El amor de mi vida
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Re: El amor de mi vida
ehh muy muy hot .... muy muy bueno ...
.... grax julia sigue cuando puedas
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Anna- Forera galáctica
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Re: El amor de mi vida
wow wow wow!
Sigue encuanto puedas
besos
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Re: El amor de mi vida
CAPITULO 13
Casa de Bette y Tina
Tina se derrumbó sobre Bette después de darle placer a su compañera.
“Mmmmm”, gimió Bette cuando Tina la besó. “Tu boca sabe bien”, hizo el cumplido.
“La tuya también”, dijo Tina mordiendo el labio superior de Bette.
Su vida sexual era siempre intensa. Desde el principio hasta el final, estuviera furiosa, sexy, juguetona, sensible o cariñosa. Desd que habían vuelto a estar juntas, era todas esas cosas, pero ahora había nuevos elementos a añadir. Ahora eran las madres orgullosas de una hermosa hija y tenían un aprecio mucho más profundo por todo lo que habían sido, lo que hacía que su amor fuera aún más especial.
Tina frotó la mejilla de Bette y se rió de ella. “Tu me lo has propuesto”.
“Sí”, contestó Bette sonriendo en el pelo de Tina. “Estoy segura que entiendes por qué no tengo anillo. No sabía que iba a hacerlo”.
Tina sonrió y la besó. “Cariño, no necesito un anillo de compromiso, lo sabes”.
Sus caras se pusieron serias, pensando en los anillos a juego que solían llevar.
Bette examinó los ojos de Tina, intentando adivinar lo que pensaba. Aunque tenía una idea bastante aproximada de lo que era. Tenía miedo a preguntar debido a cual pudiera ser la respuesta, pero tenía que saberlo.
Finalmente, habló. “Uhm, ¿todavía lo tienes?”, preguntó Bette con cautela.
Tina se rió de Bette y de su tonta pregunta. Siempre guardó el anillo. No importaba lo mal que hubiera acabado su relación la primera vez, ella no lamentaba los nueve años que habían pasado juntas y el anillo era una de las cosas de las que no podía separarse.
Besó los labios de Bette y su barbilla, y se separó de su compañera. Bette puso un brazo detrás del cuerpo de Tina y admiró cómo salía de la cama. Tina fue hasta el aparador y abrió el segundo cajón. Desdobló una camiseta que reveló la familiar caja de Tiffany azul.
Tina sostuvo la caja y volvió a la cama, dejó la caja sobre Bette y se sentó encima de ella.
“¿Dónde está el tuyo, eh?”, preguntó Tina acariciando el estómago de Bette.
Bette conservaba la caja y alargó el brazo hasta su mesita de noche mientras Tina acariciaba su vientre. Sus músculos contraidos mientras Tina le hacía cosquillas.
Bette se rió. “Cariño, no puedo cogerlo si me sigues haciendo eso”.
“Ah, ánimo Porter”, bromeó Tina.
Bette reunió toda su fuerza y alargando el brazo todo lo que podía cogió su propia caja del cajón. La sostuvo contra el vientre de Tina y lo movió por encima de su pecho y dejó que Tina lo cogiera.
Bette nunca tuvo la intención de hacer nada con su anillo, sólo quería guardarlo. Era una parte de su historia con Tina, la relación más importante de su vida. Jodi la había acusado de tener sentimientos por su ex cuando lo vio una vez, y aún cuando Bette lo negó entonces, tenía razón. . ¿Por qué además lo iba a guardar en su mesita de noche después de todos estos años?. Tina siempre fue la primera.
Bette miró la caja en su mano y la abrió. Cogió el anillo de su interior y observó la inscripción familiar.
“Nunca dejó de ser verdadero, lo sabes”, dijo Bette alzando la vista.
“Lo sé cariño”, dijo Tina.
“¿Puedo?”, preguntó Bette suavemente.
Tina se rió y se inclinó para besar a Bette.
“Sí”, susurró Tina.
Bette cogió la mano izquierda de Tina y puso el anillo en su dedo mientras la miraba a los ojos con amor. Cuando estuvo totalmente en el dedo de Tina, le dio un beso.
Tina entonces abrió la caja que tenía en su mano y sacó el anillo de Bette. Cogió la mano de Bette e hizo lo mismo.
“No me sentía bien cuando no lo tenía”, dijo Bette mirando su mano.
“Nunca me lo quitaré otra vez”, dijo Tina con los ojos llenos de lágrimas.
Bette también sintió la emotividad, abrumada por el momento. Se levantó y sostuvo a Tina, acariciándole la espalda.
Las emociones pronto se tornaron en pasión cuando Bette comenzó a besar su clavícula. Tina echó atrás la cabeza y dejó que la boca de Bette vagara por su pecho. Jadeó cuando Bette cogió un pezón en su boca y lo chupó.
“Oh, cariño”, gimió Tina cuando sintió el remolino de la lengua de Bette alrededor de su pezón. Su humedad se frotó contra el sexo de Bette cuando se retorció encima de ella.
Tina cogió la mano de Bette y la llevó a su sexo. Cogió tres de sus dedos y los introdujo en su humedad.
“Oh, Tina”, gimió Bette, sintiendo el ritmo del corazón de Tina.
Tina condujo los dedos de Bette, permitiéndole entrar en lo más profundo. Entonces se desplazó hacia abajo y comenzó a frotar el clit de Bette e introdujo sus dedos en su compañera.
Se mecieron la una a la otra hasta que sus cuerpos ya no pudieron más, y llegaron juntas al orgasmo. Se sostuvieron la una a la otra, con sus anillos firmes en su lugar, mientras hacían el amor durante gran parte de la noche, y también a primera hora de la mañana.
Casa de Bette y Tina
Tina se derrumbó sobre Bette después de darle placer a su compañera.
“Mmmmm”, gimió Bette cuando Tina la besó. “Tu boca sabe bien”, hizo el cumplido.
“La tuya también”, dijo Tina mordiendo el labio superior de Bette.
Su vida sexual era siempre intensa. Desde el principio hasta el final, estuviera furiosa, sexy, juguetona, sensible o cariñosa. Desd que habían vuelto a estar juntas, era todas esas cosas, pero ahora había nuevos elementos a añadir. Ahora eran las madres orgullosas de una hermosa hija y tenían un aprecio mucho más profundo por todo lo que habían sido, lo que hacía que su amor fuera aún más especial.
Tina frotó la mejilla de Bette y se rió de ella. “Tu me lo has propuesto”.
“Sí”, contestó Bette sonriendo en el pelo de Tina. “Estoy segura que entiendes por qué no tengo anillo. No sabía que iba a hacerlo”.
Tina sonrió y la besó. “Cariño, no necesito un anillo de compromiso, lo sabes”.
Sus caras se pusieron serias, pensando en los anillos a juego que solían llevar.
Bette examinó los ojos de Tina, intentando adivinar lo que pensaba. Aunque tenía una idea bastante aproximada de lo que era. Tenía miedo a preguntar debido a cual pudiera ser la respuesta, pero tenía que saberlo.
Finalmente, habló. “Uhm, ¿todavía lo tienes?”, preguntó Bette con cautela.
Tina se rió de Bette y de su tonta pregunta. Siempre guardó el anillo. No importaba lo mal que hubiera acabado su relación la primera vez, ella no lamentaba los nueve años que habían pasado juntas y el anillo era una de las cosas de las que no podía separarse.
Besó los labios de Bette y su barbilla, y se separó de su compañera. Bette puso un brazo detrás del cuerpo de Tina y admiró cómo salía de la cama. Tina fue hasta el aparador y abrió el segundo cajón. Desdobló una camiseta que reveló la familiar caja de Tiffany azul.
Tina sostuvo la caja y volvió a la cama, dejó la caja sobre Bette y se sentó encima de ella.
“¿Dónde está el tuyo, eh?”, preguntó Tina acariciando el estómago de Bette.
Bette conservaba la caja y alargó el brazo hasta su mesita de noche mientras Tina acariciaba su vientre. Sus músculos contraidos mientras Tina le hacía cosquillas.
Bette se rió. “Cariño, no puedo cogerlo si me sigues haciendo eso”.
“Ah, ánimo Porter”, bromeó Tina.
Bette reunió toda su fuerza y alargando el brazo todo lo que podía cogió su propia caja del cajón. La sostuvo contra el vientre de Tina y lo movió por encima de su pecho y dejó que Tina lo cogiera.
Bette nunca tuvo la intención de hacer nada con su anillo, sólo quería guardarlo. Era una parte de su historia con Tina, la relación más importante de su vida. Jodi la había acusado de tener sentimientos por su ex cuando lo vio una vez, y aún cuando Bette lo negó entonces, tenía razón. . ¿Por qué además lo iba a guardar en su mesita de noche después de todos estos años?. Tina siempre fue la primera.
Bette miró la caja en su mano y la abrió. Cogió el anillo de su interior y observó la inscripción familiar.
“Nunca dejó de ser verdadero, lo sabes”, dijo Bette alzando la vista.
“Lo sé cariño”, dijo Tina.
“¿Puedo?”, preguntó Bette suavemente.
Tina se rió y se inclinó para besar a Bette.
“Sí”, susurró Tina.
Bette cogió la mano izquierda de Tina y puso el anillo en su dedo mientras la miraba a los ojos con amor. Cuando estuvo totalmente en el dedo de Tina, le dio un beso.
Tina entonces abrió la caja que tenía en su mano y sacó el anillo de Bette. Cogió la mano de Bette e hizo lo mismo.
“No me sentía bien cuando no lo tenía”, dijo Bette mirando su mano.
“Nunca me lo quitaré otra vez”, dijo Tina con los ojos llenos de lágrimas.
Bette también sintió la emotividad, abrumada por el momento. Se levantó y sostuvo a Tina, acariciándole la espalda.
Las emociones pronto se tornaron en pasión cuando Bette comenzó a besar su clavícula. Tina echó atrás la cabeza y dejó que la boca de Bette vagara por su pecho. Jadeó cuando Bette cogió un pezón en su boca y lo chupó.
“Oh, cariño”, gimió Tina cuando sintió el remolino de la lengua de Bette alrededor de su pezón. Su humedad se frotó contra el sexo de Bette cuando se retorció encima de ella.
Tina cogió la mano de Bette y la llevó a su sexo. Cogió tres de sus dedos y los introdujo en su humedad.
“Oh, Tina”, gimió Bette, sintiendo el ritmo del corazón de Tina.
Tina condujo los dedos de Bette, permitiéndole entrar en lo más profundo. Entonces se desplazó hacia abajo y comenzó a frotar el clit de Bette e introdujo sus dedos en su compañera.
Se mecieron la una a la otra hasta que sus cuerpos ya no pudieron más, y llegaron juntas al orgasmo. Se sostuvieron la una a la otra, con sus anillos firmes en su lugar, mientras hacían el amor durante gran parte de la noche, y también a primera hora de la mañana.
Re: El amor de mi vida
genial
Sigue en cuanto puedas
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Carulinetaaa- Un respeto, soy forera VIP
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Re: El amor de mi vida
q bonito ... grax julia... continua cuando puedas ;)
Anna- Forera galáctica
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Re: El amor de mi vida
gracias!
MacaBettePorter- Entérate, ya soy una usuaria conocida
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Re: El amor de mi vida
CAPÍTULO 14
Casa de Bette y Tina
Bette se despertó a la mañana siguiente con Tina durmiendo a su lado, acurrucada contra ella y con la mano en su pecho. Sonrió cuando le cogió la mano y jugó con el anillo de su compañera. Habían recorrido un camino largo como individuos, como pareja y como madres. Y la noche anterior había sido una de las mejores y más importantes noches que había pasado con Tina.
“Mmmmm”, gimió Tina con voz somnolienta llevándose los dedos de Bette a los labios. “¿En qué piensas?”.
“¿Te he despertado?”, preguntó Bette besando los dedos de Tina.
“Mmmmm, no. ¿En qué estabas pensando?”, preguntó otra vez, subiendo una pierna sobre Bette.
“Sólo en cuanto te amo, a ti y a nuestra bebé. Y cuanto significas para mi”, dijo Bette.
Tina sonrió y la besó. “Ya no es una bebé, cariño”, le recordó a Bette.
“Lo sé, lo sé. Me dijo ayer que era una chica grande. Quise llorar”, dijo Bette mientras ambas se reían.
“Awww, pobre baby, déjame hacerlo a mi”, dijo Tina apoyándose en ella y besándola suavemente.
“Mmmmm, buena ayuda”, dijo Bette.
“Claro”, dijo Tina acariciando la mejilla de Bette.
“¿Cuándo vas a llamar a la gente del Focus?”, preguntó Bette.
“Los llamaré hoy para programar una cita. Técnicamente, no tengo que decirles nada sobre nuestros planes de tener un bebé. Realmente, quiero ese trabajo.
“Sí”.
“Pero todo esto es pura especulación. Quién sabe cuando comenzaremos a intentarlo y cuanto tiempo nos llevará hasta que quede embarazada.
“Entonces no se lo digas. Estoy segura que no serías la primera ejecutiva que quedaras embarazada”, dijo Bette.
“Si, supongo. Me ofrecen mucho dinero, y tendría todo el control sobre las cosas”, dijo Tina.
“Exactamente, ¿cuánto te han ofrecido, cariño?”.
“Bueno… sólo decirte que después de impuestos, todavía traería a casa medio millón de dólares por año…”, dijo Tina.
“¿Cómo?. ¡Joder!, No sé si odiar más el negocio de las películas o comenzar a amarlo”, dijo Bette.
Tina se rió. “Si, bueno, ellos son mucho más grandes que Shaolin, y están dispuestos a pagar más por un talento”, explicó.
“Jesús”, dijo Bette otra vez, “suena como si fuera una oferta demasiado buena para renunciar”.
“Lo sé. ¿Qué piensas que debería hacer?”.
“Haz lo que te haga feliz, y lo que te motive a ir a trabajar cada día. Sé que Lez girls fue muy duro, con toda la mierda de política que tuviste que aguantar. El dinero es obviamente una cosa importante, pero no debería ser el factor decisivo. Sólo quiero que seas feliz, T. Apoyaré todo lo que quieras hacer”, dijo Bette.
“Esto va a ser más agotador que otros proyectos, pero también es más apasionante. Voy a trabajar con muchas personas nuevas y con mucho talento. Pero tendré que viajar un poco más. No quiero que haya problemas contigo y con Angie si voy a estar fuera de la ciudad más a menudo”.
“Creo que estaremos bien, cueste lo que cueste tienes que decidir tu”, dijo Bette.
“Lo sé”, dijo Tina con una sonrisa mientras subía sobre Bette y la besaba.
Bette le frotó el trasero y Tina se sentó a horcajadas sobre ella, y sus manos se deslizaron hacia abajo.
“¿Cuántas veces?”, preguntó Bette con una sonrisa burlona.
“Tres veces”, dijo Tina besando a Bette por todo el cuerpo.
Cuando Tina estaba a punto de llegar a su sexo, el timbre sonó.
“Auuuu”, lloriqueó Bette, golpeando la cabeza en la almohada frustrada. “Nuestra hija vuelve a casa. Alice siempre llega en el momento justo”, dijo sonriente.
Tina se rió, se levantó de la cama y se puso la ropa. Después, removió a Bette y le dio la camiseta para que se cambiara. Fueron a la planta baja, y Tina abrió la puerta con Bette detrás de ella.
Cuando la puerta se abrió de golpe, Angie corrió hacia Tina, y la pasó por la derecha.
“No me cogerás, Tía Alice”, gritó, con ganas de jugar todavía.
“Ey ey ey”, dijo Bette cogiendo a su hija y levantándola en el aire. “¿Dónde vas?”, le preguntó, dándole un beso.
“Hola mami”, gritó Angie sin aliento.
“Hola cielito. ¿Te has divertido?”, preguntó.
“Si”, exclamó Angie.
“Bueno, pero ahora tenemos que prepararnos para ir a la escuela”, dijo mientras caminaba hacia Alice, “¿Qué le dices a la tía Alice, cielito?”.
“¡Gracias tía Alice!”, dijo Angie dándole un fuerte abrazo.
“No hay de qué, jeringuilla”, dijo Alice con una gran sonrisa en la cara.
“Gracias Alice. No te ha dado problemas, ¿verdad?”, preguntó Tina cogiendo a Angie de los brazos de Bette.
“Hola mamá”, dijo Angie.
“Hola cariño”, dijo Tina.
“No, ningún problema en absoluto”, dijo Alice notando que Bette y Tina llevaban sus anillos otra vez.
“Bien, vamos a cambiarnos cariño”, dijo Tina, dándole un beso a Bette antes de salir de la habitación con Angie.
Bette se quedó mirando a Tina y Angie con una sonrisa en la cara, mientras Alice miraba a Bette. Cuando estuvieron fuera de la vista, Bette se volvió para afrontar a su amiga, que la miraba fijamente.
“¿Qué pasa?”, preguntó Bette.
“¿Qué pasó aquí anoche?”, preguntó Alice con una sonrisa astuta.
“¿Cómo?. Nada”, dijo Bette caminando hacia la cocina para hacer café.
“Uh hu. ¿Y entonces que volváis a llevar vuestros anillos no es nada?”, preguntó, muriéndose de ganas por conseguir que Bette soltara la lengua.
“Ah, eso”, dijo Bette.
“Si, eso. Es genial”, dijo Alice.
“¿Le has dicho algo a Alice sin estar yo delante?”, preguntó Tina entrando en la cocina.
“No”, respondió Bette.
“¿Decirme qué?”, preguntó Alice, ahora su interés subía como la espuma, “¿Decirme qué?, ¿Decirme qué?”, repitió una y otra vez.
“Bien”, dijo Tina colocándose detrás de Bette y poniendo los brazos alrededor de ella, “Bette me pidio anoche que me casara con ella”.
“¡Oh Dios mío!”, gritó Alice precipitándose hacia ellas y abrazándolas a la vez, “¡Felicidades!”.
“Gracias”, contestaron Bette y Tina al unísono.
“¿Y cuándo lo vais a hacer?. Pronto, ¿verdad?”, preguntó Alice con excitación.
Casa de Bette y Tina
Bette se despertó a la mañana siguiente con Tina durmiendo a su lado, acurrucada contra ella y con la mano en su pecho. Sonrió cuando le cogió la mano y jugó con el anillo de su compañera. Habían recorrido un camino largo como individuos, como pareja y como madres. Y la noche anterior había sido una de las mejores y más importantes noches que había pasado con Tina.
“Mmmmm”, gimió Tina con voz somnolienta llevándose los dedos de Bette a los labios. “¿En qué piensas?”.
“¿Te he despertado?”, preguntó Bette besando los dedos de Tina.
“Mmmmm, no. ¿En qué estabas pensando?”, preguntó otra vez, subiendo una pierna sobre Bette.
“Sólo en cuanto te amo, a ti y a nuestra bebé. Y cuanto significas para mi”, dijo Bette.
Tina sonrió y la besó. “Ya no es una bebé, cariño”, le recordó a Bette.
“Lo sé, lo sé. Me dijo ayer que era una chica grande. Quise llorar”, dijo Bette mientras ambas se reían.
“Awww, pobre baby, déjame hacerlo a mi”, dijo Tina apoyándose en ella y besándola suavemente.
“Mmmmm, buena ayuda”, dijo Bette.
“Claro”, dijo Tina acariciando la mejilla de Bette.
“¿Cuándo vas a llamar a la gente del Focus?”, preguntó Bette.
“Los llamaré hoy para programar una cita. Técnicamente, no tengo que decirles nada sobre nuestros planes de tener un bebé. Realmente, quiero ese trabajo.
“Sí”.
“Pero todo esto es pura especulación. Quién sabe cuando comenzaremos a intentarlo y cuanto tiempo nos llevará hasta que quede embarazada.
“Entonces no se lo digas. Estoy segura que no serías la primera ejecutiva que quedaras embarazada”, dijo Bette.
“Si, supongo. Me ofrecen mucho dinero, y tendría todo el control sobre las cosas”, dijo Tina.
“Exactamente, ¿cuánto te han ofrecido, cariño?”.
“Bueno… sólo decirte que después de impuestos, todavía traería a casa medio millón de dólares por año…”, dijo Tina.
“¿Cómo?. ¡Joder!, No sé si odiar más el negocio de las películas o comenzar a amarlo”, dijo Bette.
Tina se rió. “Si, bueno, ellos son mucho más grandes que Shaolin, y están dispuestos a pagar más por un talento”, explicó.
“Jesús”, dijo Bette otra vez, “suena como si fuera una oferta demasiado buena para renunciar”.
“Lo sé. ¿Qué piensas que debería hacer?”.
“Haz lo que te haga feliz, y lo que te motive a ir a trabajar cada día. Sé que Lez girls fue muy duro, con toda la mierda de política que tuviste que aguantar. El dinero es obviamente una cosa importante, pero no debería ser el factor decisivo. Sólo quiero que seas feliz, T. Apoyaré todo lo que quieras hacer”, dijo Bette.
“Esto va a ser más agotador que otros proyectos, pero también es más apasionante. Voy a trabajar con muchas personas nuevas y con mucho talento. Pero tendré que viajar un poco más. No quiero que haya problemas contigo y con Angie si voy a estar fuera de la ciudad más a menudo”.
“Creo que estaremos bien, cueste lo que cueste tienes que decidir tu”, dijo Bette.
“Lo sé”, dijo Tina con una sonrisa mientras subía sobre Bette y la besaba.
Bette le frotó el trasero y Tina se sentó a horcajadas sobre ella, y sus manos se deslizaron hacia abajo.
“¿Cuántas veces?”, preguntó Bette con una sonrisa burlona.
“Tres veces”, dijo Tina besando a Bette por todo el cuerpo.
Cuando Tina estaba a punto de llegar a su sexo, el timbre sonó.
“Auuuu”, lloriqueó Bette, golpeando la cabeza en la almohada frustrada. “Nuestra hija vuelve a casa. Alice siempre llega en el momento justo”, dijo sonriente.
Tina se rió, se levantó de la cama y se puso la ropa. Después, removió a Bette y le dio la camiseta para que se cambiara. Fueron a la planta baja, y Tina abrió la puerta con Bette detrás de ella.
Cuando la puerta se abrió de golpe, Angie corrió hacia Tina, y la pasó por la derecha.
“No me cogerás, Tía Alice”, gritó, con ganas de jugar todavía.
“Ey ey ey”, dijo Bette cogiendo a su hija y levantándola en el aire. “¿Dónde vas?”, le preguntó, dándole un beso.
“Hola mami”, gritó Angie sin aliento.
“Hola cielito. ¿Te has divertido?”, preguntó.
“Si”, exclamó Angie.
“Bueno, pero ahora tenemos que prepararnos para ir a la escuela”, dijo mientras caminaba hacia Alice, “¿Qué le dices a la tía Alice, cielito?”.
“¡Gracias tía Alice!”, dijo Angie dándole un fuerte abrazo.
“No hay de qué, jeringuilla”, dijo Alice con una gran sonrisa en la cara.
“Gracias Alice. No te ha dado problemas, ¿verdad?”, preguntó Tina cogiendo a Angie de los brazos de Bette.
“Hola mamá”, dijo Angie.
“Hola cariño”, dijo Tina.
“No, ningún problema en absoluto”, dijo Alice notando que Bette y Tina llevaban sus anillos otra vez.
“Bien, vamos a cambiarnos cariño”, dijo Tina, dándole un beso a Bette antes de salir de la habitación con Angie.
Bette se quedó mirando a Tina y Angie con una sonrisa en la cara, mientras Alice miraba a Bette. Cuando estuvieron fuera de la vista, Bette se volvió para afrontar a su amiga, que la miraba fijamente.
“¿Qué pasa?”, preguntó Bette.
“¿Qué pasó aquí anoche?”, preguntó Alice con una sonrisa astuta.
“¿Cómo?. Nada”, dijo Bette caminando hacia la cocina para hacer café.
“Uh hu. ¿Y entonces que volváis a llevar vuestros anillos no es nada?”, preguntó, muriéndose de ganas por conseguir que Bette soltara la lengua.
“Ah, eso”, dijo Bette.
“Si, eso. Es genial”, dijo Alice.
“¿Le has dicho algo a Alice sin estar yo delante?”, preguntó Tina entrando en la cocina.
“No”, respondió Bette.
“¿Decirme qué?”, preguntó Alice, ahora su interés subía como la espuma, “¿Decirme qué?, ¿Decirme qué?”, repitió una y otra vez.
“Bien”, dijo Tina colocándose detrás de Bette y poniendo los brazos alrededor de ella, “Bette me pidio anoche que me casara con ella”.
“¡Oh Dios mío!”, gritó Alice precipitándose hacia ellas y abrazándolas a la vez, “¡Felicidades!”.
“Gracias”, contestaron Bette y Tina al unísono.
“¿Y cuándo lo vais a hacer?. Pronto, ¿verdad?”, preguntó Alice con excitación.
Re: El amor de mi vida
jejeje me encanta alice... siempre tan impredicible xD...
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Re: El amor de mi vida
“Eyyy, no corras tanto Al”, dijo Bette, “todavía tenemos en mente tener un niño, ¿recuerdas?, Ya veremos cuando tiene sentido casarse”.
“Vale, de acuerdo. De todas formas son noticias imponentes”, dijo Alice.
Tina se rió, apretó sus brazos alrededor de Bette y la volvió a besar.
“¿Está vestida Angie ya?”, preguntó Bette por encima de su hombro mientras acariciaba el brazo de Tina, “Ha sido rápìdo”.
“No, quería elegir ella la ropa, así que la dejé intentando vestirse”, dijo Tina.
Bette suspiró, “¿estonces sería bueno que fuera a echarle un vistazo?”.
“No cariño, deja que lo intente”, dijo Tina.
Bette suspiró otra vez.
“Lo sé, cariño, lo sé”, afirmó Tina.
“Ey chicas, Angie se está haciendo mayor, tenéis que dejar de tener sexo delante de ella”, soltó Alice.
“¿Cómo?”, dijeron Bette y Tina a la vez.
“No tenemos sexo delante de Angie”, protestó Bette.
“No es eso lo que me pareció cuando ella dijo que jugabais al escondite…”, dijo Alice.
“Ah, eso”, dijo Tina.
“Si, eso…”, se rió Alice.
“Ella vino por casualidad, pero no vio nada”, dijo Bette.
“Ejemmm… bueno chicas, tenéis que tener más cuidado”, advirtió Alice.
“Si, señor”, dijo Tina saludando a Alice, “Voy a ir a prepararme para el trabajo, ¿vale?”, le dijo a Bette.
“Vale”, dijo Bette dándole un beso.
“¿Y qué era eso de lo que querías hablarme ayer?”, preguntó Bette, volviendo su atención sobre Alice.
“Ah, uhmm, es sobre Helena”, dijo Alice.
“¿Qué pasa con ella?”.
“Tuve una especie de intento de enrollarme con ella…”.
“¿Qué? ¿Por qué?”.
“Bueno, cogí una bonita borrachera la otra noche con Tina y Helena tuvo que llevarme a casa. Me metió en la cama, la cogí y la besé”.
“¿Y qué pasó después?”.
“Me devolvió el beso, pero después se separó y dijo que era una mala idea y yo me enfadé un poco con ella”.
“¿Y qué piensas? ¿De verdad sientes algo por ella?”, preguntó Bette.
“No lo sé. Puede que fuera sólo que estaba borracha y me sentía sola”, contestó Alice.
“Lo tendríais que hablar. Tenéis una amistad bastante buena como para dejar que algo así la arruine”, aconsejó Bette.
“Si, tienes razón”, confirmó Alice.
Mientras Bette y Alice hablaban en la cocina, Angie se unió a ellas. Bette miró a su hija y se rió.
“Hola cielito, ¿has elegido la ropa y te has vestido tu sola?”, dijo Bette, pensando simplemente que Angie era la niña más adorable del mundo.
“Si, mami”, dijo Angie.
“Bien, déjame echarte un vistazo cielito”, dijo Bette, haciendo señas a Angie para que se girara.
Angie se dio una vuelta para que Bette la viera.
“Muy bien, cielito”, dijo Bette dando su aprobación.
“¿Hice un buen trabajo, mamá?”.
“Si, lo has hecho, amor. Sólo necesitamos apretar un poco más los cordones de los zapatos para que no te caigas cuando corras, ¿vale?”.
“¡Vale!”, dijo Angie excitada.
Bette cogió a Angie y la sentó sobre la mesa mientras ella hacía lo mismo sobre el taburete. Apoyó los pies de Angie sobre sus muslos y le ató los cordones de los zapatos.
“Ahora está perfecto”, le dijo Bette a Angie mientras le hacía cosquillas en la barriga y la sentaba sobre el taburete.
Angie se rió tontamente mientras Bette le preparaba los cereales.
“Bueno chicas, me voy a ir”, dijo Alice dándole un beso a Angie.
“Vale, gracias por cuidar anoche a Angie”, dijo Bette, “tenme al corriente de lo que pasa con Helena”.
“Nos vemos, jeringuilla”.
“¡Si!”, gritó Angie.
“Adios, te llamaré luego”, dijo Alice sonriendo.
“¿Adiós, tía Alice!”.
“Adios, Al”.
“Bueno, cariñito, cómete tus cereales y mamá te llevará a la escuela”, dijo Bette sentándose al lado de Angie y preguntándose que haría el resto del día.
“Vale, de acuerdo. De todas formas son noticias imponentes”, dijo Alice.
Tina se rió, apretó sus brazos alrededor de Bette y la volvió a besar.
“¿Está vestida Angie ya?”, preguntó Bette por encima de su hombro mientras acariciaba el brazo de Tina, “Ha sido rápìdo”.
“No, quería elegir ella la ropa, así que la dejé intentando vestirse”, dijo Tina.
Bette suspiró, “¿estonces sería bueno que fuera a echarle un vistazo?”.
“No cariño, deja que lo intente”, dijo Tina.
Bette suspiró otra vez.
“Lo sé, cariño, lo sé”, afirmó Tina.
“Ey chicas, Angie se está haciendo mayor, tenéis que dejar de tener sexo delante de ella”, soltó Alice.
“¿Cómo?”, dijeron Bette y Tina a la vez.
“No tenemos sexo delante de Angie”, protestó Bette.
“No es eso lo que me pareció cuando ella dijo que jugabais al escondite…”, dijo Alice.
“Ah, eso”, dijo Tina.
“Si, eso…”, se rió Alice.
“Ella vino por casualidad, pero no vio nada”, dijo Bette.
“Ejemmm… bueno chicas, tenéis que tener más cuidado”, advirtió Alice.
“Si, señor”, dijo Tina saludando a Alice, “Voy a ir a prepararme para el trabajo, ¿vale?”, le dijo a Bette.
“Vale”, dijo Bette dándole un beso.
“¿Y qué era eso de lo que querías hablarme ayer?”, preguntó Bette, volviendo su atención sobre Alice.
“Ah, uhmm, es sobre Helena”, dijo Alice.
“¿Qué pasa con ella?”.
“Tuve una especie de intento de enrollarme con ella…”.
“¿Qué? ¿Por qué?”.
“Bueno, cogí una bonita borrachera la otra noche con Tina y Helena tuvo que llevarme a casa. Me metió en la cama, la cogí y la besé”.
“¿Y qué pasó después?”.
“Me devolvió el beso, pero después se separó y dijo que era una mala idea y yo me enfadé un poco con ella”.
“¿Y qué piensas? ¿De verdad sientes algo por ella?”, preguntó Bette.
“No lo sé. Puede que fuera sólo que estaba borracha y me sentía sola”, contestó Alice.
“Lo tendríais que hablar. Tenéis una amistad bastante buena como para dejar que algo así la arruine”, aconsejó Bette.
“Si, tienes razón”, confirmó Alice.
Mientras Bette y Alice hablaban en la cocina, Angie se unió a ellas. Bette miró a su hija y se rió.
“Hola cielito, ¿has elegido la ropa y te has vestido tu sola?”, dijo Bette, pensando simplemente que Angie era la niña más adorable del mundo.
“Si, mami”, dijo Angie.
“Bien, déjame echarte un vistazo cielito”, dijo Bette, haciendo señas a Angie para que se girara.
Angie se dio una vuelta para que Bette la viera.
“Muy bien, cielito”, dijo Bette dando su aprobación.
“¿Hice un buen trabajo, mamá?”.
“Si, lo has hecho, amor. Sólo necesitamos apretar un poco más los cordones de los zapatos para que no te caigas cuando corras, ¿vale?”.
“¡Vale!”, dijo Angie excitada.
Bette cogió a Angie y la sentó sobre la mesa mientras ella hacía lo mismo sobre el taburete. Apoyó los pies de Angie sobre sus muslos y le ató los cordones de los zapatos.
“Ahora está perfecto”, le dijo Bette a Angie mientras le hacía cosquillas en la barriga y la sentaba sobre el taburete.
Angie se rió tontamente mientras Bette le preparaba los cereales.
“Bueno chicas, me voy a ir”, dijo Alice dándole un beso a Angie.
“Vale, gracias por cuidar anoche a Angie”, dijo Bette, “tenme al corriente de lo que pasa con Helena”.
“Nos vemos, jeringuilla”.
“¡Si!”, gritó Angie.
“Adios, te llamaré luego”, dijo Alice sonriendo.
“¿Adiós, tía Alice!”.
“Adios, Al”.
“Bueno, cariñito, cómete tus cereales y mamá te llevará a la escuela”, dijo Bette sentándose al lado de Angie y preguntándose que haría el resto del día.
Re: El amor de mi vida
ahh q bonito!!!!... linda familia =D... grax julia sigue cuando puedas ;)
Anna- Forera galáctica
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Re: El amor de mi vida
genial!
Sigue en cuanto puedas
besos
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Carulinetaaa- Un respeto, soy forera VIP
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Re: El amor de mi vida
al día con este fic.... la verdad es q es impresionante...!!!!
muxas gracias julia!!
muxas gracias julia!!
Lu- Entérate, ya soy una usuaria conocida
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Re: El amor de mi vida
WOO que lindo esta este fan.. espero s+que sigas cuando puedas claro siempre meresulta agradable leer algo de tina y bette..
Marie_G.- Cuídame que soy novata
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Personajes favoritos : "Tina" o es que hay mas?? ja
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Re: El amor de mi vida
Capítulo 15
Coche de Bette
El móvil empezó a sonar cuando estaba en el coche de regreso desde la escuela de Angie.
“Hola, Kit”, respondió Bette.
“¿Cuándo pensabas contarme que Tina y tu os habíais comprometido?”.
Bette puso los ojos en blanco, y pensó que Alice ya le había dicho a todo el mundo lo de su compromiso.
“Jope, acaba de pasar, se lo pedí anoche. Alice trajo a Angie a casa esta mañana y se lo dijimos. Te lo queríamos decir a ti y a todas las demás, pero Tina se ha tenido que ir a trabajar”, explicó Bette.
“Ah, ya veo. Pues ¡felicidades, hermana!”, dijo Kit.
“Gracias”, dijo Bette. “Escucha, Kit, Tina y yo iremos esta noche al Hit a celebrarlo, ¿vale?. Ahora tengo que dejarte, tengo a Shane en la otra línea.
“De acuerdo, hermanita, nos vemos esta noche. Quiero oir todos los detalles de cómo pasó”, respondió Kit.
“Vale, hasta luego”, dijo Bette mientras pulsaba el botón para coger la otra llamada, “Hola Shane”.
“¡Hola! Me acabo de enterar”, dijo Shane emocionada.
Bette tuvo que reírse, “Gracias”.
“Es estupendo Bette, no me lo esperaba”, comentó Shane.
“Bueno, yo tampoco me lo esperaba del todo. Fue una especie de propuesta espontánea”.
“Oh, wau, es increíble. Estoy muy contenta por vosotras”.
“¡Gracias!. ¿Irás esta noche al Hit?. Le dije a Kit que iríamos allí a celebrarlo”.
“Claro, sin duda. No me lo perdería por nada del mundo”, exclamó Shane.
“Bueno, vale. Tengo que buscar a una canguro para que cuide a Angie. Nos vemos esta noche”.
“Genial. Voy a llamar a Tina ahora. Nos vemos esta noche, Bette”, dijo Shane.
Casa de Bette y Tina
Cuando Bette llegó a casa, ya había recibido la felicitación de todo el mundo, gracias a Alice. Escuchó el contestador, y habían dejado más mensajes para ella y Tina.
Se sentó en el sofá y marcó el número de teléfono de Tina.
“¿Verdad que tu teléfono no para de sonar?”, preguntó Tina sonriente.
“En serio, es un rollazo”, contestó Bette.
“Alice es un amor”, dijo Tina.
“Sí. ¿Y cómo te va el día?. Aparte de la avalancha de llamadas telefónicas•, preguntó Bette.
“Bastante bien. Llamé a Focus, y quieren que nos veamos, así que he quedado con ellos para el almuerzo”.
“Ah, si?. ¿Ha tomado una decisión?”.
“Sí, tenía claro lo que quería hacer antes de que empezaran a llegar las llamadas”, dijo Tina, “realmente no veo ninguna razón por la que no deba aceptar este trabajo. Me encanta el trabajo que han hecho allí, las pocas personas que he conocido son increíbles, tengo ganas de empezar una nueva etapa en mi carrera, y nos pone en una situación financiera mucho mejor. Si queremos Angie puede ir a las mejor escuela, todo puede ser un poco más fácil, así que voy a decirles que acepto”.
Bette sonrió. Le encantaba que Tina tomara decisiones. La había visto trabajando muchas veces y las maneras e3n que manejaba las cuestiones diarias, y además era sexy. Y cuando se enfadaba, lo mejor era olvidarlo. Bette le haría el amor en ese instante.
“¿Baby?”, preguntó Tina.
“¿Sí?”, contestó Bette saliendo de su ensimismamiento.
“¿Me estabas escuchando?”.
“Si, perdona. Se me fue el santo al cielo pensando en ti”, replicó Bette tímidamente. “Así que has optado por irte voluntariamente, ¿qué has dicho después?”, preguntó.
Tina se rió. “Te he preguntado que opinabas sobre mi decisión”.
“Creo que es genial. Profesionalmente, es un paso adelante para ti. Creo que es la oportunidad de tu vida”.
Tina sonrió al otro lado. “Gracias”.
“¿Por qué?”, preguntó Bette.
“Por ser todo para mi, y por ser mi apoyo más grande”, dijo Tina.
“Yo siempre estaré aquí para ti, T”, dijo Bette.
“Lo sé cariño. Si quieres podemos llamar a mis padres y a Jack cuando llegue a casa para darle juntas la noticia. Sabes que mi hermano se enfadará si se entera de esto por alguien que no seamos nosotras”.
“Lo sé”, dijo Bette riendo.
“Te llamaré después de mi reunión, ¿de acuerdo?”, dijo Tina
“Vale. Buena suerte, T. Te quiero”,
“Yo también te quiero. Hasta luego, cariño”.
“Hasta luego, amor”, dijo Bette colgando el teléfono.
Coche de Bette
El móvil empezó a sonar cuando estaba en el coche de regreso desde la escuela de Angie.
“Hola, Kit”, respondió Bette.
“¿Cuándo pensabas contarme que Tina y tu os habíais comprometido?”.
Bette puso los ojos en blanco, y pensó que Alice ya le había dicho a todo el mundo lo de su compromiso.
“Jope, acaba de pasar, se lo pedí anoche. Alice trajo a Angie a casa esta mañana y se lo dijimos. Te lo queríamos decir a ti y a todas las demás, pero Tina se ha tenido que ir a trabajar”, explicó Bette.
“Ah, ya veo. Pues ¡felicidades, hermana!”, dijo Kit.
“Gracias”, dijo Bette. “Escucha, Kit, Tina y yo iremos esta noche al Hit a celebrarlo, ¿vale?. Ahora tengo que dejarte, tengo a Shane en la otra línea.
“De acuerdo, hermanita, nos vemos esta noche. Quiero oir todos los detalles de cómo pasó”, respondió Kit.
“Vale, hasta luego”, dijo Bette mientras pulsaba el botón para coger la otra llamada, “Hola Shane”.
“¡Hola! Me acabo de enterar”, dijo Shane emocionada.
Bette tuvo que reírse, “Gracias”.
“Es estupendo Bette, no me lo esperaba”, comentó Shane.
“Bueno, yo tampoco me lo esperaba del todo. Fue una especie de propuesta espontánea”.
“Oh, wau, es increíble. Estoy muy contenta por vosotras”.
“¡Gracias!. ¿Irás esta noche al Hit?. Le dije a Kit que iríamos allí a celebrarlo”.
“Claro, sin duda. No me lo perdería por nada del mundo”, exclamó Shane.
“Bueno, vale. Tengo que buscar a una canguro para que cuide a Angie. Nos vemos esta noche”.
“Genial. Voy a llamar a Tina ahora. Nos vemos esta noche, Bette”, dijo Shane.
Casa de Bette y Tina
Cuando Bette llegó a casa, ya había recibido la felicitación de todo el mundo, gracias a Alice. Escuchó el contestador, y habían dejado más mensajes para ella y Tina.
Se sentó en el sofá y marcó el número de teléfono de Tina.
“¿Verdad que tu teléfono no para de sonar?”, preguntó Tina sonriente.
“En serio, es un rollazo”, contestó Bette.
“Alice es un amor”, dijo Tina.
“Sí. ¿Y cómo te va el día?. Aparte de la avalancha de llamadas telefónicas•, preguntó Bette.
“Bastante bien. Llamé a Focus, y quieren que nos veamos, así que he quedado con ellos para el almuerzo”.
“Ah, si?. ¿Ha tomado una decisión?”.
“Sí, tenía claro lo que quería hacer antes de que empezaran a llegar las llamadas”, dijo Tina, “realmente no veo ninguna razón por la que no deba aceptar este trabajo. Me encanta el trabajo que han hecho allí, las pocas personas que he conocido son increíbles, tengo ganas de empezar una nueva etapa en mi carrera, y nos pone en una situación financiera mucho mejor. Si queremos Angie puede ir a las mejor escuela, todo puede ser un poco más fácil, así que voy a decirles que acepto”.
Bette sonrió. Le encantaba que Tina tomara decisiones. La había visto trabajando muchas veces y las maneras e3n que manejaba las cuestiones diarias, y además era sexy. Y cuando se enfadaba, lo mejor era olvidarlo. Bette le haría el amor en ese instante.
“¿Baby?”, preguntó Tina.
“¿Sí?”, contestó Bette saliendo de su ensimismamiento.
“¿Me estabas escuchando?”.
“Si, perdona. Se me fue el santo al cielo pensando en ti”, replicó Bette tímidamente. “Así que has optado por irte voluntariamente, ¿qué has dicho después?”, preguntó.
Tina se rió. “Te he preguntado que opinabas sobre mi decisión”.
“Creo que es genial. Profesionalmente, es un paso adelante para ti. Creo que es la oportunidad de tu vida”.
Tina sonrió al otro lado. “Gracias”.
“¿Por qué?”, preguntó Bette.
“Por ser todo para mi, y por ser mi apoyo más grande”, dijo Tina.
“Yo siempre estaré aquí para ti, T”, dijo Bette.
“Lo sé cariño. Si quieres podemos llamar a mis padres y a Jack cuando llegue a casa para darle juntas la noticia. Sabes que mi hermano se enfadará si se entera de esto por alguien que no seamos nosotras”.
“Lo sé”, dijo Bette riendo.
“Te llamaré después de mi reunión, ¿de acuerdo?”, dijo Tina
“Vale. Buena suerte, T. Te quiero”,
“Yo también te quiero. Hasta luego, cariño”.
“Hasta luego, amor”, dijo Bette colgando el teléfono.
Re: El amor de mi vida
wooo grata sorpresa!!! gracias x continuar con el fic julia
Lu- Entérate, ya soy una usuaria conocida
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Localización : Cs
Personajes favoritos : Tina
Fecha de inscripción : 04/09/2009
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