco extraño. Intenta otra vez.”
“…”
“Hahaha, otra vez. Intenta otra vez.”
“…”
“¡Otra vez!”
“…”
“Heeeeeh. Más!”
“…”
“¡Esta bien! Para, Para, para.”
“¿H ?”
“Ahora estás comenzando a asustarme.”
“…”
“¿Qué?”
“Creo que me estás vacilando.”
“Correcto chica.”
“Fuck.”
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“¡Miren quienes están aquí!” Alicia gritó con la fuerza de sus pulmones mientras Bette y Tina subían las escaleras y caminaban hacia su mesa acostumbrada. “¡La hinchada y la rubia!” Rió mientras Bette entrecerraba sus ojos en ella, o apenas la miraba, puesto que los ojos de la morena eran ya como rajas sin mucho esfuerzo.
“Mierda santa.” Shane exclamó mientras dejaba lentamente su taza de café en la mesa. “¿Qué le sucedió a tu cara Bette?” Señaló a su amiga mientras su líder se derrumbaba en su silla un poco irritada.
“Alergias.” Dijo de mal humor mientras cruzaba sus brazos en su pecho. Si sus ojos estuvieran en su estado normal, estaba segura que pulverizaría a sus amigas con una mirada cargada ahora. Desafortunadamente para ella sin embargo, intentar abrir los ojos era muy difícil, asi que el deslumbrarse estaba definitivamente fuera de la ecuación.
“¿Realmente?” Alicia preguntó escéptica mientras levantaba una ceja. Si su suposición era correcta, alguien había estado llorando toda la noche. ¿Alergias? Un poco sospechoso, pensó.
“Sí.” Dijo Bette a través de los dientes cerrados fuertemente. “Me siento bastante mal ya con mis ojos hinchados. Asi que dejame en paz Alicia.” Ella advirtió a su amiga con una voz que goteó con amenazas tácitas.
“Si tu lo dices entonces estás hinchada.” Alicia bromeó mientras mordía su manzana.
“Aww, no la llames hinchada.” Dijo Tina mientras acariciaba ligeramente el pelo de Bette. La morena sonrió brillantemente en esto, sintiendose feliz de que Tina la defendiera. No es hinchada exactamente, Tina se rió internamente de ella. Miró nuevamente a Alicia y sonrió. “Ella prefiere ser llamada Quasimodo.” Dijo deliberadamente mientras las otras, a excepción de Sam, comenzaron a reírse de Bette.
“Vayanse a la mierda.” Bette maldijo bajo su respiración mientras se reclinaba detrás contra su silla.
El receso continuó con la burla juguetona que circundaba la mesa entre Tina, Alicia y Shane mientras Sam y Bette se miraban en silencio. Tanto como Bette evitaba mirar a su mejor amiga, Sam estaba exactamente enfrente de ella y continuaba echando vistazos en la morena de vez en cuando. Finalmente, después de algunos minutos más de bailar los ojos alrededor, Sam finalmente agarró el brazo de Bette en señal de entrega.
“Hey.” Sam susurró mientras se inclinaba más hacia su mejor amiga. Bette se tensó visiblemente mientras miraba hacia otro lado.
“¿Qué?” Bette preguntó agudamente mientras miraba a Sam airadamente. La conversación continuó alrededor de la mesa mientras sus amigas seguían estando ajenas a la tensión que había entre las dos.
“Lo siento mucho compinche.” Dijo Sam sinceramente mientras daba un apretón ligero al brazo de Bette. Con su otra mano, sacó lentamente un pequeño objeto de su bolsillo. “Aquí.” Dijo mientras colocaba una pieza de ajedrez negra en la mesa - era la otra reina del juego de ayer. “Calculé que la reina estaría un poco sola sin su otra mitad.” Encogió los hombros. Viendo el ceño fruncido formarse en la cara de Bette, explicó rápidamente. “Eres tu. Esa reina eres tu. No yo, nunca voy a ser yo.” Agregó. “Nunca cruzaré esa línea.” Dijo seria. “Incluso no más bromas. He aprendido mi lección.” Sonrió cuando vio que la cara de Bette comenzaba a suavizarse.
“¿Lo prometes?” Preguntó Bette vacilante mientras miraba a su mejor amiga con miedo en sus ojos marrones.
“Lo prometo.” Sam cabeceó, levantando su mano en un puño y poniendo encima su meñique. “¿Quieres jurar con el meñique?” Hizo muecas cuando Bette se burló de su idea infantil. “¿Qué tal si escupimos en nuestras palmas y sacudimos las manos?” Levantó sus cejas hacia arriba y hacia abajo, ganando una pequeña risa de la morena.
“Qué sobre esto en lugar de eso.” Dijo Bette mientras levantaba su mano derecha y la alzaba en un puño. Sam pescó la indirecta y juntas realizaron el apretón de manos secreto que las dos habían estado haciendo desde que tenían seis. “Mucho mejor.” Bette sonrió mientras terminaban el apretón de manos con los cinco en alto. Dios, que era una carga en mi pecho, emitió un suspiro de alivio. Por lo menos ahora tenía la promesa de Sam a la cual aferrarse. La única cosa que le preocupaba alrededor eran los sentimientos de Tina por las dos. Sonrió mientras miraba la pieza de ajedrez en la mesa. “Hey.” Exclamó repentinamente recordando algo. Sacó la pieza blanca de la reina de su bolsillo delantero y la puso al lado de la que estaba en la mesa.
“Se ven bien juntas.” Sam movió su cabeza en la aprobación y sonrió. Puso un brazo alrededor de los hombros de Bette y sacudió a su mejor amiga levemente, las dos compartieron una risa. La paz estaba de vuelta y el equilibrio fue restaurado.
El resto de las muchachas en su mesa finalmente tomaron el aviso de los recientes desarrollos entre las dos y pararon su conversación. Shane y Alicia sonrieron en la vista mientras Tina miraba a Bette y a Sam indiferente, que era normal puesto que ella no estaba enterada de su pequeño pleito en primer lugar.
“¿Todo está bien?” Shane levantó sus cejas a las dos. Las dos morenas sonrieron simplemente en respuesta. “Bien.” Shane sonrió mientras tomaba un sorbo de su café.
Alicia también sonreía antes de que algo atrajera su atención y contuviera por segundos su respiración. “Esperen un minuto.” Sus ojos se entrecerraron como rayas. “¿Son ésas de mi juego de ajedrez?” Se enfurruñó mientras señalaba en las dos piezas de ajedrez en la mesa. Bette y Sam encogieron los hombros inocentes. “¿Porqué…? ¡pequeñas ladronas.!” Alicia exclamó mientras lanzaba juguetónamente bolas de servilletas en su dirección. Las dos mejores amigos rieron ruidosamente mientras el proyectil fallaba por una milla. “¡Ladronas! ¡Son unas ladronas! Diganme ya.” Alicia masculló dramáticamente, sacudiendo su cabeza al lado.
“Te conseguiremos un nuevo juego de ajedrez Al.” Sam rodó sus ojos haciendo muecas en la reacción de Alicia. No era como si la rubia no pudiera comprar uno nuevo ella misma.
“Está muy bien.” Alicia se quejó, quería solamente una oportunidad de sobrereaccionar un poco. “Mientras ustedes finalmente estén bien.” Encogió los hombros después de algunos momentos.
“¿Porqué?” Tina preguntó curiosa mirando a Bette y a Sam confundida. “¿Se pelearon o algo?” Preguntó, los miembros de 4F comenzaron a compartir miradas alrededor de la mesa.
“Se podría decir que algo asi.” Alicia contestó cuidadosa después de algunos segundos.
“¿Porqué se pelearon?” Tina no podía evitar que la curiosidad alzara su cabeza. Miró alrededor de la mesa, esperando una explicación a partir de una de las cuatro. Todo lo que consiguió fueron reacciones mezcladas. Bette encogió los hombros, Sam miró lejos, Alicia mordió su lengua y Shane sonrió. Finalmente, Tina entendió. “Oh.” Fué la única palabra que salió de sus labios cuando su cara dió vuelta a roja de la verguenza. Volvió al plato delante de ella y siguió con su comida mientras esperaba ansiosamente que la campana del receso sonara.
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Con cuarenta y cinco minutos para que la clase de química terminara, el equipo de Bette Porter y Tina Kennard había hecho un gran esfuerzo para terminar con el experimento que se les había encomendado terminando su tarea mas pronto que el resto de sus compañeros de clase. Lograron esta pequeña hazaña incluso en medio de la inhabilidad óptica de menor importancia de Bette y de la inhabilidad de Tina de parar de vacilar a la morena sobre él de vez en cuando. Sin embargo, siendo las primeras en terminar, tuvieron que esperar a que cada uno acabara. Pero no importaba, significaba que tendrían más tiempo para descansar.
“Si hace que te sientas un poco mejor, tus ojos están comenzando a mirarse un poquito normal otra vez.” Tina Kennard susurró a la figura caída de Bette contra su mesa de laboratorio. Desde que el receso terminara y la clase de química comenzara, su compañera contra su costumbre había estado silenciosa y bien-portada. No se defendió cuando la vaciló y su burla juguetona acostumbrada se había ido. Innecesario decir, Tina comenzó a extrañarla. Ahora aquí estaba, sentándose en su taburete aparentemente perdida en sus pensamientos. Todavía debe estar un poco presionada por su aspecto, encogió los hombros intentando juguetónamente una reacción de la morena pinchándola un par de veces con la parte posterior de su pluma. Incluso no retrocedió, miró a Bette extrañada. ¿Qué está mal contigo Porter? Entrecerró sus ojos al ver la mirada lejana en la cara de su compañera. Tardó quince minutos más de silencio antes de que Bette se forzara a volver a la realidad y se decidiera a hablarle.
“Hey Kennard.”
“¿Sí?”
“Hipotéticamente, si a una persona que te importa le gusta una persona diferente, ¿qué haces?” preguntó Bette con una voz baja mientras miraba para arriba a la rubia.
“¿Qué?”
“¿Lucharías o dejarías que la persona se fuera?” Bette continuó, dando vuelta a su cuerpo al lado para hacer frente a Tina.
“No sé.” Tina contestó lentamente mientras su mente iba a su atracción ideal por Sam. Sí, ella todavía tenía un punto suave por Sam, pero sabía que no era igual que antes. La persona al lado de ella había jugado un papel principal en ese cambio dentro de ella. “Dejarla ir, creo.” Encogió los hombros mientras miraba para arriba la cara de Bette. Surcó su frente cuando vio la tristeza grabada claramente en las facciones de la morena.¿ Ella se alteró por mi respuesta? Se preguntó confundida. Solo era una pequeña charla inocente, ¿correcto?
“No creo que pueda hacer eso.” Bette susurró mientras se daba vuelta lentamente y dejaba caer su cuerpo en su mesa de nuevo. “No me gusta.” Masculló bajo su respiración. ¿Dejar ir a Tina? No pensaba que tuviera el valor para hacer eso. No, no cuando sabía que había solamente una delgada oportunidad no existente de que Tina y Sam anduvieran, algo que seguramente nunca sucedería.
“¿Pero no es un poco egoísta? Si te importa realmente esa persona entonces debes pensar en ella primero.” Tina razonó en voz alta. “Poner su felicidad sobre la tuya.” Agregó encogiendo los hombros.
Eso afirmaba la respuesta anterior y antes de que pudiera detenerse, dejó salir los pensamientos que revoloteaban dentro de su cabeza. “A Sam le gusta Helena.” Dijo Bette rápidamente y miró a Tina. “¿Entonces vas a dejarla ir?” Preguntó con una ceja levantada.
“¿Huh?” Tina exclamó mientras la pregunta repentina de Bette la tomaba definitivamente por sorpresa. ¿De dónde viene esto? Se preguntó confundida. ¿Es todo esto lo que la incomodaba esta vez?
“Tu me gustas.” Bette confesó, aunque sentía que la rubia sabía ya sobre eso. “Solamente que a ti te gusta Sam.” Siguió mientras miraba fijamente a Tina que estaba boquiabierta. “Entonces.” Tragó difícilmente antes de continuar su pregunta. “..debo dejarte ir?” Preguntó temerosa.
Tina miró estupefacta a Bette mientras la morena la miraba con una mezcla de tristeza y frustración en su cara. “¿Q-qué?” Dijo anonadada, sintiendo una forma de terrón en su garganta.
“¿Quieres que te deje ir?” Bette suspiró. Podía decir que la rubia luchaba con sus emociones, ya es hora, las cartas están sobre la mesa, pensó Bette. Ella necesitaba esto, necesitaba saber qué era lo que Tina quería, qué era lo que sentía. Todas las dudas, todos los miedos comenzaban a conducirla sobre el borde, Sam, Tina, Helena, Bette, su relación era como un tiovivo de emociones y del amor no correspondido.
¿Debo dejarte ir? Tina cerró los ojos mientras esas palabras retumbaban alrededor de su cabeza. ¿Debía permitir que Bette la dejara ir y salir de su vida? Bette Porter, la chica que la volvía loca, que la irritaba al extremo, quién era tan llena de si, el matón rimbombante. el asno arrogante, la gran tonta, el palo de golf obstinado.
Tu me gustas. Pero a ti te gusta Sam. ¿Quieres que te deje ir? Bette Porter, la muchacha que cambió por ella, quien hizo las cosas correctas, que la esperó bajo la lluvia, quien le trajo el alimento cuando tenía hambre, quién la hacía reir con toda la tomadura de pelo, quién acababa de recitar una canción sucia para relajarla, la que la habia hecho enojar solo para calmarla, quien tiranizó a la gente que le había hecho daño, quien comió excesivamente y solo para estar cerca de ella, quien condujo a San Diego para satisfacer sus antojos. quién se preocupaba tanto de su salud y bienestar, la salvó de ser castigada, quién la sostuvo con tanto cuidado, quien la miraba con adoración infantil, y que la besó con gentileza y pasión.
Su compañera de clase, su compañera de asiento, su compañera, su amiga, su compañera y cita constante. Esa Bette Porter, la persona que acababa de hacerle una pregunta fuerte con una mirada desgarradora en su cara. ¿Quisieras que te dejara ir?
“No.” Tina Kennard abrió lentamente sus ojos y miró a Bette decidida. “No quiero.” Contestó sinceramente. Tanto como Porter la enfurecía, comenzaba a comprender que necesitaba a la morena en su vida también. No solo para el compañerismo, tenía una sensación un poco más profunda que ésa por Bette. Era solo que, ella no estaba completamente lista todavía para aceptarlo totalmente .
Bette lanzó la respiración que no sabía que sostenía cuando oyó las palabras de Tina. Una pequeña sonrisa honró sus labios mientras miraba a Tina. La tranquilidad se estrellaba en su cuerpo, enviando olas de felicidad que atravesaban sus venas. “¿Qué sobre Sam?” Preguntó después de algunos momentos. No podía disfrutar completamente todavía. Estaba la duda persistente de lo que podía sentir Tina por Sam colgando sobre sus cabezas.
Tina encogió sus hombros. “Me gustó durante tanto tiempo.” Tina suspiró confesando finalmente . Su mano se movió inmediatamente hacia la mano de Bette agarrándola suavemente cuando vio la manera en que la morena hizo una mueca de dolor ante la confirmación verbal de sus sensaciones por Sam. “Pero.” Mordió su labio antes de continuar. “Ultimamente no he estado sintiéndolo mucho.” Admitió mientras miraba sus manos entrelazadas. “Y puede ser que no lo creas pero. Estoy realmente en curso de dejarla ir.” Tragó difícilmente mientras encontraba los ojos de Bette. Todas las veces en que la morena la sorprendió mirando diferente a Sam. Esas fueron solo las veces en que Tina pensaba en todas las memorias cariñosas y conversaciones agradables que compartieron en el balcón del tercer piso. Tu sabes, ese fenómeno extraño cuando estás a punto de continuar adelante y dejar atrás algo que significó mucho para ti antes, como si recordaras repentinamente los buenos tiempos y pensaras apenas cómo las cosas habrían resultado si las circunstancias fueran diferentes? Bien eso era apenas lo que significaba para Tina. Y cuando más recordaba el pasado, más convencida estaba de que las cosas no estaban destinadas para ser y que ella y Sam estaban mejor como amigas. Desafortunadamente, Bette parecía haber visto cosas diferentes y haber compuesto sus propias conclusiones sobre lo que sentía ella sobre su mejor amiga. Sin embargo Tina no podía culparla , porque ella era la persona que carecía seriamente en el departamento de la honradez en su relación indefinida .
“¿Vas a dejarla ir?” Bette susurró mientras frotaba su pulgar sobre el dorso de la mano de Tina. Entonces. Sam era el pasado y ella podría muy bien ser el futuro. Pensó cuando su cuerpo comenzó a llenarse de esperanza.
Tina tuvo que sonreír en esto. “Estoy llegando allí.” Levantó su mano y amplió su pulgar y dedo índice y los puso juntos. “Estoy así de cerca.” Encogió los hombros mientras Bette suspiró en alta voz al lado de ella. Se miraron una a la otra y sonrieron tímidas, ambas enteradas de cuánta verdad había sido compartida entre las dos.Esto fué definitivamente una mejora importante, pensaron ambas. Y por alguna razón, hizo que el aire entre las dos fuera más ligero, como si un peso enorme fuera quitado de sus hombros. La verdad, en este caso, era definitivamente una cosa que las liberaba a ambas. Y acabaron sentandose allí, disfrutando de la compañía de cada una, disfrutando de la paz.
Después de algunos minutos más de silencio cómodo sentadas al lado de cada una y tomadas de las manos, la campana que señalaba el final de la clase de química finalmente sonó. Ambas se levantaron cautelosamente de sus taburetes mientras seguían a sus compañeras de clase fuera del laboratorio en un paso pausado. No interrumpieron su contacto a través de su caminata de nuevo a su sala de clase - con Tina finalmente comenzando a dejar ir sus reservas con respecto a la demostración física de su proximidad en la escuela.
“¿Hey Kennard?” Dijo Bette lentamente cuando la distancia entre ellas y sus compañeros de clase comenzó a ampliarse considerablemente. Echó un vistazo al lado e hizo frente a los ojos curiosos de Tina deteniendo su paso. “Esperaré, lo sabes.” Dijo suavemente mientras miraba abajo en el piso por un momento antes de ver a Tina de nuevo. “Esperaré hasta que logres resolver tus sentimientos por Sam.” Explicó un poco más cuando vio la mirada confusa en la cara de Tina. “Esperaré un poco impaciente porque así es apenas cómo soy. Pienso que lo sabes.” Sonrió a pesar de si. “Solamente que me tragaré mi orgullo y me armaré de paciencia. Espero eso.” Exhaló un poco en voz alta mientras movía una mano a través de su pelo marrón rizado. “..te darás cuenta de eso, tu sabes, y espero quizá, que realmente te guste yo mucho mas de lo que te gustó mi mejor amiga.” Sonrió genuinamente en Tina cuando la rubia contestó su sonrisa. “Después de todo, yo me veo mejor.” No pudo evitar agregar a su comentario un poco de broma.
Tina se rió de la morena, ah. Bette Porter y su ego. “¿Incluso con los ojos hinchados?”
“Especialmente con los ojos hinchados.” Bette sonrió mientras levantaba sus cejas hacia arriba y hacia abajo. “No hay nada más caliente que Bette Porter con los ojos soñadores.” Susurró atractivamente a la rubia mientras Tina reía más ruidosamente divertida. “Grita a seducción.” Intentó guiñar pero desgraciadamente falló.
“¿Cómo le llamas?¿Ojos atractivos?” Tina hizo muecas mientras cubría juguetonamente los ojos de la morena con su mano.
“Sí.” Bette rió mientras llevaba las manos de la rubia lejos de sus ojos y comenzaba a separarse de Tina.
“Hey Porter.” Dijo Tina después de algunos minutos mientras reasumían su viaje de nuevo a la sala de clase. Entrecerró sus ojos maliciosa e hizo muecas en la morena.
“¿H ?”
“Rueda tus ojos para mí.”
“Tienes que estar bromeando. ¿Piensas que voy a caer otra vez?”
“Por favor.”
“… claro que no Kennard.”
“Por favor, me haría feliz.”
“¿Bastante feliz de dar algo a cambio?”
“¿Qué tienes en mente?”
“Un beso.”
“¿Un beso?”
“Sí.”
“H . Muy bien. Pero solamente en la mejilla.”
“Ambas mejillas.”
“¿Ambas? Muy bien. ¿Es un trato?”
“Es un trato.”
“De acuerdo entonces rueda tus ojos Porter.”
“…”
“Hahahaha… otra vez!”
“…”
“Otra vez.”
“…”
“Hehehe. Mas.”
“…”
“Más.”
“…”
“Hahaha. una vez más.”
“… u Kennard.”
“¿Sí?”
“Me estoy mareando.”
“¿Quieres esos besos?”
“Yep.”
“Entonces calla y hazlo mejor.”
@_@
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“¡Sr. Kennard buenas noches!”
“Oh, ¿te marchas ya Bette? ¿Estás segura que no quieres quedarte para la cena?”
“Sí, necesito realmente llegar a casa y trabajar en unos papeles. Pero gracias por la invitación Sr. Kennard .”
“Por favor, ya te dije, llamame Ken.”
“¿Puedo llamarte papá en vez de eso?”
“¿Perdón?”
“Nada. Solo te decía adiós, Ken.”
“Oh está bien. Hey, por favor vete con cuidado. No conduzcas demasiado rápido.”
“Tendré eso presente. Gracias otra vez por el café. Adiós.”
“¡Adiós!”
Bette cerró la puerta del apartamento de Tina y de Ken Kennard y suspiró feliz. “Ya lo dije una vez y lo dire otra vez. Me gusta realmente tu papá Kennard.” Sonrió en la rubia que se inclinaba detrás contra el vestíbulo.
“Me alegra que te agrade.” Tina sonrió mientras comenzaba a caminar hacia la escalera con Bette siguiéndola de cerca. Cuando Bette llevó a Tina a su casa de la escuela, su papá las vio desde la ventana de la sala de estar e hizo señas para que la morena subiera por un café. Bette Porter obedeció más que feliz la petición de su papá. Y lo que iba a ser solo algunos minutos de charla sobre una taza de café se convirtió en una cosa de cuatro horas cuando Bette y su papá enlazaron y hablaron como viejos amigos. Su pasión compartida por los coches y la adoración mutua por Tina se convirtieron en los dos asuntos principales de su conversación. Innecesario decir, Tina se colocó en las líneas laterales mientras miraba la charla animada de los dos. A pesar de la sensación de no ser tomada en cuenta, tuvo que sonreír ante la dicha pura en la cara de Porter. Podías decir que ella no la falsificaba, estaba pasando realmente un gran rato. Es más, su papá estaba violentamente encantado también.
“No sabía que un padre pudiera ser tan.” Bette mordió su labio inferior pensativa mientras buscaba las palabras correctas. “..cariñoso y adorable.” Sonrió brillantemente mientras bajaban las escaleras.
Tina surcó su frente en las palabras de Bette. ¿Qué tan malo era el padre de Bette para que dijera esas cosas? Comenzaba a sentir que la morena estaba privada de amor y atención en su casa. “¿No es así tu papá?” Preguntó.
“¿Melvin Porter?” Bette se burlo. “Papá no es exactamente el padre del año. Puede ser un individuo elegante y un hombre de negocios excelente, pero es totalmente inepto cuando se trata de educar a un niño.” Encogió sus hombros.
“¿Entonces hay escasez de vinculación entre padre e hija?” Tina levantó una ceja mientras caminaban sobre el pasillo de la segunda planta.
“¿Escasez?” Bette rió. “Más bién una ausencia completa de ella.” Dijo con una indirecta de amargura en su voz. En la mente cerrada de Melvin Porter, el ser un buen padre exigía solamente darle a su niña un buen futuro. Él creía que hacía un buen trabajo mientras pudiera darle a su hija todas las cosas materiales que deseara. De esa manera, él podía justificar todo el tiempo invertido en el trabajo y extensión de su imperio. Intentaba literalmente comprar el amor con el dinero, pensaba que darle todo a su hija era más que bastante para compensar su ausencia. Pero no lo era. Lo que su hija necesitaba realmente era una figura de padre verdadera, no un individuo que actuaba más bién frío, como un papá de azúcar.
“Debe haber sido tremendo.” Dijo Tina pensando en cómo podía sentirse la morena. Creciendo con un padre tan maravilloso como Ken, no podía imaginarse lo que debía haber sido para Bette haberse privado de su padre.
“No realmente.” Bette encogió los hombros. “Me acostumbré a eso.” Dijo mientras saltaba los dos últimos peldaños de las escaleras. “Y no estuve sola porque tenía siempre a Sammy, Al y Shane para hacerme compañía.” Sonrió mientras caminaban hacia la entrada del edificio de Tina. Cuando la rubia estaba a punto de abrir la puerta, Bette la alcanzó y puso una mano en el brazo de Tina para pararla.
“¿Qué?” Tina levantó una ceja mientras miraba a Bette al lado de ella.
“Creo que me debes un beso.” Bette sonrió. “Dos besos, de hecho.” levantó dos dedos. “Asi que.” Hizo muecas mientras golpeaba ligeramente en su mejilla con un dedo. “Estoy esperando.”
Tina rió mientras sacudía su cabeza levemente. Había pensado que Bette había olvidado todo sobre su pequeño trato de esa mañana. “Bien.” Dijo cuando dio vuelta hacia la morena y cerró lentamente la distancia entre ellas.
“Espera un minuto.” Bette puso su mano para pararla en el momento en que Tina estaba a punto de inclinarse para el beso.
“¿Qué?” Tina frunció el ceño levemente mientras se alejaba un poco.
“¿Ninguna mordida de acuerdo?” Bette advirtió mientras agitaba su dedo índice en Tina. La rubia respondió riendo y movió su cabeza. “¿Lo prometes?” Bette sonrió.
“Lo prometo.” Tina hizo muecas mientras comenzaba a inclinarse hacia la morena una vez más. Una vez que estuvo solamente a algunas pulgadas de la cara de Bette, sus párpados comenzaron a inclinarse abajo mientras el perfume de Bette le impregnaba los sentidos. Sonrió un poco mientras recordaba el mismo olor intoxicante venir de la invitación de cumpleaños de la morena. Cumpliendo su promesa, guardó sus dientes para si mientras depositaba un beso suave en la mejilla derecha de Bette. Recordando que había prometido dos besos, se retiró levemente para dar el mismo tratamiento a la otra mejilla de la morena. Mientras se inclinaba, la vio, vio el movimiento rápido de la cabeza de Bette. Pero fue demasiado tarde para retirarse, y antes de que lo supiera, sus labios habían aterrizado en los labios que esperaban de la morena. El beso se retrasó por un minuto antes de que se retirara totalmente. “Porter lista.” Dijo seca y rodó sus ojos mientras Bette la miraba con una mueca que casi rasgaba su cara. Maldición, tiró de uno sobre mí otra vez. Tina sacudió su cabeza y sonrió cuando caminó hacia la puerta y la abrió.
“Hey.” Dijo Bette cuando estaba a punto de dirigirse hacia la puerta. “Aquí.” Sacó la pieza de ajedrez negra que Sam le dio durante el receso y la entregó a una Tina muy confundida.
“¿La pieza de ajedrez de Alicia?” Tina levantó una ceja mientras estudiaba la pieza de la reina negra en sus manos. Recordaba que era una de las dos que Alicia demandaba haber sido robada por Sam y Bette. Era una pieza agradable, costosa, la cara de la reina fue tallada absolutamente sin defectos a través del marfil.
“Soy yo.” Bette sonrió ampliamente. “Tu me guardas. Yo te guardo.” Le dijo mientras sacaba la pieza blanca y se la mostraba a Tina.
“¿Ahora somos piezas de ajedrez?” Tina preguntó divertida.
“Sí. Por lo menos ahora tendrás algo que te recordará a mí por todas partes a donde vayas, y podrías incluso hablar con ella también cuando no esté allí.” Sonrió a medida que Tina continuaba examinando la pieza de “Bette” con una expresión pasmada en su cara. “Es mágica sabes.” Bette agregó con un guiño.
“¿Mágica?” Tina levantó sus cejas mientras miraba a Bette al lado de ella.
“Sí, tiene energías curativas mágicas.” Bette susurró misteriosa mientras hacía una demostración de mirar sospechosamente alrededor de ella asegurándose de que nadie mas escuchara. “Si hablas con ella cuando estés triste o sola, hará que te sientas mejor. Lleva tu dolor lejos.” Dijo en una voz baja. “Lo sé porque la probé conmigo ésta anoche” Dijo mientras sacudía “la pieza de Tina” delante de la cara de la rubia.
“¿Realmente?” Tina se rió de los numeritos de Bette. “Entonces mejor la guardo en la caja fuerte.” Dijo con seriedad falsa mientras cautelosamente ponía la pieza de ajedrez dentro del bolsillo delantero de sus bermudas blancas.
“O .” Bette entrecerró sus ojos y se dobló hacia abajo. “Eres afortunada.” Susurró a la pieza de ajedrez de “Bette” dentro de las bermudas de Tina. “Logras estar muy cerca de la entrepierna de Kennard!” Rió cuando la rubia la golpeó con fuerza en la cabeza.
“Asno.” Tina rodó sus ojos.
Bette rió mientras caminaba hacia la puerta de salida. “Bye Kennard.” Agitó la mano mientras caminaba hacia su coche deportivo que estaba estacionado algunos pies lejos.
“Adiós.” Tina contestó mientras miraba a la morena entrar en su coche y encender el motor.
“Oh. y a propósito.” Bette gritó mientras bajaba la ventana. “¡Todavía me debes un beso en la mejilla!” Sonrió maliciosa quitando el freno de mano e incorporándose a la calle.
Tina solo pudo sacudir su cabeza y rodar sus ojos mientras miraba el coche rojo perderse en la distancia. “Tiró definitivamente de uno sobre mí.” Murmuró para si mientras frotaba ligeramente la pieza de ajedrez dentro de su bolsillo.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO VEINTISÉIS: El regalo
Miércoles por la noche. El planeta.
“¿Entonces chicas que piensan?”
Tina Kennard preguntó en voz baja cuando sacó nerviosa sus manos debajo de la mesa. Sus ojos danzaban ansiosamente a un lado y otro entre las dos personas que se sentaban delante de ella. La seriedad en sus caras la asustó un poco y ahora comenzaba a desarrollar dudas sobre recurrir a ellas para el consejo.
“Pienso que sabes lo que en verdad deseo.” Alicia y Shane leyeron ruidosamente la nota manuscrita en la parte inferior de la invitación del cumpleaños de Bette. Los dos miembros de 4F se miraban una a la otra con expresiones similares y movieron sus cabezas discretamente, una muestra sutil de que llegaron a la misma conclusión que la otra.
“¿Qué?” Tina frunció el ceño mientras observaba la conversación silenciosa desarrollándose delante de ella. “¿Ustedes saben lo que ella quiere de mí?” Se inclinó adelante y reclinó sus codos en la mesa, mirando expectante a las dos. Tina contuvo su respiración mientras Shane cabeceó lentamente su cabeza con la respuesta afirmativa y sonrió.
“Porter quiere sexo.” Alicia dijo firmemente, devolviendo la invitación a Tina. Shane hizo muecas y movió su cabeza vigorosamente en el acuerdo.
“¡¿Quuuééé?!” Tina gritó con los ojos saliendo casi de sus órbitas. Bien, no esperaba ciertamente oír eso. “¿Ustedes están bromeando no es así?” Rió nerviosa, mirando a Shane y a Alicia. Esperaba que las dos explotarían en una risa pronto, pero continuaron sentadas allí mirándola en blanco mientras tomaban sus bebidas. “Quiero decir.” Tina tragó difícilmente y agitó sus manos alrededor. “Sé que Porter es una perra del cuerno, pero éso no significa que quiera que tenga sexo con ella en su cumpleaños.” Jadeó, su mente comenzaba a entrar en sobremarcha. “¿Quién incluso pide sexo como regalo?” Rió ansiosamente. “¿Nadie correcto?” Forzó una risa y miró a las dos chicas que se miraban divertidas delante de ella.
“ .” Shane sonrió.
“Y yo.” Alicia secundó. “Y apuesto que el más del noventa por ciento de la población del mundo también.” Hizo muecas mientras Tina comenzaba a inquietarse en su silla. Oh, ésto es tan divertido, pensó comenzando a morderse las uñas.
“Solamente que eso no significa que Porter esté pensando igual.” Tina razonó en voz alta. No puede ser, intentó convencerse de que, Porter no pediría eso de ella, ¿correcto?
“No sé sobre eso,” Shane encogió sus hombros. “Después de todo, ella soltó una indirecta sobre ti de que usaras el “cogeme” vestido de Vera Wang para la fiesta.” Ella miró a Alicia para la confirmación, la rubia la apoyó moviendo su cabeza. “Solamente que nunca lo sabrás realmente hasta que le preguntes directamente.” Shane agregó algunos momentos más adelante.
“U . Realmente le pregunté ayer acerca de lo que quería para su cumpleaños.” Tina contestó avergonzada.
“¿Y? ¿Qué dijo?” Alicia preguntó mientras jugaba con el popote sobre su vaso de limonada.
Tina surcó su frente cuando pensó de nuevo en su conversación con Bette Porter durante la hora del almuerzo de ayer. Era positivo que fue algo similar.
......
“Hey Porter.”
“¿Yep?” Bette contestó distraidamente mientras leía el menú cuidadosamente delante de ella.
“U . Essobretucumpleaños, quéesloqueenverdadquisieras?” Tina masculló a la velocidad del rayo. Básicamente acababa de comerse sus palabras debido a sus nervios. No sabía porqué, solamente que se sentía un poco avergonzada por preguntarle a Bette acerca de lo que quería para su cumpleaños, después de todo, ¿la morena no había asumido ya que ella sabía qué era?
“¿H ? Lo siento, no entendí eso.” Bette echó un vistazo en una Tina inquieta mientras levantaba sus ojos momentáneamente del menú.
Tina tragó difícilmente y se estabilizó. “¿Qué quieres?” Preguntó lentamente, en una voz clara esta vez.
Bette se lamió los labios y entrecerró sus ojos mientras veía una imágen mental de lo que deseaba principalmente. “Carne.” Sonrió y levantó sus cejas. “Sí, quiero algo sustancioso y jugoso.” Se relamió los labios, salivando. Maldición, ella tenía realmente hambre. “Dios, no puedo esperar para ponerla dentro de mi boca, para probarla y para saborear sus jugos.” Respiró en la anticipación mientras miraba el suculento plato de carne de res a a que un mesero detrás de Tina llevaba en su bandeja.
......
“Oh mi dios.” Tina susurró mientras se sacudía de su ensueño. “¡Porter quiere sexo!” Jadeó con horror.
Shane y Alicia se miraron una a la otra antes de estallar en estruendosas carcajadas. Tina hiper ventilaba sentada allí mientras su mente iba más profundo y más profundo en el canal. Porter, sexo. Porter, sexo, era todo que venía a través de su cabeza. El color escurrió de su cara mientras visualizaba a las dos haciéndolo “Fuck.” Dijo con voz cansina en voz alta, su acento meridional salía sin su conocimiento.
“¡Jesucristo Kennard!” Alicia manejó decir entre risas. “¡Estabamos bromeando!” Resopló mientras daba una palmada a sus rodillas en regocijo.
“Sí.” Shane dijo con su cuerpo entero sacudiendose. “Acabamos de dar un tirón a tu cadena.” Limpió sus ojos con el dorso de la mano cuando literalmente lágrimas de diversión amenazaban con derramarse.
“Mierda.” Tina maldijo cuando cerró los ojos. Podía sentir la precipitación de la sangre a su cabeza otra vez, regresando correctamente de donde se había reunido abajo apenas hace algunos momentos. “Gracias a dios.” Suspiró. Tomó otros dos minutos para que la risa entre sus dos compañeras muriera, dándole bastante tiempo de recuperar un poco su estabilidad.
“Hey Kennard,” Alicia hizo muecas. Hora de presionar algunos botones más aquí y allí, pensó maliciosa. Estaba segura que su comentario siguiente iba a provocar otra reacción violenta de Tina. “¿En primer lugar, porqué estás tan preocupada?” Preguntó, reclinándo la barbilla en su mano y amartillando su cabeza al lado. “Bette no es tu primera ¿correcto? Eres una muchacha agradable. Apuesto que alguien hizo estallar ya tu cereza.” Se arrastró y guiñó en Tina.
“¡Sigo siendo virgen!” Tina gritó defensiva con la fuerza de sus pulmones, ganando más que algunas miradas fijas curiosas de los otros comensales dentro del planeta. “Oh dios.” Gimió, dando vuelta a la remolocha roja sumergiéndose más profundamente en su silla de la verguenza. Rodó sus ojos en Shane y Alicia mientras las dos lanzaban otra ronda de alegres y estruendosas carcajadas a sus costillas.
¿Qué tenemos aquí?” Sam hizo muecas divertida mientras se colocaba detrás de la silla de Tina y puso sus manos en los hombros de la rubia. Había llegado al planeta un poco mas tarde de lo que fue convenido originalmente, pero fué bastante afortunada de hacerlo a tiempo para coger el arrebato repentino de la rubia - mucho con el disgusto de Tina. “¿Asi que sigues siendo virgen, huh?” Rió y sacudió juguetónamente a Tina antes de dirigirse a la silla de repuesto entre la rubia y Shane y se acomodó.
“Bien no por mucho tiempo si Porter está en camino.” Alicia se rió entre dientes.
Shane dio un pequeño codazo a Sam mientras cabeceaba hacia Tina. “Kennard aquí planeaba el ofrecimiento de su virginidad a Bette como regalo de cumpleaños.” Hizo muecas.
“Hey, por lo menos no tendrás que preocuparte de que a Bette no le guste su presente.” Sam guiñó. Tina gimió y miró abajo en el piso para ocultar su verguenza en desarrollo.
“No estoy oyendo esto.” Tina masculló debajo de su respiración, cubriendo sus oídos con sus manos. También malo para ella sin embargo, ya que apenas podía excluir los sonidos. Podía todavía oír sus voces bromistas ruidosas y claras.
“Podríamos conseguirte un poco de ropa interior agradable y lasciva, tu sabes.” Alicia se inclinó detrás en su silla. “Asi podrías “envolver ” su agradable regalo.” Ella rió mientras Tina se avergonzaba cada vez mas.
“Si quieres, podríamos también ponerte dentro de una caja gigante.” Sam agregó. “Agregar algunas decoraciones más aquí y allí, moño, cuero, lo que quieras.”
“O podríamos hacerlo simple,” Shane entró al quite. “Apenas tu en su juego de cumpleaños con una cinta roja en tu cabeza.” Encogió los hombros mientras sus amigas reían en la aprobación.
“H-hey.” Tina intentó protestar, pero sus palabras se perdieron en los oídos sordos. Los tres miembros de 4F continuaron con su conversación animada sobre su “regalo” así como su vida sexual no existente como si ella no estuviera allí. Debí haberlo sabido mejor antes de recurrir a ellas para el consejo, gimió dentro de su cabeza. La tomadura de pelo continuó por algunos minutos agonizantes más hasta que Shane finalmente sintiera un poco de compasión por ella y decidiera darle un poco de descanso. Fue una buena cosa también puesto que creía que si pudiera ponerse aún más roja, sería una cortina agradable del púrpura ahora.
“Hey Sammy.” Shane codeó a su amiga suavemente. “¿Donde estabas?” Preguntó, observando la hora en su reloj. La morena estaba más de una hora atrasada. Habían acordaron encontrarse en el planeta para cenar después de que Tina les había pedido en privado ayuda acerca de algo muy importante. Habían concluído correctamente que la cosa importante estaba conectada de alguna manera con el cumpleaños de Bette. La pequeña reunión era muy clandestina, y Tina había dicho que era imprescindible que Bette no se debía enterar sobre la pequeña reunión. Afortunadamente para ellas, Bette había planeado reunirse con los organizadores de su fiesta esa tarde para algunos preparativos de última hora. Asi que a menos que hubiera un cambio repentino de planes, no verían a su líder esa noche.
“Fui a un lugar para el regalo de Bette.” Sam encogió los hombros. “Me llevó mas tiempo del que esperaba.”
“Sí? ¿Qué le conseguiste?” preguntó Alicia ociosa apuñalando su ensalada con un tenedor.
Sam sonrió. “El más nuevo Dominator.” Dijo un poco presumida, levantando sus cejas hacia arriba y hacia abajo. Alicia y Shane silbaron elogiosas mientras Sam presumía en su silla.
“¿Dominator? ¿Qué es éso?” Tina surcó su frente. Lo que sea, suena un poco, sucio, pensó.
Alicia se rió de la expresión desorientada en la cara de Tina. “No es un juguete sexual, si eso es lo que estás pensando.” Bromeó.
Tina estaba a punto de oponerse cuando Sam agitó una mano y la cortó. “Es solo un pequeño yate.” Indicó simplemente. Poco era una subestimación gruesa. Era un asno grande Italiano-hecho barco con cuatro dormitorios, dos cocinas, tres bares, dos salas de estar, un comedor enorme y una pequeña área de hospitalidad. Sin mencionar las otras distracciones como el Jacuzzi enorme, los cinco jet esquís y los dos pequeños barcos de velocidad. El modelo no estaba incluso hacia fuera en el mercado todavía. Pero puesto que los Makavejev eran los titanes en la industria naval, Sam podía conseguir tenerlo en sus manos primeramente meses antes lo programado para el mundo. No era barato, no obstante lo valía. “Lo entregaron en Newport esta mañana. Fui allí después de clases y estuve implicada con la inspección.” Encogió los hombros.
“Oh.” Tina respiró. “¿Un yate? Eso es un regalo enorme.” Masculló, mirando fijamente el alimento en su plato. La cosa más grande que había recibió nunca en su cumpleaños fue su propia vaca, la que recibió cuando tenía cinco y todavía vivían en la granja en Carolina del Norte. Tenía demasiado miedo de acercarse a ella así que cuidarla personalmente era definitivamente inadmisible. La única vez que supo de ella fue durante una noche de domingo tres años más tarde. cuando comió un exquisito plato de filete mezclado con verduras que su papá le sirvió. Le tardó un año antes de que comiera carne de res otra vez. Ah MOO-MOO, pensó cuando frotó distraídamente su panza, su esencia vivirá dentro de mí por siempre.
“¿Qué sobre ti Al?” Sam miraba a su amiga mientras robaba una mordida del emparedado de Shane. “¿Tienes ya un regalo?” Preguntó, agitando en una mesera para que pudiera pedir su cena también.
“Yep.” Alicia contestó con aire satisfecho. “Tengo a alguien que va a hacerme una película sobre Bette. Apenas una compilación de vídeos y fotos, nada grande.” Suprimió una mueca emocionada, intentando minimizar su regalo.
Shane rodó sus ojos. Conocía esa mirada. Alicia esperaba que una de ellas le preguntara a quién había conseguido para hacer la película. La rubia quería la oportunidad de jactarse también. “Al, está bien.” Suspiró rindiéndose. “¿A quién conseguiste para hacerlo?”Preguntó . Alicia aclaró inmediatamente su gargantta feliz.
“Bijoux Celeron.” Alicia sonrió de oído a oído, tecleando sus manos feliz en la mesa. Shane y Sam sonrieron burlonas, sabiendo completamente cómo había conseguido a ese nombre conocido.
La quijada de Tina cayó abajo. “¿Celeron? ¿El Celeron?” Preguntó incrédula. Ese individuo era uno de los directores más famosos y brillantes de Hollywood ahora. No sólo podía hacer tales películas innovadoras, artísticas y osadas, las hacía rentables también. Dios, ella lo adoraba. Pero leyó en alguna parte que el individuo era un poco excéntrico e introvertido, no era muy afecto al oropel de Hollywood aparte del proceso del rodaje de películas. Asi que para que Alicia lo consiguiera a bordo en su pequeña película para Bette era seguramente un golpe grande.
“Sí. Ese.” Alicia intentó decir indiferente pero la mueca que amenazó partir su cara en dos la traicionó. “Somos amigos, tu sabes.” Agitó una mano desdeñosamente. Es decir, amigos con ventajas, se rió entre dientes internamente. Ella había salido con ese individuo brevemente el año pasado en secreto - y ésa era la razón principal por la que sus películas consiguieron financiarlas en primer lugar. Alicia era su patrón, por lo cual le estaba eternamente agradecido. Asi que ya fuera una llamada de última hora o elaborar un vídeo tonto de cumpleaños, si Alicia Pieszecki lo quería, él estaba más que queriendo hacer todo lo que le pidiera.
“Wow.” Dijo Tina asombrada. Entonces un yate, y ahora una película dirigida por un director de Hollywood, un pez gordo. ¿Qué es lo siguiente para Porter? Musitó. Incluso no tengo un regalo, con todo sé ya que el mío palidecerá en comparación con los suyos, pensó un poco desconsolada.
“Hey Shaney.” Alicia codeó a su amiga suavemente.
“¿Sí?” Shane contestó mientras pedía a la mesera un vaso de agua mineral.
“¿Qué sobre ti? ¿Qué le vas a dar a Porter para su cumpleaños?” Alicia siguió, mirando a la morena expectante. Quería saber si el regalo de Shane podría ganarle al suyo y el de Sam.
“Realmente no lo he decidido todavía.” Shane encogió los hombros. “Había previsto algo unos meses atrás. Le iba a traer a esas bailarinas de burlesques calientes y atractivas de uno de nuestros casinos en las Vegas para que le hicieran una demostración privada a Bette. Pero, tu sabes.” Señaló a Tina con sus manos y sonrió. Algo surgió y cambió mis planes, musitó.
“Oh.” Tina manejó decir mientras levantaba sus cejas con sorpresa.
Con el humor de vacilar a la rubia otra vez, Shane puso su mejor cara de póker y frotó sus manos. “Pero puesto que no vas a darle nada de tu-sabes-qué en su cumpleaños, ¿podría conseguir quizá a una de esas muchachas que bailan para Bette?” Shane preguntó esperanzadamente. “Todo solo con el ánimo de divertirnos tu sabes.” Agitó sus manos para arriba en defensa.
“¡NO!” Tina gritó violentamente, asombrandose ella misma así como las otras de su reacción refleja inesperada.“Uhh. Quiero decir, No, ningún problema en absoluto.” Regresó. Demasiado tarde, las tres miraban expectantes en ella. Oh dios, Tina gimió, aquí vamos otra vez.
“¿Yo?” Tina rió nerviosa, señalandose. “Por supuesto que no.” Agitó sus manos indiferente. Maldición, cavando mi propio sepulcro aquí adentro, pensó cuando las tres la miraron con expresiones semejantes de diversión en sus caras.
“Así pues, ¿no te importa?” Shane preguntó, inclinándose adelante en la mesa. “Será solo una danza inocente del regazo después de todo.” La hostigó.
¿Qué hay de inocente en una danza del regazo? Tina mordió detrás su comentario sarcástico. “Nope. No importa.” Sonrió firmemente, sus labios se crispaban a los lados. ¿Qué a Porter la manoseen y acaricien mujeres semidesnudas atractivas? Nope, no importa en absoluto. Gimió internamente, la imagen se tatuaba en su mente.
“¿Realmente?” Shane miraba a Tina escéptica. “¿Entonces está bien si tomo las medidas necesarias ahora?” Preguntó, sacando su teléfono celular de su bolsillo.
“Continua.” Tina se quejó, jugando con su alimento con un tenedor. Porter puede divertirse, rodó sus ojos. No me importa si ella se divierte con una o dos de esas putas perras , exhaló en voz alta. Incluso nosotras no estamos juntas, ¿por qué debo molestarme por eso? Pensó irritada. La sacudieron fuera de sus pensamientos enojados segundos más adelante cuando la voz de Shane flotó dentro de sus oídos. La morena hablaba con alguien sobre volar a algunas muchachas a LA el sábado. Probablemente hablando con su chulo, mierda. Sus oídos se avivaron aún mas en alerta cuando oyó a Shane que pedía una rubia en particular, alguien llamada Amber o algo así, diciendo cómo esa muchacha era la favorita de Bette. Tina entrecerró sus ojos y respiró pesadamente ante la audición de esas palabras. Antes de que pudiera incluso detenerse, encontró a su mano volar inmediatamente a través de la mesa y agarrar el teléfono de Shane.
“¿Quu-?” Shane miraba a Tina sorprendida cuando la rubia movió de un tirón precipitadamente su teléfono para cerrarlo. Alicia y Sam suprimieron sus risitas mientras observaban silenciosamente la forma enfurecida de Tina.
“Acabo de recordar que Porter odia las danzas del regazo.” Tina encogió los hombros y devolvió el teléfono a Shane.
“¿Desde cuando?” Shane surcó su frente mientras movía su cabeza al lado.
Desde que lo decidí hace algunos momentos, Tina replicó dentro de su mente. “Ella me lo dijo eh… la semana pasada.” Mintió a través de sus dientes.
“Está bien.” Shane sonrió, viendo a través de la fachada de Tina que intentaba ocultar sus emociones. Hombre, Porter y Kennard son tan semejantes en muchos niveles, rió internamente. “Está bien entonces,” hizo muecas mientras se colocaba nuevamente dentro de su silla. “Pensaré en otro regalo.” Frotó ligeramente su barbilla con sus dedos.
“Oh apenas consíguele una bufanda o algo.” Tina agitó su mano. Una cosa inocente, no-sexual, precisó dentro de su mente. Mejor que el regalo no venga con las piernas largas y las boobs grandes, pensó un poco irritada. Tenía que admitirlo, el pensamiento de Porter con otras mujeres la lastimaba un poco.
"Entonces.” Alicia despejó su garganta para conseguir la atención de Tina. La conversación de había desviado bastante tiempo, hora de volver al propósito principal de esa pequeña reunión. “¿Has decidido sobre cualquier cosa?” Le preguntó. La cara de Tina fue de irritada suavemente a altamente desilusionada en un micro segundo.
“Nope.” Tina sacudió su cabeza al lado. “Todavía no tengo ninguna idea de que darle.” Suspiró decepcionada. Porter es la persona más dura en gran medida para comprarle un regalo, pensó mientras frotaba su cuello en la frustración.
“Sabes.” Dijo Alicia mientras perezosa dibujaba círculos alrededor de la mesa con su dedo. “Pienso que estoy de acuerdo con Bette. En lo más profundo de tu interior creo que sabes lo que en verdad desea. Dijo lentamente mientras levantaba sus ojos para encontrar la mirada ansiosa de Tina.
“¡¿Realmente?!” Tina exclamó , visiblemente animada. “¿Tienes una idea?”
Alicia sonrió secretamente. “La tengo.” Dijo simplemente. “Solamente que no voy a decirte.” Agregó. Porter quería a Tina. No, no sexual. bien, no tanto ahora. pero la quería más en el sentido emocional. Le sorprendía absolutamente que Tina se tardara tanto en darse cuenta de ese hecho. Es tan obvio cuando se ve cómo Bette mira a Kennard. Había este anhelo tácito en sus ojos. Apenas una declaración o una afirmación simple de los sentimientos de Tina por ella habría sido un gran regalo para Bette.
“¿Porqué?” Tina gimoteó como una niña. ¿Por qué no pueden apenas ayudarme y hacer mi vida más fácil? Se lamentó.
“Porque quitará la diversión de descubrirlo tu misma.” Alicia encogió los hombros, Kennard necesitaba imaginar esto ella misma. Shane y Sam la miraron al mismo tiempo con expresiones extrañas en sus caras. “¿Qué?” Preguntó, mirando a las dos con las cejas levantadas.
“No puedo creerlo.” Shane susurró en temor.
“Yo igual.” Sam movió su cabeza lentamente.
“¡¿Qué?!” Alicia preguntó de nuevo, un poco más ruidosamente esta vez.
“Alicia Pieszecki realmente está refrenando voluntariamente la información.” Sam jadeó mientras cubría su boca en sorpresa falsa.
Shane se inclinó más cerca a su molesta amiga y levantó su mano para sentir la temperatura de la rubia. “¿Estás enferma?” preguntó, refrenando su risa.
“¡Oh vayanse a la mierda!” Alicia rodó sus ojos y golpeó con fuerza las manos de Shane lejos. “Puedo ser misteriosa y secreta cuando quiero.” Replicó, ganando una nueva ronda de risas frescas de sus amigas.
Después de algunos minutos más de tomadura de pelo hacia adelante y hacia atrás, de risas y sparring verbal, los sonidos murieron cuando la atención de Shane y Alicia se concentró en una pelirroja caliente recién llegada que entraba al café.
“Tina.” Sam se inclinó adentro y susurró mientras sus amigas se mantenían ocupadas devorando a la nueva muchacha.
“¿Sí?” Tina emparejó la postura de la morena y se movió más cerca. Su gran proximidad no tenía de ninguna manera el mismo efecto en ella que antes. Debí hacer un gran progreso al continuar adelante, se felicitó mentalmente.
“No te intimides con los regalos costosos,” Sam susurró en el oído de Tina. “Dale algo simple. Estoy positivamente segura que lo que tu le darás será lo que Bette más aprecie. Indicó que lo que sabía era la verdad absoluta. Tina podría darle a su mejor amiga un panecillo comido a la mitad para su cumpleaños y Bette todavía lo vería como la cosa más preciosa que hubiera recibido nunca en su vida entera.
“Gracias.” Tina sonrió genuinamente, susurrando detrás. “¿Alguna sugerencia?” Siguió, esperando que Sam estuviera un poco más dispuesta a compartir algunas ideas que Alicia.
Sam se quedó en silencio por un minuto antes de que diera su respuesta a la rubia. “Bette tiene un diente dulce.” Guiñó antes de alejarse. “Espero que te ayude.”
Tina suspiró relajada, finalmente. un consejo con el que podría trabajar. “Gracias Sam.” Dijo, golpeando ligeramente en el hombro de la morena e inclinándose detrás contra su silla. Diente dulce, ¿huh? Tina entrecerró sus ojos mientras los dientes comenzaron a dar vuelta dentro de su cabeza. Creo que sé que hacer, pensó emocionada mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios.
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Miércoles por la noche. Residencia Porter.
“…costillas de cordero, espárragos, ziti milanés y pollo picante con salchichas con aceitunas y alcaparras. Esos platos constituyen el segundo plato y.”
“Espera.” Bette levantó una mano y silenció a Louis, el individuo a cargo de organizar todo el alimento en su fiesta. “Agrega las hamburguesas al segundo plato.” Ordenó mientras cruzaba sus piernas. Louis y sus dos ayudantes levantaron una ceja ante la petición extraña de su joven jefe.
“¿Hamburguesas.?” Louis repitió reservado, mirando a Bette nervioso. ¿Escuché bien? se preguntó mientras cambiaba de puesto incómodo en su silla.
“Sí. Hamburguesas.” Bette rodó sus ojos en la molestia. ¿Dios, es sordo o algo?
“Pero, pero.” Louis balbuceó, mirando fijamente abajo el menú de la fiesta en sus manos. “No combinarán con todos los platillos que estamos sirviendo.” Masculló ansiosamente.
Bette entrecerró sus ojos mientras miraba fijamente al pobre hombre abajo. “Quiero las hamburguesas.” Dijo a través de sus quijadas apretadas. “¿Tienes algun problema con eso?” Desafió al individuo, levantando una ceja arrogante.
“No. Absolutamente ninguno Srta. Porter, no hay problema.” Louie tragó saliva.
“Bueno.” Bette bostezó. Ella no era realmente una fanática de esas hamburguesas grasientas, sino que puesto que cierta rubia estaba absolutamente encariñada con ellas, tenía que asegurarse personalmente de que fueran servidas en su fiesta junto con sus comidas preferidas. Kennard estará muy sorprendida, sonrió para si, sabe que aborrezco ésos desperdicios de cebadura tanto como ella los ama.
“U . después, tenemos el menú del postre.” Louis tragó difícilmente mientras sacaba el papel color rosa dentro de su carpeta. Los rumores eran verdaderos, pensó, Bette Podía asustar realmente la vida fuera de ti. “Entre las opciones estan.” Comenzó antes de que Bette lo cortara de nuevo agitando su mano.
“Conozco ya el menú del postre. Eso fue lo primero que revisé hace un rato.” Bette bostezó cuando el aburrimiento comenzaba a filtrase en su interior. Hombre, quería acabar con todos esos preparativos de la fiesta ya, así podría llamar a Kennard a su casa y apenas charlar. “¿Puedes llamar a James y decirle que quiero oír hablar de los planes de entretenimiento?” Movió su cabeza hacia las puertas dobles en el lado lejano del cuarto. Frunció el ceño cuando los tres la miraron de vuelta en blanco. “Ahora.” Gruñó, haciendo que los tres saltaran para arriba de su lugar en el sofá y se apresuraran a salir del cuarto.
“Maldición.” Bette suspiró mientras cerraba los ojos y se inclinaba detrás contra el sofá. Todo esto de hablar del alimento, esquemas de color, tiendas y cosas desgastaba su energía. Menos de un minuto más adelante, un golpe suave fue oído de la puerta. “Entra.” Gritó fuerte.
“¿Me llamó Srta. Bette?” James, su ayudante digno de confianza, miró a escondidas dentro del cuarto. Entró cuando vio la onda de la mano de Bette indicarndole que se acercara.
“Dame el progama de los artistas planeados para la fiesta.” Bette pidió a medida que continuaba cerrando los ojos y reclinándose detrás contra el sofá.
“Realmente, le tengo una pequeña mala noticia.” James frotó la parte posterior de su cuello, mirando temeroso a Bette. Se va enojar, pensó mientras se preparaba para la reacción violenta que sabía que sus palabras siguientes traerían. “El encargado de Coldplay llamó, dijo que tres de los miembros se intoxicaron con unos alimentos mientras estaban de gira. Asi que no podrán tocar en la fiesta.”
“¡¡¿Qué?!!” Bette gritó mientras sus ojos volaban abiertos. “Mierda, tienes que estar bromeando” Dijo incrédula. Ésa era la única banda que pidió. Ellos fueron los primeros participantes potenciales que discutieron para su cumpleaños con James y sus amigas, ella dejó claro que lo único que quería ver era Coldplay. El resto de los participantes fueron dejados para que Alicia y las muchachas decidieran. Grande, frotó su cara molesta, esto es apenas grande. “¿Entonces quiénes son los que confirmaron?” Preguntó, ella no sabía quiénes habían elegido sus amigas. Mejor que hayan escogido algo bueno, suspiró internamente.
"Paul van Dyk hará un show de dos horas.” Dijo James , mirando su PDA.
“¿Dique?” Bette surcó su frente en la confusión.
“Paul van Dyk. DJ.” Dijo James en voz baja.
“Oh.” Bette movió su cabeza, recordando apenas quién era el individuo. Probablemente la opción de Alicia, musitó. Su amiga tenía una inclinación por la gente que tenía nombres pegadizos. “¿Quiénes otros?”
“U .” James miraba a Bette nervioso mientras leía las palabras en sus notas electrónicas. “El show de High School Musical .” Dijo en una pequeña voz.
Bette soltó rápidamente el aire. “¡¿El show de High School Musical?!” Repitió, totalmente horrorizada. “¡Samantha!” Sacudió sus puños en cólera. Mierda santa, iba a apretar el cuello de su mejor amiga. “Borra eso del programa.” Dijo a través de los dientes cerrados fuertemente. James tachó rápidamente a la banda de la lista. “Después.” Bette respiró mientras frotaba sus sienes.
“The Pussycat Dolls.” James miró a Bette con una pequeña sonrisa en su cara. Él sabía que el lado hormonal de su jefa quería eso. ¿Quién no? Un manojo de muchachas que cantan y giran sus cuerpos con ropa escasa harían una divertida demostración. ¿A quién le importaba si solamente una muchacha hiciera todo el canto?
“¿Shane?” Bette levantó una ceja. James meneó su cabeza afirmando. “Bien. Se quedan.” Sonrió con una pequeña mueca torpe. Bien vieja Shane, eres confiable , pensó. Sabes definitivamente entretener, frotó sus manos emocionada. Por lo menos su fiesta no iba a ser aburrida. “¿Asi que fue ella?” Preguntó a su ayudante.
“Sí.” James cabeceó, poniendo de nuevo su PDA dentro de su bolsillo. Arrugó su cara un poco mientras recordaba una llamada que recibió hace algunas horas. “Oh. París llamó.”
“Oh dios. ¿Qué dijo?”
“Preguntaba si podría cantar algunas de sus canciones para usted también.”
“…”
“¿Srta. Bette?”
“Mierda. No.”
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Jueves por la mañana. Academia de Redwind.
“Kennard.”
“¿Sí?”
“¿Porqué esa muchacha torpe del café te mira de esa manera?”
“¿Dana?”
“¿Es solo porque es tu amiga? Dile que pare o voy a sacarle los ojos yo misma.”
“No seas mala.”
“No lo soy. Ella es la persona que está siendo grosera. ¿No sabe que es malo mirar fijamente a la gente?”
“Ella no está mirando fijamente… solo… mira… en nuestra dirección, cada… pocos segundos.”
“…”
“Sí. Creo que está mirándonos un poco fijamente.”
“Te lo dije.”
“Sin embargo me pregunto porqué. Realmente no hablamos más.”
“¿Porqué no?”
“Es una historia larga.”
“Dime lo esencial.”
“Ella me dio la espalda cuando fui marcada con etiqueta roja.”
“Oh. Entonces es una cabrona.”
“Asi como tu.”
“Sí, solamente que eso era antes. Me disculpé ¿no es verdad? ¿Lo hizo ella?”
“Nope. Pero no quiero hablar de eso. Ahora está en el pasado.”
“Mierda, todavía está mirando de esa manera.”
“Oh por favor Porter, nuestras compañeras de clase te miran todo el tiempo. ¿Y hasta ahora te está molestando llamar la atención?”
“Me importaría menos si me miraran fijamente a mí todo el dia. No creo que lo hayas notado pero esa muchacha te ha estado mirando a ti, no a mi.”
“¿Y?”
“No me gusta eso.”
“Estás bromeando, ¿estás celosa?”
“Sí.”
“¿De Dana??”
“Sí. Y si no para de mirarte pronto voy a decirle un poco de lo que pienso.”
“Tu no. No hablas en serio ¿verdad?”
“Claro que si. Mira esto.” … “Hey tu cabr… mmmfffhhhh.”
“Callate Porter.”
“Mmmffhhh.”
“Voy a quitar mi mano de tu boca si prometes comportarte. ¿Lo oiste?”
Cabeceó.
“¿Lo prometes?”
Cabeceó. Cabeceó.
“¿Cruzas tu corazón?”
Cabeceó. Cabeceó. Cabeceó.
“¿Esperanza de morir?”
Sacudida de cabeza.
“.Entonces no quitaré mi mano.”
Mordedura.
“Owwwww! Qué mie--”
“Phew.”
“¿Porqué coños hiciste eso?”
“¡Me estaba ahogando! Tu mano olía como a Cheetos.”
“¡Calla! Sabes que comí algunos en el receso.”
“¿Y no te lavaste las manos después?”
“Nope.”
“¿Porqué no?”
“Me lamí los dedos para limpiarlos.”
“…”
“¿Qué?”
“Cubre mi boca con tu mano otra vez.”
“¡Oh mierda Porter ! Eres una pervertida.”
“¿A dónde vas?”
“Al lavabo. Voy a fregar cada dedo con el jabón hasta que den vuelta a blancos.”
“¿Necesitas ayuda ?”
“No.”
“¿Puedo mirar?”
“Infierno No.”
“Joder.”
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Jueves por la noche. Apartamento de Kennard.
“¡Wow! Algo huele.” Ken Kennard olió alrededor mientras entraba en la cocina. “..quemado.” Acabó mientras arrugaba su cara y pellizcaba la punta de su nariz.
Tina gimoteó mientras miraba fijamente a su papá en medio del lío dentro de la cocina normalmente limpia. Había acabado hasta el último de sus ingredientes, ahora tenía cuatro bandejas de galletas quemadas. Sus labios temblaron mientras miraba las evidencias de su falta de pericia dispersa por todo el pequeño espacio.
“¿Qué son ésas?” Ken señaló a la bandeja en el suelo que su hija ponía en la mesa. “¿Galletas de chocolate?” preguntó, haciendo a Tina retroceder y mirar hacia arriba un poco más.
“Son galletas de azúcar.” Tina susurró débil mientras luchaba contra el desencanto. Estaba esclavizada prácticamente a esas galletas, se lastimó su brazo intentando conseguir el punto exacto e incluso pasó horas moldeando las formas. Pero algo estaba incorrecto con su viejo horno, cada horneada terminaba quemándose más que la anterior.
“¿Galletas de azúcar?” Ken rascó su cabeza y frunció el ceño. “Nunca habría adivinado.” Dijo reservado mientras caminaba hacia Tina y examinó la primera bandeja de galletas cerca. ¿No son las galletas de azúcar supuestamente ligeras de color? Hombre, estas galletas son marrones tirándole a negras, pensó. “¿Son para mí?” Preguntó temeroso mientras levantaba lentamente un pedazo a su nariz y lo olió. Querido dios, rogó silenciosamente, espero que estas galletas tengan mejor sabor de lo que huelen. Convocando bastante valor, trajo la galleta a sus labios y cautelosamente mordiscó en un pequeño pedazo. Muchacho, realmente lamentó hacer eso. “Gaaaah.” Gimió mientras sacaba la lengua y comenzaba a toser.
“¿Es tan malo?” Tina hizo muecas cuando su papá pasó al fregadero y comenzó a escupir los restos de la galleta dentro de su boca.
“Cariño.” Dijo Ken después de aclarar su boca con agua. “Sabes que haría cualquier cosa para hacerte feliz. Coño, haría alegre algunos sacrificios por ti.” Hizo frente a su hija y puso su mano en su pecho de una manera dramática. “Pero apenas como todo en este mundo, hay un límite a estos sacrificios.” Caminó encima a Tina y puso suavemente sus manos en sus hombros. “Lo lamento cariño, pero tus galletas son uno de ellos.” Suspiró mientras abrazaba a su hija. “Sin embargo todavía te amo.” Rió un poco. Tina lo empujó lejos molesta.
“Éstas no son para ti papá.” Tina rodó sus ojos.
“¡Gracias a dios!” Ken suspiró aliviado, haciendo una danza feliz dentro de su cabeza. Agitó inmediatamente sus manos delante de él cuando vio la mirada asesina en la cara de su hija. “¡Estoy bromeando!” Mintió. Él señaló en las galletas de nuevo. “Entonces. uhm. ¿quién es el afortunado?” Él tosió. Quienquiera que sea el o ella, esa persona puede ser que necesite conseguir un lavado de estómago después de comer estas galletas, hizo muecas.
“Son para Por. Quiero decir , Bette.” Dijo Tina avergonzada mientras limpiaba su cara manchada de harina con el dorso de su mano. “Es su cumpleaños el sábado. Planeaba darle las galletas hechas en casa.” Ella habría podido hacerlas mañana, un día antes del cumpleaños de Bette, pero trabajaba en el planeta así que optó por cocerlas al horno ahora.
“Más bién planeabas darle cáncer.” Ken rió mientras movía de un tirón una de las galletas y señalaba en su parte trasera. Estaban así de negras y muy quemadas. “Éstas son galletas carcinógenas.” Sacudió su cabeza al lado. Pobre Bette, pensó sintiéndolo mucho por la amiga de su hija. Ella era una muchacha agradable también, suspiró.
Tina gimió. “No tengo bastante tiempo ni dinero para conseguirle un nuevo regalo.” Frotó su cara con sus manos en la frustración. Había utilizado lo poco que le quedaba de su dinero para comprar los ingredientes. Más, había dado ya el dinero que había ganado de su trabajo por horas a su papá para ayudarle con las cuentas.
Ken frotó su barbilla pensativo. Si solamente tuviera un poco de dinero ahorrado, estaría más que feliz de darle alguno a Tina para comprarle a Bette un regalo decente. Pero puesto que no lo tenía, debía de pensar en una manera de salvar la creación monstruosa de su hija. “Hey.” Dijo mientras entrecerraba sus ojos en los diversos tazones en la mesa.
“¿Qué papá?” Tina preguntó mientras movía su mano a través de su pelo.
“¡Disfraza el mal sabor y el color negro con escarcha!” Ken exclamó un poco emocionado. “Porciones y porciones de escarcha.” Agregó con un cabeceo. Dos pájaros con una piedra, emitió orgulloso de su propia inteligencia. Por lo menos las galletas se mirarían un poco presentables y sabrosas para la pobre Bette.
Tina surcó su frente mientras miraba fijamente los diversos colores de escarcha en la mesa. “Sí.” Movió lentamente su cabeza en el acuerdo. “Trabajaría.” Susurró para si mientras comenzaba a hacer preparaciones. Por favor que salga bien, rogó silenciosamente, no puedo permitirme echarlo a perder mas.
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A las cinco de la mañana, un iPhone cambió de modo stand-by mientras el tema de la película de misión imposible emanaba de sus minúsculos altavoces incorporados. Tocaba suavemente al principio, pero aumentaba gradualmente de volumen hasta que fue lo suficientemente fuerte para despertar a una Alicia que roncaba en un sueño profundo. “Qué coños.” Masculló soñolienta mientras alcanzaba la fuente del sonido que ofendía mientras sus ojos seguían cerrados. Después de algunos segundos de buscar su teléfono en la mesa de noche, finalmente lo localizó y lo trajo a sus oídos.
“¡¿Sí?!” Alicia gritó airadamente, incapaz de ocultar su molestia por ser despertada de su sueño. Ella tenía un sueño real-realmente agradable que sabría sería difícil volver a tener. “Mierda mejor que sea importante.” Se quejó a su llamador desconocido.
“El diablo está en camino a la ciudad de los ángeles.” Una voz baja en el otro extremo de la línea contestó secretamente.
“¡¿Qué?!” Alicia gritó mientras se incorporaba en la cama. ¿Ya? Pero es apenas jueves, lo esperábamos el viernes, echó un vistazo en su despertador mientras frotaba el sueño de sus ojos. “¿Estás segura?” Preguntó mientras movía una mano a través de su pelo sucio.
“Los operarios que trabajaban en la costa este han enviado un mensaje diciendo que el blanco fue visto montando su jet privado en camino a L.A. hace aproximadamente una hora y veinte minutos.”
“Entonces él está volviendo a casa después de todo.” Alicia entrecerró sus ojos. “Sabes lo que significa esto.” Dijo mientras frotaba ligeramente su barbilla con sus dedos.
“Sí.” El llamador soltó un respiro. “La operación proteger a la Reyna y sus joyas de la corona ahora ha comenzado oficialmente. Tu sabes qué hacer, querida catadora de felpudos, pájaro grande. Comienza los preparativos para iniciar la fase uno del plan de defensa.”
“¡Lista para la acción!” Alicia levantó su mano izquierda a su frente e hizo un saludo. “Pasaré el mensaje a sueño húmedo caliente inmediatamente , .”
“Bueno. Mientras estás en eso, recuerda la reunión secretísima en el cuarto de guerra mañana por la mañana.”
“¡Si Sir si sir! ¿Hay algo más?”
“Sí. uhm. ¿hey Al.?”
“¿Sí Sh. Quiero decir sexo en las piernas ?”
“Podemos cambiarnos nuestros nombres de código?”
“¿Huh? ¿Porqué?”
“Están haciendo que mi piel se enchine. Y bien, son un bocado también.”
“Oh. Si entiendo. No suena huh demasiado secreto-eso-huh?”
“No, no lo es absolutamente. Y no creo que nuestros hombres nos tomarán seriamente con esos nombres. Demonios, incluso yo no puedo.”
“Está bien. Entonces pensaré en unos nuevos. Más como James Bond, menos como Austin Powers.”
“Grande.”
“H .”
“¿Qué?”
“¿Qué tal el agente 69 para ti y el agente O-rgasmo doble para mí?”
“…”
“¿No te gusta eso, huh?”
“Intenta otra vez, Alicia.”
“Ooo. ¡Acabo de pensar en algo!”
“¿Qué?”
“Sé un nombre perfecto para nuestro pequeño equipo con Sam.”
“Oh, dios. Tengo miedo de preguntar.”
“ASS (asno).”
“¿Qué? ¡Bien tu eres un asno también!”
“No, estúpida. ASS. ¿Lo entiendes? Alicia, Shane y Sam. ASS. Lista, ¿huh?”
“¿Sabes que? Ya voy a colgar.”
“¿Qué? Vamos. Estoy en un dilema aquí.”
“No olvides llamar a Sam. Al. Bye”
“¡Hey! ¿Shane? ¿Shane???. ¡Aww coñ o!”
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Viernes por la mañana. Residencia Porter.
Los pasos apresurados se repitieron a través de los pisos de madera oscuros mientras una mujer cerca de los 50 caminaba alrededor del laberinto que era la segunda planta de la enorme mansión. Jadeó pesadamente cuando dobló las esquinas, yendo tan rápidamente como sus pequeñas piernas temblorosas se lo permitían. Tardó un momento para coger su respiración tan pronto como alcanzara su destino previsto. Levantó un puño y estaba a punto de golpear en la puerta gruesa cuando repentinamente se abrió.
“Oh.” Bette exclamó sorprendida cuando casi se topó con la mujer mayor a la salida de su dormitorio. “Hey Sonja.” Saludó a su vieja camarera mientras se hacía a un lado y se alejaba de la mujer. Antes de que pudiera continuar, sintió una mano agarrarla suavemente de su brazo para mantenerla en su lugar. “¿Qué?” Miró a Sonja confundida.
“Necesito decirle algo.” Sonja se notaba levemente preeocupada pues se sacudía suavemente.
“¿Puede esperar?” Bette frunció el ceño un poco. Ella salía de la casa temprano así podría recoger a Tina en su apartamento. Cualquier cosa que Sonja le quisiera decir podía esperar, pensó, llegar con Kennard a tiempo era más importante. Comenzó a caminar de nuevo, arrastrando a la mujer mayor con ella mientras caminaba a lo largo del pasillo.
“Pero, pero Srta. Bette.” Sonja intentó razonar con su joven ama. Desafortunadamente sin embargo, sus súplicas aterrizaron en los oídos sordos cuando se encontró que era llevada a la magnífica escalera. Finalmente soltó el brazo de Bette mientras miraba a la muchacha bajar de las escaleras. , Intenté advertirla, suspiró bien. Dio vuelta alrededor y se congeló inmediatamente ante la vista. Uh-oh, pensó. Arqueó respetuosa su cabeza al hombre y caminó rápidamente en dirección opuesta.
“¿Yéndose temprano para la escuela?” Una voz resonó en la cabeza de Bette , cada vez más fuerte y casi haciéndola perder el equilibrio cuando bajaba las escaleras. “Y pensé que bromeaban cuando me dijeron como te comportabas últimamente.”
“Mierda.” Bette maldijo bajo su respiración mientras agarraba el pasamanos firmemente en un esfuerzo por estabilizarse. Cuando se recuperó, miró lentamente para arriba y vio la figura colocarse en la cima de las escaleras. Oh no, tragó difícilmente mientras sus ojos admitieron la vista amenazadora del hombre de mirada familiar que sonreía en ella desde arriba. “¿Q-qué estás haciendo aquí?” Su voz se sacudió mientras el nerviosismo comenzó a filtrarse dentro de sus poros. Esto era probablemente sobre lo que intentaba advertirla Sonja.
El hombre dejó salir una risa divertida mientras cruzaba sus brazos en su pecho. “En caso de que lo hayas olvidado,” dijo mientras indicaba alrededor del cuarto con sus ojos. “Ésta es mi casa.” Acabó con una mueca arrogante. “Y realmente, ¿así es la manera como saludas a tu padre Elizabeth?” Sacudió su cabeza al lado a manera de reprensión.
“No. Lo siento.” Bette arqueó su cabeza mientras subía nuevamente las escaleras. “Papá bienvenido a casa.” Dijo en una pequeña voz mientras se colocaba delante de Melvin Porter. Aunque no se hubieran visto en meses, sería absurdo esperar ver los abrazos o los besos intercambiados por este par de padre-hija. Nope, la cosa más cercana al afecto que Bette había recibido esa mañana fue una pequeña palmadita en la cabeza. Realmente nada diferente de un hombre acariciando a su perro.
“Entonces te puedes ir,” Melvin cabeceó hacia las escaleras. “Hablaremos más adelante.” Dijo cuando dio vuelta alrededor y comenzó a irse en la dirección de su cuarto de estudio. “Sé que tienes a alguien esperandote.” Dijo con conocimiento mientras daba vuelta a su cabeza levemente al lado y miraba a su hija. Se rió a medida que continuó caminando.
Bette se colocaba con los ojos abiertos en choque mientras miraba la figura de su padre alejarse. “Mierda santa.” Exhaló sin aliento. ¡Él sabe! Ese pequeño comentario de despedida fue dicho en voz alta por una razón. Sabía que él quería que ella supiera que estaba consciente de lo que había hecho últimamente. Oh dios, gimió mientras sentía el ardor de su estómago. Lentamente, reaccionó y bajó las escaleras de nuevo.
“James.” Susurró mientras llegaba a la planta baja. Su ayudante la había estado esperando en la parte inferior de las escaleras.
“¿Sí Srta. Bette?” James preguntó un poco preocupado mientras observaba la cara pálida de su jefa.
Bette tragó difícilmente mientras sus ojos seguían pegados al piso. “Necesito que hagas algo para mí.”
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Viernes. Academia de Redwind. Hora del receso.
“¡Hey! ¿Tu eres Dana Fairbanks?”
“Y-yeah.”
“Entonces, creo que sabes quién soy.”
“Y-yes, por supuesto.”
“Bueno.”
“Yo. ¿Necesita algo de mí. Srta. Pieszecki.?”
“Soy Alicia. Y sí. Necesito que me hagas un favor.”
Sam se inclinó contra una pared mientras observaba a su amiga en la distancia. Entrecerró sus ojos mientras presionaba el dos y levantó su teléfono celular a su oído. Hizo muecas cuando la persona contestó después de cuatro timbrazos. “La fase uno del plan de defensa ahora se ha iniciado.” Dijo reservada antes de cerrar rápidamente su teléfono de un tirón y caminar cautelosamente lejos. No sabrás qué te golpeó tío Lucas, rió silenciosamente para si.
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Tina dejó escapar un suspiro de frustración mientras Bette entraba en la sala de clase. “¿Porqué tardaste tanto?” Preguntó un poco irritada. La morena le había pedido hace más de veinte minutos que se encontraran dentro de su sala de clase después de que comieran juntas dentro de la cafetería en el receso. Bette se disculpó pidiéndole un poco de tiempo, diciéndole algo sobre recoger un paquete importante en la entrada de la escuela.
“Siento haberme tardado.” Bette se disculpó mientras caminaba hacia la rubia y se sentó en su silla. “Para ti.” Dijo mientras colocaba una caja en el escritorio de Tina.
“¿Qué es eso?” Tina miró a la morena confundida.
“Es un teléfono celular.” Dijo Bette simplemente.
Tina surcó su frente mientras abría la caja y sacaba el teléfono celular de dentro. Levantó una ceja mientras examinaba el teléfono en sus manos. Estaba lleno de diamantes, porciones y porciones de mini diamantes. Presionó un botón y la pantalla se encendió inmediatamente. Sus ojos casi salían de sus órbitas mientras leía las palabras en la pequeña pantalla. “GoldVish Le millón”. Miró a Bette con una mirada incrédula en su cara. “¿El GoldVish Le millón?”
“Sí. “Bette encogió los hombros. “Creo que eso es lo que dice ahí.” Señaló a las palabras en la pantalla del celular.
“¿El teléfono más costoso del mundo?” Tina preguntó incrédula.
“¿Lo es?” Bette preguntó, no sabía realmente. Solo le pidió a James esa mañana que le consiguiera el mejor teléfono que el dinero pudiera comprar. No se imaginó que su ayudante tomaría las palabras muy literalmente y le consiguiera el más costoso del mercado. Grande, ahora Kennard pensará probablemente que trato de comprar su amor otra vez, suspiró internamente.
“Leí que esto cuesta alrededor de un millón de euros.” Tina entrecerró sus ojos mientras hacía las matemáticas dentro de su cabeza. “En dólares está áspero.”
“Millón y cuatro.” Bette acabó mientras convertía las figuras dentro de su cabeza a la velocidad del rayo. Un millón cuatrocientos dólares, no quiso decirle a Tina el hecho de que esa cantidad era apenas cambio para ella. Pero tenía que admitirlo, era una cantidad absurda para un teléfono tonto, incluso si estaba cubierto en joyas y diamantes. Oh bien, encogió los hombros, bajo las circunstancias actuales no tenían tiempo para andar de criticonas.
“Ésto es demasiado Porter.” Tina sacudió su cabeza al lado mientras miraba fijamente el estupendo adminículo costoso. “No puedo aceptar realmente esto.” Dijo mientras intentaba entregar el teléfono a Bette. ¡Maldición!, ella podría alimentar un pequeño país con ese teléfono. Los seres humanos y sus prioridades superficiales, suspiró internamente.
“Mira.” Bette golpeó con fuerza suavemente la mano de Tina lejos mientras rechazaba aceptar que le devolviera el regalo. “Sé que este teléfono es impráctico,” exhaló. “Prometo conseguirte uno nuevo, más económico en algunas semanas.” Dijo lentamente cuando cerraba las manos de Tina en el teléfono. “Pero es muy importante que tengas ahora un teléfono. Necesitas esta cosa más de lo que te imaginas.” Dijo con toda seriedad.
“¿Qué? ¿Porqué?” Tina surcó su frente en la confusión. Algo en el tono de la morena la asustó un poco.
“Necesito que utilices esto para llamarme cuando pase algo.” Bette tragó difícilmente.
“¿Huh?” El nerviosismo de Tina aumentó con esas palabras.
Bette mordió su labio más bajo antes de continuar. “Si notas cualquier cosa extraña alrededor de ti, gente que te sigue alrededor, extraños que hablan repentinamente contigo, gente que aparece en tu umbral y otras cosas sospechosas que sucedan, llamame cuanto antes. Soy el número uno en tu dial de velocidad.” Dijo mientras señalaba al teléfono.
“¿Qué pasa Porter?” Tina susurró un poco asustada.
“Necesito hacer algunas llamadas ¿bien?” Bette exhaló profundamente antes de levantarse de su asiento. Mordió su labio más bajo mientras veía la cara intrigada de Tina. “Mi papá está de regreso en la ciudad.” Dijo siniestramente. Sus palabras quedaron suspendidas en el aire cuando salió de la sala de clase, dejando a una Tina estupefacta en su estela.
Tina puso su mano en su estómago cuando sintió náuseas de pronto. Extraño, pensó, ¿porqué era que se sentía ansiosa? Melvin Porter no podía ser tan malo ¿correcto?
Miércoles por la noche. El planeta.
“¿Entonces chicas que piensan?”
Tina Kennard preguntó en voz baja cuando sacó nerviosa sus manos debajo de la mesa. Sus ojos danzaban ansiosamente a un lado y otro entre las dos personas que se sentaban delante de ella. La seriedad en sus caras la asustó un poco y ahora comenzaba a desarrollar dudas sobre recurrir a ellas para el consejo.
“Pienso que sabes lo que en verdad deseo.” Alicia y Shane leyeron ruidosamente la nota manuscrita en la parte inferior de la invitación del cumpleaños de Bette. Los dos miembros de 4F se miraban una a la otra con expresiones similares y movieron sus cabezas discretamente, una muestra sutil de que llegaron a la misma conclusión que la otra.
“¿Qué?” Tina frunció el ceño mientras observaba la conversación silenciosa desarrollándose delante de ella. “¿Ustedes saben lo que ella quiere de mí?” Se inclinó adelante y reclinó sus codos en la mesa, mirando expectante a las dos. Tina contuvo su respiración mientras Shane cabeceó lentamente su cabeza con la respuesta afirmativa y sonrió.
“Porter quiere sexo.” Alicia dijo firmemente, devolviendo la invitación a Tina. Shane hizo muecas y movió su cabeza vigorosamente en el acuerdo.
“¡¿Quuuééé?!” Tina gritó con los ojos saliendo casi de sus órbitas. Bien, no esperaba ciertamente oír eso. “¿Ustedes están bromeando no es así?” Rió nerviosa, mirando a Shane y a Alicia. Esperaba que las dos explotarían en una risa pronto, pero continuaron sentadas allí mirándola en blanco mientras tomaban sus bebidas. “Quiero decir.” Tina tragó difícilmente y agitó sus manos alrededor. “Sé que Porter es una perra del cuerno, pero éso no significa que quiera que tenga sexo con ella en su cumpleaños.” Jadeó, su mente comenzaba a entrar en sobremarcha. “¿Quién incluso pide sexo como regalo?” Rió ansiosamente. “¿Nadie correcto?” Forzó una risa y miró a las dos chicas que se miraban divertidas delante de ella.
“ .” Shane sonrió.
“Y yo.” Alicia secundó. “Y apuesto que el más del noventa por ciento de la población del mundo también.” Hizo muecas mientras Tina comenzaba a inquietarse en su silla. Oh, ésto es tan divertido, pensó comenzando a morderse las uñas.
“Solamente que eso no significa que Porter esté pensando igual.” Tina razonó en voz alta. No puede ser, intentó convencerse de que, Porter no pediría eso de ella, ¿correcto?
“No sé sobre eso,” Shane encogió sus hombros. “Después de todo, ella soltó una indirecta sobre ti de que usaras el “cogeme” vestido de Vera Wang para la fiesta.” Ella miró a Alicia para la confirmación, la rubia la apoyó moviendo su cabeza. “Solamente que nunca lo sabrás realmente hasta que le preguntes directamente.” Shane agregó algunos momentos más adelante.
“U . Realmente le pregunté ayer acerca de lo que quería para su cumpleaños.” Tina contestó avergonzada.
“¿Y? ¿Qué dijo?” Alicia preguntó mientras jugaba con el popote sobre su vaso de limonada.
Tina surcó su frente cuando pensó de nuevo en su conversación con Bette Porter durante la hora del almuerzo de ayer. Era positivo que fue algo similar.
......
“Hey Porter.”
“¿Yep?” Bette contestó distraidamente mientras leía el menú cuidadosamente delante de ella.
“U . Essobretucumpleaños, quéesloqueenverdadquisieras?” Tina masculló a la velocidad del rayo. Básicamente acababa de comerse sus palabras debido a sus nervios. No sabía porqué, solamente que se sentía un poco avergonzada por preguntarle a Bette acerca de lo que quería para su cumpleaños, después de todo, ¿la morena no había asumido ya que ella sabía qué era?
“¿H ? Lo siento, no entendí eso.” Bette echó un vistazo en una Tina inquieta mientras levantaba sus ojos momentáneamente del menú.
Tina tragó difícilmente y se estabilizó. “¿Qué quieres?” Preguntó lentamente, en una voz clara esta vez.
Bette se lamió los labios y entrecerró sus ojos mientras veía una imágen mental de lo que deseaba principalmente. “Carne.” Sonrió y levantó sus cejas. “Sí, quiero algo sustancioso y jugoso.” Se relamió los labios, salivando. Maldición, ella tenía realmente hambre. “Dios, no puedo esperar para ponerla dentro de mi boca, para probarla y para saborear sus jugos.” Respiró en la anticipación mientras miraba el suculento plato de carne de res a a que un mesero detrás de Tina llevaba en su bandeja.
......
“Oh mi dios.” Tina susurró mientras se sacudía de su ensueño. “¡Porter quiere sexo!” Jadeó con horror.
Shane y Alicia se miraron una a la otra antes de estallar en estruendosas carcajadas. Tina hiper ventilaba sentada allí mientras su mente iba más profundo y más profundo en el canal. Porter, sexo. Porter, sexo, era todo que venía a través de su cabeza. El color escurrió de su cara mientras visualizaba a las dos haciéndolo “Fuck.” Dijo con voz cansina en voz alta, su acento meridional salía sin su conocimiento.
“¡Jesucristo Kennard!” Alicia manejó decir entre risas. “¡Estabamos bromeando!” Resopló mientras daba una palmada a sus rodillas en regocijo.
“Sí.” Shane dijo con su cuerpo entero sacudiendose. “Acabamos de dar un tirón a tu cadena.” Limpió sus ojos con el dorso de la mano cuando literalmente lágrimas de diversión amenazaban con derramarse.
“Mierda.” Tina maldijo cuando cerró los ojos. Podía sentir la precipitación de la sangre a su cabeza otra vez, regresando correctamente de donde se había reunido abajo apenas hace algunos momentos. “Gracias a dios.” Suspiró. Tomó otros dos minutos para que la risa entre sus dos compañeras muriera, dándole bastante tiempo de recuperar un poco su estabilidad.
“Hey Kennard,” Alicia hizo muecas. Hora de presionar algunos botones más aquí y allí, pensó maliciosa. Estaba segura que su comentario siguiente iba a provocar otra reacción violenta de Tina. “¿En primer lugar, porqué estás tan preocupada?” Preguntó, reclinándo la barbilla en su mano y amartillando su cabeza al lado. “Bette no es tu primera ¿correcto? Eres una muchacha agradable. Apuesto que alguien hizo estallar ya tu cereza.” Se arrastró y guiñó en Tina.
“¡Sigo siendo virgen!” Tina gritó defensiva con la fuerza de sus pulmones, ganando más que algunas miradas fijas curiosas de los otros comensales dentro del planeta. “Oh dios.” Gimió, dando vuelta a la remolocha roja sumergiéndose más profundamente en su silla de la verguenza. Rodó sus ojos en Shane y Alicia mientras las dos lanzaban otra ronda de alegres y estruendosas carcajadas a sus costillas.
¿Qué tenemos aquí?” Sam hizo muecas divertida mientras se colocaba detrás de la silla de Tina y puso sus manos en los hombros de la rubia. Había llegado al planeta un poco mas tarde de lo que fue convenido originalmente, pero fué bastante afortunada de hacerlo a tiempo para coger el arrebato repentino de la rubia - mucho con el disgusto de Tina. “¿Asi que sigues siendo virgen, huh?” Rió y sacudió juguetónamente a Tina antes de dirigirse a la silla de repuesto entre la rubia y Shane y se acomodó.
“Bien no por mucho tiempo si Porter está en camino.” Alicia se rió entre dientes.
Shane dio un pequeño codazo a Sam mientras cabeceaba hacia Tina. “Kennard aquí planeaba el ofrecimiento de su virginidad a Bette como regalo de cumpleaños.” Hizo muecas.
“Hey, por lo menos no tendrás que preocuparte de que a Bette no le guste su presente.” Sam guiñó. Tina gimió y miró abajo en el piso para ocultar su verguenza en desarrollo.
“No estoy oyendo esto.” Tina masculló debajo de su respiración, cubriendo sus oídos con sus manos. También malo para ella sin embargo, ya que apenas podía excluir los sonidos. Podía todavía oír sus voces bromistas ruidosas y claras.
“Podríamos conseguirte un poco de ropa interior agradable y lasciva, tu sabes.” Alicia se inclinó detrás en su silla. “Asi podrías “envolver ” su agradable regalo.” Ella rió mientras Tina se avergonzaba cada vez mas.
“Si quieres, podríamos también ponerte dentro de una caja gigante.” Sam agregó. “Agregar algunas decoraciones más aquí y allí, moño, cuero, lo que quieras.”
“O podríamos hacerlo simple,” Shane entró al quite. “Apenas tu en su juego de cumpleaños con una cinta roja en tu cabeza.” Encogió los hombros mientras sus amigas reían en la aprobación.
“H-hey.” Tina intentó protestar, pero sus palabras se perdieron en los oídos sordos. Los tres miembros de 4F continuaron con su conversación animada sobre su “regalo” así como su vida sexual no existente como si ella no estuviera allí. Debí haberlo sabido mejor antes de recurrir a ellas para el consejo, gimió dentro de su cabeza. La tomadura de pelo continuó por algunos minutos agonizantes más hasta que Shane finalmente sintiera un poco de compasión por ella y decidiera darle un poco de descanso. Fue una buena cosa también puesto que creía que si pudiera ponerse aún más roja, sería una cortina agradable del púrpura ahora.
“Hey Sammy.” Shane codeó a su amiga suavemente. “¿Donde estabas?” Preguntó, observando la hora en su reloj. La morena estaba más de una hora atrasada. Habían acordaron encontrarse en el planeta para cenar después de que Tina les había pedido en privado ayuda acerca de algo muy importante. Habían concluído correctamente que la cosa importante estaba conectada de alguna manera con el cumpleaños de Bette. La pequeña reunión era muy clandestina, y Tina había dicho que era imprescindible que Bette no se debía enterar sobre la pequeña reunión. Afortunadamente para ellas, Bette había planeado reunirse con los organizadores de su fiesta esa tarde para algunos preparativos de última hora. Asi que a menos que hubiera un cambio repentino de planes, no verían a su líder esa noche.
“Fui a un lugar para el regalo de Bette.” Sam encogió los hombros. “Me llevó mas tiempo del que esperaba.”
“Sí? ¿Qué le conseguiste?” preguntó Alicia ociosa apuñalando su ensalada con un tenedor.
Sam sonrió. “El más nuevo Dominator.” Dijo un poco presumida, levantando sus cejas hacia arriba y hacia abajo. Alicia y Shane silbaron elogiosas mientras Sam presumía en su silla.
“¿Dominator? ¿Qué es éso?” Tina surcó su frente. Lo que sea, suena un poco, sucio, pensó.
Alicia se rió de la expresión desorientada en la cara de Tina. “No es un juguete sexual, si eso es lo que estás pensando.” Bromeó.
Tina estaba a punto de oponerse cuando Sam agitó una mano y la cortó. “Es solo un pequeño yate.” Indicó simplemente. Poco era una subestimación gruesa. Era un asno grande Italiano-hecho barco con cuatro dormitorios, dos cocinas, tres bares, dos salas de estar, un comedor enorme y una pequeña área de hospitalidad. Sin mencionar las otras distracciones como el Jacuzzi enorme, los cinco jet esquís y los dos pequeños barcos de velocidad. El modelo no estaba incluso hacia fuera en el mercado todavía. Pero puesto que los Makavejev eran los titanes en la industria naval, Sam podía conseguir tenerlo en sus manos primeramente meses antes lo programado para el mundo. No era barato, no obstante lo valía. “Lo entregaron en Newport esta mañana. Fui allí después de clases y estuve implicada con la inspección.” Encogió los hombros.
“Oh.” Tina respiró. “¿Un yate? Eso es un regalo enorme.” Masculló, mirando fijamente el alimento en su plato. La cosa más grande que había recibió nunca en su cumpleaños fue su propia vaca, la que recibió cuando tenía cinco y todavía vivían en la granja en Carolina del Norte. Tenía demasiado miedo de acercarse a ella así que cuidarla personalmente era definitivamente inadmisible. La única vez que supo de ella fue durante una noche de domingo tres años más tarde. cuando comió un exquisito plato de filete mezclado con verduras que su papá le sirvió. Le tardó un año antes de que comiera carne de res otra vez. Ah MOO-MOO, pensó cuando frotó distraídamente su panza, su esencia vivirá dentro de mí por siempre.
“¿Qué sobre ti Al?” Sam miraba a su amiga mientras robaba una mordida del emparedado de Shane. “¿Tienes ya un regalo?” Preguntó, agitando en una mesera para que pudiera pedir su cena también.
“Yep.” Alicia contestó con aire satisfecho. “Tengo a alguien que va a hacerme una película sobre Bette. Apenas una compilación de vídeos y fotos, nada grande.” Suprimió una mueca emocionada, intentando minimizar su regalo.
Shane rodó sus ojos. Conocía esa mirada. Alicia esperaba que una de ellas le preguntara a quién había conseguido para hacer la película. La rubia quería la oportunidad de jactarse también. “Al, está bien.” Suspiró rindiéndose. “¿A quién conseguiste para hacerlo?”Preguntó . Alicia aclaró inmediatamente su gargantta feliz.
“Bijoux Celeron.” Alicia sonrió de oído a oído, tecleando sus manos feliz en la mesa. Shane y Sam sonrieron burlonas, sabiendo completamente cómo había conseguido a ese nombre conocido.
La quijada de Tina cayó abajo. “¿Celeron? ¿El Celeron?” Preguntó incrédula. Ese individuo era uno de los directores más famosos y brillantes de Hollywood ahora. No sólo podía hacer tales películas innovadoras, artísticas y osadas, las hacía rentables también. Dios, ella lo adoraba. Pero leyó en alguna parte que el individuo era un poco excéntrico e introvertido, no era muy afecto al oropel de Hollywood aparte del proceso del rodaje de películas. Asi que para que Alicia lo consiguiera a bordo en su pequeña película para Bette era seguramente un golpe grande.
“Sí. Ese.” Alicia intentó decir indiferente pero la mueca que amenazó partir su cara en dos la traicionó. “Somos amigos, tu sabes.” Agitó una mano desdeñosamente. Es decir, amigos con ventajas, se rió entre dientes internamente. Ella había salido con ese individuo brevemente el año pasado en secreto - y ésa era la razón principal por la que sus películas consiguieron financiarlas en primer lugar. Alicia era su patrón, por lo cual le estaba eternamente agradecido. Asi que ya fuera una llamada de última hora o elaborar un vídeo tonto de cumpleaños, si Alicia Pieszecki lo quería, él estaba más que queriendo hacer todo lo que le pidiera.
“Wow.” Dijo Tina asombrada. Entonces un yate, y ahora una película dirigida por un director de Hollywood, un pez gordo. ¿Qué es lo siguiente para Porter? Musitó. Incluso no tengo un regalo, con todo sé ya que el mío palidecerá en comparación con los suyos, pensó un poco desconsolada.
“Hey Shaney.” Alicia codeó a su amiga suavemente.
“¿Sí?” Shane contestó mientras pedía a la mesera un vaso de agua mineral.
“¿Qué sobre ti? ¿Qué le vas a dar a Porter para su cumpleaños?” Alicia siguió, mirando a la morena expectante. Quería saber si el regalo de Shane podría ganarle al suyo y el de Sam.
“Realmente no lo he decidido todavía.” Shane encogió los hombros. “Había previsto algo unos meses atrás. Le iba a traer a esas bailarinas de burlesques calientes y atractivas de uno de nuestros casinos en las Vegas para que le hicieran una demostración privada a Bette. Pero, tu sabes.” Señaló a Tina con sus manos y sonrió. Algo surgió y cambió mis planes, musitó.
“Oh.” Tina manejó decir mientras levantaba sus cejas con sorpresa.
Con el humor de vacilar a la rubia otra vez, Shane puso su mejor cara de póker y frotó sus manos. “Pero puesto que no vas a darle nada de tu-sabes-qué en su cumpleaños, ¿podría conseguir quizá a una de esas muchachas que bailan para Bette?” Shane preguntó esperanzadamente. “Todo solo con el ánimo de divertirnos tu sabes.” Agitó sus manos para arriba en defensa.
“¡NO!” Tina gritó violentamente, asombrandose ella misma así como las otras de su reacción refleja inesperada.“Uhh. Quiero decir, No, ningún problema en absoluto.” Regresó. Demasiado tarde, las tres miraban expectantes en ella. Oh dios, Tina gimió, aquí vamos otra vez.
“¿Yo?” Tina rió nerviosa, señalandose. “Por supuesto que no.” Agitó sus manos indiferente. Maldición, cavando mi propio sepulcro aquí adentro, pensó cuando las tres la miraron con expresiones semejantes de diversión en sus caras.
“Así pues, ¿no te importa?” Shane preguntó, inclinándose adelante en la mesa. “Será solo una danza inocente del regazo después de todo.” La hostigó.
¿Qué hay de inocente en una danza del regazo? Tina mordió detrás su comentario sarcástico. “Nope. No importa.” Sonrió firmemente, sus labios se crispaban a los lados. ¿Qué a Porter la manoseen y acaricien mujeres semidesnudas atractivas? Nope, no importa en absoluto. Gimió internamente, la imagen se tatuaba en su mente.
“¿Realmente?” Shane miraba a Tina escéptica. “¿Entonces está bien si tomo las medidas necesarias ahora?” Preguntó, sacando su teléfono celular de su bolsillo.
“Continua.” Tina se quejó, jugando con su alimento con un tenedor. Porter puede divertirse, rodó sus ojos. No me importa si ella se divierte con una o dos de esas putas perras , exhaló en voz alta. Incluso nosotras no estamos juntas, ¿por qué debo molestarme por eso? Pensó irritada. La sacudieron fuera de sus pensamientos enojados segundos más adelante cuando la voz de Shane flotó dentro de sus oídos. La morena hablaba con alguien sobre volar a algunas muchachas a LA el sábado. Probablemente hablando con su chulo, mierda. Sus oídos se avivaron aún mas en alerta cuando oyó a Shane que pedía una rubia en particular, alguien llamada Amber o algo así, diciendo cómo esa muchacha era la favorita de Bette. Tina entrecerró sus ojos y respiró pesadamente ante la audición de esas palabras. Antes de que pudiera incluso detenerse, encontró a su mano volar inmediatamente a través de la mesa y agarrar el teléfono de Shane.
“¿Quu-?” Shane miraba a Tina sorprendida cuando la rubia movió de un tirón precipitadamente su teléfono para cerrarlo. Alicia y Sam suprimieron sus risitas mientras observaban silenciosamente la forma enfurecida de Tina.
“Acabo de recordar que Porter odia las danzas del regazo.” Tina encogió los hombros y devolvió el teléfono a Shane.
“¿Desde cuando?” Shane surcó su frente mientras movía su cabeza al lado.
Desde que lo decidí hace algunos momentos, Tina replicó dentro de su mente. “Ella me lo dijo eh… la semana pasada.” Mintió a través de sus dientes.
“Está bien.” Shane sonrió, viendo a través de la fachada de Tina que intentaba ocultar sus emociones. Hombre, Porter y Kennard son tan semejantes en muchos niveles, rió internamente. “Está bien entonces,” hizo muecas mientras se colocaba nuevamente dentro de su silla. “Pensaré en otro regalo.” Frotó ligeramente su barbilla con sus dedos.
“Oh apenas consíguele una bufanda o algo.” Tina agitó su mano. Una cosa inocente, no-sexual, precisó dentro de su mente. Mejor que el regalo no venga con las piernas largas y las boobs grandes, pensó un poco irritada. Tenía que admitirlo, el pensamiento de Porter con otras mujeres la lastimaba un poco.
"Entonces.” Alicia despejó su garganta para conseguir la atención de Tina. La conversación de había desviado bastante tiempo, hora de volver al propósito principal de esa pequeña reunión. “¿Has decidido sobre cualquier cosa?” Le preguntó. La cara de Tina fue de irritada suavemente a altamente desilusionada en un micro segundo.
“Nope.” Tina sacudió su cabeza al lado. “Todavía no tengo ninguna idea de que darle.” Suspiró decepcionada. Porter es la persona más dura en gran medida para comprarle un regalo, pensó mientras frotaba su cuello en la frustración.
“Sabes.” Dijo Alicia mientras perezosa dibujaba círculos alrededor de la mesa con su dedo. “Pienso que estoy de acuerdo con Bette. En lo más profundo de tu interior creo que sabes lo que en verdad desea. Dijo lentamente mientras levantaba sus ojos para encontrar la mirada ansiosa de Tina.
“¡¿Realmente?!” Tina exclamó , visiblemente animada. “¿Tienes una idea?”
Alicia sonrió secretamente. “La tengo.” Dijo simplemente. “Solamente que no voy a decirte.” Agregó. Porter quería a Tina. No, no sexual. bien, no tanto ahora. pero la quería más en el sentido emocional. Le sorprendía absolutamente que Tina se tardara tanto en darse cuenta de ese hecho. Es tan obvio cuando se ve cómo Bette mira a Kennard. Había este anhelo tácito en sus ojos. Apenas una declaración o una afirmación simple de los sentimientos de Tina por ella habría sido un gran regalo para Bette.
“¿Porqué?” Tina gimoteó como una niña. ¿Por qué no pueden apenas ayudarme y hacer mi vida más fácil? Se lamentó.
“Porque quitará la diversión de descubrirlo tu misma.” Alicia encogió los hombros, Kennard necesitaba imaginar esto ella misma. Shane y Sam la miraron al mismo tiempo con expresiones extrañas en sus caras. “¿Qué?” Preguntó, mirando a las dos con las cejas levantadas.
“No puedo creerlo.” Shane susurró en temor.
“Yo igual.” Sam movió su cabeza lentamente.
“¡¿Qué?!” Alicia preguntó de nuevo, un poco más ruidosamente esta vez.
“Alicia Pieszecki realmente está refrenando voluntariamente la información.” Sam jadeó mientras cubría su boca en sorpresa falsa.
Shane se inclinó más cerca a su molesta amiga y levantó su mano para sentir la temperatura de la rubia. “¿Estás enferma?” preguntó, refrenando su risa.
“¡Oh vayanse a la mierda!” Alicia rodó sus ojos y golpeó con fuerza las manos de Shane lejos. “Puedo ser misteriosa y secreta cuando quiero.” Replicó, ganando una nueva ronda de risas frescas de sus amigas.
Después de algunos minutos más de tomadura de pelo hacia adelante y hacia atrás, de risas y sparring verbal, los sonidos murieron cuando la atención de Shane y Alicia se concentró en una pelirroja caliente recién llegada que entraba al café.
“Tina.” Sam se inclinó adentro y susurró mientras sus amigas se mantenían ocupadas devorando a la nueva muchacha.
“¿Sí?” Tina emparejó la postura de la morena y se movió más cerca. Su gran proximidad no tenía de ninguna manera el mismo efecto en ella que antes. Debí hacer un gran progreso al continuar adelante, se felicitó mentalmente.
“No te intimides con los regalos costosos,” Sam susurró en el oído de Tina. “Dale algo simple. Estoy positivamente segura que lo que tu le darás será lo que Bette más aprecie. Indicó que lo que sabía era la verdad absoluta. Tina podría darle a su mejor amiga un panecillo comido a la mitad para su cumpleaños y Bette todavía lo vería como la cosa más preciosa que hubiera recibido nunca en su vida entera.
“Gracias.” Tina sonrió genuinamente, susurrando detrás. “¿Alguna sugerencia?” Siguió, esperando que Sam estuviera un poco más dispuesta a compartir algunas ideas que Alicia.
Sam se quedó en silencio por un minuto antes de que diera su respuesta a la rubia. “Bette tiene un diente dulce.” Guiñó antes de alejarse. “Espero que te ayude.”
Tina suspiró relajada, finalmente. un consejo con el que podría trabajar. “Gracias Sam.” Dijo, golpeando ligeramente en el hombro de la morena e inclinándose detrás contra su silla. Diente dulce, ¿huh? Tina entrecerró sus ojos mientras los dientes comenzaron a dar vuelta dentro de su cabeza. Creo que sé que hacer, pensó emocionada mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios.
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Miércoles por la noche. Residencia Porter.
“…costillas de cordero, espárragos, ziti milanés y pollo picante con salchichas con aceitunas y alcaparras. Esos platos constituyen el segundo plato y.”
“Espera.” Bette levantó una mano y silenció a Louis, el individuo a cargo de organizar todo el alimento en su fiesta. “Agrega las hamburguesas al segundo plato.” Ordenó mientras cruzaba sus piernas. Louis y sus dos ayudantes levantaron una ceja ante la petición extraña de su joven jefe.
“¿Hamburguesas.?” Louis repitió reservado, mirando a Bette nervioso. ¿Escuché bien? se preguntó mientras cambiaba de puesto incómodo en su silla.
“Sí. Hamburguesas.” Bette rodó sus ojos en la molestia. ¿Dios, es sordo o algo?
“Pero, pero.” Louis balbuceó, mirando fijamente abajo el menú de la fiesta en sus manos. “No combinarán con todos los platillos que estamos sirviendo.” Masculló ansiosamente.
Bette entrecerró sus ojos mientras miraba fijamente al pobre hombre abajo. “Quiero las hamburguesas.” Dijo a través de sus quijadas apretadas. “¿Tienes algun problema con eso?” Desafió al individuo, levantando una ceja arrogante.
“No. Absolutamente ninguno Srta. Porter, no hay problema.” Louie tragó saliva.
“Bueno.” Bette bostezó. Ella no era realmente una fanática de esas hamburguesas grasientas, sino que puesto que cierta rubia estaba absolutamente encariñada con ellas, tenía que asegurarse personalmente de que fueran servidas en su fiesta junto con sus comidas preferidas. Kennard estará muy sorprendida, sonrió para si, sabe que aborrezco ésos desperdicios de cebadura tanto como ella los ama.
“U . después, tenemos el menú del postre.” Louis tragó difícilmente mientras sacaba el papel color rosa dentro de su carpeta. Los rumores eran verdaderos, pensó, Bette Podía asustar realmente la vida fuera de ti. “Entre las opciones estan.” Comenzó antes de que Bette lo cortara de nuevo agitando su mano.
“Conozco ya el menú del postre. Eso fue lo primero que revisé hace un rato.” Bette bostezó cuando el aburrimiento comenzaba a filtrase en su interior. Hombre, quería acabar con todos esos preparativos de la fiesta ya, así podría llamar a Kennard a su casa y apenas charlar. “¿Puedes llamar a James y decirle que quiero oír hablar de los planes de entretenimiento?” Movió su cabeza hacia las puertas dobles en el lado lejano del cuarto. Frunció el ceño cuando los tres la miraron de vuelta en blanco. “Ahora.” Gruñó, haciendo que los tres saltaran para arriba de su lugar en el sofá y se apresuraran a salir del cuarto.
“Maldición.” Bette suspiró mientras cerraba los ojos y se inclinaba detrás contra el sofá. Todo esto de hablar del alimento, esquemas de color, tiendas y cosas desgastaba su energía. Menos de un minuto más adelante, un golpe suave fue oído de la puerta. “Entra.” Gritó fuerte.
“¿Me llamó Srta. Bette?” James, su ayudante digno de confianza, miró a escondidas dentro del cuarto. Entró cuando vio la onda de la mano de Bette indicarndole que se acercara.
“Dame el progama de los artistas planeados para la fiesta.” Bette pidió a medida que continuaba cerrando los ojos y reclinándose detrás contra el sofá.
“Realmente, le tengo una pequeña mala noticia.” James frotó la parte posterior de su cuello, mirando temeroso a Bette. Se va enojar, pensó mientras se preparaba para la reacción violenta que sabía que sus palabras siguientes traerían. “El encargado de Coldplay llamó, dijo que tres de los miembros se intoxicaron con unos alimentos mientras estaban de gira. Asi que no podrán tocar en la fiesta.”
“¡¡¿Qué?!!” Bette gritó mientras sus ojos volaban abiertos. “Mierda, tienes que estar bromeando” Dijo incrédula. Ésa era la única banda que pidió. Ellos fueron los primeros participantes potenciales que discutieron para su cumpleaños con James y sus amigas, ella dejó claro que lo único que quería ver era Coldplay. El resto de los participantes fueron dejados para que Alicia y las muchachas decidieran. Grande, frotó su cara molesta, esto es apenas grande. “¿Entonces quiénes son los que confirmaron?” Preguntó, ella no sabía quiénes habían elegido sus amigas. Mejor que hayan escogido algo bueno, suspiró internamente.
"Paul van Dyk hará un show de dos horas.” Dijo James , mirando su PDA.
“¿Dique?” Bette surcó su frente en la confusión.
“Paul van Dyk. DJ.” Dijo James en voz baja.
“Oh.” Bette movió su cabeza, recordando apenas quién era el individuo. Probablemente la opción de Alicia, musitó. Su amiga tenía una inclinación por la gente que tenía nombres pegadizos. “¿Quiénes otros?”
“U .” James miraba a Bette nervioso mientras leía las palabras en sus notas electrónicas. “El show de High School Musical .” Dijo en una pequeña voz.
Bette soltó rápidamente el aire. “¡¿El show de High School Musical?!” Repitió, totalmente horrorizada. “¡Samantha!” Sacudió sus puños en cólera. Mierda santa, iba a apretar el cuello de su mejor amiga. “Borra eso del programa.” Dijo a través de los dientes cerrados fuertemente. James tachó rápidamente a la banda de la lista. “Después.” Bette respiró mientras frotaba sus sienes.
“The Pussycat Dolls.” James miró a Bette con una pequeña sonrisa en su cara. Él sabía que el lado hormonal de su jefa quería eso. ¿Quién no? Un manojo de muchachas que cantan y giran sus cuerpos con ropa escasa harían una divertida demostración. ¿A quién le importaba si solamente una muchacha hiciera todo el canto?
“¿Shane?” Bette levantó una ceja. James meneó su cabeza afirmando. “Bien. Se quedan.” Sonrió con una pequeña mueca torpe. Bien vieja Shane, eres confiable , pensó. Sabes definitivamente entretener, frotó sus manos emocionada. Por lo menos su fiesta no iba a ser aburrida. “¿Asi que fue ella?” Preguntó a su ayudante.
“Sí.” James cabeceó, poniendo de nuevo su PDA dentro de su bolsillo. Arrugó su cara un poco mientras recordaba una llamada que recibió hace algunas horas. “Oh. París llamó.”
“Oh dios. ¿Qué dijo?”
“Preguntaba si podría cantar algunas de sus canciones para usted también.”
“…”
“¿Srta. Bette?”
“Mierda. No.”
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Jueves por la mañana. Academia de Redwind.
“Kennard.”
“¿Sí?”
“¿Porqué esa muchacha torpe del café te mira de esa manera?”
“¿Dana?”
“¿Es solo porque es tu amiga? Dile que pare o voy a sacarle los ojos yo misma.”
“No seas mala.”
“No lo soy. Ella es la persona que está siendo grosera. ¿No sabe que es malo mirar fijamente a la gente?”
“Ella no está mirando fijamente… solo… mira… en nuestra dirección, cada… pocos segundos.”
“…”
“Sí. Creo que está mirándonos un poco fijamente.”
“Te lo dije.”
“Sin embargo me pregunto porqué. Realmente no hablamos más.”
“¿Porqué no?”
“Es una historia larga.”
“Dime lo esencial.”
“Ella me dio la espalda cuando fui marcada con etiqueta roja.”
“Oh. Entonces es una cabrona.”
“Asi como tu.”
“Sí, solamente que eso era antes. Me disculpé ¿no es verdad? ¿Lo hizo ella?”
“Nope. Pero no quiero hablar de eso. Ahora está en el pasado.”
“Mierda, todavía está mirando de esa manera.”
“Oh por favor Porter, nuestras compañeras de clase te miran todo el tiempo. ¿Y hasta ahora te está molestando llamar la atención?”
“Me importaría menos si me miraran fijamente a mí todo el dia. No creo que lo hayas notado pero esa muchacha te ha estado mirando a ti, no a mi.”
“¿Y?”
“No me gusta eso.”
“Estás bromeando, ¿estás celosa?”
“Sí.”
“¿De Dana??”
“Sí. Y si no para de mirarte pronto voy a decirle un poco de lo que pienso.”
“Tu no. No hablas en serio ¿verdad?”
“Claro que si. Mira esto.” … “Hey tu cabr… mmmfffhhhh.”
“Callate Porter.”
“Mmmffhhh.”
“Voy a quitar mi mano de tu boca si prometes comportarte. ¿Lo oiste?”
Cabeceó.
“¿Lo prometes?”
Cabeceó. Cabeceó.
“¿Cruzas tu corazón?”
Cabeceó. Cabeceó. Cabeceó.
“¿Esperanza de morir?”
Sacudida de cabeza.
“.Entonces no quitaré mi mano.”
Mordedura.
“Owwwww! Qué mie--”
“Phew.”
“¿Porqué coños hiciste eso?”
“¡Me estaba ahogando! Tu mano olía como a Cheetos.”
“¡Calla! Sabes que comí algunos en el receso.”
“¿Y no te lavaste las manos después?”
“Nope.”
“¿Porqué no?”
“Me lamí los dedos para limpiarlos.”
“…”
“¿Qué?”
“Cubre mi boca con tu mano otra vez.”
“¡Oh mierda Porter ! Eres una pervertida.”
“¿A dónde vas?”
“Al lavabo. Voy a fregar cada dedo con el jabón hasta que den vuelta a blancos.”
“¿Necesitas ayuda ?”
“No.”
“¿Puedo mirar?”
“Infierno No.”
“Joder.”
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Jueves por la noche. Apartamento de Kennard.
“¡Wow! Algo huele.” Ken Kennard olió alrededor mientras entraba en la cocina. “..quemado.” Acabó mientras arrugaba su cara y pellizcaba la punta de su nariz.
Tina gimoteó mientras miraba fijamente a su papá en medio del lío dentro de la cocina normalmente limpia. Había acabado hasta el último de sus ingredientes, ahora tenía cuatro bandejas de galletas quemadas. Sus labios temblaron mientras miraba las evidencias de su falta de pericia dispersa por todo el pequeño espacio.
“¿Qué son ésas?” Ken señaló a la bandeja en el suelo que su hija ponía en la mesa. “¿Galletas de chocolate?” preguntó, haciendo a Tina retroceder y mirar hacia arriba un poco más.
“Son galletas de azúcar.” Tina susurró débil mientras luchaba contra el desencanto. Estaba esclavizada prácticamente a esas galletas, se lastimó su brazo intentando conseguir el punto exacto e incluso pasó horas moldeando las formas. Pero algo estaba incorrecto con su viejo horno, cada horneada terminaba quemándose más que la anterior.
“¿Galletas de azúcar?” Ken rascó su cabeza y frunció el ceño. “Nunca habría adivinado.” Dijo reservado mientras caminaba hacia Tina y examinó la primera bandeja de galletas cerca. ¿No son las galletas de azúcar supuestamente ligeras de color? Hombre, estas galletas son marrones tirándole a negras, pensó. “¿Son para mí?” Preguntó temeroso mientras levantaba lentamente un pedazo a su nariz y lo olió. Querido dios, rogó silenciosamente, espero que estas galletas tengan mejor sabor de lo que huelen. Convocando bastante valor, trajo la galleta a sus labios y cautelosamente mordiscó en un pequeño pedazo. Muchacho, realmente lamentó hacer eso. “Gaaaah.” Gimió mientras sacaba la lengua y comenzaba a toser.
“¿Es tan malo?” Tina hizo muecas cuando su papá pasó al fregadero y comenzó a escupir los restos de la galleta dentro de su boca.
“Cariño.” Dijo Ken después de aclarar su boca con agua. “Sabes que haría cualquier cosa para hacerte feliz. Coño, haría alegre algunos sacrificios por ti.” Hizo frente a su hija y puso su mano en su pecho de una manera dramática. “Pero apenas como todo en este mundo, hay un límite a estos sacrificios.” Caminó encima a Tina y puso suavemente sus manos en sus hombros. “Lo lamento cariño, pero tus galletas son uno de ellos.” Suspiró mientras abrazaba a su hija. “Sin embargo todavía te amo.” Rió un poco. Tina lo empujó lejos molesta.
“Éstas no son para ti papá.” Tina rodó sus ojos.
“¡Gracias a dios!” Ken suspiró aliviado, haciendo una danza feliz dentro de su cabeza. Agitó inmediatamente sus manos delante de él cuando vio la mirada asesina en la cara de su hija. “¡Estoy bromeando!” Mintió. Él señaló en las galletas de nuevo. “Entonces. uhm. ¿quién es el afortunado?” Él tosió. Quienquiera que sea el o ella, esa persona puede ser que necesite conseguir un lavado de estómago después de comer estas galletas, hizo muecas.
“Son para Por. Quiero decir , Bette.” Dijo Tina avergonzada mientras limpiaba su cara manchada de harina con el dorso de su mano. “Es su cumpleaños el sábado. Planeaba darle las galletas hechas en casa.” Ella habría podido hacerlas mañana, un día antes del cumpleaños de Bette, pero trabajaba en el planeta así que optó por cocerlas al horno ahora.
“Más bién planeabas darle cáncer.” Ken rió mientras movía de un tirón una de las galletas y señalaba en su parte trasera. Estaban así de negras y muy quemadas. “Éstas son galletas carcinógenas.” Sacudió su cabeza al lado. Pobre Bette, pensó sintiéndolo mucho por la amiga de su hija. Ella era una muchacha agradable también, suspiró.
Tina gimió. “No tengo bastante tiempo ni dinero para conseguirle un nuevo regalo.” Frotó su cara con sus manos en la frustración. Había utilizado lo poco que le quedaba de su dinero para comprar los ingredientes. Más, había dado ya el dinero que había ganado de su trabajo por horas a su papá para ayudarle con las cuentas.
Ken frotó su barbilla pensativo. Si solamente tuviera un poco de dinero ahorrado, estaría más que feliz de darle alguno a Tina para comprarle a Bette un regalo decente. Pero puesto que no lo tenía, debía de pensar en una manera de salvar la creación monstruosa de su hija. “Hey.” Dijo mientras entrecerraba sus ojos en los diversos tazones en la mesa.
“¿Qué papá?” Tina preguntó mientras movía su mano a través de su pelo.
“¡Disfraza el mal sabor y el color negro con escarcha!” Ken exclamó un poco emocionado. “Porciones y porciones de escarcha.” Agregó con un cabeceo. Dos pájaros con una piedra, emitió orgulloso de su propia inteligencia. Por lo menos las galletas se mirarían un poco presentables y sabrosas para la pobre Bette.
Tina surcó su frente mientras miraba fijamente los diversos colores de escarcha en la mesa. “Sí.” Movió lentamente su cabeza en el acuerdo. “Trabajaría.” Susurró para si mientras comenzaba a hacer preparaciones. Por favor que salga bien, rogó silenciosamente, no puedo permitirme echarlo a perder mas.
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A las cinco de la mañana, un iPhone cambió de modo stand-by mientras el tema de la película de misión imposible emanaba de sus minúsculos altavoces incorporados. Tocaba suavemente al principio, pero aumentaba gradualmente de volumen hasta que fue lo suficientemente fuerte para despertar a una Alicia que roncaba en un sueño profundo. “Qué coños.” Masculló soñolienta mientras alcanzaba la fuente del sonido que ofendía mientras sus ojos seguían cerrados. Después de algunos segundos de buscar su teléfono en la mesa de noche, finalmente lo localizó y lo trajo a sus oídos.
“¡¿Sí?!” Alicia gritó airadamente, incapaz de ocultar su molestia por ser despertada de su sueño. Ella tenía un sueño real-realmente agradable que sabría sería difícil volver a tener. “Mierda mejor que sea importante.” Se quejó a su llamador desconocido.
“El diablo está en camino a la ciudad de los ángeles.” Una voz baja en el otro extremo de la línea contestó secretamente.
“¡¿Qué?!” Alicia gritó mientras se incorporaba en la cama. ¿Ya? Pero es apenas jueves, lo esperábamos el viernes, echó un vistazo en su despertador mientras frotaba el sueño de sus ojos. “¿Estás segura?” Preguntó mientras movía una mano a través de su pelo sucio.
“Los operarios que trabajaban en la costa este han enviado un mensaje diciendo que el blanco fue visto montando su jet privado en camino a L.A. hace aproximadamente una hora y veinte minutos.”
“Entonces él está volviendo a casa después de todo.” Alicia entrecerró sus ojos. “Sabes lo que significa esto.” Dijo mientras frotaba ligeramente su barbilla con sus dedos.
“Sí.” El llamador soltó un respiro. “La operación proteger a la Reyna y sus joyas de la corona ahora ha comenzado oficialmente. Tu sabes qué hacer, querida catadora de felpudos, pájaro grande. Comienza los preparativos para iniciar la fase uno del plan de defensa.”
“¡Lista para la acción!” Alicia levantó su mano izquierda a su frente e hizo un saludo. “Pasaré el mensaje a sueño húmedo caliente inmediatamente , .”
“Bueno. Mientras estás en eso, recuerda la reunión secretísima en el cuarto de guerra mañana por la mañana.”
“¡Si Sir si sir! ¿Hay algo más?”
“Sí. uhm. ¿hey Al.?”
“¿Sí Sh. Quiero decir sexo en las piernas ?”
“Podemos cambiarnos nuestros nombres de código?”
“¿Huh? ¿Porqué?”
“Están haciendo que mi piel se enchine. Y bien, son un bocado también.”
“Oh. Si entiendo. No suena huh demasiado secreto-eso-huh?”
“No, no lo es absolutamente. Y no creo que nuestros hombres nos tomarán seriamente con esos nombres. Demonios, incluso yo no puedo.”
“Está bien. Entonces pensaré en unos nuevos. Más como James Bond, menos como Austin Powers.”
“Grande.”
“H .”
“¿Qué?”
“¿Qué tal el agente 69 para ti y el agente O-rgasmo doble para mí?”
“…”
“¿No te gusta eso, huh?”
“Intenta otra vez, Alicia.”
“Ooo. ¡Acabo de pensar en algo!”
“¿Qué?”
“Sé un nombre perfecto para nuestro pequeño equipo con Sam.”
“Oh, dios. Tengo miedo de preguntar.”
“ASS (asno).”
“¿Qué? ¡Bien tu eres un asno también!”
“No, estúpida. ASS. ¿Lo entiendes? Alicia, Shane y Sam. ASS. Lista, ¿huh?”
“¿Sabes que? Ya voy a colgar.”
“¿Qué? Vamos. Estoy en un dilema aquí.”
“No olvides llamar a Sam. Al. Bye”
“¡Hey! ¿Shane? ¿Shane???. ¡Aww coñ o!”
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Viernes por la mañana. Residencia Porter.
Los pasos apresurados se repitieron a través de los pisos de madera oscuros mientras una mujer cerca de los 50 caminaba alrededor del laberinto que era la segunda planta de la enorme mansión. Jadeó pesadamente cuando dobló las esquinas, yendo tan rápidamente como sus pequeñas piernas temblorosas se lo permitían. Tardó un momento para coger su respiración tan pronto como alcanzara su destino previsto. Levantó un puño y estaba a punto de golpear en la puerta gruesa cuando repentinamente se abrió.
“Oh.” Bette exclamó sorprendida cuando casi se topó con la mujer mayor a la salida de su dormitorio. “Hey Sonja.” Saludó a su vieja camarera mientras se hacía a un lado y se alejaba de la mujer. Antes de que pudiera continuar, sintió una mano agarrarla suavemente de su brazo para mantenerla en su lugar. “¿Qué?” Miró a Sonja confundida.
“Necesito decirle algo.” Sonja se notaba levemente preeocupada pues se sacudía suavemente.
“¿Puede esperar?” Bette frunció el ceño un poco. Ella salía de la casa temprano así podría recoger a Tina en su apartamento. Cualquier cosa que Sonja le quisiera decir podía esperar, pensó, llegar con Kennard a tiempo era más importante. Comenzó a caminar de nuevo, arrastrando a la mujer mayor con ella mientras caminaba a lo largo del pasillo.
“Pero, pero Srta. Bette.” Sonja intentó razonar con su joven ama. Desafortunadamente sin embargo, sus súplicas aterrizaron en los oídos sordos cuando se encontró que era llevada a la magnífica escalera. Finalmente soltó el brazo de Bette mientras miraba a la muchacha bajar de las escaleras. , Intenté advertirla, suspiró bien. Dio vuelta alrededor y se congeló inmediatamente ante la vista. Uh-oh, pensó. Arqueó respetuosa su cabeza al hombre y caminó rápidamente en dirección opuesta.
“¿Yéndose temprano para la escuela?” Una voz resonó en la cabeza de Bette , cada vez más fuerte y casi haciéndola perder el equilibrio cuando bajaba las escaleras. “Y pensé que bromeaban cuando me dijeron como te comportabas últimamente.”
“Mierda.” Bette maldijo bajo su respiración mientras agarraba el pasamanos firmemente en un esfuerzo por estabilizarse. Cuando se recuperó, miró lentamente para arriba y vio la figura colocarse en la cima de las escaleras. Oh no, tragó difícilmente mientras sus ojos admitieron la vista amenazadora del hombre de mirada familiar que sonreía en ella desde arriba. “¿Q-qué estás haciendo aquí?” Su voz se sacudió mientras el nerviosismo comenzó a filtrarse dentro de sus poros. Esto era probablemente sobre lo que intentaba advertirla Sonja.
El hombre dejó salir una risa divertida mientras cruzaba sus brazos en su pecho. “En caso de que lo hayas olvidado,” dijo mientras indicaba alrededor del cuarto con sus ojos. “Ésta es mi casa.” Acabó con una mueca arrogante. “Y realmente, ¿así es la manera como saludas a tu padre Elizabeth?” Sacudió su cabeza al lado a manera de reprensión.
“No. Lo siento.” Bette arqueó su cabeza mientras subía nuevamente las escaleras. “Papá bienvenido a casa.” Dijo en una pequeña voz mientras se colocaba delante de Melvin Porter. Aunque no se hubieran visto en meses, sería absurdo esperar ver los abrazos o los besos intercambiados por este par de padre-hija. Nope, la cosa más cercana al afecto que Bette había recibido esa mañana fue una pequeña palmadita en la cabeza. Realmente nada diferente de un hombre acariciando a su perro.
“Entonces te puedes ir,” Melvin cabeceó hacia las escaleras. “Hablaremos más adelante.” Dijo cuando dio vuelta alrededor y comenzó a irse en la dirección de su cuarto de estudio. “Sé que tienes a alguien esperandote.” Dijo con conocimiento mientras daba vuelta a su cabeza levemente al lado y miraba a su hija. Se rió a medida que continuó caminando.
Bette se colocaba con los ojos abiertos en choque mientras miraba la figura de su padre alejarse. “Mierda santa.” Exhaló sin aliento. ¡Él sabe! Ese pequeño comentario de despedida fue dicho en voz alta por una razón. Sabía que él quería que ella supiera que estaba consciente de lo que había hecho últimamente. Oh dios, gimió mientras sentía el ardor de su estómago. Lentamente, reaccionó y bajó las escaleras de nuevo.
“James.” Susurró mientras llegaba a la planta baja. Su ayudante la había estado esperando en la parte inferior de las escaleras.
“¿Sí Srta. Bette?” James preguntó un poco preocupado mientras observaba la cara pálida de su jefa.
Bette tragó difícilmente mientras sus ojos seguían pegados al piso. “Necesito que hagas algo para mí.”
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Viernes. Academia de Redwind. Hora del receso.
“¡Hey! ¿Tu eres Dana Fairbanks?”
“Y-yeah.”
“Entonces, creo que sabes quién soy.”
“Y-yes, por supuesto.”
“Bueno.”
“Yo. ¿Necesita algo de mí. Srta. Pieszecki.?”
“Soy Alicia. Y sí. Necesito que me hagas un favor.”
Sam se inclinó contra una pared mientras observaba a su amiga en la distancia. Entrecerró sus ojos mientras presionaba el dos y levantó su teléfono celular a su oído. Hizo muecas cuando la persona contestó después de cuatro timbrazos. “La fase uno del plan de defensa ahora se ha iniciado.” Dijo reservada antes de cerrar rápidamente su teléfono de un tirón y caminar cautelosamente lejos. No sabrás qué te golpeó tío Lucas, rió silenciosamente para si.
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Tina dejó escapar un suspiro de frustración mientras Bette entraba en la sala de clase. “¿Porqué tardaste tanto?” Preguntó un poco irritada. La morena le había pedido hace más de veinte minutos que se encontraran dentro de su sala de clase después de que comieran juntas dentro de la cafetería en el receso. Bette se disculpó pidiéndole un poco de tiempo, diciéndole algo sobre recoger un paquete importante en la entrada de la escuela.
“Siento haberme tardado.” Bette se disculpó mientras caminaba hacia la rubia y se sentó en su silla. “Para ti.” Dijo mientras colocaba una caja en el escritorio de Tina.
“¿Qué es eso?” Tina miró a la morena confundida.
“Es un teléfono celular.” Dijo Bette simplemente.
Tina surcó su frente mientras abría la caja y sacaba el teléfono celular de dentro. Levantó una ceja mientras examinaba el teléfono en sus manos. Estaba lleno de diamantes, porciones y porciones de mini diamantes. Presionó un botón y la pantalla se encendió inmediatamente. Sus ojos casi salían de sus órbitas mientras leía las palabras en la pequeña pantalla. “GoldVish Le millón”. Miró a Bette con una mirada incrédula en su cara. “¿El GoldVish Le millón?”
“Sí. “Bette encogió los hombros. “Creo que eso es lo que dice ahí.” Señaló a las palabras en la pantalla del celular.
“¿El teléfono más costoso del mundo?” Tina preguntó incrédula.
“¿Lo es?” Bette preguntó, no sabía realmente. Solo le pidió a James esa mañana que le consiguiera el mejor teléfono que el dinero pudiera comprar. No se imaginó que su ayudante tomaría las palabras muy literalmente y le consiguiera el más costoso del mercado. Grande, ahora Kennard pensará probablemente que trato de comprar su amor otra vez, suspiró internamente.
“Leí que esto cuesta alrededor de un millón de euros.” Tina entrecerró sus ojos mientras hacía las matemáticas dentro de su cabeza. “En dólares está áspero.”
“Millón y cuatro.” Bette acabó mientras convertía las figuras dentro de su cabeza a la velocidad del rayo. Un millón cuatrocientos dólares, no quiso decirle a Tina el hecho de que esa cantidad era apenas cambio para ella. Pero tenía que admitirlo, era una cantidad absurda para un teléfono tonto, incluso si estaba cubierto en joyas y diamantes. Oh bien, encogió los hombros, bajo las circunstancias actuales no tenían tiempo para andar de criticonas.
“Ésto es demasiado Porter.” Tina sacudió su cabeza al lado mientras miraba fijamente el estupendo adminículo costoso. “No puedo aceptar realmente esto.” Dijo mientras intentaba entregar el teléfono a Bette. ¡Maldición!, ella podría alimentar un pequeño país con ese teléfono. Los seres humanos y sus prioridades superficiales, suspiró internamente.
“Mira.” Bette golpeó con fuerza suavemente la mano de Tina lejos mientras rechazaba aceptar que le devolviera el regalo. “Sé que este teléfono es impráctico,” exhaló. “Prometo conseguirte uno nuevo, más económico en algunas semanas.” Dijo lentamente cuando cerraba las manos de Tina en el teléfono. “Pero es muy importante que tengas ahora un teléfono. Necesitas esta cosa más de lo que te imaginas.” Dijo con toda seriedad.
“¿Qué? ¿Porqué?” Tina surcó su frente en la confusión. Algo en el tono de la morena la asustó un poco.
“Necesito que utilices esto para llamarme cuando pase algo.” Bette tragó difícilmente.
“¿Huh?” El nerviosismo de Tina aumentó con esas palabras.
Bette mordió su labio más bajo antes de continuar. “Si notas cualquier cosa extraña alrededor de ti, gente que te sigue alrededor, extraños que hablan repentinamente contigo, gente que aparece en tu umbral y otras cosas sospechosas que sucedan, llamame cuanto antes. Soy el número uno en tu dial de velocidad.” Dijo mientras señalaba al teléfono.
“¿Qué pasa Porter?” Tina susurró un poco asustada.
“Necesito hacer algunas llamadas ¿bien?” Bette exhaló profundamente antes de levantarse de su asiento. Mordió su labio más bajo mientras veía la cara intrigada de Tina. “Mi papá está de regreso en la ciudad.” Dijo siniestramente. Sus palabras quedaron suspendidas en el aire cuando salió de la sala de clase, dejando a una Tina estupefacta en su estela.
Tina puso su mano en su estómago cuando sintió náuseas de pronto. Extraño, pensó, ¿porqué era que se sentía ansiosa? Melvin Porter no podía ser tan malo ¿correcto?
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO VEINTISIETE: Fase uno
Viernes por la noche. Hollywood del oeste, CA.
“..53. 54. 55. 56. 57.”
Para. Da vuelta a la izquierda y camina diez pasos adelante.
“1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10.”
Mira abajo en tus pies.
“¿H ?”
Hay una pequeña caja algunas pulgadas de tu pie derecho.
“¿Caja? Oh, allí.”
Dobla lentamente hacia abajo y finge atar tus cordones. Intenta silbar una melodía, así les parecerá menos sospechoso.
“…”
“…”
“…”
“..shit. No sé silbar.”
No importa. Solo levanta la caja rápidamente y agarra el encendedor oculto debajo.
“Encendedor, es ligero. ¡aha!”
¿Lo lograste?
“Yep.”
Grande. Ocultalo dentro de tu bolsillo y levantate.
“Hecho.”
Ahora, sosten los brazos sobre tu cabeza y gira alrededor.
“¿Giro?”
Sí, gira. Como una bailarina. Hazlo nueve veces. Comienza ahora.
“1. 2. 3. 4. mierda. Me estoy mareando. 5. 6. 7. 8. y 9.”
¿Terminaste?
“Ugh.”
Así pues, ¿cómo estás?
“Mi cabeza.”
¿Sientes como da vueltas y mas vueltas?
“Sí.”
¿Sabes que acabo de tomarte el pelo allí correcto?
“Mierda.”
Yep, lo era. ¿Te sientes un poco estúpida?
“Uh-huh.”
No puedes culparme ya. De todas formas, de nuevo al negocio ahora. Muevete y camina treinta pasos adelante.
“1. 2. 3. 4. 5.” ........................... “..26. 27. 28. 29. 30.”
Bueno. Si seguiste todo correctamente hasta este punto, verás una puerta roja a tu derecha. Si no ves una, entonces eres una idiota que no puede contar y seguir instrucciones simples. Entonces regresa sobre tus pasos y vuelve a donde comenzaste. Ahora en caso de que puedas ver la puerta roja, quiere decir que lo has hecho definitivamente muy bien. Golpearás en la puerta cuatro veces y darás la frase secreta, pero antes de que hagas eso, saca el encendedor y quema este papel ahora.
Dana Fairbanks levantó la vista del trozo de papel en sus manos y observó la puerta roja a su lado derecho. Gracias a dios, suspiró aliviada. Satisfecha de que no se hubiera perdido, finalmente aprovechó la ocasión de estudiar sus alrededores. No había notado realmente adonde sus pies, y las instrucciones en el trozo de papel, la habían llevado. “Oh hombre.” Tragó saliva nerviosa cuando se encontró parada solitariamente en un callejón oscuro y espeluznante en alguna parte en el corazón de Hollywood del oeste.
“Encendedor, encendedor.” Masculló mientras husmeaba dentro del bolsillo de su capa en busca del objeto evasivo. “Maldito.” Maldijo irritada, tuvo que usar la capa con los bolsillos profundos esa noche. Bien, tuvo que conformarse con esa puesto que era la capa que se miraba-más-secreta que tenía dentro de su armario. Algunos momentos más adelante, pescó el encendedor de plata y movió de un tirón la tapa para abrirlo con su pulgar. La llama minúscula chispeó automáticamente. Encendió rápidamente el pequeño trozo de papel y lo lanzó en la tierra mientras se quemaba y daba vuelta rápidamente a cenizas. “Hecho.” Cabeceó una vez, evidencia destruida con éxito.
Admitió una cantidad sana de aire cuando se enderezó y caminó los pocos pasos hacia la puerta roja. Aquí voy, tragó saliva temerosa mientras levantaba su puño y lo apuntó a la puerta de madera. “Uno. dos. tres. cuatro.” Contó para si mientras golpeaba. Contuvo su respiración y esperó una respuesta de alguien en el otro lado. Algunos segundos más adelante, oyó el sonido de una garganta que era despejada.
“¿Cuándo pasará esta noche tenebrosa?“La persona en el otro lado preguntó en una voz baja, secreta.
“Cuando Shane, que no tiene ninguna vergüenza, deje de ser tan mañosa.” Dana recitó con confianza la frase secreta que había memorizado cuidadosamente.
Un respiro agudo fue oído del interior seguido por los sonidos sordos de alguien que maldecía apasionado. “U . ¿Hola?” Dana golpeó de nuevo. Ella dijo la frase correcta del código, ¿correcto? Eso era lo que Alicia le dijo en las instrucciones. Espera, otra vez ¿cómo de supone que se llamaría ella? Estaba segura que era algo lascivo. Oh. sí. O-rgasmo doble. Dana rodó sus ojos y rió silenciosamente.
“¿Qué coño Alicia?!”
Dana frunció el ceño cuando oyó una voz airada gritar desde adentro. Se inclinó más cerca y presionó su oído a la puerta, su frente se frunció en la concentración mientras comenzaba a escuchar detras de la puerta.
“¿Qué?” Oyó que otra persona con una voz aguda contestaba. “Necesitaba algo que rimara con el código.”
“¡¿Sí?! Bien qué te parece babosa, ¡eres una babosa!”
“Pfft. Eso es todo lo que tienes?” La otra se burló.
“¡Ya es suficiente!” Otra más intervino. “¿Pueden ambas callarse por favor?” La persona gritó en las dos personas que peleaban adentro. “Todavía tenemos trabajo que hacer.” Los ojos de Dana crecieron grandes cuando oyó el sonido inequívoco de los pasos que se acercaban . ¡alguien caminaba hacia la puerta! Estaba a punto de enderezarse cuando la puerta se abrió repentinamente. “¡Ahh!” Gimió miestras clavaba su cara en el piso. Miró lentamente para arriba y vio a tres muchachas mirándola extrañadas. “Uh. ¿hola?” Saludó avergonzada, su cara quemaba de la verguenza.
“Todavía tan torpe como siempre, veo.” Alicia sacudió su cabeza al lado, una mueca divertida tiraba en sus labios. La morena dio vuelta a una cortina más profunda del rojo y cuidadosamente frotó su cuello. “Aquí.” Alicia amplió una mano y ayudó a la muchacha a pararse. “Chicas.” Señaló a sus amigas al lado de ella. “Creo que no les he presentado formalmente a nuestra huésped.” Movió su cabeza hacia Dana. “Shane y Sam, les presento a Dana Fairbanks. La muchacha que comenzó la gran guerra Kennard-Porter con una taza de café.” Hizo las presentaciones necesarias mientras las muchachas se estudiaban unas a otras discretamente. Shane y Sam miraron a una Dana incómoda por algunos momentos antes de ampliar una mano a la morena. Después de que los saludos rutinarios fueran intercambiados, Shane tomó la batuta y señaló a la puerta al lado del pequeño cuarto.
“Movamos esto al cuarto de guerra.” Shane dijo seriamente, desapareciendo adentro. Sam siguió el juego mientras Alicia caminaba hacia la puerta roja y miró afuera. Bizqueó sus ojos mientras examinaba el callejón oscuro. “¿No te siguieron?” Preguntó antes de cerrar la puerta cautelosamente.
“Nope. No lo creo.” Dana sacudió su cabeza al lado manteniendose inquieta en su lugar.
“Bueno.” Alicia sonrió para si. “Entonces comencemos.” Sonrió mientras ponía sus manos en la espalda de Dana y comenzó a empujar a la morena al cuarto en donde Shane y Sam se sentaban esperandolas.
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“¿Qué estás haciendo todavía aquí?” Tina puso sus manos en sus caderas, mirando fijamente abajo en la morena enfrente de ella. Ahora era poco antes de las 8 de la noche, en algunos minutos más , estaría terminando su turno y yendose a casa. Había estado trabajando desde las cuatro de la tarde, y seguro alguien se había estado sentando en la mesa número doce el tiempo entero. A pesar de la promesa de irse a casa temprano a descansar para la fiesta de mañana, Bette Porter había permanecido en el planeta, nunca dejando a Tina fuera de su vista. Ella le habia estado insistiendo a la morena que se fuera a su casa desde las seis, pero Bette seguía diciéndole que se iría después de que acabara su cena. Ahora eran dos horas más adelante y la morena todavía comía.
Bette encogió los hombros y mordió en su emparedado. “Todavía tengo hambre.” Masculló mientras masticaba en su alimento. Frunció el ceño y tosió en una tentativa valiente de suprimir su reflejo de sacar el bocado.
Tina levantó una ceja. “Es tu quinto emparedado.” Sus ojos viajaron abajo a todos los platos vacíos en la mesa de Bette. La morena habia devorado dos emparedados de salami y dos de pavo y. Ahora, comía su primer emparedado de pollo de la noche. Se miraba verde y mareada, Tina sacudió su cabeza mientras veía a la trigueña cubrir su boca brevemente con su mano. “¿Quieres enfermarte otra vez?”
Bette tragó el pedazo enorme del alimento dentro de su boca e hizo muecas. Esto está siendo difícil de continuar, pensó cuando sintió su panza comenzar a protestar. Levantó la vista y vio a Tina mirándola fijamente. La rubia parecía muy enojada y molesta, pero a pesar del ceño fruncido en su cara, podía ver la preocupación en esos ojos pardos hermosos.
“¿De qué te ríes?” Tina levantó una ceja ante la mueca torpe en la cara de Bette.
“No me importa si me ,” Bette contestó simplemente, Tina levantó sus cejas y cruzó sus brazos en su pecho en respuesta. “Logré mirarte en tu lindo uniforme de mesera mientras trabajabas. Pude incluso pasar tiempo contigo aquí y allí cuando servías mi alimento.” Bette continuó mientras limpiaba su boca con una servilleta. “Si enfermarme es una de las consecuencias por estar contigo esta noche, después no me importa en absoluto.” Acabó con una pequeña sonrisa en su cara.
Tina suspiró y sacudió su cabeza. “¿Qué haré contigo Porter?” Se defendió del impulso de darle una palmada a la tonta morena. Se sentía halagada por toda la atención que Bette derramaba en ella, pero la última cosa que quería era que la morena especialmente ahora consiguiera una indigestión en la víspera de su décimo octavo cumpleaños. “No puedes permitirte enfermar.” Puso sus manos en la parte posterior de la silla vacía delante de ella y se inclinó adelante. “¿Cómo puedes verme parecer toda caliente y atractiva en un vestido de Vera Wang rojo si estás desalojando tu tripa todo el dia de mañana?” Movió una ceja, susurrando atractiva a la morena.
Los ojos de Bette crecieron tan grandes como los platillos mientras captaba lo que Tina acababa de decir. “¿Vas a usarlo?” Susurró soñadora mientras el entusiasmo atravesaba sus venas. Aplaudió sus manos como una niña y sonrió brillantemente en la rubia. “Tienes razón.” Empujó el plato con el emparedado de pollo mitad-comido lejos de ella. “Ya estoy bien llena de todos modos.” Agitó una mano aceptando.
“Bueno.” Tina se enderezó y tomó el plato de la mesa. Sabía que había tenido que apelar a la perra insaciable lasciva dentro de Bette para parar a la morena obstinada de forzarse a comer otra mordida. Dios, ella es así de simple a veces, sonrió internamente. “Quince minutos más para que mi turno termine.” Dijo mientras miraba el reloj de pared cerca del contador. “¿Piensas que puedes mantenerte lejos del alimento hasta entonces?”
“Intentaré.” Bette guiñó mientras se inclinaba detrás contra su silla. Sabía que soñar despierta con Kennard en ese coqueto vestido rojo la mantendría ocupada más que algunos minutos. Las maravillas de la imaginación humana, sonrió para si.
“Entonces regreso.” Tina dio vuelta alrededor y se dirigió hacia la cocina, cautivando a la morena con el sacudimiento atractivo de sus caderas cuando se escurría entre las diversas sillas y mesas en su camino.
“Maldición.” Bette maldijo bajo su respiración mientras reclinaba la barbilla en su mano. Amo esos uniformes atractivos, hizo muecas de oído a oído.
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Dentro de un cuarto oscuro llenó de cajas y otros objetos misceláneos, una Dana de mirada asuatada se sentaba temblorosa en una silla de madera mientras tres figuras asomaban sobre ella. Una pequeña lámpara colgaba sobre su cabeza, proporcionando apenas bastante luz para iluminar el cuarto común enorme. Aunque parpadeaba sus ojos continuamente, podía hacer solamente suposiciones de la gente que caminaba alrededor de ella. Se colocaba nerviosa entrelazando las manos encima de la pequeña mesa, intentando mantener sus nervios en control pero no le funcionaba, tragó saliva cuando sintió repentinamente la carencia de movimiento de las tres muchachas. ¿Qué está pasando? Se preguntó cuando granos del sudor comenzaron a formarse en su frente. Todo esto le recordaba un poco las escenas de interrogatorios y de torturas de esas películas de la mafia. Oh dios, su respiración se enganchó en su garganta, no van a lastimarme ¿verdad?
“¡Aaaaaaaa!” Dana gritó asustada cuando un periódico cerrado cayó de golpe repentinamente en la mesa delante de ella. Su respiración se aceleró y su presión arterial se elevó. “¿Q-qué?” Susurró débil y cerró los ojos, asustada de lo que vería si los abría.
Un par de manos salió de ninguna parte y agarró los lados de la mesa, haciéndola sacudir junto con la persona que se sentaba delante de ella. “¿Éste es tu padre correcto?” Una voz baja flotó a través del aire y rompió el silencio.
Dana abrió lentamente un ojo y después el otro, y miró abajo en el periódico delante de ella. Era la edición de esa semana de el magnate, una revista comercial famosa. “Y-yes.” Afirmó con su cabeza mientras miraba la imagen sonriente de Irwin Fairbanks en la portada. La central más grande de aceite de América, gritaba el título. Hace algunas semanas, su padre había firmado un contrato lucrativo de sociedad con una compañía petrolera importante del Oriente Medio. Era un acuerdo secretísimo, así que cuando fue concluido y la noticia se escapó hacia fuera a la prensa la semana pasada, el mundo del negocio fue tomado por sorpresa. El Wall Street Journal cubrió la noticia como un golpe importante para el relativamente nuevo jugador en el negocio de aceite.
“Nuevo aceite del mundo, ¿huh?” Shane ahora se inclinó adelante, su cara solamente algunas pulgadas lejos de la morena. “Muchas compañías poderosas han intentado firmar contrato con ellas en los últimos años.” Entrecerró sus ojos mientras Dana se encogía delante de ella.
“¿Compañías poderosas?” Dana chirrió y exprimió sus piernas firmemente, sentía el pis en sus calzones.
“Sí. PGC es una de ellas.” Shane sonrió mientras se apartaba y caminó alrededor de la muchacha asustada.
“¿PGC?” Dana tragó difícilmente. ¿Qué es eso?
“Grupo de Compañías Porter.” Sam explicó desde su lugar en la esquina del cuarto. Melvin Porter había estado cortejando a los ejecutivos del nuevo mundo por algún tiempo. Él necesitaba asegurar ese contrato porque su propia compañía petrolera estaba plagada de problemas en éstos últimos meses. Estaba segura que el tío Lucas estaría furibundo con los recientes desarrollos, después de todo, una pequeña y prácticamente desconocida compañía no podría hacerle sombra. Pero… ser socio de la compañía petrolera reinante en el mundo entero hacía intocable a Fairbanks. Ella sonrió en la muchacha ratonil que se sentaba en la silla. Eres apenas lo que necesitamos, sonrió internamente.
“Que nos trae al propósito real de esta reunión subterránea.” Alicia enderezó sus brazos y caminó más cerca a Dana. “Conoces a Tina Kennard ¿correcto?” Preguntó mientras paraba delante de la morena. Dana movió su cabeza en la respuesta afirmativa. “¿Solamente que ya no hablan más?” Continuó, Dana suspiró y movió lentamente su cabeza de nuevo. “¿Puedes decirme porqué?” preguntó nuevamente Alicia .
“Yo.” Dana sintió un terrón formarse en su garganta mientras miraba abajo en sus manos. “Fui una cobarde.” Susurró tristemente. En las últimas semanas, la culpabilidad que sentía por dejar a Tina sola - y - desamparada cuando más la necesitó la comía viva. Se colocó en las líneas laterales y no hizo nada mientras veía dolorosamente a su amiga de la niñez que era tiranizado en la escuela. Lo peor de todo, era que todo había sido su culpa. Estaba tan asustada, paralizada por el miedo de ser etiquetada como paria dentro de su nuevo ambiente que guardó su distancia. Cuanto más se retraía en si misma, más maldecía su debilidad. Y en el momento en que se decidió finalmente a levantarse por Tina, la etiqueta roja había sido eliminada y encontró cada vez más difícil acercarse a la rubia y disculparse. No quería que pareciera que solamente quería ser su amiga después de que juzgaran a Tina como “caja fuerte”, alguien intocable dentro de la escuela. Se encontró en muchas ocasiones mirando anhelante a su anterior mejor amiga, queriendo tanto hablar con ella y hacer las cosas correctas otra vez. Pero era tan duro, especialmente porque Tina y Bette Porter parecían estar atadas a las caderas en los últimos días “Haría cualquier cosa por ella”. Suspiró pesadamente.
Ah, las palabras mágicas, Alicia hizo muecas. “Bueno, esto es lo que necesitamos que hagas.”
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“¡Srta. Bette!”
Una mujer mayor gritó mientras Bette atravesaba las puertas principales de la mansión. La joven chica no tuvo tiempo de reaccionar mientras la mujer la jalaba rápidamente al lado. “Él la está esperando.” Sonja susurró tensa mientras te agarraba las mangas de su blusa. “Él me dijo que la enviara a su estudio tan pronto como llegara a casa.” Dijo con su voz un poco temerosa. Había oído muchos gritos enojados venir del estudio de Melvin Porter esta tarde. Al parecer, no le gustó el informe financiero que la rama asiática del este le presentó. Sabía que él estaba de muy mal humor, así que cuando la llamó y le dijo que quería hablar con su hija, su ansiedad creció . “Podría hablar con él y decirle que usted no se siente muy bien.” Sonja agregó lentamente. “Es su cumpleaños mañana, pienso que él será un poco comprensivo esta noche.” Dijo cuando suspiró en la morena y sonrió débil en ella.
“Está bien Sonja.” Dijo Bette, reuniendo una sonrisa mientras se quería desaparecer en ese mismo momento. Estaba cansada y solo quería estrellarse en su cama. La última cosa que quería era hablar con su padre, sabiendo completamente que iba a traer a Tina en alguna parte de la discusión. Ella nunca lo hacía, nunca se ponía contra su padre. Pero sabía que si él decía algo malo de Tina, no podría dejar de contestarle. “Lo manejaré.” Movió su cabeza firmemente mientras miraba para arriba la segunda planta. Sabía que Sonja estaría en apuros si ella no le hacía frente a su papá esa noche. No podía permitir que una de las pocas gentes que consideraba importante en su vida tomara una bala por ella. “Sin embargo gracias por intentar cubrirme.” Sonrió sinceramente mientras acariciaba suavemente a la mujer mayor en el hombro. “Deseame suerte.” Sonrió nerviosa mientras caminaba hacia la magnífica escalera.
Sonja tuvo que sonreír en la morena. ¿Quién era esta joven mujer madura y qué se hizo la pequeña niña obstinada que había cuidado en los últimos años? Sacudió su cabeza mientras miraba a la morena llegar al final de las escaleras. La morena volteó su cabeza y le tiró una sonrisa rápida antes de salir de su vista. Tanto como se sentía feliz por los cambios sensibles en Bette, todavía estaba asustada por ella. Podía decir que Bette intentaba difícilmente mantener un frente valiente. Rezaré por usted, cerró los ojos mientras escuchaba el abrir y cerrar de una puerta en lo alto.
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“..y prometes permanecer leal a nuestra causa incluso en presencia de la adversidad de forma total y absoluta?” Shane leyó una línea escrita en un pequeño cuaderno negro con sus dos amigas de pie a los lados de ella.
“Lo prometo.” Dana movió su cabeza seriamente mientras se colocaba delante de los tres miembros de 4F. Tenía su mano derecha levantada dando su juramento mientras su mano izquierda se reclinaba sobre un cuadro encima de la mesa al lado de ella. Le hicieron jurar por la vida de Maria Sharapova, su jugadora de tenis preferida. Tragó saliva mientras miraba fijamente su foto debajo de su mano izquierda.
Shane pasó el cuaderno a Sam y la morena comenzó a leer la línea siguiente. “Dana Fairbanks, prometes proteger los secretos de este grupo, conocidos formalmente como.” Sam paró cuando observó la palabra siguiente. Miró a Alicia y frunció el ceño. La rubia rodó simplemente sus ojos y señaló para que continuara. “…ASS.” Masculló bajo su respiración resentida. “.como si toda tu vida dependiera de ello?” Acabó y azotó a Alicia con el cuaderno.
“Lo prometo.” Dana tosió mientras Alicia tomó represalias dando a Sam una palmada en el hombro.
Alicia despejó su garganta y se compuso después de algunos momentos. “Entonces, con el poder conferido a mi. y a estas dos burras.” Se deslumbró en las dos al lado de ella. “Ahora te integro formalmente a nuestra pequeña organización.” Caminó hacia Dana y amplió su mano. “De ahora en adelante, te mencionaremos como la chica del café.” Sacudió las manos con la morena. Shane y Sam aplaudieron cuando Dana dijo, feliz de ser parte de algo - incluso si no tenía la menor idea de qué era eso - “Gracias.” Dana sonrió tímida mientras Alicia todavía sostenía su mano. Cuando intentó soltarse, la rubia continuó el apretón y sonrió maliciosa en ella. “¿Q-qué?” preguntó un poco nerviosa.
“Oh, todavía no hemos terminado.” Alicia hizo muecas mientras levantaba una ceja. “Shane.” Dijo en voz alta y estiró su mano. La delgada morena caminó rápidamente hacia ellas y sacó un objeto de su bolsillo trasero.
“Aquí va.” Shane sacó rápidamente un pequeño cuchillo y se lo dio a Alicia. Dana se tensó visiblemente ante la vista.
“Apenas un poco de sangre para sellar el trato.” Alicia sonrió dulce en la morena. Shane y Sam hicieron muecas malvadas detrás de ella.
¡¡¡¡¿Sangre? ¿Sangre?!!!!! La mente de Dana gritó cuando su cara dio vuelta al blanco. Se sintió repentinamente más que un poco mareada. “Oh mi dios.” Susurró antes de ver todo negro y desmayarse sobre el piso.
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“¿Papá?” Bette dijo en voz alta mientras entraba en el amplio cuarto. Se estabilizó cuando vio la cabeza de su padre mientras se sentaba en su silla dándole la espalda.
“Te tomó bastante tiempo llegar a casa.” Dijo Melvin Porter reservado mientras giraba sobre su eje la silla y lanzaba un periódico encima de su escritorio. Señaló a una de las sillas delante de su escritorio e indicó para que Bette se sentara.
“Lo siento.” Bette masculló. Ella iba a terminarlo así. Apenas una disculpa, ninguna explicación. “¿Querías hablar conmigo?” Preguntó mientras se acomodaba en la silla de cuero comfortable.
“Sí.” Melvin cabeceó. “Hablé con el decano de la Escuela de Negocios de Yale el otro día.” Sonrió mientras se inclinaba detrás contra su silla. Nunca había forzado a su hija a asistir a “Ivy League university” (grupo de ocho universidades prestigiosas de EEUU) como a el le gustaba. Siempre le había dado la libertad para elegir donde quería estudiar. Era bastante para él saber que su hija estaba más que queriendo, y era muy capaz, de asumir el control del negocio familiar un día. Asi que le dio tanto orgullo y felicidad que ella demostrara gran interés en asistir a Yale, su querida Alma mater.
"¿Y? ¿Qué te dijo?” Bette preguntó. Ella surcó su frente levemente mientras estudiaba a su padre. No esperaba realmente hablar de Yale esa noche.
“Esta emocionado sobre la perspectiva de que estudies allí. Dijo que no tienes que preocuparte de nada, ellos se encargaran de ti.” Melvin ligó sus dedos y sonrió en su hija.
“Oh.” Dijo Bette reservada mientras miraba abajo en su regazo. Las noticias sobre Yale no la excitaron de la misma manera que lo habrían hecho antes. Ella no sabía a que Universidad quería asistir Tina. Si la rubia decidía estudiar en California, no creía que podría sobrevivir al estar lejos de ella por cuatro años. Sí, podría volar a dondequiera que Tina estuviera en su jet privado, pero algunas horas con la rubia cada semana no era bastante para ella. Maldición, suspiró tristemente mientras sus hombros caían.
Melvin miró cómo su hija reaccionada a sus noticias y sacudió su cabeza. “Tenía miedo de esto.” Se inclinó adelante en su escritorio mientras Bette lo miraba confundida. “Vas en serio con esa muchacha.” Indicó de una manera acusatoria.
“¿Esa muchacha?” Bette intentó jugar la ignorancia.
“Tina Kennard.” Melvin provocó. Bette cerró rápidamente su boca mientras se inquietaba en su asiento. Ahora ésta era la conversación que esperaba - y temía – que sucediera desde esta mañana.
“Nunca te he juzgado, Elizabeth.” Melvin se levantó de su silla y estableció el paso en el cuarto. Y era bastante verdad, él nunca lo hizo realmente. Cuando su hija comenzó a dar muestras de tener gusto por las de su mismo sexo, nunca gritó ni reaccionó violentamente. Para todas las bendiciones que él había recibido en su vida entera, Melvin Porter nunca fué un hombre religioso. Asi que los pensamientos sobre la condenación eterna - y toda la mierda de la moralidad que la homofobia escupía - nunca hicieron mella en el. Después de todo, eran Porter. Y los Porter estaban sobre todo - la ley, los estándares, y las puñetas, incluso las relaciones “aceptables” preconcebidas en la sociedad. Y también encontraba divertido que algunas de las familias más ricas del mundo - los McCutcheons, los Pieszeckis, Makavejevs, Peabodys y otros - tuvieran un hijo gay.
Él suspiró mientras caminaba hacia la ventana y observaba la fuente. “Esperaba que ésta fuera una de tus aventuras.” Dijo a medida que continuaba mirando fijamente afuera.
“¿Perdón?” Bette frunció el ceño mientras movía una mano a través de su pelo.
“Esa muchacha Kennard.” Melvin continuó. “. Es pobre. ¿Me equivoco?” Preguntó cuando dió vuelta lentamente alrededor y miró a su hija.
“Sí.” Bette contestó en una pequeña voz. Mierda, él está sacando la tarjeta de la pobreza, gimió internamente.
“¿Y ella está estudiando en tu escuela?” Melvin entrecerró sus ojos. La escuela privada más costosa de mujeres en esa parte del mundo.
“Sí.” Bette tragó el terrón que se formaba en su garganta.
“¿Y te gusta?” Melvin cruzó sus brazos en su pecho.
“Sí.” Bette contestó sin pensarlo.
Melvin frotó ligeramente su barbilla como si pensara profundamente. “Ella es tan pobre, viviendo al día sin ningún ahorro. Siendo financieramente incapaz, uno pensaría que asistiría a una escuela pública. Pero, extrañamente, decidió estudiar en Redwind - una escuela que se sale de su presupuesto familiar.” Él paseó. “Ahora ¿porqué haría eso?” Se preguntó en voz alta. “Y después te seduce y te engaña fingiendo que le gustas.”
“¡¿Qué?!” La voz de Bette se levantó mientras miraba fijamente a su padre boquiabierta. ¿Seducido? ¡Si ya parece! Bette replicó dentro de su cabeza. ¿Él incluso sabe las cosas locas que he hecho para lograr que esa muchacha se fije en mi? Pensó incrédula.
“Me queda claro que ella va solamente tras nuestro dinero.” Melvin fanfarroneó. “Esa muchacha es una cazadora de fortunas, inteligente y calculadora.” Continuó mientras su hija daba vuelta a una cortina muy agradable del rojo. “Y todavía mejor, de entre todas las muchachas ricas en Redwind, ella acaba de pescar a la más rica.” Dijo amargamente.
“¡No!” Bette gritó violentamente mientras se levantaba. Kennard era la persona más honesta y más honorable que había conocido. ¿Cómo se atrevía a hablar de ella de esa manera si ni siquiera conocía realmente a Tina? Maldijo mientras miraba fijamente a su padre. “Ella está lejos de ser la perra codiciosa y calculadora que estás pintando.” Habló a través de sus dientes cerrados fuertemente.Melvin levantó una ceja mientras miraba la figura furiosa de su hija. “¿Estás discrepando conmigo Elizabeth?” Éntrecerró sus ojos y emparejó el paso de su hija.
“Correcto, mierda claro que lo estoy.” Bette maldijo, momentáneamente tomando a su papá por sorpresa. Ella nunca había utilizado lenguaje sucio alrededor de él. Mierda santa, pensó, mejor me voy de aquí y me calmo antes de que lo provoque mas.
“Estás incurriendo en una equivocación enorme.” Melvin sacudió su cabeza mientras miraba a su hija pisar airadamente fuera del cuarto.
“¿A quién le importa? ¡Es mi vida!” Bette gritó mientras cerraba de golpe la puerta .
Melvin se burló. “Y es mi dinero.” Éntrecerró sus ojos mientras dió vuelta alrededor y miró hacia fuera de la ventana de nuevo.
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“Hey.”
Una voz suave retumbó alrededor de la cabeza de Dana mientras sentía que una mano le daba una palmada a su cara. “Oww.” Gimió mientras abría los ojos cautelosamente. Parpadeó algunas veces y miró para arriba para ver a los tres miembros de 4F que la miraban preocupadas.
“¡Jesucristo!” Alicia sacudió su cabeza y burlonamente chasqueó la frente de la morena con su dedo. “Ya sabes solo estábamos bromeando.” Se levantó de su posición de rodillas y amplió una mano para ayudar a Dana a levantarse.
“Ustedes tienen un sentido del humor realmente retorcido.” Dana susurró seca mientras se levantaba. “¿Qué ahora?” Frunció el ceño un poco cuando sintió a Shane empujarla hacia la silla y forzarla a sentarse.
“Solo necesitamos que firmes algunos papeles.” Sam soltó una enorme cantidad de documentos encima de la mesa delante de Dana.
Dana surcó su frente y señaló a la montaña de papeles. “¿Algunos?” Miró a Sam cuestionándola. “¿Y para qué son ésos?” Siguió.
“Para de preguntar y comienza a firmar.” Alicia pidió y empujó una pluma en la mano de Dana. La morena miró a las tres chicas amenazadoras mientras cruzaban sus brazos en su pecho.
“Bien.” Dana masculló aceptando y alcanzó el primer documento sobre la pila.
Algunos minutos y un dolor de dedos más adelante, Dana dejó escapar un suspiro de alivio cuando firmó el último documento. “Hecho.” Sonrió feliz y empujó la pila hacia Shane.
“Grande.” Alicia sonrió mientras sacudía la mano de Dana. “Felicidades Fairbanks. Acabas de hacer tu primera inversión.” Sonrió secretamente en la morena.
“Espero que te guste el vino.” Shane masculló bajo su respiración mientras sonreía con conocimiento en Sam al lado de ella.
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“¡Fuck!”
Bette maldijo apasionada mientras cerraba de golpe la puerta a sus habitaciones. Creo que acabo de empeorar las cosas para mí y Kennard, sacudió su cabeza. “Grandioso Bette idiota.” Se regañó y dio una palmada a su frente en la molestia. Lanzando su chaqueta encima de una mesa, caminó a su pequeña cocina y sacó un paquete de cerveza del refrigerador. Arrastrando sus pies, caminó hacia el sofá y giró la televisión. Miró fijamente la pantalla en blanco a medida que sus pensamientos continuaban funcionando automáticamente.
“¿Ahora qué Porter?” Se preguntó amargamente mientras tomaba un trago largo de su bebida. ¿ Qué sucedería ahora? Su padre comenzaría seguramente a actuar sobre Kennard pronto. Lo conocía demasiado bien. “Mierda.” Maldijo una vez más mientras tomaba otra cantidad sana de cerveza. ¿Soy bastante fuerte? Se preguntó cuando miró abajo en sus manos y agarró la lata firmemente, sus dedos dejaron muescas en el objeto. ¿Soy bastante fuerte para protegerla contra él? Suspiró mientras se inclinaba detrás contra el sofá y cerró los ojos.
Dejó salir un respiro exasperada cuando su teléfono celular comenzó a vibrar dentro de su bolsillo. Sin abrir los ojos, lo sacó y lo abrió de un tirón. Solo un nuevo mensaje, bebió una vez más mientras presionaba el botón para leerlo.
De: Kennard < 19 de abril de 2008, 11:56 P.M.>
Mensaje: ¡Feliz cumpleaños Porter!. Se q sigue siendo algunos minutos temprano, pero qría ser la 1ra en flicitart, estoy cayndo d sueño y apnas pud pmanecer dspierta hasta 12 . Deseo las mejores cosas dl mundo para ti! Dscansa muy bien y Dulcs sueños ok?, tqm!
Bette lloriqueó mientras leía el mensaje en la pequeña pantalla. Las palabras empezaron a empañarse cuando las lagrimas comenzaron a bloquear su visión. Colocó la cerveza entre sus piernas y limpió sus ojos con su mano.
“Seré fuerte para ti.” Sonrió mientras las lágrimas continuaron cayendo abajo de su cara. Melvin nunca podrá lastimarte Tina. Nope, no en esta vida. “Te protegeré. Lo prometo.”
Viernes por la noche. Hollywood del oeste, CA.
“..53. 54. 55. 56. 57.”
Para. Da vuelta a la izquierda y camina diez pasos adelante.
“1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10.”
Mira abajo en tus pies.
“¿H ?”
Hay una pequeña caja algunas pulgadas de tu pie derecho.
“¿Caja? Oh, allí.”
Dobla lentamente hacia abajo y finge atar tus cordones. Intenta silbar una melodía, así les parecerá menos sospechoso.
“…”
“…”
“…”
“..shit. No sé silbar.”
No importa. Solo levanta la caja rápidamente y agarra el encendedor oculto debajo.
“Encendedor, es ligero. ¡aha!”
¿Lo lograste?
“Yep.”
Grande. Ocultalo dentro de tu bolsillo y levantate.
“Hecho.”
Ahora, sosten los brazos sobre tu cabeza y gira alrededor.
“¿Giro?”
Sí, gira. Como una bailarina. Hazlo nueve veces. Comienza ahora.
“1. 2. 3. 4. mierda. Me estoy mareando. 5. 6. 7. 8. y 9.”
¿Terminaste?
“Ugh.”
Así pues, ¿cómo estás?
“Mi cabeza.”
¿Sientes como da vueltas y mas vueltas?
“Sí.”
¿Sabes que acabo de tomarte el pelo allí correcto?
“Mierda.”
Yep, lo era. ¿Te sientes un poco estúpida?
“Uh-huh.”
No puedes culparme ya. De todas formas, de nuevo al negocio ahora. Muevete y camina treinta pasos adelante.
“1. 2. 3. 4. 5.” ........................... “..26. 27. 28. 29. 30.”
Bueno. Si seguiste todo correctamente hasta este punto, verás una puerta roja a tu derecha. Si no ves una, entonces eres una idiota que no puede contar y seguir instrucciones simples. Entonces regresa sobre tus pasos y vuelve a donde comenzaste. Ahora en caso de que puedas ver la puerta roja, quiere decir que lo has hecho definitivamente muy bien. Golpearás en la puerta cuatro veces y darás la frase secreta, pero antes de que hagas eso, saca el encendedor y quema este papel ahora.
Dana Fairbanks levantó la vista del trozo de papel en sus manos y observó la puerta roja a su lado derecho. Gracias a dios, suspiró aliviada. Satisfecha de que no se hubiera perdido, finalmente aprovechó la ocasión de estudiar sus alrededores. No había notado realmente adonde sus pies, y las instrucciones en el trozo de papel, la habían llevado. “Oh hombre.” Tragó saliva nerviosa cuando se encontró parada solitariamente en un callejón oscuro y espeluznante en alguna parte en el corazón de Hollywood del oeste.
“Encendedor, encendedor.” Masculló mientras husmeaba dentro del bolsillo de su capa en busca del objeto evasivo. “Maldito.” Maldijo irritada, tuvo que usar la capa con los bolsillos profundos esa noche. Bien, tuvo que conformarse con esa puesto que era la capa que se miraba-más-secreta que tenía dentro de su armario. Algunos momentos más adelante, pescó el encendedor de plata y movió de un tirón la tapa para abrirlo con su pulgar. La llama minúscula chispeó automáticamente. Encendió rápidamente el pequeño trozo de papel y lo lanzó en la tierra mientras se quemaba y daba vuelta rápidamente a cenizas. “Hecho.” Cabeceó una vez, evidencia destruida con éxito.
Admitió una cantidad sana de aire cuando se enderezó y caminó los pocos pasos hacia la puerta roja. Aquí voy, tragó saliva temerosa mientras levantaba su puño y lo apuntó a la puerta de madera. “Uno. dos. tres. cuatro.” Contó para si mientras golpeaba. Contuvo su respiración y esperó una respuesta de alguien en el otro lado. Algunos segundos más adelante, oyó el sonido de una garganta que era despejada.
“¿Cuándo pasará esta noche tenebrosa?“La persona en el otro lado preguntó en una voz baja, secreta.
“Cuando Shane, que no tiene ninguna vergüenza, deje de ser tan mañosa.” Dana recitó con confianza la frase secreta que había memorizado cuidadosamente.
Un respiro agudo fue oído del interior seguido por los sonidos sordos de alguien que maldecía apasionado. “U . ¿Hola?” Dana golpeó de nuevo. Ella dijo la frase correcta del código, ¿correcto? Eso era lo que Alicia le dijo en las instrucciones. Espera, otra vez ¿cómo de supone que se llamaría ella? Estaba segura que era algo lascivo. Oh. sí. O-rgasmo doble. Dana rodó sus ojos y rió silenciosamente.
“¿Qué coño Alicia?!”
Dana frunció el ceño cuando oyó una voz airada gritar desde adentro. Se inclinó más cerca y presionó su oído a la puerta, su frente se frunció en la concentración mientras comenzaba a escuchar detras de la puerta.
“¿Qué?” Oyó que otra persona con una voz aguda contestaba. “Necesitaba algo que rimara con el código.”
“¡¿Sí?! Bien qué te parece babosa, ¡eres una babosa!”
“Pfft. Eso es todo lo que tienes?” La otra se burló.
“¡Ya es suficiente!” Otra más intervino. “¿Pueden ambas callarse por favor?” La persona gritó en las dos personas que peleaban adentro. “Todavía tenemos trabajo que hacer.” Los ojos de Dana crecieron grandes cuando oyó el sonido inequívoco de los pasos que se acercaban . ¡alguien caminaba hacia la puerta! Estaba a punto de enderezarse cuando la puerta se abrió repentinamente. “¡Ahh!” Gimió miestras clavaba su cara en el piso. Miró lentamente para arriba y vio a tres muchachas mirándola extrañadas. “Uh. ¿hola?” Saludó avergonzada, su cara quemaba de la verguenza.
“Todavía tan torpe como siempre, veo.” Alicia sacudió su cabeza al lado, una mueca divertida tiraba en sus labios. La morena dio vuelta a una cortina más profunda del rojo y cuidadosamente frotó su cuello. “Aquí.” Alicia amplió una mano y ayudó a la muchacha a pararse. “Chicas.” Señaló a sus amigas al lado de ella. “Creo que no les he presentado formalmente a nuestra huésped.” Movió su cabeza hacia Dana. “Shane y Sam, les presento a Dana Fairbanks. La muchacha que comenzó la gran guerra Kennard-Porter con una taza de café.” Hizo las presentaciones necesarias mientras las muchachas se estudiaban unas a otras discretamente. Shane y Sam miraron a una Dana incómoda por algunos momentos antes de ampliar una mano a la morena. Después de que los saludos rutinarios fueran intercambiados, Shane tomó la batuta y señaló a la puerta al lado del pequeño cuarto.
“Movamos esto al cuarto de guerra.” Shane dijo seriamente, desapareciendo adentro. Sam siguió el juego mientras Alicia caminaba hacia la puerta roja y miró afuera. Bizqueó sus ojos mientras examinaba el callejón oscuro. “¿No te siguieron?” Preguntó antes de cerrar la puerta cautelosamente.
“Nope. No lo creo.” Dana sacudió su cabeza al lado manteniendose inquieta en su lugar.
“Bueno.” Alicia sonrió para si. “Entonces comencemos.” Sonrió mientras ponía sus manos en la espalda de Dana y comenzó a empujar a la morena al cuarto en donde Shane y Sam se sentaban esperandolas.
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“¿Qué estás haciendo todavía aquí?” Tina puso sus manos en sus caderas, mirando fijamente abajo en la morena enfrente de ella. Ahora era poco antes de las 8 de la noche, en algunos minutos más , estaría terminando su turno y yendose a casa. Había estado trabajando desde las cuatro de la tarde, y seguro alguien se había estado sentando en la mesa número doce el tiempo entero. A pesar de la promesa de irse a casa temprano a descansar para la fiesta de mañana, Bette Porter había permanecido en el planeta, nunca dejando a Tina fuera de su vista. Ella le habia estado insistiendo a la morena que se fuera a su casa desde las seis, pero Bette seguía diciéndole que se iría después de que acabara su cena. Ahora eran dos horas más adelante y la morena todavía comía.
Bette encogió los hombros y mordió en su emparedado. “Todavía tengo hambre.” Masculló mientras masticaba en su alimento. Frunció el ceño y tosió en una tentativa valiente de suprimir su reflejo de sacar el bocado.
Tina levantó una ceja. “Es tu quinto emparedado.” Sus ojos viajaron abajo a todos los platos vacíos en la mesa de Bette. La morena habia devorado dos emparedados de salami y dos de pavo y. Ahora, comía su primer emparedado de pollo de la noche. Se miraba verde y mareada, Tina sacudió su cabeza mientras veía a la trigueña cubrir su boca brevemente con su mano. “¿Quieres enfermarte otra vez?”
Bette tragó el pedazo enorme del alimento dentro de su boca e hizo muecas. Esto está siendo difícil de continuar, pensó cuando sintió su panza comenzar a protestar. Levantó la vista y vio a Tina mirándola fijamente. La rubia parecía muy enojada y molesta, pero a pesar del ceño fruncido en su cara, podía ver la preocupación en esos ojos pardos hermosos.
“¿De qué te ríes?” Tina levantó una ceja ante la mueca torpe en la cara de Bette.
“No me importa si me ,” Bette contestó simplemente, Tina levantó sus cejas y cruzó sus brazos en su pecho en respuesta. “Logré mirarte en tu lindo uniforme de mesera mientras trabajabas. Pude incluso pasar tiempo contigo aquí y allí cuando servías mi alimento.” Bette continuó mientras limpiaba su boca con una servilleta. “Si enfermarme es una de las consecuencias por estar contigo esta noche, después no me importa en absoluto.” Acabó con una pequeña sonrisa en su cara.
Tina suspiró y sacudió su cabeza. “¿Qué haré contigo Porter?” Se defendió del impulso de darle una palmada a la tonta morena. Se sentía halagada por toda la atención que Bette derramaba en ella, pero la última cosa que quería era que la morena especialmente ahora consiguiera una indigestión en la víspera de su décimo octavo cumpleaños. “No puedes permitirte enfermar.” Puso sus manos en la parte posterior de la silla vacía delante de ella y se inclinó adelante. “¿Cómo puedes verme parecer toda caliente y atractiva en un vestido de Vera Wang rojo si estás desalojando tu tripa todo el dia de mañana?” Movió una ceja, susurrando atractiva a la morena.
Los ojos de Bette crecieron tan grandes como los platillos mientras captaba lo que Tina acababa de decir. “¿Vas a usarlo?” Susurró soñadora mientras el entusiasmo atravesaba sus venas. Aplaudió sus manos como una niña y sonrió brillantemente en la rubia. “Tienes razón.” Empujó el plato con el emparedado de pollo mitad-comido lejos de ella. “Ya estoy bien llena de todos modos.” Agitó una mano aceptando.
“Bueno.” Tina se enderezó y tomó el plato de la mesa. Sabía que había tenido que apelar a la perra insaciable lasciva dentro de Bette para parar a la morena obstinada de forzarse a comer otra mordida. Dios, ella es así de simple a veces, sonrió internamente. “Quince minutos más para que mi turno termine.” Dijo mientras miraba el reloj de pared cerca del contador. “¿Piensas que puedes mantenerte lejos del alimento hasta entonces?”
“Intentaré.” Bette guiñó mientras se inclinaba detrás contra su silla. Sabía que soñar despierta con Kennard en ese coqueto vestido rojo la mantendría ocupada más que algunos minutos. Las maravillas de la imaginación humana, sonrió para si.
“Entonces regreso.” Tina dio vuelta alrededor y se dirigió hacia la cocina, cautivando a la morena con el sacudimiento atractivo de sus caderas cuando se escurría entre las diversas sillas y mesas en su camino.
“Maldición.” Bette maldijo bajo su respiración mientras reclinaba la barbilla en su mano. Amo esos uniformes atractivos, hizo muecas de oído a oído.
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Dentro de un cuarto oscuro llenó de cajas y otros objetos misceláneos, una Dana de mirada asuatada se sentaba temblorosa en una silla de madera mientras tres figuras asomaban sobre ella. Una pequeña lámpara colgaba sobre su cabeza, proporcionando apenas bastante luz para iluminar el cuarto común enorme. Aunque parpadeaba sus ojos continuamente, podía hacer solamente suposiciones de la gente que caminaba alrededor de ella. Se colocaba nerviosa entrelazando las manos encima de la pequeña mesa, intentando mantener sus nervios en control pero no le funcionaba, tragó saliva cuando sintió repentinamente la carencia de movimiento de las tres muchachas. ¿Qué está pasando? Se preguntó cuando granos del sudor comenzaron a formarse en su frente. Todo esto le recordaba un poco las escenas de interrogatorios y de torturas de esas películas de la mafia. Oh dios, su respiración se enganchó en su garganta, no van a lastimarme ¿verdad?
“¡Aaaaaaaa!” Dana gritó asustada cuando un periódico cerrado cayó de golpe repentinamente en la mesa delante de ella. Su respiración se aceleró y su presión arterial se elevó. “¿Q-qué?” Susurró débil y cerró los ojos, asustada de lo que vería si los abría.
Un par de manos salió de ninguna parte y agarró los lados de la mesa, haciéndola sacudir junto con la persona que se sentaba delante de ella. “¿Éste es tu padre correcto?” Una voz baja flotó a través del aire y rompió el silencio.
Dana abrió lentamente un ojo y después el otro, y miró abajo en el periódico delante de ella. Era la edición de esa semana de el magnate, una revista comercial famosa. “Y-yes.” Afirmó con su cabeza mientras miraba la imagen sonriente de Irwin Fairbanks en la portada. La central más grande de aceite de América, gritaba el título. Hace algunas semanas, su padre había firmado un contrato lucrativo de sociedad con una compañía petrolera importante del Oriente Medio. Era un acuerdo secretísimo, así que cuando fue concluido y la noticia se escapó hacia fuera a la prensa la semana pasada, el mundo del negocio fue tomado por sorpresa. El Wall Street Journal cubrió la noticia como un golpe importante para el relativamente nuevo jugador en el negocio de aceite.
“Nuevo aceite del mundo, ¿huh?” Shane ahora se inclinó adelante, su cara solamente algunas pulgadas lejos de la morena. “Muchas compañías poderosas han intentado firmar contrato con ellas en los últimos años.” Entrecerró sus ojos mientras Dana se encogía delante de ella.
“¿Compañías poderosas?” Dana chirrió y exprimió sus piernas firmemente, sentía el pis en sus calzones.
“Sí. PGC es una de ellas.” Shane sonrió mientras se apartaba y caminó alrededor de la muchacha asustada.
“¿PGC?” Dana tragó difícilmente. ¿Qué es eso?
“Grupo de Compañías Porter.” Sam explicó desde su lugar en la esquina del cuarto. Melvin Porter había estado cortejando a los ejecutivos del nuevo mundo por algún tiempo. Él necesitaba asegurar ese contrato porque su propia compañía petrolera estaba plagada de problemas en éstos últimos meses. Estaba segura que el tío Lucas estaría furibundo con los recientes desarrollos, después de todo, una pequeña y prácticamente desconocida compañía no podría hacerle sombra. Pero… ser socio de la compañía petrolera reinante en el mundo entero hacía intocable a Fairbanks. Ella sonrió en la muchacha ratonil que se sentaba en la silla. Eres apenas lo que necesitamos, sonrió internamente.
“Que nos trae al propósito real de esta reunión subterránea.” Alicia enderezó sus brazos y caminó más cerca a Dana. “Conoces a Tina Kennard ¿correcto?” Preguntó mientras paraba delante de la morena. Dana movió su cabeza en la respuesta afirmativa. “¿Solamente que ya no hablan más?” Continuó, Dana suspiró y movió lentamente su cabeza de nuevo. “¿Puedes decirme porqué?” preguntó nuevamente Alicia .
“Yo.” Dana sintió un terrón formarse en su garganta mientras miraba abajo en sus manos. “Fui una cobarde.” Susurró tristemente. En las últimas semanas, la culpabilidad que sentía por dejar a Tina sola - y - desamparada cuando más la necesitó la comía viva. Se colocó en las líneas laterales y no hizo nada mientras veía dolorosamente a su amiga de la niñez que era tiranizado en la escuela. Lo peor de todo, era que todo había sido su culpa. Estaba tan asustada, paralizada por el miedo de ser etiquetada como paria dentro de su nuevo ambiente que guardó su distancia. Cuanto más se retraía en si misma, más maldecía su debilidad. Y en el momento en que se decidió finalmente a levantarse por Tina, la etiqueta roja había sido eliminada y encontró cada vez más difícil acercarse a la rubia y disculparse. No quería que pareciera que solamente quería ser su amiga después de que juzgaran a Tina como “caja fuerte”, alguien intocable dentro de la escuela. Se encontró en muchas ocasiones mirando anhelante a su anterior mejor amiga, queriendo tanto hablar con ella y hacer las cosas correctas otra vez. Pero era tan duro, especialmente porque Tina y Bette Porter parecían estar atadas a las caderas en los últimos días “Haría cualquier cosa por ella”. Suspiró pesadamente.
Ah, las palabras mágicas, Alicia hizo muecas. “Bueno, esto es lo que necesitamos que hagas.”
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“¡Srta. Bette!”
Una mujer mayor gritó mientras Bette atravesaba las puertas principales de la mansión. La joven chica no tuvo tiempo de reaccionar mientras la mujer la jalaba rápidamente al lado. “Él la está esperando.” Sonja susurró tensa mientras te agarraba las mangas de su blusa. “Él me dijo que la enviara a su estudio tan pronto como llegara a casa.” Dijo con su voz un poco temerosa. Había oído muchos gritos enojados venir del estudio de Melvin Porter esta tarde. Al parecer, no le gustó el informe financiero que la rama asiática del este le presentó. Sabía que él estaba de muy mal humor, así que cuando la llamó y le dijo que quería hablar con su hija, su ansiedad creció . “Podría hablar con él y decirle que usted no se siente muy bien.” Sonja agregó lentamente. “Es su cumpleaños mañana, pienso que él será un poco comprensivo esta noche.” Dijo cuando suspiró en la morena y sonrió débil en ella.
“Está bien Sonja.” Dijo Bette, reuniendo una sonrisa mientras se quería desaparecer en ese mismo momento. Estaba cansada y solo quería estrellarse en su cama. La última cosa que quería era hablar con su padre, sabiendo completamente que iba a traer a Tina en alguna parte de la discusión. Ella nunca lo hacía, nunca se ponía contra su padre. Pero sabía que si él decía algo malo de Tina, no podría dejar de contestarle. “Lo manejaré.” Movió su cabeza firmemente mientras miraba para arriba la segunda planta. Sabía que Sonja estaría en apuros si ella no le hacía frente a su papá esa noche. No podía permitir que una de las pocas gentes que consideraba importante en su vida tomara una bala por ella. “Sin embargo gracias por intentar cubrirme.” Sonrió sinceramente mientras acariciaba suavemente a la mujer mayor en el hombro. “Deseame suerte.” Sonrió nerviosa mientras caminaba hacia la magnífica escalera.
Sonja tuvo que sonreír en la morena. ¿Quién era esta joven mujer madura y qué se hizo la pequeña niña obstinada que había cuidado en los últimos años? Sacudió su cabeza mientras miraba a la morena llegar al final de las escaleras. La morena volteó su cabeza y le tiró una sonrisa rápida antes de salir de su vista. Tanto como se sentía feliz por los cambios sensibles en Bette, todavía estaba asustada por ella. Podía decir que Bette intentaba difícilmente mantener un frente valiente. Rezaré por usted, cerró los ojos mientras escuchaba el abrir y cerrar de una puerta en lo alto.
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“..y prometes permanecer leal a nuestra causa incluso en presencia de la adversidad de forma total y absoluta?” Shane leyó una línea escrita en un pequeño cuaderno negro con sus dos amigas de pie a los lados de ella.
“Lo prometo.” Dana movió su cabeza seriamente mientras se colocaba delante de los tres miembros de 4F. Tenía su mano derecha levantada dando su juramento mientras su mano izquierda se reclinaba sobre un cuadro encima de la mesa al lado de ella. Le hicieron jurar por la vida de Maria Sharapova, su jugadora de tenis preferida. Tragó saliva mientras miraba fijamente su foto debajo de su mano izquierda.
Shane pasó el cuaderno a Sam y la morena comenzó a leer la línea siguiente. “Dana Fairbanks, prometes proteger los secretos de este grupo, conocidos formalmente como.” Sam paró cuando observó la palabra siguiente. Miró a Alicia y frunció el ceño. La rubia rodó simplemente sus ojos y señaló para que continuara. “…ASS.” Masculló bajo su respiración resentida. “.como si toda tu vida dependiera de ello?” Acabó y azotó a Alicia con el cuaderno.
“Lo prometo.” Dana tosió mientras Alicia tomó represalias dando a Sam una palmada en el hombro.
Alicia despejó su garganta y se compuso después de algunos momentos. “Entonces, con el poder conferido a mi. y a estas dos burras.” Se deslumbró en las dos al lado de ella. “Ahora te integro formalmente a nuestra pequeña organización.” Caminó hacia Dana y amplió su mano. “De ahora en adelante, te mencionaremos como la chica del café.” Sacudió las manos con la morena. Shane y Sam aplaudieron cuando Dana dijo, feliz de ser parte de algo - incluso si no tenía la menor idea de qué era eso - “Gracias.” Dana sonrió tímida mientras Alicia todavía sostenía su mano. Cuando intentó soltarse, la rubia continuó el apretón y sonrió maliciosa en ella. “¿Q-qué?” preguntó un poco nerviosa.
“Oh, todavía no hemos terminado.” Alicia hizo muecas mientras levantaba una ceja. “Shane.” Dijo en voz alta y estiró su mano. La delgada morena caminó rápidamente hacia ellas y sacó un objeto de su bolsillo trasero.
“Aquí va.” Shane sacó rápidamente un pequeño cuchillo y se lo dio a Alicia. Dana se tensó visiblemente ante la vista.
“Apenas un poco de sangre para sellar el trato.” Alicia sonrió dulce en la morena. Shane y Sam hicieron muecas malvadas detrás de ella.
¡¡¡¡¿Sangre? ¿Sangre?!!!!! La mente de Dana gritó cuando su cara dio vuelta al blanco. Se sintió repentinamente más que un poco mareada. “Oh mi dios.” Susurró antes de ver todo negro y desmayarse sobre el piso.
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“¿Papá?” Bette dijo en voz alta mientras entraba en el amplio cuarto. Se estabilizó cuando vio la cabeza de su padre mientras se sentaba en su silla dándole la espalda.
“Te tomó bastante tiempo llegar a casa.” Dijo Melvin Porter reservado mientras giraba sobre su eje la silla y lanzaba un periódico encima de su escritorio. Señaló a una de las sillas delante de su escritorio e indicó para que Bette se sentara.
“Lo siento.” Bette masculló. Ella iba a terminarlo así. Apenas una disculpa, ninguna explicación. “¿Querías hablar conmigo?” Preguntó mientras se acomodaba en la silla de cuero comfortable.
“Sí.” Melvin cabeceó. “Hablé con el decano de la Escuela de Negocios de Yale el otro día.” Sonrió mientras se inclinaba detrás contra su silla. Nunca había forzado a su hija a asistir a “Ivy League university” (grupo de ocho universidades prestigiosas de EEUU) como a el le gustaba. Siempre le había dado la libertad para elegir donde quería estudiar. Era bastante para él saber que su hija estaba más que queriendo, y era muy capaz, de asumir el control del negocio familiar un día. Asi que le dio tanto orgullo y felicidad que ella demostrara gran interés en asistir a Yale, su querida Alma mater.
"¿Y? ¿Qué te dijo?” Bette preguntó. Ella surcó su frente levemente mientras estudiaba a su padre. No esperaba realmente hablar de Yale esa noche.
“Esta emocionado sobre la perspectiva de que estudies allí. Dijo que no tienes que preocuparte de nada, ellos se encargaran de ti.” Melvin ligó sus dedos y sonrió en su hija.
“Oh.” Dijo Bette reservada mientras miraba abajo en su regazo. Las noticias sobre Yale no la excitaron de la misma manera que lo habrían hecho antes. Ella no sabía a que Universidad quería asistir Tina. Si la rubia decidía estudiar en California, no creía que podría sobrevivir al estar lejos de ella por cuatro años. Sí, podría volar a dondequiera que Tina estuviera en su jet privado, pero algunas horas con la rubia cada semana no era bastante para ella. Maldición, suspiró tristemente mientras sus hombros caían.
Melvin miró cómo su hija reaccionada a sus noticias y sacudió su cabeza. “Tenía miedo de esto.” Se inclinó adelante en su escritorio mientras Bette lo miraba confundida. “Vas en serio con esa muchacha.” Indicó de una manera acusatoria.
“¿Esa muchacha?” Bette intentó jugar la ignorancia.
“Tina Kennard.” Melvin provocó. Bette cerró rápidamente su boca mientras se inquietaba en su asiento. Ahora ésta era la conversación que esperaba - y temía – que sucediera desde esta mañana.
“Nunca te he juzgado, Elizabeth.” Melvin se levantó de su silla y estableció el paso en el cuarto. Y era bastante verdad, él nunca lo hizo realmente. Cuando su hija comenzó a dar muestras de tener gusto por las de su mismo sexo, nunca gritó ni reaccionó violentamente. Para todas las bendiciones que él había recibido en su vida entera, Melvin Porter nunca fué un hombre religioso. Asi que los pensamientos sobre la condenación eterna - y toda la mierda de la moralidad que la homofobia escupía - nunca hicieron mella en el. Después de todo, eran Porter. Y los Porter estaban sobre todo - la ley, los estándares, y las puñetas, incluso las relaciones “aceptables” preconcebidas en la sociedad. Y también encontraba divertido que algunas de las familias más ricas del mundo - los McCutcheons, los Pieszeckis, Makavejevs, Peabodys y otros - tuvieran un hijo gay.
Él suspiró mientras caminaba hacia la ventana y observaba la fuente. “Esperaba que ésta fuera una de tus aventuras.” Dijo a medida que continuaba mirando fijamente afuera.
“¿Perdón?” Bette frunció el ceño mientras movía una mano a través de su pelo.
“Esa muchacha Kennard.” Melvin continuó. “. Es pobre. ¿Me equivoco?” Preguntó cuando dió vuelta lentamente alrededor y miró a su hija.
“Sí.” Bette contestó en una pequeña voz. Mierda, él está sacando la tarjeta de la pobreza, gimió internamente.
“¿Y ella está estudiando en tu escuela?” Melvin entrecerró sus ojos. La escuela privada más costosa de mujeres en esa parte del mundo.
“Sí.” Bette tragó el terrón que se formaba en su garganta.
“¿Y te gusta?” Melvin cruzó sus brazos en su pecho.
“Sí.” Bette contestó sin pensarlo.
Melvin frotó ligeramente su barbilla como si pensara profundamente. “Ella es tan pobre, viviendo al día sin ningún ahorro. Siendo financieramente incapaz, uno pensaría que asistiría a una escuela pública. Pero, extrañamente, decidió estudiar en Redwind - una escuela que se sale de su presupuesto familiar.” Él paseó. “Ahora ¿porqué haría eso?” Se preguntó en voz alta. “Y después te seduce y te engaña fingiendo que le gustas.”
“¡¿Qué?!” La voz de Bette se levantó mientras miraba fijamente a su padre boquiabierta. ¿Seducido? ¡Si ya parece! Bette replicó dentro de su cabeza. ¿Él incluso sabe las cosas locas que he hecho para lograr que esa muchacha se fije en mi? Pensó incrédula.
“Me queda claro que ella va solamente tras nuestro dinero.” Melvin fanfarroneó. “Esa muchacha es una cazadora de fortunas, inteligente y calculadora.” Continuó mientras su hija daba vuelta a una cortina muy agradable del rojo. “Y todavía mejor, de entre todas las muchachas ricas en Redwind, ella acaba de pescar a la más rica.” Dijo amargamente.
“¡No!” Bette gritó violentamente mientras se levantaba. Kennard era la persona más honesta y más honorable que había conocido. ¿Cómo se atrevía a hablar de ella de esa manera si ni siquiera conocía realmente a Tina? Maldijo mientras miraba fijamente a su padre. “Ella está lejos de ser la perra codiciosa y calculadora que estás pintando.” Habló a través de sus dientes cerrados fuertemente.Melvin levantó una ceja mientras miraba la figura furiosa de su hija. “¿Estás discrepando conmigo Elizabeth?” Éntrecerró sus ojos y emparejó el paso de su hija.
“Correcto, mierda claro que lo estoy.” Bette maldijo, momentáneamente tomando a su papá por sorpresa. Ella nunca había utilizado lenguaje sucio alrededor de él. Mierda santa, pensó, mejor me voy de aquí y me calmo antes de que lo provoque mas.
“Estás incurriendo en una equivocación enorme.” Melvin sacudió su cabeza mientras miraba a su hija pisar airadamente fuera del cuarto.
“¿A quién le importa? ¡Es mi vida!” Bette gritó mientras cerraba de golpe la puerta .
Melvin se burló. “Y es mi dinero.” Éntrecerró sus ojos mientras dió vuelta alrededor y miró hacia fuera de la ventana de nuevo.
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“Hey.”
Una voz suave retumbó alrededor de la cabeza de Dana mientras sentía que una mano le daba una palmada a su cara. “Oww.” Gimió mientras abría los ojos cautelosamente. Parpadeó algunas veces y miró para arriba para ver a los tres miembros de 4F que la miraban preocupadas.
“¡Jesucristo!” Alicia sacudió su cabeza y burlonamente chasqueó la frente de la morena con su dedo. “Ya sabes solo estábamos bromeando.” Se levantó de su posición de rodillas y amplió una mano para ayudar a Dana a levantarse.
“Ustedes tienen un sentido del humor realmente retorcido.” Dana susurró seca mientras se levantaba. “¿Qué ahora?” Frunció el ceño un poco cuando sintió a Shane empujarla hacia la silla y forzarla a sentarse.
“Solo necesitamos que firmes algunos papeles.” Sam soltó una enorme cantidad de documentos encima de la mesa delante de Dana.
Dana surcó su frente y señaló a la montaña de papeles. “¿Algunos?” Miró a Sam cuestionándola. “¿Y para qué son ésos?” Siguió.
“Para de preguntar y comienza a firmar.” Alicia pidió y empujó una pluma en la mano de Dana. La morena miró a las tres chicas amenazadoras mientras cruzaban sus brazos en su pecho.
“Bien.” Dana masculló aceptando y alcanzó el primer documento sobre la pila.
Algunos minutos y un dolor de dedos más adelante, Dana dejó escapar un suspiro de alivio cuando firmó el último documento. “Hecho.” Sonrió feliz y empujó la pila hacia Shane.
“Grande.” Alicia sonrió mientras sacudía la mano de Dana. “Felicidades Fairbanks. Acabas de hacer tu primera inversión.” Sonrió secretamente en la morena.
“Espero que te guste el vino.” Shane masculló bajo su respiración mientras sonreía con conocimiento en Sam al lado de ella.
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“¡Fuck!”
Bette maldijo apasionada mientras cerraba de golpe la puerta a sus habitaciones. Creo que acabo de empeorar las cosas para mí y Kennard, sacudió su cabeza. “Grandioso Bette idiota.” Se regañó y dio una palmada a su frente en la molestia. Lanzando su chaqueta encima de una mesa, caminó a su pequeña cocina y sacó un paquete de cerveza del refrigerador. Arrastrando sus pies, caminó hacia el sofá y giró la televisión. Miró fijamente la pantalla en blanco a medida que sus pensamientos continuaban funcionando automáticamente.
“¿Ahora qué Porter?” Se preguntó amargamente mientras tomaba un trago largo de su bebida. ¿ Qué sucedería ahora? Su padre comenzaría seguramente a actuar sobre Kennard pronto. Lo conocía demasiado bien. “Mierda.” Maldijo una vez más mientras tomaba otra cantidad sana de cerveza. ¿Soy bastante fuerte? Se preguntó cuando miró abajo en sus manos y agarró la lata firmemente, sus dedos dejaron muescas en el objeto. ¿Soy bastante fuerte para protegerla contra él? Suspiró mientras se inclinaba detrás contra el sofá y cerró los ojos.
Dejó salir un respiro exasperada cuando su teléfono celular comenzó a vibrar dentro de su bolsillo. Sin abrir los ojos, lo sacó y lo abrió de un tirón. Solo un nuevo mensaje, bebió una vez más mientras presionaba el botón para leerlo.
De: Kennard < 19 de abril de 2008, 11:56 P.M.>
Mensaje: ¡Feliz cumpleaños Porter!. Se q sigue siendo algunos minutos temprano, pero qría ser la 1ra en flicitart, estoy cayndo d sueño y apnas pud pmanecer dspierta hasta 12 . Deseo las mejores cosas dl mundo para ti! Dscansa muy bien y Dulcs sueños ok?, tqm!
Bette lloriqueó mientras leía el mensaje en la pequeña pantalla. Las palabras empezaron a empañarse cuando las lagrimas comenzaron a bloquear su visión. Colocó la cerveza entre sus piernas y limpió sus ojos con su mano.
“Seré fuerte para ti.” Sonrió mientras las lágrimas continuaron cayendo abajo de su cara. Melvin nunca podrá lastimarte Tina. Nope, no en esta vida. “Te protegeré. Lo prometo.”
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Fecha de inscripción : 06/03/2008
Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO VEINTIOCHO: Feliz cumpleaños Bette
“¡¡Srta. Bette buena mañana!!”
Sonja gritó con la fuerza de sus pulmones mientras atravesaba las puertas dobles del dormitorio de Bette. Se aproximó a la cama queen-sized y empujó el bulto enorme por debajo del edredón color crema grueso. Sonrió mientras oía un gemido bajo que era emitido desde adentro. Puso sus manos en el colchón y se inclinó suavemente adelante, moviendo su cabeza algunas pulgadas más cerca a donde había conjeturado que estaría el oído de la morena. Sabía que lo que haría induciría a su hermosa joven ama después a proferir una lluvia de maldiciones y gritos pero no le importaba realmente. Después de todo, esta había sido su tradición en todos esos años desde que comenzó a cuidar a la heredera. Despejó su garganta e inhaló profundamente para comenzar su acostumbrado despertar especial del 20 de abril.
“Youuuuuuuuuuu birrrttthhhddaaayyy del tooooooooooooooooooooo de Haaaaappppppyyyyyy! Youuuuuuuuuuu birrrttthhhddaaaaaaaayyy del tooooooooooo de Haaaaappppppyyyyyy!” Sonja cantó estruendosa y apasionadamente desafinada mientras la muchacha del cumpleaños gemía y se revolcaba debajo de las cubiertas. “Feliz cumpleaños. birthdaaaaaayyyyy feliz. youuuuuuuu birrrrrrtttttthhhhdddaaaaaayyyyyyy feliz del tooooo!!!” Aún gritando envolvió en sus brazos al bulto con vida conocido como Bette Porter. Se retiró después de algunos minutos y esperó con la respiración agitada a que la figura emergiera de debajo de su confortable escondite.Aquí vamos, se preparó para el próximo impacto del vocabulario florido de su ama mientras lanzaba abajo las cubiertas de su cara y frotó sus ojos soñolienta.
“Sonja.” Bette todavía susurró ronca, su voz densa del sueño. “Tu.” Entrecerró sus ojos y señaló en la señora que hacía una pausa en su cama.
“¿Yo?” Sonja señaló un dedo inocente en si misma mientras miraba a la morena expectante. Oigamos la boca insignificante, hizo muecas internamente.
“.. no eres la primera en saludarme este año!!!” Bette gritó mientras reía sinceramente. Los ojos de Sonja se ensancharon en respuesta mientras su boca se abría y cerraba en choque.
“¿Eh-cómo puede ser?” La camarera miraba aprensiva a la adolescente que dibujaba una mueca con aire satisfecho. Ella había sido siempre la primera en felicitar a Bette, ¡era tradición! Seguro, había alguna gente que enviaría sus saludos de texto a la muchacha tan pronto como el reloj marcara las doce, pero Bette nunca las contó como primera. Los saludos de la gente que tenía cerca de su corazón pesaban más en la morena. Y en los últimos trece años, ella era siempre la primera. Sam era generalmente la segunda seguida de cerca por Shane o Alicia. Esas dos estaban siempre en la competencia por el tercer lugar. Ella sabía que sus dormilonas amigas nunca despertaban antes de las seis de la mañana y utilizaba este conocimiento a su ventaja. Asi que para su placer, y la consternación de Bette, la rutina de despertarla diariamente era siempre mucho mas temprano de lo acostumbrado en su cumpleaños.
“Alguien te ganó.” Bette se incorporó y sonrió mientras recordaba el texto de anoche. Vio la expresión confusa en la cara de Sonja y le explicó. “Kennard.” Susurró sin aliento mientras miraba a la señora mayor con complicidad.
“Tienes una cierta competencia” Hizo muecas en Sonja.
Sonja entrecerró sus ojos y respiró profundamente, fingiendo daño. “Más de diez años de tradición, se han ido a la basura.” Suspiró dramáticamente mientras daba vuelta alrededor y comenzó a caminar directamente hacia las ventanas. Hizo su tarea acostumbrada de abrir las cortinas y dejar la luz del sol fluir dentro del dormitorio oscuro. Aunque hiciera una demostración de suspirar audiblemente y de inclinar sus hombros en derrota, no se sentía realmente molesta con el hecho de que alguien pudiera ganarle este año. Si hubiera sido una de las tres muchachas, estaba segura que estaría sintiéndose poderosamente mal ahora. Pero al escuchar que era esa muchacha Kennard, dejó a un lado todos sus recelos. Esa muchacha era la responsable del buen humor de su querida Bette esta mañana, y del resto de las mañanas de esas pocas semanas. Así, ella la perdonaba por romper la tradición.
“Aww. no estés triste Sonja .” Dijo Bette en voz alta mientras traía sus rodillas más cerca a su pecho y reclinaba su cabeza en ellas. “Tu saludo de madrugada destruyendo mis tímpanos ha sido siempre uno de los puntos culminantes de mi cumpleaños.” Mostró a la señora una sonrisa tranquilizadora.
“¿Realmente? Pero usted nunca pareció gozar de eso antes.” Sonja levantó una ceja mientras miraba a la morena en la cama. Hubieron años en que la corría airadamente fuera del cuarto, otros le lanzaba las almohadillas, gritaba en voz alta y maldecia violentamente. De hecho, un zapato de tacón alto de Bette la persiguió fuera del cuarto el año pasado.
“Entonces era una idiota.” Bette encogió los hombros con pesar. Era siempre demasiado obstinada para admitir que miraba siempre adelante al áspero, pero dulce, despertar con la canción de cumpleaños de Sonja. Temía realmente el año en que no pudiera oírlo más. Aunque gritara obscenidades en la señora, en verdad, tan pronto como la mujer salía fuera de su cuarto, se quedaba reventando de felicidad. No podía explicar cómo el acto simple, irritante la hacía sentir feliz , emocionada y que le importaba y era amada de verdad. Era maravilloso y pensaba que así habrían sido sus cumpleaños si su mamá no hubiera muerto en un accidente de tráfico cuando tenía apenas dos años. Ella no sabía mucho sobre su mamá, a su papá no le gustaba hablar de ella. Ella podía detectar una tristeza profunda dentro de su padre normalmente frío e insensible siempre que intentaba involucrar a su madre en una conversación. Pero lo que sabía, basada en las historias que escuchó al azar, era que Maxine Porter era una mujer maravillosa. Un abogado apasionado y una persona humanitaria y dedicada, encabezó sin ayuda la fundación de M. Porter y otras organizaciones de caridad por todo el mundo. Los que la conocieron cuando estaba todavía viva narraban historias que pintaban a su madre como una persona cariñosa y afectuosa. Así pues, Bette estaba segura que si todavía viviera su mamá, ella sería como Sonja de cariñosa y maternal. Era afortunada, todavía tenía la figura de una madre cuidandola en la forma de su camarera. “Quizás podrías hacerlo mejor el próximo año.” Bette levantó sus cejas mientras sonreía con gusto en la mujer mayor.
“Puede apostar eso Srta. Bette.” Sonja sonrió mientras se dirigía hacia las puertas dobles. “Oh, y si puedo,” paró y miró detrás a la morena cuando su mano se retrasó sobre la manija de la puerta. “Quisiera realmente conocer y felicitar a la muchacha que me ganó este año.” Ella sonrió. “Quiero familiarizarme con la competencia.” Guiñó mientras Bette reía moviendo su cabeza en respuesta.
Tan pronto como Sonja cerrara las puertas detrás de ella, Bette se acostó de nuevo. Cerró los ojos y sonrió mientras saboreaba la sensación maravillosa de cumplir otro año mas de vida. Me pregunto cuando pasará esta fase emocional? Rió silenciosamente para si. Sabía que bastante pronto, iba a detestar el proceso entero del envejecimiento. Pero por ahora, no podía esperar para crecer. Suspiró contenta cuando su mente viajó a su fiesta de esa noche. Hoy, pondría todos sus apuros a un lado. Se divertiría, pasaría un rato excelente. Nada podría poner nubarrones en su humor feliz hoy, no incluso su padre. “Feliz cumpleaños Bette.” Se saludó cuando se acomodó perezosa en la cama por algunos minutos más.
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A las ocho de la mañana, una Hummer un tanto rara recorría las diversas calles de Los Ángeles mientras se dirigía hacia la propiedad más grande de las colinas de Hollywood. El coche se destacaba como un pulgar dolorido y daba vuelta a las cabezas por todas partes, no solo debido a su tamaño, sobre todo debido a su extraño color. El coche de aspecto masculino y normalmente formal estaba pintado en un color rosado brillante tremendo y llamativo. Sí, era la Hummer más alegre del mundo entero. Y su querido dueño es nada menos que. .. “¡Apartense!” Su conductor, Alicia Pieszecki, gritó cansada en la irritación cuando tocó el claxon en algunos peatones. Los pobres niños asustados gritaron ruidosamente cuando Alicia movió de un tirón un dedo. “Imbéciles.” Alicia masculló bajo su respiración mientras daba una vuelta aguda en la intersección siguiente. Sonrió triunfante mientras observaba las paredes altas de la propiedad que mostraban los árboles en la distancia. Con suerte, alcanzaría la mansión en menos de ocho minutos. Dirigió el coche con una mano mientras su otra mano alcanzaba su teléfono celular en el asiento del pasajero vacío. Presionó los botones necesarios y esperó algunos segundos a que la otra persona contestara. “¡Asno perezoso buenos dias!” Alicia saludó tan pronto como oyera la ronca voz familiar en la otra línea.
“¿Qué quieres Al?” Shane McCutcheon preguntó cuidadosa cuando cogió su teléfono.
“Nada.” Alicia sonrió en el receptor. “Acabo de preguntarme si estabas en la casa de Porter ya.” Mordió su labio más bajo mientras escuchaba la información. Por supuesto que no estaba, Alicia rió para si, ella se cercioró de que los neumáticos del auto Pimienta de Shane estuvieran desinflados esa mañana.
“Nope. Tuve algunos problemas con el coche.” Shane contestó simple. “Solamente Sam está ya allí.” Agregó después de algunos segundos.
“Por supuesto que está.” Alicia rodó sus ojos, ella era la mejor amiga de Bette, estaría naturalmente allí primero. Ocultó nuevamente la risa antes de que continuara. “Pero yo por otra parte, alcanzaré a Porter y Sammy en tan solo algunos minutos.” Dijo orgullosa y sonrió con aire satisfecho.
“¿En serio?” La voz de Shane sonó con desinterés.
“¡Tu reinado de cuatro años está por terminar Shaney!” Alicia rió calurosa. “Te batí este año.” Ella sonrió arrogante mientras llegaba a las puertas enormes altas de la residencia Porter. Le tardaría algunos minutos más alcanzar la mansión puesto que tenía que maniobrar a través de la larga calzada y los jardines estupendos, pero estaba muy bien con ella. Después de todo, ella alcanzó el lugar primero. Shane por los últimos cuatro años había estado golpeando su culo con el pie, pero no ahora. Hoy, ella podría saludar a Bette antes de que lo hiciera la casanova andrógina. Mira como ganaré la competencia este año, hizo muecas de oído a oído.
“¿Hey Al?” Shane dijo en voz alta, sacando a su amiga intempestivamente de sus pensamientos triunfales.
“¿Yep?” Alicia preguntó distraidamente mientras bajaba su ventana y agitaba su mano en el vigilante. El hombre rechoncho movió su cabeza en reconocimiento y dio un pequeño saludo mientras caminaba a los controles y presionó el botón rojo para abrir la puerta.
“Mira para arriba.” Shane hizo muecas cerrando de un tirón su teléfono y terminó la llamada.
“¿Quuééééé?” Alicia frunció el ceño cuando oyó un sonido breve y agudo venir de su teléfono móvil. ¿Por qué le colgaría Shane? Rodó sus ojos molesta. Espera. ¿dijo que mirara para arriba? Frunció el ceño y lanzó su teléfono en el asiento al lado de ella mientras pegaba su cabeza fuera de la ventana y miraba para arriba el cielo. “Qué.” Jadeó horrorizada cuando vio a Shane agitar en ella desde su helicóptero mientras pasaba el coche de Alicia y se dirigía hacia la mansión.
“¡¡¡¡¡¡¡¡Fuuuucccccccccccccckkkkkkkkkkkkkk!!!!”
Todo el equipo de seguridad colocado en las puertas de la residencia Porter saltaron para arriba sorprendidos cuando se escuchó la bocina de la Hummer. Dos individuos miraron con fijeza dentro de la ventana abierta del coche y notaron una cabeza rubia golpear continuamente en el volante.
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“Wow.” Ken Kennard silbó cuando entró en el dormitorio de su hija y vio el vestido rojo encima de la pequeña cama. “Muy agradable.” Sonrió elogioso mientras se sentaba en el borde de la cama y recorría su mano sobre la tela suave.
“¿Huh?” Tina levantó la vista del piso mientras empacaba su bolso de noche. Ella se quedaría en la casa de Jenny después de la fiesta esa noche. Su amiga llegaría para recogerla en treinta minutos puesto que se prepararían para la fiesta de Bette juntas. La había sorprendido gratamente cuando descubrió que Porter había invitado a su mejor amiga a la fiesta también. No pensó que Bette recordaría a Jenny, después de todo, ella hizo un trabajo bastante bueno de no notar la existencia de su compañera de clase anterior por cuatro años. “Sí, es hermoso ¿no es así?” Sonrió mientras miraba el vestido que su papá elogiaba. Se lo había probado la otra noche, y mucho para su diversión y placer, se miraba endiabladamente caliente en él.
“Yep.” Ken movió su cabeza en el acuerdo. El vestido era en verdad una obra de arte exquisita. “Malo para ti también que no lo estés usando esta noche.” Dijo acongojado.
“¡¿Qué?!” Tina gritó en respuesta cuando sus cejas llegaron hasta el cielo. “¿Pero porqué?” Gimoteó como una niña berrinchuda. Puesto que su regalo de cumpleaños resultó ser absolutamente un desastre, había querido agradar a Bette concediéndole su petición usando el encantador y atrevido vestido que quería para su fiesta.
“Solo estoy preocupado.” Su papá encogió los hombros cuando se levantó y caminó hacia ella.
“¿De que alguna persona quiera aprovecharse de mí con ese vestido?” Tina suspiró mientras cruzaba sus brazos en su pecho. Estaba segura como el infierno que la única persona que intentaría algo con ella esta noche era la muchacha misma del cumpleaños. La naturaleza celosa y posesiva de Bette Porter asustaría totalmente a los mirones y admiradores potenciales. Así que no tenía realmente miedo del acoso de algunos individuos, o muchachas, esa noche.
“Oh, no estoy preocupado de éso.” Ken sacudió su cabeza al lado mientras colocaba sus manos en los hombros de Tina. Suspiró mientras miraba a su hija a los ojos. “A decir verdad, estoy más preocupado por ti.” Él tragó difícilmente y miró tristemente a Tina. “..se que ese hermoso vestido no podrá hacerte justicia.” Dijo seriamente mientras sus ojos bailaban alrededor burlonamente.
“¡Papá!” Tina resopló mientras rodó sus ojos. Dios, su papá y su maÌ sentido del humor, sacudió su cabeza molesta. Ken explotó en una risa mientras su hija pisó fuerte alrededor del cuarto y continuó empacando sus cosas.
“Seriamente sin embargo,” continuó después de algunos minutos. “Permitiré solamente que uses ese vestido si usas una capa encima de el.” Cruzó sus brazos en su pecho.
“¿Porqué?” Tina movió una mano sobre su pelo rubio mientras miraba a su padre a través de la esquina de sus ojos.
“Hace frío esta noche y te congelarás a muerte en ese vestido.” Ken frunció el ceño mientras miraba el vestido encima de la cama. La única gente que el vestido rojo mantendría caliente sería a los pervertidos que mirarían seguramente a su hija toda la noche.
Tina caminó encima a su armario y frotó la parte posterior de su cuello. “No tengo una capa que se vea bien con el vestido.” Dijo mientras buscaba a través de su escaso guardarropa.
“Espera aquí,” Ken salió fuera del cuarto de Tina. “Tengo lo que necesitas.” Dijo sobre su hombro mientras caminaba hacia su dormitorio. Pocos minutos más tarde, regresó de nuevo con su hija llevando una pieza de ropa encaramada en su brazo.
“¡Papá!” Tina gritó en protesta cuando su padre entró en el cuarto y orgulloso le demostró la capa.
“¿Por qué? ¿Qué está mal con ella?” Ken levantó una ceja mientras miraba abajo su capa amarillenta preferida. Seguro, era más que algunas tallas grande para su hija, pero no obstante la cubriría y mantendría caliente. “Intenta ponertela.” Le ordenó, empujando la capa en las manos renuentes de Tina.
“Bien.” Tina obedeció a regañadientes y se puso la capa cerrando algunos botones. Se colocó delante del espejo y gimió en la frustración. “Mierda.” Maldijo bajo su respiración. La capa era tan grande que las mangas cubrian sus manos y la tela arrastraba en el piso cuando caminaba.
“¿Qué está mal?” Ken surcó su frente mientras se colocaba detrás de su hija.
Tina entrecerró sus ojos en la imagen de su padre en el espejo. “Parezco un burrito rubio.” Suspiró exasperada, poniendo sus manos en sus caderas.
“No.” Ken dijo con voz cansina mientras sacudía su cabeza a los lados. “Pensaba que pareces más bién el adminículo del inspector.” Rió y puso un pequeño beso en la cabeza de Tina. “Tienes que usar eso, ¿de acuerdo?” Severo ordenó mientras salía del dormitorio.
“No en esta vida.” Tina susurró debajo de su respiración mientras hacía muecas en su reflejo. Ésta era definitivamente en gran medida la capa más antisexi que jamás había visto. Tina rió para si mientras se imaginaba cómo reaccionaría Bette al ver cubierto el estupendo vestido con una capa. Estaba segura que Porter rasgaría esto de su cuerpo en el minuto que sus ojos se posaran en ella - mascullaría probablemente algo sobre ella que obstruía la visión. Se quitó la capa y la dobló cuidadosamente antes de ocultarla debajo de la cama. Su papá no lo sabría, mejor, sonrió para si.
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“Mierda santa.” Shane masculló mientras miraba para arriba la masa mecánica enorme de metal y de acero ante ella. Sam y Alicia se colocaban con sus bocas abiertas como platos, estaban también impresionadas ante la vista.
“Sorprendente, ¿heh?” Bette hizo muecas de oído al oído mientras daba al objeto un cabeceo de satisfacción. Era su primera vez en verla también, las personas que la armaron acabaron de montarlo apenas anoche. Se ve muy bien, frunció sus labios en la aprobación mientras miraba las luces impresionantes y el trabajo liso de la pintura. Esto se verá realmente bien durante la noche, sonrió.
“¿No la has probado todavía?” Sam preguntó cuando su mejor amiga dio una vuelta y examinó el chisme un poco más de cerca. Parece bastante sólida, musitó, pero nuna lo sabrás realmente con cosas como éstas.
“Nope.” Bette sacudió su cabeza mientras se doblaba abajo para examinar los diversos mecanismos ocultos dentro de una caja de control de metal. Se levantó y presionó algunos botones en el panel de control principal y sonrió cuando la cosa se encendió y entró en vida. “Tendré mi primer paseo en él más adelante con Kennard.” Sonrió soñadora mientras caminaba de nuevo a donde sus amigas se colocaban y admiraban la visión.
Shane frunció el ceño mientras miraba escéptica el más nuevo juguete de su amiga. “¿Cómo sabes si es segura?” Miró la cosa aprensiva. Era un modelo antiguo que apenas habían armado y engrasado un poco.
“Sí.” Sam secundó. “Deberías de probarla ahora. Quién sabe, puede ser que se trabe repentinamente más adelante.” Gesticuló hacia el objeto y encogió los hombros.
Bette movió lentamente su cabeza hacia arriba y hacia abajo en el acuerdo. “Ustedes tienen razón.” Se lamió los labios y entrecerró sus ojos, necesitaban un conejillo de Indias. “Tu la pruebas.” Dio una palmada en la espalda a una Alicia sorprendida y empujó a la rubia adelante.
“¡¿Qué?! Porqué yo?” Alicia gritó en protesta cuando Bette inclinó su cabeza e indicó para que se sentara ya dentro de la cosa. “¿Porqué no la pruebas tu misma? Eres la persona que la hizo construir.” Cruzó sus brazos en su pecho desafiantemente y cavó sus talones en la tierra mientras ponía mala cara indignada.
“Te lo dije. Quiero a Kennard conmigo en mi primer paseo.” Bette gruñó. “Ahora cierra la boca y pruebala Alicia.” Se deslumbró en la rubia. “Sube.” Señaló a la máquina y ordenó mientras Alicia se enfurruñaba en su lugar.
Shane suprimió una risita mientras miraba a la rubia maliciosa. “Es su cumpleaños y montarás si ella lo quiere.” Se rió a sus costilla mientras le repetía con una tonadita burlona.
“Montar si ella lo quiere.” Sam repitió y tarareó la canción junto con Shane. Alicia rodó sus ojos molesta en sus tres amigas.
“¿Qué si se derrumba esta cosa y caigo y me muero?” Alicia levantó una ceja. “¿Porqué no pueden estas dos babosas entrar en mi lugar?” Señaló a las muchachas cantantes y oscilantes al lado de Bette.
“Oh, las tres no podemos permitirnos tener un accidente.” Bette encogió sus hombros. “No como tu sin embargo.” Dijo lentamente y miró a Alicia con una sonrisa traviesa en su cara.
“¿Me estás diciendo que soy sustituible?” Alicia señaló para si, aterrada totalmente.
“Nope.” Bette sacudió suavemente su cabeza al lado. “Solo estoy diciendo que de entre las cuatro, tu eres la persona menos probable para morir en un accidente normal.” Agitó su mano desdeñosa mientras Alicia fruncía el ceño confundida. “¿Conoces el refrán que dice que las jóvenes buenas no mueren?” Explicó más lejos mientras Alicia movió lentamente su cabeza en respuesta afirmativa. “No creo que tengas que preocuparse de eso.” Encogió los hombros mientras Shane y Sam sonrieron al lado de ella en el acuerdo.
“¡Oh jodanse!” Alicia maldijo cuando las tres se rieron de ella. “Rianse todo lo que quieran,” desafió a sus amigas. “¡¡¡Diablos, porque no hay poder sobrehumano que logre hacerme probar esta cosa, bola de cabronas!!!”. Gritó
“¿Oh realmente?” Bette levantó una ceja mientras echaba un vistazo de lado en Shane y Sam. Las dos cabecearon sus cabezas y miraron a Alicia amenazadoras.
“¿Qué?” Alicia chirrió nerviosa y se movió hacia atrás lentamente cuando sus tres amigas caminaron hacia ella. ¡Mierda! Su mente gritó cuando se encontró repentinamente con la cara fija en la tierra. “¡Alejense de mí!” Alicia gritó mientras intentaba zafarse libremente de sus torturadores. “¡Aaaaa!” Chilló y golpeó sus piernas con el pie alrededor cuando las tres la llevaban mitad cargada, mitad a rastras hacia la máquina. “¡Son unas malvadas!.” Gritó cuando Sam la detenía en su lugar mientras Bette y Shane la ataban con una correa en su asiento.
“Goza del paseo Al.” Bette sonrió cuando gritó fuerte a Alicia. Agarró a sus dos amigas por los hombros y las hizo a un lado. “Aquí vamos.” Presionó algunos botones en el panel de control y levantó los pulgares hacia Alicia que lloraba ruidosamente. La máquina dio una pequeña sacudida y comenzó a hacer sonidos divertidos.
“¡Oh mi dios!” Alicia se aterró mientras hiperventilaba en su asiento. “No quiero morir.” Lloriqueó cuando la maquina se calentó y comenzó a moverse lentamente. Cogió su paso algunos segundos más adelante, enviando a la pobre rubia al borde de los nervios de nuevo.
“Bravo.” Bette sonrió, satisfecha de que la máquina parecía moverse suavemente. Caminó los pocos pasos hacia una banca de madera en una esquina y se sentó en ella. Shane y Sam la siguieron y se sentaron con ella, las tres amigas escucharon divertidas como una Alicia gritaba en voz alta un monólogo sobre cómo las tres se quemarían en el infierno. Torturaron a la muchacha por algunas horas más hasta que fue hora de arreglarse para la fiesta. Para entonces, Alicia había inventado ya nuevas maldiciones, blasfemias y condenaciones a sus amigas .
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“Gracias.” Jenny Schecter tomó la mano ofrecida por el valet parking mientras salía del asiento del conductor de su Bentley negro. Se movió alrededor del coche y caminó a donde su amiga se colocaba. “No creo que sea tan tarde.” Dijo cuando miró a la muchedumbre en línea, esperando su turno para pasar debajo del detector de metales y ser revisados por el personal de seguridad. Miró en su reloj y mordió su labio más bajo. Estaban dos horas atrasadas. Había tenido un pequeño problema con su vestuario y tuvieron que esperar hasta que lo arreglaran.
“Eso espero.” Tina tragó nerviosa mientras alisaba su vestido. Porter la había advertido el otro día sobre llegar tarde. “Vamos.” Suspiró mientras sacaba su invitación dentro del monedero de plata que había pedido prestado de Jenny. Las dos estaban a punto de formarse en la fila cuando fueron detenidas por un hombre atractivo en un smoking negro.
“¿Srta. Tina Kennard?” Preguntó mientras miraba a la muchacha lentamente. Pelo rubio, cara hermosa, vestido atractivo rojo con un escote sugerente y una abertura larga al lado, yep, ella debe ser. Sonrió con gusto mientras la muchacha movía su cabeza hacia arriba y hacia abajo. “Soy James, ayudante personal de la Srta. Porter.” Amplió una mano y sacudió las manos con Tina. “Y usted debe ser la Srta. Jennifer Schecter.” Dijo mientras daba vuelta hacia Jenny e hizo lo mismo. “Por favor, siganme.” Sonrió mientras caminaba hacia un carro de golf parado algunos pies lejos.
“¿No se supone que tienen que revisarnos primero?” preguntó Tina, señalando de nuevo a todas las medidas de seguridad en la entrada.
James sacudió su cabeza al lado y sonrió. “No se preocupen de eso. Ustedes son chicas VIP.” Montó en el asiento del conductor y agitó a las dos. “Suban para irnos. Nuestra muchacha del cumpleaños ha estado muy impaciente y en la punta de su genio esperando que su hermosa cita llegara.” Él guiñó, haciendo a Tina ruborizarse profundamente y sonreir a Jenny divertida por la reacción de su amiga.
“¿Está enojada?” Tina preguntó mientras se sentaba al lado de James. Jenny se acomodó en el asiento detrás de ellos.
James encogió los hombros. “Enojada, ya no más, digamos que....” Surcó su frente, buscando la descripción correcta. “..ansiosa.” Echó un vistazo de lado en Tina mientras encendía el carro y salía de la calzada. Su joven jefa podía apenas concentrarse en el saludo de sus huéspedes y la socialización. Había estado saltando toda la noche mientras miraba alrededor del partido, en la búsqueda de cierta rubia. Bien, ella no tendrá que esperar más, sonrió cuando echó un vistazo breve en una Tina inquieta al lado de él. Pocos minutos más tarde, se encontraron conduciendo hasta el enorme jardín Japonés en el corazón de la propiedad.
“Wow.” Tina se inclinó adelante mientras sus ojos contemplaban la vista ante ella. Había un puente de madera largo encima de una laguna artificial grande que tenías que cruzar para llegar a la fiesta. Habían tres pérgolas, la más grande estaba situada en medio del jardín. Docenas de gentes se movían alrededor y socializaban unos con otros y los múltiples meseros llevaban bandejas con champán y otros aperitivos por los diferentes senderos del jardín.
“Bienvenida a la fiesta de cumpleaños de Bette Porter.” James sonrió cuando pisó los frenos y estacionó el carro de golf cerca del puente.
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“¿..viste la más nueva colección de Valentino? ¡Fabuloso!” Una vieja mujer gorda insípida cubierta en un vestido rosado con tirantes rió escandalosa mientras daba un pequeño codazo a la muchacha del cumpleaños.
“Sí.” Bette movió su cabeza en blanco , queriendo desaparecer a su irritante tía Mabel. ¿Por qué era necesario invitar a parientes a una fiesta? Gimió internamente. Discreta observó las piezas chillonas de joyería que adornaban su cuerpo e hizo muecas. Sí, el dinero no podía comprar realmente el buen gusto.
“… y que le digo a tu tío Albert. `si no me compras esos vestidos, lo siento pero voy a tener que dejar tu trasero en la bañera' y él.”
Bette mordió a duras penas un comentario sarcástico mientras suprimía el impulso de rodar sus ojos en su tía. Encontraba realmente embarazoso y frustrante tener que convivir con esa pariente suya. “Uh-huh.” Masculló muda cuando su tía la miró por una respuesta antes de que continuara con su narración. Algunos minutos más en la conversación unilateral, un flash rojo en la esquina de sus ojos salvó a Bette de sufrir una muerte lenta y dolorosa debido al aburrimiento. Su respiración se enganchó en su garganta. Conocía ese vestido, lo había visto en los últimos días en sus ensueños. Sin voltear su cabeza para confirmar si había dado correctamente en el clavo, empujó la bebida en su mano hacia las manos de la tía pasmada y se fue sin decir una palabra. Cerró los ojos cuando caminó algunos pasos adelante, anticipando a su huésped recién llegada . Y era cierto, cuando paró y los abrió algunos momentos más adelante, allí estaba ella.
“Kennard.” Contuvo su felicidad refrenando la sonrisa, sentía el impulso de jugar un poco con la tarjeta del orgullo. “Llegas tarde. Muy tarde.” Levantó una ceja mientras sus ojos viajaban al cuerpo de la rubia. Jesucristo, ella estaba impresionante. Tina hizo atar su cabello hacia arriba en un chongo flojo, algunos filamentos de pelo caían sobre sus ojos pardos. Se miraba tan fascinante, y más que un poco tentadora. Bette mordió su labio cuando su mirada viajó abajo al cuello delgado donde un colgante rojo simple, con todo con clase, de rubíes colgaba peligroso cerca de un par de montones de carne que se miraban deliciosos. Su boca iba seca mientras luchaba por normalizar su respiración. Vio el muslo color crema asomar a escondidas por la larga abertura y casi se desmayó a media fiesta. Su resolución por continuar fingiéndose ofendida comenzó a disminuir considerablemente. “Tu, te gusta verdaderamente hacer esperar a una chica,¿ no es asi?” Tragó difícilmente mientras probaba incluso su voz.
Tina sonrió internamente cuando vio el efecto que tenía en Bette. Se había percatado de la manera en que la hambrienta morena había devorado con la vista su cuerpo entero. Tuvo que reírse del hecho de que ella hizo lo mismo con la heredera cuando la morena estaba ocupada admirándola. Me encanta cada parte de la muchacha del cumpleaños, Tina movió su cabeza aprobatoriamente cuando comprobó la manera en que la morena brillaba intensamente esa tarde. El pelo normalmente ondulado fue domesticado un poco hacia abajo y se reclinaba sobre sus hombros entonados atractivos. Su vestido blanco de marfil de cintura de avispa moldeaba cada curva absolutamente agradable, exponiendo una cantidad decente de piel y de escote. Fue el turno de Tina de tragar saliva pues sintió repentinamente su cara muy caliente. “Siento llegar tarde.” Dijo a media voz mientras cerraba la distancia entre las dos.“Feliz cumpleaños Porter.” Sonrió cuando se inclinó al frente y besó a Bette en la mejilla.
Bette cerró los ojos mientras saboreaba el dulce y levemente persistente beso que recibió. Finalmente se permitió sonreir cuando la rubia se retiró. “Te perdono.” Susurró sin aliento mientras sus ojos bailaban alrededor con júbilo. Se miraron fijamente la una a la otra en un silencio cómodo por algunos momentos más antes de que el sonido de alguien que despejaba su garganta las trajera de nuevo a la realidad.
“¡Feliz cumpleaños!” Jenny sonrió, mirando a las dos divertida. Bette cabeceó simplemente en respuesta mientras sus ojos seguían pegados a Tina. “Aquí tienes.” Jenny sacudió su cabeza y rió mientras daba a la morena su presente. Le tomó a Bette algunos segundos más antes de que incluso se colocara dentro de su cerebro que la pequeña muchacha le daba algo.
“Oh.” Bette levantó sus cejas mientras tomaba el regalo de la mano de Jenny. “Gracias.” Sonrió con gusto en la mejor amiga de Tina. James, que observaba la interacción algunos pies lejos, caminó hacia las muchachas y cautelosamente tomó el presente de Bette.
“Llevaré esto a la mesa con el resto de los presentes.” James sonrió respetuosamente con el elegante regalo envuelto en sus manos. “U .” Miró hacia arriba y señaló a la pequeña caja que Tina sostenía. “¿Usted quisiera que llevara eso también?” Él sonrió. Los ojos de Tina crecieron repentinamente grandes.
“Oh No. Nada de eso. No.” Tina sacudió su cabeza vigorosa al lado. Ella miró la mesa que desbordaba con los regalos enormes, costosos en la distancia e hizo muecas.
“Me trajiste un regalo.” Bette sonrió de una manera torpe cuando finalmente se percató de la caja en la mano de la rubia.
“¡No!” Tina gritó rápidamente, ocultando su regalo de mirada patética detrás de ella . Oh dios, gimió, comenzaba a tener dudas sobre darle a Bette su desastrozo presente.
“Damelo.” Bette frunció el ceño, alcanzando el presente detrás de Tina. “Quiero verlo.” Gimoteó cuando Tina se aferró a el y se alejó de ella.
“De ninguna manera Porter.” Tina dijo a través de los dientes cerrados fuertemente mientras bailaba alrededor para evitar las manos de la morena. Vio a Bette lista para para alcanzar el regalo y pisó fuerte por instinto en el pie de la morena con su talón derecho.
“¡Owwwwww!” Bette aulló en dolor. Todos los invitados que se colocaban cerca miraron hacia ellas con interés. “Incluso no estamos bailando todavía y ya caminaste encima de mi.” Sus labios temblaron cuando se agachó y frotó su pie que palpitaba.
“Lo siento.” Tina masculló avergonzada mientras ayudaba a la morena a enderezarse. “Te lo daré más adelante, lo prometo.” Susurró al oído de Bette. “Cuando estemos solas.” Agregó mientras la morena levantaba una ceja. Ella quería estar allí cuando Bette abriera su regalo. No sólo quería ver la reacción de la morena, también quería una oportunidad de explicarle algunas cosas con respecto a el.
“Me aferraré a esa promesa.” Bette advirtió cuando tomó la mano deTina en la propia y llevó a la rubia hacia la pérgola principal donde estaban sus amigas. Jenny sacudió su cabeza en James y rió mientras seguía a las dos delante de ella.
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“Bien, ¡miren quien finalmente nos honra con su presencia!” Alicia gritó con la fuerza de sus pulmones cuando Tina caminó hacia ellas de común acuerdo con Bette. Las otras invitadas de la mesa dieron vuelta a sus cabezas y sonrieron. Alicia levantó una ceja mientras notaba a la pequeña morena detrás de las dos. Le parecía vagamente familiar.
“¡Hey Jen!” Shane dio un pequeño saludo a la muchacha y señaló en el sitio vacío al lado de ella.
“¿Jen?” Alicia se inclinó más cerca y susurró a Shane. “Pensé que tu bocadillo de la semana era Nadine?” Levantó una ceja.
Shane rodó sus ojos. ¿Qué tan desorientadas eran sus amigas? “Ella es Jenny, nuestra compañera de clase Al.” Precisó. “Y es la mejor amiga de Tina.” Declaró cada palabra dandole juguetónamente pequeños zapes a Alicia en la cabeza.
“Oh.” Alicia movió su cabeza mientras golpeaba con fuerza la mano de Shane.
“Tina.” Helena se levantó de su silla y caminó hacia la rubia para un abrazo. Antes de que pudiera incluso envolver sus brazos alrededor de la muchacha, Bette caminó entre ellas y levantó una ceja.
“Ningún contacto.” Bette se deslumbró en una Helena estupefacta por algunos momentos antes de explotar en una mueca. “Solo bromeaba.” Rió mientras se movía a un lado y permitió que Helena se acercara a su cita. Hey, mientras no fuera Sam, ella estaba muy bien con eso.
“Te creo Bette.” Helena sacudió su cabeza y sonrió cuando abrazó a Tina y besó a la muchacha en la mejilla. “me alegra que pudieras venir.” Dio a la rubia un abrazo afectuoso. “Por favor, sientate.” Sonrió y señaló a las sillas vacías.
“Está bien.” Tina emitió y agitó en las otras muchachas mientras caminaba hacia el asiento al lado de Helena. Bette caminó rápidamente a continuación y sacó la silla para ayudarle a acomodarse. “Gracias.” Miró para arriba a la muchacha del cumpleaños y sonrió.
“De nada.” Bette hizo muecas mientras se sentaba al lado de Tina. Despejó su garganta después de un minuto y se inclinó más cerca a la rubia. “Hey Kennard.” Susurró al oído de la rubia.
“¿Sí?” Tina susurró detrás, notando la expresión seria en la cara de la morena.
“Helena pudo darte un abrazo y un beso.” Bette frunció el ceño mientras movía su cabeza hacia la muchacha que se ligaba con Sam. “Me siento engañada.” Puso mala cara como una niña.
Tina rió y exprimió la mano de Bette. “Quizá más adelante.” Bromeó mientras la morena se inclinaba detrás contra su silla con una sonrisa sacarina enyesada en su cara.
“No puedo esperar.” Bette levantó una ceja y sorprendió a Tina rápidamente levantando sus manos entrelazadas y besando el dorso de la mano de la rubia .
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“¿Si nos formamos y conseguimos nuestro alimento?” Tina preguntó mientras miraba las diversas mesas de comida fría dispersas alrededor del jardín. Ella estaba absolutamente hambrienta y con ánimos de conseguir una buena cena.
Bette sonrió y sacudió su cabeza al lado. “Ésas están para las otras huéspedes. Los meseros nos traerán nuestro alimento.” Agitó una mano hacia uno de los organizadores y le dio la señal. Pocos minutos más tarde, una procesión que consistía en siete meseros caminó alrededor de su mesa y paró detrás de cada muchacha. Exactamente al mismo tiempo y en un movimiento rápido, colocaron los platos en la mesas y levantaron las cubiertas de los platos.
Mientras las otras muchachas comenzaban a cavar en su plato, Tina miró fijamente su alimento boquiabierta y con sus ojos bombeando hacia fuera.
“¿Como lo ves?” Bette sonrió traviesa, mirando la reacción de Tina. Allí, entre algunos pedazos de cordero a o, ensalada, pastas y pollo, estaba una jugosa hamburguesa sobrecargada con tomates y lechuga. Apenas de la manera en que a cierta rubia le gustaba. Innecesario decir, se habría destacado incluso si no estuviera colocada en el centro del plato.
“¿Tu lo hiciste.?” Tina señaló a la hamburguesa y miró a Bette divertida. La morena sonrió y encogió sus hombros en respuesta. “Solamente que tu las odias.” Surcó su frente mientras miraba a Bette cuestionandola.
“Sí.” Bette cortó un pequeño pedazo de su pollo y echó un vistazo de lado en Tina. “Solamente que tu las amas.” Sonrió mientras traía su alimento a sus labios.
Tina sacudió su cabeza divertida mientras comenzaba también a cavar adentro. “Nunca dejas de sorprenderme Porter. Es tu cumpleaños pero soy la persona que se encuentra sorprendida.” Masculló, compartiendo una pequeña sonrisa con la morena.
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“¡Oh recórcholis es Paul van Dyk!” Alicia aplaudió emocionada mientras el DJ subía a la plataforma que fue armada al lado de la pérgola enorme. Saltó para arriba de su asiento y jaló a una Shane renuente . “¡Baile baile baile!” Chilló emocionada mientras intentaba jalar a la delgada morena hacia la plataforma.
“¿Quieres?” Shane se detuvo un momento mientras miraba detrás a Jenny. No iba a dejar a la pobre muchacha sola con las parejas. Eso sería malo.
“Yep.” Jenny movió su cabeza mientras miraba alrededor de la mesa y observaba las conversaciones silenciosas que transcurrían entre las dos parejas. Se levantó y caminó hacia una Shane sonriente y una Alicia impaciente. “Vamos.” Sonrió. Apenas había dado algunos pasos lejos de su mesa cuando una voz ruidosa hizo que las dos miembros de 4F pararan absolutamente sus pasos. “¡Ow!” Jenny exclamó cuando se topó con Shane. “¿Qué?” Preguntó mientras seguía lentamente la línea de visión de la morena.
“¿Qué tenemos aquí?” Melvin Porter sonrió mientras se colocaba detrás de las sillas de Bette y Tina. Había estado en una reunión todo el dia y acababa de llegar a la fiesta de su hija en ese mismo momento. Miró a la rubia sentada delante de él y dijo con desprecio. “Usted debe ser la Srta. Kennard.” Sonrió firmemente en Tina. Bette se puso tensa y se levantó inmediatamente de su silla. “Papá.” Advirtió mientras enfrentaba los ojos de su padre con aplomo. Helena y Sam siguieron a Bette y se levantaron también. El tiempo se detuvo mientras ambos Porter se miraban de arriba abajo sin que ni uno ni otro diera señales de retroceder.
Tina finalmente se recuperó después de algunos momentos. Despejó su garganta y se levantó de su asiento. “Me da gusto conocerlo Sr. Porter. Soy Tina Kennard.” Sonrió nerviosa mientras ampliaba su mano.
Melvin ocultaba apenas su desprecio mientras miraba abajo en la mano ofrecida. “Entonces usted es la nueva amiga de mi hija.” Se burló mientras hizo una demostración de meter sus manos dentro de sus bolsillos. Tina dio vuelta al rojo de la verguenza mientras retiraba lentamente la mano ofrecida. Melvin miró a Tina de arriba a abajo con repugnancia. Si esta muchacha no es una caza fortunas simulando ser una blanca paloma, entonces no sé que es, pensó cuando observó la vestimenta que usaba Tina.
Bette se colocó delante de Tina y bloqueó a la rubia de los ojos de juicio de su padre. Ella sabía apenas lo que él pensaba. “No hagas esto papá.” Dijo a través de sus dientes cerrados fuertemente.
“¿Porqué Elizabeth?” Melvin imitó. “¿Qué es esta muchacha para ti?” Él desafió a su hija. Tina, así como los miembros de 4F y sus amigas, contuvieron sus respiraciones mientras aguardaban las palabras siguientes de Bette. Vamos Porter, Alicia la animaba mentalmente, para de una vez por todas al diablo.
“Ella es.” Bette comenzó mientras tomaba la mano de Tina detrás de ella. “.. la persona más importante en mi vida.” Acabó con una sonrisa boba cuando su papá levantó una ceja sorprendida en su dirección. No esperaba que ella exhibiera e hiciera evidente en voz alta sus sentimientos delante de otra gente. Como él, ella tenía siempre mucho cuidado de demostrar sus emociones, con excepción de la cólera, en público. Bien, no más. Sonrió en su padre mientras comenzaba a alejarse con Tina. “Ahora si me disculpas papá, quisiéramos bailar.” Dijo indiferente sobre su hombro. “Oh.” Paró algunos pies lejos y miró detrás a su padre que estaba sin habla. “No me has saludado todavía.” Levantó una ceja.
Melvin dejó salir una respiración divertida mientras recuperaba su aplomo. Ganas esta vuelta, se burló internamente. “Feliz cumpleaños Elizabeth.” Él sonrió tieso en su hija que se miraba segura y satisfecha. Dio vuelta alrededor y se fue tenso mientras las amigas de Bette aplaudían y se burlaban silenciosamente a espaldas de él.
“Bravo Bette.” Sam sonrió de oído a oído mientras guiñaba en su mejor amiga. En tu cara tío lucas, rió internamente mientras miraba a Bette y a Tina caminar juntas hacia la pista de baile.
“¿La más importante?” dijo Tina finalmente mientras levantaba una ceja en Bette, sus mejillas ahora emparejaban el color de su vestido.
“La más importante.” Bette movió su cabeza. “¿O prefieres, `la persona que amo más que a mi misma', en su lugar?” Sonrió de oído a oído mientras se colocaba en la sala de baile y jalaba el cuerpo de Tina más cerca
“¡¡Srta. Bette buena mañana!!”
Sonja gritó con la fuerza de sus pulmones mientras atravesaba las puertas dobles del dormitorio de Bette. Se aproximó a la cama queen-sized y empujó el bulto enorme por debajo del edredón color crema grueso. Sonrió mientras oía un gemido bajo que era emitido desde adentro. Puso sus manos en el colchón y se inclinó suavemente adelante, moviendo su cabeza algunas pulgadas más cerca a donde había conjeturado que estaría el oído de la morena. Sabía que lo que haría induciría a su hermosa joven ama después a proferir una lluvia de maldiciones y gritos pero no le importaba realmente. Después de todo, esta había sido su tradición en todos esos años desde que comenzó a cuidar a la heredera. Despejó su garganta e inhaló profundamente para comenzar su acostumbrado despertar especial del 20 de abril.
“Youuuuuuuuuuu birrrttthhhddaaayyy del tooooooooooooooooooooo de Haaaaappppppyyyyyy! Youuuuuuuuuuu birrrttthhhddaaaaaaaayyy del tooooooooooo de Haaaaappppppyyyyyy!” Sonja cantó estruendosa y apasionadamente desafinada mientras la muchacha del cumpleaños gemía y se revolcaba debajo de las cubiertas. “Feliz cumpleaños. birthdaaaaaayyyyy feliz. youuuuuuuu birrrrrrtttttthhhhdddaaaaaayyyyyyy feliz del tooooo!!!” Aún gritando envolvió en sus brazos al bulto con vida conocido como Bette Porter. Se retiró después de algunos minutos y esperó con la respiración agitada a que la figura emergiera de debajo de su confortable escondite.Aquí vamos, se preparó para el próximo impacto del vocabulario florido de su ama mientras lanzaba abajo las cubiertas de su cara y frotó sus ojos soñolienta.
“Sonja.” Bette todavía susurró ronca, su voz densa del sueño. “Tu.” Entrecerró sus ojos y señaló en la señora que hacía una pausa en su cama.
“¿Yo?” Sonja señaló un dedo inocente en si misma mientras miraba a la morena expectante. Oigamos la boca insignificante, hizo muecas internamente.
“.. no eres la primera en saludarme este año!!!” Bette gritó mientras reía sinceramente. Los ojos de Sonja se ensancharon en respuesta mientras su boca se abría y cerraba en choque.
“¿Eh-cómo puede ser?” La camarera miraba aprensiva a la adolescente que dibujaba una mueca con aire satisfecho. Ella había sido siempre la primera en felicitar a Bette, ¡era tradición! Seguro, había alguna gente que enviaría sus saludos de texto a la muchacha tan pronto como el reloj marcara las doce, pero Bette nunca las contó como primera. Los saludos de la gente que tenía cerca de su corazón pesaban más en la morena. Y en los últimos trece años, ella era siempre la primera. Sam era generalmente la segunda seguida de cerca por Shane o Alicia. Esas dos estaban siempre en la competencia por el tercer lugar. Ella sabía que sus dormilonas amigas nunca despertaban antes de las seis de la mañana y utilizaba este conocimiento a su ventaja. Asi que para su placer, y la consternación de Bette, la rutina de despertarla diariamente era siempre mucho mas temprano de lo acostumbrado en su cumpleaños.
“Alguien te ganó.” Bette se incorporó y sonrió mientras recordaba el texto de anoche. Vio la expresión confusa en la cara de Sonja y le explicó. “Kennard.” Susurró sin aliento mientras miraba a la señora mayor con complicidad.
“Tienes una cierta competencia” Hizo muecas en Sonja.
Sonja entrecerró sus ojos y respiró profundamente, fingiendo daño. “Más de diez años de tradición, se han ido a la basura.” Suspiró dramáticamente mientras daba vuelta alrededor y comenzó a caminar directamente hacia las ventanas. Hizo su tarea acostumbrada de abrir las cortinas y dejar la luz del sol fluir dentro del dormitorio oscuro. Aunque hiciera una demostración de suspirar audiblemente y de inclinar sus hombros en derrota, no se sentía realmente molesta con el hecho de que alguien pudiera ganarle este año. Si hubiera sido una de las tres muchachas, estaba segura que estaría sintiéndose poderosamente mal ahora. Pero al escuchar que era esa muchacha Kennard, dejó a un lado todos sus recelos. Esa muchacha era la responsable del buen humor de su querida Bette esta mañana, y del resto de las mañanas de esas pocas semanas. Así, ella la perdonaba por romper la tradición.
“Aww. no estés triste Sonja .” Dijo Bette en voz alta mientras traía sus rodillas más cerca a su pecho y reclinaba su cabeza en ellas. “Tu saludo de madrugada destruyendo mis tímpanos ha sido siempre uno de los puntos culminantes de mi cumpleaños.” Mostró a la señora una sonrisa tranquilizadora.
“¿Realmente? Pero usted nunca pareció gozar de eso antes.” Sonja levantó una ceja mientras miraba a la morena en la cama. Hubieron años en que la corría airadamente fuera del cuarto, otros le lanzaba las almohadillas, gritaba en voz alta y maldecia violentamente. De hecho, un zapato de tacón alto de Bette la persiguió fuera del cuarto el año pasado.
“Entonces era una idiota.” Bette encogió los hombros con pesar. Era siempre demasiado obstinada para admitir que miraba siempre adelante al áspero, pero dulce, despertar con la canción de cumpleaños de Sonja. Temía realmente el año en que no pudiera oírlo más. Aunque gritara obscenidades en la señora, en verdad, tan pronto como la mujer salía fuera de su cuarto, se quedaba reventando de felicidad. No podía explicar cómo el acto simple, irritante la hacía sentir feliz , emocionada y que le importaba y era amada de verdad. Era maravilloso y pensaba que así habrían sido sus cumpleaños si su mamá no hubiera muerto en un accidente de tráfico cuando tenía apenas dos años. Ella no sabía mucho sobre su mamá, a su papá no le gustaba hablar de ella. Ella podía detectar una tristeza profunda dentro de su padre normalmente frío e insensible siempre que intentaba involucrar a su madre en una conversación. Pero lo que sabía, basada en las historias que escuchó al azar, era que Maxine Porter era una mujer maravillosa. Un abogado apasionado y una persona humanitaria y dedicada, encabezó sin ayuda la fundación de M. Porter y otras organizaciones de caridad por todo el mundo. Los que la conocieron cuando estaba todavía viva narraban historias que pintaban a su madre como una persona cariñosa y afectuosa. Así pues, Bette estaba segura que si todavía viviera su mamá, ella sería como Sonja de cariñosa y maternal. Era afortunada, todavía tenía la figura de una madre cuidandola en la forma de su camarera. “Quizás podrías hacerlo mejor el próximo año.” Bette levantó sus cejas mientras sonreía con gusto en la mujer mayor.
“Puede apostar eso Srta. Bette.” Sonja sonrió mientras se dirigía hacia las puertas dobles. “Oh, y si puedo,” paró y miró detrás a la morena cuando su mano se retrasó sobre la manija de la puerta. “Quisiera realmente conocer y felicitar a la muchacha que me ganó este año.” Ella sonrió. “Quiero familiarizarme con la competencia.” Guiñó mientras Bette reía moviendo su cabeza en respuesta.
Tan pronto como Sonja cerrara las puertas detrás de ella, Bette se acostó de nuevo. Cerró los ojos y sonrió mientras saboreaba la sensación maravillosa de cumplir otro año mas de vida. Me pregunto cuando pasará esta fase emocional? Rió silenciosamente para si. Sabía que bastante pronto, iba a detestar el proceso entero del envejecimiento. Pero por ahora, no podía esperar para crecer. Suspiró contenta cuando su mente viajó a su fiesta de esa noche. Hoy, pondría todos sus apuros a un lado. Se divertiría, pasaría un rato excelente. Nada podría poner nubarrones en su humor feliz hoy, no incluso su padre. “Feliz cumpleaños Bette.” Se saludó cuando se acomodó perezosa en la cama por algunos minutos más.
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A las ocho de la mañana, una Hummer un tanto rara recorría las diversas calles de Los Ángeles mientras se dirigía hacia la propiedad más grande de las colinas de Hollywood. El coche se destacaba como un pulgar dolorido y daba vuelta a las cabezas por todas partes, no solo debido a su tamaño, sobre todo debido a su extraño color. El coche de aspecto masculino y normalmente formal estaba pintado en un color rosado brillante tremendo y llamativo. Sí, era la Hummer más alegre del mundo entero. Y su querido dueño es nada menos que. .. “¡Apartense!” Su conductor, Alicia Pieszecki, gritó cansada en la irritación cuando tocó el claxon en algunos peatones. Los pobres niños asustados gritaron ruidosamente cuando Alicia movió de un tirón un dedo. “Imbéciles.” Alicia masculló bajo su respiración mientras daba una vuelta aguda en la intersección siguiente. Sonrió triunfante mientras observaba las paredes altas de la propiedad que mostraban los árboles en la distancia. Con suerte, alcanzaría la mansión en menos de ocho minutos. Dirigió el coche con una mano mientras su otra mano alcanzaba su teléfono celular en el asiento del pasajero vacío. Presionó los botones necesarios y esperó algunos segundos a que la otra persona contestara. “¡Asno perezoso buenos dias!” Alicia saludó tan pronto como oyera la ronca voz familiar en la otra línea.
“¿Qué quieres Al?” Shane McCutcheon preguntó cuidadosa cuando cogió su teléfono.
“Nada.” Alicia sonrió en el receptor. “Acabo de preguntarme si estabas en la casa de Porter ya.” Mordió su labio más bajo mientras escuchaba la información. Por supuesto que no estaba, Alicia rió para si, ella se cercioró de que los neumáticos del auto Pimienta de Shane estuvieran desinflados esa mañana.
“Nope. Tuve algunos problemas con el coche.” Shane contestó simple. “Solamente Sam está ya allí.” Agregó después de algunos segundos.
“Por supuesto que está.” Alicia rodó sus ojos, ella era la mejor amiga de Bette, estaría naturalmente allí primero. Ocultó nuevamente la risa antes de que continuara. “Pero yo por otra parte, alcanzaré a Porter y Sammy en tan solo algunos minutos.” Dijo orgullosa y sonrió con aire satisfecho.
“¿En serio?” La voz de Shane sonó con desinterés.
“¡Tu reinado de cuatro años está por terminar Shaney!” Alicia rió calurosa. “Te batí este año.” Ella sonrió arrogante mientras llegaba a las puertas enormes altas de la residencia Porter. Le tardaría algunos minutos más alcanzar la mansión puesto que tenía que maniobrar a través de la larga calzada y los jardines estupendos, pero estaba muy bien con ella. Después de todo, ella alcanzó el lugar primero. Shane por los últimos cuatro años había estado golpeando su culo con el pie, pero no ahora. Hoy, ella podría saludar a Bette antes de que lo hiciera la casanova andrógina. Mira como ganaré la competencia este año, hizo muecas de oído a oído.
“¿Hey Al?” Shane dijo en voz alta, sacando a su amiga intempestivamente de sus pensamientos triunfales.
“¿Yep?” Alicia preguntó distraidamente mientras bajaba su ventana y agitaba su mano en el vigilante. El hombre rechoncho movió su cabeza en reconocimiento y dio un pequeño saludo mientras caminaba a los controles y presionó el botón rojo para abrir la puerta.
“Mira para arriba.” Shane hizo muecas cerrando de un tirón su teléfono y terminó la llamada.
“¿Quuééééé?” Alicia frunció el ceño cuando oyó un sonido breve y agudo venir de su teléfono móvil. ¿Por qué le colgaría Shane? Rodó sus ojos molesta. Espera. ¿dijo que mirara para arriba? Frunció el ceño y lanzó su teléfono en el asiento al lado de ella mientras pegaba su cabeza fuera de la ventana y miraba para arriba el cielo. “Qué.” Jadeó horrorizada cuando vio a Shane agitar en ella desde su helicóptero mientras pasaba el coche de Alicia y se dirigía hacia la mansión.
“¡¡¡¡¡¡¡¡Fuuuucccccccccccccckkkkkkkkkkkkkk!!!!”
Todo el equipo de seguridad colocado en las puertas de la residencia Porter saltaron para arriba sorprendidos cuando se escuchó la bocina de la Hummer. Dos individuos miraron con fijeza dentro de la ventana abierta del coche y notaron una cabeza rubia golpear continuamente en el volante.
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“Wow.” Ken Kennard silbó cuando entró en el dormitorio de su hija y vio el vestido rojo encima de la pequeña cama. “Muy agradable.” Sonrió elogioso mientras se sentaba en el borde de la cama y recorría su mano sobre la tela suave.
“¿Huh?” Tina levantó la vista del piso mientras empacaba su bolso de noche. Ella se quedaría en la casa de Jenny después de la fiesta esa noche. Su amiga llegaría para recogerla en treinta minutos puesto que se prepararían para la fiesta de Bette juntas. La había sorprendido gratamente cuando descubrió que Porter había invitado a su mejor amiga a la fiesta también. No pensó que Bette recordaría a Jenny, después de todo, ella hizo un trabajo bastante bueno de no notar la existencia de su compañera de clase anterior por cuatro años. “Sí, es hermoso ¿no es así?” Sonrió mientras miraba el vestido que su papá elogiaba. Se lo había probado la otra noche, y mucho para su diversión y placer, se miraba endiabladamente caliente en él.
“Yep.” Ken movió su cabeza en el acuerdo. El vestido era en verdad una obra de arte exquisita. “Malo para ti también que no lo estés usando esta noche.” Dijo acongojado.
“¡¿Qué?!” Tina gritó en respuesta cuando sus cejas llegaron hasta el cielo. “¿Pero porqué?” Gimoteó como una niña berrinchuda. Puesto que su regalo de cumpleaños resultó ser absolutamente un desastre, había querido agradar a Bette concediéndole su petición usando el encantador y atrevido vestido que quería para su fiesta.
“Solo estoy preocupado.” Su papá encogió los hombros cuando se levantó y caminó hacia ella.
“¿De que alguna persona quiera aprovecharse de mí con ese vestido?” Tina suspiró mientras cruzaba sus brazos en su pecho. Estaba segura como el infierno que la única persona que intentaría algo con ella esta noche era la muchacha misma del cumpleaños. La naturaleza celosa y posesiva de Bette Porter asustaría totalmente a los mirones y admiradores potenciales. Así que no tenía realmente miedo del acoso de algunos individuos, o muchachas, esa noche.
“Oh, no estoy preocupado de éso.” Ken sacudió su cabeza al lado mientras colocaba sus manos en los hombros de Tina. Suspiró mientras miraba a su hija a los ojos. “A decir verdad, estoy más preocupado por ti.” Él tragó difícilmente y miró tristemente a Tina. “..se que ese hermoso vestido no podrá hacerte justicia.” Dijo seriamente mientras sus ojos bailaban alrededor burlonamente.
“¡Papá!” Tina resopló mientras rodó sus ojos. Dios, su papá y su maÌ sentido del humor, sacudió su cabeza molesta. Ken explotó en una risa mientras su hija pisó fuerte alrededor del cuarto y continuó empacando sus cosas.
“Seriamente sin embargo,” continuó después de algunos minutos. “Permitiré solamente que uses ese vestido si usas una capa encima de el.” Cruzó sus brazos en su pecho.
“¿Porqué?” Tina movió una mano sobre su pelo rubio mientras miraba a su padre a través de la esquina de sus ojos.
“Hace frío esta noche y te congelarás a muerte en ese vestido.” Ken frunció el ceño mientras miraba el vestido encima de la cama. La única gente que el vestido rojo mantendría caliente sería a los pervertidos que mirarían seguramente a su hija toda la noche.
Tina caminó encima a su armario y frotó la parte posterior de su cuello. “No tengo una capa que se vea bien con el vestido.” Dijo mientras buscaba a través de su escaso guardarropa.
“Espera aquí,” Ken salió fuera del cuarto de Tina. “Tengo lo que necesitas.” Dijo sobre su hombro mientras caminaba hacia su dormitorio. Pocos minutos más tarde, regresó de nuevo con su hija llevando una pieza de ropa encaramada en su brazo.
“¡Papá!” Tina gritó en protesta cuando su padre entró en el cuarto y orgulloso le demostró la capa.
“¿Por qué? ¿Qué está mal con ella?” Ken levantó una ceja mientras miraba abajo su capa amarillenta preferida. Seguro, era más que algunas tallas grande para su hija, pero no obstante la cubriría y mantendría caliente. “Intenta ponertela.” Le ordenó, empujando la capa en las manos renuentes de Tina.
“Bien.” Tina obedeció a regañadientes y se puso la capa cerrando algunos botones. Se colocó delante del espejo y gimió en la frustración. “Mierda.” Maldijo bajo su respiración. La capa era tan grande que las mangas cubrian sus manos y la tela arrastraba en el piso cuando caminaba.
“¿Qué está mal?” Ken surcó su frente mientras se colocaba detrás de su hija.
Tina entrecerró sus ojos en la imagen de su padre en el espejo. “Parezco un burrito rubio.” Suspiró exasperada, poniendo sus manos en sus caderas.
“No.” Ken dijo con voz cansina mientras sacudía su cabeza a los lados. “Pensaba que pareces más bién el adminículo del inspector.” Rió y puso un pequeño beso en la cabeza de Tina. “Tienes que usar eso, ¿de acuerdo?” Severo ordenó mientras salía del dormitorio.
“No en esta vida.” Tina susurró debajo de su respiración mientras hacía muecas en su reflejo. Ésta era definitivamente en gran medida la capa más antisexi que jamás había visto. Tina rió para si mientras se imaginaba cómo reaccionaría Bette al ver cubierto el estupendo vestido con una capa. Estaba segura que Porter rasgaría esto de su cuerpo en el minuto que sus ojos se posaran en ella - mascullaría probablemente algo sobre ella que obstruía la visión. Se quitó la capa y la dobló cuidadosamente antes de ocultarla debajo de la cama. Su papá no lo sabría, mejor, sonrió para si.
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“Mierda santa.” Shane masculló mientras miraba para arriba la masa mecánica enorme de metal y de acero ante ella. Sam y Alicia se colocaban con sus bocas abiertas como platos, estaban también impresionadas ante la vista.
“Sorprendente, ¿heh?” Bette hizo muecas de oído al oído mientras daba al objeto un cabeceo de satisfacción. Era su primera vez en verla también, las personas que la armaron acabaron de montarlo apenas anoche. Se ve muy bien, frunció sus labios en la aprobación mientras miraba las luces impresionantes y el trabajo liso de la pintura. Esto se verá realmente bien durante la noche, sonrió.
“¿No la has probado todavía?” Sam preguntó cuando su mejor amiga dio una vuelta y examinó el chisme un poco más de cerca. Parece bastante sólida, musitó, pero nuna lo sabrás realmente con cosas como éstas.
“Nope.” Bette sacudió su cabeza mientras se doblaba abajo para examinar los diversos mecanismos ocultos dentro de una caja de control de metal. Se levantó y presionó algunos botones en el panel de control principal y sonrió cuando la cosa se encendió y entró en vida. “Tendré mi primer paseo en él más adelante con Kennard.” Sonrió soñadora mientras caminaba de nuevo a donde sus amigas se colocaban y admiraban la visión.
Shane frunció el ceño mientras miraba escéptica el más nuevo juguete de su amiga. “¿Cómo sabes si es segura?” Miró la cosa aprensiva. Era un modelo antiguo que apenas habían armado y engrasado un poco.
“Sí.” Sam secundó. “Deberías de probarla ahora. Quién sabe, puede ser que se trabe repentinamente más adelante.” Gesticuló hacia el objeto y encogió los hombros.
Bette movió lentamente su cabeza hacia arriba y hacia abajo en el acuerdo. “Ustedes tienen razón.” Se lamió los labios y entrecerró sus ojos, necesitaban un conejillo de Indias. “Tu la pruebas.” Dio una palmada en la espalda a una Alicia sorprendida y empujó a la rubia adelante.
“¡¿Qué?! Porqué yo?” Alicia gritó en protesta cuando Bette inclinó su cabeza e indicó para que se sentara ya dentro de la cosa. “¿Porqué no la pruebas tu misma? Eres la persona que la hizo construir.” Cruzó sus brazos en su pecho desafiantemente y cavó sus talones en la tierra mientras ponía mala cara indignada.
“Te lo dije. Quiero a Kennard conmigo en mi primer paseo.” Bette gruñó. “Ahora cierra la boca y pruebala Alicia.” Se deslumbró en la rubia. “Sube.” Señaló a la máquina y ordenó mientras Alicia se enfurruñaba en su lugar.
Shane suprimió una risita mientras miraba a la rubia maliciosa. “Es su cumpleaños y montarás si ella lo quiere.” Se rió a sus costilla mientras le repetía con una tonadita burlona.
“Montar si ella lo quiere.” Sam repitió y tarareó la canción junto con Shane. Alicia rodó sus ojos molesta en sus tres amigas.
“¿Qué si se derrumba esta cosa y caigo y me muero?” Alicia levantó una ceja. “¿Porqué no pueden estas dos babosas entrar en mi lugar?” Señaló a las muchachas cantantes y oscilantes al lado de Bette.
“Oh, las tres no podemos permitirnos tener un accidente.” Bette encogió sus hombros. “No como tu sin embargo.” Dijo lentamente y miró a Alicia con una sonrisa traviesa en su cara.
“¿Me estás diciendo que soy sustituible?” Alicia señaló para si, aterrada totalmente.
“Nope.” Bette sacudió suavemente su cabeza al lado. “Solo estoy diciendo que de entre las cuatro, tu eres la persona menos probable para morir en un accidente normal.” Agitó su mano desdeñosa mientras Alicia fruncía el ceño confundida. “¿Conoces el refrán que dice que las jóvenes buenas no mueren?” Explicó más lejos mientras Alicia movió lentamente su cabeza en respuesta afirmativa. “No creo que tengas que preocuparse de eso.” Encogió los hombros mientras Shane y Sam sonrieron al lado de ella en el acuerdo.
“¡Oh jodanse!” Alicia maldijo cuando las tres se rieron de ella. “Rianse todo lo que quieran,” desafió a sus amigas. “¡¡¡Diablos, porque no hay poder sobrehumano que logre hacerme probar esta cosa, bola de cabronas!!!”. Gritó
“¿Oh realmente?” Bette levantó una ceja mientras echaba un vistazo de lado en Shane y Sam. Las dos cabecearon sus cabezas y miraron a Alicia amenazadoras.
“¿Qué?” Alicia chirrió nerviosa y se movió hacia atrás lentamente cuando sus tres amigas caminaron hacia ella. ¡Mierda! Su mente gritó cuando se encontró repentinamente con la cara fija en la tierra. “¡Alejense de mí!” Alicia gritó mientras intentaba zafarse libremente de sus torturadores. “¡Aaaaa!” Chilló y golpeó sus piernas con el pie alrededor cuando las tres la llevaban mitad cargada, mitad a rastras hacia la máquina. “¡Son unas malvadas!.” Gritó cuando Sam la detenía en su lugar mientras Bette y Shane la ataban con una correa en su asiento.
“Goza del paseo Al.” Bette sonrió cuando gritó fuerte a Alicia. Agarró a sus dos amigas por los hombros y las hizo a un lado. “Aquí vamos.” Presionó algunos botones en el panel de control y levantó los pulgares hacia Alicia que lloraba ruidosamente. La máquina dio una pequeña sacudida y comenzó a hacer sonidos divertidos.
“¡Oh mi dios!” Alicia se aterró mientras hiperventilaba en su asiento. “No quiero morir.” Lloriqueó cuando la maquina se calentó y comenzó a moverse lentamente. Cogió su paso algunos segundos más adelante, enviando a la pobre rubia al borde de los nervios de nuevo.
“Bravo.” Bette sonrió, satisfecha de que la máquina parecía moverse suavemente. Caminó los pocos pasos hacia una banca de madera en una esquina y se sentó en ella. Shane y Sam la siguieron y se sentaron con ella, las tres amigas escucharon divertidas como una Alicia gritaba en voz alta un monólogo sobre cómo las tres se quemarían en el infierno. Torturaron a la muchacha por algunas horas más hasta que fue hora de arreglarse para la fiesta. Para entonces, Alicia había inventado ya nuevas maldiciones, blasfemias y condenaciones a sus amigas .
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“Gracias.” Jenny Schecter tomó la mano ofrecida por el valet parking mientras salía del asiento del conductor de su Bentley negro. Se movió alrededor del coche y caminó a donde su amiga se colocaba. “No creo que sea tan tarde.” Dijo cuando miró a la muchedumbre en línea, esperando su turno para pasar debajo del detector de metales y ser revisados por el personal de seguridad. Miró en su reloj y mordió su labio más bajo. Estaban dos horas atrasadas. Había tenido un pequeño problema con su vestuario y tuvieron que esperar hasta que lo arreglaran.
“Eso espero.” Tina tragó nerviosa mientras alisaba su vestido. Porter la había advertido el otro día sobre llegar tarde. “Vamos.” Suspiró mientras sacaba su invitación dentro del monedero de plata que había pedido prestado de Jenny. Las dos estaban a punto de formarse en la fila cuando fueron detenidas por un hombre atractivo en un smoking negro.
“¿Srta. Tina Kennard?” Preguntó mientras miraba a la muchacha lentamente. Pelo rubio, cara hermosa, vestido atractivo rojo con un escote sugerente y una abertura larga al lado, yep, ella debe ser. Sonrió con gusto mientras la muchacha movía su cabeza hacia arriba y hacia abajo. “Soy James, ayudante personal de la Srta. Porter.” Amplió una mano y sacudió las manos con Tina. “Y usted debe ser la Srta. Jennifer Schecter.” Dijo mientras daba vuelta hacia Jenny e hizo lo mismo. “Por favor, siganme.” Sonrió mientras caminaba hacia un carro de golf parado algunos pies lejos.
“¿No se supone que tienen que revisarnos primero?” preguntó Tina, señalando de nuevo a todas las medidas de seguridad en la entrada.
James sacudió su cabeza al lado y sonrió. “No se preocupen de eso. Ustedes son chicas VIP.” Montó en el asiento del conductor y agitó a las dos. “Suban para irnos. Nuestra muchacha del cumpleaños ha estado muy impaciente y en la punta de su genio esperando que su hermosa cita llegara.” Él guiñó, haciendo a Tina ruborizarse profundamente y sonreir a Jenny divertida por la reacción de su amiga.
“¿Está enojada?” Tina preguntó mientras se sentaba al lado de James. Jenny se acomodó en el asiento detrás de ellos.
James encogió los hombros. “Enojada, ya no más, digamos que....” Surcó su frente, buscando la descripción correcta. “..ansiosa.” Echó un vistazo de lado en Tina mientras encendía el carro y salía de la calzada. Su joven jefa podía apenas concentrarse en el saludo de sus huéspedes y la socialización. Había estado saltando toda la noche mientras miraba alrededor del partido, en la búsqueda de cierta rubia. Bien, ella no tendrá que esperar más, sonrió cuando echó un vistazo breve en una Tina inquieta al lado de él. Pocos minutos más tarde, se encontraron conduciendo hasta el enorme jardín Japonés en el corazón de la propiedad.
“Wow.” Tina se inclinó adelante mientras sus ojos contemplaban la vista ante ella. Había un puente de madera largo encima de una laguna artificial grande que tenías que cruzar para llegar a la fiesta. Habían tres pérgolas, la más grande estaba situada en medio del jardín. Docenas de gentes se movían alrededor y socializaban unos con otros y los múltiples meseros llevaban bandejas con champán y otros aperitivos por los diferentes senderos del jardín.
“Bienvenida a la fiesta de cumpleaños de Bette Porter.” James sonrió cuando pisó los frenos y estacionó el carro de golf cerca del puente.
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“¿..viste la más nueva colección de Valentino? ¡Fabuloso!” Una vieja mujer gorda insípida cubierta en un vestido rosado con tirantes rió escandalosa mientras daba un pequeño codazo a la muchacha del cumpleaños.
“Sí.” Bette movió su cabeza en blanco , queriendo desaparecer a su irritante tía Mabel. ¿Por qué era necesario invitar a parientes a una fiesta? Gimió internamente. Discreta observó las piezas chillonas de joyería que adornaban su cuerpo e hizo muecas. Sí, el dinero no podía comprar realmente el buen gusto.
“… y que le digo a tu tío Albert. `si no me compras esos vestidos, lo siento pero voy a tener que dejar tu trasero en la bañera' y él.”
Bette mordió a duras penas un comentario sarcástico mientras suprimía el impulso de rodar sus ojos en su tía. Encontraba realmente embarazoso y frustrante tener que convivir con esa pariente suya. “Uh-huh.” Masculló muda cuando su tía la miró por una respuesta antes de que continuara con su narración. Algunos minutos más en la conversación unilateral, un flash rojo en la esquina de sus ojos salvó a Bette de sufrir una muerte lenta y dolorosa debido al aburrimiento. Su respiración se enganchó en su garganta. Conocía ese vestido, lo había visto en los últimos días en sus ensueños. Sin voltear su cabeza para confirmar si había dado correctamente en el clavo, empujó la bebida en su mano hacia las manos de la tía pasmada y se fue sin decir una palabra. Cerró los ojos cuando caminó algunos pasos adelante, anticipando a su huésped recién llegada . Y era cierto, cuando paró y los abrió algunos momentos más adelante, allí estaba ella.
“Kennard.” Contuvo su felicidad refrenando la sonrisa, sentía el impulso de jugar un poco con la tarjeta del orgullo. “Llegas tarde. Muy tarde.” Levantó una ceja mientras sus ojos viajaban al cuerpo de la rubia. Jesucristo, ella estaba impresionante. Tina hizo atar su cabello hacia arriba en un chongo flojo, algunos filamentos de pelo caían sobre sus ojos pardos. Se miraba tan fascinante, y más que un poco tentadora. Bette mordió su labio cuando su mirada viajó abajo al cuello delgado donde un colgante rojo simple, con todo con clase, de rubíes colgaba peligroso cerca de un par de montones de carne que se miraban deliciosos. Su boca iba seca mientras luchaba por normalizar su respiración. Vio el muslo color crema asomar a escondidas por la larga abertura y casi se desmayó a media fiesta. Su resolución por continuar fingiéndose ofendida comenzó a disminuir considerablemente. “Tu, te gusta verdaderamente hacer esperar a una chica,¿ no es asi?” Tragó difícilmente mientras probaba incluso su voz.
Tina sonrió internamente cuando vio el efecto que tenía en Bette. Se había percatado de la manera en que la hambrienta morena había devorado con la vista su cuerpo entero. Tuvo que reírse del hecho de que ella hizo lo mismo con la heredera cuando la morena estaba ocupada admirándola. Me encanta cada parte de la muchacha del cumpleaños, Tina movió su cabeza aprobatoriamente cuando comprobó la manera en que la morena brillaba intensamente esa tarde. El pelo normalmente ondulado fue domesticado un poco hacia abajo y se reclinaba sobre sus hombros entonados atractivos. Su vestido blanco de marfil de cintura de avispa moldeaba cada curva absolutamente agradable, exponiendo una cantidad decente de piel y de escote. Fue el turno de Tina de tragar saliva pues sintió repentinamente su cara muy caliente. “Siento llegar tarde.” Dijo a media voz mientras cerraba la distancia entre las dos.“Feliz cumpleaños Porter.” Sonrió cuando se inclinó al frente y besó a Bette en la mejilla.
Bette cerró los ojos mientras saboreaba el dulce y levemente persistente beso que recibió. Finalmente se permitió sonreir cuando la rubia se retiró. “Te perdono.” Susurró sin aliento mientras sus ojos bailaban alrededor con júbilo. Se miraron fijamente la una a la otra en un silencio cómodo por algunos momentos más antes de que el sonido de alguien que despejaba su garganta las trajera de nuevo a la realidad.
“¡Feliz cumpleaños!” Jenny sonrió, mirando a las dos divertida. Bette cabeceó simplemente en respuesta mientras sus ojos seguían pegados a Tina. “Aquí tienes.” Jenny sacudió su cabeza y rió mientras daba a la morena su presente. Le tomó a Bette algunos segundos más antes de que incluso se colocara dentro de su cerebro que la pequeña muchacha le daba algo.
“Oh.” Bette levantó sus cejas mientras tomaba el regalo de la mano de Jenny. “Gracias.” Sonrió con gusto en la mejor amiga de Tina. James, que observaba la interacción algunos pies lejos, caminó hacia las muchachas y cautelosamente tomó el presente de Bette.
“Llevaré esto a la mesa con el resto de los presentes.” James sonrió respetuosamente con el elegante regalo envuelto en sus manos. “U .” Miró hacia arriba y señaló a la pequeña caja que Tina sostenía. “¿Usted quisiera que llevara eso también?” Él sonrió. Los ojos de Tina crecieron repentinamente grandes.
“Oh No. Nada de eso. No.” Tina sacudió su cabeza vigorosa al lado. Ella miró la mesa que desbordaba con los regalos enormes, costosos en la distancia e hizo muecas.
“Me trajiste un regalo.” Bette sonrió de una manera torpe cuando finalmente se percató de la caja en la mano de la rubia.
“¡No!” Tina gritó rápidamente, ocultando su regalo de mirada patética detrás de ella . Oh dios, gimió, comenzaba a tener dudas sobre darle a Bette su desastrozo presente.
“Damelo.” Bette frunció el ceño, alcanzando el presente detrás de Tina. “Quiero verlo.” Gimoteó cuando Tina se aferró a el y se alejó de ella.
“De ninguna manera Porter.” Tina dijo a través de los dientes cerrados fuertemente mientras bailaba alrededor para evitar las manos de la morena. Vio a Bette lista para para alcanzar el regalo y pisó fuerte por instinto en el pie de la morena con su talón derecho.
“¡Owwwwww!” Bette aulló en dolor. Todos los invitados que se colocaban cerca miraron hacia ellas con interés. “Incluso no estamos bailando todavía y ya caminaste encima de mi.” Sus labios temblaron cuando se agachó y frotó su pie que palpitaba.
“Lo siento.” Tina masculló avergonzada mientras ayudaba a la morena a enderezarse. “Te lo daré más adelante, lo prometo.” Susurró al oído de Bette. “Cuando estemos solas.” Agregó mientras la morena levantaba una ceja. Ella quería estar allí cuando Bette abriera su regalo. No sólo quería ver la reacción de la morena, también quería una oportunidad de explicarle algunas cosas con respecto a el.
“Me aferraré a esa promesa.” Bette advirtió cuando tomó la mano deTina en la propia y llevó a la rubia hacia la pérgola principal donde estaban sus amigas. Jenny sacudió su cabeza en James y rió mientras seguía a las dos delante de ella.
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“Bien, ¡miren quien finalmente nos honra con su presencia!” Alicia gritó con la fuerza de sus pulmones cuando Tina caminó hacia ellas de común acuerdo con Bette. Las otras invitadas de la mesa dieron vuelta a sus cabezas y sonrieron. Alicia levantó una ceja mientras notaba a la pequeña morena detrás de las dos. Le parecía vagamente familiar.
“¡Hey Jen!” Shane dio un pequeño saludo a la muchacha y señaló en el sitio vacío al lado de ella.
“¿Jen?” Alicia se inclinó más cerca y susurró a Shane. “Pensé que tu bocadillo de la semana era Nadine?” Levantó una ceja.
Shane rodó sus ojos. ¿Qué tan desorientadas eran sus amigas? “Ella es Jenny, nuestra compañera de clase Al.” Precisó. “Y es la mejor amiga de Tina.” Declaró cada palabra dandole juguetónamente pequeños zapes a Alicia en la cabeza.
“Oh.” Alicia movió su cabeza mientras golpeaba con fuerza la mano de Shane.
“Tina.” Helena se levantó de su silla y caminó hacia la rubia para un abrazo. Antes de que pudiera incluso envolver sus brazos alrededor de la muchacha, Bette caminó entre ellas y levantó una ceja.
“Ningún contacto.” Bette se deslumbró en una Helena estupefacta por algunos momentos antes de explotar en una mueca. “Solo bromeaba.” Rió mientras se movía a un lado y permitió que Helena se acercara a su cita. Hey, mientras no fuera Sam, ella estaba muy bien con eso.
“Te creo Bette.” Helena sacudió su cabeza y sonrió cuando abrazó a Tina y besó a la muchacha en la mejilla. “me alegra que pudieras venir.” Dio a la rubia un abrazo afectuoso. “Por favor, sientate.” Sonrió y señaló a las sillas vacías.
“Está bien.” Tina emitió y agitó en las otras muchachas mientras caminaba hacia el asiento al lado de Helena. Bette caminó rápidamente a continuación y sacó la silla para ayudarle a acomodarse. “Gracias.” Miró para arriba a la muchacha del cumpleaños y sonrió.
“De nada.” Bette hizo muecas mientras se sentaba al lado de Tina. Despejó su garganta después de un minuto y se inclinó más cerca a la rubia. “Hey Kennard.” Susurró al oído de la rubia.
“¿Sí?” Tina susurró detrás, notando la expresión seria en la cara de la morena.
“Helena pudo darte un abrazo y un beso.” Bette frunció el ceño mientras movía su cabeza hacia la muchacha que se ligaba con Sam. “Me siento engañada.” Puso mala cara como una niña.
Tina rió y exprimió la mano de Bette. “Quizá más adelante.” Bromeó mientras la morena se inclinaba detrás contra su silla con una sonrisa sacarina enyesada en su cara.
“No puedo esperar.” Bette levantó una ceja y sorprendió a Tina rápidamente levantando sus manos entrelazadas y besando el dorso de la mano de la rubia .
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“¿Si nos formamos y conseguimos nuestro alimento?” Tina preguntó mientras miraba las diversas mesas de comida fría dispersas alrededor del jardín. Ella estaba absolutamente hambrienta y con ánimos de conseguir una buena cena.
Bette sonrió y sacudió su cabeza al lado. “Ésas están para las otras huéspedes. Los meseros nos traerán nuestro alimento.” Agitó una mano hacia uno de los organizadores y le dio la señal. Pocos minutos más tarde, una procesión que consistía en siete meseros caminó alrededor de su mesa y paró detrás de cada muchacha. Exactamente al mismo tiempo y en un movimiento rápido, colocaron los platos en la mesas y levantaron las cubiertas de los platos.
Mientras las otras muchachas comenzaban a cavar en su plato, Tina miró fijamente su alimento boquiabierta y con sus ojos bombeando hacia fuera.
“¿Como lo ves?” Bette sonrió traviesa, mirando la reacción de Tina. Allí, entre algunos pedazos de cordero a o, ensalada, pastas y pollo, estaba una jugosa hamburguesa sobrecargada con tomates y lechuga. Apenas de la manera en que a cierta rubia le gustaba. Innecesario decir, se habría destacado incluso si no estuviera colocada en el centro del plato.
“¿Tu lo hiciste.?” Tina señaló a la hamburguesa y miró a Bette divertida. La morena sonrió y encogió sus hombros en respuesta. “Solamente que tu las odias.” Surcó su frente mientras miraba a Bette cuestionandola.
“Sí.” Bette cortó un pequeño pedazo de su pollo y echó un vistazo de lado en Tina. “Solamente que tu las amas.” Sonrió mientras traía su alimento a sus labios.
Tina sacudió su cabeza divertida mientras comenzaba también a cavar adentro. “Nunca dejas de sorprenderme Porter. Es tu cumpleaños pero soy la persona que se encuentra sorprendida.” Masculló, compartiendo una pequeña sonrisa con la morena.
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“¡Oh recórcholis es Paul van Dyk!” Alicia aplaudió emocionada mientras el DJ subía a la plataforma que fue armada al lado de la pérgola enorme. Saltó para arriba de su asiento y jaló a una Shane renuente . “¡Baile baile baile!” Chilló emocionada mientras intentaba jalar a la delgada morena hacia la plataforma.
“¿Quieres?” Shane se detuvo un momento mientras miraba detrás a Jenny. No iba a dejar a la pobre muchacha sola con las parejas. Eso sería malo.
“Yep.” Jenny movió su cabeza mientras miraba alrededor de la mesa y observaba las conversaciones silenciosas que transcurrían entre las dos parejas. Se levantó y caminó hacia una Shane sonriente y una Alicia impaciente. “Vamos.” Sonrió. Apenas había dado algunos pasos lejos de su mesa cuando una voz ruidosa hizo que las dos miembros de 4F pararan absolutamente sus pasos. “¡Ow!” Jenny exclamó cuando se topó con Shane. “¿Qué?” Preguntó mientras seguía lentamente la línea de visión de la morena.
“¿Qué tenemos aquí?” Melvin Porter sonrió mientras se colocaba detrás de las sillas de Bette y Tina. Había estado en una reunión todo el dia y acababa de llegar a la fiesta de su hija en ese mismo momento. Miró a la rubia sentada delante de él y dijo con desprecio. “Usted debe ser la Srta. Kennard.” Sonrió firmemente en Tina. Bette se puso tensa y se levantó inmediatamente de su silla. “Papá.” Advirtió mientras enfrentaba los ojos de su padre con aplomo. Helena y Sam siguieron a Bette y se levantaron también. El tiempo se detuvo mientras ambos Porter se miraban de arriba abajo sin que ni uno ni otro diera señales de retroceder.
Tina finalmente se recuperó después de algunos momentos. Despejó su garganta y se levantó de su asiento. “Me da gusto conocerlo Sr. Porter. Soy Tina Kennard.” Sonrió nerviosa mientras ampliaba su mano.
Melvin ocultaba apenas su desprecio mientras miraba abajo en la mano ofrecida. “Entonces usted es la nueva amiga de mi hija.” Se burló mientras hizo una demostración de meter sus manos dentro de sus bolsillos. Tina dio vuelta al rojo de la verguenza mientras retiraba lentamente la mano ofrecida. Melvin miró a Tina de arriba a abajo con repugnancia. Si esta muchacha no es una caza fortunas simulando ser una blanca paloma, entonces no sé que es, pensó cuando observó la vestimenta que usaba Tina.
Bette se colocó delante de Tina y bloqueó a la rubia de los ojos de juicio de su padre. Ella sabía apenas lo que él pensaba. “No hagas esto papá.” Dijo a través de sus dientes cerrados fuertemente.
“¿Porqué Elizabeth?” Melvin imitó. “¿Qué es esta muchacha para ti?” Él desafió a su hija. Tina, así como los miembros de 4F y sus amigas, contuvieron sus respiraciones mientras aguardaban las palabras siguientes de Bette. Vamos Porter, Alicia la animaba mentalmente, para de una vez por todas al diablo.
“Ella es.” Bette comenzó mientras tomaba la mano de Tina detrás de ella. “.. la persona más importante en mi vida.” Acabó con una sonrisa boba cuando su papá levantó una ceja sorprendida en su dirección. No esperaba que ella exhibiera e hiciera evidente en voz alta sus sentimientos delante de otra gente. Como él, ella tenía siempre mucho cuidado de demostrar sus emociones, con excepción de la cólera, en público. Bien, no más. Sonrió en su padre mientras comenzaba a alejarse con Tina. “Ahora si me disculpas papá, quisiéramos bailar.” Dijo indiferente sobre su hombro. “Oh.” Paró algunos pies lejos y miró detrás a su padre que estaba sin habla. “No me has saludado todavía.” Levantó una ceja.
Melvin dejó salir una respiración divertida mientras recuperaba su aplomo. Ganas esta vuelta, se burló internamente. “Feliz cumpleaños Elizabeth.” Él sonrió tieso en su hija que se miraba segura y satisfecha. Dio vuelta alrededor y se fue tenso mientras las amigas de Bette aplaudían y se burlaban silenciosamente a espaldas de él.
“Bravo Bette.” Sam sonrió de oído a oído mientras guiñaba en su mejor amiga. En tu cara tío lucas, rió internamente mientras miraba a Bette y a Tina caminar juntas hacia la pista de baile.
“¿La más importante?” dijo Tina finalmente mientras levantaba una ceja en Bette, sus mejillas ahora emparejaban el color de su vestido.
“La más importante.” Bette movió su cabeza. “¿O prefieres, `la persona que amo más que a mi misma', en su lugar?” Sonrió de oído a oído mientras se colocaba en la sala de baile y jalaba el cuerpo de Tina más cerca
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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Re: [Terminado] Sólo esa chica
CAPÍTULO VEINTINUEVE: Baile baile baile
“Si lo intentas una vez más, ¡voy a partirte el cuello en dos!”
Shane gritó airadamente sobre la música ruidosa mientras Alicia sumergía su trasero delante de ella y lo molía contra su cuerpo.
“Ooh. ¿no puedo darte un pequeño empujoncito y tocarte Shaney?” Alicia guiñó mientras daba vuelta a su cabeza para mirar a su amiga y comenzó a mover las caderas torpe en círculos. “¿Ves esto? Es poesía en movimiento.” Bromeó mientras comenzaba sin gracia a empujar sus caderas hacia adelante y hacia atrás. Sacudelo Pieszecki eah, sacudió su trasero y levantó sus brazos sobre su cabeza y aplaudió junto con el ritmo de Paul van Dyk el tiempo de nuestras vidas.
“Hey Al por favor.” Shane hizo muecas ante la carencia de ritmo de Alicia y se movió hacia atrás lentamente lejos de su amiga. Paró al lado de una Jenny igualmente sorprendida y dio un pequeño codazo a un costado de la pequeña chica. “¿Quieres ir por una bebida a la barra?” Contorsionó su cara mientras Alicia intentaba otro movimiento no coordinado y torpe de baile.
“Sí.” Jenny movió su cabeza mientras sus ojos seguían anonadados los movimientos extraños de Alicia. Era como observar las ruinas del tren, sabes que es malo pero no puedes dejar de papar moscas. “¡Woah!” Jadeó cuando la rubia se tiró al piso en una tentativa patética de bailar acostada mientras usaba una falda corta. Las desafortunada gentes que atestiguaban la exhibición, voltearon su cabeza cuando la ropa interior de encaje de Alicia asaltó sus ojos.
“Vamos.” Shane hizo caras mientras jalaba de una Jenny con los ojos casi saltando lejos de la demostración acrobática de Alicia. Maldición, lo siento, necesitaba una bebida fuerte para ayudarla a olvidar que había atestiguado tal monstruosidad. En su camino hacia la barra, sonrió cuando vió una exhibición de baile mucho mejor de Bette y Tina. Guiñó en la morena mientras pasaban cerca de las dos . Bette apenas la reconoció , estaba demasiado ocupada girando su cuerpo cerca de la rubia para notar todo lo demás alrededor de ella. “Pienso que acabo de ser rechazada.” Shane rascó su cabeza e hizo muecas cuando Jenny se rió en el acuerdo.
“¿Qué esperabas?” Jenny sacudió su cabeza mientras echaba una última mirada en su mejor amiga y la muchacha del cumpleaños. Las dos estaban perdidas totalmente en su propio pequeño mundo.
“¡Sí!” Alicia gritó mientras se empujaba para arriba del piso. “Viste eso Sh-” frunció el ceño cuando dio vuelta alrededor y rse dio cuenta que sus amigas se habían ido. “¿Qué coño?” Susurró bajo su respiración. ¿Adónde puñetas se fueron todos? Dobló su cuello en busca de una cara familiar. Oh bien, encogió los hombros. “¡Dale Dyk!” Rugió, bombeando su puño en el aire en el DJ que trabajaba los discos giratorios en la plataforma.
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“¡Ow! Rayos Porter, no bailes así de cerca.”
“¿Por qué? No estoy caminando en tus pies.”
“No, pero estás caminando en el pie de mi vestido.”
“¡No es cierto!”
“Lo haces sí.”
“¡Juro, que yo no!”
Riiipppppppppppppppppppp.
“…”
“Uh-oh.”
“Porter.”
“No quise hacer eso.”
“Porter.”
“Lo siento.”
“¡Porter!”
“Lo siento tanto. Estoy realmente.”
“¿Apenada? ¡Rasgaste mi vestido! Gracias a ti, la raja va subiendo y subiendo y waaaaay ahora hasta mi muslo!”
“U . uh. No es asi. En serio.”
“Ahora alcanza prácticamente hasta mis caderas. ¿Ves?”
“Mira. uhm. Pondré mi mano en tu muslo así podré cubrir el rasgón.”
“…”
“¿Mejor?”
“¡A !”
“¿Qué?”
“¡No lo estás cubriendo! ¡Estás moviendo tu mano arriba y abajo de mi pierna!”
“Chillona. Apenas se deslizó.”
“Sí correcto, eres una perv.”
“Hehehe.”
“¡¿Qué?!”
“Eres tan encantadoramente inocente.”
“¡N-no, nada de eso, no lo soy!”
“¿En serio no me estás engañando Kennard?”
“¡No! ¡Ya calla Porter!”
“Puedo sentir la piel de gallina en tu pierna.”
“¡Es solo que tengo frío!”
“¿Frío? Dejame calentarte entonces.”
“Retrocede Por- “
Riiiiiiippppppppppppp.
“Oh mi dios.”
“Mierda santa.”
“…”
“No quise hacer eso.”
“¡Porter!”
“Uh. es mi cumpleaños. no me lastimes. por favor?”
“…”
“Owwwwwwwwww!!!!”
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“¿A dónde fueron ustedes?” Helena levantó la vista del vaso de vino que cuidaba en sus manos mientras una Tina levemente enojada y una Bette de mirada culpable regresaban de nuevo a la mesa VIP.
“Tuvimos que buscar a alguien que arreglara de emergencia mi pequeño vestuario.” Tina se quejó cuando se sentó en su silla, sin importarle esperar a que Bette le ayudara a acomodarse.
“¿Por qué? ¿Qué sucedió?” Jenny surcó su frentes, mirando a las dos para una explicación. Tina se deslumbró en Bette mientras la morena encogía los hombros avergonzada.
“Un perro celosísimo del cuerno rompió mi vestido bailando.” Dijo Tina enojada. Bette tosió al lado de ella.
“Soy mala.” Bette masculló, frotando ligeramente su mejilla izquierda.
“Es eso...” Sam se inclinó hacia adelante y miró fijamente la cara de Bette. “…otra mordida de amor ?” Rió mientras observaba la marca roja en la mejilla de su mejor amiga. Tina usó una expresión con aire satisfecho mientras Bette se enfurruñaba en su lugar.
“Eso quisiera.” Bette respiró fuerte, mirando a la rubia a través de la esquina de sus ojos. “Ella pellizcó mi mejilla a muerte.” Señaló un dedo acusatorio en Tina. “Y en mi cumpleaños también.” Puso mala cara y cruzó sus brazos en su pecho. “Le dije que lo sentía pero no me escuchó. Y ahora mi cara lastima tan mal.” Gimoteó dramáticamente cuando Tina le tiró una mirada.
“Aww. Pobre Bette.” Helena siguió el juego, sus ojos bailaban alrededor de las dos divertida. “Apuesto que Tina tendrá un cambio de rumbo y hará que se te quite el dolor.” Meneó sus cejas sugestiva. La rubia sacudió su cabeza violentamente en protesta.
Shane rió, mirando como Bette exhalaba un suspiro de decepción. “No te preocupes Bette.” Sonrió mientras daba el último trago a su bebida. “Apuesto que alguien lo hará todo mejor con un beso o dos dentro de los próximos minutos.” Guiñó y cabeceó hacia la plataforma. Paul van Dyk acababa de terminar su participación y ahora agitaba en la muchedumbre. Tomó el micrófono y saludó a Bette una última vez antes de que saliera.
“¿Ya es hora?” Bette sonrió, mirando a Shane con conocimiento. Las otras muchachas en la mesa, a excepción de Sam, miraron a las dos confundidas mientras Shane se reía entre dientes silenciosamente para si.
“Es.” Shane hizo muecas de oído a oído. Discreta, observó al equipo que arreglaba la plataforma para el acto siguiente. Dio un cabeceo leve a una Alicia mojada en sudor mientras se acercaba a la mesa.
“Whew.” Alicia exhaló mientras se derrumbaba abajo en su asiento. “Fué divertido.” Exclamó fatigada, tragando saliva debajo de cada gota de agua de su vaso. “Joder solamente que, estoy agotada.” Dijo mientras se reclinaba en su asiento.
“Debiste haber ahorrado tu fuerza.” Shane se lamió los labios en la anticipación cuando los proyectores en la plataforma comenzaron a deslumbrar.
“¿H ? ¿Porqué?” Alicia contestó perezosa mientras frotaba sus pies cansados y adoloridos por debajo de la mesa. Los otros miembros de 4F intercambiaron miradas significativas, haciendo muecas maliciosas la una a la otra. Tardó Alicia un minuto entero antes de que la comprensión finalmente amaneciera en ella. “¡Oh mi dios!” Su boca cayó al piso, ¿cómo habría podido olvidarlo? “¡Gatitas!” Articuló silenciosamente mientras sus amigas reían y movían sus cabezas.
“¿Gatitas?” Tina levantó una ceja, mirando interrogante a Bette. La morena le contestó con un silencio fresco.
“¿Asi que estamos nerviosas?” Helena miraba alrededor de la mesa y surcó su frente. “¿No arreglarían algo que implicaría mujeres semidesnudas atractivas y billetes de un dólar, Bette ¿correcto?” Miró a la morena fijamente. Ésa sería una mala prueba puesto que los parientes y la muchacha que a Bette le gustaba estaban en el mismo cuarto.
“No.” Bette rió mientras Tina la estudiaba de cerca. “Cerca sin embargo. A excepción de la parte de los billetes de dólar, le atinaste.” Ella levantó una ceja y sonrió. Vio la expresión no-tan-divertida en las caras de Tina y de Helena e intentó regresar. “Sin embargo no fui la de la idea.” Rió nerviosa mientras miraba a Shane, desviando la culpa a su amiga. Compinche lo siento le tiró a la casanova una mirada de disculpa.
Shane sonrió vergonzosamente ante las miradas de muerte que recibió de Tina y Helena y encogió sus hombros. “Denme más crédito. Estas muchachas son profesionales.” Frunció sus labios y movió su cabeza lentamente. “Actrices de calidad mundial.” Agregó con una sonrisa.
“¿Realmente?” Tina miró escéptica a 4F. Bette jugaba con el mantel de la mesa, asustada de encontrar la mirada intensa de Tina. “Apenas quiénes son es-”
MUÑECAS.
“¡Eeeeeeeeekk!” Alicia gritó y saltó de su asiento cuando la introducción inundó los altavoces. El agotamiento se fue a la parte posterior de su mente, su libido adolescente la recargó de nuevas energías y la propulsó hacia el frente de la plataforma a la velocidad del rayo.
AHHH.
“Adiós.” Shane hizo muecas emocionada mientras frotaba sus manos en la anticipación. Intentando actuar ella misma fresca y tranquila como lo hacía generalmente para mantener su reputación, intentó contener su entusiasmo levantándose lentamente y yéndose de manera semejante. Solamente que cuando estuvo algunos pies lejos echó a correr como si se le fuera la vida y se arrojó junto con Alicia al lado de la plataforma.
AHHH.
“U .” Sam tragó difícilmente y mordió su labio más bajo mientras buscaba la forma de levantarse de su silla. “Uhh he yo. Prometí. Shane.” Movió sus pies, mirando nerviosa a Helena. “¿Tu quieres?” Movió su cabeza torpe hacia la plataforma. “Creo que no.” Tragó saliva cuando la morena entrecerró sus ojos en ella. Saltó para arriba levemente cuando escuchó el primer sonido de los altavoces que venía de la plataforma y su corazón comenzó a latir furiosamente dentro de su pecho. “Mierda.” Maldijo desesperadamente bajo su respiración cuando la muchedumbre comenzó a amontonarse delante de la plataforma.
MUÑECAS.
“Bien.” Helena rodó sus ojos y agitó su mano. “Ve.” Sacudió su cabeza conformandose.
“¡Yey!” Sam gritó y aplaudió sus manos con entusiasmo. Helena le tiró un ojo malvado. “¡Quiero decir. Quiero decir. Gracias!” Sam tardamudeó mientras corría hacia la plataforma y luchaba por ir más allá de la muchedumbre. Diablos no había ninguna manera de que ella volviera la vista atrás hacia la mesa, no se arriesgaría a ver que Helena cambiara su mente y que la llamara de regreso. Afortunadamente para ella sin embargo, la heredera Peabody decidió dejar su mesa por un rato para alcanzar a algunos amigos fuera de la pérgola.
TÍAS.
“¿Las muñecas gatitas?” Tina arqueó una ceja, dando vuelta a su cuerpo hacia la agitada morena al lado de ella. Bette, con los nervios de punta y fuera de lugar, torció su cuello en una tentativa inútil de buscar a sus amigas entre el mar de cabezas.
“Te dije que fue idea de Shane.” Bette contestó en una pequeña voz, mirando a Tina a través de la esquina de sus ojos. “¿Quieres mirar?” Preguntó esperanzadamente, mirando a la rubia cautelosomente.
“No.” Tina sacudió su cabeza indignada y de mal humor. Bajo circunstancias normales, ella habría sido una de las primeras personas que corrieran al frente de la plataforma. Pero no ahora. Entrecerró sus ojos mientras estudiaba a una Bette ansiosa que echaba un vistazo en la plataforma. Paul van Dyk llamó a Bette a la plataforma por algunos minutos durante su actuación y dedicó una canción para la muchacha del cumpleaños. Eso estaba muy bien con Tina puesto que DJ era un hombre y se colocaba detrás de los discos giratorios el tiempo entero. Pero ahora, Tina bizqueó sus ojos cuando miró el vídeo de introducción que era demostrado a través de las pantallas enormes del LCD al lado de la plataforma, allí estarían cinco muchachas que llamarían probablemente a Bette para acompañarlas en la plataforma. “Mierda.” Maldijo debajo de su respiración mientras comenzaba a darse cuenta de lo agitada que se sentía de pronto. Tina, aunque intentaba parecer inafectada, se sentía más que un poco celosa y amenazada.
NO SE HACEN AM....
“Oh mi dios.” Bette tragó difícilmente, su respiración se agitaba un poco y su pulso se aceleraba. Una parte enorme de ella rechazaba dejar el lado de Tina, pero había también una fracción minúscula dentro de ella que la empujaba a alcanzar a sus amigas al pie de la plataforma. Oh hombre, gimió internamente mientras veía a Tina que observaba todo al lado de ella. No soy incluso una gran admiradora de las gatitas, suspiró tristemente cuando miró envidiosa a la gente cerca de la plataforma. Creciendo con los niños ricos y famosos, Bette raramente se aficionaba a las estrellas. Estaba acostumbrada a rozarse con las estrellas - podían ser nombres conocidos en la industria del ocio o apenas jugadores de poca monta que intentaban abrirse camino. Entonces realmente, no estaba impaciente o emocionada como algunas de sus huéspedes cuando la gente famosa aparecía o se presentaba en sus fiestas. Sin embargo hoy era una excepción. Había cierto encanto en las atractivas mujeres que cantaban y bailaban y eso picaba el interés de Bette .,, y a sus insaciables hormonas sexuales adolescentes .
NO SE HACEN AM....
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“Qué” Tina frunció el ceño cuando la mesa se sacudió, casi derramando el contenido de los vasos que estaban encima. Miró abajo y suspiró molesta cuando cogió la pierna de Bette temblando ansiosamente por debajo de la mesa mientras la morena observaba la plataforma vehementemente. “Bien.” Se enfurruñó mientras se levantaba de su asiento. “Puedes acompañar a las otras si quieres.” Se movió alrededor de la mesa y golpeó ligeramente a Jenny en el hombro.
“¿A donde vas?” Bette se levantó de su asiento y se dirigió rápidamente hacia la rubia. Se sintió idiota e insensible. No sabía que Tina odiaba tanto el espectáculo. Si observar la demostración hacía sentir incómoda a la rubia, estaba más que queriendo sacrificar su propio disfrute y acompañar a Tina a cualquier parte.
“Al tocador de damas.” Tina miró a Jenny y levantó una ceja. La pequeña muchacha pescó la indirecta y se levantó rápidamente de su asiento. La rubia celosa necesitaba alejarse por un momento. Sabía que era un poco egoísta y que impedía deliberadamente a la morena de divertirse en su propia fiesta de cumpleaños. “Ve a acompañar a tus amigas.” Tina respiró profundamente e intentó una sonrisa débil. “Te alcanzaré en algunos minutos.” Después de que me tranquilice, agregó dentro de su cabeza.
“¿Estás segura?” Bette miraba a Tina poco convencida. No quería que la rubia se forzara a mirar el mini-espectáculo con ella si no quería realmente hacerlo.
“Sí.” Tina cabeceó lentamente. “Regresaré y te buscaré cerca de la plataforma.” Movió suavemente una mano a lo largo del brazo de Bette. “Lo prometo.” Agregó cuando atestiguó el flash rápido del miedo en los ojos de la morena.
“Esta bien.” Bette lanzó la respiración que sostenía y sonrió en la rubia. “Te esperaré allí, ¿muy bien? Al frente y al centro.” Cabeceó hacia la plataforma.
NO SE HACEN AM....
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“Mejor date prisa. La introducción casi termina.” Tina empujó suavemente a Bette mientras tomaba a Jenny por la mano y comenzó a dirigir a su amiga hacia el tocador de damas fuera de la pérgola.
“Ocupate de Kennard ¿de acuerdo?” Bette gritó en Jenny mientras caminaba hacia la plataforma.
Tina sacudió su cabeza y sonrió mientras Jenny rió divertida. “¡Lo haré!” La pequeña muchacha respondió sobre su hombro mientras caminaba al lado de su celosa mejor amiga .
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“¡Fuera de mi camino! Oof. ¿qué mierda? ¡Muévete perra! Ouch! ¡Dejame pasar! ¡Hey. hey tu bastardo gordo. mueve tu enorme trasero! ¡Gracias! ¡Jesús!”
“Wow, te tardaste un poco Porter. ¿Donde está Kennard?”
“Fue al tocador .”
“¡¿Qué?! Va a faltar a la primera parte del espectaculo! ¿Tiene diarrea o algo?”
“Alicia babosa. No, no lo creo.”
“Bien si no tiene diarrea o algo, entonces no tiene una excusa aceptable para faltar a esta cosa.”
“¡Oh deja en paz a Kennard , Al!”
“¡Calla Shane!”
“¡Chicas ya callense! ¡Miren! Mierda santa, aquí vienen. Nicole!!!!!!!!!”
“¿Qué coños Samantha?”
“¿Huh? ¿Qué te pasa Bette?”
“¡Para de gritar por Nicole. No tienes ningún derecho de gozar de las muñequitas esta noche!”
“¿Porqué no?”
“Has perdido el privilegio tu sola, mi querida amiga ilusa, pediste a los chicos de High School Musical . Éste es su castigo.”
“Oh.”
“Sí, así que callate.”
“¿U . Bette?”
“¿Qué?”
“¿Y no crees que puedas quitarlo?”
“¡Infierno No!”
“Aww conchaaas .”
“Aflojate los botones mi bebé. woooohhhh. sí, dóblalo, me gusta eso!!!”
“Hey Bette.”
“¡¿Qué?!”
“¿Puedo animar a Nicole otra vez por favor?”
“Dame una buena razón por la que debo permitirtelo.”
“U . si no lo haces, voy a decirle a Kennard sobre cómo te devoras a las chicas y mantienes la mirada en sus culos que se sacuden en la plataforma.”
“¡¡Fuuuck!.”
“¿Puedo?”
“Me debes esta Samantha.”
“¿Puedo?”
“Continua.”
“¡¡¡¡¡Sí!!!! ¡Sacudelo Nicole! ¡¡¡¡¡¡Te amo!!!!!¡ Aaaahhh!”
“Voy a decirle a Helena.”
“¿Qué?”
“Nada. Estoy diciendo a mi bebé que afloje los botones, pero puedes saltartelo. ¡¡¡¡¡oh sí!!!!!!!”
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“¿Tuviste que salir antes de que el monstruo de ojos verdes alzara su fea cabeza , heh?” Jenny sonrió con conocimiento mientras se sentaba al lado de Tina en una de las bancas de madera que estaban cerca de la laguna. Después de la corta visita al tocador de damas, Tina y ella decidieron caminar alrededor para respirar un poco de aire fresco. Estaba tan segura que el mini-concierto estaba en pleno apogeo ahora. Volverían adentro pronto y su mejor amiga alcanzaría a Bette según lo prometido, pero ahora, necesitaban de algunos minutos más para reagruparse.
Tina suspiró cuando tocó la parte nuevamente cosida de su vestido. “¿Fue tan obvio?” Preguntó en una pequeña voz. Dios, ¿cuándo se hizo tan transparente?
“Sí.” Jenny rió. Tina se apenó con la respuesta y dio vuelta a una remolocha roja. “Sin embargo si te ayuda a sentirte mejor, no creo que Porter lo haya notado.” Miró a Tina a través de las esquinas de sus ojos y sonrió significativa.
“¿Cómo te diste cuenta?” Tina surcó su frente, mirando a su mejor amiga. Era una buena cosa que Bette no fuera tan perspicaz como lo era la pequeña muchacha, de otra forma, no hubiera sabido donde meterse.
“Creo.” Jenny se detuvo brevemente mientras mordía su labio pensativa. “..que ella pensó que estabas enojada porque a ti no te gustaba el grupo. No se imaginó que estabas celosa.” Encogió los hombros. “Bette parece siempre intentar hacer todo lo que está en sus manos - - por favor a ti y hacerte feliz.” Agregó lentamente mientras Tina frotaba la parte trasera de su cuello escuchando sus palabras.
“Lo hace.” Tina contestó reservada, mirando fijamente las aguas tranquilas. Suspiró y cerró los ojos cuando la música levemente estruendosa de la pérgola flotó en el frío aire de noche. El silencio cómodo aterrizó entre las dos. Tina mordió su labio, intentando recoger sus pensamientos y prepararse para una confesión que sentía venir desde hacía ya algún tiempo. “Ella me gusta.” Abrió los ojos y susurró silenciosamente, como si admitiera sus sentimientos al viento. “Me gusta mucho.”
“Lo sé.” Jenny sonrió en su amiga y le dio una pequeña palmadita en la pierna para animarla a continuar. Tanto como intentaba ocultarlo, los sentimientos de Tina por Bette eran obvios - no estaban tan evidentemente exhibidos como las sensaciones de la morena por Tina - pero estaban allí ante la vista. La única persona que parecía no notar su presencia era la rubia misma. Su mejor amiga había estado negándoselo a si misma durante mucho tiempo .
“Sabes, yo.” Tina tragó el terrón en su garganta y continuó. “Le hice algo para su cumpleaños.” Suspiró y se lamió los labios. “Antes de que envolviera la caja con el papel, vi una de las sobras que estaba en la mesa.” Sonrió, recordando el acontecimiento peculiar que sucedió el jueves. “Era una de mis rechazos. La había moldeado incorrectamente y salió diferente a las otras.” Frotó sus manos para mantenerse caliente. “Fué tan divertido, salió del horno con una forma asombrosa.” Tina golpeó ligeramente su pecho con una mano. Jenny sonrió en la comprensión.
“Puse un poco de escarcha en ella y la coloqué dentro de la caja, pensando que no era nada más que una forma sin sentido, adicional que serviría solamente para romper la monotonía.” La rubia sacudió su cabeza al lado divertida. “Pero ahora. No creo más que no tenga sentido.” Admitió con una sonrisa mientras encontraba la mirada caliente de su amiga.
Jenny sonrió cuando envolvió sus brazos alrededor de Tina y abrazó a la rubia firmemente. Finalmente, alguien veía la luz. “Felicidades Tina.” Masculló mientras exprimía fuertemente a su mejor amiga.
“¿Porqué?” Tina rió.
“Por hacerle caso finalmente a tu corazón.” Jenny hizo muecas mientras se levantaba y ayudaba a Tina. “Volvamos así podrás conseguir a tu mujer.” Jenny guiñó mientras Tina la empujaba juguetónamente hacia la dirección de donde la música ruidosa venía.
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“Oh. Mi. Dios.” La quijada de Tina cayó al piso tan pronto como entraran en la pérgola. Sus ojos se tornaron en rajas mientras las ventanas de su nariz se movían en cólera.
“Oh mi.” Jenny cubrió su boca con su mano mientras miraba fijamente con los ojos muy abiertos lo que ocurría encima de la plataforma. “Eso es muy. uhm. Al estilo Marilyn Monroe.” Estranguló la voz, mirando nerviosa a su mejor amiga. Llegaron en el momento en que las gatitas subían a Bette a la plataforma. La heredera tenía una mueca torpe en su cara cuando se sentó en una silla mientras las atractivas chicas le cantaban feliz cumpleaños con giros sensuales y algunos toquecitos aquí y allá.
“¡Porqué son tan putas , culos de mierda buenos para nada!” dijo Tina furiosa empuñando sus manos. Admitió una cantidad aguda de aire mientras las muchachas terminaban su canción por Bette besandola una por una en la mejilla. La morena suspiró mientras su cara era cubierta de marcas del lápiz labial. Prácticamente brillaba intensamente. “¡¡¡Porter!!!!” Tina gritó con la fuerza de sus pulmones, incapaz de pararse de exhibir su descontento.
“Oh fuuuck.” Bette se tensó visiblemente y voló inmediatamente de su silla – directa a la muchedumbre que la esperaba. La gente, pensando que solo efectuaba un zambullido, llevó a Bette alrededor y la arrojó un par de veces en el aire. Fue solamente cuando comenzó a golpear con el pie y a gritar que la gente entendió la indirecta y la dejaron cautelosamente en el piso. Tan pronto como sus pies tocaran la tierra sólida, se encontró que era arrastrada fuera de la pérgola por la mejilla. “¡Owww!” Gritó cuando Tina pellizcó y la jaló más fuerte. La gente que la veía pasar a lo largo del camino se quedó inmóvil y completamente en shock al ver la escena.
Tina tomó una servilleta de una de las mesas y sumergió el paño dentro de una de las pequeñas fuentes de bambú que pasaba cerca. “Ewww.” Bette hizo muecas, ganando un golpe violento en la cabeza con la servilleta. Una vez que estaban afuera, Tina arrastró a la pobre morena hacia la banca más cercana y forzó a Bette a sentarse. Se colocó delante de la asustada heredera y frotó en su cara furiosamente con la servilleta. “Hmph.” Tina respiró irritada mientras intentaba borrar las marcas del lápiz labial en las mejillas de Bette.
“Owwwie.” Bette gritó, sus mejillas comenzaban a lastimar y a picar debido al tratamiento facial apasionado de Tina.
“Allí.” Tina frunció el ceño mientras examinaba la cara de Bette. Satisfecha de haber quitado todo, comenzó a caminar detrás hacia la pérgola.
“¿ A donde vas?” Bette dijo en voz alta mientras movía suavemente sus manos arriba y abajo de sus mejillas.
“¡Quédate allí!” Tina ordenó cuando vio a la morena lista para levantarse y seguirla. Bette se sentó inmediatamente abajo y tragó saliva cuando Tina le tiró la mirada más furiosa que jamás había visto. “Voy a traer mi regalo.” Dijo enfurruñada mientras pisaba fuerte hacia la pérgola.
“Si lo intentas una vez más, ¡voy a partirte el cuello en dos!”
Shane gritó airadamente sobre la música ruidosa mientras Alicia sumergía su trasero delante de ella y lo molía contra su cuerpo.
“Ooh. ¿no puedo darte un pequeño empujoncito y tocarte Shaney?” Alicia guiñó mientras daba vuelta a su cabeza para mirar a su amiga y comenzó a mover las caderas torpe en círculos. “¿Ves esto? Es poesía en movimiento.” Bromeó mientras comenzaba sin gracia a empujar sus caderas hacia adelante y hacia atrás. Sacudelo Pieszecki eah, sacudió su trasero y levantó sus brazos sobre su cabeza y aplaudió junto con el ritmo de Paul van Dyk el tiempo de nuestras vidas.
“Hey Al por favor.” Shane hizo muecas ante la carencia de ritmo de Alicia y se movió hacia atrás lentamente lejos de su amiga. Paró al lado de una Jenny igualmente sorprendida y dio un pequeño codazo a un costado de la pequeña chica. “¿Quieres ir por una bebida a la barra?” Contorsionó su cara mientras Alicia intentaba otro movimiento no coordinado y torpe de baile.
“Sí.” Jenny movió su cabeza mientras sus ojos seguían anonadados los movimientos extraños de Alicia. Era como observar las ruinas del tren, sabes que es malo pero no puedes dejar de papar moscas. “¡Woah!” Jadeó cuando la rubia se tiró al piso en una tentativa patética de bailar acostada mientras usaba una falda corta. Las desafortunada gentes que atestiguaban la exhibición, voltearon su cabeza cuando la ropa interior de encaje de Alicia asaltó sus ojos.
“Vamos.” Shane hizo caras mientras jalaba de una Jenny con los ojos casi saltando lejos de la demostración acrobática de Alicia. Maldición, lo siento, necesitaba una bebida fuerte para ayudarla a olvidar que había atestiguado tal monstruosidad. En su camino hacia la barra, sonrió cuando vió una exhibición de baile mucho mejor de Bette y Tina. Guiñó en la morena mientras pasaban cerca de las dos . Bette apenas la reconoció , estaba demasiado ocupada girando su cuerpo cerca de la rubia para notar todo lo demás alrededor de ella. “Pienso que acabo de ser rechazada.” Shane rascó su cabeza e hizo muecas cuando Jenny se rió en el acuerdo.
“¿Qué esperabas?” Jenny sacudió su cabeza mientras echaba una última mirada en su mejor amiga y la muchacha del cumpleaños. Las dos estaban perdidas totalmente en su propio pequeño mundo.
“¡Sí!” Alicia gritó mientras se empujaba para arriba del piso. “Viste eso Sh-” frunció el ceño cuando dio vuelta alrededor y rse dio cuenta que sus amigas se habían ido. “¿Qué coño?” Susurró bajo su respiración. ¿Adónde puñetas se fueron todos? Dobló su cuello en busca de una cara familiar. Oh bien, encogió los hombros. “¡Dale Dyk!” Rugió, bombeando su puño en el aire en el DJ que trabajaba los discos giratorios en la plataforma.
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“¡Ow! Rayos Porter, no bailes así de cerca.”
“¿Por qué? No estoy caminando en tus pies.”
“No, pero estás caminando en el pie de mi vestido.”
“¡No es cierto!”
“Lo haces sí.”
“¡Juro, que yo no!”
Riiipppppppppppppppppppp.
“…”
“Uh-oh.”
“Porter.”
“No quise hacer eso.”
“Porter.”
“Lo siento.”
“¡Porter!”
“Lo siento tanto. Estoy realmente.”
“¿Apenada? ¡Rasgaste mi vestido! Gracias a ti, la raja va subiendo y subiendo y waaaaay ahora hasta mi muslo!”
“U . uh. No es asi. En serio.”
“Ahora alcanza prácticamente hasta mis caderas. ¿Ves?”
“Mira. uhm. Pondré mi mano en tu muslo así podré cubrir el rasgón.”
“…”
“¿Mejor?”
“¡A !”
“¿Qué?”
“¡No lo estás cubriendo! ¡Estás moviendo tu mano arriba y abajo de mi pierna!”
“Chillona. Apenas se deslizó.”
“Sí correcto, eres una perv.”
“Hehehe.”
“¡¿Qué?!”
“Eres tan encantadoramente inocente.”
“¡N-no, nada de eso, no lo soy!”
“¿En serio no me estás engañando Kennard?”
“¡No! ¡Ya calla Porter!”
“Puedo sentir la piel de gallina en tu pierna.”
“¡Es solo que tengo frío!”
“¿Frío? Dejame calentarte entonces.”
“Retrocede Por- “
Riiiiiiippppppppppppp.
“Oh mi dios.”
“Mierda santa.”
“…”
“No quise hacer eso.”
“¡Porter!”
“Uh. es mi cumpleaños. no me lastimes. por favor?”
“…”
“Owwwwwwwwww!!!!”
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“¿A dónde fueron ustedes?” Helena levantó la vista del vaso de vino que cuidaba en sus manos mientras una Tina levemente enojada y una Bette de mirada culpable regresaban de nuevo a la mesa VIP.
“Tuvimos que buscar a alguien que arreglara de emergencia mi pequeño vestuario.” Tina se quejó cuando se sentó en su silla, sin importarle esperar a que Bette le ayudara a acomodarse.
“¿Por qué? ¿Qué sucedió?” Jenny surcó su frentes, mirando a las dos para una explicación. Tina se deslumbró en Bette mientras la morena encogía los hombros avergonzada.
“Un perro celosísimo del cuerno rompió mi vestido bailando.” Dijo Tina enojada. Bette tosió al lado de ella.
“Soy mala.” Bette masculló, frotando ligeramente su mejilla izquierda.
“Es eso...” Sam se inclinó hacia adelante y miró fijamente la cara de Bette. “…otra mordida de amor ?” Rió mientras observaba la marca roja en la mejilla de su mejor amiga. Tina usó una expresión con aire satisfecho mientras Bette se enfurruñaba en su lugar.
“Eso quisiera.” Bette respiró fuerte, mirando a la rubia a través de la esquina de sus ojos. “Ella pellizcó mi mejilla a muerte.” Señaló un dedo acusatorio en Tina. “Y en mi cumpleaños también.” Puso mala cara y cruzó sus brazos en su pecho. “Le dije que lo sentía pero no me escuchó. Y ahora mi cara lastima tan mal.” Gimoteó dramáticamente cuando Tina le tiró una mirada.
“Aww. Pobre Bette.” Helena siguió el juego, sus ojos bailaban alrededor de las dos divertida. “Apuesto que Tina tendrá un cambio de rumbo y hará que se te quite el dolor.” Meneó sus cejas sugestiva. La rubia sacudió su cabeza violentamente en protesta.
Shane rió, mirando como Bette exhalaba un suspiro de decepción. “No te preocupes Bette.” Sonrió mientras daba el último trago a su bebida. “Apuesto que alguien lo hará todo mejor con un beso o dos dentro de los próximos minutos.” Guiñó y cabeceó hacia la plataforma. Paul van Dyk acababa de terminar su participación y ahora agitaba en la muchedumbre. Tomó el micrófono y saludó a Bette una última vez antes de que saliera.
“¿Ya es hora?” Bette sonrió, mirando a Shane con conocimiento. Las otras muchachas en la mesa, a excepción de Sam, miraron a las dos confundidas mientras Shane se reía entre dientes silenciosamente para si.
“Es.” Shane hizo muecas de oído a oído. Discreta, observó al equipo que arreglaba la plataforma para el acto siguiente. Dio un cabeceo leve a una Alicia mojada en sudor mientras se acercaba a la mesa.
“Whew.” Alicia exhaló mientras se derrumbaba abajo en su asiento. “Fué divertido.” Exclamó fatigada, tragando saliva debajo de cada gota de agua de su vaso. “Joder solamente que, estoy agotada.” Dijo mientras se reclinaba en su asiento.
“Debiste haber ahorrado tu fuerza.” Shane se lamió los labios en la anticipación cuando los proyectores en la plataforma comenzaron a deslumbrar.
“¿H ? ¿Porqué?” Alicia contestó perezosa mientras frotaba sus pies cansados y adoloridos por debajo de la mesa. Los otros miembros de 4F intercambiaron miradas significativas, haciendo muecas maliciosas la una a la otra. Tardó Alicia un minuto entero antes de que la comprensión finalmente amaneciera en ella. “¡Oh mi dios!” Su boca cayó al piso, ¿cómo habría podido olvidarlo? “¡Gatitas!” Articuló silenciosamente mientras sus amigas reían y movían sus cabezas.
“¿Gatitas?” Tina levantó una ceja, mirando interrogante a Bette. La morena le contestó con un silencio fresco.
“¿Asi que estamos nerviosas?” Helena miraba alrededor de la mesa y surcó su frente. “¿No arreglarían algo que implicaría mujeres semidesnudas atractivas y billetes de un dólar, Bette ¿correcto?” Miró a la morena fijamente. Ésa sería una mala prueba puesto que los parientes y la muchacha que a Bette le gustaba estaban en el mismo cuarto.
“No.” Bette rió mientras Tina la estudiaba de cerca. “Cerca sin embargo. A excepción de la parte de los billetes de dólar, le atinaste.” Ella levantó una ceja y sonrió. Vio la expresión no-tan-divertida en las caras de Tina y de Helena e intentó regresar. “Sin embargo no fui la de la idea.” Rió nerviosa mientras miraba a Shane, desviando la culpa a su amiga. Compinche lo siento le tiró a la casanova una mirada de disculpa.
Shane sonrió vergonzosamente ante las miradas de muerte que recibió de Tina y Helena y encogió sus hombros. “Denme más crédito. Estas muchachas son profesionales.” Frunció sus labios y movió su cabeza lentamente. “Actrices de calidad mundial.” Agregó con una sonrisa.
“¿Realmente?” Tina miró escéptica a 4F. Bette jugaba con el mantel de la mesa, asustada de encontrar la mirada intensa de Tina. “Apenas quiénes son es-”
MUÑECAS.
“¡Eeeeeeeeekk!” Alicia gritó y saltó de su asiento cuando la introducción inundó los altavoces. El agotamiento se fue a la parte posterior de su mente, su libido adolescente la recargó de nuevas energías y la propulsó hacia el frente de la plataforma a la velocidad del rayo.
AHHH.
“Adiós.” Shane hizo muecas emocionada mientras frotaba sus manos en la anticipación. Intentando actuar ella misma fresca y tranquila como lo hacía generalmente para mantener su reputación, intentó contener su entusiasmo levantándose lentamente y yéndose de manera semejante. Solamente que cuando estuvo algunos pies lejos echó a correr como si se le fuera la vida y se arrojó junto con Alicia al lado de la plataforma.
AHHH.
“U .” Sam tragó difícilmente y mordió su labio más bajo mientras buscaba la forma de levantarse de su silla. “Uhh he yo. Prometí. Shane.” Movió sus pies, mirando nerviosa a Helena. “¿Tu quieres?” Movió su cabeza torpe hacia la plataforma. “Creo que no.” Tragó saliva cuando la morena entrecerró sus ojos en ella. Saltó para arriba levemente cuando escuchó el primer sonido de los altavoces que venía de la plataforma y su corazón comenzó a latir furiosamente dentro de su pecho. “Mierda.” Maldijo desesperadamente bajo su respiración cuando la muchedumbre comenzó a amontonarse delante de la plataforma.
MUÑECAS.
“Bien.” Helena rodó sus ojos y agitó su mano. “Ve.” Sacudió su cabeza conformandose.
“¡Yey!” Sam gritó y aplaudió sus manos con entusiasmo. Helena le tiró un ojo malvado. “¡Quiero decir. Quiero decir. Gracias!” Sam tardamudeó mientras corría hacia la plataforma y luchaba por ir más allá de la muchedumbre. Diablos no había ninguna manera de que ella volviera la vista atrás hacia la mesa, no se arriesgaría a ver que Helena cambiara su mente y que la llamara de regreso. Afortunadamente para ella sin embargo, la heredera Peabody decidió dejar su mesa por un rato para alcanzar a algunos amigos fuera de la pérgola.
TÍAS.
“¿Las muñecas gatitas?” Tina arqueó una ceja, dando vuelta a su cuerpo hacia la agitada morena al lado de ella. Bette, con los nervios de punta y fuera de lugar, torció su cuello en una tentativa inútil de buscar a sus amigas entre el mar de cabezas.
“Te dije que fue idea de Shane.” Bette contestó en una pequeña voz, mirando a Tina a través de la esquina de sus ojos. “¿Quieres mirar?” Preguntó esperanzadamente, mirando a la rubia cautelosomente.
“No.” Tina sacudió su cabeza indignada y de mal humor. Bajo circunstancias normales, ella habría sido una de las primeras personas que corrieran al frente de la plataforma. Pero no ahora. Entrecerró sus ojos mientras estudiaba a una Bette ansiosa que echaba un vistazo en la plataforma. Paul van Dyk llamó a Bette a la plataforma por algunos minutos durante su actuación y dedicó una canción para la muchacha del cumpleaños. Eso estaba muy bien con Tina puesto que DJ era un hombre y se colocaba detrás de los discos giratorios el tiempo entero. Pero ahora, Tina bizqueó sus ojos cuando miró el vídeo de introducción que era demostrado a través de las pantallas enormes del LCD al lado de la plataforma, allí estarían cinco muchachas que llamarían probablemente a Bette para acompañarlas en la plataforma. “Mierda.” Maldijo debajo de su respiración mientras comenzaba a darse cuenta de lo agitada que se sentía de pronto. Tina, aunque intentaba parecer inafectada, se sentía más que un poco celosa y amenazada.
NO SE HACEN AM....
“Oh mi dios.” Bette tragó difícilmente, su respiración se agitaba un poco y su pulso se aceleraba. Una parte enorme de ella rechazaba dejar el lado de Tina, pero había también una fracción minúscula dentro de ella que la empujaba a alcanzar a sus amigas al pie de la plataforma. Oh hombre, gimió internamente mientras veía a Tina que observaba todo al lado de ella. No soy incluso una gran admiradora de las gatitas, suspiró tristemente cuando miró envidiosa a la gente cerca de la plataforma. Creciendo con los niños ricos y famosos, Bette raramente se aficionaba a las estrellas. Estaba acostumbrada a rozarse con las estrellas - podían ser nombres conocidos en la industria del ocio o apenas jugadores de poca monta que intentaban abrirse camino. Entonces realmente, no estaba impaciente o emocionada como algunas de sus huéspedes cuando la gente famosa aparecía o se presentaba en sus fiestas. Sin embargo hoy era una excepción. Había cierto encanto en las atractivas mujeres que cantaban y bailaban y eso picaba el interés de Bette .,, y a sus insaciables hormonas sexuales adolescentes .
NO SE HACEN AM....
.
“Qué” Tina frunció el ceño cuando la mesa se sacudió, casi derramando el contenido de los vasos que estaban encima. Miró abajo y suspiró molesta cuando cogió la pierna de Bette temblando ansiosamente por debajo de la mesa mientras la morena observaba la plataforma vehementemente. “Bien.” Se enfurruñó mientras se levantaba de su asiento. “Puedes acompañar a las otras si quieres.” Se movió alrededor de la mesa y golpeó ligeramente a Jenny en el hombro.
“¿A donde vas?” Bette se levantó de su asiento y se dirigió rápidamente hacia la rubia. Se sintió idiota e insensible. No sabía que Tina odiaba tanto el espectáculo. Si observar la demostración hacía sentir incómoda a la rubia, estaba más que queriendo sacrificar su propio disfrute y acompañar a Tina a cualquier parte.
“Al tocador de damas.” Tina miró a Jenny y levantó una ceja. La pequeña muchacha pescó la indirecta y se levantó rápidamente de su asiento. La rubia celosa necesitaba alejarse por un momento. Sabía que era un poco egoísta y que impedía deliberadamente a la morena de divertirse en su propia fiesta de cumpleaños. “Ve a acompañar a tus amigas.” Tina respiró profundamente e intentó una sonrisa débil. “Te alcanzaré en algunos minutos.” Después de que me tranquilice, agregó dentro de su cabeza.
“¿Estás segura?” Bette miraba a Tina poco convencida. No quería que la rubia se forzara a mirar el mini-espectáculo con ella si no quería realmente hacerlo.
“Sí.” Tina cabeceó lentamente. “Regresaré y te buscaré cerca de la plataforma.” Movió suavemente una mano a lo largo del brazo de Bette. “Lo prometo.” Agregó cuando atestiguó el flash rápido del miedo en los ojos de la morena.
“Esta bien.” Bette lanzó la respiración que sostenía y sonrió en la rubia. “Te esperaré allí, ¿muy bien? Al frente y al centro.” Cabeceó hacia la plataforma.
NO SE HACEN AM....
.
“Mejor date prisa. La introducción casi termina.” Tina empujó suavemente a Bette mientras tomaba a Jenny por la mano y comenzó a dirigir a su amiga hacia el tocador de damas fuera de la pérgola.
“Ocupate de Kennard ¿de acuerdo?” Bette gritó en Jenny mientras caminaba hacia la plataforma.
Tina sacudió su cabeza y sonrió mientras Jenny rió divertida. “¡Lo haré!” La pequeña muchacha respondió sobre su hombro mientras caminaba al lado de su celosa mejor amiga .
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“¡Fuera de mi camino! Oof. ¿qué mierda? ¡Muévete perra! Ouch! ¡Dejame pasar! ¡Hey. hey tu bastardo gordo. mueve tu enorme trasero! ¡Gracias! ¡Jesús!”
“Wow, te tardaste un poco Porter. ¿Donde está Kennard?”
“Fue al tocador .”
“¡¿Qué?! Va a faltar a la primera parte del espectaculo! ¿Tiene diarrea o algo?”
“Alicia babosa. No, no lo creo.”
“Bien si no tiene diarrea o algo, entonces no tiene una excusa aceptable para faltar a esta cosa.”
“¡Oh deja en paz a Kennard , Al!”
“¡Calla Shane!”
“¡Chicas ya callense! ¡Miren! Mierda santa, aquí vienen. Nicole!!!!!!!!!”
“¿Qué coños Samantha?”
“¿Huh? ¿Qué te pasa Bette?”
“¡Para de gritar por Nicole. No tienes ningún derecho de gozar de las muñequitas esta noche!”
“¿Porqué no?”
“Has perdido el privilegio tu sola, mi querida amiga ilusa, pediste a los chicos de High School Musical . Éste es su castigo.”
“Oh.”
“Sí, así que callate.”
“¿U . Bette?”
“¿Qué?”
“¿Y no crees que puedas quitarlo?”
“¡Infierno No!”
“Aww conchaaas .”
“Aflojate los botones mi bebé. woooohhhh. sí, dóblalo, me gusta eso!!!”
“Hey Bette.”
“¡¿Qué?!”
“¿Puedo animar a Nicole otra vez por favor?”
“Dame una buena razón por la que debo permitirtelo.”
“U . si no lo haces, voy a decirle a Kennard sobre cómo te devoras a las chicas y mantienes la mirada en sus culos que se sacuden en la plataforma.”
“¡¡Fuuuck!.”
“¿Puedo?”
“Me debes esta Samantha.”
“¿Puedo?”
“Continua.”
“¡¡¡¡¡Sí!!!! ¡Sacudelo Nicole! ¡¡¡¡¡¡Te amo!!!!!¡ Aaaahhh!”
“Voy a decirle a Helena.”
“¿Qué?”
“Nada. Estoy diciendo a mi bebé que afloje los botones, pero puedes saltartelo. ¡¡¡¡¡oh sí!!!!!!!”
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“¿Tuviste que salir antes de que el monstruo de ojos verdes alzara su fea cabeza , heh?” Jenny sonrió con conocimiento mientras se sentaba al lado de Tina en una de las bancas de madera que estaban cerca de la laguna. Después de la corta visita al tocador de damas, Tina y ella decidieron caminar alrededor para respirar un poco de aire fresco. Estaba tan segura que el mini-concierto estaba en pleno apogeo ahora. Volverían adentro pronto y su mejor amiga alcanzaría a Bette según lo prometido, pero ahora, necesitaban de algunos minutos más para reagruparse.
Tina suspiró cuando tocó la parte nuevamente cosida de su vestido. “¿Fue tan obvio?” Preguntó en una pequeña voz. Dios, ¿cuándo se hizo tan transparente?
“Sí.” Jenny rió. Tina se apenó con la respuesta y dio vuelta a una remolocha roja. “Sin embargo si te ayuda a sentirte mejor, no creo que Porter lo haya notado.” Miró a Tina a través de las esquinas de sus ojos y sonrió significativa.
“¿Cómo te diste cuenta?” Tina surcó su frente, mirando a su mejor amiga. Era una buena cosa que Bette no fuera tan perspicaz como lo era la pequeña muchacha, de otra forma, no hubiera sabido donde meterse.
“Creo.” Jenny se detuvo brevemente mientras mordía su labio pensativa. “..que ella pensó que estabas enojada porque a ti no te gustaba el grupo. No se imaginó que estabas celosa.” Encogió los hombros. “Bette parece siempre intentar hacer todo lo que está en sus manos - - por favor a ti y hacerte feliz.” Agregó lentamente mientras Tina frotaba la parte trasera de su cuello escuchando sus palabras.
“Lo hace.” Tina contestó reservada, mirando fijamente las aguas tranquilas. Suspiró y cerró los ojos cuando la música levemente estruendosa de la pérgola flotó en el frío aire de noche. El silencio cómodo aterrizó entre las dos. Tina mordió su labio, intentando recoger sus pensamientos y prepararse para una confesión que sentía venir desde hacía ya algún tiempo. “Ella me gusta.” Abrió los ojos y susurró silenciosamente, como si admitiera sus sentimientos al viento. “Me gusta mucho.”
“Lo sé.” Jenny sonrió en su amiga y le dio una pequeña palmadita en la pierna para animarla a continuar. Tanto como intentaba ocultarlo, los sentimientos de Tina por Bette eran obvios - no estaban tan evidentemente exhibidos como las sensaciones de la morena por Tina - pero estaban allí ante la vista. La única persona que parecía no notar su presencia era la rubia misma. Su mejor amiga había estado negándoselo a si misma durante mucho tiempo .
“Sabes, yo.” Tina tragó el terrón en su garganta y continuó. “Le hice algo para su cumpleaños.” Suspiró y se lamió los labios. “Antes de que envolviera la caja con el papel, vi una de las sobras que estaba en la mesa.” Sonrió, recordando el acontecimiento peculiar que sucedió el jueves. “Era una de mis rechazos. La había moldeado incorrectamente y salió diferente a las otras.” Frotó sus manos para mantenerse caliente. “Fué tan divertido, salió del horno con una forma asombrosa.” Tina golpeó ligeramente su pecho con una mano. Jenny sonrió en la comprensión.
“Puse un poco de escarcha en ella y la coloqué dentro de la caja, pensando que no era nada más que una forma sin sentido, adicional que serviría solamente para romper la monotonía.” La rubia sacudió su cabeza al lado divertida. “Pero ahora. No creo más que no tenga sentido.” Admitió con una sonrisa mientras encontraba la mirada caliente de su amiga.
Jenny sonrió cuando envolvió sus brazos alrededor de Tina y abrazó a la rubia firmemente. Finalmente, alguien veía la luz. “Felicidades Tina.” Masculló mientras exprimía fuertemente a su mejor amiga.
“¿Porqué?” Tina rió.
“Por hacerle caso finalmente a tu corazón.” Jenny hizo muecas mientras se levantaba y ayudaba a Tina. “Volvamos así podrás conseguir a tu mujer.” Jenny guiñó mientras Tina la empujaba juguetónamente hacia la dirección de donde la música ruidosa venía.
----------------------------------------------
“Oh. Mi. Dios.” La quijada de Tina cayó al piso tan pronto como entraran en la pérgola. Sus ojos se tornaron en rajas mientras las ventanas de su nariz se movían en cólera.
“Oh mi.” Jenny cubrió su boca con su mano mientras miraba fijamente con los ojos muy abiertos lo que ocurría encima de la plataforma. “Eso es muy. uhm. Al estilo Marilyn Monroe.” Estranguló la voz, mirando nerviosa a su mejor amiga. Llegaron en el momento en que las gatitas subían a Bette a la plataforma. La heredera tenía una mueca torpe en su cara cuando se sentó en una silla mientras las atractivas chicas le cantaban feliz cumpleaños con giros sensuales y algunos toquecitos aquí y allá.
“¡Porqué son tan putas , culos de mierda buenos para nada!” dijo Tina furiosa empuñando sus manos. Admitió una cantidad aguda de aire mientras las muchachas terminaban su canción por Bette besandola una por una en la mejilla. La morena suspiró mientras su cara era cubierta de marcas del lápiz labial. Prácticamente brillaba intensamente. “¡¡¡Porter!!!!” Tina gritó con la fuerza de sus pulmones, incapaz de pararse de exhibir su descontento.
“Oh fuuuck.” Bette se tensó visiblemente y voló inmediatamente de su silla – directa a la muchedumbre que la esperaba. La gente, pensando que solo efectuaba un zambullido, llevó a Bette alrededor y la arrojó un par de veces en el aire. Fue solamente cuando comenzó a golpear con el pie y a gritar que la gente entendió la indirecta y la dejaron cautelosamente en el piso. Tan pronto como sus pies tocaran la tierra sólida, se encontró que era arrastrada fuera de la pérgola por la mejilla. “¡Owww!” Gritó cuando Tina pellizcó y la jaló más fuerte. La gente que la veía pasar a lo largo del camino se quedó inmóvil y completamente en shock al ver la escena.
Tina tomó una servilleta de una de las mesas y sumergió el paño dentro de una de las pequeñas fuentes de bambú que pasaba cerca. “Ewww.” Bette hizo muecas, ganando un golpe violento en la cabeza con la servilleta. Una vez que estaban afuera, Tina arrastró a la pobre morena hacia la banca más cercana y forzó a Bette a sentarse. Se colocó delante de la asustada heredera y frotó en su cara furiosamente con la servilleta. “Hmph.” Tina respiró irritada mientras intentaba borrar las marcas del lápiz labial en las mejillas de Bette.
“Owwwie.” Bette gritó, sus mejillas comenzaban a lastimar y a picar debido al tratamiento facial apasionado de Tina.
“Allí.” Tina frunció el ceño mientras examinaba la cara de Bette. Satisfecha de haber quitado todo, comenzó a caminar detrás hacia la pérgola.
“¿ A donde vas?” Bette dijo en voz alta mientras movía suavemente sus manos arriba y abajo de sus mejillas.
“¡Quédate allí!” Tina ordenó cuando vio a la morena lista para levantarse y seguirla. Bette se sentó inmediatamente abajo y tragó saliva cuando Tina le tiró la mirada más furiosa que jamás había visto. “Voy a traer mi regalo.” Dijo enfurruñada mientras pisaba fuerte hacia la pérgola.
anita- Yujuu! me empieza a gustar el foreo
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