[Terminado] No solo una adición
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Re: [Terminado] No solo una adición
“¡Maldita mierda! ¡Joder, maldito cuchillo!”. Cuando atravesaba el marco de la puerta, Lara escuchó la familiar lengua pintoresca que venía de la cocina. Se apresuró a entrar, y se encontró allí con una visión caótica: la lechuga, pepinos y pimientos estaban esparcidos por la mesa y el suelo, y Alice estaba de pie, en el centro, sosteniéndose el dedo izquierdo con una expresión afligida en su cara.
Olvidando toda torpeza entre ellas, Lara se precipitó hasta Alice. “¿Estás bien?”, preguntó examinándole la mano herida con mucho cuidado.
“Si, estoy bien”, contestó Alice, con el dolor reflejado en su cara, “estaba cortando los malditos pimientos, y de algún modo logré cortarme también la mierda de dedo”.
“Déjame ver”, dijo Lara. Alice sostuvo su dedo, que ahora sangraba, para que Lara lo inspeccionase. El corte no era muy profundo, pero Lara sabía por experiencia lo dolorosa que estas heridas llegaban a ser.
“Pienso que está bien, pero vamos a ir al cuarto de baño y lo vamos a lavar”, dijo Lara, provocándole una sonrisa. Depués, agarrando la mano ilesa de Alice, la condujo pasillo abajo hasta el cuarto de baño de Bette y Tina. Mientras Alice se lavaba la mano en el lavabo, Lara buscó una venda en el botiquín.
“Esto servirá”, dijo Lara. Cogió la mano de Alice con mucho cuidado y, despacio, enrolló la venda alrededor del dedo dañado. Alice observó la cara de Lara, que estaba concentrada en la tarea que estaba haciendo. Ahora que su dolor inicial había disminuido, era cada vez más consciente de la proximidad de la pelirroja. Estaba lo bastante cerca para aspirar su familiar olor a limpio y notar la manera encantadora en que mordía suavemente su labio inferior mientras se concentraba. Estaba también lo suficientemente cerca para oir como la respiración de Lara se hacía un poco más pesada, como la suya propia, cuando las dos sintieron la atracción que, irremediablemente, las empujaba más cerca a la una de la otra.
Cuando Lara terminó de vendar el dedo de Alice, levantó la vista para mirarla fijamente. Ella también era consciente de la tensión agradable que crecía entre ellas, y sabía que ambas alcanzaban su límite rápidamente. “Ya está hecho”, murmuró, mirando los labios atractivos de Alice. No parecía que ella pudiera detener su cabeza, que se acercaba cada vez más a la de Alice. Apoyando sus frentes la una en la otra, cerraron los ojos justo antes de que sus bocas se encontraran.
“¡Ey, Alice!, ¿dónde estás?” La voz de Shane llamó repentinamente desde el otro lado de la puerta, causando que Lara y Alice rápidamente se separaran sobresaltadas. Después siguió un golpe ruidoso cuando la puerta, que ellas no habían cerrado completamente, se abrió con fuerza.
“¡Ey, Shane! gritó Alice, intentando ocultar la expresión culpable sobre su cara.
“¡Eh, chicas!, ¿qué hacéis aquí?”, preguntó Shane, mirando a ambas mujeres con curiosidad.
“Ah, me corté el dedo mientras hacía la ensalada y Lara me ayudaba a vendarlo”, contestó Alice intentando desesperadamente conservar su tono habitual de voz.
“Soy una experta en heridas de cocina”, explicó Lara mientras luchaba para recuperar su ritmo normal de respiración.
“Ah, ¿es por esto que hay verduras por todas partes en la cocina?”, preguntó Shane mirando divertida a Alice.
“Si, bueno, me enfadé un poco y golpeé la mesa”, explicó Alice sintiéndose avergonzada.
“¿De verdad?”, dijo Shane con voz monótona, “¿te peleaste con la lechuga?”
“Jaja, Shane”, se burló Alice, mientras dejaban el cuarto de baño y se dirigían de nuevo a la cocina.
“Acabaré de hacer la ensalada, Alice”, se ofreció Lara, recogiendo algunas verduras esparcidas sobre la mesa, “creo que tu ya te has ganado la comida de hoy”
“Te ayudaré”, dijo Shane silenciando las objeciones de Alice, “creo que las verduras y tu deberíais estar bien lejos la una de la otra, además, no me gusta la sangre en la ensalada”, añadió, empujando a Alice hacia la puerta del patio.
“De acuerdo”, contestó Alice mientras salía fuera, “Siento todo el lío que he armado”.
Después que Alice se hubo marchado, Shane cogió una escoba y comenzó a barrer todas las verduras del suelo. “Quizás no sabías esto, pero esta chica tiene mucho temperamento”, dijo, riendo en silencio cuando pensaba en Alice descargando su rabia en una ensalada.
“Mmmmm”, contestó Lara evasiva, ella había comprobado la cólera de Alice la noche antes durante la discusión que mantuvieron en su apartamento, pero no iba a revelar esa información a Shane.
“¿Y cómo te van las cosas, Lara?”, preguntó Shane, recogiendo las verduras con el recogedor y tirándolas en el cubo de la basura.
“Umm, va todo bien”, contestó Lara un poco insegura. Estaba preocupada porque Shane hubiera podido notar algo de la energía latente entre ella y Alice en el cuarto de baño. ¿Qué le diría a Shane si le preguntara sobre ello? Decidió cambiar el tema de conversación. “¿Cómo estás tu?”.
“Ya sabes, las cosas han sido un poco duras después de la boda, pero ahora estoy mejor”. “Ayuda tener buenas amigas como Jenny y Alice”.
“Si, ellas son buenas amigas” Lara estuvo de acuerdo. Cuando terminó de cortar las verduras, las puso en una ensaladera grande, cogió aceite del armario, y comenzó a aliñarlas.
“Sé que tu y Alice habéis estado muy cerca desde que Dana murió”, dijo Shane, provocando que el corazón de Lara latiera más fuertemente. No tenía ni idea de cómo responder si Shane le preguntaba sobre su relación con Alice, así que intentó mantener su cara todo lo inexpresiva posible.
“Me preguntaba si piensas que ella está bien… ya sabes, con Dana y todo”. Shane miró abajo tristemente. “Yo… no he estado por ella últimamente, ¿sabes?. Con el lío de la boda y todo lo demás, no he sido muy buena amiga”.
“Ah”, exclamó Lara intentando ocultar su alivio, “Um… si, supongo que ella está bien. Pienso que es difícil recuperarse, y lleva tiempo, pero es muy fuerte”.
“Si, es muy fuerte”, estuvo de acuerdo Shane, “Pero nunca había pasado por una situación así. Ninguna de nosotras”. Lara cabeceó afirmativamente.
“Mira”, añadió Shane, “también quería que supieras que si alguna vez necesitas hablar con alguien de Dana o de cualquier otra cosa, estoy aquí. Se que esta oferta llega un poco tarde, y que te vas a París pronto, pero creí que deberías saber esto.”
“Gracias, Shane”, contestó Lara. Estaba sinceramente agradecida por la oferta, pero esto la hizo sentirse aún más culpable por ocultar la verdadera naturaleza de su relación con Alice.
“Bien pienso que ya he limpiado todo. ¿Necesitas ayuda con la ensalada?”, preguntó
“No, ya está también. Ve tu afuera con el grupo, yo iré en un minuto”. Intercambiaron una sonrisa amistosa antes de que Shane saliera al patio. Después de que se hubiera marchado, Lara se apoyó en la mesa y liberó un suspiro largo. Después, terminó la ensalada y la llevó a la fiesta.
Olvidando toda torpeza entre ellas, Lara se precipitó hasta Alice. “¿Estás bien?”, preguntó examinándole la mano herida con mucho cuidado.
“Si, estoy bien”, contestó Alice, con el dolor reflejado en su cara, “estaba cortando los malditos pimientos, y de algún modo logré cortarme también la mierda de dedo”.
“Déjame ver”, dijo Lara. Alice sostuvo su dedo, que ahora sangraba, para que Lara lo inspeccionase. El corte no era muy profundo, pero Lara sabía por experiencia lo dolorosa que estas heridas llegaban a ser.
“Pienso que está bien, pero vamos a ir al cuarto de baño y lo vamos a lavar”, dijo Lara, provocándole una sonrisa. Depués, agarrando la mano ilesa de Alice, la condujo pasillo abajo hasta el cuarto de baño de Bette y Tina. Mientras Alice se lavaba la mano en el lavabo, Lara buscó una venda en el botiquín.
“Esto servirá”, dijo Lara. Cogió la mano de Alice con mucho cuidado y, despacio, enrolló la venda alrededor del dedo dañado. Alice observó la cara de Lara, que estaba concentrada en la tarea que estaba haciendo. Ahora que su dolor inicial había disminuido, era cada vez más consciente de la proximidad de la pelirroja. Estaba lo bastante cerca para aspirar su familiar olor a limpio y notar la manera encantadora en que mordía suavemente su labio inferior mientras se concentraba. Estaba también lo suficientemente cerca para oir como la respiración de Lara se hacía un poco más pesada, como la suya propia, cuando las dos sintieron la atracción que, irremediablemente, las empujaba más cerca a la una de la otra.
Cuando Lara terminó de vendar el dedo de Alice, levantó la vista para mirarla fijamente. Ella también era consciente de la tensión agradable que crecía entre ellas, y sabía que ambas alcanzaban su límite rápidamente. “Ya está hecho”, murmuró, mirando los labios atractivos de Alice. No parecía que ella pudiera detener su cabeza, que se acercaba cada vez más a la de Alice. Apoyando sus frentes la una en la otra, cerraron los ojos justo antes de que sus bocas se encontraran.
“¡Ey, Alice!, ¿dónde estás?” La voz de Shane llamó repentinamente desde el otro lado de la puerta, causando que Lara y Alice rápidamente se separaran sobresaltadas. Después siguió un golpe ruidoso cuando la puerta, que ellas no habían cerrado completamente, se abrió con fuerza.
“¡Ey, Shane! gritó Alice, intentando ocultar la expresión culpable sobre su cara.
“¡Eh, chicas!, ¿qué hacéis aquí?”, preguntó Shane, mirando a ambas mujeres con curiosidad.
“Ah, me corté el dedo mientras hacía la ensalada y Lara me ayudaba a vendarlo”, contestó Alice intentando desesperadamente conservar su tono habitual de voz.
“Soy una experta en heridas de cocina”, explicó Lara mientras luchaba para recuperar su ritmo normal de respiración.
“Ah, ¿es por esto que hay verduras por todas partes en la cocina?”, preguntó Shane mirando divertida a Alice.
“Si, bueno, me enfadé un poco y golpeé la mesa”, explicó Alice sintiéndose avergonzada.
“¿De verdad?”, dijo Shane con voz monótona, “¿te peleaste con la lechuga?”
“Jaja, Shane”, se burló Alice, mientras dejaban el cuarto de baño y se dirigían de nuevo a la cocina.
“Acabaré de hacer la ensalada, Alice”, se ofreció Lara, recogiendo algunas verduras esparcidas sobre la mesa, “creo que tu ya te has ganado la comida de hoy”
“Te ayudaré”, dijo Shane silenciando las objeciones de Alice, “creo que las verduras y tu deberíais estar bien lejos la una de la otra, además, no me gusta la sangre en la ensalada”, añadió, empujando a Alice hacia la puerta del patio.
“De acuerdo”, contestó Alice mientras salía fuera, “Siento todo el lío que he armado”.
Después que Alice se hubo marchado, Shane cogió una escoba y comenzó a barrer todas las verduras del suelo. “Quizás no sabías esto, pero esta chica tiene mucho temperamento”, dijo, riendo en silencio cuando pensaba en Alice descargando su rabia en una ensalada.
“Mmmmm”, contestó Lara evasiva, ella había comprobado la cólera de Alice la noche antes durante la discusión que mantuvieron en su apartamento, pero no iba a revelar esa información a Shane.
“¿Y cómo te van las cosas, Lara?”, preguntó Shane, recogiendo las verduras con el recogedor y tirándolas en el cubo de la basura.
“Umm, va todo bien”, contestó Lara un poco insegura. Estaba preocupada porque Shane hubiera podido notar algo de la energía latente entre ella y Alice en el cuarto de baño. ¿Qué le diría a Shane si le preguntara sobre ello? Decidió cambiar el tema de conversación. “¿Cómo estás tu?”.
“Ya sabes, las cosas han sido un poco duras después de la boda, pero ahora estoy mejor”. “Ayuda tener buenas amigas como Jenny y Alice”.
“Si, ellas son buenas amigas” Lara estuvo de acuerdo. Cuando terminó de cortar las verduras, las puso en una ensaladera grande, cogió aceite del armario, y comenzó a aliñarlas.
“Sé que tu y Alice habéis estado muy cerca desde que Dana murió”, dijo Shane, provocando que el corazón de Lara latiera más fuertemente. No tenía ni idea de cómo responder si Shane le preguntaba sobre su relación con Alice, así que intentó mantener su cara todo lo inexpresiva posible.
“Me preguntaba si piensas que ella está bien… ya sabes, con Dana y todo”. Shane miró abajo tristemente. “Yo… no he estado por ella últimamente, ¿sabes?. Con el lío de la boda y todo lo demás, no he sido muy buena amiga”.
“Ah”, exclamó Lara intentando ocultar su alivio, “Um… si, supongo que ella está bien. Pienso que es difícil recuperarse, y lleva tiempo, pero es muy fuerte”.
“Si, es muy fuerte”, estuvo de acuerdo Shane, “Pero nunca había pasado por una situación así. Ninguna de nosotras”. Lara cabeceó afirmativamente.
“Mira”, añadió Shane, “también quería que supieras que si alguna vez necesitas hablar con alguien de Dana o de cualquier otra cosa, estoy aquí. Se que esta oferta llega un poco tarde, y que te vas a París pronto, pero creí que deberías saber esto.”
“Gracias, Shane”, contestó Lara. Estaba sinceramente agradecida por la oferta, pero esto la hizo sentirse aún más culpable por ocultar la verdadera naturaleza de su relación con Alice.
“Bien pienso que ya he limpiado todo. ¿Necesitas ayuda con la ensalada?”, preguntó
“No, ya está también. Ve tu afuera con el grupo, yo iré en un minuto”. Intercambiaron una sonrisa amistosa antes de que Shane saliera al patio. Después de que se hubiera marchado, Lara se apoyó en la mesa y liberó un suspiro largo. Después, terminó la ensalada y la llevó a la fiesta.
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genial!
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Re: [Terminado] No solo una adición
CAPITULO 7
“Supongo que ya sabes que no te puedes bañar al menos hasta una hora después de haber comido” advirtió Jenny cuando vio desnudarse a Shane al borde de la piscina de Bette y Tina.
“ Me gusta vivir de forma salvaje, doctora Shecter”, contestó Shane lanzando hjuguetonamente su camiseta sobre Jenny y saltando desnuda al agua. La noche había caido de repente cuando terminaron de cenar, y la luz de la luna destellaba entre las ondulaciones del agua de la piscina, dibujando extraños reflejos en la cara de las tres mujeres que estaban en el patio.
“!Vamos chicas!!Adentro!” Shane llamó a Alice y Jenny que jugueteaban al borde de la piscina, con los pies dentro del agua. Lara, Kit y Angus ya habían entrado en la cocina para limpiar la barbacoa, mientras Bette y Tina acostaban a Angelica.
“No puedo, Shane”, contestó Alice enseñando su dedo herido, “acuérdate de mi desgracia con la ensalada”.
“Ah, estarás bien mientras tengas la venda puesta”, dijo Shane nadando hacia Alice. Introdujo su mano en el agua, y roció de agua a su amiga.
“Ey,”, gritó Alice, riendo e inclinándose para atrás. Como venganza, chapoteó con los pies en el agua salpicando la cara de Shane.
“Vale, ya veo que tu también me puedes mojar”, dijo Shane con voz entrecortada a través del agua que Alice le enviaba.
“Vale, vale”, se tranquilizó Alice, poniéndose de pie para quitarse la falda y la camiseta. Jenny también se quitó su vestido, y las dos se zambulleron en la piscina.
“¿Qué os parece bañarse desnudas por la noche?” preguntó Jenny cuando surgió del agua, “sienta bien, ¿verdad?”.
“Siii, es por eso que todas las películas de miedo empiezan con una chica bañándose desnuda en el lago a la medianoche, justo antes de que el asesino loco la mate con un hacha”.
Shane miró sarcásticamente a su amiga “Que rara eres Alice”.
“¿Por qué lo dices? Es verdad”, contestó Alice riendo.
Los ojos de Shane cambiaron su objetivo de repente a un punto detrás de Alice “¡Eh, Lara!, te estoy viendo como te escondes” gritó Shane a la pelirroja que intentaba pasar inadvertida en la parte trasera del patio de Bette y Tina. “Venga, báñate desnuda con nosotras, es muy divertido”, dijo Shane sonriendo maliciosamente.
Alice sintió inmediatamente enrojecer su cara cuando comprendió la posición vulnerable en que se había colocado: estaba desnuda a unos cuantos metros de Lara. Intentando parecer indiferente, comenzó a nadar a lo largo de la piscina para ocultar su expresión culpable y poner alguna distancia entre ella y la pelirroja. La idea de bañarse desnuda con Lara era más que excitante, era casi embriagadora. Pero compartir ese momento con Shane y Jenny, que no sabían nada sobre su relación o lo que fuera esto que había entre ellas, realmente no parecía una idea tan buena.
Lara se detuvo en la puerta del patio. Aunque estaba emocionada con el pensamiento de que Alice estaba completamente desnuda tan cerca de ella, sabía que no sería capaz de estar a su lado dentro de la piscina y mantener una actitud impasible para no levantar las sospechas de Jenny y Shane. Considerando que su cuerpo todavía vibraba con el placer de su casi beso reciente en el cuarto de baño, Lara sabía que no podía confiar en ella misma, y que no podría estar cerca de Alice sin terminar lo que habían comenzado. Añadir una Alice desnuda a la mezcla, y Lara dudaba si sería capaz de retener sus manos lejos de ella.
“Ven adentro”, insistió Shane cuando Lara se volvió para mirar a la piscina.
“!Ah, no, gracias” contestó inquieta, “soy muy mala nadadora”.
“Angelica nada en esta piscina”, bromeó Shane, “Venga, nos daremos la vuelta mientras te desnudas si es que te da vergüenza”.
“No, no es que…” comenzó Lara, luego se paró cuando vio a Shane y Jenny mirándola con expectación. ¿Cómo iba a terminar esa frase? Oh, no Shane es que no puedo estar cerca de Alice sin enrollarme con ella, así que pienso que no debería nadar desnuda a su lado en este momento. Era todo demasiado ridículo, pensó desvalida, mientras intentaba idear una excusa razonable.
Mientras tanto, Alice todavía nadaba al otro lado de la piscina. Frustrada con lo que ella vio como su carencia completa de autocontrol, se reprendió en privado mientras nadaba. ¿Qué pasaba con ella? ¿Era una especie de adolescente con las hormonas revueltas que no podía mantener el control durante unos minutos? Deteniéndose en el extremo de la piscina, decidió arriesgar.
“Vamos, Lara, ven dentro” llamó, sorprendiendo no solo a Lara, sino a ella misma con su audacia. Lara la miró, atontada por el desafío de Alice. Cruzaron su mirada a través del agua, y un millón de palabras tácitas se traspasaron entre ellas. Ambas sabían que esto era una invitación para el problema, pero de algún modo querían averiguar que pasaría. Lara le concedió una sonrisa enigmática, y Alice le devolvió una sonrisa burlona.
“Bien” contestó Lara simplemente. Si Alice le pedía que se quitara la ropa, ella no tenía ninguna otra respuesta que dar.
Mientras tanto, inconscientes de lo que pasaba entre Lara y Alice, Shane y Jenny charlaban a un lado de la piscina. Mientras Lara se desnudaba. Alice intentó evitar mirarla, sin embargo, justo antes de que saltara dentro, Lara atrapó sus ojos e hizo una pausa. Su mirada decía más de lo que las palabras podían decir. Dejando aparte sus duda de las últimas semanas, Alice bebió en el cuerpo de Lara con una mirada larga. Es magnífica, pensó. Aunque no fuera la primera que había notado la belleza de Lara, era la primera vez que se había rendido abiertamente a ella. Podía sentir el cosquilleo familiar de placer viajar por su cuerpo cuando observó como Lara saltaba a la piscina y nadaba.
Esto es muy peligroso, se dijo de nuevo, examinando a Shane y Jenny que estaban profundamente concentradas en una conversación sobre música que Alice no podía seguir. Ellas estaban demasiado interesadas en su propia discusión amistosa para notar lo que pasaba en la piscina.
Lara dejó de nadar aproximadamente a un metro de Alice. Sacudiendo su pelo largo rojo sobre los hombros, dirigió a Alice una sonrisa tímida que le puso la carne de gallina incluso con el agua caliente. “hola”, dijo simplemente.
“Hola” contestó Alice. Después de unos segundos de silencio incierto, ambas se rieron de su torpeza. Era un alivio para ellas reconocer lo absurdo de su relación, puesto que últimamente pasaban la mayor parte del tiempo peleando, enrollándose, o estando deseosas de estar cerca la una de la otra. No habiendo tenido todavía la posibilidad de hablar sobre lo que pasaba entre ellas, se mostraban inseguras cuando interactuaban normalmente, así que pareció bueno liberar la tensión con un momento de risa ligera.
“Así que no querías bañarte desnuda en la piscina, ¿eh?” preguntó Alice intentando mantener sus ojos fijos sobre el agua para no distraerse con el reflejo brillante del cuerpo desnudo de Lara bajo la superficie.
“No, pero Shane es terriblemente buena presionando”, respondió Lara todavía sonriendo ”Tanto como tu”, agregó humilde, dirigiendo a Alice una mirada coqueta.
“Ey, yo también estoy aquí por eso”, contestó Alice alegremente, intentando ignorar la electricidad que crecía entre ellas. “Puedes golpearme el coche si quieres vengarte”. Esta frase arrancó una risa explosiva de Lara, que emocionó a Alice todavía más. Le gustaba ser capaz de arrancar la risa de Lara tan fácilmente.
“No, no hay ninguna posibilidad de que sea un tema de Los Beatles” gritó Jenny desde el otro lado de la piscina. “Los Beatles nunca hicieron esa canción”.
“Si la hicieron. Lo que te pasa a ti es que no puedes admitir que mi conocimiento musical de los clásicos sea superior al tuyo”, contestó Shane, dirigiendo a Shane una sonrisa burlona y salpicando su cara con agua.
“Shane, odio decirte esto, pero estás completamente equivocada”, respondió Jenny con indignación.
“De acuerdo, lo probaré” dijo Shane saliendo de la piscina con un movimiento rápido. Creo que Tina tiene el Album Blanco en su colección, vamos a comprobar que esa canción está allí. Vamos, te enseñaré quien es la mayor especialista del mundo en música freaky”. Cogió su camiseta y se la puso, mientras arrastraba a Jenny fuera de la piscina.
“Bien pero me vas a pagar una cerveza cuando te demuestre que te equivocas” dijo Jenny, saliendo del agua, cubriéndose con una toalla y yendo detrás de Shane dentro de la casa.
Alice y Lara habían contemplado esta animada discusión en silencio desde el otro lado de la piscina. Después, se miraron la una a la otra cuando comprendieron que, por segunda vez en la tarde, estaban solas. Sólo que esta vez no tenían la protección de la ropa entre ellas.
Lara era casi dolorosamente consciente de la proximidad de Alice, sintió como si su cuerpo entero estuviera rígido por la tensión generada en las últimas semanas con los constantes tiras y aflojas. Quería relajarse, pero no quería hablar de todo aquello primero. Despacio, avanzó poco a poco hacia Alice, manteniendo el contacto de sus ojos mientras se movía.
“Supongo que ya sabes que no te puedes bañar al menos hasta una hora después de haber comido” advirtió Jenny cuando vio desnudarse a Shane al borde de la piscina de Bette y Tina.
“ Me gusta vivir de forma salvaje, doctora Shecter”, contestó Shane lanzando hjuguetonamente su camiseta sobre Jenny y saltando desnuda al agua. La noche había caido de repente cuando terminaron de cenar, y la luz de la luna destellaba entre las ondulaciones del agua de la piscina, dibujando extraños reflejos en la cara de las tres mujeres que estaban en el patio.
“!Vamos chicas!!Adentro!” Shane llamó a Alice y Jenny que jugueteaban al borde de la piscina, con los pies dentro del agua. Lara, Kit y Angus ya habían entrado en la cocina para limpiar la barbacoa, mientras Bette y Tina acostaban a Angelica.
“No puedo, Shane”, contestó Alice enseñando su dedo herido, “acuérdate de mi desgracia con la ensalada”.
“Ah, estarás bien mientras tengas la venda puesta”, dijo Shane nadando hacia Alice. Introdujo su mano en el agua, y roció de agua a su amiga.
“Ey,”, gritó Alice, riendo e inclinándose para atrás. Como venganza, chapoteó con los pies en el agua salpicando la cara de Shane.
“Vale, ya veo que tu también me puedes mojar”, dijo Shane con voz entrecortada a través del agua que Alice le enviaba.
“Vale, vale”, se tranquilizó Alice, poniéndose de pie para quitarse la falda y la camiseta. Jenny también se quitó su vestido, y las dos se zambulleron en la piscina.
“¿Qué os parece bañarse desnudas por la noche?” preguntó Jenny cuando surgió del agua, “sienta bien, ¿verdad?”.
“Siii, es por eso que todas las películas de miedo empiezan con una chica bañándose desnuda en el lago a la medianoche, justo antes de que el asesino loco la mate con un hacha”.
Shane miró sarcásticamente a su amiga “Que rara eres Alice”.
“¿Por qué lo dices? Es verdad”, contestó Alice riendo.
Los ojos de Shane cambiaron su objetivo de repente a un punto detrás de Alice “¡Eh, Lara!, te estoy viendo como te escondes” gritó Shane a la pelirroja que intentaba pasar inadvertida en la parte trasera del patio de Bette y Tina. “Venga, báñate desnuda con nosotras, es muy divertido”, dijo Shane sonriendo maliciosamente.
Alice sintió inmediatamente enrojecer su cara cuando comprendió la posición vulnerable en que se había colocado: estaba desnuda a unos cuantos metros de Lara. Intentando parecer indiferente, comenzó a nadar a lo largo de la piscina para ocultar su expresión culpable y poner alguna distancia entre ella y la pelirroja. La idea de bañarse desnuda con Lara era más que excitante, era casi embriagadora. Pero compartir ese momento con Shane y Jenny, que no sabían nada sobre su relación o lo que fuera esto que había entre ellas, realmente no parecía una idea tan buena.
Lara se detuvo en la puerta del patio. Aunque estaba emocionada con el pensamiento de que Alice estaba completamente desnuda tan cerca de ella, sabía que no sería capaz de estar a su lado dentro de la piscina y mantener una actitud impasible para no levantar las sospechas de Jenny y Shane. Considerando que su cuerpo todavía vibraba con el placer de su casi beso reciente en el cuarto de baño, Lara sabía que no podía confiar en ella misma, y que no podría estar cerca de Alice sin terminar lo que habían comenzado. Añadir una Alice desnuda a la mezcla, y Lara dudaba si sería capaz de retener sus manos lejos de ella.
“Ven adentro”, insistió Shane cuando Lara se volvió para mirar a la piscina.
“!Ah, no, gracias” contestó inquieta, “soy muy mala nadadora”.
“Angelica nada en esta piscina”, bromeó Shane, “Venga, nos daremos la vuelta mientras te desnudas si es que te da vergüenza”.
“No, no es que…” comenzó Lara, luego se paró cuando vio a Shane y Jenny mirándola con expectación. ¿Cómo iba a terminar esa frase? Oh, no Shane es que no puedo estar cerca de Alice sin enrollarme con ella, así que pienso que no debería nadar desnuda a su lado en este momento. Era todo demasiado ridículo, pensó desvalida, mientras intentaba idear una excusa razonable.
Mientras tanto, Alice todavía nadaba al otro lado de la piscina. Frustrada con lo que ella vio como su carencia completa de autocontrol, se reprendió en privado mientras nadaba. ¿Qué pasaba con ella? ¿Era una especie de adolescente con las hormonas revueltas que no podía mantener el control durante unos minutos? Deteniéndose en el extremo de la piscina, decidió arriesgar.
“Vamos, Lara, ven dentro” llamó, sorprendiendo no solo a Lara, sino a ella misma con su audacia. Lara la miró, atontada por el desafío de Alice. Cruzaron su mirada a través del agua, y un millón de palabras tácitas se traspasaron entre ellas. Ambas sabían que esto era una invitación para el problema, pero de algún modo querían averiguar que pasaría. Lara le concedió una sonrisa enigmática, y Alice le devolvió una sonrisa burlona.
“Bien” contestó Lara simplemente. Si Alice le pedía que se quitara la ropa, ella no tenía ninguna otra respuesta que dar.
Mientras tanto, inconscientes de lo que pasaba entre Lara y Alice, Shane y Jenny charlaban a un lado de la piscina. Mientras Lara se desnudaba. Alice intentó evitar mirarla, sin embargo, justo antes de que saltara dentro, Lara atrapó sus ojos e hizo una pausa. Su mirada decía más de lo que las palabras podían decir. Dejando aparte sus duda de las últimas semanas, Alice bebió en el cuerpo de Lara con una mirada larga. Es magnífica, pensó. Aunque no fuera la primera que había notado la belleza de Lara, era la primera vez que se había rendido abiertamente a ella. Podía sentir el cosquilleo familiar de placer viajar por su cuerpo cuando observó como Lara saltaba a la piscina y nadaba.
Esto es muy peligroso, se dijo de nuevo, examinando a Shane y Jenny que estaban profundamente concentradas en una conversación sobre música que Alice no podía seguir. Ellas estaban demasiado interesadas en su propia discusión amistosa para notar lo que pasaba en la piscina.
Lara dejó de nadar aproximadamente a un metro de Alice. Sacudiendo su pelo largo rojo sobre los hombros, dirigió a Alice una sonrisa tímida que le puso la carne de gallina incluso con el agua caliente. “hola”, dijo simplemente.
“Hola” contestó Alice. Después de unos segundos de silencio incierto, ambas se rieron de su torpeza. Era un alivio para ellas reconocer lo absurdo de su relación, puesto que últimamente pasaban la mayor parte del tiempo peleando, enrollándose, o estando deseosas de estar cerca la una de la otra. No habiendo tenido todavía la posibilidad de hablar sobre lo que pasaba entre ellas, se mostraban inseguras cuando interactuaban normalmente, así que pareció bueno liberar la tensión con un momento de risa ligera.
“Así que no querías bañarte desnuda en la piscina, ¿eh?” preguntó Alice intentando mantener sus ojos fijos sobre el agua para no distraerse con el reflejo brillante del cuerpo desnudo de Lara bajo la superficie.
“No, pero Shane es terriblemente buena presionando”, respondió Lara todavía sonriendo ”Tanto como tu”, agregó humilde, dirigiendo a Alice una mirada coqueta.
“Ey, yo también estoy aquí por eso”, contestó Alice alegremente, intentando ignorar la electricidad que crecía entre ellas. “Puedes golpearme el coche si quieres vengarte”. Esta frase arrancó una risa explosiva de Lara, que emocionó a Alice todavía más. Le gustaba ser capaz de arrancar la risa de Lara tan fácilmente.
“No, no hay ninguna posibilidad de que sea un tema de Los Beatles” gritó Jenny desde el otro lado de la piscina. “Los Beatles nunca hicieron esa canción”.
“Si la hicieron. Lo que te pasa a ti es que no puedes admitir que mi conocimiento musical de los clásicos sea superior al tuyo”, contestó Shane, dirigiendo a Shane una sonrisa burlona y salpicando su cara con agua.
“Shane, odio decirte esto, pero estás completamente equivocada”, respondió Jenny con indignación.
“De acuerdo, lo probaré” dijo Shane saliendo de la piscina con un movimiento rápido. Creo que Tina tiene el Album Blanco en su colección, vamos a comprobar que esa canción está allí. Vamos, te enseñaré quien es la mayor especialista del mundo en música freaky”. Cogió su camiseta y se la puso, mientras arrastraba a Jenny fuera de la piscina.
“Bien pero me vas a pagar una cerveza cuando te demuestre que te equivocas” dijo Jenny, saliendo del agua, cubriéndose con una toalla y yendo detrás de Shane dentro de la casa.
Alice y Lara habían contemplado esta animada discusión en silencio desde el otro lado de la piscina. Después, se miraron la una a la otra cuando comprendieron que, por segunda vez en la tarde, estaban solas. Sólo que esta vez no tenían la protección de la ropa entre ellas.
Lara era casi dolorosamente consciente de la proximidad de Alice, sintió como si su cuerpo entero estuviera rígido por la tensión generada en las últimas semanas con los constantes tiras y aflojas. Quería relajarse, pero no quería hablar de todo aquello primero. Despacio, avanzó poco a poco hacia Alice, manteniendo el contacto de sus ojos mientras se movía.
Re: [Terminado] No solo una adición
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Re: [Terminado] No solo una adición
“Hace una gran noche, ¿verdad?” dijo Alice de manera exageradamente convencional, levantando la vista al cielo iluminado para desviar su atención de la mirada penetrante de Lara.
“Si, es verdad”, contestó Lara riéndose de la tentativa absurda de Alice de iniciar una conversación cuando se acercaba más a ella.
Alice sabía que no había ninguna posibilidad de luchar contra la atracción mutua, era familiar con su rutina y tenía que admitir que quería que pasara esto. Su encuentro en el cuarto de baño de Bette y Tina no había hecho más que aumentar su deseo sin satisfacerlo. Finalmente miró a Lara, y sus ojos se oscurecieron comunicando su deseo sin palabras.
Al mismo tiempo, aunque ella lo deseaba desesperadamente, no podía evitar el hecho de que Lara estaba planificando ir a París la semana siguiente. Aún no habían hablado de su futuro, y no podía librarse del miedo a que Lara sólo quisiera un asunto breve antes de escapar del país y dejar su vida de siempre.
“Lara, quedamos en que hablaríamos de todo esto”, comenzó Alice. Intentaba ser racional, pero lo encontraba cada vez más difícil a medida que Lara se le acercaba. También sabía que podía nadar en sentido contrario y alejarse, si quisiera, pero estaba inmovilizada en un punto, esperando que Lara cerrara el espacio entre ellas.
La batalla silenciosa que se libraba entre la mente y el cuerpo de Alice era demasiado evidente a los ojos de Lara. “No quiero hablar esta noche”, dijo, deteniéndose a sólo dos pulgadas de distancia y mirando los labios de Alice. “Podemos hablar mañana, Alice, te lo prometo. Ahora sólo te quiero a ti”, e inclinándose, presionó sus labios contra la boca de Alice.
Alice sólo necesitaba escuchar esto. Saber que Lara la quería era suficiente para alejar las preguntas de su mente, al menos temporalmente. Y respondió apasionadamente, devolviendo el beso, y haciéndolo más profundo poniendo su mano en el cuello de Lara y acercándola todavía más. En cuanto sintieron el pleno contacto de sus cuerpos desnudos a través del agua, gimieron silenciosamente en la boca de la otra.
Pero, después de unos segundos, la realidad del entorno sobrevino a la mente de Alice, y se apartó del beso. “No podemos”, susurró en el oido de Lara provocando que una oleada de placer recorriera el cuerpo de la pelirroja. Sabiendo que las palabras de Alice y sus deseos eran dos cosas diferentes, Lara puso sus manos sobre sus caderas y la empujó hacia atrás hasta que su espalda entró en contacto con la pared de la piscina.
“¿Por qué no?”, preguntó Lara con voz ronca., besando el cuello de Alice y presionando sus caderas firmemente contra ella. Alice respondió con un gemido, cuando Lara movió sus manos por la parte de abajo del cuerpo de Alice.
“Porque”, respondió Alice cerrando los ojos y respirando pesadamente cuando las manos de Lara se deslizaron sobre sus pechos “alguien podría venir y vernos”, terminó de forma poco convincente, mientras rodeaba con sus brazos la cintura de Lara y la acercaba aún mas. Sabía que lo que estaban haciendo era aventurado, ya que todos sus amigos estaban a sólo unos metros de distancia y cualquiera de ellos podía salir ahora mismo y descubrirlas. Pero su deseo hacia Lara dominaba a cualquier otro pensamiento de su cabeza.
“No me preocupa”, susurró Lara deslizando su mano despacio sobre el estómago de Alice y entre sus piernas, provocando a la rubia jadear con placer. De repente, ella no se preocupó tampoco. El sentimiento de calor de Alice, incluso a través del agua, originó en Lara un deseo aún más intenso de mostrar a Alice cuanto la quería.
“¡Ejem!”, una voz fuerte se interpuso en el abrazo de Alice y Lara, haciendo que se separaran sorprendidas. Mirando a través de la piscina, vieron a Kit sacudiendo la cabeza y riéndose de ellas. “Siento interrumpir otra vez, chicas, pero pensé que deberíais saber que Shane y Jenny están regresando para acá, y creo que Bete y Tina se os van a unir para un baño”
“Bien, bien, gracias por la advertencia Kit”, respondió Alice tímidamente, ruborizándose.
“Si, gracias”, añadió Lara avergonzada, nadando lejos de Alice hacia el otro lado de la piscina cuando Shane, Jenny, Bette y Tina salieron de la casa juntas, se quitaron la ropa, y se zambulleron en el agua. Mirando atrás, volvió a contemplar a Alice y, con frustración, intercambiaron una mirada llena de añoranza antes de unirse a la fiesta con sus amigas.
“Si, es verdad”, contestó Lara riéndose de la tentativa absurda de Alice de iniciar una conversación cuando se acercaba más a ella.
Alice sabía que no había ninguna posibilidad de luchar contra la atracción mutua, era familiar con su rutina y tenía que admitir que quería que pasara esto. Su encuentro en el cuarto de baño de Bette y Tina no había hecho más que aumentar su deseo sin satisfacerlo. Finalmente miró a Lara, y sus ojos se oscurecieron comunicando su deseo sin palabras.
Al mismo tiempo, aunque ella lo deseaba desesperadamente, no podía evitar el hecho de que Lara estaba planificando ir a París la semana siguiente. Aún no habían hablado de su futuro, y no podía librarse del miedo a que Lara sólo quisiera un asunto breve antes de escapar del país y dejar su vida de siempre.
“Lara, quedamos en que hablaríamos de todo esto”, comenzó Alice. Intentaba ser racional, pero lo encontraba cada vez más difícil a medida que Lara se le acercaba. También sabía que podía nadar en sentido contrario y alejarse, si quisiera, pero estaba inmovilizada en un punto, esperando que Lara cerrara el espacio entre ellas.
La batalla silenciosa que se libraba entre la mente y el cuerpo de Alice era demasiado evidente a los ojos de Lara. “No quiero hablar esta noche”, dijo, deteniéndose a sólo dos pulgadas de distancia y mirando los labios de Alice. “Podemos hablar mañana, Alice, te lo prometo. Ahora sólo te quiero a ti”, e inclinándose, presionó sus labios contra la boca de Alice.
Alice sólo necesitaba escuchar esto. Saber que Lara la quería era suficiente para alejar las preguntas de su mente, al menos temporalmente. Y respondió apasionadamente, devolviendo el beso, y haciéndolo más profundo poniendo su mano en el cuello de Lara y acercándola todavía más. En cuanto sintieron el pleno contacto de sus cuerpos desnudos a través del agua, gimieron silenciosamente en la boca de la otra.
Pero, después de unos segundos, la realidad del entorno sobrevino a la mente de Alice, y se apartó del beso. “No podemos”, susurró en el oido de Lara provocando que una oleada de placer recorriera el cuerpo de la pelirroja. Sabiendo que las palabras de Alice y sus deseos eran dos cosas diferentes, Lara puso sus manos sobre sus caderas y la empujó hacia atrás hasta que su espalda entró en contacto con la pared de la piscina.
“¿Por qué no?”, preguntó Lara con voz ronca., besando el cuello de Alice y presionando sus caderas firmemente contra ella. Alice respondió con un gemido, cuando Lara movió sus manos por la parte de abajo del cuerpo de Alice.
“Porque”, respondió Alice cerrando los ojos y respirando pesadamente cuando las manos de Lara se deslizaron sobre sus pechos “alguien podría venir y vernos”, terminó de forma poco convincente, mientras rodeaba con sus brazos la cintura de Lara y la acercaba aún mas. Sabía que lo que estaban haciendo era aventurado, ya que todos sus amigos estaban a sólo unos metros de distancia y cualquiera de ellos podía salir ahora mismo y descubrirlas. Pero su deseo hacia Lara dominaba a cualquier otro pensamiento de su cabeza.
“No me preocupa”, susurró Lara deslizando su mano despacio sobre el estómago de Alice y entre sus piernas, provocando a la rubia jadear con placer. De repente, ella no se preocupó tampoco. El sentimiento de calor de Alice, incluso a través del agua, originó en Lara un deseo aún más intenso de mostrar a Alice cuanto la quería.
“¡Ejem!”, una voz fuerte se interpuso en el abrazo de Alice y Lara, haciendo que se separaran sorprendidas. Mirando a través de la piscina, vieron a Kit sacudiendo la cabeza y riéndose de ellas. “Siento interrumpir otra vez, chicas, pero pensé que deberíais saber que Shane y Jenny están regresando para acá, y creo que Bete y Tina se os van a unir para un baño”
“Bien, bien, gracias por la advertencia Kit”, respondió Alice tímidamente, ruborizándose.
“Si, gracias”, añadió Lara avergonzada, nadando lejos de Alice hacia el otro lado de la piscina cuando Shane, Jenny, Bette y Tina salieron de la casa juntas, se quitaron la ropa, y se zambulleron en el agua. Mirando atrás, volvió a contemplar a Alice y, con frustración, intercambiaron una mirada llena de añoranza antes de unirse a la fiesta con sus amigas.
Re: [Terminado] No solo una adición
Más tarde, aquella noche, Alice se derrumbó en la cama y se quedó mirando fijamente al techo, con la mano bajo la nuca. Sabía que no iba a dormir mucho, teniendo en cuenta los acontecimientos de la barbacoa y la conversación inminente con Lara.
Después de que Kit había interrumpido su abrazo en la piscina, todo el grupo había participado en el baño y ellas habían pasado el resto de la tarde separadas, sumidas en conversaciones con sus amigas. Alice disfrutaba de la fiesta, pero pasó la mayor parte del tiempo preocupada por su necesidad de estar cerca de Lara. Deseaba que se les presentara una oportunidad para acabar lo que habían comenzado, aunque comprendía que tener sexo en la piscina de Bette y Tina mientras todo el mundo estaba dentro de la casa no era el mejor plan.
Durante el curso de la noche, cuando nadie miraba, Alice y Lara intercambiaban miradas que no sólo reflejaban su deseo, sino también la incertidumbre sobre como continuar donde lo habían dejado. Aunque no quisieran preguntarse nada la una a la otra, sabían que tenían que hablar de cómo estaban las cosas entre ellas antes de que una, o ambas, resultaran dañadas.
Por esta razón, al final de la noche habían separado sus caminos en la puerta de la casa de Bette y Tina en lugar de pasar la noche juntas. Esta decisión la había tomado Alice, sabiendo que esto era, probablemente, lo mejor.
Desde luego, estaba pagando ahora esa decisión, mientras miraba fijamente al techo, su cuerpo todavía temblando con el deseo insatisfecho. No tenía palabras para describir la manera que Lara la hacía sentir cuando estaba cerca. Parecía que su mundo se ponía del revés. Era el sentimiento más increíble y más aterrador que había sentido nunca. Y Alice sabía que tenía que encontrar algún modo de comprenderlo ella misma antes de hablar con Lara abiertamente de todo esto.
Alice se rió con pesar. ¿Cómo iba a hablar de sus sentimientos cuando no los entendía ella misma? La habían asaltado por sorpresa, y habían sobrevivido a sus intentos repetidos de sofocarlos en las últimas semanas. Estos sentimientos no sólo eran resistentes, eran desobedientes, rechazaban marcharse cuando ella se lo ordenaba. Tal vez era por esto por lo que Alice siempre sentía la necesidad de estar físicamente cerca de Lara, porque ellas nunca habían tenido la posibilidad de verbalizar sus sentimientos, y todas las emociones encerradas se canalizaban en sus emociones físicas.
Por una parte, si tenía en cuenta su comportamiento de los últimos días, tenía la impresión de que Lara sentía algo más por ella. Sería una completa idiota si no entendiera que Lara la quería. Pero, por otra parte, pensó Alice con tristeza, tal vez lo único que Lara quería era una aventura rápida antes de irse a París. Ella no había comentado nada sobre cambiar sus proyectos para asistir al curso de chef, por lo tanto tenía que asumir que se iba a marchar dentro de una semana.
“Esto duele”, dijo Alice en voz alta, mirando su reloj y observando que eran las 12,30 h. Oficialmente sólo faltaban seis días para que Lara la dejara.
La verdad era que no sabía si Lara iba en serio en su relación, o si sólo la veía como algo agradable, temporal, para distraerse. Si ella revelara sus sentimientos y estos sentimientos no fueran correspondidos, fácilmente Lara podía romper su corazón. Peor todavía, podía correr a la otra parte del mundo para huir de ella.
Alice recordó su pesadilla de la noche anterior sobre la desaparición de Lara detrás de la roca. Aunque supiera que esto era sólo un sueño ridículo, el sentimiento de perder a Lara había persistido durante todo el día, inundando su realidad y no dejándola olvidar que ella se marcharía pronto. Aunque quisiera, no podía obviar el hecho de que Lara iba a abandonarla, como tantas personas habían hecho antes en su vida. Las inseguridades más profundas de Alice estaban puestas a prueba y esto la poniar tan loca como su turbación sobre sus sentimientos hacia Lara. Sabía que, en última instancia, tendría que decidir si valía la pena ser honesta con Lara por el riesgo de perderla.
Alice gimió frustrada, y miró el reloj otra vez. 12,31 am. Iba a ser una noche muy larga.
“Beeeeeeeeeeppp”. Un coche tocó fuerte el claxon cuando se cruzó con Lara en la autopista, alarmando a la pelirroja que soñaba despierta. Intentó centrar su atención en la carretera que tenía delante, pero su mente rebelde volvió al tema que había dominado sus pensamientos todo el día y la noche anterior: la conversación pendiente con Alice. Aunque ninguna de las dos mujeres hubiera hecho proyectos específicos para encontrarse, Lara sabía que tenían que tener esa conversación seria hoy, una conversación que no fuera interrumpida y que aclarara las cosa entre ellas de una vez por todas.
Por azar, Lara dio la vuelta en la siguiente salida. Había decidido salir a dar un paseo para limpiar su cabeza, pero parecía tener el efecto contrario. Cuanto más conducía, más intrincados se hacían sus pensamientos. No era capaz de decidir como enfocar la conversación inminente con Alice . ¿Debería hablar sólo de sus sentimientos? ¿Decirle que no dejaba de pensar en ella, que quería estar con ella? ¿Que dejaría su curso de chef un segundo después de que Alice le pidiera quedarse?¿Y qué pasaría si después de decirle todo esto Alice no correspondía a sus sentimientos?. Lara se estremeció al contemplar esa posibilidad.
Y, realmente, pensó, ¿por qué iba Alice a compartir sus sentimientos? Teniendo en cuenta la manera en que su relación comenzó, y el poco tiempo que había durado, ¿no eran sus sentimientos hacia Alice completamente anormales por su intensidad?. Alice probablemente pensaría que estaba loca si le revelara cuanto deseaba estar con ella.
Entonces, siguió pensando Lara haciendo de abogado del diablo con ella misma ¿qué tenía que perder revelando sus sentimientos, aparte de su humilde dignidad? Siempre le quedaría su proyecto de ir a París. ¿No había dicho Kit que si ella no le decía a Alice como se sentía lo lamentaría siempre?.
Lara estuvo a punto de gritar dentro del coche agobiada por su propia indecisión. Para desviar su atención momentáneamente, conectó la radio, y comenzó a reirse cuando la primera voz que oyó resultó ser la misma que estaba grabada en su cabeza: era Alice, haciendo su programa de “El gráfico”. Lara subió el volumen para escuchar el tema del que hablaba hoy.
“Y entonces, ahí lo tenéis. Sólo me separan cinco niveles de Hilary Clinton, primer presidente femenino de Estados Unidos en potencia. Confirmado por la mágica web de conectividad. Siento como que esto me podría conseguir unos cuantos favores en la Casa Blanca, ¿verdad?.
Lara sonrió en silencio por la forma en que Alice sacaba a relucir su vena cómica en el monólogo. Es increíblemente graciosa, pensó con cariño. Aunque a menudo usara su sentido del humor como un mecanismo de defensa, era un talento natural que reflejaba su ingenio rápido. Mientras Alice continuaba hablando, ella pensó en todas sus maravillosas características. ¿Cómo se sentiría de afortunada si tuviera a Alice en su vida? Mucho, contestó internamente. Entonces, pensó, la única pregunta que le quedaba por contestar era ¿Cómo podría justificarse a sí misma si no aprovechaba la oportunidad para convertir en realidad su deseo de estar con alguien tan asombroso como Alice?
Lara miró fijó su atención en la carretera y se sorprendió al descubrir un letrero que indicaba un desvío para llegar a KCRW. De algún modo, de forma casual y arbitraria, y debido al azar, había llegado hasta el camino a la emisora de radio. A Alice. Como si esto fuera una señal, tomó una decisión en una fracción de segundo, y pronto se encontró aparcando junto a la emisora y traspasando la puerta de la entrada principal. Los nervios la hicieron estremecerse de miedo y anticipación, pero mantuvo su paso decidido y entró en el vestíbulo.
Ella y Alice iban a hablar en este momento.
Después de que Kit había interrumpido su abrazo en la piscina, todo el grupo había participado en el baño y ellas habían pasado el resto de la tarde separadas, sumidas en conversaciones con sus amigas. Alice disfrutaba de la fiesta, pero pasó la mayor parte del tiempo preocupada por su necesidad de estar cerca de Lara. Deseaba que se les presentara una oportunidad para acabar lo que habían comenzado, aunque comprendía que tener sexo en la piscina de Bette y Tina mientras todo el mundo estaba dentro de la casa no era el mejor plan.
Durante el curso de la noche, cuando nadie miraba, Alice y Lara intercambiaban miradas que no sólo reflejaban su deseo, sino también la incertidumbre sobre como continuar donde lo habían dejado. Aunque no quisieran preguntarse nada la una a la otra, sabían que tenían que hablar de cómo estaban las cosas entre ellas antes de que una, o ambas, resultaran dañadas.
Por esta razón, al final de la noche habían separado sus caminos en la puerta de la casa de Bette y Tina en lugar de pasar la noche juntas. Esta decisión la había tomado Alice, sabiendo que esto era, probablemente, lo mejor.
Desde luego, estaba pagando ahora esa decisión, mientras miraba fijamente al techo, su cuerpo todavía temblando con el deseo insatisfecho. No tenía palabras para describir la manera que Lara la hacía sentir cuando estaba cerca. Parecía que su mundo se ponía del revés. Era el sentimiento más increíble y más aterrador que había sentido nunca. Y Alice sabía que tenía que encontrar algún modo de comprenderlo ella misma antes de hablar con Lara abiertamente de todo esto.
Alice se rió con pesar. ¿Cómo iba a hablar de sus sentimientos cuando no los entendía ella misma? La habían asaltado por sorpresa, y habían sobrevivido a sus intentos repetidos de sofocarlos en las últimas semanas. Estos sentimientos no sólo eran resistentes, eran desobedientes, rechazaban marcharse cuando ella se lo ordenaba. Tal vez era por esto por lo que Alice siempre sentía la necesidad de estar físicamente cerca de Lara, porque ellas nunca habían tenido la posibilidad de verbalizar sus sentimientos, y todas las emociones encerradas se canalizaban en sus emociones físicas.
Por una parte, si tenía en cuenta su comportamiento de los últimos días, tenía la impresión de que Lara sentía algo más por ella. Sería una completa idiota si no entendiera que Lara la quería. Pero, por otra parte, pensó Alice con tristeza, tal vez lo único que Lara quería era una aventura rápida antes de irse a París. Ella no había comentado nada sobre cambiar sus proyectos para asistir al curso de chef, por lo tanto tenía que asumir que se iba a marchar dentro de una semana.
“Esto duele”, dijo Alice en voz alta, mirando su reloj y observando que eran las 12,30 h. Oficialmente sólo faltaban seis días para que Lara la dejara.
La verdad era que no sabía si Lara iba en serio en su relación, o si sólo la veía como algo agradable, temporal, para distraerse. Si ella revelara sus sentimientos y estos sentimientos no fueran correspondidos, fácilmente Lara podía romper su corazón. Peor todavía, podía correr a la otra parte del mundo para huir de ella.
Alice recordó su pesadilla de la noche anterior sobre la desaparición de Lara detrás de la roca. Aunque supiera que esto era sólo un sueño ridículo, el sentimiento de perder a Lara había persistido durante todo el día, inundando su realidad y no dejándola olvidar que ella se marcharía pronto. Aunque quisiera, no podía obviar el hecho de que Lara iba a abandonarla, como tantas personas habían hecho antes en su vida. Las inseguridades más profundas de Alice estaban puestas a prueba y esto la poniar tan loca como su turbación sobre sus sentimientos hacia Lara. Sabía que, en última instancia, tendría que decidir si valía la pena ser honesta con Lara por el riesgo de perderla.
Alice gimió frustrada, y miró el reloj otra vez. 12,31 am. Iba a ser una noche muy larga.
“Beeeeeeeeeeppp”. Un coche tocó fuerte el claxon cuando se cruzó con Lara en la autopista, alarmando a la pelirroja que soñaba despierta. Intentó centrar su atención en la carretera que tenía delante, pero su mente rebelde volvió al tema que había dominado sus pensamientos todo el día y la noche anterior: la conversación pendiente con Alice. Aunque ninguna de las dos mujeres hubiera hecho proyectos específicos para encontrarse, Lara sabía que tenían que tener esa conversación seria hoy, una conversación que no fuera interrumpida y que aclarara las cosa entre ellas de una vez por todas.
Por azar, Lara dio la vuelta en la siguiente salida. Había decidido salir a dar un paseo para limpiar su cabeza, pero parecía tener el efecto contrario. Cuanto más conducía, más intrincados se hacían sus pensamientos. No era capaz de decidir como enfocar la conversación inminente con Alice . ¿Debería hablar sólo de sus sentimientos? ¿Decirle que no dejaba de pensar en ella, que quería estar con ella? ¿Que dejaría su curso de chef un segundo después de que Alice le pidiera quedarse?¿Y qué pasaría si después de decirle todo esto Alice no correspondía a sus sentimientos?. Lara se estremeció al contemplar esa posibilidad.
Y, realmente, pensó, ¿por qué iba Alice a compartir sus sentimientos? Teniendo en cuenta la manera en que su relación comenzó, y el poco tiempo que había durado, ¿no eran sus sentimientos hacia Alice completamente anormales por su intensidad?. Alice probablemente pensaría que estaba loca si le revelara cuanto deseaba estar con ella.
Entonces, siguió pensando Lara haciendo de abogado del diablo con ella misma ¿qué tenía que perder revelando sus sentimientos, aparte de su humilde dignidad? Siempre le quedaría su proyecto de ir a París. ¿No había dicho Kit que si ella no le decía a Alice como se sentía lo lamentaría siempre?.
Lara estuvo a punto de gritar dentro del coche agobiada por su propia indecisión. Para desviar su atención momentáneamente, conectó la radio, y comenzó a reirse cuando la primera voz que oyó resultó ser la misma que estaba grabada en su cabeza: era Alice, haciendo su programa de “El gráfico”. Lara subió el volumen para escuchar el tema del que hablaba hoy.
“Y entonces, ahí lo tenéis. Sólo me separan cinco niveles de Hilary Clinton, primer presidente femenino de Estados Unidos en potencia. Confirmado por la mágica web de conectividad. Siento como que esto me podría conseguir unos cuantos favores en la Casa Blanca, ¿verdad?.
Lara sonrió en silencio por la forma en que Alice sacaba a relucir su vena cómica en el monólogo. Es increíblemente graciosa, pensó con cariño. Aunque a menudo usara su sentido del humor como un mecanismo de defensa, era un talento natural que reflejaba su ingenio rápido. Mientras Alice continuaba hablando, ella pensó en todas sus maravillosas características. ¿Cómo se sentiría de afortunada si tuviera a Alice en su vida? Mucho, contestó internamente. Entonces, pensó, la única pregunta que le quedaba por contestar era ¿Cómo podría justificarse a sí misma si no aprovechaba la oportunidad para convertir en realidad su deseo de estar con alguien tan asombroso como Alice?
Lara miró fijó su atención en la carretera y se sorprendió al descubrir un letrero que indicaba un desvío para llegar a KCRW. De algún modo, de forma casual y arbitraria, y debido al azar, había llegado hasta el camino a la emisora de radio. A Alice. Como si esto fuera una señal, tomó una decisión en una fracción de segundo, y pronto se encontró aparcando junto a la emisora y traspasando la puerta de la entrada principal. Los nervios la hicieron estremecerse de miedo y anticipación, pero mantuvo su paso decidido y entró en el vestíbulo.
Ella y Alice iban a hablar en este momento.
Re: [Terminado] No solo una adición
CAPITULO 8
“Bien, hemos escuchado a Tegan y Sara en “Monday, Monday, Monday”. Espero que este tema alegre vuestro inicio de semana, sobre todo a aquellos que están encerrados todo el día en una oficina. Soy Alice Pieszecki y esto fue “El grafico” en KCRW. Gracias por escucharnos.”. Alice se quitó los auriculares y miró hacia la mampara de cristal que estaba delante de ella para comprobar la reacción de Ruth a su monólogo, en el que había conseguido unir a Hillary Clinton con ella en solo cinco pasos.
Ruth miraba fijamente a Alice con una mirada indescriptible en su cara. Al menos hoy no golpeaba el cristal furiosamente con un ataque de rabia, pensó Alice. Decidió tentar a su suerte, haciendo un signo de confirmación con su pulgar. Ruth la miró durante unos segundos, luego balanceó su cabeza sonriente, y salió del estudio. Alice decidió tomar esto como una respuesta positiva, y respiró aliviada. Ruth había estado encima de ella durante los últimos meses supervisando los temas de “El gráfico”, y recibir cualquier señal positiva de ella era un cambio agradable. A pesar de los miedos de Ruth sobre los comentarios a veces extravagantes de Alice en el radioshow, “El gráfico” había crecido en popularidad y era uno de los programas más escuchados de la emisora. Alice estaba contenta de que la gente pareciera apreciar su estilo confuso y excéntrico, pero como a menudo cambiaba el curso de sus guiones, provocaba que Ruth estuviera constantemente al borde de un ataque de nervios durante sus emisiones.
Alice se desplazó a su pequeño despacho detrás del estudio, y comenzó a perfilar ideas para su siguiente monólogo. Sabía que Ruth entraría a preguntarle sobre esto de un momento a otro y quería estar lista para defenderse del ataque. Cuando estaba anotando ideas arbitrarias en una hoja en blanco, oyó a alguien llamar a la puerta y abrirla despacio. Suponiendo que era Ruth, Alice se mantuvo de espaldas, y refunfuñó: “Ruth, solo hace 30 segundos que acabé el programa ¿y ya quieres saber cual es mi siguiente tema?.
“¿Alice?” la voz familiar de Lara la llamó suavemente mientras echaba una ojeada curiosa al habitáculo desde la puerta.
Sobresaltada, Alice giró rápidamente su silla. “¡Lara! ¿Que haces aquí?”. Gritó, deprimiéndose luego inmediatamente cuando se dio cuenta de lo mal que había sonado aquella pregunta. “Mmmm, ¡Que bueno verte!”, rectificó, sonriendo abiertamente a la pelirroja. “Esto es mucho mejor que ver a mi irritable jefa”.
Lara le devolvió la sonrisa, y se dirigió al pequeño escritorio de Alice. “Bien, yo… estaba conduciendo cerca de la emisora y escuché “El gráfico”. Entonces pensé que podía pasarme por aquí”. Esto no era completamente verdad. Lara había estado conduciendo la mayor parte de la tarde, intentando encontrar el valor necesario para hablar con Alice sobre lo que pasaba entre ellas. Estaba harta de esquivar constantemente las cuestiones que les preocupaban, y antes de que se enquistaran, había decidido que tenían que ser honestas la una con la otra.
Desde luego, era mucho más fácil decirse a si misma en voz alta todo lo que tenía en su cabeza mientras conducía sin rumbo en su coche, que venir al trabajo de Alice y expresárselo todo abiertamente. De hecho, la única razón por la que Lara estaba aquí ahora mismo era porque, al oir la voz familiar de Alice en la radio de su coche, y al ver que la emisora KCRW estaba directamente en su camino, había tomado la decisión repentinamente en una fracción de segundo. Pero ahora que estaba aquí, estaba muda y temerosa de cual podía ser el resultado de su decisión.
“A propósito, fue un gran programa.” Dijo Lara, dirigiendo a Alice una mirada alentadora. “Muy divertido”. Se detuvo para tranquilizar sus nervios, pero no tuvo mucho éxito. Cada segundo que pasaba aumentaba su confusión interior, y tenía un trabajo difícil para intentar ocultárselo a Alice.
“Gracias”, contestó Alice. Todavía no entendía por qué Lara estaba allí, y aún estaba más confundida por su evidente nerviosismo. Aunque Lara intentara parecer relajada, fallaba miserablemente. Su nerviosismo era palpable.
El corazón de Lara latía tan fuerte en su pecho que estaba segura de que Alice podía escucharlo desde su escritorio, pero sabía que no podía echarse atrás ahora. Entonces, suspiró y decidió seguir adelante.
“¿Estás ocupada ahora o tienes un poco de tiempo?”, preguntó Lara.
“Tengo tiempo”, contestó Alice, haciéndole una señal para que se sentara en una silla junto a ella. Lara se sentó en el borde de la silla, puso los codos en las rodillas, y miró fijamente al suelo en silencio. Echando mano de toda la paciencia que podía tener, Alice la esperó hasta que le soltara lo que estaba en su mente, pero Lara se quedó callada. Para entonces, Alice había entendido que Lara había decidido tener la conversación tantas veces aplazada, y aunque no estaba completamente preparada para ella, se sintió aliviada de que, finalmente, pudieran ser capaces de aclarar las cosas entre ellas.
Pero, como el silencio crecía, Alice comenzó a sentirse cada vez más inquieta sobre lo que Lara había venido a decirle en realidad. Entonces, decidió ser ella quien rompiera aquella situación tan embarazosa“¿Disfrutaste de la barbacoa anoche? Aunque pasaste la mayor parte del tiempo en la cocina, y limpiando…”
“Ah, no… me gusta hacer ese trabajo”.,dijo Lara mirando a Alice con una pequeña sonrisa. “Fue agradable pasar el rato con todas vosotras otra vez”.
“Si”, contestó Alice, insegura. Aunque estaba impaciente por saber lo que Lara iba a decirle, decidió empujar la cuestión un poco para intentar ayudarla. “Supongo que echarás de menos a todo el mundo cuando estés en Paris, ¿no?”. Alice intentó hacer la pregunta en un tono ligero, pero su voz se quebró involuntariamente cuando mencionó París. Se sintió abatida, no había pensado parecer tan fría, ni nombrar París antes de que Lara lo hiciera. Todos los planes que había hecho mentalmente para esta conversación la noche antes mientras estaba en la cama sin poder dormir, saltaron por la ventana. .
Lara alzó la vista hacia Alice y captó un brillo tenue de principio de lágrimas en sus ojos. “Supongo”, contestó mirando hacia abajo otra vez, “voy a echar de menos a todo el mundo y…” hizo una pausa para mirar sus manos. Comprendía que ahora era el momento para la honestidad. Suspirando, continuó en un susurro apenas audible “voy a echarte de menos a ti, Alice”, dijo mirando a la rubia con una mirada que mezclaba el optimismo con la vulnerabilidad desnuda. No sabía como iba a responder Alice a su declaración abierta, y necesitaba alguna señal de que sentía algo por ella antes de que revelara algo más.
Alice estaba sentada silenciosamente, su corazón golpeando el pecho furiosamente cuando las palabras de Lara se instalaron en su mente. ¿Ella la iba a echar de menos? ¿Eso significaba que definitivamente se iría a París? No sabía como responder, pero intuía que Lara esperaba algo de ella. Tanto como había intentado mantener el control, aquellas pocas palabras de Lara habían hecho que sus sentimiento emergieran a la superficie otra vez. Aunque Alice no estaba segura como a reaccionar a otro abandono en su vida, era consciente de que esta era posiblemente su última oportunidad para ser honesta con Lara sobre sus sentimientos. Si no decía nada podía darl la impresión de que no le preocupaba que se marchara, y lo último que ella quería es que Lara se marchara con esa convicción.
Tomando una decisión rápida, respondió suavemente “yo también te voy a echar de menos, Lara”. Decir las palabras en voz alta pareció liberar algo dentro de ella, y comenzó a comprender cuanto en realidad iba a echar de menos a la pelirroja si decidiera marcharse. Sintiendo que las lágrimas acudían espontáneamente a sus ojos, tragó con fuerza, intentando dejar sus emociones guardadas en su interior.
Lara se sintió cautivada por varias expresiones que observó en la cara de Alice, que la hicieron comprender finalmente. Decidió arriesgar. Acercando más su silla, cogió las manos de la rubia entre las suyas. Examinando los ojos llorosos de Alice, llevó sus manos hasta sus labios y las besó suavemente, cerrando los ojos mientras lo hacía. Con este gesto sensible, Alice no pudo retener sus lágrimas, que rodaron por su cara. “Lara…” comenzó, pero se detuvo cuando su voz volvió a quebrarse por la emoción.
Lara sonrió dulcemente, mientras tendía su mano para limpiar las lágrimas de las mejillas de Alice. Por una vez, decidió olvidar su prudencia y dejar hablar a su corazón. “Alice, se que hemos estado muy confundidas sobre lo que pasa entre nosotras. Es todo tan lioso, con Dana y todo lo demás. Pero, me interesas, Alice, Más de lo que nunca pensé que sería posible. No es sólo una cosa física, aunque eso también lo es, y no es sólo la pena por Dana, aunque yo no se que habría sido de mi estos últimos meses sin ti”. Se detuvo, mirando fijamente a Alice, deseando que ella escuchara y creyera las siguientes palabras que iba a decir. “Alice, te necesito. Quiero estar contigo”. Hizo una pausa para dejar que sus propias lágrimas fluyeran libremente, liberando unos sentimientos que había mantenido ocultos durante semanas. Se tomó un pequeño respiro antes de suplicar suavemente, “por favor, dime que tu también quieres estar conmigo”. Miró a Alice y se sintió aliviada cuando vio que toda la vulnerabilidad que ella sentia se reflejaba también en la cara de Alice.
Este era el momento que Alice había deseado y había temido con igual fervor durante semanas. Estaba aterrorizada por abrirse a alguien otra vez, después de toda las pérdidas y abandonos que había sufrido en los últimos meses. Pero mirando la cara dulce, sincera de Lara, sabía que no había ningún lugar más seguro en el que ella pudiera depositar su corazón. Y dejando atrás sus inseguridades por una vez, Alice finalmente dejó salir sus sentimientos.
“Bien, hemos escuchado a Tegan y Sara en “Monday, Monday, Monday”. Espero que este tema alegre vuestro inicio de semana, sobre todo a aquellos que están encerrados todo el día en una oficina. Soy Alice Pieszecki y esto fue “El grafico” en KCRW. Gracias por escucharnos.”. Alice se quitó los auriculares y miró hacia la mampara de cristal que estaba delante de ella para comprobar la reacción de Ruth a su monólogo, en el que había conseguido unir a Hillary Clinton con ella en solo cinco pasos.
Ruth miraba fijamente a Alice con una mirada indescriptible en su cara. Al menos hoy no golpeaba el cristal furiosamente con un ataque de rabia, pensó Alice. Decidió tentar a su suerte, haciendo un signo de confirmación con su pulgar. Ruth la miró durante unos segundos, luego balanceó su cabeza sonriente, y salió del estudio. Alice decidió tomar esto como una respuesta positiva, y respiró aliviada. Ruth había estado encima de ella durante los últimos meses supervisando los temas de “El gráfico”, y recibir cualquier señal positiva de ella era un cambio agradable. A pesar de los miedos de Ruth sobre los comentarios a veces extravagantes de Alice en el radioshow, “El gráfico” había crecido en popularidad y era uno de los programas más escuchados de la emisora. Alice estaba contenta de que la gente pareciera apreciar su estilo confuso y excéntrico, pero como a menudo cambiaba el curso de sus guiones, provocaba que Ruth estuviera constantemente al borde de un ataque de nervios durante sus emisiones.
Alice se desplazó a su pequeño despacho detrás del estudio, y comenzó a perfilar ideas para su siguiente monólogo. Sabía que Ruth entraría a preguntarle sobre esto de un momento a otro y quería estar lista para defenderse del ataque. Cuando estaba anotando ideas arbitrarias en una hoja en blanco, oyó a alguien llamar a la puerta y abrirla despacio. Suponiendo que era Ruth, Alice se mantuvo de espaldas, y refunfuñó: “Ruth, solo hace 30 segundos que acabé el programa ¿y ya quieres saber cual es mi siguiente tema?.
“¿Alice?” la voz familiar de Lara la llamó suavemente mientras echaba una ojeada curiosa al habitáculo desde la puerta.
Sobresaltada, Alice giró rápidamente su silla. “¡Lara! ¿Que haces aquí?”. Gritó, deprimiéndose luego inmediatamente cuando se dio cuenta de lo mal que había sonado aquella pregunta. “Mmmm, ¡Que bueno verte!”, rectificó, sonriendo abiertamente a la pelirroja. “Esto es mucho mejor que ver a mi irritable jefa”.
Lara le devolvió la sonrisa, y se dirigió al pequeño escritorio de Alice. “Bien, yo… estaba conduciendo cerca de la emisora y escuché “El gráfico”. Entonces pensé que podía pasarme por aquí”. Esto no era completamente verdad. Lara había estado conduciendo la mayor parte de la tarde, intentando encontrar el valor necesario para hablar con Alice sobre lo que pasaba entre ellas. Estaba harta de esquivar constantemente las cuestiones que les preocupaban, y antes de que se enquistaran, había decidido que tenían que ser honestas la una con la otra.
Desde luego, era mucho más fácil decirse a si misma en voz alta todo lo que tenía en su cabeza mientras conducía sin rumbo en su coche, que venir al trabajo de Alice y expresárselo todo abiertamente. De hecho, la única razón por la que Lara estaba aquí ahora mismo era porque, al oir la voz familiar de Alice en la radio de su coche, y al ver que la emisora KCRW estaba directamente en su camino, había tomado la decisión repentinamente en una fracción de segundo. Pero ahora que estaba aquí, estaba muda y temerosa de cual podía ser el resultado de su decisión.
“A propósito, fue un gran programa.” Dijo Lara, dirigiendo a Alice una mirada alentadora. “Muy divertido”. Se detuvo para tranquilizar sus nervios, pero no tuvo mucho éxito. Cada segundo que pasaba aumentaba su confusión interior, y tenía un trabajo difícil para intentar ocultárselo a Alice.
“Gracias”, contestó Alice. Todavía no entendía por qué Lara estaba allí, y aún estaba más confundida por su evidente nerviosismo. Aunque Lara intentara parecer relajada, fallaba miserablemente. Su nerviosismo era palpable.
El corazón de Lara latía tan fuerte en su pecho que estaba segura de que Alice podía escucharlo desde su escritorio, pero sabía que no podía echarse atrás ahora. Entonces, suspiró y decidió seguir adelante.
“¿Estás ocupada ahora o tienes un poco de tiempo?”, preguntó Lara.
“Tengo tiempo”, contestó Alice, haciéndole una señal para que se sentara en una silla junto a ella. Lara se sentó en el borde de la silla, puso los codos en las rodillas, y miró fijamente al suelo en silencio. Echando mano de toda la paciencia que podía tener, Alice la esperó hasta que le soltara lo que estaba en su mente, pero Lara se quedó callada. Para entonces, Alice había entendido que Lara había decidido tener la conversación tantas veces aplazada, y aunque no estaba completamente preparada para ella, se sintió aliviada de que, finalmente, pudieran ser capaces de aclarar las cosas entre ellas.
Pero, como el silencio crecía, Alice comenzó a sentirse cada vez más inquieta sobre lo que Lara había venido a decirle en realidad. Entonces, decidió ser ella quien rompiera aquella situación tan embarazosa“¿Disfrutaste de la barbacoa anoche? Aunque pasaste la mayor parte del tiempo en la cocina, y limpiando…”
“Ah, no… me gusta hacer ese trabajo”.,dijo Lara mirando a Alice con una pequeña sonrisa. “Fue agradable pasar el rato con todas vosotras otra vez”.
“Si”, contestó Alice, insegura. Aunque estaba impaciente por saber lo que Lara iba a decirle, decidió empujar la cuestión un poco para intentar ayudarla. “Supongo que echarás de menos a todo el mundo cuando estés en Paris, ¿no?”. Alice intentó hacer la pregunta en un tono ligero, pero su voz se quebró involuntariamente cuando mencionó París. Se sintió abatida, no había pensado parecer tan fría, ni nombrar París antes de que Lara lo hiciera. Todos los planes que había hecho mentalmente para esta conversación la noche antes mientras estaba en la cama sin poder dormir, saltaron por la ventana. .
Lara alzó la vista hacia Alice y captó un brillo tenue de principio de lágrimas en sus ojos. “Supongo”, contestó mirando hacia abajo otra vez, “voy a echar de menos a todo el mundo y…” hizo una pausa para mirar sus manos. Comprendía que ahora era el momento para la honestidad. Suspirando, continuó en un susurro apenas audible “voy a echarte de menos a ti, Alice”, dijo mirando a la rubia con una mirada que mezclaba el optimismo con la vulnerabilidad desnuda. No sabía como iba a responder Alice a su declaración abierta, y necesitaba alguna señal de que sentía algo por ella antes de que revelara algo más.
Alice estaba sentada silenciosamente, su corazón golpeando el pecho furiosamente cuando las palabras de Lara se instalaron en su mente. ¿Ella la iba a echar de menos? ¿Eso significaba que definitivamente se iría a París? No sabía como responder, pero intuía que Lara esperaba algo de ella. Tanto como había intentado mantener el control, aquellas pocas palabras de Lara habían hecho que sus sentimiento emergieran a la superficie otra vez. Aunque Alice no estaba segura como a reaccionar a otro abandono en su vida, era consciente de que esta era posiblemente su última oportunidad para ser honesta con Lara sobre sus sentimientos. Si no decía nada podía darl la impresión de que no le preocupaba que se marchara, y lo último que ella quería es que Lara se marchara con esa convicción.
Tomando una decisión rápida, respondió suavemente “yo también te voy a echar de menos, Lara”. Decir las palabras en voz alta pareció liberar algo dentro de ella, y comenzó a comprender cuanto en realidad iba a echar de menos a la pelirroja si decidiera marcharse. Sintiendo que las lágrimas acudían espontáneamente a sus ojos, tragó con fuerza, intentando dejar sus emociones guardadas en su interior.
Lara se sintió cautivada por varias expresiones que observó en la cara de Alice, que la hicieron comprender finalmente. Decidió arriesgar. Acercando más su silla, cogió las manos de la rubia entre las suyas. Examinando los ojos llorosos de Alice, llevó sus manos hasta sus labios y las besó suavemente, cerrando los ojos mientras lo hacía. Con este gesto sensible, Alice no pudo retener sus lágrimas, que rodaron por su cara. “Lara…” comenzó, pero se detuvo cuando su voz volvió a quebrarse por la emoción.
Lara sonrió dulcemente, mientras tendía su mano para limpiar las lágrimas de las mejillas de Alice. Por una vez, decidió olvidar su prudencia y dejar hablar a su corazón. “Alice, se que hemos estado muy confundidas sobre lo que pasa entre nosotras. Es todo tan lioso, con Dana y todo lo demás. Pero, me interesas, Alice, Más de lo que nunca pensé que sería posible. No es sólo una cosa física, aunque eso también lo es, y no es sólo la pena por Dana, aunque yo no se que habría sido de mi estos últimos meses sin ti”. Se detuvo, mirando fijamente a Alice, deseando que ella escuchara y creyera las siguientes palabras que iba a decir. “Alice, te necesito. Quiero estar contigo”. Hizo una pausa para dejar que sus propias lágrimas fluyeran libremente, liberando unos sentimientos que había mantenido ocultos durante semanas. Se tomó un pequeño respiro antes de suplicar suavemente, “por favor, dime que tu también quieres estar conmigo”. Miró a Alice y se sintió aliviada cuando vio que toda la vulnerabilidad que ella sentia se reflejaba también en la cara de Alice.
Este era el momento que Alice había deseado y había temido con igual fervor durante semanas. Estaba aterrorizada por abrirse a alguien otra vez, después de toda las pérdidas y abandonos que había sufrido en los últimos meses. Pero mirando la cara dulce, sincera de Lara, sabía que no había ningún lugar más seguro en el que ella pudiera depositar su corazón. Y dejando atrás sus inseguridades por una vez, Alice finalmente dejó salir sus sentimientos.
Re: [Terminado] No solo una adición
“Quiero estar contigo”, contestó simplemente, sabiendo que no había ninguna otra respuesta posible. Atrajo a Lara hacia ella y se abrazaron fuertemente, aliviadas al saber que, a pesar de toda su ansiedad y reticencia sobre lo que pasaba entre ellas, realmente querían estar juntas. Separándose ligeramente, Alice examinó los ojos de Lara y sonrió tristemente. “Pero, tenemos que ser realistas. Tu no puedes dejar el curso de chef por mi. Deberías ir a París”.
Lara se rió entre dientes, provocando que Alice la mirara confusa. “Perdona, Alice, no me rio de ti”. Tiernamente, apartó un mechón de pelo rebelde de la cara de Alice. “Bueno, quizás un poco si. Es solo que la única razón por la que te dije que me iba a París era porque estaba absolutamente aterrorizada de mis sentimientos hacia ti. Y pensaba que tu veías esto como una cosa a corto plazo. Por eso decidí que lo mejor para nosotras dos era que yo me marchara. Nunca lo habría considerado si hubiera sabido que tu querías estar conmigo”. Cuanto más hablaba Lara, más sentía que se quitaba un peso de encima; había estado soportando tanto miedo y ansiedad últimamente, que había olvidado lo que era disfrutar siendo honesto y abierto con alguien. Se sintió increíblemente liberada, sobre todo ahora que sabía que Alice sentía lo mismo que ella. “Básicamente, yo era una idiota integral”, terminó, riendo otra vez.
“¿Y el curso…? Preguntó Alice intentando no parecer demasiado esperanzada.
“… es muy bueno, pero no se puede comparar con mi vida aquí,” terminó Lara con una sonrisa brillante, “quiero que estés en mi vida, Alice. En cualquier lugar en el que estés tu, es donde quiero estar yo”. Y colocando su mano en la nuca de Alice, la arrastró hacia ella para darle un beso lento y apacible.
Después de unos segundos, Alice se separó, causando un gemido de frustración a Lara. “Hay todavía un problema, se lo tenemos que decir a nuestras amigas”, dijo con una mirada vehemente. “Tengo que explicárselo a Shane”.
“Piensas que se va a alterar?” preguntó Lara. Aunque también estaba preocupada por la reacción de sus amigas a la idea de que ellas dos salieran juntas, también le complacía que ahora Alice se lo quisiera contar todo. Parte de la incertidumbre que había habido entre ellas giraba alrededor de la culpa que sentían por mantener su relación en secreto. Tal vez el ser honestas con sus amigas ayudaría a aliviar esta carga a ambas.
“Realmente no lo sé”, contestó Alice tranquila, “Shane no es el tipo de persona que juzga a los demás, pero con todo lo que ha pasado últimamente, puede ser difícil para ella, le podría parecer que traicionamos a Dana de algún modo” Alice miró al suelo cuando el sentimiento de culpabilidad se reflejó en su cara.
“¿Tu piensas que traicionamos a Dana?”, preguntó Lara suavemente, levantando la barbilla de la rubia con sus dedos para que sus ojos pudieran encontrarse otra vez.
Después de unos segundos intentando poner en orden el laberinto de sus sentimientos, Alice habló, “Sé que es irracional, pero a veces lo pienso”. Al ver un destello de preocupación en la mirada de Lara, Alice cogió rápidamente su mano e intentó tranquilizarla. “Pero he pensado en ello y no creo que esto tenga que ver con nosotras. Creo que es más sobre la confusión de mis propios sentimientos sobre la muerte de Dana. Pasó todo tan rápidamente, y luego tu y yo…”, tranquilizándose, Alice suspiró. “Todo esto ha sido aplastante”.
“Si, lo ha sido”, estuvo de acuerdo Lara, “pero no creo que Dana quisiera que nos separáramos por ningún tipo de de sentimiento de culpa extraño. Ella quería que fuéramos felices”.
“Lo sé”, dijo Alice afirmando con la cabeza, “pero Shane merece enterarse de esto por mi primero. Tengo que explicarle las cosas para que las entienda” Alice estuvo pensando durante unos segundos y luego comenzó a trazar un plan en voz alta.”Creo que Shane está trabajando en Wax hoy, y luego vamos todas a ver a Feist en el Planet. Vendrás, ¿verdad?” preguntó, mirando esperanzada a Lara.
“Si, iré. Pero supongo que no bailaremos juntas, ¿no?, preguntó, intentando que no se notara la decepción de su voz. Sabía que tenía que ser paciente hasta que Alice hablara con Shane. Aunque ahora que ella y Alice finalmente habían alcanzado este punto juntas, quería ser libre para gritarlo a los cuatro vientos. Era frustrante tener que mantener el secreto una noche más.
Captando la decepción en el tono de Lara, Alice recordó su enfado de dos noches antes cuando se había presentado en su apartamento después de que se marchara precipitadamente de Milk. Cogiendo la cara de la pelirroja entre sus manos, intentó tranquilizarla. “Tu no eres un secreto vergonzoso, Lara. No quiero mantenerte encerrada, lejos de mis amigas. No, nunca más”. Besando a Lara dulcemente en los labios, Alice le sonrió abiertamente y dijo, “mañana hablaré con Shane, ¿crees que puedes espera?”.
“Creo que puedo esperar un poco más”, dijo Lara devolviendo la sonrisa alegre de Alice y lanzando un suspiro sonoro. A pesar de sus deseos de estar con Alice abiertamente de una vez por todas, tenía que admitir que una de las cosas que más le gustaban de la rubia era la lealtad hacia sus amigos. Podía esperar para estar con Alice públicamente, sabiendo que esto llegaría cuando fuera el momento.
Se miraron cara a cara, y y no pudieron controlar la risa al observar las sonrisas tontas que se dirigían la una a la otra. Ahora que las puertas se habían abierto entre ellas, casi sentían vértigo con el alivio. Era tan increíble compartir esta intimidad juntas, sobre todo si tenían en cuenta que sólo quince minutos antes ambas se sentían completamente inseguras sobre lo que pasaba entre ellas.
“Supongo que debería dejar que sigas trabajando”, dijo Lara de mala gana.
“¿Piensas que voy a ser capaz de hacer algo ahora?” preguntó Alice con incredulidad , tendiendo la mano para volver a atraer a Lara hacia ella.
“¡Más vale que consigas hacer algo hoy!”, gritó una voz desde la puerta. Alice y Lara se volvieron para ver que Ruth estaba de pie en la puerta con las manos en las caderas y una mirada impresionante en la cara. “Quiero un guión del próximo programa sobre mi mesa al final del día, Alice”, advirtió.
“De acuerdo, Ruth, lo tendrás”, contestó Alice dirigiendo a su jefa una espléndida, y falsa, sonrisa. “¡Y va a ser algo grande! ¡Tan grande como el programa de hoy! Porque te ha gustado el programa de hoy ¿verdad?”
Ruth miró a Alice severamente durante unos segundos, luego se aplacó. “Estuvo bien. Pero yo preferiría no tener que oir nada que implique a una potencial futura fuente de financiación de esta emisora, ¿de acuerdo?”. Y dirigiendo una mirada amenazadora a la sonrisa cómica que aún lucía en la cara de Alice, salió del recinto tan rápidamente como había llegado.
“Wuaau”, dijo Lara después de que se marchara. “Esta mujer es intensa”.
“No tienes ni idea”, repondió Alice
“Supongo que debería marcharme antes de traerte más problemas”, dijo Lara dirigiendo a Alice su sonrisa más dulce.
“Vale”, intercedió Alice, “pero te veré esta noche en el concierto, ¿verdad?”
“Desde luego”, contestó Lara, “estaré allí”. Inclinándose, le dio a Alice un beso lento, lleno de promesas de todas las cosas que estaban por venir. Después, separándose de mala gana, miró fijamente a Alice una vez más con una mirada de asombro en su cara.
“Hasta luego , Alice”, dijo Lara, luego se giró y abandonó el despacho, ofreciendo un extraño y a la vez encantador gesto de adiós desde la puerta.
“Hasta luego”, murmuró Alice como respuesta, mirando la salida de la pelirroja. Después, volvió a su escritorio intentando imaginar como iba a ser capaz de escribir algo decente cuando su mente estaba completamente absorbida por Lara.
Lara se rió entre dientes, provocando que Alice la mirara confusa. “Perdona, Alice, no me rio de ti”. Tiernamente, apartó un mechón de pelo rebelde de la cara de Alice. “Bueno, quizás un poco si. Es solo que la única razón por la que te dije que me iba a París era porque estaba absolutamente aterrorizada de mis sentimientos hacia ti. Y pensaba que tu veías esto como una cosa a corto plazo. Por eso decidí que lo mejor para nosotras dos era que yo me marchara. Nunca lo habría considerado si hubiera sabido que tu querías estar conmigo”. Cuanto más hablaba Lara, más sentía que se quitaba un peso de encima; había estado soportando tanto miedo y ansiedad últimamente, que había olvidado lo que era disfrutar siendo honesto y abierto con alguien. Se sintió increíblemente liberada, sobre todo ahora que sabía que Alice sentía lo mismo que ella. “Básicamente, yo era una idiota integral”, terminó, riendo otra vez.
“¿Y el curso…? Preguntó Alice intentando no parecer demasiado esperanzada.
“… es muy bueno, pero no se puede comparar con mi vida aquí,” terminó Lara con una sonrisa brillante, “quiero que estés en mi vida, Alice. En cualquier lugar en el que estés tu, es donde quiero estar yo”. Y colocando su mano en la nuca de Alice, la arrastró hacia ella para darle un beso lento y apacible.
Después de unos segundos, Alice se separó, causando un gemido de frustración a Lara. “Hay todavía un problema, se lo tenemos que decir a nuestras amigas”, dijo con una mirada vehemente. “Tengo que explicárselo a Shane”.
“Piensas que se va a alterar?” preguntó Lara. Aunque también estaba preocupada por la reacción de sus amigas a la idea de que ellas dos salieran juntas, también le complacía que ahora Alice se lo quisiera contar todo. Parte de la incertidumbre que había habido entre ellas giraba alrededor de la culpa que sentían por mantener su relación en secreto. Tal vez el ser honestas con sus amigas ayudaría a aliviar esta carga a ambas.
“Realmente no lo sé”, contestó Alice tranquila, “Shane no es el tipo de persona que juzga a los demás, pero con todo lo que ha pasado últimamente, puede ser difícil para ella, le podría parecer que traicionamos a Dana de algún modo” Alice miró al suelo cuando el sentimiento de culpabilidad se reflejó en su cara.
“¿Tu piensas que traicionamos a Dana?”, preguntó Lara suavemente, levantando la barbilla de la rubia con sus dedos para que sus ojos pudieran encontrarse otra vez.
Después de unos segundos intentando poner en orden el laberinto de sus sentimientos, Alice habló, “Sé que es irracional, pero a veces lo pienso”. Al ver un destello de preocupación en la mirada de Lara, Alice cogió rápidamente su mano e intentó tranquilizarla. “Pero he pensado en ello y no creo que esto tenga que ver con nosotras. Creo que es más sobre la confusión de mis propios sentimientos sobre la muerte de Dana. Pasó todo tan rápidamente, y luego tu y yo…”, tranquilizándose, Alice suspiró. “Todo esto ha sido aplastante”.
“Si, lo ha sido”, estuvo de acuerdo Lara, “pero no creo que Dana quisiera que nos separáramos por ningún tipo de de sentimiento de culpa extraño. Ella quería que fuéramos felices”.
“Lo sé”, dijo Alice afirmando con la cabeza, “pero Shane merece enterarse de esto por mi primero. Tengo que explicarle las cosas para que las entienda” Alice estuvo pensando durante unos segundos y luego comenzó a trazar un plan en voz alta.”Creo que Shane está trabajando en Wax hoy, y luego vamos todas a ver a Feist en el Planet. Vendrás, ¿verdad?” preguntó, mirando esperanzada a Lara.
“Si, iré. Pero supongo que no bailaremos juntas, ¿no?, preguntó, intentando que no se notara la decepción de su voz. Sabía que tenía que ser paciente hasta que Alice hablara con Shane. Aunque ahora que ella y Alice finalmente habían alcanzado este punto juntas, quería ser libre para gritarlo a los cuatro vientos. Era frustrante tener que mantener el secreto una noche más.
Captando la decepción en el tono de Lara, Alice recordó su enfado de dos noches antes cuando se había presentado en su apartamento después de que se marchara precipitadamente de Milk. Cogiendo la cara de la pelirroja entre sus manos, intentó tranquilizarla. “Tu no eres un secreto vergonzoso, Lara. No quiero mantenerte encerrada, lejos de mis amigas. No, nunca más”. Besando a Lara dulcemente en los labios, Alice le sonrió abiertamente y dijo, “mañana hablaré con Shane, ¿crees que puedes espera?”.
“Creo que puedo esperar un poco más”, dijo Lara devolviendo la sonrisa alegre de Alice y lanzando un suspiro sonoro. A pesar de sus deseos de estar con Alice abiertamente de una vez por todas, tenía que admitir que una de las cosas que más le gustaban de la rubia era la lealtad hacia sus amigos. Podía esperar para estar con Alice públicamente, sabiendo que esto llegaría cuando fuera el momento.
Se miraron cara a cara, y y no pudieron controlar la risa al observar las sonrisas tontas que se dirigían la una a la otra. Ahora que las puertas se habían abierto entre ellas, casi sentían vértigo con el alivio. Era tan increíble compartir esta intimidad juntas, sobre todo si tenían en cuenta que sólo quince minutos antes ambas se sentían completamente inseguras sobre lo que pasaba entre ellas.
“Supongo que debería dejar que sigas trabajando”, dijo Lara de mala gana.
“¿Piensas que voy a ser capaz de hacer algo ahora?” preguntó Alice con incredulidad , tendiendo la mano para volver a atraer a Lara hacia ella.
“¡Más vale que consigas hacer algo hoy!”, gritó una voz desde la puerta. Alice y Lara se volvieron para ver que Ruth estaba de pie en la puerta con las manos en las caderas y una mirada impresionante en la cara. “Quiero un guión del próximo programa sobre mi mesa al final del día, Alice”, advirtió.
“De acuerdo, Ruth, lo tendrás”, contestó Alice dirigiendo a su jefa una espléndida, y falsa, sonrisa. “¡Y va a ser algo grande! ¡Tan grande como el programa de hoy! Porque te ha gustado el programa de hoy ¿verdad?”
Ruth miró a Alice severamente durante unos segundos, luego se aplacó. “Estuvo bien. Pero yo preferiría no tener que oir nada que implique a una potencial futura fuente de financiación de esta emisora, ¿de acuerdo?”. Y dirigiendo una mirada amenazadora a la sonrisa cómica que aún lucía en la cara de Alice, salió del recinto tan rápidamente como había llegado.
“Wuaau”, dijo Lara después de que se marchara. “Esta mujer es intensa”.
“No tienes ni idea”, repondió Alice
“Supongo que debería marcharme antes de traerte más problemas”, dijo Lara dirigiendo a Alice su sonrisa más dulce.
“Vale”, intercedió Alice, “pero te veré esta noche en el concierto, ¿verdad?”
“Desde luego”, contestó Lara, “estaré allí”. Inclinándose, le dio a Alice un beso lento, lleno de promesas de todas las cosas que estaban por venir. Después, separándose de mala gana, miró fijamente a Alice una vez más con una mirada de asombro en su cara.
“Hasta luego , Alice”, dijo Lara, luego se giró y abandonó el despacho, ofreciendo un extraño y a la vez encantador gesto de adiós desde la puerta.
“Hasta luego”, murmuró Alice como respuesta, mirando la salida de la pelirroja. Después, volvió a su escritorio intentando imaginar como iba a ser capaz de escribir algo decente cuando su mente estaba completamente absorbida por Lara.
Re: [Terminado] No solo una adición
genial...Sigue en cuanto puedas
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Personajes favoritos : Bette, Tina, Helena And Alice
Fecha de inscripción : 24/04/2008
Re: [Terminado] No solo una adición
“¡Ah, hombre! ¡Esta canción es fantástica!” le gritó Shane con entusiasmo a Alice, que afirmó con la cabeza, cuando sonó la melodía de “When I Was a Young Girl” y Feist comenzó a cantar delante del micrófono. Alice echó un vistazo a Lara y sonrió al observar como movía la cabeza al ritmo de la música tribal. Lara captó la mirada de Alice y le devolvió una sonrisa de complicidad. El concierto casi había terminado y habían logrado mantener la apariencia de una simple amistad delante de Shane y Jenny durante toda la tarde. En general, había sido una noche agradable.
Una vez que el espectáculo terminó, las cuatro chicas se unieron a Kit en una mesa cercana a la barra para tomar una copa antes de salir del Planet.
“¡Es tan buena!”, comentó efusivamente Jenny.
“Si, el concierto ha sido imponente”, estuvo de acuerdo Shane.
“Hay tanta gente aquí”, observó Lara, mirando alrededor a los cientos de admiradores que todavía atestaban el Planet. La única razón por la que habían podido coger una mesa era porque Kit la había reservado para ellas.
“Si, de esta manera el negocio va a funcionar bien, Kit”, dijo Alice felicitando a Kit y proponiendo la celebración de otra actuación prominente en el Planet. Las otras chicas rápidamente apoyaron su propuesta y brindaron por la apuesta acertada de Kit.
“Gracias, chicas”, respondió Kit claramente contenta, “me alegro de que os haya gustado”. Como Jenny y Shane hablaban entre ellas, Kit dirigió una mirada significativa a Alice y Lara dándoles a entender de que era consciente de que algo había cambiado entre ellas. Aunque suponía que su relación todavía no era pública, estaba contenta de que parecieran haber avanzado en algo que obviamente las hacía felices. Ruborizándose ligeramente, ambas mujeres devolvieron la mirada a Kit con una sonrisa de apreciación por su apoyo, y no digamos por su discreción.
“Vuelvo enseguida”, dijo Lara, levantándose de la mesa para ir al servicio. Antes de marcharse lanzó una rápida e insinuante mirada a Alice.
Alice siguió con la mirada la figura de Lara andando con seguridad entre la muchedumbre. No era la primera vez que notaba que Lara eclipsaba a todas las mujeres del recinto tanto en belleza como en personalidad, y de repente sintió no poder declarar sus sentimientos a todo el mundo. Pero había decidido retrasar cualquier declaración pública sobre su relación por respeto a los sentimientos de Jenny, y estaba decidida a cumplir su determinación. Ella y Lara habían esperado durante semanas para reunirse, podían esperar un día más.
Pero, observando que sus amigas estaban ocupadas en sus propias conversaciones, se dijo a si misma que no había ninguna razón por la que no pudiera seguir a Lara al cuarto de baño para tener una charla breve sobre lo que había pasado durante el día. No habían podido comentar nada sobre su conversación en KCRW, y le parecía todavía tan maravillosamente surrealista que tenía un deseo incontrolable de asegurarse de que había pasado en realidad. Tomando una decisión rápida, se levantó de la mesa mientras Shane, Jenny y Kit seguían su discusión sobre el concierto y atravesó el Planet para reunirse con Lara.
Después de empujar la puerta del cuarto de baño, Alice se sorprendió al descubrir que estaba vacío. La gente se debe estar marchando rápidamente, pensó. Se apoyó en el lavabo, y esperó a que Lara saliera del aseo. Cuando Lara salió, no pudo evitar ponerse contenta al descubrir que Alice la había seguido.
“Hola”, dijo Lara tímidamente, dándose cuenta de que se le escapaba una sonrisa embobada. Mientras se lavaba las manos, echó un vistazo al espejo y vio que su amplia sonrisa se reflejaba de una manera exagerada en la cara de la rubia.
“Hola”, contestó Alice acercándose de forma involuntaria a la pelirroja.
Lara se giró y dirigió una mirada coqueta a Alice . “Pensaba que estábamos evitando atraer cualquier sospecha sobre nosotras esta noche”, dijo, sintiendo como sus ojos eran atraidos por los labios ligeramente separados de Alice.
La boca de Lara era también la causa principal de atracción para Alice mientras se acercaba a ella “Si, pero ahora estan bastante distraidas con su conversación. Creo que un par de minutos libres para nosotras”. Alice rodeó con sus brazos la cintura de Lara y empujó sus caderas contra la pelirroja, y no pudo menos que sonreir cuando oyó un pequeño jadeo de liberación como respuesta.
“Entonces, más vale que los aprovechemos ¿verdad?”, bromeó Lara suavemente, inclinándose hacia Alice y apretando la boca contra la suya ávidamente, aliviada ya su mente por la desaparición de todos los pensamiento sobre una conversación pendiente entre ellas.
Mientras, en la mesa, Shane y Jenny se reían de una historia que Kit contaba sobre su excéntrico agente de contrataciones. De repente, Shane sintió una mano sobre su hombro, y al girarse, quedó sorprendida al encontrarse mirando la cara de Gabby Devaux.
“¡Gabby, jod***!” dijo Shane con un tono irritado, desapareciendo rápidamente de su cara la risa alegre de momentos antes.
“¡Wuau, Shane! ¿Qué manera es esta de saludar a una vieja amiga?” preguntó Gabby irónicamente, dirigiendo a Shane una sonrisa completamente falsa.
“No somos viejas amigas, Gabby”, contestó Shane, estrechando los ojos al mirar a la morena. No había ningún cariño entre ellas, Shane había sido testigo de cómo Gabby había roto el corazón de Alice en demasiadas ocasiones para ser capaz ahora de fingir que estaba contenta de verla.
“En realidad, estaba esperando para pedir una bebida” dijo Gabby señalando hacia la barra, “ y hay algo que tengo que preguntarte sobre Alice”.
Shane la miró con desconfianza, pero decidió esperar por el momento. Levantándose de la mesa, siguió a Gabby de mala gana a la barra, dejando a Jenny y a Kit mirando confusas detrás de ellas.
“Pues” comenzó Gabby una vez que hubieron alcanzado la barra, “quería saber… ¿te molesta esto?”
“¿Qué me molesta, Gabby?” replicó Shane liberando un suspiro molesto.
“Todo el asunto entre Alice y Lara”, contestó Gabby. Entonces, viendo la mirada de incomprensión completa en la cara de Shane, hizo una pausa “¿Significa esto que no sabes nada?”. Esto era mejor de lo que había esperado. Ella buscaba una pequeña venganza de Alice y Lara por las calabazas que ambas le habían dado la noche del Milk, pero esto excedía todas sus expectativas. Una sonrisa de satisfacción apareció en su cara cuando comprendió que iba a dejar a Alice y Lara en evidencia.
Shane la miró sorprendida e incrédula. “¿Cómo? Tu tienes los cables cruzados, Gabby. Sólo intentas extender la mierda sobre Alice, como siempre”. Shane se dio la vuelta para volver a la mesa, pero la voz de Gabby la paró.
“Yo misma las he visto, Shane. Fui al apartamento de Lara la otra noche después de Milk, y Alice estaba allí”. Shane miró a Gabby con turbación. Despacio, varias piezas comenzaron a ponerse en su lugar en su cabeza: Alice y Lara constantemente pululando la una alrededor de la otra, su cercanía en el cuarto de baño de Bette y Tina, sus largas miradas a través de la mesa…toda la evidencia que necesitaba estaba allí. Había estado demasiado ciega para no verlo.
“Esto me parece un poco irrespetuoso”, siguió Gabby, “¿sabes? Con Dana y todo…ella muere y ¿que hacen sus dos ennovias? Conectan cinco minutos después. Suena como que han traicionado su memoria. Yo estaría muy enfadada si estuviera en tu situación”.
Shane intentó no escuchar las palabras manipuladoras de Gabby, pero no podía evitar oirlas dentro de ella. Normalmente no se enfadaba con rapidez, pero de repente sintió una rabia irracional hirviendo por sus venas al pensar que alguien traicionaba a Dana. Toda la cólera y la pena por la injusticia de la muerte de su amiga dominó rápidamente cualquier otro pensamiento racional en su mente.
Siendo consciente de la falsedad de Gabby, no estaba preparada para tomar sus palabras como verdaderas aún.
Leyendo la sospecha persistente en la cara de Shane, Gabby se rió con desdén. “Todavía no me crees ¿verdad?. Bien, ve a verlo tu misma. Las he visto entrar en el cuarto de baño juntas hace unos minutos. Dudo que estén ocupando su tiempo solo en lavarse las manos”. Y dirigiendo a Shane una sonrisa malévola, Gabby se giró y salió del Planet.
Despacio, Shane se volvió y se dirigió a las puertas del cuarto de baño.
Mientras tanto, Alice y Lara presionaban sus cuerpos contra el borde del lavabo, en medio de un beso lento y profundo. Sabían que se arriesgaban a que las descubrieran, pero se sentían tan vertiginosas sobre su franqueza recién descubierta, que encontraban imposible mantener sus manos lejos la una de la otra. Después de un par de minutos comprendieron que tenían que volver a la mesa antes de que sus amigas empezaran a sospechar. Cuando iban a separarse oyeron la voz de Shane en la entrada.
“J*oder!”, dijo Shane con incredulidad cuando sorprendió la parte final del beso de Lara y Alice. “J*oder!”, repitió dirigiendo a ambas mujeres una mirada iracunda, llena de dolor y tristeza.
“¡Mierda!” susurró Alice separándose de Lara rápidamente. Volviéndose hacia Shane, intentó explicarse desesperadamente. “Shane, yo iba a hablarte sobre esto, te lo juro”.
“Es un poco tarde”, replicó Shane, “¿Cómo has podido hacer esto, Alice… a Dana?”, preguntó consternada consciente de que la cólera que hervía dentro de ella era irrazonable. Pero no podía controlar las palabras que escupía por la boca. Sólo podía pensar en lo que Gabby había sugerido, que Alice y Lara traicionaban a Dana. Aunque no se lo pudiera explicar, sentía el deber de defender la memoria de Dana, incluso si esto implicaba tener que ser impetuosamente injusta con su amiga momentáneamente. “¡Dios, chicas!”, siguió con la voz rota por la intensidad de las emociones “todavía mantenemos una silla vacía en el Planet para Dana y vosotras ya la habeis sustituido en vuestra cama?”.
Las palabras finales de Shane fueron tanto para Alice como para Lara un golpe bajo. Aunque ambas sabían de alguna forma que Shane no tenía derecho a culparlas por traicionar a Dana, ninguna de ellas podía evitar que los sentimientos de culpa golpearan su pecho como una ola. De repente, parecía que no era correcto que ellas estuvieran sintiendo la alegría que habían sentido durante todo el día habiéndose ido Dana. Incapaz de mirar a los ojos a Shane, ambas miraron al suelo.
No sabiendo que más decir, y con el sentimiento de que se había excedido, Shane giró y salió del cuarto de baño rápidamente.
Después de lo que pareció una eternidad, Lara miró a Alice. En una fracción de segundo entendió que toda la esperanza y felicidad que Alice había expresado aquel día se habían roto con las palabras de Shane. Lara sintió oprimirse el corazón., quería decir algo consolador a Alice, pero su mente y su cuerpo estaban paralizados por el peso de sus propios sentimientos.
Finalmente, Alice alzó la vista hacia Lara expresando en sus ojos todo el dolor de meses de culpa y de tristeza por la muerte de Dana. Durante un instante, pareció que iba a decir algo, pero se detuvo. Después, salió rápidamente del cuarto de baño, dejando a Lara apoyada contra el lavabo, incapaz de moverse, sintiendo como si todo su mundo fuera a derrumbarse sobre ella.
Una vez que el espectáculo terminó, las cuatro chicas se unieron a Kit en una mesa cercana a la barra para tomar una copa antes de salir del Planet.
“¡Es tan buena!”, comentó efusivamente Jenny.
“Si, el concierto ha sido imponente”, estuvo de acuerdo Shane.
“Hay tanta gente aquí”, observó Lara, mirando alrededor a los cientos de admiradores que todavía atestaban el Planet. La única razón por la que habían podido coger una mesa era porque Kit la había reservado para ellas.
“Si, de esta manera el negocio va a funcionar bien, Kit”, dijo Alice felicitando a Kit y proponiendo la celebración de otra actuación prominente en el Planet. Las otras chicas rápidamente apoyaron su propuesta y brindaron por la apuesta acertada de Kit.
“Gracias, chicas”, respondió Kit claramente contenta, “me alegro de que os haya gustado”. Como Jenny y Shane hablaban entre ellas, Kit dirigió una mirada significativa a Alice y Lara dándoles a entender de que era consciente de que algo había cambiado entre ellas. Aunque suponía que su relación todavía no era pública, estaba contenta de que parecieran haber avanzado en algo que obviamente las hacía felices. Ruborizándose ligeramente, ambas mujeres devolvieron la mirada a Kit con una sonrisa de apreciación por su apoyo, y no digamos por su discreción.
“Vuelvo enseguida”, dijo Lara, levantándose de la mesa para ir al servicio. Antes de marcharse lanzó una rápida e insinuante mirada a Alice.
Alice siguió con la mirada la figura de Lara andando con seguridad entre la muchedumbre. No era la primera vez que notaba que Lara eclipsaba a todas las mujeres del recinto tanto en belleza como en personalidad, y de repente sintió no poder declarar sus sentimientos a todo el mundo. Pero había decidido retrasar cualquier declaración pública sobre su relación por respeto a los sentimientos de Jenny, y estaba decidida a cumplir su determinación. Ella y Lara habían esperado durante semanas para reunirse, podían esperar un día más.
Pero, observando que sus amigas estaban ocupadas en sus propias conversaciones, se dijo a si misma que no había ninguna razón por la que no pudiera seguir a Lara al cuarto de baño para tener una charla breve sobre lo que había pasado durante el día. No habían podido comentar nada sobre su conversación en KCRW, y le parecía todavía tan maravillosamente surrealista que tenía un deseo incontrolable de asegurarse de que había pasado en realidad. Tomando una decisión rápida, se levantó de la mesa mientras Shane, Jenny y Kit seguían su discusión sobre el concierto y atravesó el Planet para reunirse con Lara.
Después de empujar la puerta del cuarto de baño, Alice se sorprendió al descubrir que estaba vacío. La gente se debe estar marchando rápidamente, pensó. Se apoyó en el lavabo, y esperó a que Lara saliera del aseo. Cuando Lara salió, no pudo evitar ponerse contenta al descubrir que Alice la había seguido.
“Hola”, dijo Lara tímidamente, dándose cuenta de que se le escapaba una sonrisa embobada. Mientras se lavaba las manos, echó un vistazo al espejo y vio que su amplia sonrisa se reflejaba de una manera exagerada en la cara de la rubia.
“Hola”, contestó Alice acercándose de forma involuntaria a la pelirroja.
Lara se giró y dirigió una mirada coqueta a Alice . “Pensaba que estábamos evitando atraer cualquier sospecha sobre nosotras esta noche”, dijo, sintiendo como sus ojos eran atraidos por los labios ligeramente separados de Alice.
La boca de Lara era también la causa principal de atracción para Alice mientras se acercaba a ella “Si, pero ahora estan bastante distraidas con su conversación. Creo que un par de minutos libres para nosotras”. Alice rodeó con sus brazos la cintura de Lara y empujó sus caderas contra la pelirroja, y no pudo menos que sonreir cuando oyó un pequeño jadeo de liberación como respuesta.
“Entonces, más vale que los aprovechemos ¿verdad?”, bromeó Lara suavemente, inclinándose hacia Alice y apretando la boca contra la suya ávidamente, aliviada ya su mente por la desaparición de todos los pensamiento sobre una conversación pendiente entre ellas.
Mientras, en la mesa, Shane y Jenny se reían de una historia que Kit contaba sobre su excéntrico agente de contrataciones. De repente, Shane sintió una mano sobre su hombro, y al girarse, quedó sorprendida al encontrarse mirando la cara de Gabby Devaux.
“¡Gabby, jod***!” dijo Shane con un tono irritado, desapareciendo rápidamente de su cara la risa alegre de momentos antes.
“¡Wuau, Shane! ¿Qué manera es esta de saludar a una vieja amiga?” preguntó Gabby irónicamente, dirigiendo a Shane una sonrisa completamente falsa.
“No somos viejas amigas, Gabby”, contestó Shane, estrechando los ojos al mirar a la morena. No había ningún cariño entre ellas, Shane había sido testigo de cómo Gabby había roto el corazón de Alice en demasiadas ocasiones para ser capaz ahora de fingir que estaba contenta de verla.
“En realidad, estaba esperando para pedir una bebida” dijo Gabby señalando hacia la barra, “ y hay algo que tengo que preguntarte sobre Alice”.
Shane la miró con desconfianza, pero decidió esperar por el momento. Levantándose de la mesa, siguió a Gabby de mala gana a la barra, dejando a Jenny y a Kit mirando confusas detrás de ellas.
“Pues” comenzó Gabby una vez que hubieron alcanzado la barra, “quería saber… ¿te molesta esto?”
“¿Qué me molesta, Gabby?” replicó Shane liberando un suspiro molesto.
“Todo el asunto entre Alice y Lara”, contestó Gabby. Entonces, viendo la mirada de incomprensión completa en la cara de Shane, hizo una pausa “¿Significa esto que no sabes nada?”. Esto era mejor de lo que había esperado. Ella buscaba una pequeña venganza de Alice y Lara por las calabazas que ambas le habían dado la noche del Milk, pero esto excedía todas sus expectativas. Una sonrisa de satisfacción apareció en su cara cuando comprendió que iba a dejar a Alice y Lara en evidencia.
Shane la miró sorprendida e incrédula. “¿Cómo? Tu tienes los cables cruzados, Gabby. Sólo intentas extender la mierda sobre Alice, como siempre”. Shane se dio la vuelta para volver a la mesa, pero la voz de Gabby la paró.
“Yo misma las he visto, Shane. Fui al apartamento de Lara la otra noche después de Milk, y Alice estaba allí”. Shane miró a Gabby con turbación. Despacio, varias piezas comenzaron a ponerse en su lugar en su cabeza: Alice y Lara constantemente pululando la una alrededor de la otra, su cercanía en el cuarto de baño de Bette y Tina, sus largas miradas a través de la mesa…toda la evidencia que necesitaba estaba allí. Había estado demasiado ciega para no verlo.
“Esto me parece un poco irrespetuoso”, siguió Gabby, “¿sabes? Con Dana y todo…ella muere y ¿que hacen sus dos ennovias? Conectan cinco minutos después. Suena como que han traicionado su memoria. Yo estaría muy enfadada si estuviera en tu situación”.
Shane intentó no escuchar las palabras manipuladoras de Gabby, pero no podía evitar oirlas dentro de ella. Normalmente no se enfadaba con rapidez, pero de repente sintió una rabia irracional hirviendo por sus venas al pensar que alguien traicionaba a Dana. Toda la cólera y la pena por la injusticia de la muerte de su amiga dominó rápidamente cualquier otro pensamiento racional en su mente.
Siendo consciente de la falsedad de Gabby, no estaba preparada para tomar sus palabras como verdaderas aún.
Leyendo la sospecha persistente en la cara de Shane, Gabby se rió con desdén. “Todavía no me crees ¿verdad?. Bien, ve a verlo tu misma. Las he visto entrar en el cuarto de baño juntas hace unos minutos. Dudo que estén ocupando su tiempo solo en lavarse las manos”. Y dirigiendo a Shane una sonrisa malévola, Gabby se giró y salió del Planet.
Despacio, Shane se volvió y se dirigió a las puertas del cuarto de baño.
Mientras tanto, Alice y Lara presionaban sus cuerpos contra el borde del lavabo, en medio de un beso lento y profundo. Sabían que se arriesgaban a que las descubrieran, pero se sentían tan vertiginosas sobre su franqueza recién descubierta, que encontraban imposible mantener sus manos lejos la una de la otra. Después de un par de minutos comprendieron que tenían que volver a la mesa antes de que sus amigas empezaran a sospechar. Cuando iban a separarse oyeron la voz de Shane en la entrada.
“J*oder!”, dijo Shane con incredulidad cuando sorprendió la parte final del beso de Lara y Alice. “J*oder!”, repitió dirigiendo a ambas mujeres una mirada iracunda, llena de dolor y tristeza.
“¡Mierda!” susurró Alice separándose de Lara rápidamente. Volviéndose hacia Shane, intentó explicarse desesperadamente. “Shane, yo iba a hablarte sobre esto, te lo juro”.
“Es un poco tarde”, replicó Shane, “¿Cómo has podido hacer esto, Alice… a Dana?”, preguntó consternada consciente de que la cólera que hervía dentro de ella era irrazonable. Pero no podía controlar las palabras que escupía por la boca. Sólo podía pensar en lo que Gabby había sugerido, que Alice y Lara traicionaban a Dana. Aunque no se lo pudiera explicar, sentía el deber de defender la memoria de Dana, incluso si esto implicaba tener que ser impetuosamente injusta con su amiga momentáneamente. “¡Dios, chicas!”, siguió con la voz rota por la intensidad de las emociones “todavía mantenemos una silla vacía en el Planet para Dana y vosotras ya la habeis sustituido en vuestra cama?”.
Las palabras finales de Shane fueron tanto para Alice como para Lara un golpe bajo. Aunque ambas sabían de alguna forma que Shane no tenía derecho a culparlas por traicionar a Dana, ninguna de ellas podía evitar que los sentimientos de culpa golpearan su pecho como una ola. De repente, parecía que no era correcto que ellas estuvieran sintiendo la alegría que habían sentido durante todo el día habiéndose ido Dana. Incapaz de mirar a los ojos a Shane, ambas miraron al suelo.
No sabiendo que más decir, y con el sentimiento de que se había excedido, Shane giró y salió del cuarto de baño rápidamente.
Después de lo que pareció una eternidad, Lara miró a Alice. En una fracción de segundo entendió que toda la esperanza y felicidad que Alice había expresado aquel día se habían roto con las palabras de Shane. Lara sintió oprimirse el corazón., quería decir algo consolador a Alice, pero su mente y su cuerpo estaban paralizados por el peso de sus propios sentimientos.
Finalmente, Alice alzó la vista hacia Lara expresando en sus ojos todo el dolor de meses de culpa y de tristeza por la muerte de Dana. Durante un instante, pareció que iba a decir algo, pero se detuvo. Después, salió rápidamente del cuarto de baño, dejando a Lara apoyada contra el lavabo, incapaz de moverse, sintiendo como si todo su mundo fuera a derrumbarse sobre ella.
Re: [Terminado] No solo una adición
CAPITULO 9
“¿Qué puedo hacer por ti?” preguntó Shane a su clienta número cincuenta del día, que se acababa de sentar en la silla del Wax. Cuando la muchacha acabó de explicar lo que quería-algo raro con color de pelo púrpura- Shane dejó vagar su mente por quincuagésima vez aquel día.
Poniendo su mente con el piloto automático, comenzó a trabajar en el pelo de su clienta y volvió a dejar vagar sus pensamientos en el único tema en el que parecían interesados: su enfrentamiento con Alice y Lara. Ya habían pasado tres días desde que las había sorprendido besándose en el cuarto de baño del Planet y todavía no había hablado con Alice sobre ello. Alice le había dejado varios mensajes en su móvil, e incluso había estado en su casa una vez, pero ella había evitado hablarle. Se sentía mal por el dolor de Alice, pero necesitaba tiempo para enfriarse y estudiar las cosas detenidamente antes de que hablaran otra vez. Sus sentimientos todavía tenían una mezcla de cólera, tristeza y culpa. Culpa porque había comprendido el efecto hiriente que sus palabras habían tenido no sólo sobre Alice y Lara, sino también sobre Dana.
Shane cogió la máquina de rasurar e hizo una pausa justo antes de comenzar a cortar la mayor parte del pelo de la cabeza de su clienta. Últimamente, siempre que oía el ruido de la máquina recordaba el día que Dana vino al Wax después que la chemo hubiera hecho que se le cayera el pelo. Shane había sido más que feliz ayudando a Dana a aceptar lo que le pasaba a su cuerpo afeitándole la cabeza, pero en su interior estaba aterrorizada por como la realidad de la enfermedad de Dana se mostraba desnuda ante ellas. Shane recordó el miedo reflejado en la cara de Dana, y que había intentado ocultarlo detrás de unas enormes gafas de sol y un sombrero aún más enorme. Pero, más que el miedo y la tristeza de aquel momento, la imagen que siempre se repetía en su mente era la sonrisa genuina con la que ella había logrado engañar a Dana justo antes de comenzar su trabajo. Incluso ahora podía oir la explosión de Dana en una risa contagiosa cuando Shane había peinado su propio pelo de la manera más loca que se le había ocurrido y luego había hecho lo mismo con el de Alice. Esta había sido una de las últimas veces que las tres se habían reido juntas antes de la muerte de Dana, y pensar en ello ahora trajo un nudo a la garganta de Shane.
“Ei, qué pasa? ¿por qué no empiezas?” le preguntó la clienta de repente interrumpiendo los pensamientos de Shane. Asustada, comprendió que había estado de pie con la máquina de afeitar zumbando en la mano durante un par de minutos sin hacer nada.
“Lo siento”, masculló Shane suspirando fuertemente cuando reanudó la tarea. Mientras trabajaba, su mente fue a la deriva y volvió atrás a la noche del concierto del Planet. Después de pensar durante unos días, Shane había comprendido que se había dejado influenciar por las palabras manipuladoras de Gabby, y había repartido golpes a diestro y siniestro a sus amigas para defender su memoria. Sabía que Dana había amado tanto a Alice como a Lara y se había entregado completamente a ambas mujeres en diferentes fases de su vida. Esto era parte de la razón por la que Shane había reaccionado de forma tan exagerada al verlas juntas, parecía tan incorrecto que ellas conectaran después de que Dana se hubiera ido. Aunque tras reflexionar sobre esto comprendió que Alice y Lara se habían reunido debido a Dana, y no a pesar de ella. Si borrara completamente sus propios sentimientos de la imagen, estaba segura de que Dana se sentiría aliviada al saber que Alice y Lara encontraban consuelo la una en la otra en un tiempo tan difícil.
Pero, aún cuando a nivel racional comprendiera todo esto, todavía no podía librarse de la cólera que sentía. Esta era la razón Principal por la que no se había puesto en contacto con Alice. No quería hacer más daño a su amiga diciéndole más cosas horribles.
Incluso tres días más tarde Shane no podía entender por que sus sentimientos se habían implicado en la vida amorosa de sus amigas. No era la más indicada para hacer un juicio severo de los demás, sobre todo de aquellos por los que se preocupaba. Shane sabía que sus propias acciones no habían sido las más recomendables, y aún así Alice no la había juzgado. De hecho, cuando había decidido no llevar a cabo la boda con Carmen, fue Alice quien dio la cara para explicarle las cosas a Carmen. Alice se había comportado maravillosamente y no la había juzgado, esto hizo que Shane se abatiera al recordarlo. ¿Por qué no puedo devolverle el favor ahora? Se preguntó.
Mientras mezclaba el tinte para el pelo de su clienta, Shane comprendió que sabía exactamente por qué. No tenía nada que ver con Alice o con Lara, tenía que ver con sus propios sentimientos de culpa sobre la muerte de Dana. Por encima de todo lo demás todavía no podía aceptar el hecho de que Dana había muerto sola, que no había estado allí con ella entonces. Parecía que había abandonado a su amiga en el peor momento posible, y por ese motivo defendía ahora a Dana en cada oportunidad que tenía.
Desde luego, sabía que Alice también compartía su culpa. Aunque ella no había dejado nunca la cabecera de Dana mientras estaba enferma, Shane comprendió que se reprochaba el hecho de que Dana murió sola. Y, pensó Shane con otra punzada de tristeza, sus palabras hirientes de la otra noche en el Planet indudablemente la habían hecho sentirse aún peor.
Completamente absorta en sus pensamientos, Shane se sobresaltó al descubrir que había terminado con el pelo de su clienta. Después de cobrar sus honorarios con un último consejo, salió de su cabina de trabajo para buscar el nombre de su siguiente cliente en el área de espera.
Consultando el libro de citas, comenzó a llamar el siguiente nombre de la lista, pero cuando las palabras que vio sobre el papel se registraron en su cabeza, no pudo menos de permitir que una sonrisa sardónica se extendiera sobre su cara. Mirando el grupo de gente que estaba en la sala, leyó en voz alta el nombre “¿M.A. Badfriend?”.
Una mano impaciente se alzó rápidamente desde la fila trasera de sillas, y Alice se levantó. Caminando hacia Shane con una mirada vacilante en su cara, dijo “no fue mi mejor idea, pero te diste cuenta que era yo, ¿verdad?”
“Si, me di cuenta”, contestó Shane dirigiendo a Alice una risa alentadora, ¿quieres que vayamos fuera para hablar?”
“Bueno, pienso que he cambiado de idea sobre el peinado de color púrpura por el que iba a preguntar”, dijo Alice dirigiendo una mirada curiosa a la clienta anterior que acababa de salir de Wax. Siguió a Shane, aliviada al ver que estaba dispuesta a hablar con ella finalmente.
Cuando tomaron asiento en un banco cerca del área de patinaje, Alice se dispuso a lanzar su discurso, pero Shane se adelantó “Mira, Alice, lo siento, ¿vale?. Se que debería haber contestado tus llamadas, pero antes tenía que resolver las cosas en mi cabeza, ¿sabes?”. Alice la miró sorprendida. No esperaba que Shane pidiera perdón. Pero, viendo la cólera que se asomaba detrás de su comportamiento estoico, se imaginó que su amiga todavía no había superado lo que había pasado.
“Lo se” contestó Alice mirando al suelo, “lo siento mucho, Shane, nunca quise que te enteraras así. Yo tenía planeado hablarte de Lara al día siguiente, lo juro”.
“Bien, supongo que no ayudó que fuera Gabby Devaux quien me habló sobre vosotras dos”, dijo Shane con cólera evidente en su voz.
“¿Gabby te lo dijo?” preguntó Alice sintiéndose atontada. Había asumido que Shane las había descubierto por casualidad aquella noche. No tenía ni idea de que fuera Gabby quien dio la información. “Ah, shane, lo siento”.
“Si, realmente ella sabe que teclas tocar, ¿verdad?”, dijo Shane con una sonrisa.
“Si lo sabe”, estuvo de acuerdo Alice. Ella sabía mejor que nadie lo buena que era Gabby para encontrar los puntos débiles de la gente, y manipularlos para conseguir ventaja. Imaginaba lo que había podido decirle a Shane para enfadarla tanto como lo estaba cuando las descubrió a ella y Lara besándose en el cuarto de baño del Planet. “Que zorra de mierda” dijo Alice con ira, con un rastro de sorpresa en su voz. No podía creer que Gabby caería tan bajo.
“Entonces, ¿desde cuando os venís viendo?”, preguntó Shane decidiendo zambullirse en la discusión y conseguir algunas respuestas a las preguntas que habían estado agitando su mente los tres últimos días.
“Um, básicamente desde el Memorial”, contestó Alice silenciosamente. No sabía como iba a reaccionar Shane a lo que iba a contarle, pero decidió ser tan sincera como fuera posible con su amiga. “Fue una especie de sorpresa para nosotras, ¿sabes?. Estábamos las dos tan jodidas por Dana, y por alguna razón nos encontrábamos bien cuando estábamos juntas”.
Alice miró al suelo otra vez, mordiendo su labio inferior, pensando en sus sentimientos iniciales cuando Lara y ella se encontraban al principio. “Esto también nos hizo sentir mal durante un tiempo”, añadió tristemente. Por eso lo mantuvimos oculto, nos parecía que nadie lo iba a entender. Es más, Lara se iba a ir a París, así que había una fecha de vencimiento a la vista…” Alice se calmó, no muy segura de como seguir su confesión.
Shane cabeceaba silenciosamente mientras Alice hablaba. Nada de lo que su amiga decía era sorprendente. Ya había asumido que Alice y Lara habían conectado después del Memorial, que era cuando las dos debían haberse sentido más vulnerables.
“Mira, Alice, siento lo que os dije la otra noche en el Planet”, dijo Shane, “Yo era idiota”. Alice comenzó a oponerse pero Shane la paró y continuó “he estado pensando en ello y comprendí que la mayor parte de lo que dije no tenía nada que ver con vosotras en absoluto. Todavía estoy muy fastidiada por todo lo que ha pasado en el último par de meses y la mitad del tiempo no sé por que siento de la manera que siento. Creo que he perdido la perspectiva de las cosas”.
“Pero Yoda nunca pierde la perspectiva”, dijo Alice sonriendo a su amiga de forma burlona.
Shane sonrió brevemente, pero su cara se puso seria cuando siguió. “Es por esto que cuando os vi juntas pensé que traicionabais a Dana de algún modo. No tiene justificación, pero es por esto que dije las cosas que dije”.
Alice guardó silencio por unos segundos, pensando en las palabras de Shane.”Quizás nosotras estábamos traicionando a Dana”, dijo ella suavemente, sintiendo las inoportunas y familiares lágrimas aparecer en sus ojos cuando expresaba sus peores miedos sobre su relación con Lara en voz alta. “O, al menos, así es como Lara lo vio”.
“¿Si?”, preguntó Shane, percatándose del movimiento tenso de Alice.
“Si, esto está terminado”, dijo Alice mirando a lo lejos, intentando ocultar su tristeza a su amiga.
“¿Porque Lara se va a París?”, preguntó Shane intentando encajar en su cabeza los fragmentos de esta relación cada vez más complicada.
“Bien este es el resultado neto, supongo”, explicó Alice, “pero no es por esto por lo que terminamos”.
“¿Qué pasó?”, preguntó Shane percibiendo la tristeza evidente de Alice con un sentimiento de sorpresa. ¿No era la relación de Alice con Lara sólo una distracción temporal? , se preguntó Shane. ¿No se usaban la una a la otra para superar su pena compartida por la muerte de Dana?.
¿O, comprendió Shane de golpe, en realidad ellas sentían algo más la una por otra?
Inclinándose para obligar a Alice a mirarla, Shane sintió una punzada al pensar que todo lo que había asumido sobre la relación de Alice y Lara estaba cambiando. Cuando Alice comenzó a relatar los acontecimientos de la tarde después de que Shane había asaltado el cuarto de baño del Planet, una repentina sospecha apareció en su mente: Alice se había enamorado de Lara.
“¿Qué puedo hacer por ti?” preguntó Shane a su clienta número cincuenta del día, que se acababa de sentar en la silla del Wax. Cuando la muchacha acabó de explicar lo que quería-algo raro con color de pelo púrpura- Shane dejó vagar su mente por quincuagésima vez aquel día.
Poniendo su mente con el piloto automático, comenzó a trabajar en el pelo de su clienta y volvió a dejar vagar sus pensamientos en el único tema en el que parecían interesados: su enfrentamiento con Alice y Lara. Ya habían pasado tres días desde que las había sorprendido besándose en el cuarto de baño del Planet y todavía no había hablado con Alice sobre ello. Alice le había dejado varios mensajes en su móvil, e incluso había estado en su casa una vez, pero ella había evitado hablarle. Se sentía mal por el dolor de Alice, pero necesitaba tiempo para enfriarse y estudiar las cosas detenidamente antes de que hablaran otra vez. Sus sentimientos todavía tenían una mezcla de cólera, tristeza y culpa. Culpa porque había comprendido el efecto hiriente que sus palabras habían tenido no sólo sobre Alice y Lara, sino también sobre Dana.
Shane cogió la máquina de rasurar e hizo una pausa justo antes de comenzar a cortar la mayor parte del pelo de la cabeza de su clienta. Últimamente, siempre que oía el ruido de la máquina recordaba el día que Dana vino al Wax después que la chemo hubiera hecho que se le cayera el pelo. Shane había sido más que feliz ayudando a Dana a aceptar lo que le pasaba a su cuerpo afeitándole la cabeza, pero en su interior estaba aterrorizada por como la realidad de la enfermedad de Dana se mostraba desnuda ante ellas. Shane recordó el miedo reflejado en la cara de Dana, y que había intentado ocultarlo detrás de unas enormes gafas de sol y un sombrero aún más enorme. Pero, más que el miedo y la tristeza de aquel momento, la imagen que siempre se repetía en su mente era la sonrisa genuina con la que ella había logrado engañar a Dana justo antes de comenzar su trabajo. Incluso ahora podía oir la explosión de Dana en una risa contagiosa cuando Shane había peinado su propio pelo de la manera más loca que se le había ocurrido y luego había hecho lo mismo con el de Alice. Esta había sido una de las últimas veces que las tres se habían reido juntas antes de la muerte de Dana, y pensar en ello ahora trajo un nudo a la garganta de Shane.
“Ei, qué pasa? ¿por qué no empiezas?” le preguntó la clienta de repente interrumpiendo los pensamientos de Shane. Asustada, comprendió que había estado de pie con la máquina de afeitar zumbando en la mano durante un par de minutos sin hacer nada.
“Lo siento”, masculló Shane suspirando fuertemente cuando reanudó la tarea. Mientras trabajaba, su mente fue a la deriva y volvió atrás a la noche del concierto del Planet. Después de pensar durante unos días, Shane había comprendido que se había dejado influenciar por las palabras manipuladoras de Gabby, y había repartido golpes a diestro y siniestro a sus amigas para defender su memoria. Sabía que Dana había amado tanto a Alice como a Lara y se había entregado completamente a ambas mujeres en diferentes fases de su vida. Esto era parte de la razón por la que Shane había reaccionado de forma tan exagerada al verlas juntas, parecía tan incorrecto que ellas conectaran después de que Dana se hubiera ido. Aunque tras reflexionar sobre esto comprendió que Alice y Lara se habían reunido debido a Dana, y no a pesar de ella. Si borrara completamente sus propios sentimientos de la imagen, estaba segura de que Dana se sentiría aliviada al saber que Alice y Lara encontraban consuelo la una en la otra en un tiempo tan difícil.
Pero, aún cuando a nivel racional comprendiera todo esto, todavía no podía librarse de la cólera que sentía. Esta era la razón Principal por la que no se había puesto en contacto con Alice. No quería hacer más daño a su amiga diciéndole más cosas horribles.
Incluso tres días más tarde Shane no podía entender por que sus sentimientos se habían implicado en la vida amorosa de sus amigas. No era la más indicada para hacer un juicio severo de los demás, sobre todo de aquellos por los que se preocupaba. Shane sabía que sus propias acciones no habían sido las más recomendables, y aún así Alice no la había juzgado. De hecho, cuando había decidido no llevar a cabo la boda con Carmen, fue Alice quien dio la cara para explicarle las cosas a Carmen. Alice se había comportado maravillosamente y no la había juzgado, esto hizo que Shane se abatiera al recordarlo. ¿Por qué no puedo devolverle el favor ahora? Se preguntó.
Mientras mezclaba el tinte para el pelo de su clienta, Shane comprendió que sabía exactamente por qué. No tenía nada que ver con Alice o con Lara, tenía que ver con sus propios sentimientos de culpa sobre la muerte de Dana. Por encima de todo lo demás todavía no podía aceptar el hecho de que Dana había muerto sola, que no había estado allí con ella entonces. Parecía que había abandonado a su amiga en el peor momento posible, y por ese motivo defendía ahora a Dana en cada oportunidad que tenía.
Desde luego, sabía que Alice también compartía su culpa. Aunque ella no había dejado nunca la cabecera de Dana mientras estaba enferma, Shane comprendió que se reprochaba el hecho de que Dana murió sola. Y, pensó Shane con otra punzada de tristeza, sus palabras hirientes de la otra noche en el Planet indudablemente la habían hecho sentirse aún peor.
Completamente absorta en sus pensamientos, Shane se sobresaltó al descubrir que había terminado con el pelo de su clienta. Después de cobrar sus honorarios con un último consejo, salió de su cabina de trabajo para buscar el nombre de su siguiente cliente en el área de espera.
Consultando el libro de citas, comenzó a llamar el siguiente nombre de la lista, pero cuando las palabras que vio sobre el papel se registraron en su cabeza, no pudo menos de permitir que una sonrisa sardónica se extendiera sobre su cara. Mirando el grupo de gente que estaba en la sala, leyó en voz alta el nombre “¿M.A. Badfriend?”.
Una mano impaciente se alzó rápidamente desde la fila trasera de sillas, y Alice se levantó. Caminando hacia Shane con una mirada vacilante en su cara, dijo “no fue mi mejor idea, pero te diste cuenta que era yo, ¿verdad?”
“Si, me di cuenta”, contestó Shane dirigiendo a Alice una risa alentadora, ¿quieres que vayamos fuera para hablar?”
“Bueno, pienso que he cambiado de idea sobre el peinado de color púrpura por el que iba a preguntar”, dijo Alice dirigiendo una mirada curiosa a la clienta anterior que acababa de salir de Wax. Siguió a Shane, aliviada al ver que estaba dispuesta a hablar con ella finalmente.
Cuando tomaron asiento en un banco cerca del área de patinaje, Alice se dispuso a lanzar su discurso, pero Shane se adelantó “Mira, Alice, lo siento, ¿vale?. Se que debería haber contestado tus llamadas, pero antes tenía que resolver las cosas en mi cabeza, ¿sabes?”. Alice la miró sorprendida. No esperaba que Shane pidiera perdón. Pero, viendo la cólera que se asomaba detrás de su comportamiento estoico, se imaginó que su amiga todavía no había superado lo que había pasado.
“Lo se” contestó Alice mirando al suelo, “lo siento mucho, Shane, nunca quise que te enteraras así. Yo tenía planeado hablarte de Lara al día siguiente, lo juro”.
“Bien, supongo que no ayudó que fuera Gabby Devaux quien me habló sobre vosotras dos”, dijo Shane con cólera evidente en su voz.
“¿Gabby te lo dijo?” preguntó Alice sintiéndose atontada. Había asumido que Shane las había descubierto por casualidad aquella noche. No tenía ni idea de que fuera Gabby quien dio la información. “Ah, shane, lo siento”.
“Si, realmente ella sabe que teclas tocar, ¿verdad?”, dijo Shane con una sonrisa.
“Si lo sabe”, estuvo de acuerdo Alice. Ella sabía mejor que nadie lo buena que era Gabby para encontrar los puntos débiles de la gente, y manipularlos para conseguir ventaja. Imaginaba lo que había podido decirle a Shane para enfadarla tanto como lo estaba cuando las descubrió a ella y Lara besándose en el cuarto de baño del Planet. “Que zorra de mierda” dijo Alice con ira, con un rastro de sorpresa en su voz. No podía creer que Gabby caería tan bajo.
“Entonces, ¿desde cuando os venís viendo?”, preguntó Shane decidiendo zambullirse en la discusión y conseguir algunas respuestas a las preguntas que habían estado agitando su mente los tres últimos días.
“Um, básicamente desde el Memorial”, contestó Alice silenciosamente. No sabía como iba a reaccionar Shane a lo que iba a contarle, pero decidió ser tan sincera como fuera posible con su amiga. “Fue una especie de sorpresa para nosotras, ¿sabes?. Estábamos las dos tan jodidas por Dana, y por alguna razón nos encontrábamos bien cuando estábamos juntas”.
Alice miró al suelo otra vez, mordiendo su labio inferior, pensando en sus sentimientos iniciales cuando Lara y ella se encontraban al principio. “Esto también nos hizo sentir mal durante un tiempo”, añadió tristemente. Por eso lo mantuvimos oculto, nos parecía que nadie lo iba a entender. Es más, Lara se iba a ir a París, así que había una fecha de vencimiento a la vista…” Alice se calmó, no muy segura de como seguir su confesión.
Shane cabeceaba silenciosamente mientras Alice hablaba. Nada de lo que su amiga decía era sorprendente. Ya había asumido que Alice y Lara habían conectado después del Memorial, que era cuando las dos debían haberse sentido más vulnerables.
“Mira, Alice, siento lo que os dije la otra noche en el Planet”, dijo Shane, “Yo era idiota”. Alice comenzó a oponerse pero Shane la paró y continuó “he estado pensando en ello y comprendí que la mayor parte de lo que dije no tenía nada que ver con vosotras en absoluto. Todavía estoy muy fastidiada por todo lo que ha pasado en el último par de meses y la mitad del tiempo no sé por que siento de la manera que siento. Creo que he perdido la perspectiva de las cosas”.
“Pero Yoda nunca pierde la perspectiva”, dijo Alice sonriendo a su amiga de forma burlona.
Shane sonrió brevemente, pero su cara se puso seria cuando siguió. “Es por esto que cuando os vi juntas pensé que traicionabais a Dana de algún modo. No tiene justificación, pero es por esto que dije las cosas que dije”.
Alice guardó silencio por unos segundos, pensando en las palabras de Shane.”Quizás nosotras estábamos traicionando a Dana”, dijo ella suavemente, sintiendo las inoportunas y familiares lágrimas aparecer en sus ojos cuando expresaba sus peores miedos sobre su relación con Lara en voz alta. “O, al menos, así es como Lara lo vio”.
“¿Si?”, preguntó Shane, percatándose del movimiento tenso de Alice.
“Si, esto está terminado”, dijo Alice mirando a lo lejos, intentando ocultar su tristeza a su amiga.
“¿Porque Lara se va a París?”, preguntó Shane intentando encajar en su cabeza los fragmentos de esta relación cada vez más complicada.
“Bien este es el resultado neto, supongo”, explicó Alice, “pero no es por esto por lo que terminamos”.
“¿Qué pasó?”, preguntó Shane percibiendo la tristeza evidente de Alice con un sentimiento de sorpresa. ¿No era la relación de Alice con Lara sólo una distracción temporal? , se preguntó Shane. ¿No se usaban la una a la otra para superar su pena compartida por la muerte de Dana?.
¿O, comprendió Shane de golpe, en realidad ellas sentían algo más la una por otra?
Inclinándose para obligar a Alice a mirarla, Shane sintió una punzada al pensar que todo lo que había asumido sobre la relación de Alice y Lara estaba cambiando. Cuando Alice comenzó a relatar los acontecimientos de la tarde después de que Shane había asaltado el cuarto de baño del Planet, una repentina sospecha apareció en su mente: Alice se había enamorado de Lara.
Re: [Terminado] No solo una adición
Tres días antes
Lara acababa de llegar a casa cuando oyó un golpe suave en la puerta de su apartamento. Sabía quién era incluso antes de abrir.
“Hola, Alice”, dijo, apartándose para dejarla entrar. Después de lo que había pasado en el Planet Lara había asumido que Alice querría hablar, pero estaba sorprendida de verla tan pronto.
“Hola”, contestó Alice, y Lara quedó inmediatamente consternada por su tono. Parecía fría y distante, no como la Alice feliz y esperanzada con la que había estado horas antes cuando finalmente habían admitido que querían estar juntas. ¿Era ésta la misma mujer? se preguntó Lara, mirando la figura que estaba delante de ella. ¿Realmente había cambiado de opinión tan pronto?.
“Lara, creo que debemos hablar”, comenzó Alice. El corazón de Lara saltó a su garganta, de repente era ella quien no quería hablar.
Sin pensar en las implicaciones de sus palabras contestó con rapidez “quizás sea mejor que no lo hagamos”, e inmediatamente lo lamentó. Sabía que Alice quería que ella dijera algo, pero obviamente no era aquello. Una mirada afligida apareció en la cara de Alice, pero fue sustituida por otra forzada y vacía tan rápidamente que Lara no estaba segura de haberla visto.
No era que Lara no quisiera hablar en absoluto, era que ella pensaba que necesitaban algún tiempo para analizar sus sentimientos después de la reacción ante lo que les había dicho Shane. Más tarde si que podrían compartir sus sentimientos y trabajar juntas en ello. Pero Lara no era capaz de explicar esto, su miedo y su culpa actuaban como cadenas, impidiéndole expresarse abiertamente.
También estaba aterrorizada. Aterrorizada de que Alice hubiera cambiado de opinión, las palabras de Shane la habían hecho entender que estaba con ella sólo por Dana, de que quisiera terminar su relación antes de que hubiera empezado. Todos los miedos que había expulsado aquella tarde, comenzaban a volver a su mente como una venganza y rechazaban marcharse para permitirle ser sincera con Alice sobre lo que sentía.
Además, el comportamiento distante de Alice no ayudaba. Estaba de pie, en una esquina de la estancia con los brazos cruzados por delante defensivamente. Hasta mirando al suelo, Lara podía notar que la rubia intentaba retirarse de la relación. Saber que tenía que hacer algo para que Alice se quedara con ella la corroía, pero no podía pensar en que decir para que las cosas volvieran a estar bien entre ellas. Las palabras de Shane habían reabierto con eficacia todas las heridas que comenzaban a cerrarse sobre la culpabilidad por Dana. Aunque Dana nunca se hubiera ido de sus pensamientos, ahora se había convertido en el elefante blanco sobre el que ninguna de ellas era capaz de hablar.
Alice todavía miraba fijamente al suelo, procesando las palabras de Lara. ¿Lara no quería hablar sobre lo que había pasado?, pensaba Alice con consternación. Tal vez esto significaba que Shane tenía razón, que ellas solo intentaban sustituir a Dana. Tal vez esto era demasiado para Lara. ¿Que pasaría si ella quería romper? Se preguntó ¿cómo podría superar una decepción tan pronto después de haberse imaginado que tenían un futuro posible juntas? No podría soportar escuchar las palabras que iba a decirle, pensó Alice. Sería demasiado horrible.
Entonces, otra vez, Alice decidió que iba a hacer lo que había jurado que haría después de lo que había sufrido durante los nueve meses últimos: protegerse.
“De acuerdo”, contestó bruscamente, “no hablemos de ello”, dijo moviendo la cabeza afirmativamente, aunque su pecho parecía que iba a explotar con todos los sentimientos escondidos que intentaba reprimir.
“No, esto no es lo que yo...”, comenzó Lara, pero Alice la interrumpió.
“No, vale, Lara. Lo entiendo, y estoy de acuerdo”, dijo Alice intentando no encontrar la mirada de Lara. El cuerpo entero le dolía a Lara del deseo de precipitarse a través de la habitación y envolver a Alice en un abrazo que borrara todas las dudas de una vez por todas, pero no podía moverse. La verdad era que estaba asustada de la impetuosidad de Alice. Ella no podría resistir escuchar decir a Alice que no sentía nada por ella, que lo que había pasado entre ellas se reducía a una especie de terapia de sustitución extraña. Oir esas palabras de la boca de Alice sería mucho peor que tener que irse a París ahora mismo.
Pero Lara todavía necesitaba alguna señal de que a Alice no le preocupaba que ella se fuera a París o no. “Entonces, mis proyectos de Paris...” , comenzó, pero se detuvo sobre la marcha, temiendo echarse a llorar allí mismo.
“Deberías ir”, terminó Alice simplemente. Mordió su labio inferior con tanta fuerza, que pensó que se había hecho sangre, pero logró mantener su cara tan neutra como le fue posible mientras decía unas palabras que nunca hubiera querido decir a Lara. Finalmente, alzó la vista, con la esperanza de que la pelirroja hiciera o dijera algo que indicara que no quería ir a París, que quería quedarse y resolver los problemas entre ellas.
Pero Lara miraba al suelo intentando no deshacerse en lágrimas delante de Alice. No podía librarse del pensamiento de que se habían confirmado sus temores: Alice quería que ella se fuera a París.
Ninguna de las dos tenía ni idea de como la obstinación afectaba a la percepción de lo que les estaba pasando. Si Lara hubiera tenido conciencia de los verdaderos sentimientos de Alice, no habría contestado del modo en que lo hizo. “Bien, pues supongo que no cancelaré mi vuelo del domingo”, dijo, sorprendida por el tono de cólera que oyó en su propia voz.
“Bien”, acordó Alice, picada por la respuesta de Lara. Sintiendo que las lágrimas comenzaban a embargarla, pensó que si no se marchaba acabaría derrumbándose. Haciendo un movimiento rápido hacia la puerta dijo “Adios, Lara” en un tono que revelaba la confusión de sus sentimientos.
Lara percibió la emoción que había en las palabras de Alice, y alzó la vista hacia ella. Dio un paso hacia la rubia, pero ya estaba en la puerta.
Lara se hundió pesadamente en su sofá, abrumada por los cambios que habían ocurrido en un solo día. Aunque habían intercambiado unas pocas palabras en un tiempo muy breve, cada palabra que habían dicho aquella noche había cerrado con eficacia la puerta que habían abierto unas horas antes.
El silencio que reinaba en el apartamento de Lara después de que Alice se hubo ido era ensordecedor. Se sentó mirando la puerta cerrada durante unos segundos. Después, puso la cabeza entre las manos, y finalmente se permitió liberar las emociones que había estado reprimiendo en sollozos tranquilos, rotos, que atormentaban su cuerpo entero.
......................................................
“Wuau, Alice, parece realmente intenso”, dijo Shane después de que Alice hubo terminado de contarle lo que había pasado entre ella y Lara después del concierto. Aunque no había entrado en mucho detalle sobre su conversación o sobre sus sentimientos, Shane lo había comprendido todo por el tono y la expresión de Alice. Sabía que su amiga estaba afligida.
Olvidando todos sus problemas en un instante, envolvió a Alice en un abrazo. Alice apoyó su cabeza en el hombro de Shane, aliviada porque al fin habían vuelto a ser buenas amigas otra vez, pero sintiéndose increíblemente triste porque había perdido a Lara.
“No sé que me pasa, Shane”, dijo Alice, con la voz rota por las lágrimas. Esta vez, no se molestó en ocultarlas. “Siempre que pienso que Lara se va a ir la otra parte del mundo mi corazón sufre por alguna razón. Dios! Soy una idiota de mierda ¿verdad?”, Alice se río con una risa hueca”.
“Alice, vamos” dijo Shane dirigiendo a su amiga una mirada de reconocimiento.
“¿Qué?” preguntó Alice, limpiándose las lágrimas de la mejilla.
“Estás enamorada de ella”, dijo Shane con normalidad.
“¿Qué?”, Alice se volvió, mirando a Shane con incredulidad con los ojos muy abiertos “no, no, no...”. Teniendo en cuenta todo lo que había pasado últimamente entre ella y Lara, no había considerado que sus sentimientos se podían haber complicado tanto. “Creo que no, me interesa ella, seguro, pero ¿amor?, no creo sentir tanto.”
“Alice, conozco bien los signos, no te molestes en discutir conmigo. Estás enamorada de ella”, siguió Shane, intentando abrir los ojos de Alice a lo obvio. Entonces reconsideró lo que había pasado en el Planet con esta información nueva, y se sintió aún peor por su comportamiento. No importaba como Alice se lo contó, ella sabía que sus palabras habían sido la causa verdadera de su ruptura. Y ésto la abrumó, el saber que había causado tanto dolor a Alice.
“Shane, no estoy enamorada de ella”, contestó Alice, intentando desesperadamente convencerse de la verdad de esta declaración. No podía permitirse estar enamorada de Lara ahora, la hacía demasiado vulnerable. Además era demasiado tarde, Lara se iba a París. Ella lo había dejado claro, que quería olvidarlo todo, incluyendo a Alice. No importaba lo que Alice sentía ahora, nada iba a cambiar el hecho de que habían terminado.
“Vamos a hablar de otro tema, ¿vale?”, dijo Alice de repente, levantándose del banco y dirigiendo a Shane una sonrisa alegre para compensar la tristeza de sus ojos.
“De acuerdo”, convino Shane, sabiendo que había pocas posibilidades de continuar la conversación en ese momento, cuando los sentimientos de su amiga estaban a flor de piel para hablar sobre ellos racionalmente. Si quieres esperar un poquito mientras termino con mi cliente, podríamos ir al Planet a tomar un café.
Esta vez la sonrisa de Alice alcanzó sus ojos, había comprendido que su relación con Shane volvía a ser la de siempre. “No tienes ni idea de cuanto me gustaría”, contestó abrazando a su amiga en un abrazo apretado.
“De acuerdo, boba”, contestó Shane tomándole el pelo. Volvieron a entrar en Wax los brazos sobre los hombros de la otra, intercambiando insultos graciosos y riendo.
El día siguiente
“¡Ah, j*oder!” Gritó Lara frustrada sentándose encima de una maleta demasiado llena e intentando cerrar la cremallera por quinta vez. Cuando finalmente logró cerrarla, suspiró aliviada.
Levantándose, miró alrededor, al apartamento medio vacío. Aunque no se iba a París hasta dentro de dos días, había decidido comenzar el embalaje pronto en un intento de alejar su mente del hecho de que finalmente se marchaba. Encontraba insoportablemente doloroso dejar otra vez todo lo que era familiar. Su corazón pertenecía a LA, y no solo porque sus amigos estaban allí. Alice había conseguido una parte de su corazón mayor de lo que le gustaba admitir, y el hecho de que iba a dejar esa parte atrás cuando subiera al avión el domingo la apesadumbraba.
Pero, después de la breve y devastadora conversación con Alice cuatro noches antes, sabía que tenía que abandonar toda esperanza de que hubiera algo entre ellas. Alice no quería estar con ella, y sin Alice en su vida, no tenía nada que hacer en esta ciudad.
Lara sabía que no importaba donde fuera, siempre sentiría la soledad detrás de ella, pero al menos en París no habría ninguna posibilidad de encontrarse con Alice, de verla vivir su vida, divirtiéndose con otra gente, tal vez saliendo con alguien... Lara se estremeció con este pensamiento. No podía quedarse allí para mirar lo que pasaba delante de sus ojos. Sería demasiado horrible.
De repente, un golpe en la puerta interrumpió los pensamientos sombríos de Lara. Saltando sobre las maletas y las piezas de ropa y los libros que estaban desordenados en el suelo, Lara finalmente llegó a la puerta. Cuando la abrió del todo, se quedó con la boca abierta cuando vio a la persona que estaba delante de ella.
Apoyándose en el marco de la puerta, Shane miró por encima de sus gafas de sol a la pelirroja. “Hola Lara”, dijo sonriéndole amistosamente, “creo que deberíamos hablar”
Lara acababa de llegar a casa cuando oyó un golpe suave en la puerta de su apartamento. Sabía quién era incluso antes de abrir.
“Hola, Alice”, dijo, apartándose para dejarla entrar. Después de lo que había pasado en el Planet Lara había asumido que Alice querría hablar, pero estaba sorprendida de verla tan pronto.
“Hola”, contestó Alice, y Lara quedó inmediatamente consternada por su tono. Parecía fría y distante, no como la Alice feliz y esperanzada con la que había estado horas antes cuando finalmente habían admitido que querían estar juntas. ¿Era ésta la misma mujer? se preguntó Lara, mirando la figura que estaba delante de ella. ¿Realmente había cambiado de opinión tan pronto?.
“Lara, creo que debemos hablar”, comenzó Alice. El corazón de Lara saltó a su garganta, de repente era ella quien no quería hablar.
Sin pensar en las implicaciones de sus palabras contestó con rapidez “quizás sea mejor que no lo hagamos”, e inmediatamente lo lamentó. Sabía que Alice quería que ella dijera algo, pero obviamente no era aquello. Una mirada afligida apareció en la cara de Alice, pero fue sustituida por otra forzada y vacía tan rápidamente que Lara no estaba segura de haberla visto.
No era que Lara no quisiera hablar en absoluto, era que ella pensaba que necesitaban algún tiempo para analizar sus sentimientos después de la reacción ante lo que les había dicho Shane. Más tarde si que podrían compartir sus sentimientos y trabajar juntas en ello. Pero Lara no era capaz de explicar esto, su miedo y su culpa actuaban como cadenas, impidiéndole expresarse abiertamente.
También estaba aterrorizada. Aterrorizada de que Alice hubiera cambiado de opinión, las palabras de Shane la habían hecho entender que estaba con ella sólo por Dana, de que quisiera terminar su relación antes de que hubiera empezado. Todos los miedos que había expulsado aquella tarde, comenzaban a volver a su mente como una venganza y rechazaban marcharse para permitirle ser sincera con Alice sobre lo que sentía.
Además, el comportamiento distante de Alice no ayudaba. Estaba de pie, en una esquina de la estancia con los brazos cruzados por delante defensivamente. Hasta mirando al suelo, Lara podía notar que la rubia intentaba retirarse de la relación. Saber que tenía que hacer algo para que Alice se quedara con ella la corroía, pero no podía pensar en que decir para que las cosas volvieran a estar bien entre ellas. Las palabras de Shane habían reabierto con eficacia todas las heridas que comenzaban a cerrarse sobre la culpabilidad por Dana. Aunque Dana nunca se hubiera ido de sus pensamientos, ahora se había convertido en el elefante blanco sobre el que ninguna de ellas era capaz de hablar.
Alice todavía miraba fijamente al suelo, procesando las palabras de Lara. ¿Lara no quería hablar sobre lo que había pasado?, pensaba Alice con consternación. Tal vez esto significaba que Shane tenía razón, que ellas solo intentaban sustituir a Dana. Tal vez esto era demasiado para Lara. ¿Que pasaría si ella quería romper? Se preguntó ¿cómo podría superar una decepción tan pronto después de haberse imaginado que tenían un futuro posible juntas? No podría soportar escuchar las palabras que iba a decirle, pensó Alice. Sería demasiado horrible.
Entonces, otra vez, Alice decidió que iba a hacer lo que había jurado que haría después de lo que había sufrido durante los nueve meses últimos: protegerse.
“De acuerdo”, contestó bruscamente, “no hablemos de ello”, dijo moviendo la cabeza afirmativamente, aunque su pecho parecía que iba a explotar con todos los sentimientos escondidos que intentaba reprimir.
“No, esto no es lo que yo...”, comenzó Lara, pero Alice la interrumpió.
“No, vale, Lara. Lo entiendo, y estoy de acuerdo”, dijo Alice intentando no encontrar la mirada de Lara. El cuerpo entero le dolía a Lara del deseo de precipitarse a través de la habitación y envolver a Alice en un abrazo que borrara todas las dudas de una vez por todas, pero no podía moverse. La verdad era que estaba asustada de la impetuosidad de Alice. Ella no podría resistir escuchar decir a Alice que no sentía nada por ella, que lo que había pasado entre ellas se reducía a una especie de terapia de sustitución extraña. Oir esas palabras de la boca de Alice sería mucho peor que tener que irse a París ahora mismo.
Pero Lara todavía necesitaba alguna señal de que a Alice no le preocupaba que ella se fuera a París o no. “Entonces, mis proyectos de Paris...” , comenzó, pero se detuvo sobre la marcha, temiendo echarse a llorar allí mismo.
“Deberías ir”, terminó Alice simplemente. Mordió su labio inferior con tanta fuerza, que pensó que se había hecho sangre, pero logró mantener su cara tan neutra como le fue posible mientras decía unas palabras que nunca hubiera querido decir a Lara. Finalmente, alzó la vista, con la esperanza de que la pelirroja hiciera o dijera algo que indicara que no quería ir a París, que quería quedarse y resolver los problemas entre ellas.
Pero Lara miraba al suelo intentando no deshacerse en lágrimas delante de Alice. No podía librarse del pensamiento de que se habían confirmado sus temores: Alice quería que ella se fuera a París.
Ninguna de las dos tenía ni idea de como la obstinación afectaba a la percepción de lo que les estaba pasando. Si Lara hubiera tenido conciencia de los verdaderos sentimientos de Alice, no habría contestado del modo en que lo hizo. “Bien, pues supongo que no cancelaré mi vuelo del domingo”, dijo, sorprendida por el tono de cólera que oyó en su propia voz.
“Bien”, acordó Alice, picada por la respuesta de Lara. Sintiendo que las lágrimas comenzaban a embargarla, pensó que si no se marchaba acabaría derrumbándose. Haciendo un movimiento rápido hacia la puerta dijo “Adios, Lara” en un tono que revelaba la confusión de sus sentimientos.
Lara percibió la emoción que había en las palabras de Alice, y alzó la vista hacia ella. Dio un paso hacia la rubia, pero ya estaba en la puerta.
Lara se hundió pesadamente en su sofá, abrumada por los cambios que habían ocurrido en un solo día. Aunque habían intercambiado unas pocas palabras en un tiempo muy breve, cada palabra que habían dicho aquella noche había cerrado con eficacia la puerta que habían abierto unas horas antes.
El silencio que reinaba en el apartamento de Lara después de que Alice se hubo ido era ensordecedor. Se sentó mirando la puerta cerrada durante unos segundos. Después, puso la cabeza entre las manos, y finalmente se permitió liberar las emociones que había estado reprimiendo en sollozos tranquilos, rotos, que atormentaban su cuerpo entero.
......................................................
“Wuau, Alice, parece realmente intenso”, dijo Shane después de que Alice hubo terminado de contarle lo que había pasado entre ella y Lara después del concierto. Aunque no había entrado en mucho detalle sobre su conversación o sobre sus sentimientos, Shane lo había comprendido todo por el tono y la expresión de Alice. Sabía que su amiga estaba afligida.
Olvidando todos sus problemas en un instante, envolvió a Alice en un abrazo. Alice apoyó su cabeza en el hombro de Shane, aliviada porque al fin habían vuelto a ser buenas amigas otra vez, pero sintiéndose increíblemente triste porque había perdido a Lara.
“No sé que me pasa, Shane”, dijo Alice, con la voz rota por las lágrimas. Esta vez, no se molestó en ocultarlas. “Siempre que pienso que Lara se va a ir la otra parte del mundo mi corazón sufre por alguna razón. Dios! Soy una idiota de mierda ¿verdad?”, Alice se río con una risa hueca”.
“Alice, vamos” dijo Shane dirigiendo a su amiga una mirada de reconocimiento.
“¿Qué?” preguntó Alice, limpiándose las lágrimas de la mejilla.
“Estás enamorada de ella”, dijo Shane con normalidad.
“¿Qué?”, Alice se volvió, mirando a Shane con incredulidad con los ojos muy abiertos “no, no, no...”. Teniendo en cuenta todo lo que había pasado últimamente entre ella y Lara, no había considerado que sus sentimientos se podían haber complicado tanto. “Creo que no, me interesa ella, seguro, pero ¿amor?, no creo sentir tanto.”
“Alice, conozco bien los signos, no te molestes en discutir conmigo. Estás enamorada de ella”, siguió Shane, intentando abrir los ojos de Alice a lo obvio. Entonces reconsideró lo que había pasado en el Planet con esta información nueva, y se sintió aún peor por su comportamiento. No importaba como Alice se lo contó, ella sabía que sus palabras habían sido la causa verdadera de su ruptura. Y ésto la abrumó, el saber que había causado tanto dolor a Alice.
“Shane, no estoy enamorada de ella”, contestó Alice, intentando desesperadamente convencerse de la verdad de esta declaración. No podía permitirse estar enamorada de Lara ahora, la hacía demasiado vulnerable. Además era demasiado tarde, Lara se iba a París. Ella lo había dejado claro, que quería olvidarlo todo, incluyendo a Alice. No importaba lo que Alice sentía ahora, nada iba a cambiar el hecho de que habían terminado.
“Vamos a hablar de otro tema, ¿vale?”, dijo Alice de repente, levantándose del banco y dirigiendo a Shane una sonrisa alegre para compensar la tristeza de sus ojos.
“De acuerdo”, convino Shane, sabiendo que había pocas posibilidades de continuar la conversación en ese momento, cuando los sentimientos de su amiga estaban a flor de piel para hablar sobre ellos racionalmente. Si quieres esperar un poquito mientras termino con mi cliente, podríamos ir al Planet a tomar un café.
Esta vez la sonrisa de Alice alcanzó sus ojos, había comprendido que su relación con Shane volvía a ser la de siempre. “No tienes ni idea de cuanto me gustaría”, contestó abrazando a su amiga en un abrazo apretado.
“De acuerdo, boba”, contestó Shane tomándole el pelo. Volvieron a entrar en Wax los brazos sobre los hombros de la otra, intercambiando insultos graciosos y riendo.
El día siguiente
“¡Ah, j*oder!” Gritó Lara frustrada sentándose encima de una maleta demasiado llena e intentando cerrar la cremallera por quinta vez. Cuando finalmente logró cerrarla, suspiró aliviada.
Levantándose, miró alrededor, al apartamento medio vacío. Aunque no se iba a París hasta dentro de dos días, había decidido comenzar el embalaje pronto en un intento de alejar su mente del hecho de que finalmente se marchaba. Encontraba insoportablemente doloroso dejar otra vez todo lo que era familiar. Su corazón pertenecía a LA, y no solo porque sus amigos estaban allí. Alice había conseguido una parte de su corazón mayor de lo que le gustaba admitir, y el hecho de que iba a dejar esa parte atrás cuando subiera al avión el domingo la apesadumbraba.
Pero, después de la breve y devastadora conversación con Alice cuatro noches antes, sabía que tenía que abandonar toda esperanza de que hubiera algo entre ellas. Alice no quería estar con ella, y sin Alice en su vida, no tenía nada que hacer en esta ciudad.
Lara sabía que no importaba donde fuera, siempre sentiría la soledad detrás de ella, pero al menos en París no habría ninguna posibilidad de encontrarse con Alice, de verla vivir su vida, divirtiéndose con otra gente, tal vez saliendo con alguien... Lara se estremeció con este pensamiento. No podía quedarse allí para mirar lo que pasaba delante de sus ojos. Sería demasiado horrible.
De repente, un golpe en la puerta interrumpió los pensamientos sombríos de Lara. Saltando sobre las maletas y las piezas de ropa y los libros que estaban desordenados en el suelo, Lara finalmente llegó a la puerta. Cuando la abrió del todo, se quedó con la boca abierta cuando vio a la persona que estaba delante de ella.
Apoyándose en el marco de la puerta, Shane miró por encima de sus gafas de sol a la pelirroja. “Hola Lara”, dijo sonriéndole amistosamente, “creo que deberíamos hablar”
Re: [Terminado] No solo una adición
CAPITULO 10
“¿Puedo entrar?”, preguntó Shane quitándose las gafas de sol y mirando con expectación a Lara.
Lara, que tenía una mirada de sopresa en su cara, se dio cuenta de que todavía obstruía la entrada a su apartamento. Sonriendo torpemente, se apartó y contestó “desde luego, Shane, entra”.
Shane cruzó de una zancada el apartamento, y levantó las cejas cuando vio el lío que había dentro. Ropa, libros y maletas estaban esparcidos por todas partes, dando una sensación de caos.
“Oh, lo siento, lamento todo este lío”, dijo Lara, recogiendo apresuradamente la ropa que tenía encima del sofá y lanzándola a una maleta abierta. “¿Te sientas?”, le dijo señalándole el sofá que ya estaba vacío.
“Gracias”, contesto Shane sentándose. Lara se sentó en un taburete, cerca, el único mueble que no tenía montones de ropa encima.
“Parece que has estado ocupada”, dijo Shane volviéndose hacia Lara con una media sonrisa en sus labios después de explorar el apartamento.
“Si, eso parece”, dijo Lara insegura, sintiéndose todavía incómoda. La última vez que había hablado con Shane fue cuatro noches antes en el Planet, cuando Shane la había acusado a Alice y ella de traicionar la memoria de Dana. Parecía extraño tener ahora con ella una conversación tranquila. Lara no estaba enfadada con Shane, pero realmente se sentía algo inquieta sobre el objetivo de su visita.
Para intentar aliviar la tensión que se sentía en la habitación, comenzó a hablar. “Es difícil saber que empaquetar cuando te vas tan lejos, ¿sabes?. Me llevo los objetos de primera necesidad, obviamente, pero siempre hay cosas que se te olvidan, como algunos libros. La última vez que estuve en París se me olvidó llevarme novelas en inglés para leer, y pensé que la próxima vez no me las dejaría. Pero, ¿sabes? Los libros son pesados, así que no te puedes llevar muchos. Realmente, lo tengo difícil para decidir cuantos me llevaré. Alturas de Whutering es mi favorito, pero lo he leido como 1000 veces, pienso que debería dejarlo y llevarme otros que no haya leido. No sé, es difícil tomar esas decisiones. Lara se detuvo para tomar aliento, entonces, viendo la mirada irónica en la cara de Shane, rápidamente tomó conciencia de que Había estado parloteando como una maníaca.
De hecho, Shane comenzaba a comprender como se parecían Alice y Lara en realidad. Esto era exactamente lo que habría hecho Alice en esta misma situación, pensó. Estaría hablando hasta que se le pusiera la cara azul para evitar hablar del tema obvio.
Pensando que esto le serviría para llevar la conversación a donde le interesaba, Shane dijo “bien, todo esto parece interesante, Lara, y esto nos lleva al motivo por el cual estoy aqui. No vine para ayudarte a elegir tus libros para el viaje”, siguió, dirigiendo una sonrisa avergonzada a Lara, “sino porque quería hablar contigo sobre lo que pasó la otra noche en el Planet. Ya he hablado con Alice sobre ésto, pero también quería pedirte perdón a ti por lo que os dije. Me comporté como una verdadera idiota, lo siento”
“No, Shane, soy yo quien lo siente”, contestó Lara rápidamente. “Alice y yo no teníamos que habértelo ocultado. Probablemente tenías razón. Al menos Alice pensó que tenías razón, supongo...” Lara se calmó y miró al suelo, preocupada porque estaba revelando demasiado a Shane. ¿Por qué razón tenía que contar a Shane que se sentía completamente afligida por la manera en que habían acabado las cosas con Alice? Todo se había acabado, y no había manera que Shane, o cualquier otra persona, pudiera hacer algo por ello.
“Crees que Alice piensa que vosotras traicionábais a Dana?”, preguntó Shane, decidiendo tomar la oportunidad que Lara le había dado. En circunstancias normales Shane estaría completamente en contra de entrometerse en la vida amorosa de sus amigas, pero sabía que en gran parte era responsable de la ruptura de Alice y Lara, y después de ver lo trastornada que estaba Alice, le pareció que tenía que hacer algo para arreglarlo.
“Lo pareció cuando vino a verme aquella misma noche”, explicó Lara. Después de pensarlo unos segundos, comprendió que no importaba lo que le dijera a Shane, ya que no tenía nada que perder hablando con ella. De hecho, hasta podría conseguir alguna especie de cierre si conseguía algunas respuestas sobre Alice. Seguramente no tenía a nadie más a quien hablar sobre ésto, y era un alivio ser capaz de hablar abiertamente de su confusión sobre lo que había pasado. Y decidió seguir. “Parecía que ella estaba de acuerdo con lo que dijiste, ¿sabes?, sobre el intento de sustituir a Dana estando juntas”.
“Ya veo”, dijo Shane suavemente, sintiendo otra punzada de culpa por el hecho de que sus coléricas palabras hubiesen causado tanto daño y turbación a ambas mujeres. Pero todavía tenía algunas preguntas sobre lo que sentía Lara de lo que había dicho aquella noche “¿Y tu? ¿estabas de acuerdo conmigo? “, preguntó Shane mirando fijamente a Lara, “¿Has estado intentando sustituir a Dana por Alice?”. Sabía que la pregunta era muy personal, pero estaba decidida a obtener una respuesta directa de Lara sobre sus sentimientos por alice. Aunque estaba segura de cual iba a ser la respuesta a su pregunta, tenía que oirlo de los labios de Lara antes de que hiciera algo para reunirlas. Su impulso de proteger a su mejor amiga implicaba que no debía poner a Alice en una situación de derrota en la que resultara dañada seriamente.
Alzando la vista sorprendida ante la pregunta de Shane, Lara dio una respuesta instintiva y apasionada “No, nunca le haría eso a Alice”. Pero, haciendo una pausa durante unos segundos para reconsiderar la verdad de su respuesta, finalmente admitió, “supongo que al principio si, Dana estaba en nuestras mentes. Pero todo cambió rápidamente... para mi, al menos”. Lara sonrió tristemente antes de continuar. “Alice es una persona tan increíble, era imposible para mi no darme cuenta de eso, incluso hasta cuando todo estaba mal entre nosotras”.
“Si, suena como que todo ha sido muy intenso entre vosotras”, contestó Shane. Aunque estaba sorprendida por lo abiertamente que Lara había hablado de ella y Alice, estaba contenta por haber conseguido las respuestas que esperaba de la pelirroja. Intentó ocultar una sonrisa regocijada cuando comenzó a comprender como Lara se preocupaba por Alice.
Lara hizo una pausa antes de responder con una nota de depresión en su voz. “Intenso es poco. Lo que dijiste aquella noche en el Planet me hizo comprender que Alice y yo todavía tenemos muchas cuestiones que resolver sobre Dana. Pero parecía que Alice no estaba interesada en discutir sobre ello.Supongo que es demasiado complicado para ella.”. La cólera apareció rápidamente en su cara cuando añadió “realmente, ¿quien pude culparla de querer escaparse? Esta es una situación muy jodida”
“Bien, jodida o no, no creo que a Alice le parezca que traicionabais a Dana”, contestó Shane firmemente, “Y para tu información, yo no lo pienso tampoco, lo que dije aquella noche fue una reacción idiota. Puede que vosotras conectarais debido a la muerte de Dana, pero no creo que os quedarais juntas tanto tiempo por eso. Pienso que realmente estais interesadas la una por la otra”.
Lara miró a Shane pensativamente “Realmente me interesa Alice, pero pienso que puedes estar sobreestimando sus sentimientos por mi”, dijo silenciosamente.
“En realidad pienso que los subestimo” respondió Shane, “de hecho “, siguió, “Alice estaba muy trastornada porque te vas a París”
“¿De verdad?”, preguntó Lara con impaciencia repentina, de la misma forma que la tristeza que reflejaba su cara desde la llegada de Shane se transformó en una sonrisa brillante. Aquella sencilla expresión de esperanza y felicidad dio a Shane la evidencia que necesitaba para estar segura de que Lara estaba tan mal por Alice como Alice lo estaba por ella. Tal vez peor, añadió, notando como se ensanchaba la sonrisa de la pelirroja a medida que comenzaba a cambiar su perspectiva sobre los sentimientos de Alice hacia ella.
“Si”, afirmó Shane. Después, inclinándose hacia Lara dijo, “Mira Lara, esto no es asunto mío, y estás en tu derecho de mandarme a la porra, pero tengo que decirte esto. Pienso que si te vas a París eres idiota”
“¿Q-qué?” tartamudeó Lara
“Eres idiota, Lara. ¿Por qué te marchas a París cuando Alice y tu estais tan claramente enamoradas la una de la otra?”, preguntó Shane decidiendo poner todas las cartas encima de la mesa.
“¿En-enamoradas?”, repitió Lara casi cayéndose del taburete cuando las palabras calaron en su mente. Entonces, cayendo en ello de forma repentina, preguntó, “¿Alice te dijo que está enamorada de mi?” con tanto entusiasmo en su voz que Shane tuvo que reirse abiertamente.
“Lo siento, Lara”, dijo Shane cuando vio la confusión en la cara de la pelirroja, “me rio porque Alice y tu sois posiblemente la gente más obstinada que me he encontrado. No hay que ser ningún genio para ver que estás enamorada de Alice”. Lara no dijo nada, pero su sonrisa reveló su afirmación a las palabras de Shane. Animada por su reacción, Shane siguió “Pienso que Alice está llegando a la misma conclusión sobre ti, pero no tengo ninguna duda de que te quiere. Y no quiere que te vayas a París, lo dijo la otra noche. La asusta que no sientas lo mismo por ella, y después de todo lo que ha pasado últimamente, quería protegerse. A veces puede ser tan obstinada que raya la locura”, terminó Shane con una sonrisa profunda.
Lara se sentó silenciosamente, pero su mente sentía como si hubiera recibido una ráfaga de elecricidad. ¡Alice la amaba! Con esta sencilla conclusión, Lara dio paso a los sentimientos que había estado manteniendo ocultos durante semanas y finalmente admitió que estaba enamorada de Alice. A medida que permitía que aquellas emociones se expandieran por su mente, empezó a parecerle que el peso del mundo se había levantado de su hombro. Miró alrededor, el lío de su apartamento, y de repente todo le pareció más brillante y más claro. Tal vez todavía había una posibilidad para arreglar las cosas., pensó con esperanza.
“¿Qué debería hacer?” preguntó Lara levantándose de su asiento con una energía repentina.
“Quieres arreglar las cosas con Alice?”, Shane se sintió aliviada más allá de cualquier palabra por tener la posibilidad de hacer algo para que sus amigas fueran felices otra vez.
“Si, definitivamente”, contestó Lara firmemente.
“Bien, entonces” dijo Shane con una amplia sonrisa burlona “Tengo un plan”.
“¿Puedo entrar?”, preguntó Shane quitándose las gafas de sol y mirando con expectación a Lara.
Lara, que tenía una mirada de sopresa en su cara, se dio cuenta de que todavía obstruía la entrada a su apartamento. Sonriendo torpemente, se apartó y contestó “desde luego, Shane, entra”.
Shane cruzó de una zancada el apartamento, y levantó las cejas cuando vio el lío que había dentro. Ropa, libros y maletas estaban esparcidos por todas partes, dando una sensación de caos.
“Oh, lo siento, lamento todo este lío”, dijo Lara, recogiendo apresuradamente la ropa que tenía encima del sofá y lanzándola a una maleta abierta. “¿Te sientas?”, le dijo señalándole el sofá que ya estaba vacío.
“Gracias”, contesto Shane sentándose. Lara se sentó en un taburete, cerca, el único mueble que no tenía montones de ropa encima.
“Parece que has estado ocupada”, dijo Shane volviéndose hacia Lara con una media sonrisa en sus labios después de explorar el apartamento.
“Si, eso parece”, dijo Lara insegura, sintiéndose todavía incómoda. La última vez que había hablado con Shane fue cuatro noches antes en el Planet, cuando Shane la había acusado a Alice y ella de traicionar la memoria de Dana. Parecía extraño tener ahora con ella una conversación tranquila. Lara no estaba enfadada con Shane, pero realmente se sentía algo inquieta sobre el objetivo de su visita.
Para intentar aliviar la tensión que se sentía en la habitación, comenzó a hablar. “Es difícil saber que empaquetar cuando te vas tan lejos, ¿sabes?. Me llevo los objetos de primera necesidad, obviamente, pero siempre hay cosas que se te olvidan, como algunos libros. La última vez que estuve en París se me olvidó llevarme novelas en inglés para leer, y pensé que la próxima vez no me las dejaría. Pero, ¿sabes? Los libros son pesados, así que no te puedes llevar muchos. Realmente, lo tengo difícil para decidir cuantos me llevaré. Alturas de Whutering es mi favorito, pero lo he leido como 1000 veces, pienso que debería dejarlo y llevarme otros que no haya leido. No sé, es difícil tomar esas decisiones. Lara se detuvo para tomar aliento, entonces, viendo la mirada irónica en la cara de Shane, rápidamente tomó conciencia de que Había estado parloteando como una maníaca.
De hecho, Shane comenzaba a comprender como se parecían Alice y Lara en realidad. Esto era exactamente lo que habría hecho Alice en esta misma situación, pensó. Estaría hablando hasta que se le pusiera la cara azul para evitar hablar del tema obvio.
Pensando que esto le serviría para llevar la conversación a donde le interesaba, Shane dijo “bien, todo esto parece interesante, Lara, y esto nos lleva al motivo por el cual estoy aqui. No vine para ayudarte a elegir tus libros para el viaje”, siguió, dirigiendo una sonrisa avergonzada a Lara, “sino porque quería hablar contigo sobre lo que pasó la otra noche en el Planet. Ya he hablado con Alice sobre ésto, pero también quería pedirte perdón a ti por lo que os dije. Me comporté como una verdadera idiota, lo siento”
“No, Shane, soy yo quien lo siente”, contestó Lara rápidamente. “Alice y yo no teníamos que habértelo ocultado. Probablemente tenías razón. Al menos Alice pensó que tenías razón, supongo...” Lara se calmó y miró al suelo, preocupada porque estaba revelando demasiado a Shane. ¿Por qué razón tenía que contar a Shane que se sentía completamente afligida por la manera en que habían acabado las cosas con Alice? Todo se había acabado, y no había manera que Shane, o cualquier otra persona, pudiera hacer algo por ello.
“Crees que Alice piensa que vosotras traicionábais a Dana?”, preguntó Shane, decidiendo tomar la oportunidad que Lara le había dado. En circunstancias normales Shane estaría completamente en contra de entrometerse en la vida amorosa de sus amigas, pero sabía que en gran parte era responsable de la ruptura de Alice y Lara, y después de ver lo trastornada que estaba Alice, le pareció que tenía que hacer algo para arreglarlo.
“Lo pareció cuando vino a verme aquella misma noche”, explicó Lara. Después de pensarlo unos segundos, comprendió que no importaba lo que le dijera a Shane, ya que no tenía nada que perder hablando con ella. De hecho, hasta podría conseguir alguna especie de cierre si conseguía algunas respuestas sobre Alice. Seguramente no tenía a nadie más a quien hablar sobre ésto, y era un alivio ser capaz de hablar abiertamente de su confusión sobre lo que había pasado. Y decidió seguir. “Parecía que ella estaba de acuerdo con lo que dijiste, ¿sabes?, sobre el intento de sustituir a Dana estando juntas”.
“Ya veo”, dijo Shane suavemente, sintiendo otra punzada de culpa por el hecho de que sus coléricas palabras hubiesen causado tanto daño y turbación a ambas mujeres. Pero todavía tenía algunas preguntas sobre lo que sentía Lara de lo que había dicho aquella noche “¿Y tu? ¿estabas de acuerdo conmigo? “, preguntó Shane mirando fijamente a Lara, “¿Has estado intentando sustituir a Dana por Alice?”. Sabía que la pregunta era muy personal, pero estaba decidida a obtener una respuesta directa de Lara sobre sus sentimientos por alice. Aunque estaba segura de cual iba a ser la respuesta a su pregunta, tenía que oirlo de los labios de Lara antes de que hiciera algo para reunirlas. Su impulso de proteger a su mejor amiga implicaba que no debía poner a Alice en una situación de derrota en la que resultara dañada seriamente.
Alzando la vista sorprendida ante la pregunta de Shane, Lara dio una respuesta instintiva y apasionada “No, nunca le haría eso a Alice”. Pero, haciendo una pausa durante unos segundos para reconsiderar la verdad de su respuesta, finalmente admitió, “supongo que al principio si, Dana estaba en nuestras mentes. Pero todo cambió rápidamente... para mi, al menos”. Lara sonrió tristemente antes de continuar. “Alice es una persona tan increíble, era imposible para mi no darme cuenta de eso, incluso hasta cuando todo estaba mal entre nosotras”.
“Si, suena como que todo ha sido muy intenso entre vosotras”, contestó Shane. Aunque estaba sorprendida por lo abiertamente que Lara había hablado de ella y Alice, estaba contenta por haber conseguido las respuestas que esperaba de la pelirroja. Intentó ocultar una sonrisa regocijada cuando comenzó a comprender como Lara se preocupaba por Alice.
Lara hizo una pausa antes de responder con una nota de depresión en su voz. “Intenso es poco. Lo que dijiste aquella noche en el Planet me hizo comprender que Alice y yo todavía tenemos muchas cuestiones que resolver sobre Dana. Pero parecía que Alice no estaba interesada en discutir sobre ello.Supongo que es demasiado complicado para ella.”. La cólera apareció rápidamente en su cara cuando añadió “realmente, ¿quien pude culparla de querer escaparse? Esta es una situación muy jodida”
“Bien, jodida o no, no creo que a Alice le parezca que traicionabais a Dana”, contestó Shane firmemente, “Y para tu información, yo no lo pienso tampoco, lo que dije aquella noche fue una reacción idiota. Puede que vosotras conectarais debido a la muerte de Dana, pero no creo que os quedarais juntas tanto tiempo por eso. Pienso que realmente estais interesadas la una por la otra”.
Lara miró a Shane pensativamente “Realmente me interesa Alice, pero pienso que puedes estar sobreestimando sus sentimientos por mi”, dijo silenciosamente.
“En realidad pienso que los subestimo” respondió Shane, “de hecho “, siguió, “Alice estaba muy trastornada porque te vas a París”
“¿De verdad?”, preguntó Lara con impaciencia repentina, de la misma forma que la tristeza que reflejaba su cara desde la llegada de Shane se transformó en una sonrisa brillante. Aquella sencilla expresión de esperanza y felicidad dio a Shane la evidencia que necesitaba para estar segura de que Lara estaba tan mal por Alice como Alice lo estaba por ella. Tal vez peor, añadió, notando como se ensanchaba la sonrisa de la pelirroja a medida que comenzaba a cambiar su perspectiva sobre los sentimientos de Alice hacia ella.
“Si”, afirmó Shane. Después, inclinándose hacia Lara dijo, “Mira Lara, esto no es asunto mío, y estás en tu derecho de mandarme a la porra, pero tengo que decirte esto. Pienso que si te vas a París eres idiota”
“¿Q-qué?” tartamudeó Lara
“Eres idiota, Lara. ¿Por qué te marchas a París cuando Alice y tu estais tan claramente enamoradas la una de la otra?”, preguntó Shane decidiendo poner todas las cartas encima de la mesa.
“¿En-enamoradas?”, repitió Lara casi cayéndose del taburete cuando las palabras calaron en su mente. Entonces, cayendo en ello de forma repentina, preguntó, “¿Alice te dijo que está enamorada de mi?” con tanto entusiasmo en su voz que Shane tuvo que reirse abiertamente.
“Lo siento, Lara”, dijo Shane cuando vio la confusión en la cara de la pelirroja, “me rio porque Alice y tu sois posiblemente la gente más obstinada que me he encontrado. No hay que ser ningún genio para ver que estás enamorada de Alice”. Lara no dijo nada, pero su sonrisa reveló su afirmación a las palabras de Shane. Animada por su reacción, Shane siguió “Pienso que Alice está llegando a la misma conclusión sobre ti, pero no tengo ninguna duda de que te quiere. Y no quiere que te vayas a París, lo dijo la otra noche. La asusta que no sientas lo mismo por ella, y después de todo lo que ha pasado últimamente, quería protegerse. A veces puede ser tan obstinada que raya la locura”, terminó Shane con una sonrisa profunda.
Lara se sentó silenciosamente, pero su mente sentía como si hubiera recibido una ráfaga de elecricidad. ¡Alice la amaba! Con esta sencilla conclusión, Lara dio paso a los sentimientos que había estado manteniendo ocultos durante semanas y finalmente admitió que estaba enamorada de Alice. A medida que permitía que aquellas emociones se expandieran por su mente, empezó a parecerle que el peso del mundo se había levantado de su hombro. Miró alrededor, el lío de su apartamento, y de repente todo le pareció más brillante y más claro. Tal vez todavía había una posibilidad para arreglar las cosas., pensó con esperanza.
“¿Qué debería hacer?” preguntó Lara levantándose de su asiento con una energía repentina.
“Quieres arreglar las cosas con Alice?”, Shane se sintió aliviada más allá de cualquier palabra por tener la posibilidad de hacer algo para que sus amigas fueran felices otra vez.
“Si, definitivamente”, contestó Lara firmemente.
“Bien, entonces” dijo Shane con una amplia sonrisa burlona “Tengo un plan”.
Re: [Terminado] No solo una adición
El día siguiente
“Hey, baja a la tierra Alice. ¿Hay alguien en casa?”, preguntó Tina frente a la cara de Alice, despertándola de su ensueño.
“¿Q-que?”, respondió Alice sacudiendo la cabeza e intentando reunir los trozos de conversación que se habían dispersado por varias zonas de su mente. Mirando alrededor de la mesa del Planet notó que todas sus amigas la miraban fijamente con expresión de perplejidad. “Uh, chicas lo siento, es que no pude dormir mucho anoche” explicó Alice tomando después un trago grande de café en un esfuerzo para despertarse y desviar la atención lejos de ella.
“Yo solo decía que tendríamos que hacer algo a Lara antes de que se marche mañana”.
“Si”, intervino Jenny con entusiasmo, “algún tipo de fiesta de despedida”
“Ah, bien, si. Parece genial”, dijo Alice con una alegría forzada, y de repente recordó por qué razón ella tenía sus pensamientos en otra parte. No podía imaginarse celebrando la inminente marcha de Lara, pero no quería admitirlo abiertamente a las demás, ya que nadie, excepto Shane y Kit, conocían su relación fracasada.
“Ey, tengo una idea”, dijo Kit, “Cerraré el Planet esta noche y tendremos una cena agradable y tranquila juntos. Sólo nosotros ocho. ¡Y Lara no tendrá que cocinar por una vez!”
“Eso parece perfecto, Kit, contestó Bette, riéndose de la generosidad de su hermana.
“Llamaré a Lara para ver si puede venir”, dijo Kit sacando su móvil y marcando el número de Lara. Después se levantó de la mesa para hablar en privado con Lara.
“En realidad no puedo creer que Lara se marche mañana”, dijo Alice de repente mirando todavía fijamente un punto perdido delante de ella. No Tenía intención de decir en voz alt alo que pensaba, pero esto había estado gritando todo el día por su cabeza, y las palabras salieron de su boca sin su consentimiento. Sintiéndose avergonzada, intentó ocultar la emoción de su voz dirigiendo una sonrisa a sus amigas. “Aunque estoy segura de que esto será una gran experiencia para ella” añadió, en una tentativa de ocultar su tristeza.
Antes de que alguien pudiera comentar algo, Kit volvió a la mesa.
“Lara ha dicho que le parece bien”, dijo Kit sentándose, “nos veremos aquí a las 8”
Todo el mundo comenzó a charlar sobre la planificación de la tarde y organizandola comida. Todo el mundo excepto Alice. Ella intentaba pasar de todo poniendo una excusa sin tener la necesidad de revelar por que no quería estar allí.
Tal vez pueda decir una hora antes de la fiesta que he cogido una especie de gripe repugnante, pensó. Entonces, otra idea apareció en su mente y decidió exponerla.
“Creo que no puedo venir esta noche, chicas”, dijo alice, “tengo..uh...un compromiso”
“¿Un compromiso?”, preguntó shane con recelo “¿Qué tipo de compromiso?”
“Umm... una cita, tengo una cita”, contestó Alice, comprendiendo que su excusa sonaba muy falsa. Esto no iba bien en absoluto, podía ver que nadie de la mesa creía una palabra de lo que decía. Pero ésto la hizo querer ir mas adelante “Es con annabelle, la recuerdas, ¿No, shane?”, dijo dirigiendo a Shane una mirada expectante.
“No, no la recuerdo Alice”, dijo Shane sacudiendo la cabeza para demostrar su rechazo a confirmar la mentira de Alice.
“Seguramente si la recuerdas” dijo Alice con más fuerza esta vez “es aquella masajista que esta tan buena de aquel balneario que estuvimos hace un par de semanas”
“¡Yo no a balnearios!” “¡Ay!”, gritó Shane cuando recibió una patada de Alice por debajo de la mesa “Ah, si, si, es verdad, Annabelle” dijo, estremeciéndose mientras se frotaba la rodilla, “Si, que esta muy buena”
“¿Pero no lo podrías hablar con ella y dejarlo para otro día?”, preguntó Bette, “seguro que lo entiende”.
“Si”, insistió Jenny, “creo que a Annabelle no le importará dejarlo para mañana, ¿verdad?”
“Esto es verdad”, añadió Shane, dirigiendo a Alice una mirada significativa.
Alice se sintió en minoría delante de sus amigas y no era capaz de pensar una buena excusa para discrepar con ellas. Finalmente, se rindió “De acuerdo, de acuerdo”, aceptó, “La llamaré. Pero no garantizo nada, Annabelle parece muy persistente”.
“Estoy segura de que Annabelle lo entenderá, Alice”, respondió Shane con una mirada provocativa.
Sintiendo una necesidad repentina de evitar la conversación, Alice se levantó de la silla rápidamente. “Lo siento, chicas, me tengo que ir. Ya llego tarde para almorzar con mii redactora”, mintió, mientras recogía sus cosas y salía del Planet. “Hasta luego”.
“Adiós Alice”, le respondieron todas. Estaban sentadas en silencio hasta que vieron el mini de Alice alejarse del Planet, entonces se volvieron hacia Shane con sonrisas burlonas en su cara.
“Buen trabajo, chicas”, dijo Shane.
“No tiene ni idea, ¿verdad?”, dijo Bette entre risas.
“Ah” esto es tan ruín!”, dijo Jenny, “¿Por qué no podemos decirle lo que está pasando?”
“Porque Alice es increíblemente tozuda, y esta es la única manera de que ella pueda verse con Lara”
“Además, es la manera más romántica”, añadió Tina.
“¿Y estás segura de que vendrá esta noche?”, preguntó Kit mirando preocupada a Shane “Parece que va a intentar todas las excusas del mundo para evitar venir”.
“No te preocupes, Kit”, contestó Shane riéndose, “Sé exactamente como conseguir que venga”.
* * * * *
“Hey, baja a la tierra Alice. ¿Hay alguien en casa?”, preguntó Tina frente a la cara de Alice, despertándola de su ensueño.
“¿Q-que?”, respondió Alice sacudiendo la cabeza e intentando reunir los trozos de conversación que se habían dispersado por varias zonas de su mente. Mirando alrededor de la mesa del Planet notó que todas sus amigas la miraban fijamente con expresión de perplejidad. “Uh, chicas lo siento, es que no pude dormir mucho anoche” explicó Alice tomando después un trago grande de café en un esfuerzo para despertarse y desviar la atención lejos de ella.
“Yo solo decía que tendríamos que hacer algo a Lara antes de que se marche mañana”.
“Si”, intervino Jenny con entusiasmo, “algún tipo de fiesta de despedida”
“Ah, bien, si. Parece genial”, dijo Alice con una alegría forzada, y de repente recordó por qué razón ella tenía sus pensamientos en otra parte. No podía imaginarse celebrando la inminente marcha de Lara, pero no quería admitirlo abiertamente a las demás, ya que nadie, excepto Shane y Kit, conocían su relación fracasada.
“Ey, tengo una idea”, dijo Kit, “Cerraré el Planet esta noche y tendremos una cena agradable y tranquila juntos. Sólo nosotros ocho. ¡Y Lara no tendrá que cocinar por una vez!”
“Eso parece perfecto, Kit, contestó Bette, riéndose de la generosidad de su hermana.
“Llamaré a Lara para ver si puede venir”, dijo Kit sacando su móvil y marcando el número de Lara. Después se levantó de la mesa para hablar en privado con Lara.
“En realidad no puedo creer que Lara se marche mañana”, dijo Alice de repente mirando todavía fijamente un punto perdido delante de ella. No Tenía intención de decir en voz alt alo que pensaba, pero esto había estado gritando todo el día por su cabeza, y las palabras salieron de su boca sin su consentimiento. Sintiéndose avergonzada, intentó ocultar la emoción de su voz dirigiendo una sonrisa a sus amigas. “Aunque estoy segura de que esto será una gran experiencia para ella” añadió, en una tentativa de ocultar su tristeza.
Antes de que alguien pudiera comentar algo, Kit volvió a la mesa.
“Lara ha dicho que le parece bien”, dijo Kit sentándose, “nos veremos aquí a las 8”
Todo el mundo comenzó a charlar sobre la planificación de la tarde y organizandola comida. Todo el mundo excepto Alice. Ella intentaba pasar de todo poniendo una excusa sin tener la necesidad de revelar por que no quería estar allí.
Tal vez pueda decir una hora antes de la fiesta que he cogido una especie de gripe repugnante, pensó. Entonces, otra idea apareció en su mente y decidió exponerla.
“Creo que no puedo venir esta noche, chicas”, dijo alice, “tengo..uh...un compromiso”
“¿Un compromiso?”, preguntó shane con recelo “¿Qué tipo de compromiso?”
“Umm... una cita, tengo una cita”, contestó Alice, comprendiendo que su excusa sonaba muy falsa. Esto no iba bien en absoluto, podía ver que nadie de la mesa creía una palabra de lo que decía. Pero ésto la hizo querer ir mas adelante “Es con annabelle, la recuerdas, ¿No, shane?”, dijo dirigiendo a Shane una mirada expectante.
“No, no la recuerdo Alice”, dijo Shane sacudiendo la cabeza para demostrar su rechazo a confirmar la mentira de Alice.
“Seguramente si la recuerdas” dijo Alice con más fuerza esta vez “es aquella masajista que esta tan buena de aquel balneario que estuvimos hace un par de semanas”
“¡Yo no a balnearios!” “¡Ay!”, gritó Shane cuando recibió una patada de Alice por debajo de la mesa “Ah, si, si, es verdad, Annabelle” dijo, estremeciéndose mientras se frotaba la rodilla, “Si, que esta muy buena”
“¿Pero no lo podrías hablar con ella y dejarlo para otro día?”, preguntó Bette, “seguro que lo entiende”.
“Si”, insistió Jenny, “creo que a Annabelle no le importará dejarlo para mañana, ¿verdad?”
“Esto es verdad”, añadió Shane, dirigiendo a Alice una mirada significativa.
Alice se sintió en minoría delante de sus amigas y no era capaz de pensar una buena excusa para discrepar con ellas. Finalmente, se rindió “De acuerdo, de acuerdo”, aceptó, “La llamaré. Pero no garantizo nada, Annabelle parece muy persistente”.
“Estoy segura de que Annabelle lo entenderá, Alice”, respondió Shane con una mirada provocativa.
Sintiendo una necesidad repentina de evitar la conversación, Alice se levantó de la silla rápidamente. “Lo siento, chicas, me tengo que ir. Ya llego tarde para almorzar con mii redactora”, mintió, mientras recogía sus cosas y salía del Planet. “Hasta luego”.
“Adiós Alice”, le respondieron todas. Estaban sentadas en silencio hasta que vieron el mini de Alice alejarse del Planet, entonces se volvieron hacia Shane con sonrisas burlonas en su cara.
“Buen trabajo, chicas”, dijo Shane.
“No tiene ni idea, ¿verdad?”, dijo Bette entre risas.
“Ah” esto es tan ruín!”, dijo Jenny, “¿Por qué no podemos decirle lo que está pasando?”
“Porque Alice es increíblemente tozuda, y esta es la única manera de que ella pueda verse con Lara”
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“¿Y estás segura de que vendrá esta noche?”, preguntó Kit mirando preocupada a Shane “Parece que va a intentar todas las excusas del mundo para evitar venir”.
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